La oscuridad en las nubes opacan el escaso azul celeste del cielo; En un acostumbrado día nublado, me encuentro inmersa en mis pensamientos dolorosos mientras observo por la ventana del transporte público y me aferró a la belleza natural de esta ciudad. A pesar del clima fresco y húmedo muy típico, esta ciudad es ciertamente hermosa, aunque no conozco nada más allá de ella. Ahora que lo reflexiono, ni siquiera puedo estar segura de mis propios pensamientos..
Otro día más en el que la vida no tiene sentido para mí; nuevamente sumergido en mi aburrida rutina, de camino a la mansión Nazarov, el lugar donde trabajo desde hace unos meses, todo era normal asta esos días cuando una triste noticia sacudió mi existencia, y de repente mi mundo quedó de cabeza.
Durante años he estado acostumbrada al mismo largo trayecto de media hora por la gran ciudad de Novosibirsk, Rusia, tan acostumbrada a una vida que siento no me pertenece. Suspiro con nostalgia mientras contemplo a través de la ventana el cielo gris, pensando en el único motivo por el que existo: mi amada madre. En este momento, toda resignación a la que debo aferrarme simplemente se esfuma, mi corazón sufre con reflexionar, mis ojos cansados e hinchados ya están secos y reacios. El día anterior, lloré durante casi todo un día y en la noche me fue imposible conciliar el sueño, pienso en lo mucho que sufre y en la difícil distancia a la cual estamos sometidas, como también en esos cálidos y frágiles brazos que siempre me consuelan y que un día extrañaré.
Hoy en día, a pesar de sentir tanto dolor en mi pecho y esa cruel necesidad de continuar llorando, simplemente ya no podría derramar una lágrima más.
Aprieto mis labios, conteniendo la aflicción que embruja mi corazón. Siento como si múltiples agujas se clavaran en él, los pensamientos dolorosos y los recuerdos me acosan y lastiman incesantemente cada instante y día que transcurre.
Cuando estoy muy ansiosa, el trayecto hacia la imponente mansión parece prolongarse más de lo habitual. Debo comenzar mis deberes cuanto antes y así distraer mi mente de todo lo que me agobia.
La cruel realidad de mi vida, mi amada madre, mi única familia está siendo acechada por la muerte. La reciente noticia nos dejó destrozadas y más cuando de antemano sabemos que no hay nada que podamos hacer cuando de un cáncer se trata, eso es lo más doloroso. El pensar en su posible ausencia me desgarra el alma.
Ella tiene un tumor cancerígeno y sin dinero para quimioterapia, la cirugía que el doctor exige de emergencia, no dan esperanza alguna.
¿Será inevitable su muerte? ¿Así de injusta es la vida con una persona tan buena y correcta?. El doctor dejó en claro que la única solución eficaz puede ser la cirugía, aunque conlleve riesgos y no es seguro que el cáncer pueda extirparse al 100%. ¡Existe una última pequeña posibilidad! El proceso será largo y agotador, pero nos da una pizca de esperanza: la batalla que enfrentamos será dura e impredecible, ya no es fácil, pero es todo lo que podemos hacer, continuar con la quimio. Por supuesto, no se como hacerlo, una sirvienta como yo no cuenta con el dinero para el costoso tratamiento.
Con el tiempo su salud sé ha ido deteriorando. Ayer fue lo más parecido a una despedida para nosotras: pudimos llorar y resignarnos. Ya no se que mas hacer por mi tierna y adorable madre, cada día su sufrimiento aumenta y con ello su tierna sonrisa, mas esa alegría que la caracteriza se va apagando. Como ella, sufro con la idea de que en cualquier momento de esta dura vida llegará el día que terminara con el entierro de una parte importante de mí.
Mi madre anticipándose y sabiendo que ese inesperado día llegara, no quiso dejarme desamparada y a mi suerte, así que les suplicó a sus antiguos jefes que me dieran trabajo, insistiendo en que cuando ella faltara me quedaría con ellos, trabajando de sirvienta, a cambio, el resto de mi vida si fuese necesario. Ella, tan acostumbrada a esta vida lo creyó un trato justo, mientras yo, sabiendo merecer más, solo deseo complacerla; además no cuento con ningún otro familiar, estaré sola en este mundo así que es mi única opción. Al menos en la gran mansión tendría suficiente compañía, un techo y un trabajo. Ahora cuento con su antiguo empleo, en el que ella trabajó durante 20 años.
