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¿ Solo Amigos?

Prólogo

Ariadne

Estacionó mi auto en el parqueadero del instituto y miro a mi alrededor, al ver la cantidad de personas afuera tengo que tomar aire y expulsarlo de mis pulmones, hacía muchos años no estaba en un lugar donde hubieran tantas personas, aquello me pone nerviosa, pero tengo que ser valiente y fuerte, yo puedo hacer esto. Tomo mi morral del asiento de al lado y guardo la llaves del auto, abro la puerta y salgo de este, al cerrar la puerta no mido mi fuerza y la tiró causando que está se azote fuertemente, las personas cerca a mi voltean a mirarme y sonrió apenada.

Valla forma de llamar la atención.

No digo nada y camino rápidamente hacia la entrada del instituto. Es mi primer día de clase y espero llevarme bien con mis compañeros y conseguir amigos, y quién sabe más adelante incluso podría salir con alguien, ¿ Y por qué no? Enamorarme. Ya es hora de que comience a vivir mi vida como una joven de mi edad.

.........

Varias horas después de terminar las clases, estacionó mi auto en el garage del edificio al que me mudé hace pocos días y camino hacia las escaleras, el ascensor está en reparación, así que me toca subir ocho pisos, es tan fastidioso, pero bueno al menos sirve como ejercicio. Mi primer día en el instituto fue bueno, no hable con nadie, pero por lo menos nadie me hizo el feo, y lo mejor fue que logré sentirme agusto rodeada de varias personas.

Mi teléfono vibra en mi bolsillo y lo tomo, seguramente es Antonio mi mecánico, mi auto es algo viejo y aunque está funcionando, necesita algunas refracciones y reparaciones, Antonio iba a conseguirlas así que probablemente me escribe para eso, de echo es la única persona, a quien le he dado mi número de celular.

- Es un mensaje. - susurro, efectivamente es de Antonio, lo abro y leo.

Antonio mecánico.

Ya conseguí algunas piezas, pero todavía faltan más.

Sonrió feliz por eso y escribo.

!Que bien! Bueno me estás avisando.

Antonio mecánico

Okay, pero recuerda, no lo uses mucho, puede dejarte en la calle.

ruedo los ojos por eso, ¿ Qué quiere que haga? no sé tomar un autobús o metro.

Okay.

Le escribo para que esté tranquilo.

Justo en el momento que bloqueó el teléfono tropiezó con alguien, mi cuerpo pierde el quilobtio y me inclino hacia atrás.

!Oh mierda voy a caer, seguramente moriré o me fracturare algo!

Grito y cierro mis ojos y espero el golpe, pero este nunca llega, entonces me percató de algo.

Alguien me esta sosteniendo

Alguien sostiene fuertemente mis caderas, lo cual quiere decir que tropecé con alguien. No con algo. Trago grueso y lentamente abro los ojos para ver quien me sostiene, un ancho pecho es lo que mis ojos captan, así que lentamente alzó mi rostro y ...

¡Oh por Dios!

Definitivamente estoy soñando, o no; más bien ; Sí rodé por las escaleras, morí y ahora estoy en el cielo y estoy frente a un ángel.

Hermosos ojos me devuelven la mirada, ¿ Son grises? No, Jamás había visto unos ojos de ese color, eran ¿plateados con matices dorados? ¿Era eso posible? además un cabello rubio, piel tostada, labios carnosos, y... ¡Santo Cristo es el hombre más bello que he visto en mi vida! Definitivamente yo mori y ahora mismo estoy viendo un ángel del cielo.

- ¿Estas bien? - pregunta y su voz es tan maravillosa como su rostro. Al no tener respuesta ( porqué estoy tan estupefacta mirandolo) alza una de sus cejas y una sonrisa se forma en esos sensuales labios. - ¿ Te comió la lengua el raton?- pregunta esta vez en tono burlón.

En ese momento reaccionó. No Ariadne este hombre es real. - Yo... lo siento.- logró articular. - Venía distraída y no me fije.

-Sí. --comentó. - Aunque yo también venía algo distraído , así que supongo, es culpa de los dos. -Otra sonrisa se forma en sus labios. - Por suerte para ti tengo Buenos reflejos y pude sostenerte antes de que calleras, venias de prisa el golpe hubiera sido muy feo.

