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Dimensión 0: Multiverso Desconocido

Capítulo 0: El Comienzo De Todo

Hace siglos llegó a la Tierra una muy extraña civilización asemejada a la humana, pero con la excepción, de que esta era superior en muchos aspectos, tales como la apariencia, habilidades o con el simple hecho de observar su tecnología y medios de transporte, pues eran demasiado avanzados para la época de ese entonces. Tenían por nombre "Byckeii": individuos alternos a los humanos ordinarios, provenientes del vasto multiverso; cada uno de ellos con poderes extraordinarios y únicos en su especie. Tras dar sus primeros pasos sobre la Tierra, se percataron de la riqueza que poseía y de lo tan atrasado que estaba, ya que los humanos que residían ahí, no eran más que seres rezagados y débiles a comparación de ellos. El líder de la flota Byckeii, Odyrrag, del clan Oscura, quien poseía habilidades dimensionales y oscuras, era el responsable de transportar a sus hombres, junto a él, hacia nuevos horizontes, abriéndose paso entre mundos y dimensiones, con la finalidad de cumplir una misión impuesta desde su planeta natal: Keii. Sin embargo, algo se salió de control, y lo que había iniciado como una simple exploración, se había convertido poco a poco en una desmedida conquista y destrucción. Odyrrag era alguien perverso, el ansia de poder lo había corrompido a tal punto de asesinar a sangre fría sin importar de quién se tratara; todo lo contrario a su mejor amigo, Norab, del clan Luzuru, quien era su "mano derecha". Él era muy bondadoso e inteligente, debido a que poseía la habilidad de electricidad, un poder de luz que le quedaba como anillo al dedo. No obstante, conforme pasó el tiempo, Norab perdía cada vez más la confianza que le tenía a su amigo, por lo que cada método o decisión que este quería tomar, era contradecida por él. Odyrrag planeaba someter a la humanidad, de la misma manera como lo había hecho con los habitantes de otros planetas, pero, esta vez, sería diferente, puesto que el portador de luz se había comenzado a familiarizar con los humanos, algo que nunca se atrevió a hacer antes. Se dio cuenta de la bondad y humildad que caracterizaba a las personas de corazón noble, además del largo camino que tenían por recorrer en busca de experiencia y sabiduría.

Fue en ese lapso que conoció a una hermosa mujer de nombre Yuuki, de la que rápidamente se enamoró. Ya en tal situación no sabía qué hacer, el temor de enfrentar a su amigo lo superaba y un miedo inmenso, aunado a una gran timidez, eran sus principales impedimentos. Estaba consciente de que debía actuar e impedir a toda costa el plan de Odyrrag, pero de igual manera sabía, que estando solo, no iba a llegar a ningún lado. Así que exponiendo sus inconformidades a los Byckeii renegados y amigos cercanos, terminó por convencerlos de unirse a un grupo rebelde; acción cuyo efecto, desataría una inminente y terrible guerra, de la cual muchos estaban seguros, no saldrían con vida. Al día siguiente de la reunión y sin ningún tipo de plan, se encaminaron hacia el centro de operaciones de Odyrrag, quien al verlos llegar se confundió notablemente, pues se suponía y debían estar en sus respectivos puestos en espera de órdenes. Tal desobediencia provocó su enojo, pero esa emoción cambió de repente al ver a Norab surgir de entre la multitud. Fue en ese preciso momento en el que dedujo de qué se trataba todo, por lo que, ya sabiéndolo, no hizo nada más que esperarlo. Cuando Norab llegó con él, lo que sucedió después fue lo evidente: una última plática entre amigos, debatiendo sobre sus ideales y puntos de vista acerca de las decisiones tomadas; sin embargo, pese a lo extenso de la discusión, Odyrrag no dio de su parte, no recapacitó y no tenía la intención de hacerlo o de parar. Norab quiso convencerlo, intentando una y otra vez que entrara en razón, mencionándole que lo que hacían estaba mal y que debían ponerle un alto; pero le fue inútil, ya que cada palabra que este arrojaba al aire, se desvanecía sin ser escuchada. Ya no hubo vuelta atrás después de eso, y Norab lo tenía muy presente, por lo que no tuvo más remedio que confrontarlo, pegando un intenso grito de enojo y frustración, liberado desde lo más profundo de su corazón, que denotaba los sentimientos reprimidos y el descontento que lo aquejaba desde hace mucho tiempo. Odyrrag, tras escucharlo, permaneció en silencio unos instantes, para luego culminar el encuentro con una desafiante frase: "Si lo que quieres es que me detenga, que pare mi objetivo... Deberás derrotarme... Y asesinarme".

Norab no pudo evitar sentirse desilusionado, debido a que, por una parte, sabía que era inevitable, pero por otra, tenía la esperanza y la fe necesaria en que no ocurriría de esa terrible forma. Así que, totalmente melancólico, bajó la mirada y comenzó a recordar los mejores momentos vividos con su mejor amigo, aquellas memorias que lo marcaron toda la vida y que permanecerían ahí a pesar de todo. Trataba de pensar en alguna alternativa no hostil de arreglar las cosas, sin embargo, para su suerte, por más que intentó encontrarla, no llegó a nada, ocasionando que aceptara la declaración de guerra, al no tener otra opción. El ahora enemigo asintió con una sonrisa, para luego tras unos segundos iniciar la tan esperada batalla. Ambos bandos: luz y oscuridad, al percatarse de lo que estaba ocurriendo con sus líderes, se abalanzaron hacia sus respectivos enemigos, desatando así la guerra Byckeii; misma, que provocó grandes estragos y muertes a su paso. Todo parecía ir bien respecto a fuerzas, no obstante, los aliados de Norab se dieron cuenta al transcurso del tiempo, que los rivales solo jugaban con ellos, ya que estos habían ocultado sus verdaderas capacidades en combate, dando como resultado la pronta derrota de la mayoría en cuestión de minutos, luego de enfrentar lo que realmente eran. La oscuridad logró vencer el primer encuentro, apagando así la poca luz que invadía sus terrenos. Los hombres de Odyrrag habían hecho un excelente trabajo ante la amenaza rebelde, y como era de esperarse, él también. Norab fue derrotado a manos de su antiguo compañero, por lo que yaciendo boca abajo sobre el frío suelo, totalmente lleno de sangre y sin la fuerza para poder levantarse o defenderse, solo bastaba un movimiento para aniquilarlo, solo se debía dar un golpe de gracia que lo desapareciera de la existencia... Sin embargo, Odyrrag no lo hizo y simplemente se fue. Horas más tarde, Norab despertó en su campamento, donde agotado y malherido, lo primero que notó fue la ausencia de la mayor parte de sus amigos. Y tan pronto lo supo, la culpa cayó sobre él como si de una colosal roca de desgracia se tratara, aunado a una gran pena y arrepentimiento que lo carcomían desde el interior. Se sintió tan abrumado, que la palabra "rendirse" había sido lo primero que había llegado a su cabeza, debido a que ya no quería perder ni arriesgar la vida de su gente, o la de alguien más. No obstante, los pocos que seguían de pie le dieron el aliento necesario para continuar la batalla a pesar de lo sucedido, recordándole que no estaba solo, y que lucharían junto a él hasta poner fin a la crueldad e inhumanidad de Odyrrag.

Ya no era momento de hacer las cosas sin pensar, por lo que la mejor alternativa que tenían era la de trazar un plan que los llevara a la victoria, uno que sirviera de apoyo contra los oponentes más poderosos. Pero las ideas fueron escasas, ellos no eran lo suficientemente fuertes como para derrotarlos, y cualquiera que fuese la estrategia, perderían por lo mismo. Norab estaba consciente que luchar de frente contra los hombres de Odyrrag era muy arriesgado, y un grave problema para el entorno, ya que sus maneras de pelear dejaban como resultado una evidente destrucción. Por tal motivo, tenía que pensar muy bien lo que iba a hacer, con el fin de evitar cualquier posible daño hacia las personas o terreno; y fue en sus constantes pensamientos que finalmente pudo dar con la respuesta que necesitaba. Recordó una técnica que le había contado su madre cuando era niño, una habilidad creada en gran parte por el clan de la luz, la cual podía extraer el alma de todo ser que la tuviera, logrando así el confinamiento eterno de la misma. Un método antiguo denominado "Cadenas de Esperanza", establecido por las familias Luzuru y Makina, para encerrar a aquellos que osaran utilizar sus poderes de manera errónea; el recurso definitivo contra los peores criminales y asesinos Byckeii. Les contó a sus compañeros lo que había pasado por su mente, y como era de esperarse, la idea fue bien recibida por todos los miembros del grupo, sin embargo, había un pequeño problema, y este era que, él no podía crear las "prisiones" por sí solo, sino que ocupaba la ayuda de un miembro de la familia Makina. Aquel contratiempo casi los arruina, pero de repente, un soldado, de hecho el único hombre que había salido con vida de la anterior batalla y que pertenecía a los Makina, se ofreció como voluntario. Arreglado el problema, solamente quedaba trabajar juntos en la fabricación y preparación de las Cadenas de Esperanza; labor que no era sencilla, pero que ambos pudieron cumplir tras demostrar un arduo valor, coraje y esfuerzo sin igual. De este increíble modo fue que se crearon los dispositivos, cuya funcionalidad serviría de apoyo en su lucha por erradicar la oscuridad, y obtener así, la tan anhelada paz en el mundo.

