Habían sido meses angustiosos, en dónde Maximiliano pensaba que nunca conseguiría la feliz. Después de la captura de Jennifer y La supuesta muerte de Dimitri todo se fue calmando, Emiliano, hermano de Maximiliano, decidido entregarse a las autoridades.
_ señor cortes, no sabemos cuáles son sus intenciones en incriminarse, no hay nada que pueda demostrar su culpabilidad.- le dijo el oficial a Emiliano.
_ oficial, no le estoy mintiendo.
_ pues no es eso lo que dice la aprueba, sé que si trabajo para el señor Dimitri, pero era solo como mensajero.
Emiliano no entendí qué estaba ocurriendo, cómo era posible que todo su historial estuviera limpio, pero en ese momento recordó las palabras que Dimitri había dejado escrita ahora él, a eso se refería cuando le dijo que tenía una sorpresa para él, que aprovechara y fuera feliz.
_ señor cortes, por el momento no podemos retenerlo, de Igual forma seguiremos con la investigación, le recomiendo que no salga del país.- Emiliano asintió con la cabeza, luego se despidió y salió de la sala de interrogatorio.
Por su mente pasaban muchas cosas, que debía hacer, no se sentía a gusto seguir como si nada después de todo lo que había hecho. Deambulo por las calles un largo rato, luego fue al cementerio, la tumba de Dimitri estaba llena de flores nueva, y en una de ellas había, una nota como la última vez.
…
Nota.
Sé lo que está pasando por tu mente, solo deja el pasado atrás e inicia de nuevo, ese es mi regalo para ti, que puedas tener una vida tranquila.
Te quiero hermano.
…
Emiliano no puedo evitar derramar lágrimas, iniciar de nuevo, acaso era eso posible, pero que pasaba con su conciencia, podría dormir tranquilo.
Los meses fueron avanzando, Emiliano intento dejar el pasado atrás, para tener algo de tranquilidad, ayudaba a un orfanato los fines de semana.
En cuanto a Agatha, su embarazo estaba a término, se le dificultaba un poco caminar, así que pasaba la mayor parte de su tiempo en la habitación.
…
Agatha.
No hacía mucho, había almorzado en compañía de mi hermoso esposo, estaba en mi habitación recostada sobre la cama cuando sentí un fuerte dolor, y vaya que si fue fuerte. Maximiliano estaba recostado a mi lado, así que lo desperté con sumo cuidado para no asustarlo.
_ cariño.- le dijo Agatha a Maximiliano, mientras acariciaba su rostro.
_ dime linda, necesitas algo.- le contesto él un poco adormitado.
_ llegó la hora amor.- agrego Agatha.
_ si, ya es hora, debo ir al restaurante.- contesto él, no había entendido, lo que Agatha había querido decir.
_ no me refiero a eso, es la hora de que nuestra princesa nazca.
Maximiliano me quedo mirando con los ojos bien abiertos, cómo procesando lo que había escuchado, estuvo, así unos segundo, luego se levantó y corrió de un lado a otro sin saber que hacer, yo lo seguí con la mirada, era sumamente gracioso.
_ Maximiliano, te puedes calmar.- le grito Agatha.
Él se detuvo, y volvió a la cama, justo cuando se acerca pude sentir la segunda contracción, él al ver mi mueca de dolor, empezó a llorar como niño chiquito. No entendí qué le ocurría, él siempre fue un hombre firme, pero tal parece que los nervios le estaban jugando una mala pasada. Por suerte mis suegros entraron en ese momento y se dieron cuenta de la situación.
_ Maximiliano cálmate.- le dijo Dora a su hijo, luego de darle una bofetada para que reaccionara._ Agatha necesita estar tranquila y su actitud no está ayudando, debemos llevarla al hospital ya.
_ lo siento mamá.- le contesto Maximiliano a su madre un poco apenado.
El dolor era fuerte, pero no pude evitar reírme por lo ocurrido, Maximiliano temblaba y era torpe al momento de hacer las cosas, Emiliano llegó como mandado del cielo.
_ que es lo que ocurre, puedo escuchar su alboroto hasta el jardín.- dijo Emiliano, apenas entro a la habitación.
_ que bueno que estás aquí hijo, ayuda a Agatha, va a dar a luz y tu hermano está vuelto un ocho.- Emiliano no pregunto nada, simplemente corrió a la cama, tomo a Agatha en sus brazos y bajo hasta la camioneta.
Todo sucedió tan rápido que a las pocos minutos de haber llegado al hospital, todos pudieron escuchar el llanto de la pequeña Samanta. Maximiliano había entrado para presenciar el nacimiento de su hija, pero tuvo que ser sacado, ya que no paraba de llorar.
