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Kalet, Hijo De Un Villano

Nuevo comienzo...

Kalet tocó su pecho, del bolsillo, una pequeña navaja, bastante fina asomaba.

Estiró su brazo y cambió la página del libro que se encontraba en frente, símbolos comenzaban a dibujarse, el parecía entenderlos perfectamente, y en un solo movimiento cortó la palma de su mano derecha, derramando la sangre a un costado.

En ese momento, la sangre comenzó a fluir alrededor de un círculo colocándolo a él en el medio, una estrella de seis picos se dibujó, con un triángulo equilátero dentro, al mismo tiempo, dentro de este un pentagrama.

Sus ojos se cubrieron de un rojo total, del piso debajo de sus pies, un par de manos comenzaron a impulsarse por sus piernas, sujetándolo con una fuerza sobre humana.

Así continuó hasta llegar al cuello, kalet no se inmutó en ningún momento, dejando que esta criatura estuviera frente a frente, una masa borrosa apareció en su campo de visión.

-Porque una criatura de un rango tan bajo tuvo la osadía de traerme a este mundo marginal.

Aquello gruño esas palabras, palabras que resonaron en su cabeza durante un tiempo, como un susurro mortal.

-¡CONTESTA, ESTÚPIDA CRIATURA! ¿Acaso no conoces el riesgo de traerme a tu mundo?- Esto lo miraba fijamente a los ojos, esperando encontrar el más mínimo signo de miedo

-Tengo un propósito, y tú me ayudarás.

La criatura soltó una carcajada, tan chillona y aguda que calaria en la cabeza de cualquiera, al instante se soltó de Kalet y como una serpiente se arrastró a la oscuridad de aquel enorme y húmedo lugar.

-¿Qué te hace pensar que te ayudaré? ¡HUMANO MISERABLE!

-Porque sé dónde encontrar lo que buscas, te ayudaré si tú lo haces primero.- Kalet miraba fijamente donde estaba

-¿Cómo alguien como tú podría saber que es lo que quiero yo? - Frunció el seño en señal de burla

-Porque mi padre conoce como nadie a quien buscas.- La seguridad en sus ojos hizo dudar a lo que se escondía en la oscuridad.

-¿Qué pruebas tienes tú? Un humano no puede conocer a tan enigmática criatura.

Kalet no dijo nada más, cerró los ojos y al abrirlos, los ojos de un animal salvaje, amarillos y felinos aparecieron.

En ese momento, la hostilidad de la criatura disminuyó, por supuesto, Kalet pudo demostrar que decía la verdad.

-¿Qué es lo que quieres?- Dijo mientras seguía deslizándose por la obscuridad.

-A mi padre, mi madre y todo aquello que debía tener y se me fue arrebatado, quiero una oportunidad.

-De acuerdo, pero no será como tú quieres, no como tal. Alguien como tú ni siquiera debería existir, te daré la oportunidad que tanto deseas, pero depende de ti, asegurar tu propia existencia, que de por sí, es una anomalía en tu realidad

Ante aquellas palabras, Kalet se mostró asombrado ¿Anomalía?¿Qué es a lo que se refería? Pero antes de poder preguntar, el sonido de un cascabel y lo último que vió fue las fases de una enorme serpiente acercándose a su cuello y mordiendo lo de forma mortal.

-Todo conlleva un sacrificio ¿Qué estás dispuesto a ofrecer a cambio de lo que deseas?

Kalet sentía los párpados pesados, un calor invadió su cuerpo y una extraña ligereza en sus pies.

-Tu sangre en esta vida será mi recompensa, aparte de la información que me ofreces. Solo recuerda, tu verdadero destino será revelado, tú desición definirá todo.

Una mirada agresiva podía divisarse en el rostro escamoso del animal.

-En el abismo, está en el abismo...

Fue lo último que alcanzó a decir antes de perder por completo la consciencia, no sentía dolor, pero si sentía como olvidaba aquello que vivió, hasta finalmente olvidar su nombre.

¿Cómo fue posible olvidar todo aquello que lo definía en tan pocos segundos? ¿Olvidar a todo aquello que amo? ¿Cómo olvidar a quienes lo amaron?