-Sí, gracias. - es lo único que digo. Lo admito mi cerebro no está funcionando muy bien en estos momentos.

Siento como su agarre en mis caderas se desvanece. -Supongo que ya no vas a caer. - afirma y doy un asentimiento con mi cabeza. -¿Podrías? -dice viendo mis manos las cuales están aferradas a las suyas. La verdad no sé en que momento lo sujete y solo cuando soy consciente de ello, puedo sentir lo fuerte y musculoso que es. ¡Santo Cristo! no hay ni un gramo de flacidez ahí, Lo miro y él alza sus cejas, rápidamente lo suelto y junto mis manos, siento mis mejillas calentarse porque sé que he actuado como una tonta embobada por su belleza y él se ha dado cuenta.

El chico baja pasando por mi lado mientras se despide. - Adiós y ten más cuidado.

-A.... adiós y gracias. - digo y sigo mi camino hasta llegar a mi apartamento.

¡Dios Ariadne acabas de quedar como una tonta ante ese chico¡ que vergüenza. Con suerte nunca lo vuelvas a ver. Aunque la verdad eso seria muy triste.

Capitulo # 1 ¿Mi primer amigo?

Ariadne.

Es miércoles por la noche, ya ha pasado  una semana desde mi primer día de clase y mi casi accidente en las escaleras, no había vuelto a ver al chico de aquella vez. Hoy después de terminar las clases tuve que hacer unas diligencias que me hicieron retrasar demasiado, eras las nueve de la noche y apenas regresaba a mi apartamento. Voy muy emocionada escuchando y cantando Roar de Katy Perry cuando el coche comienza a hacer ruidos extraños y entonces comienza a detenerse.

- No, no, por favor no me hagas esto ahora. - susurro. Humo comienza a salir del motor y se detiene por completo.

-No, no, no. Por favor ahora - cómo era de esperarse el auto no me escucho. - No, ¿Por qué me pasa esto a mi? Solo faltaban cinco cuadras para llegar al edificio. - me quejo.

Salgo del auto y Levanto el capo de éste. Un montón de humo sale el cual no le deja ver nada, segundos después se  despeja. No tengo ni   idea de mecánica pero tal vez se ha recalentado y necesitaba un poco de agua, ¿No?

En ese momento  escucho  la bocina de un auto y  levanto mi rostro dirigiendo la mirada hacia atrás, un auto rojo clásico se detuvo detrás de mi auto ahora dañado.

-¡Oh mierda quien será!- susurro asustada, estaba  a mitad de la calle en la noche. - Dios que no sea un delincuente.  - ruego solo eso me falta, ser asaltada.

La puerta del auto rojo se abre y un hombre sale de este, grande es   mi sorpresa al distinguir a el chico guapo con quien me había tropezado hace unos días.

- Veo que estás enproblemasa. - dijo mientras  se acercaba a mí. - Otra vez.

Asiento y después de recuperarme de la sorpresa de verlo nuevamente abro mi boca. - Así es, empezó a detenerse y votar humo. - explico evitando su mirada.

- ¿Puedo? - Pregunta señalando el auto.

- ¿Sabes de mecánica? - pregunto extrañada, él no tiene pinta de mecánico.

- Algo. - responde alzando los hombros.

Me hago a un lado y el le echa una ojeada al motor.

- ¿Es malo? - pregunto preocupada.

- Creo que sí. - responde frunciendo el ceño.

- Genial. - me quejo y suspiro. - Será mejor que llame a el mecánico.

Saco   el teléfono de mis pantalones vaqueros y busco el número de Antonio, se que me va a sermonear pero ya que. Le marco y al tercer tono contesta.

- Diga.  - se escucha la voz de él al otro lado de la línea.

- Antonio, el auto se caro a mitad de la calle, faltando solo cinco cuadras para llegara a el esoficio . - digo rápidamente.

- Te dije que eso podría pasar, pero tu estabas afanada por Sacarlo del taller. - se queja.

- Lo necesitaba, ¿puedes venir y de paso traer la grúa?

- Está bien,  mándame la dirección y estaré ahí lo más rápido que pueda. - dice y sonrió aliviada.