Ella y yo somos felices teniendo una vida simple, cotidiana y humilde, nuestra alegría, complicidad y amor es lo único necesario para estar bien pero nada es perfecto.
Mi madre en contra de mis deseos supone que vivir en la mansión Nazarov y ser sirvienta es mejor que estar sola y vivir en un pequeño cuarto en el lugar más pobre de la ciudad, pero nuestra humilde manera de vivir me tiene orgullosa ya que ese lugar hace parte de mi y se ha convertido en mi refugio especial, fue con su arduo esfuerzo que mi madre lo arrendaba, y por lo menos ese pequeño espacio se siente como un verdadero hogar; Se que al cumplir con su último deseo la dejara más tranquila con en el simple hecho de que viviré y estaré segura, rodeada de personas poderosas e importantes.
Ella insiste en que debo estar agradecida porque muchos desean este puesto y se que es así, no es que no lo agradezco pero la vida no siempre es tan simple o al menos mis aspiraciones y deseos no lo son, por más que ella planifique todo mi futuro y yo desee complacerla, la misma vida decide darte el giro de 360g que necesitas.
-Buen día – digo sin nada de ánimo en mi voz, suspirando, entrando por la puerta de servicio de la gran mansión Nazarov.
Se ha terminado el fin de semana libre y aún siento mi cuerpo cansado como si no hubiera parado de trabajar un solo día, al entrar saludo a mis compañeras de la misma manera que siempre acostumbro hacer, todas a pesar de verme con una sonrisa forzada, sabiendo de mi situación se han vuelto mas amables y comprensivas.
Me dirijo al cuarto de cambio me coloco mi uniforme, tan pronto estoy lista empiezo mis acostumbradas labores.
Limpio y tallo con esmero, esfuerzo y precisión el piso, como a la señora Deniska le complace. Ella es una mujer obsesionada con la limpieza por ello cuenta con tantos empleados, para así complacerse y mantener su gran mansión y pulcra vida, perfectamente limpia.
Esta semana será más movida eso es perfecto, justo lo que necesito para despejar mi mente, mi mundo gira alrededor de mi madre, ella es mi todo, por ella respiro, gracias a su perfecto y bondadoso corazón y su amor e llegado a este mundo, si tan solo tuviera oportunidad daría mi vida si con la misma podría salvarla, pero lo siento un anhelo tonto, lejano e imposible, por más que le pida un milagro a dios simplemente no llega.
Cada día, hora y segundos es uno menos para ella y yo sigo aquí atada de brazos, frustrando mis días de tan solo pensar y siendo nada más que una simple sirvienta, todos los días me debato entre la tristeza, decepción e injusticia.
-Hola Zoe ¿cómo sigue tu madre?- pregunta la señora Deniska mi jefa, levanto mi cabeza para verla, me fijo que ella solo ve y detalla el suelo, no me mira solo esta interesada en el deslumbrante piso y se asegura que haga un buen trabajo.
-Buen día, señora Deniska, ella bien- trago saliva cuando se forma el nudo en mi garganta- soportando las quimio tratando de ser fuerte- Respondo con una sonrisa fingida, me era imposible sonreír en estos últimos días y menos ante alguien tan falso pero queriendo o no debía hacerlo.
-Zoe, cuanto lo siento- hace una rara mueca con sus labios-El destino y sus jugadas, sé fuerte tu madre te necesita- Responde con frialdad y una expresión de preocupación que asta de lejos se notaria mucho mas fingida que mi sonrisa, desde mi ángulo tan cerca del suelo y ella tan alta y esbelta, me sentía diminuta.
Sus falsas palabras de aliento no me importaban y no las necesitaba, estaba acostumbrada a su tosca e hipócrita forma de ser porque, aunque solo llevo meses trabajando en la mansión Nazarov ellos me conocen de niña y nunca fueron tan malos como jefes pero se limitan a dar respeto, cariño y atención verdadera a sus empleados, son extremadamente estrictos y correctos por así decirlo, tan estrictos que de niña muy poco me permitían visitar a mi madre aun cuando ellos decían tenerme afecto por ello siempre tuve que esperarla en casa; Mi madre me enseñó lo necesario para sobrevivir en este mundo de ricos y así ganarme el respeto, en resumen me enseño a callar, adaptarme, ser tolerable y respetarlos, después de todo son mis jefes y mis sentimientos o pensamientos son poco importantes para personas como ellos.