Kalet se sentía vacío, una oscuridad invadió su cuerpo, su mente, sus sentidos, es como si su cuerpo se hubiera reiniciado.

..."RECUERDA TU OBJETIVO, O SIGUE TU DESTINO, LAS PIEZAS COMIENZA A MOVERSE AHORA"...

El no sabe de dónde viene aquella voz, la regresión de sus sentidos le hace imposible saber que fue o que es todo se está perdiendo, hasta pensar se volvió imposible.

...ΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩ...

En aquel reino, campanas de alegría comenzaron a sonar, el hijo de la reina a nacido, la nación entera está de fiesta, ambos reyes orgullosos muestran al recién nacido a los habitantes.

Un hermoso varón de cabellos negros y grandes ojos azules fue celebrado durante 7 días y 7 noches, era el primer niño en varias generaciones de la familia real.

El júbilo en el reino era enorme, tanto que muchos ignoraban el hecho de que aquel niño no tenía nada en común con ambos padres, de cabellos rubios y ojos verdes de parte de la madre y cabellos blancos y ojos amarillos de parte del padre.

-¿Porqué nació con una cicatriz cerca del corazón?

Preguntó el padre, completamente asombrado.

-Es una marca de nacimiento, muy poco común a lo que eh visto.- comentó la reina madre

-Mi niño nació para grandes cosas- Dijo la reina, envolviendolo en sus brazos.

-Sin duda alguna.- Comentó el rey soltando una risa orgullosa.

ES TU MOMENTO, VEREMOS QUE SUCEDE...

El reino vecino

En el solitario camino, un carruaje avanzaba, unos ojos azules asomaban por la ventana, aburridos y somnolientos.

-¿Qué sucede pequeño?- Preguntó su madre, mientras lo recostaba en sus piernas.

-El camino es muy largo, ya quiero llegar- Dijo restregando sus mejillas con ambas manos

-Se más paciente, esta fiesta es muy importante para tu padre y para ti, es tú presentación como heredero.- Decía mientras acariciaba sus cabellos.

-Lo sé, es solo que no comprendo porque debe ser tan lejos de casa

-Porque serás presentado ante los príncipes de los reinos aliados, y en esta ocasión la celebración se llevará a cabo en el reino vecino.

El pequeño infló sus mejillas en señal de desacuerdo, su madre pellizcó una haciendo al niño sonreír.

-Vamos pequeño príncipe, no es tan malo, seguro harás buenos amigos.- Comentó su padre, despertando de su siesta.

-No necesito amigos, con mi hermana me basta.- Volteó a ver al pequeño bulto que estaba en el pecho de su padre y una dulce sonrisa le dedicó.

-Cualquier niño desearía conocer a chicos de su edad ¿Qué te hace tan diferente? - Preguntó su padre con fingida duda.

-No molestes a Dereck, estoy segura que conocerá buenos amigos.- Dijo su madre sentándolo en su regazo.

-Conocerás a buenas y malas personas en tu vida, tu corazón te guiará por el buen camino.

Dereck miró su rostro, una extraña sensación invadió su pequeña mente, y solo atinó a asentir con la cabeza.

...ΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩ...

Después de un rato, llegaron a las puertas del reino, sus guardias anunciaron su llegada y las enormes puertas del lugar se abrieron de par en par dándoles la bienvenida.

Dereck corrió un poco la cortina y observó a toda esa gente, yendo y viniendo, esos grandes locales que no se comparaban con los de su reino.

-Vaya, esta ciudad se ve tan pequeña.

-Te equivocas cariño, esta es la parte de la ciudad más alejada, el centro es maravilloso, este lugar es tan próspero y equilibrado, incluso mejor que el nuestro, pero este reino tiene cientos de años de existencia, pronto nosotros estaremos a su nivel.- Decía su padre estirando el cuello, orgulloso de sus logros.

Al llegar al reino, Dereck pudo apreciar que su padre tenía razón, el centro tenía hermosos árboles frutales, jacarandas y cerezos, un enorme parque y un kiosko tan grande como una casa, estaba maravillado.

