Advertencia ⚠️: La siguiente historia puede herir la sensibilidad del lector, la clasifique para mayores de 18 años por su contenido explícito y crudo.
Todo lo escrito en esta historia es sólo ficción y con el único propósito de entrener al lector. Dicho esto, espero y puedas disfrutar de mi novela.
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Emma Brandt. ♣︎
^^^《Año 2012》^^^
En las vacaciones de verano, mi madre decidía que merecía un descanso de su única hija (yo), es entonces que planeo dejarme cada verano en casa de mi abuela Catherine.
La casa la de mi abuela estaba muy lejos de nuestro verdadero hogar, se ubicaba en un lugar apartado de toda la civilización moderna. Un hermoso y extenso campo es lo que podías ver a tu alrededor.
Una que otra ocasión podías ver a las vacas caminando por la carretera de tierra y a los caballos sin montadura correr libremente por la pradera.
Estaba fascinada ante las hermosas vistas, pero ir a la casa de mi abuela significaba no ver a mamá por una larga temporada y eso me ponía triste. Aunque la tristeza podía ser remplazada fácilmente por el terror que sentía cuando mi abuelo (no relacionado de sangre y segundo esposo de mi abuela) se acercaba a mí.
—Gracias por cuidar de ella.—Agradeció mi madre mientras dejaba la maleta con mis pertenencias en la entrada de la casa de mi abuela Catherine.—Emma se divierte mucho contigo y siempre me exige que la traiga aquí.—Mintió con una hermosa y falsa sonrisa.
Amaba a mi abuela Catherine, pero odiaba venir hasta aquí. Mi madre lo sabía e incluso le suplicaba para quedarme con ella, pero por supuesto, ella nunca me escuchó.
Al ser una madre soltera y a cargo de una hija que nunca fue planeada, las vacaciones de verano eran perfectas para darse un descanso de mí. Mi joven mente lo entendía, sabía que ella necesitaba tiempo para ella y dejarme con la abuela era su mejor opción.
Lo que mi madre no sabía, era que mi pesadilla empezaba cuando entraba a esta casa.
—Déjala conmigo y descansa de tus deberes cotidianos.—Respondió mi abuela abrazando a mi madre en forma de despedida.—Amo a mi nieta y juró que voy a cuidar bien de ella.—Prometió.—Vivir en el campo le ayudará a desconectarse de toda esa dañina tecnología.
Mi madre correspondió al abrazo de mi abuela Catherine y luego de otros intercambios de palabras, ella finalmente decidió marcharse sin siquiera haberse despedido de mí.
Actualmente tengo 8 años, pero he experimentado cosas que ninguna niña de mi edad debería haber sentido.
—Emma, cariño.—Llamó mi abuela.—Estoy terminando de preparar el almuerzo, así que espérame en el sofá de la sala junto a tu abuelo.
...Mi abuelo....
—No me dejes sola con él, por favor.—Supliqué, mis lágrimas todavía no se habían sacado durante el viaje hasta aquí.
Le rogué a mi madre y le grité todo lo que hacía mi abuelo a escondidas de la abuela, tenía miedo, pero mi madre no creyó una sola palabra y pensó que estaba inventado todo para salirme con la mía.
—No digas cosas que se pueden malinterpretar.—La abuela acarició mi mejilla.—Ahora sé una buena niña y hazme caso.
—No, por favor.—Pedí y mis piernas comenzaron a temblar en el proceso.—Él me toca en lugares incómodos.
La caricia de la abuela Catherine dejó de serla cuando pellizco mi mejilla con fuerza haciéndome dar un grito de dolor.
—No me gustan las niñas mentirosas Emma.—Escupió veneno en sus palabras.—Aquí aprenderás a quedarte callada o tendré que utilizar métodos drásticos para lograr corregir esa conducta tuya.
Comencé a llorar sin control cuando ella finalmente dejó ir mi adolorida piel.
