"¡Teressa eres una gorda y fea!"
"¡Teressa la tarada!"
"¡Nadie te quiere porque eres tan gorda como un tanque de guerra!"
"¡Y tan grasosa como un maldito cerdo!", la empujan.
Los jóvenes a pesar de ser mayores de edad eran muy crueles. Igual Tessa estaba acostumbrada, toda su vida fue así.
Se levantó con dificultad ya que le dolían las piernas. Se sacudió el polvo y acomodó su ropa.
Tomó su mochila y se la colgó del hombro. También tomó sus lentes, afortunadamente no se habían vuelto a romper. Provisionalmente los estaba usando con cinta hasta poder comprar unos nuevos.
Sonó el timbre para entrar a clase y vió a su amiga Mónica esperándola.
Ella con una expresión de molestía le dijo: "No me digas, ¿te volvieron a molestar esos inútiles?"
"..."
Mónica resopló irritada y la regañó: "Tessa, ¿hasta cuando vas a soportar tanto bullying? ¡Debes enojarte y decirle las verdades en su cara!"
Tessa, que no dejaba de mirar el suelo le respondió: "¿Para qué? Si al final se burlarán de mí."
Mónica estaba preocupada por su mejor amiga. Era una joven débil en cuerpo y alma, toda su depresión la oculta en la comida, por eso ganó sobrepeso.
Mónica desearía poder hacer algo por ella, pero no sabe que hacer...
Ahora, sólo puede brindarle apoyo y estar pendiente de que no haga ninguna estupidez.
Tessa y Mónica iban caminando por el pasillo antes de entrar al aula de clase.
Estaban conversando sus próximas tareas, y cosas de nerds; libros, nuevos episodios de series románticas, etcétera.
Tessa, a pesar de tener una vida dolorosa siempre mantiene una sonrisa y es optimista en todo.
Un bullicio se escuchó desde la entrada de la universidad. Tessa volteó y su corazón latío a mil.
Venía el chico del que ella siempre estuvo enamorada; Erick Vélez.
Como siempre, el chico popular de la universidad. Alto, musculoso, una sonrisa encantadora, un cabello en perfecto estado, su familia es rica y por supuesto con la chica más hermosa de la universidad como novia.
Él siempre le sonreía a todo el mundo, incluyendo a Tessa.
Su forma de ser con todo el mundo, su gentileza, su bondad. Eso hizo que Tessa se enamorara de él.
Estudian juntos la misma carrera, ya que Erick por obligación debe hacerlo, a su mayoría de edad debe dirigir la empresa de sus padres.
En cambio, Tessa, ella sólo la eligió porque le gustan los números.
...----------------...
Soy Teressa Rondón, pero mis amigos, o bueno no, mi amiga me dice; Tessa. Tengo diecinueve años. Podría decir que soy una chica común y corriente, que le gusta leer y tener buenas calificaciones, pero con la excepción de que no soy la chica de ensueño como en las novelas románticas que leo.
Soy gorda, no tengo una piel como las perlas, está cubierta de acné y grasosa. Uso brackets y lentes; típico de una nerd.
Aunque mi amiga; Mónica. Dice que tengo unos preciosos ojos. Pues claro, son azules, pero no combinan para nada con mi cuerpo grande y grasoso.
Vivo con mi madre y mi padrastro.
Temo decir que mi vida es un infierno. Mi padre biológico es un bastardo que abandonó a mi madre cuando estaba embarazada, así que ella sola se vio en la obligación de salir adelante conmigo. Todo era bien hasta que tenía quince años. Ella se casó con un hombre no tan atractivo, pero tampoco feo.
Él me trataba bien al principio, pero cuando cumplí mis quince años, esa noche, todo se arruinó. Es el sueño de toda chica adolescente, pero para mí fue el peor día de mi vida, al menos cuando llegué a casa.
Es un secreto muy doloroso y temible para mí.
Desde ese entonces soy la cenicienta de mis malditos padres. Nunca recibí amor como el que esperaba. Tengo que limpiar, lavar sus ropas y cocinar como una sirvienta.
He estado en muchas ocasiones al borde de querer suicidarme, pero Mónica ha sido mi equilibrio y motivación todos estos años. Ella quiere que denuncie a mis padres, pero mi padrastro tiene muchos amigos malos y me vive amenazando con ellos por si llego a abrir la boca.
Estudio carrera de administración de empresas en una universidad privada, gracias a mi tía Karen que vive en el extranjero, ella está pagándome las matrículas. Todos los días cuando me levanto añoro que estos días de oscuridad se acaben pronto.
No he podido mudarme, porque no tengo un empleo digno, así que estoy desesperada buscando un trabajo para poder irme de esa horrible casa.
Debo seguir aguantando a mis estúpidos padres hasta que Dios escuche mis plegarias y me saque de ese infierno.
...----------------...
En el aula, la clase cuatro donde está Tessa están presentando un examen.
Ella está muy concentrada escribiendo lo que tanto se esmeró en estudiar y siente como algo choca suavemente con su cabeza y cae encima de su pupitre.
Era una nota que decía: "He estado tan ocupado ayudando a mi padre en la empresa que no me dió tiempo de estudiar, ¿me ayudas?"
La nota no decía quién era, pero ella reconoce esa letra, levantó la vista y Erick la estaba mirando de reojo, él sonrió y le guiño el ojo.