…
Todo era felicidad en la familia, esa pequeña había llegado a llenar de luz a toda la familia, la mayor parte del tiempo la casa estaba llena, puesto que todos querían compartir tiempo con la pequeña.
…
Emiliano.
Son escasas las horas que paso en la fábrica, desde que mi cuñada dio a luz, paso casi todo el día en casa, Samanta aún está pequeña, así que un no puedo jugar con ella, pero me encanta verla dormir, el tiempo que pasó con ella, mi hermano y Agatha lo aprovechan para descansar, ya que las noches suelen ser, algo complicadas, porque mi sobrina se despierta muchas veces.
Hoy debía ir a la fábrica así no quisiera, porque hoy se presentará el nuevo modelo de coche, estaba en mi oficina verificando unos documentos cuando la puerta fue cortada, era mi secretaria.
_ señor, disculpe la molestia.- le dijo la mujer cuando le aprobaron la entrada.
_ no te preocupes, dime qué necesitas.- le contesto Emiliano sin dejar de ver los documentos.
_ lo busca el señor Augusto Fernández.
No pude evitar sentir un escalofrío, ese nombre hacia parte de mi paso, era como si se empeñara en recordarme todo lo que hice, por un momento dude en verlo, pero sabía que no quedaría quieto, así que accedí a verlo.
_ hazlo pasar, por favor.- le ordenó Emiliano a su secretaria.
_ cómo diga señor.
Solo dos minutos después Augusto entro por la puerta, con su traje tan impecable como siempre, y un aura de superioridad, en el pasado tuvimos varios negocios juntos, pero no me gustó la soberbia y lo inescrupuloso que era, al momento de tomar decisiones.
Augusto le sonrió amablemente a Emiliano, él siempre le gustó la forma en la que Emiliano manejo los negocios.
_ señor Fernández, qué gusto verlo.- Emiliano no podía sentir nerviosismo, no sabía cuál eran las intenciones de su visita.
_ Emiliano, el gusto es mío, gracias por permitirme verte.- Emiliano salió detrás de su escritorio y se acercó para estrechar la mano de Augusto.
_ por favor tome asiento, desea tomar algo.
_ agua por favor.- Emiliano fue a su escritorio, tomo el teléfono y le pidió a su secretaria que le trajera dos vasos de agua, luego se sentó al frente de Augusto.
_ en qué lo puedo ayudar.- Emiliano no quiso dar vuelta y quiso ir directamente al grano.
_ siempre tan directo, sé que ya no estás en el negocio, así que no te preocupes que no es para nada de eso.- le contesto el hombre.
Escuchar eso me lleno de tranquilidad, en el caso contrario hubiese Sido difícil negarme a su petición, sin revisar una represaría por negarme, en este punto de mi vida lo que menos quiero es entrar en conflicto con alguien, estoy llevando una vida tranquila y no quiero perder por nada del mundo.
_ Entonces, a que debo su visita.
_ yo seré igual directo, deseo que te cases con mi hija.- Emiliano lo miro sin poder entender.
No sabía si había escuchado bien, casarme con su hija, conozco a Valeria, es una mujer sumamente hermosa, cualquier hombre estaría gustoso en estar con ella, pero casarme, así nada más no era algo que quisiera.
_ no estoy entendiendo, señor, casarme con Valeria.
_ exactamente, conoces a mi hija, es una mujer muy hermosa, sé que lo que te estoy pidiendo no es cualquier cosa, tampoco te voy a obligar a que lo hagas, solo piénsalo.- para Emiliano era extraño que Augusto le pidiera tal cosa, ya que él siempre ha protegido a Valeria y la ha mantenido lejos de ese mundo.
_ señor, Agradezco su ofrecimiento, pero no me gustaría casarme de esta forma, para mí lo indicado es que las personas se conozcan, no creen, además no creo que su hija este de acuerdo.- Emiliano fue cuidadoso con sus palabras.
_ entiendo y pienso igual, pero para decir verdad, es por ella que estoy aquí.- Emiliano abrió los ojos como plato.
_ por ella.
_ si, desde que Valeria te conoció, no para en preguntarme por ti, me insistió tanto que decidí hablar contigo, desearía que la conocieras, eres un buen muchacho, y ahora que estás fuera de los negocios, sé que mi hija estará bien a tu lado.
Pude ver sinceridad en sus ojos, qué padre no desea la felicidad para su hija, desidia aceptar verla, ese mismo día la llevaría a cenar.
_ gracias Emiliano, por favor cuida de ella.
_ no se preocupe señor.
Después de despedir al señor Fernández, volvía a mi trabajo, la tarde paso volando, rápidamente se hicieron las 6, por suerte tengo ropa de cambio en mi oficina, tome una ducha rápida y me vestí.
