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ForSpes Academy

Primer día.

Hoy debería ser un día normal como cualquier otro, pero no es así. Es mi primer día de preparatoria, y creo que es la primera vez que me siento tan nerviosa. Después de una cálida ducha, salgo del baño dejando rastros de agua camino a mi habitación. Me siento extraña, es una combinación de emoción, nervios y algo de nauseas. – No puedes vomitar en tu primer día de clases, llegarías con olor a vomito o aún peor, podría vomitar nuevamente en el aula. – Es común que hable conmigo misma en voz alta, lo gracioso es que no estaba sola.

– ¿Podrías no hablar sola mientras estoy dormida? – Dijo mi hermana con la que lastimosamente comparto habitación y no solo eso, también cama.

– Son los nervios del primer día, lo siento. – Tome mi ropa que había preparado la noche anterior la cual estaba en un banco cerca de mi closet.

– No, no son los nervios, no lo justifiques con eso, siempre lo haces. – Exclamo mi hermana mientras tapaba su cara con la sabana cubriéndose de la luz.

Es verdad, siempre hablo sola, incluso llego a hablar cuando estoy dormida. Debería de guardar más silencio, son las 6 am y comparto cuarto con un perezoso. Termine ignorando la situación y después de vestirme, me acerque al espejo para tomar mi peine y cepillar mi cabello mojado, tome un poco de tratamiento especial para "cabello con frizz" que me regalo mi madre hace unas semanas. Ella sabe cuánto odio que mi cabello se esponje y sería una fatalidad no dar una buena primera impresión a mis compañeros con una melena de león.

Después de arreglar una pequeña mochila con lo esencial - Un pequeño cuaderno, lápiz, bolígrafo, mi libro favorito, goma de mascar y obviamente audífonos. - Salí hacia la cocina para comer algo ligero. Mi estomago no aguanta comer cualquier cosa a estas horas, y como aún tengo nauseas no pienso arriesgarme.

– ¿Estás lista?, Kira – Dijo mi padre mientras se escuchaban sus pasos bajando las escaleras del tercer piso.

– Más que nunca.

– Veo que te adelantaste a desayunar – Menciono mientras entraba en la cocina y me miraba fijamente. – ¿Solo comerás eso?, ¿un plátano y una manzana?

– Si, así es, sabes que no puedo comer cualquier cosa a estas horas porque me da náuseas, y de por sí ya las tengo. Comería un mango, pero podría mancharme, no pienso llegar a mi primer día con una mancha de mango en la blusa, en la chaqueta o incluso peor, batida de mango en la cara.

– Vaya, sí que estas nerviosa. – Soltó una carcajada mientras tomaba un mango – Bueno, ya que no es mi primer día y solo soy "el chofer", yo sí puedo darme ciertos lujos.

– Lo bueno es que no bajaras del auto, y no te preocupes, serás mi chofer solo esta semana. Tengo que hacer amigos para tener con quien tomar el transporte escolar, no me gustaría ir siempre sola.

Al terminar nuestra "larga" e "interesante" platica, mi padre y yo nos dirigimos al garaje. Abrió la puerta automática y enseguida entramos en el auto. El camino a la escuela no era tan largo, estaba más o menos a unos 15-20 minutos de nuestra casa. En el camino estaba envuelta en mis pensamientos. Fui una de los "afortunados" en entrar a esta escuela tan prestigiosa, solo son admitidos aquellos con grandes habilidades. Cualquier persona fuera de Nutbeal pensaría que es una preparatoria normal como cualquier otra, pues estarían totalmente equivocados. Esta es la mejor escuela de todo el país, que entrena a los mejores alumnos para los mejores futuros. Definitivamente siento que vomitare.

– Kira, sabes que tu madre y yo acudimos a esta preparatoria. - Mi padre estaba muy concentrado en el camino. Yo estaba muy concentrada en el revoltijo que pasaba en mi estómago.

– Si, lo sé, incluso Ethan y Laila siguen estudiando en sus instalaciones universitarias por lo "grandes" y "prestigiosos" que fueron. ¿Me dirás que quieres que sea como ustedes y no haga quedar mal a mi "gran" familia?, porque si es así, entonces da la vuelta, no pienso acudir a ella nunca. – Dije en tono de burla.

– No. – Sonrió. – No pensaba decirte eso.

– ¿Entonces?