Ella asintió con una sonrisa y terminó su examen rápidamente. Copió las respuestas en otra hoja que no fueran iguales a las de su exámen y se levantó del pupitre.
Erick estaba nervioso de que ella no lo fuera a ayudar. Unos chicos se levantaron, incluyendo a Tessa. Hicieron una fila para entregar su examen y ella aprovechó de darle la hoja a Erick que inmediatamente sonrió.
Tessa respiró aliviada cuando salió del aula.
Cuando caminaba por el largo pasillo, Mónica la alcanzó a paso veloz y le preguntó con picardía: "¿Que hiciste?
Tessa la miró y sonrió de lado para luego responderle: "Él me pidió ayuda, ¿cómo decirle que no? Quizás más adelante me devuelva el favor."
"¿Y más o menos qué favor? ¿Una cita? Como si Felicia fuera a permitirlo", se burló.
Tessa no pudo evitar arquear las cejas con indiferencia: "De todas maneras, es imposible que me pida una cita."
Continuaron con sus chismes hasta que llegaron a la cafetería de la universidad repasando la temática de la próxima clase.
"Hola."
Esa voz hizo que el corazón de Tessa latiera a mil. Volteó con vergüenza mientras sus mejillas estaban ligeramente sonrojadas.
"¿Puedo sentarme?", preguntó Erick acercándose.
Tessa que quería que se la tragara la tierra en ese momento y con tartamudeos le respondió: "A-Ah, pues claro. La mesa es muy grande", le regala una sonrisa.
Erick se sienta a lado de Tessa con mucha confianza y le dice: "Te agradezco por haberme salvado este día, estoy en deuda."
"N-No hay problema", le respondió de inmediato.
Él le sonrió con gentileza y quiso poner un tema de conversación: "Dime Teressa, ¿tu también vas a heredar una empresa y por eso te esmeras tanto en subir tus calificaciones?"
"Ehh... ¡no! Sólo lo hago porque me gusta, y los números me entretienen", sonrió nerviosa.
Erick arqueó las cejas en señal de sorpresa: "¡Wow! Quisiera poder ser así."
Mónica que estaba escuchando y revisando su celular al mismo tiempo aclaró su garganta y Erick al poco tiempo la notó: "Oh, Discúlpame Mónica, olvidé que estabas ahí."
"Vaya, el mosquito en la pared", respondió con repugnancia.
"No lo eres. Eres muy linda, para nada a un mosquito."
Mónica sonrió con picardía y le preguntó: "¿Cómo está el príncipe de esta universidad?"
"¿Cual príncipe?"
"Pues tú, todos te adoran."
Erick resopló con burla y dijo con ignorancia: "Me da igual, sólo converso y hago buenos amigos."
"¿No te regaña tu novia?", preguntó Mónica en seco.
"¿Qué? ¿Cuál novia?"
Tessa puso los ojos como huevos fritos en ese momento: "Pues Felicia, ¿quién más?"
"Ella no es mi novia. No tengo novia porque mis padres no me lo permiten... sólo somos amigos", respondió apenado.
"Amigos que se besan", bromeó Mónica.
"Ah, eso jajaja, sí, amigos que se besan", él respondió rascando su barbilla.
Tessa con una mano apoyó su barbilla e hizo un gesto de curiosidad: "¿Y por qué tus padres no te lo permiten?"
"Porque dicen que voy a descuidar mis estudios por estar pendiente de eso."
"Entiendo."
Erick no acostumbraba a contar cosas de su vida privada, pero tratándose de ella, ¿por qué no intentarlo? Son unas nerdas, nadie les creerá si no hablan con base.
Su amistosa conversación iba de maravilla hasta que personas desagradables la interrumpieron con sus comentarios de mal gusto: "Vaya Erick, ¿ahora te metiste a la guerra?"
Erick volteó a ver con confusión y preguntó: "¿Guerra?"
"Sí, ¿y ese tanque de guerra que tienes a tu lado?"
Risas burlistas se escucharon en toda la cafetería, habían personas cerca que también se burlaron.
Tessa sonrió entre sus dientes y negó con la cabeza. Ahora que por fin Erick se ha dedicado a hablarle, este tipo de personas vienen a arruinarlo.
Decidió ignorarlos...
Miró a Erick, quería ver su reacción.
Una leve sonrisa se formó en aquellos labios: "Dejen de burlarse", frunció levemente el ceño.
Las risas juguetonas no cesaban, hasta que uno de ellos dijo: "¡Ay, vamos! ¿La vas a defender?
"Debes aprender a respetar a los demás, nariz de tucán."
La sonrisa burlista del joven desapareció y su rostro se volvió serio: "Oye sabe que no me gusta que me digan así."
Erick se levantó y con su rostro serio dijo unas palabras lentas y precisas: "Nariz de tucán."
Ambos empezaron a forcejear en broma y después se van.
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Llegó la hora de salida y Tessa volvió a su casa.
Su padrastro, Deghar, estaba sentado viendo la TV en ese momento, y con su voz áspera le dijo: "Oye mocosa, tu madre dejó una lista de las cosas que debes comprar en el supermercado."
Ella asiente y va a la cocina donde esta una larga lista pegada en la nevera.
Ella lo observa, pero ve que falta algo muy importante: "¿Y dónde está el dinero?"
Él la miró irritado y le preguntó: "¿Cuál dinero?"