Los frutos de la técnica familiar, Luzuru y Makina, se les fueron confiados a los guerreros de la luz más fuertes, con el objetivo principal de ser usados en contra de los enemigos acordados. Semejante estrategia no solo detendría, de una vez por todas, la incontrolable devastación generada por los seguidores de la oscuridad, sino también la inminente destrucción de la Tierra, a causa del excesivo poder Byckeii. Con el plan finalmente terminado, solo quedaba ponerlo en marcha; lo cual no tardó mucho en ocurrir, pues al día siguiente, los aliados de la luz ya estaban preparados y mentalizados para la batalla final, cada uno de ellos, demostrando sobre sus rostros una determinación y valentía sin precedentes, cualidades difíciles de obtener ante la situación por la que atravesaban, pero que en aquel caso eran necesarias si querían llegar a la victoria. De ese modo fue que partieron por última vez a las tierras enemigas, sin embargo, algo inesperado sucedió a medio camino, y fue que los humanos, quienes apoyaban a la luz, se hicieron presentes con el propósito de ayudarlos en su pelea. Norab, tras verlos y hablar con ellos, les pidió casi a súplicas que se marcharan, debido a que la amenaza que enfrentaban era demasiado peligrosa, y más que ayudar, solo serían una carga. Pero fueron palabras vacías, ya que las personas no lo escucharon y permanecieron defendiendo su idea: ayudar sin importar qué sucediera. Por lo que no tuvo más remedio que aceptar la ayuda que le brindaban, denotando una grata sonrisa... Esa gente de verdad quería entrar a la guerra y luchar a su lado por la causa, personas de buen corazón e intención, quienes únicamente anhelaban volver a contemplar sus tierras en paz. Gracias al valiente gesto de las personas, ya no eran solo unos cuantos guerreros, sino un ejército completo, donde ahora cada uno de los humanos, podía defenderse usando armas fabricadas por el miembro de la familia Makina, mismo que les dio armamento de gran calibre y potencia elemental, que tenían la oportunidad de herir o incapacitar a los Byckeii enemigos. Cuando el momento de la verdad arribó al campo de batalla, ambas fuerzas opuestas se alistaron para lo peor. Ya no era tiempo de hablar, ni de convencer, sino de acabar con el problema desde la raíz de una vez por todas. La guerra comenzó a los pocos minutos y la destrucción originada por sus poderes arrasó con el entorno en un abrir y cerrar de ojos, debido a que la energía liberada en forma de ola arrancaba del suelo a los árboles circundantes, así como también rocas de gran tamaño y edificaciones cercanas, las cuales cedían ante los impulsos e impactos dados por el inmenso poder de la luz y oscuridad.

Llegado a la mitad del conflicto, ambos ejércitos daban todo de sí en cada movimiento que ejercían, en cada ataque que acertaban y en cada desgarrador grito que pegaban al estrepitoso aire, no obstante, los humanos comenzaron a mostrar signos de cansancio momentos después, esto a causa de las armas que llevaban consigo, pues eran demasiado toscas y de un tamaño considerable gracias a la magnitud de sus potencias de fuego, lo cual dio pie al posterior retroceso de los hombres; sin embargo, los seguidores de la oscuridad, al darse cuenta de ello, empezaron a darles caza. Fue en tales movimientos enemigos que uno de los compañeros más cercanos de Norab, llamado Argel Fuergus, se encaminó velozmente para apoyarlos y cubrirlos de cualquier ataque con sus habilidades de fuego, pero esto no sería tarea fácil, debido a que uno de los combatientes de Odyrrag, quien pertenecía al clan Sombra, hizo su aparición con el fin de impedir que los salvara, suceso que a pesar de complicar las cosas, abrió paso a una nueva batalla, siendo ahora entre fuego y sombra. La interminable lucha parecía no llegar a ningún lado, pues todo era tan parejo en cuestión de poder, que era imposible saber cuál bando sería el ganador; aun así, los guerreros de la luz tenían un importante as bajo la manga. Por lo que, tan pronto y se percataron del daño ocasionado hacia el entorno, decidieron aminorar la destrucción usando de una buena vez las Cadenas de Esperanza. Las almas enemigas fueron aprisionadas en su interior, para luego salir disparadas en dirección al cielo junto con el dispositivo a una velocidad sorprendente. Podía apreciarse cómo las "estrellas fugaces" surcaban por los aires hasta ser dispersas en distintos puntos del planeta, dejando atrás su ya vacío contenedor corpóreo, sin ninguna señal de vida y totalmente inerte, volviéndose uno con la nada a consecuencia de su desintegración cósmica. Muchas personas buenas perdieron la vida aquel fatídico día; padres quienes querían un futuro lleno de prosperidad para sus hijos e hijas, hermanos que buscaban la protección de sus familiares y amigos, soldados cuyo deber era el de cuidar de los inocentes, y guerreros quienes estaban dispuestos a dar sus vidas por cada uno de ellos en busca de la verdadera paz.

Norab, pese a ser un soldado, tenía bien definidos sus principios morales, mismos que se hallaban muy por encima de las órdenes militares o de las misiones impuestas por los altos mandos de su planeta. Él no estaba de acuerdo con lo que tenían pensado hacer, él lo que de verdad anhelaba era detener las invasiones y esclavitud de parte de su gente, ya que según sus propias palabras: "no es justo intervenir en vidas ajenas para nuestro bienestar", frase que le recalcaba a su amigo en la charla que habían tenido antes, pero que este ignoró por completo. La inimaginable lucha entre ambos ideales no solo logró desatar el asolamiento del entorno, sino que de igual forma liberó los sentimientos más profundos y reprimidos de la mayoría, esto debido a que no era una guerra cualquiera de personas desconocidas, sino que se trataba de una pelea entre camaradas con distintos puntos de vista sobre la situación, lo que ocasionaba una inmensa tormenta ciclónica de recuerdos y emociones; como era el caso de Odyrrag y Norab, cuya amistad se había forjado desde mucho antes que el resto, tras haberse conocido a una edad temprana, años previos de estar en el ejército... El conflicto de por sí era duro, y aunado a ello, lo hacía aún peor. Llegado a la cumbre del combate, Norab no se encontraba en una buena posición, ya que su fuerza y energía se habían agotado casi en su totalidad, por lo que nuevamente temía que sucediera lo mismo: ser acabado por su amigo de la infancia. La derrota se veía venir desde lejos, cuando a causa de un intenso golpe, fue enviado al suelo, lugar en el que azotó de una manera violenta y estruendosa, en espera de su final. Solo era cuestión de recibir un último ataque que acabaría de una vez por todas con su vida, pero, Odyrrag prefirió hacer algo más antes de terminar su lucha, algo que le daría las peores sensaciones a Norab, quien únicamente lo observaba sin saber lo que estaba por ocurrir. Yaciendo boca abajo sobre la desolada tierra, contemplaba atónito lo que posteriormente sería una escena digna de una película de horror, pues a los pocos minutos, fue testigo de la desenfrenada masacre cometida por su antiguo camarada hacia los humanos que lo apoyaban. Estos no pudieron defenderse por más que lo intentaron, ya que como había sucedido antes, sus fuerzas se habían ido al igual que sus energías. Inevitables consecuencias que repercutieron en sus terribles y dolorosas muertes.

Las desconcertantes y aborrecibles imágenes salidas de aquel terrible escenario, eran súbitamente traumáticas e irracionales al punto de convertir a la persona más cuerda, en un ser trastornado y temeroso de por vida. Odyrrag asesinaba de un modo tan cruel y sanguinario a cualquiera que observaran sus ojos, sin importar sus géneros o apariencias, debido a que su principal intención solo era la de hacer sufrir a Norab como jamás lo había hecho antes. Los desgarradores gritos resonaban a través del aire, viajando gracias a él hasta los oídos del guerrero de la luz, quien solo veía perplejo lo acontecido a la lejanía sin siquiera poder impedirlo, totalmente impotente e inútil. Sin embargo, el exterminio no se detuvo ahí, puesto que al momento de volver con su adversario, para finalmente aniquilarlo, aconteció el suceso más doloroso y remarcable que podría haber experimentado nunca. Acercándose a paso adelantado y en total decisión, de sus manos comenzó a emanar una siniestra energía oscura, la cual poco a poco se intensificó a tal grado de materializar lo que se apreciaban, eran unas largas cadenas, tan negras como una noche libre de estrellas. Estas danzaban en total sincronía, golpeándose la una con la otra, y produciendo el tan característico sonido de los metales tocándose entre sí. Era obvio lo que haría con semejantes armas, y aún más aprovechando la situación de Norab, mismo que permanecía tendido en el suelo sin la oportunidad de contraatacar. Cuando el momento de la verdad finalmente llegó, Odyrrag alzó ambas manos en dirección hacia su amigo para de una vez acabar con su tormento, pero, antes de que accionara tal habilidad, la joven Yuuki se interpuso entre los dos a brazos extendidos. Semejante acto de valentía era propio de reconocer, y más sabiendo, lo que sería capaz de hacerle el dictador de la oscuridad. Aun así, a ella no parecía importarle lo que le fuese a ocurrir, puesto que le preocupaba más lo que le sucediera a su querido amado, y por tal motivo, fue que estaba dispuesta a todo para protegerlo o ayudarlo. Norab le insistió en numerosas ocasiones que huyera, que no fuera tonta y que se marchara, pues lo que sucedía estaba muy lejos de su alcance; no obstante, Yuuki no lo escuchó y continuó de pie frente a él, contradiciendo todas sus palabras y sermones. Odyrrag tomó la tan inesperada intromisión con humor, reflejando sobre su rostro una sonrisa de oreja a oreja, seguido de una ligera carcajada, tras apenas saber de su presencia. Se le hacía gracioso que una simple humana tuviera tanto coraje y deseos de confrontarlo, a sabiendas de su insignificante existencia e intrínseca debilidad.