– Solo pensaba hablarte un poco sobre ella. Sabes que es un misterio para todos los que no logran ingresar. Hay demasiados rumores acerca de ella y lo que sucede ahí adentro, pero, a partir de hoy tu vida cambiara completamente, verás a Nutbeal de forma muy diferente..., incluso a nosotros, tu familia. En la escuela son muy estrictos, tendrás mucho trabajo..., pase lo que pase nunca te rindas, pero si decides hacerlo solo llámame y vendré por ti enseguida.

Sus palabras me confundieron un poco, pero en lugar de hacer preguntas solo miré a mi padre y sonreí.

– No creo que eso haga falta papá, daré lo mejor de mí en la escuela. Además, según lo que se, puedo elegir la preparación que yo quiera, así que me gustaría ir por escritura, tal vez pueda ser una gran periodista. Aunque también me gustaría darte competencia en tu actual trabajo de arquitectura. - Solté una carcajada.

– Si..., creo que serás mejor que yo en cualquier ámbito. Tal vez hasta me des clases. – Me miro con una gran sonrisa.

Mi padre susurro algo que no logre comprender, pero no pude preguntar por sus palabras ya que habíamos llegado a la escuela. Él me dio un gran abrazo. – Cuídate, ¿De acuerdo? – Asentí y bajé del auto.

La escuela - Presentación.

Nunca había entrado a la escuela, así que me sorprendió su gran tamaño, ya que parecía más amplia que cualquier otro instituto que haya conocido. Seguí a un grupo de chicos hacia el patio delantero donde se estaban formando, dividiendo y guiando a los alumnos hasta unos grandes autobuses. No estaba segura de que era lo que estaba pasando. Al llegar mi turno me acerque a quien parecía ser una profesora. Una mujer alta de cabello negro y anteojos.

– Eres de nuevo ingreso, ¿cierto? – Pregunto.

– Si, así es.

– ¿Cuál es tu nombre?

– Kira; Kira Gastrell. – Respondí.

– Gastrell, eh…, una familia muy famosa en este campus. – Anoto mi nombre en la libreta que llevaba. – Bien, introduce tu dedo índice de la mano izquierda aquí, por favor. – Alzo un pequeño aparato, el cual tenía una pantalla que apenas se notaba. Introduje mi dedo, sentí un piquete y enseguida se mostró mi tipo de sangre, mi pulso y algo más que no sabía lo que significaba. Al mirar a la profesora note una gran expresión de sorpresa en su rostro. – Aguarda aquí. – Escribió algunas cosas en su cuaderno y se acercó a un hombre alto de traje negro y corbata azul y un cabello castaño que resaltaba a la vista, el cual debo admitir que lo hace ver muy apuesto. Los dos me miraron y se acercaron.

– Señorita Gastrell, es un placer conocerla, soy el profesor Simon Johnson. – Sonrió, acerco su mano hacia mí y al instante la estreche.

– ¿Ya estoy en problemas? – Pregunte en un tono de duda.

– No se preocupe, no lo está. – Dijo con una sonrisa tranquilizadora. – Al parecer usted estará en mi clase. La clase E.S.I. o mejor conocida como “clase S”. Acompáñeme por este lado. – Caminé detrás del profesor hasta uno de los transportes donde se encontraban otros alumnos.

– Disculpe, profesor, ¿para qué son los transportes? – Pregunto una chica de cabello blanco platinado y unos ojos tan rojos como la sangre.

– Digamos que tendremos un pequeño viaje sorpresa para los de nuevo ingreso. – Guiñándonos un ojo.

No había muchos alumnos en el área en el que estaba. Al parecer fui de las primeras en llegar ya que solo nos encontrábamos tres personas más el profesor Johnson. Al pasar el rato, el número fue aumentando.

– Aún falta que se integren algunos más, pero por lo mientras pueden ir subiendo al transporte que se encuentra detrás de ustedes, estarán más cómodos. Tengo algunos pendientes que debo terminar de revisar, regreso en un momento. – Dijo el profesor con una sonrisa en el rostro yendo en dirección a la entrada.

Todos seguimos su recomendación y subimos al gran autobús de color negro. Al entrar, todos nos dividimos en diferentes asientos. Creo que estábamos demasiado nerviosos para comenzar a socializar. Miré por la ventana y me di cuenta de que eran completamente oscuras, no se podía observar nada fuera del transporte, ni siquiera entraba un pequeño rayo de luz solar. Solo me era posible apreciar mi reflejo en el cristal negro.

Decidí voltear hacia la puerta de subida. Quería observar a los demás alumnos que llegaran, pero no entraba absolutamente nadie. – Creo que es momento de sacar mi arma secreta para momentos como este. – Pensé mientras sacaba mis audífonos inalámbricos de mi pequeña mochila. Me los coloqué y puse mi canción favorita mientras seguía observando la entrada y en ratos miraba mi reflejo en el cristal.