No era la primera vez que intentaba pedir ayuda y tampoco era la primera vez que no creían en mis palabras. No importaba cuanto gritara, nadie me ayudaría y solo el tiempo podría mostrar los límites de ese hombre a quien debo llamar abuelo.
Hasta ahora solo ha tocado mi cuerpo con caricias disimuladas y me obliga a sentarme entre sus piernas mientras siento algo duro en mi trasero. No sé que sea esa cosa que apuñala mis pompas, pero no me gusta.
...Siento asqueroso la cercanía del abuelo....
—No sigas llorando.—Ordenó la abuela.—No me gustan las niñas mimadas, así que entra a la casa y no me hagas perder el tiempo.—Frunció el ceño hacía mí y me agarro del brazo con fuerza para empujarme dentro de su hogar.—No digas otra palabra ofensiva hacia tu abuelo, no quiero enojarme más contigo.
Ella siguió empujándome hasta la sala de estar en donde se encontraba el abuelo, su cabello era gris al igual que la abuela, pero sus ojos negros mostraban una malicia digna de un ser demoníaco, no era como la abuela, ella simplemente era tonta.
—Princesa, ¿cómo has estado?.—Preguntó él con una enorme sonrisa en su rostro.—Ven aquí y abraza a tu abuelo.—Extendió sus brazos.
Miré a mi abuela Catherine en búsqueda de ayuda y ella me ordenó hacerlo con una fría mirada sin escuchar las súplicas de mi alma.
—Hola abuelo..—Hablé sin ánimos y me acerque a él para recibir su abrazo.
Mi abuelo rodeó sus brazos sobre mi cuerpo y me levanto del suelo para sostener mi cuerpo con su mano en mi trasero. Nuevamente me sentí incómoda, sabía que su cercanía no estaba bien.
En la escuela nos enseñaron este tipo de cosas, pero su única solución fue pedir ayuda a un adulto cuando una situación así estuviera ocurriendo y yo ya había pedido ayuda a los adultos que conocía.
...Por supuesto, ninguno de ellos me escuchó....
—Te extrañe pequeña.—Susurró mi abuelo mientras olfateaba mi cabello rubio sin descaro enfrente de la abuela.—Espero jugar contigo más que última vez, mi preciosa niña.
Eso fue lo que necesitaba para confirmar mis miedos, finalmente planea dar un paso más para romper la última línea del límite y finalmente me convertiré en una víctima que no pudo conseguir la ayuda que deseaba tener.
...Necesito hacer algo antes de que eso ocurra....
Puede ser arriesgado, pero necesito pedir ayuda a otro adulto que no sea parte de mi familia. Si ellos no me creen, entonces eso solo podría significar que el destino nunca estuvo de mi lado.
^^^💔^^^
Emma Brandt. ♣︎
En la casa de mi abuela Catherine, hay tres habitaciones, una de ellas la utilizan mis abuelos y la otras están libres para los posibles invitados.
Ahora estoy utilizando el cuarto que se encuentra a un lado de la habitación de ellos y que por desgracia, la puerta no tiene seguro, así que me es imposible cerrarla durante la noche.
—Descansa mi niña.—Mi abuela dejo un suave beso en mi frente.
No entiendo su actitud, es dura conmigo y luego se comporta como si fuera su persona favorito en el mundo.
—Buenas noches abuela.—Le sonreí con cero ánimos de hacerlo.
...Quiero regresar a casa con mamá....
—Dulces sueños pequeña.—Se despidió el abuelo desde el marco de la puerta y desapareció de mi vista cuando la abuela salió de la habitación para irse a su respectivo cuarto con su esposo.
El abuelo Edgar no es mi abuelo realmente, es el segundo esposo de la abuela Catherine luego de perder a su anterior esposo por un cáncer que le quito la vida hace 4 años.
La abuela estaba devastada, pero pudo recuperarse fácilmente gracias a la compañía del señor Edgar.
—Por favor Dios.—Murmure en voz baja hacia el techo de la habitación.—Por favor, haz que el abuelo no intente nada conmigo durante las vacaciones.