En mi tonta e inocente imaginación pensé o tuve la ilusión que mi madre después de 20 años de trabajo, después de tanto consumir su vida, limpiando y sirviendo merecía una compensación por el tiempo de servicio, pero ellos lejos de comprender se limitaron a darme su puesto de trabajo, y sin entender la razón o explicarlo, simplemente evitaron pagar su retiro después de un poco mas de 20 años de servicio, en mi cabeza nada de eso tenía sentido, pero mi madre por cariño o respeto los defiende y a fin de cuentas quienes somos nosotras para llevarle la contraria a una familiar tan peligrosa e importante, si bien sabemos que todos los que se atreven a enfrentarlos terminan perdiendo; Sin embargo, sigo sin entender como unas personas exageradamente ricas hacen estas cosas y más sabiendo cuáles son nuestras necesidades. Por lo que llego a la conclusión de que a ellos no les importa nada ni nadie, para ellos el tiempo y esfuerzo de todos los empleados no vale de nada. Somos personas inferiores, humildes y nuestra opinión es nula.
Me entristecía pensar en que si todo fuera diferente y si tendría al menos su compasión y ese dinero que tanta falta nos hace, existiría esperanza de vivir pero la vida se empeña en poner obstáculos, el destinó es cruel con las personas de bajos recursos como nosotras, nunca me he quejado de lo poco o mucho que pueda tener pero la noticia de esa enfermedad me decepcionó por completo, me siento tan enojada con las terribles pruebas que nuestro dios nos pone en camino que nada encaja en mi mente y con el pasar de los días solo me sigo ahogando al no encontrar salida.
Los tratamientos de quimio y las medicinas son muy costosas y mi sueldo no alcanzaba ni para la mitad de lo que necesita mi madre, por ahora me las arreglo con lo poco que gano, no quedándome para nada más.
Me regaño mentalmente porque se supone que quería volver a trabajar para mantener mi mente ocupada y no pensar pero como evitarlo si no existe nadie más en mi vida, solo ella.
Por otro lado, mis jefes como familia son un temprano de hielo, viven de apariencia, la familia perfecta y la hermosa mansión no le hace gracia a sus fríos corazones, a veces me preguntaba ¿por qué teniendo tanto dinero y una hermosa familia son tan infelices?.
Había demasiado movimiento el día de hoy, todos los sirvientes están acelerados caminando de un laso al otro, limpiando y puliendo cada rincón de la gran mansión, esta semana estarán de visita la familia Filatova, la primera familia más importantes en toda Rusia incluso más importante y con más poder que la familia Nazarov.
Los Filatova son temibles e imponentes, según los rumores dueños de infinitas propiedades, sumando las empresas que dirigen los señores Nazarov.
Se dice que son familiares lejanos de la señora Deniska de Nazarov, exactamente no sé que parentesco tienen pero vienen cada año de visita, aunque tienen infinitas propiedades en Rusia viven en otro país y por negocios se la pasan viajando de un lado al otro, normalmente cuando pisan la ciudad de Novosibirsk como tradición acostumbran visitar la mansión.
El día llegó, dos camionetas se estacionan en la entrada, la familia Filatova estaba a segundos de atravesar el umbral y todos los sirvientes que trabajan en la mansión, nerviosos y ansiosos, debían como de costumbre recibir los galantes invitados de pie junto a la puerta, es una tradición que estrictamente debemos obedecer sin importar lo que estuviésemos haciendo debíamos dejar todo para recibir a tan importante visita.
Los señores Nazarov normalmente no son tan malos cuando están de buen ánimo, pero cuando se trata de momentos en tención como estos o se le desobedecía no existe nadie que se salve de sus gritos o castigos.