Valeria no vive en París, cómo les había contado su padre la mantiene lejos del mundo de la mafia, la verdad son pocas las personas que saben de su existencia, yo la conocí solo por casualidad.
Llegué al hotel en él se estaba quedando, ella ya estaba en la entrada esperándome, es una mujer superatractiva, llevaba puesto un vestido rojo entallado a su cuerpo, era de admirar sus curvas.
_ hola Valeria.- Emiliano bajo de su coche y se acercó a ella y la saludo.
_ buenas noches, Emiliano.- su voz fue Suave y melodiosa.
_ estás hermosa.- Emiliano había quedado encantado, y la idea de formar una familia lo llenaba de emoción.
La tomé de la mano y la llevé al coche, la verdad no había planeado dónde llevarla, así que decidí llevarla al restaurante de mi hermano, ella demostraba sencillez. La velada fue agradable, conversamos de nuestras vidas, algo que me gustó mucho fue que no pregunto nada de mi vida pasada, cosa que ella ya conoce. Al terminar caminamos un rato hasta que vi, que era hora de llevarla a su hotel.
Estuvimos un mes saliendo y conociéndonos, hasta que formalizamos nuestra relación, me sentía a gusto con ella, pero con el pasar de los meses su actitud fue cambiando de manera drástica, todo empezó cuando estaba en medio de una junta, con unos nuevos proveedores.
Habíamos estado reunidos desde muy temprano, que no tuve tiempo de contestar sus llamadas.
_ se puede saber por qué no contestas el maldito teléfono.- grito Valeria al entrar a la sala de juntas.
No pude evitar sorprenderme, su actitud era de mucho enojo, me sentí tan apenado, que me levanté de la silla, para luego sacarla de la sala.
_ se puede saber qué te pasa, cómo se te ocurre interrumpir mi trabajo de esa forma.- Emiliano estaba realmente molesto.
_ me importa un carajo tu trabajo, llevo toda la mañana llamándote y tú no contestas.- esa no era la Valeria que había conocido, pensó Emiliano.
_ es porque he estado ocupado, es tan difícil de entender, sabes que ahora no voy a discutir, te buscaré más tarde, ahora vete, está junta, es muy importante.
_ más importante que yo, eso es lo que quieres decir.- Emiliano la miro, pero no le contesto nada.
_ cuando esto termine te llamaré, así que sé paciente.- Emiliano se giró y volvió a ingresar a la junta.
No quise darle mente al asunto, deseaba terminar la junta, todos estábamos casando y deseábamos ir a casa, cerca de las 7 de la noche terminamos, pero valió la pena, Con esto la fábrica crecería mucho.
Cuando salí de la junta ella aún estaba hay esperando por mí, su manera posesiva de ser, está colmando mi paciencia. Pero no iba a discutir, bueno, no hay, así que salimos de la fábrica y fuimos a su apartamento uno que compro cuando decidió establecerse en París. Y en dónde llevo viviendo con ella un mes.
Tuvimos un a fuerte discusión, la situación se estaba saliendo de control, ella quería controlar toda vida, llegando a un punto que no quería que viera a mis padres.
Emiliano.
Al día siguiente era sábado, me desperté temprano para ir a casa de Maximiliano para desayunar con todos ellos, Valeria dormía así que no noto mi ausencia, cosa que agradecí al cielo, mi madre no gusta de ella, no sé el porqué, pero quiero evitar cualquier disgusto a mi madre.
_ buenos días, madre.- saludo Emiliano a su madre quien estaba organizando la mesa.
_ buenos días mi niño, que bueno que viniste.- dora miro para todos lados buscando a Valeria, Emiliano lo noto.
_ no te preocupes mamá, he venido solo.
_ eso sí que me alegra.- Dora sonrió y su hijo negó con la cabeza.
_ y dónde están todos.- pregunto Emiliano.
_ en el jardín.
Salí al jardín a saludar todos, Claudia y Virginia también estaban presente, no las veía desde la boda de mi hermano. Así que las saludé, Virginia me dedico una sonrisa cálida que me hizo erizar mi piel, es una mujer encantadora y demasiado hermosa. Estuvimos conversando hasta que el desayuno estuvo listo.
Todos nos acomodamos en la mesa, yo quedé al lado de Virginia, ella se veía gustosa y yo está igual que ella, podía sentir una conexión entre los dos, todo iba bien hasta que el timbre de la puerta sonó, mi madre se levantó abrir la puerta.
_ Dónde está Emiliano.- se escuchó.
El grito de Valeria retumbó hasta el comedor, todos me miraban como preguntándome qué ocurrida, que les podía decir si no yo sabía qué estaba pasando.