- Esta bien. - cuelgo la llamada y rápidamente le envio un mensaje con la dirección. Levanto mi rostro y  descubro al chico guapo mirándome. Automáticamente me pongo nerviosa.

- El.. el mecánico viene para acá con la grúa. - informo  sin que me lo haya pedido. El asiente, yo desvío la mirada de sus ojos. ¡Dios debería ser un Pecado tener esos ojos y ser tan guapo!  - Demorará como unos quince o veinte minutos.

El chico vuelve a asentir, se recuesta en mi auto y cruza sus brazos.

Lo miro extrañada y  alzó una ceja. - ¿Qué haces? - Pregunto.

- ¿Supongo qué vas a esperar a la grúa aquí? - Pregunta

- Por supuesto no puedo dejar mi  auto solo en mitad de la calle.  - respondo  mientras abro mis brazos para hacer énfasis.

- Bien, yo no puedo dejar a una chica como tú, aquí en la calle.  - dice, veo que su mirada recorre mi cuerpo.

¿Esta  repasando mi cuerpo.? No de ninguna manera,  la ropa que llevo oculta todo mi cuerpo, casi dos tallas más grande que mi talla normal y además muy pasada de moda.

- ¿Una chica como yo? - pregunto confundida.

- Sola e indefensa. - Contesta alzando sus hombros.Asiento con mi cabeza y me  recuesto en mi auto a una prudente distancia de él.

El silencio se apodera del momento hasta que unos segundos después el habla.

-  Por cierto, me llamo Liam. - dice su nombre. - ¿Vives en el cuatrocientos dos, cierto?

- Y yo Ariadne, y sí, vivo ahí ¿Como lo sabes? - pregunto intrigada.

- Era el único departamento desocupado, y hace dos semanas vi la mudanza, luego me tropecé contigo, no te  había visto  antes así que sume dos.  más dos. - explico. - Vivo en el cuatrocientos tres.

Abro mis ojos al saber que  vive justo al lado de mí. Eso era tener buena suerte ¿no? Podía admirarlo cada vez que nos encontráramos de salida o entrada. ¡ Por Dios Ariadne  que cosas piensas!

- Supongo que estás en esta ciudad por la universidad. - no fue una pregunta, más bien una afirmación pero igual respondo.

- Así es, bueno de hecho estudio en el Instituto tecnológico de Chicago. - digo

- ¿Primer año? - Pregunta.

- Sí, ¿Y tú dónde estudias? - si él me hace preguntas sobre mí, pues yo también puedo hacerlo, además miero de la curiosidad por saber más de él.

- En el instituto tecnológico de Chicago - Debi imaginarlo, el lugar está cerca de aqui -  Es mi segundo año, estudio programación e Ingeniería electrónica - responde.

Estudia dos carreras.

- Yo estudio programación, también, y diseño de app y páginas Web.- digo haciendo saber lo que estudio.

El me mira detenidamente y aquello hace que mi corazón lata un poco más rápido.

- ¿De dónde eres? - me pregunta, al principio no entiendo porque pregunta eso, pero luego caigo en cuenta que mis rasgos son un poco distintos a las chicas oriundas de Norteamérica.

- Soy estadounidense. - respondo. - Pero si lo preguntas por mi apariencia, tengo descendencia Latina, Guzman Torres son mis apellidos. - el asiente y no dice nada.

Nos quedamos en silencio por un rato muy largo hasta que Antonio llega.

- Esto es grave Ariadne. - dice Antonio  revisando el motor del auto.

- ¿Cuanto costara el arreglo?  - pregunto rogando que no fuera mucho, no estaba mal de dinero, Pero tampoco podía  gastar de más.

Antonio frunce el ceño. -  Será costoso. - responde. - Creo que es mejor que lo vendas como chatarra y compres otro.

- No me digas eso, por favor. - pido, no quería  deshacerme del auto, significaba mucho para mí.

- Ariadne este es un auto muy viejo, seguramente tenía problemas cuando tú madre lo usaba, y suma  los años que paso en el garaje sin que se usará. - comenta él.

Suspiro y miro el auto entristecida. - Llévatelo y después hablamos.  - digo.