Tessa lo miró incrédula y le respondió: "¿El dinero con el que voy a comprar todas estas cosas?"
"Pues, de tu dinero, ¿de cuál más?", se burló.
Tessa resopló y le dijo de mala gana: "¡No tengo dinero! El poco que tengo reunido es para ir a la excursión de las empresas Lambert."
Deghar se colmó de paciencia y se levantó del sillón. Un fuerte sonido se escuchó, Deghar la había abofeteado.
"¡Perra! ¿Nunca tienes modales para hablar? ¿Para qué trabajas en esa maldita cafetería si no vas a aportar nada a la casa? No es mi problema, tu madre dijo que vas a comprar todo eso que está allí y punto."
Eso fue lo último que dijo y volvió a su sillón.
Tessa dejó escapar una lágrima y subió a su habitación a darse una ducha.
Buscó en su armario un pequeño cofre que tenía bajo llave. Se llenó de remordimiento, ese dinero era para ir a las empresas Lambert. La empresa donde los estudiantes de la universidad donde ella estudia tienen la oportunidad de apenas graduarse trabajar ahí.
Los Lambert son personas muy poderosas en la ciudad de Londres. Son en pocas palabras los dueños de Inglaterra; hoteles, clínicas, bares, clubes, colegios, incluida la universidad donde ella estudia.
Quizás haciendo horas extras podría recuperar el dinero, pero no alcanzaría el tiempo.
Tessa se duchó y se colocó un vestido suelto color amarillo de flores con unos tenis blancos. Agarró sus ahorros y la lista de la comida de la semana.
Caminó a paso veloz mientras la fría brisa chocaba en su rostro y hacía volar su cabello negro.
Buscó un carrito y metió todas las cosas de la lista. Pero, para su mala suerte no alcanzaba el dinero para todo.
Sólo metió lo necesario y volvió a casa.
Su madre acababa de llegar, escuchó gemidos desde que cruzó la calle para abrir la puerta. Era costumbre, así que le daba igual.
Entró con las bolsas y miró de reojo la posición en la que Deghar la tenía en el sofá. Era asqueroso y apestaba.
Dejó las cosas en la mesa y lavó todo mientras pensaba que hacer en la cena.
"¿Que compraste?", preguntó su madre.
Ella sin quitar su mirada del lavaplatos le respondió: "Lo necesario, no alcanzó todo mi dinero."
"¿Cómo que lo necesario?"
"No alcanzó mi dinero, gasté todo lo que tenía."
Vilma resopló y la miró con desdén: "Deja lo egoísta Teressa. Sé que tienes más dinero."
Tessa se hartó y miró a su madre con seriedad: "Mamá, desde hace tres semanas estoy comprando la comida, y ya no me queda dinero, si quieres puedes revisar mi habitación y comprobarlo tú misma."
Vilma volteó los ojos y encendió un cigarro: "Ya no importa."
Deghar fue hasta ella molesto y le dió otra bofetada: "¡¿Cómo te atreves a hablarle así a tu madre, perra?!"
Tessa tocó su mejilla que se estaba recuperando de la anterior bofetada, estaba aún más caliente y se sentía un poco hinchada.
Ella lo miró con asco y lo devoró con sus palabras: "¿Usted que ha hecho? ¿Ha comprado algo desde que llegó aquí? Lo que ha hecho es comer, dormir y follarse a mi mamá. ¡Así que no opine!"
Tessa estaba harta, siempre era ella la que debía mantenerlos a ellos.
Vilma le gritó y terminó golpeándola hasta tirarla al suelo. La pobre Tessa levantó su mirada con dificultad mientras trataba de que su respiración volviera después de que la hayan pateado en su estómago. Sus padres la miraban con desagrado y odio. Sintió como la sangre salía por su nariz y con dificultad subió a su habitación.
Tessa se dió una ducha con su cuerpo adolorido y se fijó en los moretones que habían en su rostro.
Lloró en llanto mientras sus lágrimas estaban camuflajeadas por el agua de la ducha y se sentó en el suelo del mismo hasta que con el paso de los minutos se calmó.
Aplicó un ungüento y se fue a dormir con sus ojos aún húmedos de tanto llorar. Soñando lo feliz que estaba siendo, se veía como una mujer fuerte e independiente, que no le importaba nada más que ella misma.
Pero, esa Tessa sólo vive en sus sueños. Ésta que está en la vida real es llorona y cobarde, la que no es capaz de hacer otra cosa para mantener su dignidad.
No, creo que la perdió cuando sucedió ese incidente que la tiene atormentada desde hace años.
...----------------...
Al siguiente día se preparó para ir a trabajar. Hizo el desayuno antes que todos se despertaran y se fue.
Mónica la esperaba, y la gorra que era parte de su uniforme la hacía tapar su rostro un poco moreteado.
A pesar de haber aplicado maquillaje si la observabas muy bien podías notar la diferencia, aunque ya no estaba tan hinchado como la noche anterior.
Hoy su trabajo era de camarera en el área VIP así que se puso en marcha. Habían muchas personas ya que la cafetería estaba en un buen lugar y es de las mejores.
"Desayuno americano para la mesa siete."
"Enseguida."
Tessa era ágil y rápida con las manos así que sus pedidos se entregaban de inmediato.
Ella llegó a la mesa siete y vió a un joven que estaba trabajando en su computadora: "Desayuno americano para usted joven; café, zumos de frutas, huevos y tostadas con mermelada."