Después de un tiempo que parecieron horas, por fin vi a un chico alto de cabello oscuro subir. Era muy guapo para quitarle la mirada de encima. Sentí como tenía la boca abierta, así que la cerré rápidamente antes de que me viera y volteé la mirada, aunque seguía observándolo de reojo. Sentí su mirada por un momento. Él se sentó frente a mí. Podía oler su perfume, el aroma amaderado era muy agradable. Regrese a mi realidad dándome unos golpecillos en las mejillas e intente pensar en otra cosa para no parecer una acosadora. Sentía como me ruborizaba, así que intente esconder mi rostro con mi cabello.

Al comenzar otra de mis canciones favoritas, escuche una voz algo distorsionada. Me quite los audífonos y gire mi cabeza hacia el lado derecho, donde se supone que el otro asiento estaría vacío, pero no, ahí estaba sentada, una chica con una sonrisa de oreja a oreja y mirándome fijamente.

– ¿¡Mia!? – Exclame con un tono de sorpresa. Era mi mejor amiga.

– ¿Sorprendida? – Pregunto aún sonriente.

– Claro que lo estoy. Creí que no te habían aceptado. – Respondí mientras guardaba mis audífonos en su estuche rojo.

– Pues lo hicieron. – Dejo su pequeña mochila frente a sus pies y se acomodó en el amplio asiento. – Yo sabía que te habían aceptado, tu hermana me lo dijo. No quise decirte que a mi igual porque quería que fuera sorpresa, pero…, ¡nunca imagine que estaríamos en el mismo grupo! Este día no puede ser mejor.

– No te vi en ninguna fila. – La abracé y sonreí – Y que alivio que quedaras conmigo.

– Llegue tarde por culpa de mi madre. Me dio un gran discurso sobre la responsabilidad, también dijo que me cuidara y más cosas, como si me fuera a ir de la casa por siempre. – Soltó una carcajada.

– Mi madre también… - El señor Johnson me interrumpió dirigiéndose a todos nosotros con entusiasmo.

– Jóvenes y señoritas, los grupos han sido completados, así que ahora comenzara nuestro viaje. Para los que aún no me conocen soy el profesor Simon Johnson. Pueden llamarme como gusten. Algunos de mis anteriores alumnos me llamaban “señor SJ”, pero lo dejare a su consideración. – Sonrió – Como ya deben haberlo imaginado, yo seré su profesor, así que, porque no se presentan en el trayecto a nuestro destino.

Una chica levanto la mano, el profesor le dio la palabra y ella pregunto – ¿No sería mejor presentarnos cuando el transporte comience a avanzar? bueno, creo que sería una mejor manera para matar el tiempo.

– Bueno…, el transporte comenzó a andar en cuanto dije la primera palabra señorita, solo que ustedes no se percataron gracias a la gran tecnología que poseemos y porque no pueden ver el exterior. Así que empecemos a matar el tiempo y…, porque no iniciamos con usted. – Le cedió la palabra a la joven de largo cabello castaño, ella se levantó. – Deberán decir su nombre, como podemos llamarlos, ya sea formal o informal, de que zona vienen y que esperan de este colegio. Comience por favor.

– Am…, mi nombre es Kamiko Spinster. Si no es molestia, prefiero que me llamen Kamiko. Soy de la zona CN 193 y espero aprender de todo, pero más con relación a la ciencia.

Solo empezando las presentaciones no pude evitar comenzar a analizar a mis nuevos compañeros.

Kamiko Spinster. Su cabello es castaño, largo y lacio. Ojos verdes. Parece tener la misma altura que yo. Desde mi perspectiva parece ser alguien sencilla pero muy inteligente. Creo que es alguien que se esfuerza por seguir sus ideales y cumplir sus metas. Puede ser alguien con quien deba tener cuidado, aunque solo son suposiciones, no debería preocuparme por cosas tan triviales.

– Bienvenida, Kamiko. Bueno, ahora un chico, ¿Quién es voluntario?

El chico sentado frente a mí se levantó – Soy Cedric Relish, pueden llamarme Resh o Cedric, no me gustan mucho las formalidades. Vivo en la zona XB 65. Me gusta la tecnología avanzada así que pretendo aprender todo lo que se relacione con esta.