- Bien. - Antonio cierra el capo y me mira . - Vamos te llevo a tu....

- Yo la llevo. - interrumpe Liam que hasta ahora se había mantenido callado. Antonio lo mira confundido y luego a mí.

- ¿Lo conoces? - Pregunta algo molesto.

- S.. sí es mi vecino. - respondo y miro a Liam.

- Entonces me voy, hablamos luego. - dice y engancha la grúa a mi auto, luego se mont en esta y se fue.

Miro a Liam y este me señala su auto. Caminamos hacia el y Liam abre la puerta del pasajero de delante.

- Gracias - digo mientras voy entrando al auto, él rodea el auto y se sienta a mi lado en el lugar del conductor.

- Gracias. - digo mientras abrocho mi cinturón.

- De nada, para eso están los vecinos. - dice y sonríe, - Aquello hace que me sonroje, así que desvío la mirada. Él tiene una sonrisa muy hermosa. Él escuende el auto y comienza a andar.

- ¿Estas muy apegada a ese auto? - Preguntq y lo vuelvo a mirarlo. - Disculpa mi curiosidad, es solo que me di cuenta de que no te gusto lo que dijo el mecánico. - se disculpa y explica..

Suspiro y miro al frente. Me duele  pensar en deshacerme del auto.

- Perteneció a mi madre . - digo aún con la  mirada puesta al frente. -Ella y mi papá muriento, fueron asesinados en un asalto cuando tenía 12 años. - digo y el frunce el ceño. - Recuerdo que mamá adoraba ese auto. Se lo había heredado su padre. - aquél auto tenía un significado importante tanto en la vida de mi mamá como en mi vida no quería venderlo y que lo destruyeran, quería conservarlo.

- Entiendo. Tiene un valor sentimental. -  dice el.- Siento lo des tus padres. - dice.

- No te preocupes.

- Conozco a alguien que puede dejarlo como nuevo. - dice y lo miro sorprendida. - Será un poco costoso, pero como es amigo mío  podría pedirle que te dé un descuento.

Lo miro sorprendida, pues no entiendo porqué si apenas me conoce me quiere ayudar.  - ¿Por qué lo harías? ¿por qué me ayudarías? - el alza sus hombros.

-Me caes bien y entiendo lo que sientes. - dice - Este auto Cómo puedes ver es un clásico,   me lo heredó mi abuelo. Gaste mucho dinero también reparandolo. - explica.

Asiento y sonrió -  Voy a pensarlo. - digo. La verdad no estaba muy segura de aceptar la ayuda de un chico que,  aunque fuera muy guapo y me gustaba  no conocía.

No hablamos más, varios segundos después, llegamos al edificio, el estaciona el auto en el garaje, subimos el  ascensor y  al llegar a nuestro piso nos damos las buenas noches  y cada uno entra a su apartamento.

........

Al día siguiente me levanto media hora más temprano que de costumbre, pues al no poder usar mi auto tengo que ir al instituto en autobús o metro, de solo pensarlo me da terror, no sé cómo haré, nunca he tomado esos transportes, pero ni modo Ariadne, tienes que ser valiente, recuerda, vive tu vida, no te encierres por el miedo.

Voy caminando rumbo a la estación del metro dándome ánimos, cuando escucho la bocina de un auto, miro hacia atrás y veo al auto rojo de Liam, llega junto a mi y se detiene, yo también lo hago, la ventanilla del auto baja y Liam se asomó sonriendo.

-Buenos días. - Saluda - ¿ Vas al instituto . - pregunta, asiento.

- Sube te  llevo, yo también voy para clases. - dice, no sé qué responderle y dudo unos segundos. -  Vamos No seas tímida, el transporte público.  que me imagino que es lo que vas a tomar para ir a clases es un caos.

Bueno el conoce la ciudad más que yo, seguramente tiene razón, sonrió . - Está bien. - digo y me subo al coche.

Quince minutos después llegamos al instituto

- Gracias por traerme.  - digo abriendo la puerta del auto.

-  De nada, ¿aoara que están los vecinos sino es para ayudarnos entre si? - dice sonriendo, yo hago lo mismo y salgo del auto.

-  Hasta... - dijo y se detieme - ¿ A qué horas termina tus clases?  - pregunta y aquello me extraña, pero igual respondo.