Tal encuentro no perduró, culminando después de unos minutos con un sutil movimiento por parte de sus manos sobrecargadas de oscuridad, mismas que liberaron a una sorprendente velocidad las incesantes cadenas de tono abismal generadas por su poder. Estas armas, letales y afiladas cuán alfiler, viajaron de un punto a otro, dejando a su paso una densa nube y estela de naturaleza oscura, para luego llegar hasta su trágico destino: el delgado cuerpo de la joven Yuuki. El filo de cada punta logró atravesar de un modo tan precipitado y grotesco su piel, penetrando de esta forma la carne sobre distintos puntos aleatorios, dando como resultado una macabra escena, salida de la más profunda pesadilla de cualquiera que la observara. La pobre chica permaneció de pie sin la capacidad de poder moverse, consecuencia del oscuro metal de las cadenas que traspasaban su cuerpo, a causa de que estas jamás cayeron al suelo tras el impacto como normalmente pasaría, sino que se mantuvieron levitando justo por detrás de su ahora desgarrada y curva espalda, moviéndose lentamente de un lado a otro, como si gozaran de una consciencia propia. Ante lo sucedido, el entorno se vio inmerso en un abismo de silencio total, un silencio tan extremo y repleto de sufrimiento, que fácilmente le daría a quien estuviese dentro, la facultad de escuchar el tenue sonido de sus lágrimas siendo arrastradas por encima de sus mejillas. La sangre no tardó mucho en tomar la distintiva forma de un charco justo por debajo de sus pies, uniéndose de esta horrible manera con la tierra y convirtiendo su característica tonalidad en una más oscura y desagradable. El fluido sanguíneo proveniente de sus entrañas parecía no tener fin, ya que los finos ríos carmesí, situados en las extremidades de la joven, expulsaban un sinnúmero de gotas, las cuales caían una tras otra, logrando así crear el efecto de onda, tras apenas tocar la superficie del líquido. La mirada de Norab era digna de recordar, debido a que su rostro no denotaba más que tristeza en toda la definición de la palabra, dejando a relucir las claras señales de tan atroz emoción: llanto e impotencia. A sus ojos el mundo comenzaba a dibujarse de manera distinta, puesto que desde su perspectiva, las imágenes que veía comenzaron a tornarse opacas y carentes de color, para luego a los pocos instantes desaparecer por completo, sin dejar siquiera algún rastro o indicio de un posible regreso.

Su realidad no solo perdió el intenso brillo y sentido que la acogía, sino que el tiempo mismo también se vio afectado por el acontecimiento, ocasionando así su repentina pausa. La mirada le tambaleaba a tal grado de paralizarse, pues lo único que observaban sus ansiosas pupilas era la silueta casi inerte de su amada, con su espalda cubierta de sangre y de la que emergían las punzantes cadenas repletas del tan escalofriante fluido corporal. Sin embargo, aquello que terminó por romperle el corazón fueron unas inaudibles, pero a la vez claras palabras salidas de la boca ensangrentada de Yuuki, a quien se le dificultaba demasiado lanzarlas al aire, a causa de su penetrado y latente pecho. La aguda voz de la chica rozó el viento frente a sus labios, dirigiéndose poco a poco hacia los rehusados oídos de Norab, quien tras recibir el mensaje, no pudo aguantar más y quebró en llanto. Dicho mensaje contenía sus últimos alientos, así como también una pendiente declaración de amor que ambos habían pospuesto gracias al conflicto. Le mencionaba que todo estaba bien y que no se preocupara, que ella era consciente de lo que hacía desde un inicio, y que lo que sucediera, pese a ello, no sería más que culpa suya. Norab, devastado, le pidió perdón por haber llegado a la Tierra, por crear semejante problema y por entrar a su vida, solo para darle fin. Imploraba a súplicas que lo perdonara, diciéndole entre lágrimas que si hubiese alguien a quien culpar, él sería el principal responsable. No obstante, la respuesta que esperaba por parte del amor de su vida resultó ser totalmente distinta, pues ella terminó por cerrarle la boca con una emotiva frase: "La culpa no es de nadie, la vida en ocasiones es impredecible e injusta, pero eso no quiere decir que esté equivocada, más bien tiene un propósito, y en esta ocasión llegaste gracias a la vida para ser mi propósito... Sea injusta o no, acepto este destino... Por ti y por mí. Jamás olvides que la vida es buena, y que mi amor hacia ti nunca se acabará... ¡Te amo!". Liberando sus últimas fuerzas, giró como pudo para verlo a los ojos y, tras regalarle una sonrisa... Comenzó a desaparecer entre la penumbra que emanaban las cadenas.

Sin lograr despedirse y con el corazón hecho añicos, no dudó ni un solo segundo en pegar un desolador grito al cielo, seguido de unos constantes y desesperados golpeteos sobre la tierra, dados por sus temblorosas, ensangrentadas y heridas manos. Fue en aquel momento de frustración que los lamentos pasaron a convertirse minuto a minuto, en señales obvias de enojo; una abundante sensación de rabia e ira hacia quien en su tiempo consideraba como un gran amigo. Frunciendo el ceño y secándose las lágrimas lo divisó a la lejanía, para luego tras unas palabras ser víctima de algo sorprendente. Un increíble y devastador relámpago de tonalidades cósmicas cayó de forma precipitada en su ubicación, trayendo consigo un fuerte resplandor cuya luminosidad cegó temporalmente el entorno. A la hora de que el brillo empezó a desaparecer, la silueta del guerrero eléctrico podía apreciarse cada vez más ante la vista de todos, como si de un milagro divino se tratara. La mayoría de ellos estaba sorprendido, mientras que otros denotaban una tremenda confusión, ya que era algo que nunca habían presenciado antes, algo tan inusual y extraño que no tenía respuesta alguna. Segundos después, cuando la tan esperada figura del bondadoso líder era completamente visible, fue que se percataron de otra inimaginable cosa, de un evidente y radical cambio. Lo que cientos de ojos notaron sobre el horizonte, lugar del anterior impacto, se trató de Norab, quien ahora se hallaba de pie optando una postura suelta y tranquila, sin embargo, lo curioso yacía en su apariencia, puesto que la mayor parte de su cuerpo había sido envuelto por un blanquecino velo de orígenes siderales. La clara piel que antes lo abrazaba se tornó blanca cuán luz en su totalidad, al igual que su cabello y vestimenta, logrando de esa manera reflejar su innata pureza. Era fascinante la nueva imagen del guerrero, pero lo raro llegó cuando la vista centraba su atención sobre los brazos, ojos y pecho, debido a que estos poseían un distintivo color universal, adornados de pequeños puntos similares a estrellas, como si fuese una galaxia interna. Al pasar los segundos, bajó la mirada y comenzó a contemplar sus lumínicas manos, estaba totalmente confundido por lo que había pasado, que de pronto su mente se vio repleta de una inmensidad de preguntas; sin embargo, tales interrogantes fueron contestadas gracias a una voz dentro de su cabeza, la cual le mencionó unas palabras: "Mis creaciones se han visto amenazadas gracias a tu necio compañero, por ello he decidido ayudarte con el fin de someter el problema. Te otorgo parte de mi poder, te otorgo la transformación Dimeru". Despejado de toda duda, aceptó el apoyo que le habían brindado, para, posteriormente, reanudar la batalla contra de la oscuridad.

Al final, quien resultó victorioso fue sin lugar a dudas Norab, a causa del poder que se le había conferido, el cual lo dotó de habilidades alucinantes e imparables, mismas que Odyrrag no pudo enfrentar por más que lo intentó y dio todo de sí. Los papeles se vieron inversos al poco tiempo de la última confrontación, dejando al salvador frente a un duro dilema: perdonar la vida de su amigo o asesinarlo. Sin embargo, no fue ni una ni otra, sino que prefirió optar por el confinamiento de su alma dentro de las Cadenas de Esperanza, con el fin de brindarle un eterno castigo. Entre gritos de rabia, le mencionó que regresaría, que tanto la Tierra como su gente sufrirían las consecuencias de sus actos y traición. Norab, extrañado, frunció el ceño ante las amenazas, debido a que no lograba entender aquellas últimas palabras escupidas de la boca de su antiguo compañero; de verdad no estaba seguro de cómo podría regresar, a sabiendas del verdadero destino de las Cadenas. Tan inesperado y profético mensaje, había sido el detonante de su próxima decisión, una en extremo drástica, pero a la vez astuta. La única opción que tenía era la de encerrar de igual manera su alma, para que en un futuro, si algo llegara a suceder, estar ahí ante cualquier amenaza. Pero, no se iría solo, sino que sus amigos más allegados, de hecho, los pocos Byckeii que permanecían con vida, lo siguieron hasta la muerte, al saber de un posible y venidero ataque a manos de la oscuridad. Las personas, totalmente aliviadas por el fin de la guerra, se acercaron a donde sus salvadores se hallaban, para luego agradecer sus heroicas acciones, ya que si no hubiera sido por ellos, sus vidas hubiesen corrido con la misma suerte que la de muchos quienes la perdieron. Norab, al ver todo lo que había logrado, las vidas que había salvado y la esperanza que les había otorgado, soltó una ligera carcajada, seguida de una amistosa sonrisa... La última que daría, antes de que su cuerpo se uniera con la nada, desintegrándose en el aire y siendo disperso gracias a la ventisca, mientras su alma partía hacia una dirección desconocida, en espera de un potencial retorno.

Capítulo 1: El Futuro Amanecer

Es el año 2150. Nuestra querida y amada Tierra permanece en paz gracias a la organización militar conocida como A.M.B.E.R. (llamada de esa manera por sus principios salvaguardas más importantes: Apoyo, Moral, Bienestar, Esperanza y Razón) la cual ha protegido al mundo de las peores amenazas Veridian desde su fundación en 2128. La tan aclamada unión fue creada con el objetivo principal de erradicar todo tipo de violencia, tanto humana como Veridian, siendo esta última una nueva raza muy peligrosa e inestable, puesto que resultan ser personas con habilidades extraordinarias y peculiaridades genéticas de las que aún no se sabe su origen. Para combatirlos, los soldados Boost utilizan armaduras tecnológicas capaces de imitar las habilidades Veridian más comunes, lo que les da una ventaja considerable en combate, además de ofrecerles la máxima protección y seguridad contra ataques o proyectiles elementales de toda clase. Estos magníficos trajes varían en nombre a causa de los modelos que existen, pero el que más renombre tiene entre el público, es el imparable Buster Boost, primer modelo fabricado por la industria Brist y ahora renovado en cuanto a diseño y software por la empresa privada Futura...

—En serio odio a los Veridian. No puedo creer que aún no sepan de dónde vienen...

—Doy gracias a Dios que los Buster Boost se encargan de ellos... Son unos verdaderos héroes. Si no estuvieran no quiero pensar qué sería de nosotros.