Cuando finalmente estuvieron a las puertas del lugar, fueron recibidos por la familia real, todos con el cabello tan negro como la noche, y unos característicos ojos grises profundos.

-Familia Blanc qué gusto volver a verlos.

Dijo su madre, acercándose a la mujer, la reina de aquel lugar, tan hermosa, como muñeca, ambos eran atractivos, pero con una mirada de escondido dolor.

Su padre se acercó a abrazar al hombre, quien respondió el abrazo dándole unas palmadas en la espalda, Dereck no sabía porqué, pero sentía como si su padre, le estuvo dando alguna clase de apoyo emocional en aquel encuentro.

Al separarse, la mujer tomó a su pequeña hermana en brazos, y la arrullo de forma suave.

-Te presento a mi hijo, Dereck. Él es mi futuro heredero.

Dereck sorprendido, solo se inclinó en forma de saludo, la mirada penetrante de aquel rey lo hacía sentir extraño.

-Un gusto conocerlo, joven príncipe, espero tenga buena relación con mi hijo el príncipe Frédéric- Dijo dando un pequeño empujón a su hijo, quien se mostraba cauteloso ante su presencia.

-Lo mismo digo- Frederic solo inclinó la cabeza sin perderlo de vista

-Joven príncipe, espero se sienta cómodo durante su estancia en nuestra casa.- Dijo la reina aún abrazando a la bebé

-Asi será, gracias por la invitación.

Ambos reyes se miraron a los ojos, un brillo apareció en su mirada, como una extraña complicidad.

Ya estando dentro, la exquisita decoración del lugar sorprendió al pequeño Dereck.

-Joven príncipe, al parecer está sorprendido por lo bello de mi hogar- Frederic dijo sigiloso

-Este lugar es increíble, bastante bonito- caminaba embobado sin mirar por donde caminaba

Frederic lo observaba como si estuviera estudiándolo, pero en vez de sentirse intimidado, Dereck lo ignoraba, los adultos los observaban de manera graciosa.

-En esta habitación se quedarán los padres con la bebé, los príncipes dormirán juntos en la habitación contigua.

Ambos niños se miraron, no estaban muy de acuerdo, pero al verse enfrentados por cuatro adultos, no dijeron nada y solo asintieron suavemente.

Ambos niños se quedaron en la habitación y los adultos junto con la bebé, se fueron a una gran sala.

-¿No han sabido nada aún?- Preguntó el padre de Dereck a la pareja.

La mujer miró por la ventana, viendo soplar el viento y tirar las hojas de un árbol cercano.

-No- Respondió contundente, dando a entender que no tenían ganas de hablar del tema

- Ella tiene razón, es como si se hubiera esfumado, no hay rastro alguno.- Comentó su pareja, igualmente cabizbajo

Los padres de Dereck, se miraron, ellos no querrían pasar por la desaparición de uno de sus hijos.

La magia

Los padres de Dereck, eran aliados del reino de Baviera, tenían contacto con las 4 familias más importantes del lugar, su madre, Isabel era hija de una familia de militares que ascendieron al rango de nobles muy rápidamente.

Isabel desde muy pequeña era valiente y audaz, apesar de venir de descendencia sin magia, sus habilidades destacaban en el campo de batalla lo que la llevó a ser reconocida por su sangrienta manera de acabar con sus enemigos, cortándole la cabeza a todo aquel que se enfrentaba.

Por su parte, su padre era un hábil arquero y experto en combate cuerpo a cuerpo, igual de destacable, ambos eran conocidos, sus miradas fieras y agresivo ataque los llevó a ser reconocidos en reinos colindantes.

Ambos se conocieron en batalla, se complementaban y se cubrían la espalda, múltiples condecoraciones adornaban sus paredes. El amor llegó dos años después, la paz llegó y el afloramiento de sus sentimientos con ella.

El rey de su lugar de origen nunca tuvo descendencia, por lo que su mejor idea fue ofrecerles el reino a guerreros tan fieles a su pueblo, ambos aceptaron y al poco tiempo nació Dereck y ocho años después, su pequeña hermana, Mabel.