- Hoy tengo clases hasta las doce -  digo.

- Bien, pasó por ti a esa hora. - dice y abro los ojos.

- ¿Por qué harías eso. -  pregunto extrañada.

-Tengo libre esa hora. - responde tranquilo.

- No es  necesario yo puedo  tomar el autobús o metro. digo rehusandome a que haga eso, pero el mueve su cabeza de un lado a otro.

- No yo te llevaré, estaré aquí a las doce y cinco. - dice mientras sale del auto. - Nos vemos más tarde Ariadne.  - hice un gesto con su mano derecha y  camins hacia la entrada de del instituto dejándome atrás un poco confundida por su actitud. ¿Era así con todo el mundo o tenía otras intenciones?

Sacudo mi cabeza de un lado a otro y decido no darle muchas vueltas al asunto, es mejor que vaya a

rápido a mi clase.

Al terminar las clases salí y el auto rojo estas ahí, esperándome. me acerco a éste y la ventanilla del auto baja dejando ver a Liam sonriendo.

- Hola. - digo y abro la puerta  del lado del pasajero y entro al auto, el me recibe con una sonrisa, me abrocho el cinturón y el enciende el auto.

Al parecer ya hice un amigo. Aunque tal vez sea un poco complicado el que sea tan guapo.

Ariadne Guzmán Torres

Liam Taylor

Capitulo # 2 Una conejita asustada

Ariadne.

Escuchó la alarma de mi celular y abro mis ojos, estiró mi brazo y tomo el molesto aparato, apagó la alarma y me incorporo hasta quedar sentada en la cama, estiró mi cuerpo y bostezo. Miro por varios segundos la puerta de mi habitación pensando en lo aburrido que es despertar tan temprano, anteriormente mi rutina comenzaba desde las nueve o diez de la mañana, pero definitivamente, prefiero despertar temprano, salir a la calle y disfrutar del mundo que estar encerrada en unas cuatro paredes las 24 horas del día y los 7 días a la semana. Con ese pensamiento sonrió y me levanto de la cama dispuesta a comenzar el día, hoy sí o sí, tenía que tomar el transporte público para ir al instituto, ayer conte con suerte, pero dudo mucho que el guapo de Liam me lleve hoy, entro al baño y me doy una ducha rápida, me lavo los dientes, salgo del baño Y como siempre me visto con algo cómodo, vaqueros, una blusa de tirantes rosada, una sudadera algo grande, unas zapatilla y listo, peino mi cabello negro y liso en una coleta alta y me colocó mis lentes de montura, debido a que sufro de astigmatismo no logro ver muy bien de lejos, Así que obligatoriamente tengo que usarlos para ir a clases aunque los odie, maquillaje no uso, ya que no tengo ni idea de cómo aplicarlo, así que solo aplico en mi rostro un poco de protector solar.

Salgo de mi habitación y voy hacia la cocina, me preparo un desayuno rápido que consiste en un sándwich de queso y jamón, y un café negro con poca azúcar, lo termino en segundos, mi cepillo nuevamente los dientes tomo mi morral y salgo del apartamento apresuradamente. Debido a esto no prestó atención a mi alrededor como de costumbre cuando estoy apurada y tropiezo con alguien, levantó la mirada y sonrío apenada al darme cuenta que he chocado nuevamente con Liam.

- Hola. - saludo apenada.

- Hola, ya se te está haciendo costumbre esto. - comenta sonriendo. Mis piernas tiemblan un poco al ver su sexy y hermosa sonrisa, siento mis mejillas arder y suelto una risita tonta.

- L.. lo siento, es que voy con el tiempo justo. - musito.

- Tranquila. - dice. - De echo venía por ti. - dice y lo miro sorprendidada.

- ¿ Por mi? - cuestino.

- Sí, ¿Vas para clases no? - pregunta y asiento. - Bueno vamos, te llevo. - dice.

- ¿ De verdad hoy también me llevarás? - le pregunto sin poder ocultar mi entusiasmo, el sonríe y asiente.

- Así es. - dice y camina hacia las escaleras, yo lo sigo encantada.