Todos los sirvientes se encontraban nerviosos por la llegada de los invitados. La Familia Filatova les causa un indescifrable terror a cada persona que conozco, en especial se dicen muchas cosas sobre los dos hermanos, cosas triviales o normales cuando se habla de persona empoderada y con mucho poder, como también dicen que son grotescos, engreídos y terriblemente crueles en específico con todos los sirvientes, existen múltiples y aterradoras historias que habla de lo podrida que tienen su alma, también confirman que los hermanos son tan peligrosos y mafiosos como su padre, continuan la dinastía y enorgullecen su apellido, pero nadie duda que son un completo peligro cuando tienen que ejercer su poder y la unica manera es sembrando el miedo, en resumen son expertos en obligar a respetar.
Lo que mas les preocupa a mis compañeras es que su manera de actuar y tratar con los empleados no es normal o agradable, así que sí, todos estábamos nerviosos la sola presencia nos aterra.
Cuando se escucha la gran puerta principal, la tención se hace palpable en el aire, sus pasos son precisos y sigilosos, ambos visitantes, serios, de mirada temeraria, altos, elegantes y guapos, con carácter imponente y pulcra elegancia, vestidos con costosos esmóquines que resaltan sus atractivos.
El mayor de unos 28 años, con presencia fría y mirada impenetrable, Benedikt Filatova, alto cuerpo musculoso sin llegar a la exageración, lo suficiente bien marcado y quizás lo normal en un perfecto atleta, las facciones de su rostro son delgadas cejas pobladas, nariz perfilada, ojos gris claro conmirada intensa y aterradora, cabello castaño oscuro bien peinado, a simple vista se notaba que estaba molesto, por lo poco que se de ellos supongo que es su acostumbrada expresión.
De niña lo vi una vez o un par de veces pero estaba tan pequeña que mis recuerdos no son claros, por supuesto a cambiado no podría asegurar que todo lo que dicen de ellos es cierto, ya que mis compañeros suele hablar demás y en ocasiones no piensan en las consecuencias, pero su imponente expresión en este momento puede intimidar a cualquiera, mi madre también se aseguró de contarme un poco sobre ellos, solo lo necesario para no meter la pata si me tocaba servirles, las atvertencia exactas de mi madre fueron, "hija debes pasar desapercibida", no los hagas enojar porque ellos no tienen corazón, de solo recordar el temor en sus advertencias un escalofrío me recorre toda la espina dorsal.
El segundo hermano es un joven de 25 años Arman Filatova alto delgado con cuerpo igual de marcado, ojos verde esmeralda facciones delgadas muy parecido a su hermano, cabello negro corto expresión sería estaba igual de molesto que su hermano, definitivamente es evidente que hoy están de malas se les nota asta en la manera de respirar, pero ante mis ojos no cabe la duda mis compañeras tenían razón ambos son extremadamente guapos.
Mi madre también me los había descrito como hombres muy atractivos y no se equivoca, ambos son muy apuestos como si fueran tallados por los dioses, seguros las mujeres les sobraban, pues los dos tienen toda una mala fama en las lenguas de todas mis compañeras, a pesar de estar apetecibles estoy segura que en esta casa ninguna mujer llega mas allá de fantasía y deseo mental porque el gran miedo y respeto que les tienen es mucho más fuerte.
Son exageradamente atractivos, pero aun con tanto que ver no son mi tipo. Aunque la triste realidad es que no tengo un tipo o preferencia en específico, ya que todos mis novios han sido imaginarios, en realidad no se si tenga algún tipo de hombre perfecto en mente he sido una joven privada de tiempo, me e dedicada a los estudios y por la crianza que mi madre me dio, desde pequeña aprendí a ser selectiva y alejarme de los problemas, tener novio para mí era un gran problema, obstáculo y distracción para mis muchas metas.
Detrás de los hermanos Filatova se encuentran cuatro hombres que a juzgar por la riguides y apariencia deben ser sus guardias de seguridad, todos son mucho más grandes y corpulento que los hermanos, cada uno armados y observando el alrededor de la casa, para todos los presentes es normal ver a los guardias de seguridad con armas pero eso igualmente empeoraba la gran tención que se siente en los empleados, yo, por el contrario, es primera vez que veo un arma no puedo negar que con ese hecho mis nervios incrementan y mis manos sudan.
Con la llegada de los Filatova se había formado un silencio incómodo.
La señora Deniska y el señor Antón Nazarov junto a sus dos pequeños hijos de 8 años fueron los primeros en romper el hielo y hablarles, dieron la bienvenida, como de costumbre nos señalan poniendo sus empleados a la completa disposición.