Cedric Relish. Su cabello es negro, corto y ondulado. Ojos azul marino. Desde mi perspectiva parece que es muy decidido y valiente, además de que puede ser alguien bastante alegre.

– Bienvenido, Resh…, o Cedric, ¿Te molestaría elegir a alguien para que sea el siguiente?

Esperaba que eligiera a otra persona, pero el chico se giró hacia mí y sonrió – Tu eres la siguiente – Se sentó nuevamente. Deje mi asiento y observe a todos.

– Me llamo Kira…, Kira Gastrell. Mi nombre no tiene diminutivo así que pueden llamarme Kira o pueden combinar las letras de mi nombre y hacer un apodo. No me molesta, de hecho, me parece entretenido. Vivo en KY 276. Me gusta la literatura y arquitectura, también soy buena en deportes así que espero lograr dominar las 3 áreas. – Sonreí, pero no podía evitar notar las miradas de sorpresa de todos, además de escuchar los susurros de mi apellido. Que puedo decir. Mi familia es muy conocida.

El profesor pidió calma, me dio la bienvenida y mientras los demás seguían presentándose yo regrese a mi asiento y me oculte en el largo cabello cenizo de mi mejor amiga.

– Tranquila, estoy segura de que olvidaran quienes son tus padres en una hora. – Mia soltó una pequeña risa y yo le di un leve golpe en el brazo.

A excepción de Mia y yo, todos vivían en zonas diferentes y algo alejados de Central 00, que es donde se encuentra la escuela. El profesor admitió que conocía a los padres de la mayoría desde hace años, al menos un padre de la mayoría acudió a esta escuela al igual que el profesor, y eso que es difícil ingresar. Supongo que todos llevamos el talento en la sangre.

La escuela y un gran secreto pt.1.

Gracias a las presentaciones, todos comenzaron a hablar entre sí. Kamiko se sentó a un lado de Tokyo, la chica de los ojos color sangre, que casualmente estaba sentada detrás de nosotras. Mia inicio la plática entre las cuatro. Hablamos un poco de nuestros intereses personales.

Tokyo Raymer. Tiene un hermoso cabello blanco platinado, largo y lacio. Lo más sorprendente son sus ojos inigualables, aunque no es la única en este grupo con ese color. Desde mi perspectiva parece que es introvertida pero muy amable, graciosa y sincera. Parece que es dedicada y decidida, también que nunca se queda quieta.

Vi como el chico de cabello largo y rojo llamado Ryan se sentaba al lado de Cedric, y comenzaban a charlar sobre videojuegos. El transporte paso de ser un lugar parecido a un funeral, a sentirse de verdad como un aula antes de comenzar la clase. Incluso el profesor estaba charlando con los alumnos sentados en las primeras filas. Creí que socializaríamos al estar en nuestro salón, pero paso más rápido de lo que espere.

– Kira…, ¿puedo mirar tus audífonos?, claro si no es molestia. Es que…, no pude evitar observar que son de la marca RLight. – Dijo Tokyo un poco apenada.

– Claro. – Sonreí y tomé mis audífonos de mi pequeña mochila. Se los di y su mirada se ilumino.

– Oh Zeus, son grandiosos. – Susurro tomando los audífonos con gran delicadeza y admiración.

– Dijiste…, ¿Zeus? – Pregunto Kamiko riendo a carcajadas.

Asintió con la cabeza levemente. – Mi padre es muy creyente de Dios, y toma como ofensa que utilicemos su nombre para expresiones “ridículas”. Mi madre y yo no somos creyentes, pero respetamos a mi padre, así que, como soy una gran fanática de la historia y la mitología griega, uso los nombres de esos Dioses. – Se coloco un mechón de cabello detrás de la oreja. – Es un poco ridículo…, lo sé.

– Zeus…, a mí me gusta, es muy original. – Sonreí.

– Si, Kira tiene razón. Yo tampoco creo en Dios así que de ahora en adelante usaré a Zeus para mis expresiones. – Dijo Mia mientras le dirigía una gran sonrisa a Tokyo, ella respondió igual.

– Escuche que te gustaba todo sobre la tecnología, mecánica, robótica y no se cuanto más mencionaste. – Solté una pequeña risa. – ¿Es por eso qué te gustan mis audífonos?