—Shhh. Ya guarden silencio y vean el documental...

Diferentes puntos de vista y opiniones acerca del video reproducido sobre la gran pantalla holográfica de la pizarra, salían a relucir de la boca de cada uno de los alumnos; comentarios tanto de asombro como de resentimiento y odio hacia la raza Veridian salían a flote, ya que para la mayoría de ellos, esas alteraciones genéticas en una persona eran sinónimo de muerte y destrucción.

???: Buster... Boost... (De pronto un joven, quien se hallaba de mejilla contra su banco, comenzó a murmurar sobre la superficie del mismo)

Un aire de melancolía y desánimo lo invadía mientras no dejaba de ver las nubes pasar a través del vidrio de las grandes y minimalistas ventanas, esto gracias a que el aula pertenecía a los últimos pisos de la preparatoria, lo que daba como resultado unas vistas encantadoras hacia el exterior. Fue tan solo unos minutos más tarde que el timbre finalmente sonó y los alumnos procedieron a salir de manera ordenada, pero ese extraño chico no lo hizo como ellos, por algún motivo esperó a que todos se fueran para luego él hacerlo. Y fue en el momento en el que se puso de pie para retirarse del aula, que pudo apreciarse con lujo de detalle la vestimenta que llevaba consigo; esta consistía de tenis rojos en la parte inferior, un pantalón azul marino con detalles rojizos en la media, y por último, en la zona superior, una chaqueta rojinegra con una playera oscura por debajo. Su piel era de tez clara, su complexión atlética, pero delgada, y su cabello de un color negro, el cual encajaba a la perfección con sus ojos de tonalidad cian.

Instantes más tarde, y por medio de unos desganados pasos, se dirigió de manera precavida hacia la puerta del salón, manteniendo sobre su rostro una expresión pensativa y de tristeza, no obstante, pese a la batalla interna de su mente ante los problemas que lo aquejaban, eso no lo retuvo ni le provocó una decaída emocional. Tras salir lo primero que hizo fue divisar el área de los elevadores, y tan rápido como analizó el entorno en busca de alguien más, se dio cuenta de que ya no había alumnos ni maestros cerca, por lo que aprovechando el solitario pasillo se encaminó hasta uno de ellos, para posteriormente tomarlo y presionar el botón que lo conduciría al primer piso, lugar en el que se hallaba su respectivo casillero, al igual que la salida de la preparatoria. Al llegar y abrirse las puertas vio algo entre la abertura que llamó su atención, pues observó a una chica siendo molestada por un sujeto, quien no la dejaba seguir su camino y solo la hostigaba moviéndose hacia donde ella se movía, situación que a cualquier mujer le resultaría extremadamente incómoda.

???: ¡Oye! Por la cara que tiene dudo que te conozca. Vamos Shisaku, déjala tranquila... (Rápidamente, al notar lo que pasaba, se apresuró para auxiliarla)

Shisaku: Pero si es el gran, Bryluuk Brist. No te incumbe lo que haga, así que lárgate de aquí. ¿Por qué no te vas a tu mansión y te tomas un poco de vino mientras contemplas la chimenea? Digo, es lo que los niños ricos como tú hacen. (Sin apartar su molesta mirada típica de cualquier bravucón, se acercó hacia él)

Era la clásica escena del chico bueno contra un tipo malo, discutiendo a causa de una mujer, sin embargo, en esta situación algo era diferente, debido a que no hubo señal alguna de cobardía de parte del chico bueno, sino todo lo contrario, ya que sus ojos denotaban una decisión y determinación absolutas, demostrando gracias a ello su nulo temor hacia él. Ya estando tan cerca el uno del otro, fue que pudo notarse con más detenimiento la apariencia de su "adversario", la cual consistía en tenis color negro y blanco en la parte inferior, un pantalón del mismo tono en el área media y una sudadera naranja con negro de manga larga y corta en la zona superior. Su tez era clara, sus ojos amarillos cuán girasol y su complexión agresiva, sumado a una cabellera alborotada de tonalidades rojas y amarillas, misma que resaltaba gracias a su vestimenta.

Bryluuk: Me incumbe si te estás metiendo con una chica que no te conoce y que solo quiere huir de ti. Lo demás que hagas no me interesa para nada. Eso quiero dejarlo claro...

Shisaku: Tremenda boca te cargas, Brist. De una vez te digo que no te metas conmigo si no quieres salir herido. Tus padres ya no están para protegerte y dudo que tu padrino lo haga...

Bryluuk: ... (Tras escuchar sus palabras, desvió la mirada con una reprimida aura de enojo sobre él, mientras no dejaba de presionar ambos puños con fuerza)

Shisaku: Eres un maldito huérfano, Bryluuk. ¿Y sabes algo? Doy gracias a que lo seas porque por la culpa de tus estúpidos padres, yo perdí a mi madre. Tal vez no lo sabías, pero así fue... Y te odio por eso. Cada que te veo, los recuerdo y la rabia dentro de mí crece y crece. Algún día acabaré contigo, eso dalo por hecho... Tal vez no hoy, pero pronto sucederá. Así que anda, ya vete... Disfrútala mientras puedas. (Así como se acercó, se fue, no sin antes golpearlo en el hombro al pasar)

Bryluuk: ... (Segundos después e ignorando su anterior charla fue hacia la chica, para luego tomar su mano e irse del lugar ante la mirada de Shisaku a sus espaldas)

¿Qué es lo que quería Shisaku contigo, Mei? (Un poco molesto por lo que había sucedido, se dirigió a la chica que ahora lo acompañaba)

Mei: Pues... Básicamente, quería saber mi nombre, conocerme y hasta me invitó a salir, pero no le dirigí la palabra. No te preocupes, no era nada malo, aunque la manera en la que lo pedía no era para nada amable. Menos mal que mi príncipe azul llegó a tiempo para salvarme, hehe... (A través de una grata sonrisa, le demostró lo agradecida que se encontraba)

Bryluuk: Vaya, ha pasado mucho tiempo desde eso y sigues recordando lo del príncipe, haha. Pero bueno, acabas de cambiarte a la preparatoria y ya te están molestando, eso no es justo. (Ambos se detuvieron de repente, ya que Bryluuk se había dado cuenta de que aún estaba sosteniendo la mano de Mei, por lo que tras saberlo la soltó velozmente mostrando una apenada sonrisa)

¡Perdón! Hehe... No me di cuenta de que te seguía agarrando la mano... (Con ambos ojos cerrados llevó su mano derecha hacia la nuca, para luego frotarla avergonzado)

Mei: No te preocupes... Puedes hacerlo cuando quieras... ¡Qué diga! D-descuida hehe... (De repente, sus mejillas se tornaron coloradas mientras sacudía sus manos de un lado a otro)

¡Mei, tonta, casi lo arruinas! (Reflejando sobre su apenado rostro, un sentimiento digno de una chica enamorada, gritó en su mente regañándose a sí misma)

Mei era una chica preciosa, con el simple hecho de observarla uno podría caer fácilmente rendido a sus pies, y no era ninguna exageración ni alardeo, puesto que su belleza en realidad resaltaba sobre todas las cosas. Su vestimenta constaba de unos zapatos escolares en la parte inferior junto a unas medias de tono violeta, en la parte media una falda magenta cuya terminación daba por debajo de las rodillas, y en el área superior una sudadera de color cian algo ajustada. Su tez era clara, su complexión delgada y por último, su cabello corto, de tonalidad negra con mechas cian, el mismo color de sus grandes, brillantes y hermosos ojos.

Mei: Oye... ¿Te molestaste por lo que el tipo dijo de tus padres, cierto? Pude notarlo en tu mirada... (Mostrando ahora una actitud empática, le mencionó delicadamente)

Bryluuk: Yo... Aunque me enoje no puedo hacer nada, no puedo cambiar el pasado, ni las acciones que ellos hicieron. Algunos los aman por fundar A.M.B.E.R. y otros los odian por el caos desmedido que provocan los Boost en sus batallas. Nunca se tendrá contenta a la gente. He intentado sobrellevar cada comentario que me hacen, ya sea bueno o malo. Pero ya en este punto no me importa tanto lo que me digan.

Mei: Debe ser complicado para ti, ser la sombra de tus padres... Ser culpado o alabado por las cosas que hicieron en su tiempo.

Bryluuk: Desde que tengo memoria ha sido difícil. Aún recuerdo las entrevistas a las que me llevaban, las fotos por todos lados, los gritos de apoyo y gratitud, como si fuésemos celebridades. Cuando fallecieron mi mundo cambió por completo. Los periodistas se amontonaban preguntándome qué había pasado con ellos y qué sería de mí sin ellos. Y ahora es como si no existiera, no sé si la mayoría de la gente se olvidó de la familia Brist o no, pero de un día para otro fue así... Diferente. Siento que lo perdí todo, e incluso en aquel tiempo... Te perdí a ti.

Mei: Yo no quería irme de Athena y lo sabes, pero cuando mi madre murió a causa del Shadow Point, mi papá insistió en alejarnos de la ciudad, alejarnos de los problemas... Yo no quería dejarte solo, y menos por lo que estabas pasando...