Ambos hermanos Filatova nos dirigen una fría exhaustiva y rápida mirada con evidente desprecio y molestia.
Luego de saludar a los señores Nazarov e intercambiar algunas cortas palabras el señor Benedikt volvió a posar su aterradora mirada en nuestra dirección paseando sus ojos lentamente asta que esta vez específicamente se fija en mí, cuando nuestras miradas se cruzan comienzo a temblar, trago saliva y mis manos comenzan a sudar a causa del miedo que me produce esa imponente tormenta que lleva como ojos.
Es como sí pudiera percibir mi miedo o leerme con tan solo mirarme.
Por supuesto se dio cuanta que soy nueva, sí eso debe ser, ¿es normal que me siga viendo de esa manera aun cuando se nota a kilómetros mi incomodidad?, no puedo sostener su mirada un segundo mas y simplemente bajo mi cabeza para ver el suelo, el pulido suelo, sí, Zoe piensa en el gran trabajo que hiciste en ese suelo.
Imposible distraer mi mente bajo esa aterradora mirada que me sigue dedicando, sin duda no pase desapercibida como debía ser, aun cuando no lo veo puedo sentir la insistencia de su mirar tan fijamente, que siento con la obligación de volver a verlo.
La señora Deniska los invita a continuar y Comienzan a caminar pasando despacio a nuestro lado y sin decir palabra alguna se dirigen a la sala principal, una vez lejos respiramos con alivio y todos nos retiramos a nuestros acostumbrados deberes.
Un rato después me encontraba en el jardín ordenando la mesa para el almuerzo, normalmente cuando hacía buen clima los señores Nazarov les gustaba comer al aire libre, aun cuando en esta ciudad siempre esta nublada, los rayos del sol estaban presentes, se filtran entre las misma oscuridad grisácea, era tanta la costumbre y el anhelo por un poco de sol que apenas el mismo hace una corta presión en las nuves todos lo aprovechan.
Terminaba de colocar los cubiertos para dejar la mesa lista, tan consentrada que en cuanto me giro, me fijo en la imponente presencia de los hermanos Filatova, ambos se encuentran a pocos pasos de mi espalda, y como si fuesen gemelos al mismo tiempo encienden sus cigarrillos.
-Con permiso - Digo titubeando y agachando mi cabeza sin tener el valor de mirarlos a la cara, pues con todo lo que me han contado sobre ellos, asta yo tiemblo con su presencia.
-Detente - Ordena Benedikt Filatova con una suave y calmada vos, me doy la vuelta girando rápido, pero él ya se encuentra a escasos pasos de mi cuerpo, con su atrapante, fría e intensa mirada que congelaría a cualquier mujer, y mucho más a una cobarde y debilucha mujer como yo.
-¿Te he visto antes?- Pregunta levantando una ceja mientras se lleva su cigarro a la boca
-Si señor Filatova, mi madre trabajo en esta mansión durante 20 años, pocas veces la visitaba de seguro en una de esas ocasiones nos vimos- Respondo neviosa y restando importancia a los recuerdos, ocultando mis manos temblorosas tras mi espalda.
La verdad no solo nos vimos, habíamos conversado y asta jugamos cartas cuando pequeños, supongo que hubiéramos sido amigos, pero no es correcto entre diferente clase social y el ya no es ese niño tan parlanchin e inteligente de mis bagos recuerdos.
-Está bien - afirma con su expresión calmada e hipnotizante voz, sigue fumando su cigarrillo regresa con la compañía de su hermano, conversaban y hablaban de negocios.
Durante esos escasos segundos estuve dudando si marcharme o quedarme pero visto que no me ordenaban nada, di por hecho que mi presencia no era requerida y me dispuse a regresar hacia la mansión.
-Aún no te ordeno que te marches -ordena con fría e imponente voz, no me queda remedio que detenerme en seco y de nuevo gire con mis puntillas de los pies, miro al suelo como siempre lo hago cuando estoy muy nerviosa.
Benedikt Filatova camina de nuevo hacia mi, quedando mucho más cerca de lo que estaba antes.