El joven aún sin mirarla le respondió de manera educada: "Gracias."
Ella se volteó para irse pero él le habló nuevamente: "Señorita, disculpe, ¿puede traerme unas galletas con chispas de chocolate? Siento que esto no me llenará.", el joven enfocó su mirada por primera vez en ella y quedó petrificado de ver sus preciosos ojos.
Ella le sonrió y asintió para después marcharse.
No tardó mucho en llegar nuevamente. Traía un plato con sus galletas y aparte una bolsa con el nombre de la cafetería donde tenía incluído más café y otras galletas de diferentes sabores.
"Esto lo invita la casa, joven."
El joven que no había apartado su mirada de ella en ningún momento, ni en el momento en que se fue le respondió: "G-Gracias..."
Tessa hizo una reverencia y marchó nuevamente a su labor.
...----------------...
La jornada había terminado y volvió a su casa para cambiarse e ir a clase.
Su tía estaba llamando y sonrió feliz.
"Hola tía."
"Hola mi cielo, ¿ya saliste de trabajar?"
"Sí, voy directo a casa."
"Está bien, la mensualidad de éste mes ya la cancelé en la cuenta de tu madre."
"Está bien tía, muchas gracias, te amo."
"Eres una buena estudiante, puedo esforzarme todo lo que pueda para que seas una profesional."
Después de hablar con su tía y que haya mejorado su día llegó a casa. Le avisó a su madre que la mensualidad había sido transferida y que podía pagarla a la universidad.
Tessa subió a su habitación, se dió una larga ducha y marchó a la universidad.
Ésta vez los molestos chicos que le hacen bullying no estaban así que entró al aula donde vió a Mónica en su teléfono.
Mónica que al presentirla entrar subió su mirada y sonrió: "¡Has llegado!", pero una sonrisa se borró cuando vió su mejilla levemente hinchada, "Tessa, ¿otra vez?"
"...", se sentó en su pupitre.
Mónica estaba molesta: "Tessa, ¿hasta cuando? ¡Apuesto que sólo te pegaron por diversión como siempre lo hacen!"
Tessa sin mirarla a los ojos le respondió: "Ya olvídalo Mónica, no tiene caso."
Mónica la miró con nostalgia: "Te ayudaré a buscar empleo para que compres un departamento y salgas de esa maldita casa."
Suspiró con cansancio y le respondió: "Yo también quisiera eso."
"Desde hoy lo haremos. Dentro de unos días es la excursión a las empresas Lambert, ¡podemos tener una oportunidad!", a Mónica se le ocurría cualquier cosa que pasaba por su mente sólo para subirle los ánimos.
Pero ésta vez, su comentario no fue de su agrado, en cambio, la llenó más de nostalgia...
"Hablando de eso... no iré."
"¡¿Qué?! ¡¿Por qué?! ¡Eras la más emocionada en esto, Tessa!"
"Gasté el dinero... comprando la comida de la semana."
Mónica se enfureció aún más: "¡Mal nacidos! ¿Acaso tu quién eres para mantenerlos?"
Tessa no aguantó más y dejó caer sus lágrimas: "Por eso fue que me pegaron, el dinero que tenía ni siquiera alcanzó para todo lo que estaba en la lista. Dije unas palabras que eran verdades y me golpearon hasta sacarme el aire."
A Mónica se le rompió el corazón y la abrazó: "Tranquila... tranquila que te ayudaré a salir de esto."
Mónica siguió consolando a su amiga cuando las interrumpieron: "¡Hola chicas!", llegó Erick.
Él notó el semblante en Tessa y quiso preguntarle qué le pasaba, pero antes de eso vió su leve golpe en la mejilla: "Teressa, ¿qué te sucedió?", sujetó su rostro con delicadeza.
Tessa estaba sonrojada: "Tuve un accidente, es todo", sonrió nerviosa.
Él dudó por unos segundos antes sus palabras: "Está bien. ¿Estas preparada para la excursión?"
"Ehh... Yo no iré, hubo una emergencia y tuve que gastar el dinero."
"¿Por eso estás así de triste?"
Ella asiente con su mirada baja.
Erick se sintió mal por ella, pero después se le ocurrió una idea: "No te preocupes, Yo te pagaré el carnet de entrada."
Tessa subió su mirada de golpe y tartamudeo: "¿E-El carnet de entrada? No, ¡es muy costoso!"
"No te preocupes. Conociendo tu desempeño quizás te tomen como pasante, y si lo hacen igual debes comprar el carnet así que esto será mi agradecimiento por tu ayuda en mi examen."
Mónica que estaba escuchando sonrió y apoyó a Erick: "Erick te está dando éste tremendo obsequio, ¡acéptalo!"
Tessa estaba indecisa, pero quería ir a esa excursión, y él tenía razón, en esa empresa puede haber una oportunidad para ella.
Tampoco era seguro, pero no perdía nada en aceptar.
"¡Está bien!"
Erick sonríe: "Entonces anota tu nombre en la lista y dime en qué número quedarás", le guiña el ojo y se marchó.
La sonrisa de Erick se le cruzó por la mente a Tessa, y tocó sus mejillas que aún sentían su cálido tacto: "¡Dios mío! ¡Es tan encantador!"
...----------------...
Días después.
...EMPRESAS LAMBERT...
"Señor, los pasantes llegan mañana en horas de la mañana."