Bryluuk: Sé que no tuviste nada que ver, digo, teníamos 5 años en ese entonces, dudo que pudiéramos hacer algo, haha. Y míranos, 12 años después juntos nuevamente, es como un sueño hecho realidad... (Al terminar sus palabras la vio directo a los ojos, para luego regalarle una gran sonrisa)

Mei: Lo sé... ¡Y tienes mucho que contarme! Hay ciertas cosas que no se pueden manejar del todo en redes sociales. Así que ahora me dirás todo con lujo de detalle, eh, hehe. (Amistosamente, soltó una leve y encantadora carcajada al verlo)

Bryluuk: ¡Y espero que tú también lo hagas! Haha. (Llevando ambas manos a su nuca, y cerrando los ojos, comenzó a caminar de manera lenta)

¿Qué te parece si vamos al muelle y hablamos de nuestras tragedias familiares ahí? (Tras llegarle una idea, no dudó en compartírsela)

Mei: ¡Claro! ¡Muero por verlo! Recuerdo que estaba muy bonito cuando íbamos con nuestros padres, la vista al mar, las aves sobrevolándolo, los barcos a la lejanía. (Recordando los buenos momentos de su infancia junto a él, mencionó totalmente entusiasmada por lo que le había propuesto)

Bryluuk: No quiero arruinar la imagen que aún recuerdas, así que esperaré a que tú misma te la arruines cuando lleguemos, hehe, ¡vamos! (Apresurado por querer llevarla a ese lugar extendió su mano para tomar la suya, seguido de un leve jalón que la impulsó para que caminara en su compañía)

Mei: Espera, ¡¿qué fue lo que le pasó?! (Ahora, sorprendida por sus palabras y llena de incertidumbre debido a lo que había dicho, intentaba sacarle la verdad)

Bryluuk: Ya lo verás. No te lo diré, hahaha... (Denotando bajo su sonrisa cierto temor, continuó caminando al lado de ella sosteniendo su mano)

Fue de ese modo que los dos continuaron su camino rumbo a la salida de la preparatoria, para posteriormente ir en dirección al muelle que tenían pensado visitar. Todo esto mientras eran observados por Shisaku, quien no apartaba su vista de ellos; se le notaba un poco molesto al igual que pensativo, como si estuviera tramando algo, como si tuviera algo en mente, algo que debía hacer. De regreso con Bryluuk y Mei, ambos estaban por llegar al esperado muelle de su infancia, sin embargo, antes de que esto sucediera, el chico pelinegro le tapó los ojos con el fin de que se llevara la "sorpresa" de su vida. No obstante, cuando Mei entre juguetonas carcajadas logró quitarse de encima las manos de Bryluuk, fue que entendió el porqué del misterio. El sitio no era lo mismo que antes, pues carecía de la alegría y color que tanto tiempo llevaba grabado en su mente; cualidades positivas que fueron destrozadas en un abrir y cerrar de ojos a causa de un oxidado aire, tan lleno de vejez y soledad. Semejante apariencia no había sido obra del tiempo únicamente, sino que algo externo a ello también había jugado un importante papel: frenéticas batallas entre soldados Boost y Veridian. Provocando gracias a los destructivos combates que fueron llevados a cabo en el muelle y parque cercano, un sinnúmero de daños materiales, los cuales eran apreciados a simple vista; tales como agujeros en el suelo, de los que sobresalían pedazos de concreto, grietas en la mayoría de paredes, consecuencia de los golpes dados sobre ellas, marcas de quemaduras, trozos de madera regados por doquier, entre muchas otras cosas más que lo hacían lucir terrible.

Todo tenía la pinta perfecta para ser un lugar desagradable, sin embargo, a Mei pareció no importarle en lo absoluto, ya que en lugar de querer irse, comenzó a caminar entre los escombros, apartándolos de un lado a otro con la ayuda de sus zapatos y recordando cómo era cada cosa antes de que perdieran su característico brillo. Y fue en entre sus incesantes memorias que, segundos más tarde, logró dar con unas viejas escaleras, mismas que procedió a subir en compañía de Bryluuk, quien se encontraba detrás de ella. Ambos paso a paso se aproximaban a la cima con la ayuda del barandal, pero este se notaba muy desgastado, pues se hallaba repleto de óxido y abolladuras en ciertas partes... Realmente era toda una hazaña que aún se mantuviera fijo sobre el concreto. Bryluuk al notar la actitud distante de su amiga hizo lo que cualquiera hubiera hecho en esa situación: animarla. Así que a través de bromas la empezó a molestar, mencionándole que la perseguiría para hacerle cosquillas, por lo que ella tras saberlo continuó su trayecto con una sonrisa dibujada en el rostro a la vez que huía de él... Hasta que finalmente llegaron a la parte más alta, lo cual terminó con su juego. Ya en tal ubicación, Mei entre carcajadas divisó algo en la lejanía que la animó aún más: un viejo mirador situado a unos metros de donde se ubicaba. Entusiasmada por lo que había visto, corrió directamente hacia él, para luego tomarlo y usarlo de una manera tan agitada y ansiosa, como si se tratara de una niña pequeña.

Bryluuk: ¡Oye, Mei, espérame! (Pegando un leve grito la llamó, al ver que había desaparecido muy rápido)

Mei: ¿Recuerdas cuando de niños veníamos y usábamos los miradores? Era increíble la vista, podían apreciarse los barcos y sus tripulaciones, si es que estaban más cerca, claro... (Mencionaba con una tremenda emoción, mientras sostenía con ambas manos el mirador desgastado)

Bryluuk: Todavía me acuerdo. Solíamos ver a la isla Dimeria, su costa y sus edificios más altos. En serio me sorprende mucho cuán lejos puede uno ver con esa cosa... Es increíble. Aunque dudo que ahora se vea algo, ¿o sí? ¿Ves algo? (Curioso le cuestionó, acercándose a donde ella estaba, posicionándose justo a su lado)

Mei: La verdad... Se ve algo borroso. La edad le sentó mal al parecer, hehe... Pero me gusta lo poco que se nota... (Con una grata sonrisa culminó sus palabras, todavía sin despegar su mirada de ahí)

Bryluuk: Hahaha... No has cambiado nada. Me gusta mucho cómo te emocionas, siempre me ha gustado... (Disminuyendo el tono de voz conforme sus palabras avanzaban, terminó de hablar)

Mei: ¿Qué dijiste? No escuché lo último, estaba distraída... (Indiscretamente, le preguntó, con la finalidad de que se atreviera a repetirlo)

Bryluuk: ¡Oh, nada, hehe! Solo decía que... Que... Que es increíble lo que han hecho con este lugar. Ya ni atención le ponen, y no sé si vayan a arreglarlo algún día... (Con una tremenda vergüenza encima, se alejó de donde estaba, para dirigirse hacia el barandal que había enfrente)

Mei: La verdad me desilusioné un poco cuando lo vi. Todo lo que recordaba se derrumbó al verlo. Pero era obvio que no iba a mantenerse por siempre de la misma manera, y más aún sabiendo la situación en la que estamos. A veces pienso que los Boost en lugar de ayudar solo empeoran las cosas. Y hace que no me sienta segura en ningún lado.

Bryluuk: Sabes bien que el resultado de sus conflictos no es culpa de ellos, sino de los Veridian que son en su mayoría muy destructivos. Las personas se quejan, pero ellos no arriesgan sus vidas peleando contra sujetos con superpoderes.

Los Boost no pueden impedir del todo las catástrofes o que ciertas cosas pasen, ellos no controlan eso. Ellos solo nos protegen de las amenazas, cueste lo que cueste y por el bien mayor. Por eso los respeto mucho.

Mei: Lo lamento... (Luego de escucharlo bajó la mirada apartándose así del mirador, mientras que inconscientemente giró para verlo)

Bryluuk: ¡Oye, no te disculpes! Te entiendo, yo también estoy cansado de tantas peleas. Pero cambiando de tema, porque eso ya está fuera de nuestro alcance... ¿Cómo te la pasaste en Terranova? ¿En serio es la ciudad más ecológica del mundo? Escuché que hay árboles hasta en los baños de las casas, ¿es cierto eso? Hahaha. (Tan pronto y como le cambió la plática, se dio la vuelta para tenerla de frente y hablar de una manera mucho más cómoda)

Mei: Emmm... Sí. Hahaha, en esa ciudad se toman muy en serio el buen cuidado de las plantas, e incluso hay una ley que te prohíbe cortar aunque sea una hoja de un árbol. Y no hablemos de lo que debes hacer para construir algo, como por ejemplo una casa; porque si hay tan siquiera un árbol o planta estorbando debes rodearlo o hacerla sin causarle daño. Claro, te ayuda el gobierno en el diseño y tal, ¡Pero no es igual! ¡Es casi ridículo! Apoyo todo eso, ¡pero es demasiado! ¡Y además todos son un montón de hippies! Son tan buenos que me enferma...

Bryluuk: Hahaha, wow, creí que era una broma. Recuerdo que mis padres fueron a esa ciudad para iniciar el proyecto Terranova hace ya muchos años. Apuesto a que las vistas en ese lugar han de ser muy hermosas.

Mei: ¡Lo son! Todo se ve tan colorido y magnífico porque la mayor parte de los edificios están repletos de plantas. A primera vista se nota como si la ciudad estuviera abandonada, pero no, se encuentra llena de vida. Creo que esa fue una de las razones por las que mi papá quería que viviéramos ahí, ya que es muy tranquilo y pacífico... O bueno, los primeros años fueron así para nosotros.

Bryluuk: Y... ¿Por qué regresaron? ¿Tuvo que ver algo con tu papá? Hay ciertas cosas que no me cuentas nunca por mensaje... Y quisiera saberlo.

Mei: Digamos que... Mi padre ya no es bienvenido en esa ciudad... (Denotando decepción, giró nuevamente, para luego dar un par de pasos hacia el barandal delantero, en el cual se recargó sin apartar los ojos del mar en calma)

Bryluuk: ¿Qué? ¿Por qué? (Sorprendido y angustiado por lo que había escuchado, no pudo evitar cuestionarle)

Mei: Bryluuk... Cuando mi madre murió... Mi papá cambió mucho. Comenzó a tomar y en ocasiones parecía no ser él. Nos mudamos al principio porque él quería paz, alejarse de los problemas y del lugar donde vivió mi mamá. Y estamos de regreso porque en una de esas ocasiones se le ocurrió la brillante idea de provocar un incendio. Estaba molesto, pero a la vez triste, arrojando todo tipo de cosas a las llamas mientras gritaba erráticamente. Enseguida se dieron cuenta y... Bueno... Era ya no ser bienvenidos o estar en prisión.