Son amados en su pueblo, más próspero no podría ser.

...ΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩ...

El día de la celebración llegó, ambos niños estaban siendo vestidos en la habitación. Sus interacciones en esos últimos dos días habían sido pocas y su acercamiento había sido lo suficiente como para tolerarse ahora.

Cuando finalmente quedaron a solas, ambos se miraron, se veían ridículos ante sus infantiles ojos, como pequeños mayordomos.

-Esto es horrible, ojalá pudiera cambiarme- Decía Dereck estirando la manga ya que se sentía incómodo

-Es cierto, pero no podemos hacer nada, no hay magia que cambie la ropa a algo mejor.- Respondió Frederic poniéndose los guantes blancos que complementaban el traje.

-¿Magia?- Lo miró confundido

- Es la característica de mi gente, en este reino las personas nacen con habilidades, la mía no es útil a menos que otro objeto sea portador de magia.

-Suena aburrido- dijo fingiendo desinterés

-¿Quieres que te muestre un poco?- Preguntó casi susurrando a su oído

-Si quiero- Contestó Dereck, avergonzado al no saber disimular.

Los dos corrieron fuera del cuarto, el pasillo estaba bien iluminado y Frederic lo guío a un pequeño balcón, donde el cielo nocturno brillaba con intensidad y una luna nueva se presumía en lo alto.

-Te mostraré algo, sí mis padres se enteran, probablemente estaré en problemas.

Debajo del balcón, un mayordomo bastante odioso para Frederic, pasaba vigilando la organización de la celebración.

Estiró su mano y una pequeña caja apareció en su palma, la otra mano se estiró y una luz morada iluminó sus venas, de repente, cadenas finas envolvieron al mayordomo y se cerraron a su máximo a la altura del corazón, atravesandolo como una cadena fantasma y el hombre cayó desmayado.

Al mismo tiempo que las cadenas desaparecian del hombre, se hacían alrededor de la caja, encerrando un orbe, rojo como el fuego, Dereck estaba atónito.

-Ese odioso mayordomo posee magia de fuego, muy pocos la tienen, pero el no lo sabe, la mayoría no la desarrolla y solo pierde la habilidad de manifestarlo.

-Es increíble, ustedes son increíbles- Decía embobado observando la caja

Frederic se sonrojo un poco, siempre pensó que esa habilidad era bastante inútil, pero ahora lo consideraba un poco bonita. Poder ver las habilidades de los demás sin que estos se den cuenta, tenía que tener algo de ventaja.

Mientras le explicaba el dominio del fuego, escucharon que sus madres se aproximaban, Frederic hizo lo mismo con la caja pero en retroceso y el mayordomo recuperó la consciencia casi enseguida.

-¿Qué hacen aquí? La presentación está a punto de comenzar- Comentó Isabel

-Observabamos las estrellas, son bellas -Respondió apresuradamente

-Muy tierno de su parte, pero es su momento, así que vamos- Ambas tomaron a sus hijos, y mientras se alejaban, los dos pusieron su índice en la boca, en señal de silencio.

En la fiesta Frederic corrió con sus padres, anfitriones de la fiesta y Dereck fue conducido a la entrada, junto con su familia, para ser anunciada.

-Rey y reina del reino de Granada y su heredero el príncipe Dereck.

En ese momento, pudo sentir las miradas de las personas que se encontraban en el lugar, la atención analítica de cada uno de ellos lo hizo querer salir huyendo, sin embargo tragó saliva y suspiro suavemente.

Bajaron las escaleras con elegancia y porte, veía como asentian todos a su paso, dando su innecesaria aprobación. Con eso en mente se relajo y llegaron hasta su mesa, donde todos se levantaron y brindaron.

-Es momento señores, las habilidades de los príncipes de los reinos mágicos serán puestas a prueba- Anunciaron los voceros del reino

Frederic lo volteó a ver, buscando una extraña forma de apoyo de su parte, Dereck asintió con la cabeza y moviendo los labios le dijo que todo estaría bien.

Finalmente, todos salieron al jardín principal

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