Estoy completamente decidida a delatar su comportamiento con otro adulto, pero hoy no tuve la oportunidad de salir de casa y las casas de los vecinos no quedan muy cerca.
Podría ser atacada por un animal antes de encuentrar la verdadera ayuda.
—Buenas noches mamá.—Dije en un suave murmuro.
Estoy segura de que no tengo el amor de mi madre, pero no importa, no importa porque yo la amo y eso es suficiente para mí.
...Tic Tac.....
...Tic Tac......
Las manecillas del reloj evitaron que pudiera conciliar el sueño, de alguna manera su ruido estaba perturbando mi mente y eso evitó que pudiera relajarme para lograr dormirme.
—Aún esta oscuro.—Me dije cuando no vi ni un solo signo de luz atravesar la delgada cortina de la habitación.
Frote mis ojos con ambas manos y decidí levantarme de la cama para ir en búsqueda de un vaso con agua. Despertar a media noche con la boca seca no es mi sensación favorita y necesitaba quitarme esta molestia o tendría otro motivo para no lograr conciliar el sueño.
—Los monstruos no existen.—Me dije antes de bajar de la cama, tenia esa costumbre para evitar el miedo porque sabía que nadie vendría para salvarme de lo que sea que crea que haya debajo de mi cama.—Es infantil, pero útil.—Sonreí con orgullo.
Me siento orgullosa por enfrentar mis miedos, aunque sigue siendo solitario no poder contar con la ayuda de nadie.
...Y entonces.....
Estaba a solo unos pasos para llegar a la puerta y salir en búsqueda de mi vaso con agua cuando está se abrió repentinamente mostrándome una figura enorme en el marco de la puerta.
—Estás despierta.—Afirmó con su voz grave y profunda.
...El monstruo vino a mi cuarto....
...Dios.....
...¿Por qué lo has permitido?...
—Abuelo..—Logré pronunciar en un hilo de voz.
No la tenía necesidad de ir al baño, pero el miedo de verlo frente a mí, en la noche y a solas, hizo que me orinara en los pantalones rosa que tenía puesto como pijama.
—No grites.—Advirtió mientras daba grandes pasos hacia mí y mi cuerpo permanecía como una estatua sin lograr mover un solo dedo de su posición.—Seré gentil, lo disfrutarás, lo prometo.
El abuelo había cerrado la puerta y ahora estaba a menos de un metro de distancia, no podría correr aunque lo quisiera y seria imposible gritar.
Mi abuela no escucha bien sin sus aparatos de audición y siempre se los quita al dormir, ella no vendrá aunque grite con todas mis fuerzas.
Perdí mi oportunidad de pedir ayuda esta tarde, no debí subestimar al abuelo Edgar, debí hacer todo lo posible para escapar de esta casa.
...Fui tan tonta....
—Por favor no..—Supliqué negando con la cabeza y dejando caer las lagrimas que aparecieron tan pronto como vi la oscuridad de la habitación.
...Tengo miedo, no quiero estar aquí....
...Por favor mamá, sálvame....
—Te ayudaré a cambiar esos pantalones.—Su mirada cayó hacia mis piernas, estás estaban húmedas por la orina que no logre contener.—Ven cariño.
Retrocedí tres pasos hacia atrás cuando choque contra la cama, mientras el abuelo dio un solo paso hacia adelante para alcanzarme y empujarme contra la cama.
—¡¡¡Por favor!!!.—Comencé a gritar.—¡¡Abuela!! ¡¡Abuela!! ¡¡Abue..
Su enorme y arrugada mano tapó mi boca con fuerza, mis gritos fueron fácilmente callados, pero intenté golpearlo y luchar contra él con todas mis fuerzas, fuerzas que no fueron suficientes para apartarlo.
Con su mano en mi boca y sus piensas entre las mías, comenzó a quitarme los pantalones con su otra mano lentamente.
—Eres tan pequeña.—Sonrió cuando logró quitarme los pantalones dejándome con mi ropa interior y la camiseta de pijama en la parte superior.—Tan pequeña y apretada, te voy a disfrutar mucho cariño.