Bryluuk: Mei eso es... Terrible, ¿cómo pudo ser tan imprudente, y luego en la ciudad de la paz? (Ante la cruda realidad que escuchó de ella, fue que se despegó del barandal para ir a hacerle compañía)

Mei: Bueno, ahora lo sabes... (Tras decir finalmente la verdad, desvió la mirada sin apartarla del suelo)

Bryluuk: ¿Solo ha hecho esa estupidez, verdad? No te ha, ya sabes... (Molesto por lo que le había contado, fue que comenzó a presionar su mandíbula y puños, en una clara señal de disgusto)

Mei: ¿Golpeado? No... No lo ha hecho, no te preocupes... (Contestando rápido su pregunta, agitó sus manos de un lado a otro, dándole a entender que eso no había pasado nunca)

Bryluuk: Si es que pasa algo más... Por favor, dímelo. Las puertas de mi casa siempre estarán abiertas para ti. O si no quieres estar en tu casa también. (Con el objetivo de protegerla a toda costa le propuso algo descabellado, a la vez que la tomaba de las manos)

Mei: ¡¿Acaso me estás pidiendo que viva contigo, Bryluuk Brist?! (Desconcertada por lo antes nacido de su boca, sostuvo firme y cálidamente sus manos)

Bryluuk: ¡Oye, y-yo no me refería a eso! Y-yo hehe, s-si tu algún día quieres, ¡espera, no! Agh... Yo solo digo. Rayos, no sé cómo decirlo sin sonar mal... ¡Idiota! (Tratando de remediar sus palabras procedió a soltarla de golpe, pero por más que intentó arreglarlo, no le salió para nada bien)

Mei: Hahahaha, estoy bromeando, no te preocupes. Sé que siempre estarás para mí. Eso nunca lo he puesto en duda, así que tranquilo. Mejor dime, ¿qué cuentas tú? ¿Cómo está tu padrino? ¿Todo va mejor entre él y tú? (Contenta por lo que había logrado obtener cambió la conversación una vez más, para que Bryluuk ya no se sintiera incómodo)

Bryluuk: Supongo que bien. La verdad no lo sé, no suelo hablar mucho con él. Se la pasa trabajando en A.M.B.E.R. y a veces ni siquiera está en la casa. Después de todo es uno de los fundadores como lo fueron mis padres. (Caminando a paso corto fue hacia el barandal nuevamente, para luego tras guardar sus manos en los bolsillos del pantalón, observar el mar)

Mei: ¿Todavía sigues tratando de sacarle la verdad? Me habías dicho que te sentías engañado, como si te ocultara algo...

Bryluuk: Y aún lo siento. Me rehúso a creer que fue un accidente, ¿sabes? Él me ha dicho que tuvo que ver con un dispositivo que encontraron en aquel tiempo. Que no sabían su naturaleza, y que era sumamente inestable a tal grado de causar una gran explosión que terminó con la vida de muchos, incluyendo la de mis padres. Pero no me ha dado más explicaciones, y siento que no es todo. Mi papá era muy cuidadoso, él sabía lo que hacía siempre, y no puedo imaginar que algo se le pasara. Si ese objeto era tan inestable, él lo hubiera sabido y aislado, pero no lo hizo y lo mantuvo en el laboratorio. Ahí fue la explosión, de ahí surgió... Y eso fue lo que dijeron en los medios también. Sin embargo, lo que mi padrino no sabe es que me puse a investigar por mi cuenta hace unos años. Si bien no sabía por dónde empezar, hubo alguien que me ayudó y me abrió los ojos hacia otro camino de la verdad. ¿Y sabes qué fue lo que encontré?

Mei: ¿Qué? (Repleta de incertidumbre y ansiosa por saber más, fue que se acercó a él lentamente, para luego divisar sus ojos)

Bryluuk: Yo estaba en lo correcto. En los registros de aquel día, no había nada, absolutamente nada, como si la fecha nunca hubiera existido. La borraron y no sé quién lo hizo. Pero eso solo aumentó mi curiosidad por saber qué mierda pasó ese día. Jugger tiene que decirme la verdad tarde o temprano, porque honestamente ya me cansé de esperar.

Mei: ¿En serio es el único que puede decírtela? ¿No hay alguien más, no hubo otros sobrevivientes aparte de tu padrino?

Bryluuk: El accidente ocurrió en la madrugada del 25 de diciembre del año 2138. Fue día festivo y la mayoría del personal se había ido a casa. Pocos se quedaron esa vez, y una parte de ellos murió tras la explosión. Quienes sobrevivieron quedaron en coma, todos ellos, y no se supo nunca cuál fue la razón. Al día de hoy están muertos... Excepto mi padrino. Según él no estuvo ahí cuando ocurrió, pero yo sé que nunca se apartaba de mis padres. Por eso no hay nadie más que me diga lo que sucedió.

Mei: ¿Y entonces qué es lo que piensas, cuál es para ti la verdad?

Bryluuk: No tengo la menor idea... Las cosas no cuadran en mi cabeza. Podría ser algo relacionado con ese dispositivo que encontraron, o incluso no tuvo nada que ver y se trató de una infiltración de la Unión Civil, o de La Realeza, hasta un escape de la prisión interna... ¡No lo sé! Pero quiero encontrar al culpable o siquiera saber qué pasó. (Frustrado y confundido por seguir estando en el mismo peldaño de su investigación, golpeó el metal del barandal, el cual tras el impacto comenzó a vibrar)

Mei al verlo y escucharlo tan lleno de rabia, al igual que desesperado por conseguir la verdad, caminó aún más hacia donde estaba, para posteriormente comenzar a abrazarlo del brazo derecho y pegar su mejilla sobre este, en un verdadero acto de amor y amistad. Ella en el interior sabía que su amigo necesitaba ayuda, apoyo emocional que lo animara y le devolviera la sonrisa que tanto le gustaba ver. Y fue por eso mismo que se acercó empáticamente, con el propósito de ser el paraguas que lo mantendría a salvo de la tormenta interna que lo atacaba, justo como él lo había hecho con ella. Sin embargo, la conmovedora escena no duraría mucho tiempo, puesto que algo los interrumpió, un sonido proveniente del inicio de las escaleras por las que habían subido con anterioridad: un fuerte e intenso grito mencionando el nombre de Bryluuk. Tras escucharlo, ambos se vieron el uno al otro, totalmente confundidos, ya que no entendían qué era lo que sucedía. Y fue al pasar los segundos, que se dirigieron de manera rápida hacia el borde del último peldaño para saber de quién podría tratarse. Pero grande fue la sorpresa que se llevaron, al darse cuenta de que el causante era ni más ni menos que Shisaku, quien no estaba solo, sino que era acompañado por otros cuatro sujetos de apariencia no amigable. Mei al deducir las intenciones de los tipos no dudó en abrazar firmemente a Bryluuk para "protegerlo", no obstante, él era consciente de que algo muy malo estaba por suceder... Y que en lugar de acobardarse y huir, lo mejor era enfrentar la situación a toda costa.

Bryluuk: Oye... Tranquila. (Dirigiéndose a ella con una voz atestada de esperanza, le mencionó mientras no dejaba de ver aquellos hermosos ojos)

Tarde o temprano iba a suceder algo así. Algunas personas siguen resentidas por lo que mis padres hicieron... Y no los culpo. No todos logran aceptar y vivir con las consecuencias provocadas por otros...

Capítulo 2: Chispa De Esperanza

Bryluuk: Mei... No te preocupes, estaré bien. Solo necesito que te apartes, no quiero que te pase algo, así que por favor hazme caso. (Denotando una actitud sensata, pero a la vez optimista y protectora, le pidió que no interviniera)

Mei: ¿Qué? ¿Estás loco? No te dejaré, ¡eso ni lo pienses! (Preocupada y temerosa por lo que fuera a ocurrirle, le respondió mientras lo sujetaba cada vez más fuerte)

Shisaku: ¡Vaya! ¡Ahora sé por qué te hacías el héroe! ¡La querías solo para ti! Hahaha. (Al ver a lo lejos a la parejita de tórtolos, y tras notar que Mei no dejaba de aferrarse cada vez más a Bryluuk, les gritó a ambos)

Bryluuk: ¡¿Qué es lo que quieres Shisaku?! ¡Yo no tengo ningún problema contigo! (Por medio de un tono de voz desafiante y carente de miedo, procedió a contestarle desde lo alto de las escaleras)

Shisaku: ¡Pero yo sí contigo, imbécil! ¡Sabes, estaba pensando en lo que te dije hace rato, y llegué a la conclusión de que te haré pagar por los pecados de tus malditos padres! ¡Aquí y ahora! (Lleno de ira y rencor le gritó una vez más, para luego dar un par de pasos hacia adelante)

Bryluuk: ¡Al menos pudiste haberlo hecho sin compañía! ¿¡O acaso mis padres también tuvieron algo que ver con la muerte de sus familiares!? ¡Con eso me queda claro tu nivel de cobardía y miedo! ¡No eres capaz de enfrentarme solo! ¡¿No es así?! (Justo en el momento en el que pudo despegarse de Mei, y con la mera intención de provocar a su adversario, fue que comenzó a bajar los escalones uno por uno hasta que se detuvo al cabo de un rato)

—Oye, él es... Es Bryluuk Brist, hijo de los fundadores... Eso no lo habías mencionado... (De repente uno de los acompañantes, desconcertado por lo que estaba viendo, le mencionó a Shisaku a voz baja, sin despegar la mirada de aquel chico que había reconocido)

—Yo he escuchado algunos rumores que dicen que conoce a la mayoría de los soldados Boost de la unión, y que además entrena con ellos el arte de combate universal en las instalaciones de A.M.B.E.R. Sin contar que su padrino también es uno de los fundadores. No quiero tener problemas con ellos, Shisaku... (Del mismo modo que su amigo, él también expresó sus inconformidades y temores al respecto)

Shisaku: ¡Ay, ya cállense! Sepa lo que sepa de pelea, nosotros somos más, podremos contra ese miserable. Recuerden que si estamos aquí es para hacerlo pagar, por los miles de personas que perdieron a sus seres queridos gracias a los estúpidos Boost. Esos idiotas crean más conflictos que los propios Veridian... No saben cuánto los aborrezco... ¡Así que ya saben! ¡Él es nuestro primer paso para entrar a la Unión Civil! (Dando por terminadas sus palabras frunció el ceño con resentimiento, liberando así el enojo que emanaba de su interior)