El joven sentado frente a la pantalla de su ordenador le respondió en un tono frío y dominante: "Bien, ya sabes qué hacer. No quiero relajos, no quiero personas irresponsables y fíjate de las personas más capacitadas para trabajar aquí."
Su asistente hizo un gesto de sorpresa: "¿Empezará a reclutar estudiantes señor?"
"Sí, y quiero que tengan todas las cualidades que ésta empresa necesita."
"Está bien, señor. Por cierto, ¿va seguir queriendo un pasante para su próximo asistente?"
"Sí."
"Dejaré todo preparado señor, con permiso", se marcha.
...----------------...
Al día siguiente.
Tessa se sentía muy nerviosa, muy dentro de su corazón sentía que iba a ser un día lleno de nuevas oportunidades.
Los estudiantes marcharon en su autobús. Erick se sentó a un lado de Tessa muy sonriente mientras conversaban.
Felicia, "la novia" de Erick se sentía extrañada por él.
¿Desde cuando se hizo tan amigo de la grasosa?
Llegaron a las empresas Lambert, era un enorme edificio de noventa pisos, lujoso, empleados con hermosos uniformes con modelos y colores diferentes para cada área.
Un joven de lentes llegó hacía ellos y les dijo: "Bienvenidos a las empresas Lambert, soy Tomás Brion y soy el asistente personal del señor Lambert."
Tomás es un hombre guapo y muy elegante de veinticinco años, de la misma edad que el CEO y es su mano derecha en todo.
Les dieron un tour por toda la enorme empresa, donde estudiaría a fondo el comportamiento y conocimiento de los estudiantes.
Algunas de las chicas no prestaban mucha atención a la información que él les daba, sólo miraban lo guapo que era y lo marcada que estaba su cosa en esos pantalones ajustados.
"¿Cuando conoceremos al señor Lambert?", preguntó Felicia.
Tomás la miró sin ninguna expresión en su rostro y le respondió con educación: "El señor Lambert es una persona ocupada, de igual manera él me comentó de que si se desocupada vendría con nosotros."
Muchas chicas se emocionaron, hasta Mónica. El señor Lambert se conoce por ser un hombre guapo y misterioso, el día de la toma de presidencia él se mostró por primera vez en la prensa. Era muy joven para tomar un enorme imperio pero su padre confíaba plenamente en él. Después de ese día nadie más lo vió.
Como toda prensa y cibernautas han descubierto que lo han visto con diferentes mujeres... es propio de todo CEO guapo y multimillonario.
Llegaron al último piso, el piso del CEO.
Tomás estaba fascinado por el increíble conocimiento que tenían Tessa y Mónica.
Felicia, que estaba en un rincón de todos los estudiantes estaba asqueada de que las nerdas llamaran más la atención que ella, hasta Erick se veía fascinado y eso la estaba frustrando.
Se le ocurrió algo y sus labios se curvaron formando una sonrisa.
Iban caminado por los pasillos ya casi cerca de la oficina del CEO. Tomás iba explicando unas cosas cuando Felicia se colocó rápidamente cerca de Tessa y le metió el pie donde hizo que cayera cerca del escritorio de la asistente presidencial y volteara todos los documentos importantes.
El ruido fue tan fuerte que hasta el CEO que estaba ocupado en su oficina sobresaltara.
Tomás se puso muy nervioso, no le pareció nada gracioso.
Todos sus compañeros se empezaron a burlar de Tessa, menos Erick y Mónica que la estaban ayudando.
Tessa se rompió la nariz, y sus lágrimas cayeron por sus mejillas por el dolor, pero no hizo ningún sonido.
La secretaria del CEO estaba furiosa, le costó mucho organizar todos esos documentos para que ésta gorda fea no hubiera prestado atención donde camina.
La figura masculina salió de la oficina mientras acomodaba los botones de su saco, nadie había notado su presencia ya que estaban concentrados en burlarse de Tessa.
Frunció el ceño al ver éste tipo de relajo y con su aterradora voz preguntó: "¿Que sucede aquí?"
Todos voltearon y se sorprendieron al ver al señor Lambert, las chicas en pocas palabras se corrieron en ese instante cuando lo vieron. Estaban muy sonrojadas y se mordían su labio inferior.
"S-Señor Lambert...", Tomás se puso rígido.
La asistente presidencial aprovechó la situación y habló firme: "¡Lyam! Ésta mujer gorda cayó encima de mi escritorio y volteó todo el papeleo, ¡échala de la empresa!"
Mónica estaba molesta, sin embargo mantuvo su educación: "No fue su culpa, ella se tropezó, ó... hicieron que se cayera a propósito", ella fulminó a sus compañeros con la mirada.
El CEO, Lyam Lambert vió a Tessa como sangraba de la nariz y lloraba en silencio.
Se sorprendió mucho así que decidió acercarse a ella y quitó sus lentes que se habían roto.
Él tocó ligeramente su nariz haciendo que se quejara de dolor, se sintió mal por ella: "Lo siento. ¿Estás bien?"
Ella no respondió sino que siguió llorando y tratando de quitar la sangre de su nariz.
Él se preocupó y la tomó de la mano llevándola a su oficina. Pero antes de entrar miró a todos con seriedad: "¡Tomás, ya sabes que hacer!", le habló molesto.
"S-Sí señor."
Tomás se encargó de los estudiantes mientras que Lyam curaba a Tessa.