Mi cuerpo dejo que luchar cuando vi que estaba bajando su pantalón para mostrar su miembro ya erecto.
...Tengo miedo....
Quería seguir luchando contra él, pero mi cuerpo ya no obedecía las órdenes de mi cerebro, el miedo había apagado toda esperanza de salir de esta pesadilla.
—Si te diera a elegir entre matarlo o matarte.—Habló alguien que se encontraba detrás del abuelo, ninguno de los dos se había percatado de su presencia hasta que habló.—¿Qué decides?
El abuelo Edgar se mantuvo petrificado por un momento, posiblemente le sorprendió ser descubierto por alguien y que ese alguien haya entrado a su casa para hacer una pregunta demasiado fuera de la realidad.
La oscuridad no me permitía verle bien, pero su voz era un mezcla de juventud y madurez, posiblemente su edad debe estar rondando los 19 a 20 años.
—¡¡¡Mátalo!!!.—Grité sin dudar y sin siquiera saber si ese hombre me estaba hablando a mí.
—Me agrada esa elección.—Respondió con una voz risueña y un segundo después, mi abuelo cayó encima mío sin vida por el disparo certero que recibió del desconocido.
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Emma Brandt. ♣︎
El cuerpo del abuelo Edgar era demasiado pesado para apartarlo con mi fuerza, pero el extraño intruso lo dejo caer fuera de la cama sin ningún esfuerzo.
Fui liberada de las garras de ese monstruo, pero ahora mi vida estaba en peligro con la compañía de ese extraño hombre que no dudó en disparar.
—¿Hay alguien más en casa, linda conejita?.—Preguntó el extraño con una gota de diversión en su voz.
...¿Debería responder?...
La casa de los abuelos está muy apartada de las demás casas y el disparo posiblemente fue escuchado solo por nosotros tres (el abuelo, él y yo).
Es imposible que la abuela haya logrado percatarse de algo y no sería inteligente de mi parte intentar provocar a este hombre con una tonta mentira.
—Es la casa de mis abuelos.—Respondí con la voz temblorosa.—La abuela Catherine, el abuelo Edgar y yo somos las únicas personas viviendo aquí.—Confesé aun estirada en mi cama y sin poder ver el rostro del desconocido por la oscuridad de la habitación.
Tengo miedo, pero no tanto como hace un minuto cuando el abuelo estaba encima mío.
—¿Cuántos años tienes, conejita?.—Preguntó y se acercó a la mesilla de noche para encender la lámpara que estaba a un lado de la cama.
Cuando la oscuridad fue remplazada por la cálida luz anaranjada de la lámpara de noche, fue cuando pude ver su cabello negro como el carbón y unos hermosos ojos azules recorriendo mi cuerpo.
Recordé que la parte inferior de mi cuerpo solamente estaba cubierta por mi ropa interior y entonces decidí taparme con las sábanas de la cama.
—8.—Respondí.—tengo 8 años.
—Todavía eres una mocosa.—Dijo este con una sonrisa de oreja a oreja, como el gato de Cheshire de Alicia en el país de las maravillas.—Tienes suerte conejita, no me apasiona matar niños.—Dio un paso hacia la cama y se subió en esta para (al igual como el abuelo) permanecer encima mío.—Pero no puedo dejarte ir así sin más, seria tonto de mi parte.
El desconocido era joven y hermoso, un tatuaje de un conejo en su cuello llamó mi atención, este estaba rodeado de extraños relojes antiguos, todos rotos, como si fuera su propósito el no avanzar el tiempo. Aunque por supuesto, era un tatuaje y las manecillas del los relojes nunca se moverán.
—No diré nada.—Aseguré.
Podría cumplir con mi palabra, nunca diría nada de mi único salvador, sin él, mi abuelo hubiera utilizado mi cuerpo a su antojó esta noche.