– Si. Desde muy pequeña siempre me gusto saber el mecanismo que tienen los aparatos tecnológicos. A mi padre nunca le gusto eso, de hecho, nunca me dejo tener ninguno ya que me gustaba desarmarlos y cambiar su función. Siempre ha dicho que hacer eso es peligroso. Pero mi madre siempre me compro varias cosas a escondidas de él. – Siguió observando los audífonos. – Siempre he sentido admiración hacia los productos de la marca RLigth ya que son los que mayor avance tecnológico han tenido. Una vez mi madre me compro un reloj de la compañía y yo modifique por completo su programación. – Mostró una gran sonrisa. – Oh, lo siento, solo estoy hablando de mí. – Sus mejillas enrojecieron casi al color de sus ojos.

– No te disculpes, estoy segura de que, a las chicas, así como a mí, nos emocionó tu plática tanto como a ti contarla. – Kamiko rodeo el cuello de Tokyo con su brazo para tratar de calmar sus nervios.

Asentí y volteé para mirar a Mia, estaba sosteniendo su barbilla con su mano derecha. Tenía un rostro muy serio y pensativo.

– ¿Estas con nosotras o en la luna? – Pase mi mano frente a sus ojos para hacerla reaccionar. Sacudió la cabeza y nos miró.

– Perdonen, es que…, todos tenemos diferentes gustos, solo algunos llegan a coincidir un poco y... – Hizo una larga pausa. – Se supone que la escuela preparatoria es para la temprana preparación de tu carrera elegida…, pero en ningún momento nos preguntaron sobre eso, solo nos colocaron en un grupo aleatorio.

Todas nos miramos en silencio, dándole la razón a Mia. Es cierto que nunca nos preguntaron a qué área académica decidíamos ir.

– ¿No creen que vayan a separar el grupo? – Pregunto Kamiko.

Tokyo movió la cabeza en modo de negación. – El profesor Simon nos hubiera advertido al inicio. Probablemente nos hubiera dicho que este no sería nuestro grupo definitivo y tampoco hubiera mencionado que somos la clase S.

– Puede que nos den clase de las áreas de nuestro interés. – Kamiko empezó a mostrarse algo nerviosa.

– ¿De cada uno? Son demasiados temas que abarcar, y muchos no tienen nada que ver con otros. Según lo que yo sabía debido a mis hermanos es que, el primer día te daban a elegir el área de profesión, los dividían respecto a lo elegido y las clases que se impartían eran las básicas de preparatoria y se agregaban las más importantes de tu carrera. – Mencione.

– Es cierto. Somos 20 alumnos, todos con diferentes temas de interés. – Nos quedamos en silencio por unos minutos. – Tal vez habrá una buena explicación para eso, no debemos preocuparnos. – Dijo Mia con un tono más tranquilo.

Pude notar que Resh estaba atento a nuestra platica. Al igual que nosotras se quedó pensativo.

Permanecimos en silencio hasta que oímos al profesor decir que estábamos llegando a nuestro destino. Nos pidió tomar todas nuestras pertenencias y nos dio instrucciones de salir en orden en el momento que la puerta se abriera.

Después de unos minutos, finalmente empezaron a bajar aquellos que estaban sentados en las filas delanteras del autobús.

Tardamos un poco en salir debido a que estábamos sentados en las últimas filas. Se oían reacciones de asombro, eso solo podía significar que el lugar era aquello que nadie esperaba.

Espere a que Resh bajara para salir detrás de él. No pude contener el asombro que causaba el lugar, ya que era algo que definitivamente nadie de la clase S se imaginaba.

– ¿¡Una especie de fortaleza!?, ¿¡por qué estamos aquí!?, no hay nada en los alrededores, es como si estuviéramos a mitad de la nada. – Dijo Kamiko con gran asombro y confusión.

– Es enorme y maravillosa, parece ser una ciudad. – Tokyo estaba maravillada con lo que estábamos presenciando en aquel momento.

– Bien mis grandiosos alumnos, vengan conmigo. – Dijo el profesor Simon mientras salía del autobús. Todos caminamos hacia donde él estaba y lo rodeamos. – Deben estar asombrados, confundidos, maravillados, enojados o alegres…, deben estar pensando, “¿Por qué diablos estamos en este lugar tan alejado de Nutbeal y de nuestros hogares?”. – Junto sus manos dando una gran palmada. – Pues queridos alumnos, esto que tienen ante sus ojos, es nada más y nada menos que ForSpes Academy, la preparatoria y universidad de sus sueños.

Todos nos miramos entre sí. Nos encontrábamos atónitos aún sin comprender nada. Simon prosiguió.

– Entiendo que aún no asimilen lo que está pasando. Permítanme explicarles detalladamente mientras caminamos a nuestra futura aula, ¿de acuerdo? – Empezó a caminar y todos lo seguimos. – Responderé preguntas al final.

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