La pobre Tessa se sentía muy avergonzada: "Señor Lambert, no es mi intención molestar, puedo ir sola al hospital, creo que me rompí la nariz y el sangrado no se detiene."
Lyam había limpiado con todo lo que tenía en su botiquín, pero sí, ella tenía razón, se rompió la nariz y necesitaba ver a un médico.
La tomó otra vez de su mano y le dijo: "Está bien, vamos."
"No, espere señor, puedo ir sola", quita su mano.
Lyam estaba sorprendido. ¿Una mujer negó su mano? O más interesante aún, ¿negó su compañía?
Él la observó, es una gorda pero si la observas bien no es fea.
No lo pensó mucho y le dijo: "No me importa lo que pienses, te voy a llevar yo mismo a mi clínica y punto", la tomó nuevamente de la mano, pero más fuerte.
"Pero..."
Lyam le dedicó una mirada siniestra y ella asintió con obediencia.
Caminaron directo al ascensor y al llegar al piso de abajo sus compañeros estaban ahí. Erick se veía molesto y parecía estar regañando a Felicia.
Todos sintieron la presencia de Lyam así que voltearon. Él tenía su mano entrelazada con la de Tessa y mirando con frialdad a los estudiantes.
Tessa tenía una cara de pocos amigos, no había necesidad de hacer esto él mismo, sólo debía llamar un taxi y referirla a su clínica, pero no que viniera él mismo.
Ella lo miró con seriedad mientras era halada por él, Lyam era muy alto a comparación de ella que se veía muy pequeña, un paso de él eran tres de ella.
Pensó: "Ojalá después no piense que me estoy aprovechando de él."
Lyam le abrió la puerta de su auto y cuando él se subió la miró serio: "Ponte el cinturón de seguridad niña", le habló con repugnancia.
Tessa lo miró incrédula, ¿niña?
¡Hombres ricos y arrogantes!
Tessa había sido atendida, Lyam que estaba esperando en la sala de espera le pareció muy gracioso verla con su nariz vendada.
Aunque... notó algo extraño en ella, su mejilla, estaba un poco morada.
Tessa tenía sus manos entrelazadas con vergüenza y con su tierna voz le dijo: "Agradezco su ayuda señor Lambert, no sé cómo agradecerle."
Lyam la miró con indiferencia de pies a cabeza y le dijo: "No te preocupes, algún día me devolverás el favor... oye, tu mejilla, ¿por qué está así?", levemente la roza y ella se queja de dolor "¿Qué le sucedió ahí, señorita Rondón?
Tessa hizo un gesto de sorpresa: "¿Cómo sabe mi apellido?"
"Eso no te importa, te hice una pregunta"
"N-No es nada... s-solo fue parte del golpe cuando caí", tartamudeó.
Él la miró con seriedad, y notaba como su voz temblaba al responderle.
Sin duda alguna, le estaba mintiendo, pero no quiso insistir: "Está bien."
El médico sale del consultorio y le hace una seña a Lyam.
Él mira nuevamente a Tessa y le habló con frialdad: "Espérame aquí, si te vas, estarás en serios problemas."
Tessa lo miraba incrédula. ¿Cuál es su problema?
Lyam fue hacía el médico que estaba con un gesto preocupado y le dijo: "Señor Lambert."
"¿Cómo salió?"
"Su nariz está bien, pero...", el médico realmente se veía preocupado.
"Pero, ¿qué?"
Él dudó en hablar pero era un pecado ocultarle secretos a Lyam.
"Ella me pidió no decir nada, parece que algo le incomoda o algo muy grave le pasó como para que me rogara que no dijera nada..."
A Lyam se le estaba acabando la paciencia: "Ve al punto", ya se estaba irritando.
Él médico tragó en seco y le habló bajo: "Está bien, como es de mi costumbre siempre hago un estudio del cuerpo completo. En el momento que quitó su blusa cuando la iba a examinar con mi estetoscopio habían muchos moretones en su cuerpo."
Los ojos de Lyam se volvieron gradualmente fríos: "¿En qué lugares de su cuerpo?", preguntó.
"Abdomen, brazos, espalda, y si lo nota con detalle también hay en su rostro. Son moretones desde hace días, así que veo imposible que haya sido en el momento en donde cayó y golpeó su nariz."
Él pensó duramente unos segundos y volvió a preguntar: "¿No notaste algo más?"
Él asintió: "Cuando la estaba examinando estaba rígida, hubo hasta un momento en donde me empujó. Vi miedo en sus ojos, pero después reaccionó y se disculpó."
Lyam miró de reojo a Tessa que estaba mirando el suelo: "Está bien, me encargaré. Ya sabes, ninguna palabra de esto."
"Si señor Lambert."
Lyam volvió con Tessa y se marcharon.
Ambos estaban silenciosos, así que él quiso romper el silencio: "¿Dónde vives niña?"
Tessa volvió a mirarlo con su mirada llena de indignación: "¿Por qué me dice, «niña»? Si aparentamos la misma edad."
"¿Que edad tienes?", preguntó.
"Diecinueve."
"Bueno, Yo tengo veinticinco, así que para mí eres una niña.
Tessa resopló con burla y dijo: "Puedo regresar a casa yo sola, señor Lambert. Puede volver a la empresa, mis compañeros deben seguir allí."
"No están, ya la excursión terminó."