—¡Sííí! (Alentados por el discurso de su compañero, se dispusieron a pelear y acompañarlo en su intento por darle una lección a Bryluuk)

Shisaku: ¡Vayan por ese desgraciado! (Mediante un veloz movimiento por parte de su mano derecha, les ordenó a sus seguidores que lo atacaran)

Y fue de esa manera que los cuatro sujetos se movilizaron tan pronto y lo escucharon, acercándose a paso rápido hacia su objetivo, el cual por medio de una postura defensiva los esperaba ya listo. Cuando el primero logró llegar a su posición, no dudó ni siquiera un segundo en lanzar el primer golpe, sin embargo, este al ser un ataque tan obvio, fue fácil de esquivar a partir de un contrario y fugaz movimiento. La brecha resultante a causa de la posición del brazo enemigo, dio pie a una zona expuesta, misma que Bryluuk aprovechó al máximo para contraatacar con un certero puñetazo sobre el estómago de su adversario, provocando así, su abrupta caída. Instantes más tarde, el segundo de los tipos también arribó, pero este, en lugar de elegir el rostro como blanco, decidió atacar el área de las piernas, efectuando de ese modo una muy vertiginosa y poderosa patada; no obstante, el chico de vestimenta rojinegra consiguió dar un salto justo antes de que estas fueran impactadas. Al caer, lo siguiente que hizo fue dar un giro completo a pierna extendida, que le sirvió como impulso para golpear al sujeto y causar su posterior disparo hacia las escaleras, donde por culpa suya, se llevó de corbata al que iba subiendo. Cuando el cuarto y último acompañante apareció, corrió velozmente hacia la ubicación de Bryluuk, quien aún no se había recuperado de su previo ataque. Así que el chico, aprovechando esa notoria oportunidad, lo sujetó del torso con ambos brazos y lo empujó continuamente hasta llegar a la cima, lugar en el que cayeron de manera violenta. Ya en tal situación, lo que hizo Bryluuk para quitárselo de encima fue apoyar ambas piernas sobre el vientre del tipo y, tras un fuerte impulso ejercido desde ellas, lo mandó a volar hacia el lejano barandal a su espalda, ocasionando que impactara aparatosamente y que el metal del mismo comenzara a vibrar de un modo descontrolado. Sin embargo, fue cuando empezaba a levantarse, que lo peor estaba por ocurrir, ya que de repente, Shisaku llegó dándole un limpio y tremendo puñetazo en el rostro, el cual lo mandó de regreso al suelo.

Bryluuk: ¡¡¡AGHHHH!!! (Quejándose por el dolor del golpe recibido, intentó levantarse lo mejor que podía)

Pero antes de que pudiera hacerlo, uno de los sujetos fue corriendo hacia él para rematarlo con una patada, provocando gracias a ella que diera una vuelta completa sobre el suelo hasta que finalmente se detuvo. Mei solo presenciaba los incontenibles golpes que recibía su amigo sin poder defenderlo o hacer algo al respecto, ella se sentía tan impotente e inútil; pero no era culpa suya, puesto que se hallaba dentro de un perfecto shock mental, completamente ciclada por lo que estaba aconteciendo... De alguna u otra manera le traía recuerdos. En cambio, Bryluuk daba todo de sí para contener y anular los constantes golpes que le daban los cinco tipos, así como también ver la manera de contraatacar cuando tuviera la oportunidad de hacerlo. Sin embargo, pese a las habilidades y conocimientos en combate que poseía, se le era difícil estar al tanto de cada uno de ellos, por lo que fue casi imposible no recibir daño alguno. Sus movimientos eran precisos en ciertas ocasiones, al igual que estratégicos, pues no dejaba de apuntar a zonas clave del cuerpo y aprovechar las brechas que dejaban sus inexpertos contrincantes. Tales técnicas de pelea eran parecidas a las usadas por los militares de antaño, pero ahora perfeccionadas a causa de la adición de más estilos de lucha, lo cual le daba una clara ventaja. No obstante, aunque supiera en qué lugares atacar y sus rivales no, estos le ganaban en número, convirtiéndose de ese modo en un gran problema, mismo que no tardó mucho en traer sus más obvias repercusiones. Sin lugar a dudas dio todo lo que podía ofrecer, luchó lo mejor que le permitió su cuerpo, pero al final su cansancio se transformó en su principal oponente. Bryluuk los había eludido de una forma tan magistral, que había logrado herirlos en reiteradas ocasiones; sin embargo, al poco rato llegó el inevitable y fatídico momento en el que ya no pudo resistir más, por lo que no tuvo otra opción que retroceder ante la presión; acción cuyo efecto, trajo consigo su inmediato arrinconamiento por parte de sus atacantes.

Bryluuk: M-maldita sea... (Cansado por todo el esfuerzo que había hecho pensó ante la vista de todos, mientras que su espalda topaba con la metálica y oxidada barra del barandal conforme retrocedía)

Fue en ese momento en el que completamente fatigado no paró de observarlos acercarse paso a paso, reflejando sobre su ya exhausta mirada un gran coraje y decisión sin igual, sumado a un aura tan intensa de valentía y determinación que podía sentirse hasta en el aire. Llegado a ese punto, y tras una batalla fuera de foco, misma que se llevaba a cabo entre las profundidades de la mente de Mei, fue que por fin pudo de una vez por todas romper las cadenas de miedo y conmoción que la mantenían presa, consiguiendo después de ello pegar un potente y ensordecedor grito de victoria, cuya intensidad logró ahuyentar a las aves cercanas de la zona. Estaba muy alterada por lo que estaba ocurriéndole a su amigo que de un instante a otro su corazón comenzó a latir a una velocidad tremenda, aunado al incontenible llanto que también le había provocado dicha situación, dando como resultado el nacimiento de un sinnúmero de lágrimas, las cuales no dejaban de caer sobre sus ahora pálidas mejillas. Al terminar de desahogarse, intentó correr hacia donde se hallaban con el fin de ponerle un alto al combate, pero de repente, uno de los cómplices de Shisaku apareció para impedírselo, postrándose frente a ella y moviéndose hacia donde ella se movía.

Mei: ¡YA DÉJENLO! ¡ÉL NO HIZO NADA! ¡SON UNOS COBARDES! (Completamente histérica les gritó a todo pulmón, por lo que al escucharla todos voltearon a verla)

Shisaku: Vaya, vaya... La muchacha tiene agallas. Ahora veo por qué te gusta. ¿Acaso no te da ternura? En serio se ve que quiere ayudarte y protegerte... Pero no le servirá de nada. No sabes cuánto lamento que tu noviecita tenga que ver esto, pero no es mi culpa que esté aquí, ¿o sí? (Al ver los intentos de la chica de querer salvar a su enamorado, giró de nueva cuenta hacia Bryluuk)

Bryluuk: ¡Mei, apártate, es peligroso, por favor! ¡Yo me encargaré de ellos, así que por favor hazme caso! (Preocupado por su bienestar, le advirtió que se marchara por medio de unas angustiadas palabras)

Shisaku: Vaya. Lo dices como si en realidad fueras a poder contra nosotros, pero déjame decirte algo. ¡No puedes! ¡PORQUE NOSOTROS SOMOS MÁS QUE TÚ! ¡¿LO ENTIENDES?! No importa cuánto sepas de lucha, de estilos de pelea, ya sea militar o no, no podrás. Y si estoy seguro de eso es porque no creo que antes hayas peleado de verdad como lo estás haciendo aquí y ahora. Tu experiencia no sirve de nada si nunca la pones en práctica. ¿O me equivoco?

Bryluuk: ... (Tras escucharlo permaneció sin decir ni una sola palabra, pues lo que había dicho tenía cierta relevancia)

Shisaku: Pagarás por los pecados de tus asquerosos padres, porque por si no lo sabías, gracias a ellos fue que miles de personas inocentes perdieron a sus seres queridos, ¡por culpa de ellos, cientos de ciudades fueron devastadas! ¡Y fue por la culpa de tu padre que mi madre murió en aquella explosión hace ya 12 años!

Ella me llamó esa noche, me dijo que regresaría temprano para estar conmigo... ¿Y adivina qué? Nunca lo hizo, nunca volvió. En su lugar llegaron unos hombres de A.M.B.E.R. con un mensaje "Lamentamos informar el fallecimiento de Elizabeth Garaii". Fue un muy duro golpe para mí... Y más cuando supe que había sido por un descuido de tu padre. Me dio tanto gusto saber de su muerte al igual que la de tu madre... Ojo por ojo, después de todo.

Bryluuk: Eres un estúpido si crees que A.M.B.E.R. tiene la culpa de todo lo malo que pasa en el mundo. Tal parece que eres igual de incrédulo como las demás personas, creyendo que la culpa recae sobre los Buster Boost, y que todo lo que hacen está mal. Ellos lo único que hacen es protegernos de las amenazas Veridian cueste lo que cueste, mientras tú estás en tu casa viendo la maldita televisión o jugando videojuegos, criticando y hablando sin darte cuenta de lo que sacrifican día con día. Y aún peor, culpando a quienes no tienen nada que ver como yo. No soy ningún soldado, no peleo con nadie, no conozco sus planes o estrategias y honestamente no quiero saberlos. Nunca me ha interesado ser un Boost como lo fueron mis padres, nunca lo he querido. Estoy cansado de que me echen la culpa por sus actos, solamente porque mi apellido es Brist... ¡En serio estoy cansado de eso! ¡Yo no tengo nada que ver con la muerte de esas personas, y nadie de A.M.B.E.R. tiene la culpa de ello! Si quieres enfadarte con alguien, hazlo con los Veridian, no con quienes nos protegen y nos mantienen a salvo. Si sus combates se extienden y causan estragos, son cosas inevitables, cosas que pasan... Cosas con las que tienes que lidiar.