—Claro que no dirás nada.—Llevó su mano hacia mi mejilla y limpió parte de la sangre que había caído en ella cuando el abuelo cayó encima mío.—Matarás a tu abuela y ese será tu único boleto de vida.—Finalmente dijo cuando lamió su dedo manchado de la sangre de su víctima.
—¿Matar a la abuela?.—Mi rostro perdió color ante sus extrañas palabras.
—¿Quieres vivir conejita?.—Preguntó y yo asentí rápidamente con la cabeza.—Entonces tendrás que ser mi cómplice esta hermosa noche.
Se levanto de la cama y quitó las sábanas que estaban cubriendo mi cuerpo.
—No puedo hacerlo.—Mis lágrimas amenazaron con salir.—No puedo..yo no..
—Por supuesto que puedes hacerlo.—Me entregó una cuchilla que tenia oculta hasta ahora en una parte de su cinturón.—Será fácil con ella durmiendo.
—No, realmente no puedo hacerlo.—Intenté suplicar con la mirada.
No puedo matar a la abuela Catherine.
—¿Entonces su vida es más importante que la tuya?.—Preguntó con burla.—Conejita, los humanos somos seres despreciables, estoy seguro de que ella elegiría su vida antes que la tuya.
—No.. ella no..—Dudé.
La abuela Catherine no quiso escuchar mis palabras y en consecuencia de ello, su esposo casi abusa sexualmente de mí.
—Si realmente no puedes hacerlo, entonces acabaré con esto rápido y sin dolor.—La decepción cubría parte de su voz.—No esperaba encontrarme con una niña en esta vieja casa, fue mi error y ahora lo mínimo que puedo hacer por ti, es darte una muerte sin sufrimiento.
...Levantó su pistola y la dirigió hacia mi cabeza....
—¡Lo haré!.—Decidí.
—Chica inteligente.—Bajó su arma y extendió su mano hacia mí.—Luego de acabar con tu jodida abuela, te llevaré a comer la especialidad del Búho.
—¿El búho?.—Acepté su mano y me baje de la cama.
—No querrás quedarte en medio de las llamas.
...¿Llamas?...
...¿Qué piensa hacer exactamente?...
El chico era más alto que el abuelo y que todos los hombres que he visto, aunque no he visto muchos últimamente. La mayoría de los hombres que conozco pertenecen a la escuela y cada uno de ellos o son demasiado jóvenes (estudiantes), o demasiado viejos (como el director).
—¿Iré a prisión?.—Decidí preguntar cuando vi mi mano sostener la cuchilla.
—No lo creo.—Respondió mientras me guiaba hacia la habitación de la abuela Catherine como si supiera perfectamente donde se encontraba ella ante de encontrarse con el abuelo Edgar y conmigo.
—¿Eres un ladrón?.—Pregunté con cautela.
—Robó la vida de las persona, así que podría decir que si lo soy de alguna manera, aunque no me interesa robar objetos valiosos ni nada por el estilo.
...Entonces eres un asesino....
Yo también seré como él cuando termine con la vida de mi abuela Catherine, me convertiré en una asesina que aprovecho la vulnerabilidad de su abuela casi sorda.
—Me llamo Emma.—Levanté la mirada hacia el extraño.—Me gustaría saber el nombre del hombre que me salvo de una posible violacion.
—Te lo diré cuando terminemos aquí.—Señaló la habitación de la abuela.
No creo que tenga muchas opciones para elegir, es la vida de mi abuela Catherine o la mía y yo no quiero morir.
—¿Cómo debo hacerlo?.—Dije en un suave susurro con miedo a mi siguiente acción.
...No quiero hacerlo, pero es ella o ambas....
Mi abuela Catherine morirá de todas formas aunque yo no lo haga, eso es un hecho.
—Solo entierra el cuchillo en su pecho hasta que deje de respirar.—Recomendó con demasiada serenidad.
Debería tener miedo ante su peligrosa actitud, aunque si tengo algo de miedo, pero no el mismo nivel de miedo que sentí cuando el abuelo empezó a bajar mi pantalón de pijama.
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