Tessa lo mira sorprendido y pasa sus manos por su cabello con frustración: "¡No puede ser!"
"¿Qué?"
"Si supiera lo mucho que me esforcé en ir a esa excursión, y al final pasó esto. Definitivamente soy un pájaro de mal agüero."
"Oye, ¿por qué dices eso?"
"Sería una enorme oportunidad para mí trabajar en su empresa, y esta la desperdicié por mi mala suerte."
Lyam se compadeció de ella: "No te preocupes, de estas vienen muchas más, ahora es que tendrás oportunidades. No te desanimes."
Sus palabras conmovieron a Tessa. Lyam es un hombre frío, pero sus palabras son sinceras. Definitivamente se alegra de conocer a un hombre tan importante.
Él la llevó a la universidad y con toda su vergüenza bajó del lujoso auto. Todos se le quedaban viendo con asombro.
¿La chica gorda y fea de la universidad llegó con un hombre tan guapo e importante?
Tessa sintió mucho alivio cuando cerró la puerta del auto, pero Lyam también se bajó y la siguió.
"¡Oye, espérame!"
Tessa sobresaltó: "Señor Lambert, ¿usted todavía está aquí?"
"¿Cuál es el problema? Esta universidad pertenece a mi familia, puedo venir cuando quiero."
Tessa volteó los ojos. Es un hombre muy guapo, pero no sonríe y además su ego está perdido en el espacio: "Disculpe lo que le diré, pero, ¡usted es muy arrogante!"
Él la miró con indiferencia: "Es mi forma de ser, acostúmbrate."
Tessa siguió caminando y negó con la cabeza, así qué pensó: "Más o menos, ¿por qué debo acostumbrarme? Si no lo volveré a ver después de hoy."
Tessa caminó por los enormes pasillos de la universidad y Lyam iba a su lado, como siempre con su porte elegante y varonil.
Las chicas no paraban de verlo y sonreír, pero él sólo las ignoraba.
Juntos formaban la pareja de ese cuento de hadas de "La Bella y La Bestia", pero ésta vez, los papeles intercambiaron.
Mónica se acercó a ella velozmente y de manera agitada preguntó: "Tessa, ¿estás bien?"
"Tessa...", Lyam memorizó su apodo.
Mónica lo miró y no pudo evitar sonrojarse. No se había fijado de su presencia y se avergonzó: "Señor Lambert, disculpe mi mala educación, soy Mónica y soy amiga de Tessa, gracias por haber cuidado de ella. Es un poco torpe y muy tímida", sonríe nerviosa.
Él escuchó sus palabras y sólo dijo: "No hay de qué."
Lyam se despide y va a la oficina del director. Él estaba muy nervioso de ver a una persona tan importante frente a él.
Lyam cerró la puerta y conversó con el director.
"Señor Lambert, es un placer tenerlo por aquí", dijo el director.
Lyam tomó asiento y dijo: "Hola, iré al punto. ¿Usted conoce a la estudiante Rondón?"
Él lo pensó unos segundos: "Rondón... sí, por supuesto. Teressa Rondón, es una cerebrito en administración, la número uno en el cuadro de honor."
Él asintió: "¿Cómo se lleva con sus compañeros?"
El director hizo un gesto de tristeza: "Es complicado..."
Lyam frunció el ceño y preguntó con seriedad: "¿Por qué?"
El señor suspiró: "Temo decir que sufre de bullying. Se burlan de ella por su tipo de cuerpo, sin embargo, ella no les presta atención."
"¿Y han tenido una solución para ésto?"
El director tembló ligeramente. Si notaba que no han hecho absolutamente nada para poder quitar el enorme bullying que Tessa está sufriendo desde que entró en la universidad, tendrán un fuerte llamado de atención.
"Esto...", lo interrumpe.
"Está bien, no importa, con su silencio me dijo muchas cosas. Sólo quiero decir que no voy a soportar el bullying en ésta institución. ¡Por Dios! Todos son mayores de edad", se calló y después dijo: "Sospecho que la señorita Rondón está sufriendo alguna depresión que viene desde su casa y no voy a dejar despreciar el talento de esa chica. Así que le pido, o no, le exijo que esté más al pendiente de ella."
El director respiró aliviado: "Sí, como usted diga señor Lambert."
Él se colocó de pie nuevamente y dijo: "Muy bien, sólo venía a decirle esto. Ella presenció algo vergonzoso en mi empresa y eso me llamó la atención, por eso estoy aquí."
Lyam sale de la oficina del director sin dar un paso atrás, pero... al pasar por la cafetería ve a Tessa desde la distancia hablando con su amiga. Estaba leyendo unos libros y se veía muy concentrada.
Al salir de la universidad hizo una llamada.
"Señor."
"Tomás, quiero toda la información de Teressa Rondón, ¡para hoy!"
"¿Una de las pasantes de hoy?"
"Sí."
"Enseguida señor."
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Soy Lyam Lambert, tengo veinticinco años. Soy CEO desde hace seis años en la inmobiliaria más famosa a nivel nacional e internacional de los Lambert.
Soy un cotizado soltero. Me gusta salir a fiestas, bailar, beber, y todo ese tipo de cosas.
No tengo novia, no tengo tiempo para eso. Y más que mi personalidad no la aguanta cualquiera, sólo mi madre y mi nana.