- !Oh gracias de verdad! - exclamó aliviada de no tener que caminar hasta el paradero del metro. - En cuanto cobre te pagaré. - comento, el se detiene de golpe, lo que hace que me tropiece con su espalda, pues voy tras él, lo miro al rostro y tiene el entrecejo fruncido.

- Yo no te estoy cobrando. - musita algo melesto, muerdo mi labio inferior apenada y siento mis mejillas arder.

- Lo siento, yo no quise ofenderte. - digo apresurada. - Es que creí que eso era lo justo, después de todos apenas nos conocemos y me estás ayudando mucho, de verdad, lo siento. - me disculpo, él me mira por varios segundos, luego sonríe burlón.

- Pareces un conejo asustado, ya tranquila, no pasa nada. - comenta y continúa caminando. -

- Okay.

Después de esto nos mantuvimos en silencio hasta llegar al estacionamiento, una vez vamos en la carretera el me mira y sonrie.

- Ya hablé con la persona de la que te comenté. - - dice y lo miro sin saber a qué se refiere. - La que puede arreglar tu auto. - aclara y abro los ojos al recordarlo.

- Sí, ¿Qué te dijo? - indagó esntuciasmada.

- Que primero tiene que verlo para saber las condiciones de este y que con base a eso nos dirá cuánto dinero es y hacerte el descuento. - me explica y sonrió feliz por tener una esperanza sobre mi auto.

- Gracias. - digo y el asiente.

Minutos después llegamos al instituto, bajamos del auto y caminamos hacia la entrada del lugar.

- ¿ A qué hora tines la última clase. ? - cuestiona.

- Las tres de la tarde. - respondo, el asiente.

- Estaré aquí a las cuatro y cinco. - informa, en ese momento una chica rubia de ojos verdes se acercó a nosotros.

- Hola guapo. - saluda dándole un beso en los labios y miro hacia otro lado incómoda.

¿Es su novia?

- Pamela, ya te he dicho que no hagas eso en público. - comento él molesto.

- Lo siento guapo, no pude contenerme, esos labios tuyos son muy tentadores. - susurro la tipa coqueta. No puedo evitar mirarla, es muy bella. de cabellera rubia y lisa, de ojos verdes, piel bronceada, de grandes pechos, y cintura delgada, de caderas está bien pero no es la gran cosa, su piernas por otro lado son inmensas, largas la tipa mide como 1, 80, casi igual que el que puede medir 1,87, Bueno es normal, las mujeres oriundas de este país son altas, yo aunque nací aquí, mi genética es totalmente latina, así que mido unos tristes 1,66, soy un bicho enano delante de estos dos.

La chica vuelve a besarlo, y yo vuelvo a desviar la mirada, una sensación de molestia se forma en mi estómago y decido irme y dejar de hacer mal tercio.

- Ah bueno yo me voy. - digo comenzando a caminar.

- Ariadne. - Oigo que él me llama y doy media vuelta. - Que tengas buen día. - dice, yo asiento.

- Tu igual. - le deseo y continúo mi camino, mientras voy de camino al salón la sensación de molestia en mi estómago incrementa, ¿Es decepción? ¿Por qué? ¿Por qué tiene novia? Era lógico que un chico como él no iba a estar soltero. Suspiro y decido dejar de pensar en ello.

.....

Horas más tarde termino mis clases y camino hacia el estacionamiento, al llegar voy a el lugar donde Liam dejo el auto en la mañana pero descubro que el auto no está, frunzo el ceño y miro hacia todos lados, tal vez lo cambio de lugar. Después de varios minutos buscando el auto, no lo encuentro y comprendo que él no está y que tal vez hoy no podrá llevarme.

- Bueno, a tomar el metro. - susurro y comenzó a caminar por la acera, me colocó mis audífonos y los conecto celular, busco algo de música y subo todo el volumen. Él paradero no está muy lejos solo a una cuadra, así que llegó rápido, tomo asiento en la banca y espero mi transporte.

Cinco minutos después de estar esperando el metro, el auto de Liam se detiene frente al paradero, el vidrio de la ventana se baja dejandolo ver su rostro, quitó los audífonos de mis oídos y lo miro sorprendida.