_ se puede saber tú que haces aquí.- volvió a gritar Valeria, cuando llegó al comedor.
_ no, aquí la pregunta es que haces tú aquí.- le dijo Emiliano serio, en sus ojos se podía ver el enojo.
_ vine a ver con cuál zorra te estabas bien.- le contesto Valeria, mientras miraba a Virginia, quien la miro con burla, por el show que estaba armando.
_ estás loca, de qué zorra estás hablando, estoy desayunando con mi familia, así que te calmas y te vas.- le grito Emiliano.
_ pues no me voy, la que se tiene que ir es esta mujer.- Valeria señaló a Virginia, quien se levantó con una sonrisa, para luego a cercarse a Valeria.
_ quizás si sea zorra, pero por lo menos no tengo que andar como loca buscando a mi hombre, deja el show que aquí nadie te va a quitar a Emiliano. - las palabras de Virginia fueron claras.
_ Eres una maldita.- volvió a gritar.
_ si, si lo que sea, tienes el don de dañar ambientes, Emiliano porque mejor no te la llevas, a ver si dejas el trauma.- Virginia volvió a sentarse y continuo su desayuno, los demás estaban en silencio.
Me sentía tan avergonzado, mis padres me veían con desaprobación, la saqué casi arrastra de la casa, no sin antes disculparme con Virginia, pero ella estaba demasiado molesta que no voltea a verme.
…
Emiliano llevó a Valeria de nuevo a su apartamento, ella todo el camino no paraba de hablar sobre el tema, queriendo culpar a Emiliano por lo ocurrido, pero ya todo estaba escrito, Emiliano no sé aguantaría más la misma situación, así que apenas entro al apartamento empezó a empacar sus cosas.
Dejándole en claro a Valeria que ya no seguiría con la relación, que lo mejor era que no lo buscará más.
Un año paso desde el nacimiento de la pequeña Samanta, todo era felicidad y tranquilidad en la casa de los cortes. Pero cuánto duraría eso.
...
Emiliano.
Pensé que las cosas estarían tranquila, que por fin había conseguido la vida llena de paz con la que había soñado. Pero estaba muy equivocado, el pasado sería algo que me perseguirá, después de entregarme a las autoridades volvía a casa, ya que no encontraron pruebas en mi contra, y eso fue gracias a Dimitri quien se encargó de eliminar todo indicio que pudiera culparme, no sé si agradecer o no. Lo cierto es que no le debo nada a la ley, pero sigo sintiendo culpa, por eso doy donación mensual a un orfanato y voy a ser trabajo social los fines de semana, a ver si, así, mi alma descansa un poco.
Ya han pasado 1 año desde que mi cuñada Agatha dio a luz a una hermosa princesa, que nos tiene a todos loco de amor por ella, Maximiliano le ha ido de maravilla, su restaurante ha crecido de manera rápidamente en los últimos mese. Él se dedica totalmente a su familia, y saben siento mucha envidia, deseo tanto tener el amor de una buena mujer, y formar una familia.
Hay algo que me detiene y es el hecho que hace un mes llevo recibiendo amenazas contra mi familia, de viejos enemigos, había olvidado que el mundo de la mafia no es algo que se puede dejar fácilmente. Y después de mi fracaso con Valeria es mejor dejar ese tema para después.
…
Llegó al restaurante de mi hermano, había mantenido en secreto las amenazas, para no preocupar a nadie, pero hoy me han llegado fotos de mi madre, con Agatha y la pequeña Samanta, ahora sé que todo va en serio, debo sacarlos del país para mantenerlos a salvo, por ahora debo hablar con Maximiliano.
_ hola hermano.- Emiliano llega al restaurante de su hermano, que está a punto de cerrar.
_ qué sorpresa Emiliano, por fin sacas la cabeza de la fábrica.- le dice Maximiliano.
_ no exageres, pero dime estás muy ocupado, será que podemos hablar un momento.
_ claro, vamos a mi oficina, los chicos se encargarán de cerrar.
Sigo a mi hermano a su oficina, es pequeña, pero muy bien decorada, hay que ver qué Agatha tiene muy buen gusto. Al entrar nos acomodamos en un gran sofá que adorna el lugar.
_ dime de qué quieres hablar.- le pregunta Maximiliano.
Froto mi rostro con las manos, en señal de preocupación, guárdame lo que estaba pasando, no me ha dejado dormir.
_ Emiliano que pasa.- vuelve a preguntar Maximiliano.
_ hermano, deben irse de París.- le pidió Emiliano a Maximiliano.
_ de que hablas Emiliano, cómo que debemos irnos de París.- le dije Maximiliano sin entender.
…
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