Las mujeres van y vienen, y puedo tenerlas a todas si quiero. Sé que mi juventud no durará por siempre, por eso vivo el hoy. En estos momentos no está en mis planes enamorarme, pero sé que pronto llegará la mujer indicada para mí y la que me dará unos preciosos hijos.
Sólo me enfoco en la empresa y encargarme de hacerme más millonario.
Hoy conocí a una chica, Teressa Rondón, tuvo la mala suerte de tropezar y golpear la mejor parte del cuerpo de una mujer, su rostro.
Odio cuando las mujeres están golpeadas, así que la mejor manera de hacerme enojar es mostrarme a una mujer golpeada y llorando, y más si lo hizo alguien. Podré ser muy mujeriego, pero respeto a las mujeres, después de todo vengo de una, y jamás les pondría un dedo encima.
Aunque si les podría un dedo, quizás varios, ya saben en que lugar...
Al escuchar al médico decirme lo que sucedía en Teressa no pude evitar enojarme. Así que meteré mis narices donde no me llaman.
Veo mucha tristeza y soledad en esos misteriosos ojos azules, y mi corazón por alguna razón le duele verla así, así que la ayudaré en todo lo que pueda.
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Erick al ver a Tessa fue directamente ella muy preocupado: "Teressa..."
Ella hizo una sonrisa forzada cuando lo vió y respondió: "Hola."
El joven con la yema de sus dedo rozó su rostro: "¿Cómo estás? ¿Estás bien?", pero ella lo quita.
"Sí lo estoy, gracias por preguntar."
Erick se sintió muy mal y avergonzado: "Oye, de verdad lo siento. Felicia estuvo mal, ya hablé con ella, así que no lo volverá a hacer."
Tessa no tuvo la decencia de mirarlo a los ojos, sentía que sí lo hacía iba a caer en sus encantos otra vez. Ella sabe que Erick no fue el culpable, pero en la excursión él siempre estuvo cerca de ella, supongo que eso a Felicia le molestó, y por eso hizo lo que hizo.
Es demasiado cobarde para enfrentar a la chica más hermosa de la universidad, sí lo hacía le iba a ir muy peor.
"Sí, como sea, ya estoy acostumbrada a estos tratos."
Suena el timbre para entrar a clases, Tessa colgó la mochila de su hombro y caminó directo al aula.
Erick se sentía frustrado: "¿Cómo hago para recompensarte?"
"¿Recompensarme? Nada, esto no fue tu culpa, fue de tu querida novia."
"Teressa, ella no es mi novia", insistió.
Tessa sintió un brinco en su corazón de la emoción, pero debía ser orgullosa, ella ve a Erick y lo ve muy alto y prohibido para ella.
Al final, le da mucha flojera subir tantos escalones para llegar a su nivel, más que la gordura no la deja, así que se rindió. Últimamente se ha comportado muy insistente, y se siente muy confundida con sus sentimientos.
Ha leído muchas novelas donde las protagonistas están igual que ellas, gordas y feas, y enamoradas de un chico muy contrario a ellas, que al final ellos las usan para su beneficio, y no se enamoran porque son nerdas y demás.
Ella quiere ser la excepción.
Desde que entró a la universidad fue un flechazo en el corazón ver a Erick por primera vez. Y aún tiene ese tipo de sentimientos por él, pero cegara su corazón. No quiere sufrir por amor, eso sería uno de tantos dolores en su vida, y no quiere seguir sufriendo.
Entraron al aula de clase.
El profesor había llegado: "Buenas tardes chicos, ya está todo arreglado para el inicio de su proyecto de investigación."
Todos hicieron un bullicio.
Una joven alzó la mano y habló: "¿El proyecto de investigación? Pero, ¿eso no se hace ya finalizando la carrera?"
"Es cierto, pero hay mucha falta de conocimiento en algunos estudiantes, así que los profesores hicimos una reunión y estuvimos de acuerdo en que pueden empezar a hacer su proyecto. Por supuesto que no será el definitivo, bueno, eso queda de parte de cada uno de ustedes. Si quieren iniciarlo desde ahora están en todo su derecho", se detuvo a pensar y después dijo: "Pensarán que, ¿por qué empezarlo desde ahora? Bien, porque así observaremos cuál es su debilidad y así meditar a darles una estrategia para que puedan mejorar a tiempo. En fin, para que no sea tan recargado quedamos en que será en pareja."
Mónica y Tessa se miraron entre ellas con una sonrisa.
"Pero, las parejas las hicimos nosotros mismos."
Todos empezaron a quejarse, el profesor sonrió y dijo: "Sé que no están de acuerdo y que cada uno de ustedes tiene su pareja en los trabajos, pero colocamos a los más eficientes con los deficientes. Chicos, quiero ayudarlos, y quiero que ayuden a sus compañeros a mejorar. Por supuesto que tendrán la asesoría de los profesores de metodología en tal caso de que no les esté yendo bien."
Al final terminaron cediendo y el profesor dijo las parejas que trabajarán juntas.
"Teresa Rondón y Erick Vélez."
Tessa llevó las manos a su cara de la frustración y pensó: "Ahora que quiero evitarlo, la vida lo quiere cerca de mí. ¡No puede ser!"
Erick se acerca a ella con una sonrisa: "Oye Teressa, es increíble que estemos juntos. Dime, ¿cuando nos reuniremos en tu casa?"
Tessa subió su mirada de inmediato: "¿En mi casa?"
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