Shisaku: ¿Son cosas que pasan, dices? Estás equivocado. ¡Son sus errores! Mi madre no merecía morir... Ella no debía estar ahí... Ella tenía que estar en casa... Y no pudo. (Impotente mencionó, mientras no dejaba de presionar fuertemente ambos puños con una gran ansia de golpearlo)

Casos como el de mi madre hay muchos, Bryluuk, un sinfín de ellos. ¿O por qué piensas que se creó la Unión Civil? No me importa nada de lo que digas, ¡no me interesan en lo absoluto tus palabras! Porque los verdaderos enemigos del planeta no únicamente son los Veridian, sino también los soldados de A.M.B.E.R., y sus constantes batallas, que en lugar de ayudar a la gente, solo las deja sin hogar, sin familia y sin esperanzas de paz.

Qué desafortunado ha de ser... Portar el apellido más aborrecible del mundo... El apellido de la falsa "salvación".

Bryluuk: Estás enfermo. Tú no entiendes nada, o peor aún, no quieres aceptarlo. Siento mucho lo de tu madre, pero esto que haces no te la devolverá...

Shisaku: ¡Cierra la boca! Tú no tienes ningún derecho de nombrarla o incluso referirte a ella. Tal vez no sirva de nada vengarla... Pero créeme que se siente tan bien el golpearte... Como si estuviera haciéndolo con tu estúpido padre. En fin... Creo que ya hablé demasiado. ¿Qué te parece si continuamos? (Totalmente confiado y con una sonrisa de oreja a oreja, extendió sus brazos denotando cierta tranquilidad)

Bryluuk: Ya estoy cansado de todo esto... De ser culpado por la gente, de ser el principal motivo de sus molestias y enojos... De seguir siendo la sombra de mis padres... (Adentrado en sus pensamientos, comenzó a desconectarse parcialmente de la realidad)

Shisaku: ¡Vayan por él! (Gracias a un rápido movimiento por parte de su mano derecha les ordenó una vez más que fueran golpearlo)

Mei: ¡NOOOOO! ¡DETÉNGANSE, YA! (Desesperada por lo que estaba pasando todavía, intentó pasar al tipo en numerosas ocasiones, pero seguía sin poder evadirlo por más que lo hacía)

Bryluuk: Yo no soy como ellos, yo no soy ellos... Yo no he hecho nada para ser tratado de esta manera... Yo tengo mi propio camino, ¿no? Un destino, un futuro... Pero... ¿Cuál es? ¿Quién demonios soy realmente? (Confundido a causa de sus interrogantes bajó la cabeza, cerró ambos ojos con ímpetu y procedió a abrirlos de golpe en dirección a los sujetos)

Al momento que uno de los tipos finalmente llegó con él, este le lanzó un potente golpe con la mano derecha; sin embargo, Bryluuk aprovechó el impulso que llevaba para evadirlo, tomarlo y torcerlo levemente hasta provocar su desvío y posterior impacto sobre el metálico barandal a su espalda, el cual, tras el golpe, comenzó a vibrar y agitarse de nuevo.

Bryluuk: Mamá, papá... ¿Cuál es mi futuro? ¿Qué es lo que debo hacer? Yo no soy como ustedes... Yo no puedo ayudar a las personas... No soy un Boost... Y no quiero serlo. No estoy hecho para eso... No sé qué hacer... (Estaba claro que algo le pasaba, lo cual lo orilló a seguir vagando por el infinito espacio de su mente, planteándose preguntas cuya respuesta era inexistente)

El segundo chico hizo acto de presencia justo después de haber derribado al anterior, obteniendo, gracias a la distracción que invadía a Bryluuk, asestar un puñetazo limpio sobre su rostro, lo que dio como resultado su estremecimiento y posterior sangrado nasal a causa del enérgico impacto. Pero eso parecía no importarle, ya que seguía hundido en el extenso mar de incertidumbre creado por su propia mente. Sin embargo, fue tras recibir el siguiente golpe, ahora en la zona de su estómago, que optó por contraatacar gracias a lo fuerte que este había sido, logrando de este modo que el sujeto retrocediera unos cuantos pasos. El tipo no tardó mucho en regresar con un tercer y rematador ataque por parte de su puño derecho, que ahora iba dirigido hacia la misma ubicación que antes no había podido acertar: su cara. Ante el venidero intento de agresión, y con la ayuda de su mano izquierda, Bryluuk consiguió sujetarlo a partir de un ágil y defensivo movimiento que no solo le sirvió como escudo, sino que también le había brindado una zona expuesta sobre el enemigo que no dudó ni un segundo en aprovechar al golpearlo justo por debajo del brazo, seguido de un golpe en el pecho de su atacante que lo mandó directo al suelo, lugar en el que azotó de forma abrupta. Instantes más tarde, Shisaku llegó de sorpresa para golpearlo una vez más en el rostro y hacer que regresara de nueva cuenta hacia el barandal, donde procedió a estamparse de espaldas con un tremendo azote y causar que el metal de las barras cediera ante la presión ejercida en ellas, pues la cantidad de óxido que poseían era tanta, que solo bastaba un poco de esfuerzo para romperlas. El cansancio de Bryluuk conforme la pelea avanzaba era cada vez más evidente, debido a que sus movimientos con el tiempo se volvieron más lentos y torpes, sus reflejos ya no eran los mismos que antes y su mirada ahora estaba decaída por la debilidad que sentía, sin contar las heridas faciales y musculares generadas por los fuertes golpes que había recibido de la mano de todos esos chicos.

Shisaku: En serio deberías ver tu estúpida cara, tan demacrada, tan impotente. ¡En serio que te mereces todo esto y mucho más, Bryluuk! ¡No sabes cuánto esperaba este momento! (Rápidamente y hambriento de venganza fue hacia él, para luego alzarlo sujetando el cuello de su chaqueta)

Solo quiero repetirte que te odio, a ti, y a toda tu familia... (A voz baja e intimidante le mencionó, dejando en claro la rabia y rencor que ardía en su interior)

Bryluuk: N-no... No eres el único... Y no puedo hacer nada para cambiarlo... Al igual que tú no puedes hacer nada para cambiar lo que ya está hecho... (Adolorido, exhausto y débil, le contestó ya casi sin aliento)

Shisaku: Algún día pagarán todo lo que han hecho. Todo el daño que han causado y la falsa esperanza que nos han estado mostrando llegará a su fin. Te juro que desde mucho antes te hubiera matado... Pero quiero que veas con tus propios ojos lo que sucederá. Y hasta ese entonces, quiero que permanezcas donde debes estar. Nos vemos luego... Brist.

Para terminar y mediante un impulso accionado por sus manos, las cuales se hallaban sosteniendo la chaqueta de Bryluuk, lo empujó de manera brusca hacia el deteriorado barandal, mismo que sucumbió ante la presión dada sobre él, provocando de esa manera su colapso y posterior caída. Tan rápido había sido el movimiento, que le fue imposible reaccionar o siquiera sujetarse de cualquier cosa para evitarlo. Siendo esta la razón por la que no pudo hacer nada y terminó siguiendo el paso de los oxidados y metálicos escombros hacia el mar desde una distancia casi mortal.

Mei: ¡¡¡NOOOOOOO!!! (Al darse cuenta de lo sucedido, aprovechó la distracción del tipo para hacerlo de lado y correr al lugar de los hechos)

No, no, no, no, no, no... (Tras llegar al borde se agachó y comenzó a buscarlo desesperadamente con la vista, moviendo sus ojos en todas las direcciones; pero no vio más que el resultado de su impacto sobre el agua: unas incesantes y precipitadas ondas)

Shisaku: Ahora estás donde deberías haber estado desde hace mucho... Tsch. (Culminando sus palabras, así como lo que había planeado, guardó sus manos en los bolsillos de su pantalón, a la vez que veía las olas en el mar, aquellas originadas a partir de su vil y despiadado acto)

Mei: ¡ERES UN MALDITO MONSTRUO! (Jadeante de preocupación y molesta por lo que Shisaku había hecho, le gritó maldiciéndolo con todas sus fuerzas)

Shisaku: Eso pretendo ser... Hump. (Mostrando una postura seria le respondió, para segundos más tarde dar la vuelta y marcharse junto con sus compañeros)

Vamos, chicos. Aquí ya no hay nada que hacer... (Tanto él como sus amigos caminaron hacia las escaleras para dejar el lugar, no sin antes quejarse de lo malheridos que estaban algunos por la anterior pelea)

Mei: No puede ser... No... Esto no puede estar pasando... ¡¡¡Bryluuk!!! (Tras culminar sus palabras llevó ambas manos a su boca en señal de angustia, mientras no paraba de llorar impotentemente)

Mientras tanto, en las profundidades del agua, Bryluuk continuó cayendo hacia el abismo de oscuridad, alejándose poco a poco de la superficie, y adentrándose cada vez más a la vastedad del océano, sucumbiendo ante el poder gravitacional y rindiéndose al grado de no hacer nada por salir de ahí o siquiera para tomar algo de aire con el fin de evitar ahogarse. Al contrario, lo que le sucedía parecía no afectarle o importarle en lo absoluto; él únicamente se dejaba llevar por la corriente y la situación que vivía, optando una postura suelta y relajada, con una mirada perdida sobre el opaco brillo de los rayos solares en el exterior, los cuales se tornaban aún más borrosos e imperceptibles conforme seguía bajando.

Bryluuk: Mamá... Papá... ¿Qué fue lo que realmente pasó esa noche? Tengo que saberlo... Ya no quiero tener que pensarlo una y otra vez cada maldito día, ya no más... Quiero liberarme de esa duda... Quiero ser libre... ¡Quiero ser libre! (Pese a la condición en la que se hallaba, su mente persistía atormentándolo, enfocándose solo en esos pensamientos)

De verdad... Ansío serlo... (De un modo leve y todavía sin la intención de querer salir en busca de oxígeno, cerró los ojos con el fin de perderse aún más en la nada, denotando gracias a semejante acto, su rendición frente a las abismales garras que no dejaban de arrastrarlo hacia sus aterradoras fauces)

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