- Anda. - dice, me levanto de la banca, rodeo el auto y entro. - Lo siento, estaba algo ocupado. - Dijo.

- Tranquilo, no es como si estuvieras obligado a venir a buscarme.

- Yo creo que sí. Soy un hombre de palabra,. - afirma y sonrió. Abrocho el cinturón de seguridad y este lo echa andar.

- ¿Tines algo que hacer ahora? - me pregunta y niego. - ¿Cres que tú amigo, el mecánico este disponible para que lleve tu auto a un lugar? - cuestiona.

- No lo sé, tendría que llamarlo. - comento, el asiente, tomo mi celular y marco el contacto de Antonio, el teléfono suena varias veces y es contestado casi cuando la llamada va a terminar.

- Diga. - se escucha la voz de Antonio.

- Hola, Antonio, soy Ariadne, ¿Cómo estás? - cuestionó.

- Bien, Ariadne, ¿Cuéntame qué se te ofrece? - salida y me pregunta con voz este amable.

- ¿Quería saber si estaba muy ocupado? Es que necesito que hagas el favor de llevarme el auto a un lugar. - explico.

- Bueno, no estoy muy ocupado, pero, dentro hora y media vienen a traerme un auto para que lo revise, ¿A dónde quieres que lleve el auto? Si está cerca no tengo ningún problema. - comenta este.

- El dice que justo ahora está desocupado pero que entre hora y media necesita estar libre, que si el lugar a dónde hay que llevar el auto está muy lejos. - le comento a Liam lo dicho por Antonio.

- ¿Dónde está ubicado su taller? - indaga.

- En la carrera 39,con calle 80. - susurro. Él asiente.

- No está muy lejos, tal vez tardara una hora en ir y regresar. - comenta él. - Cuelgale y dile que le mandas la dirección por WhatsApp.

- Ya te mando la dirección.- dije y colgué la llamada.

....

Él amigo de Liam revisa el auto con detenimiento y yo estoy nerviosa esperando su diagnóstico.

- Tranquila, él es un crack en esto. - susurra Liam a mi lado.

- Eso espero. - digo esperanzada.

Minutos después el chico nos mira.

- Está bastatente deteriorado, debido a todo el tiempo que estuvo sin usarse. - comenta - Pero tiene arreglo.

- !¿De verdad!? - cuestino emocionada.

- Así es, mi especialidad es recuperar autos que la gente cree,no tienen solución, soy un restaurador. - afirma el hombre. - Pero no será muy barato. - termina.

- Noa, vamos amigo, hasle un descuento. - pidió Liam.

El chico guarda silencio por varios segundos, mira el auto y después a mí.

- ¿ Qué tan importante es el auto para ti? - cuestiona

- Mucho. - respondo sinceramente.

Él asiente y sonríe.

- Muy bien, por ser amiga de este idiota aquí presente te voy a hacer un descuento. - dice - Él arreglo te saldría por unos $4000 pero te lo dejaré en $3500. ¿ Que te parece? - pregunta.

- Vamos amigo, se que puedes bajar un poco más. - aseguro Liam.

- No, amigo, de verdad eso es lo máximo que puedo darte, hay que comprar varias piezas y pagarle a quién me ayude.- comenta Noa.

Cierro mis ojos y comienzo a sacar cuentas para ver si puedo pagar esa cantidad sin quedarme en la ruina.

Tengo $10000 en mi cuenta de ahorros, pero no podía tomar ese dinero para esto, pues era para la universidad, se supone que en dos semanas recibo $5000 del seguro de vida de la abuela , pero no quiero gastarme ese dinero de un solo tajo ya que he pensado en invertirlo en algún negocio. Pero ¿Y si tomo. $1750 de un lado y 1750 del otro? Creo que será una buena opción.

- Está bien, pero, ¿ Se lo puedo pagar en dos partes? - cuestionó, el hombre sonríe.

- Claro. Pero necesito una primera parte lo más pronto posible para empezar a comprar todo lo que necesito. - dice y asiento.

- Si quieres dame tu número de cuenta y yo te consigno lo más pronto posible. - digo. - ¿Hay que firmar algún contrato o algo así? - indago.

- Por supuesto lindura, aquí todo es legal y así evitamos inconvenientes.

Auto de Liam

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