-Disculpe señor Filatova - mis manos sudan y tiemblo puedo jurar que mi voz temblorosa y todo me delata pero no podía controlar el miedo que el me produce -¿al señor se le ofrece algo?- acorta los pocos centímetros de espacio que existe entre nosotros, coloca sus fríos denos en mi barbilla y obliga a mi rostro a quedar a la altura del suyo, ver sus intensos ojos grises no ayuda en nada, no puedo descifrar lo que dirá pero el silencio se prolonga y con ello los nervios aumentan.
Sentí que los segundos pasaban lentos mientras su imponente mirada se clava como un puñal en mi alma, miedo es poco para describir lo que siento, su fuerte y exquisito perfume me llega a las fosas nasales alterando este sin fin de emociones que siento, su aroma y su frío dedo en mi barbilla es lo único que me mantiene de pies, de lo contrario ya estaría desmayada en el suelo.
-Sucede algo - Interviene la señora Deniska, gracias a dios llego, pero la situación se vuelve mas incómoda cuando el señor Benedikt no se aleja y su intensá mirada me tiene atrapada, ademas me siento paralizada de las rodillas hacia abajo.
Unos segundo eternos, mirándonos sin importar la presencia de la señora Deniska y su hermano, asta que pude notar que de estar molesto su mirada se suaviza, él rompe la conexión y asta retrocede.
-Me aseguraba de conocer a tu nueva empleada, Deniska- la desafía con la mirada- quiero que ella me sirva - Responde sin dejar de mirar a Deniska volviendo a llevar un nuevo cigarro a su boca.
-Te aseguro de que Zoe te obedecerá, nunca a dado problemas, además fue educada por una de mis mejores empleadas -Responde la señora con suficiencia ¡¡valla el mejor y sincero alago que le acaba de dar a mi madre!! Tan buena empleada que era y simplemente la dejara morir.
Por supuesto ella tiene razón, mi madre me enseñó a obedecer y ser la mejor sirvienta pero mi mal carácter y forma normal de ser lo pueden cambiar todo, aunque este hombre me cause miedo pueda que no tenga tanta paciencia como los demás sirvientes, lo menos que deseo es diseccionar a mi madre o meterme en problemas pero no permitiré que nadie me pisotee.
Justo ahora con ese atrevimiento de tomar mi rostro este hombre acabo demostrando que no respeta los límites de espacio personal.
-Eso espero, durante toda mi estadía ella personalmente me servirá- finaliza Benedikt dedicándome una fría mirada de advertencia y puedo jurar que acaba de ver una fugas sonrisa en sus labios.
¿Esto no puede estar pasando? Ahora sí, mis nervios colapsaran ¿ah que se refiere con toda su estadía, cuánto tiempo se quedará? ¿y porque diablos no pase desapercibida?.
Ya escuchaste Zoe- la señora Deniska se gira para verme- ve y prepara las dos mejores recámaras para el señor Benedikt y el señor Arman, serán nuestros espléndidos invitados- concluyó la señora.
Hago una torpe inclinación -En seguida señora Deniska, con permiso - tambaleo un poco cuando comienzo a caminar, mis piernas tiemblan afortunadamente no lo suficientemente para que se note mi torpeza.
Llego rápido a las recámaras, limpie y ordene cada espacio y me aceguro de dejar todo impecable, en cuanto termine me marche a la cocina para ayudar con el almuerzo, lleve lo que ordenaron al jardín y me quedé sirviendo cada trago o vaso de whisky que desearan tomar, cuando estuvo la cena también la serví y estuve cerca por si se les ofreciera algo más, afortunadamente estoy acostumbrada a estar de pies por largas horas.
Todos fumaban, bebían y conversaban, pero de vez en cuando su intimidante mirar se posaba en mí, normalmente visitaban la mansión y nunca se quedaban a dormir por lo que a todos los empleados se nos hacía raro esta inesperado cambio, pero eso no era de nuestra importancia lo que realmente importa es su insistente atención en mí, por esa mirada peligrosa que me dedica estaba segura que su nuevo pasa tiempo sería molestarme, todos los dias de su corta estadía, en un pasado con los demás sirvientes se comportaban igual o peor y esta vez yo no sería la excepción.
Suspiré frustrada al estar segura de que serían unos amargos días, miro al cielo suplicando como si con eso, dios me ayudaría.
Esa sensación de que alguien te observa se hace presente, tomo el valor de verlo nuestras miradas se vuelven a cruzar, por supuesto es el, su mirada es tan intensa que en segundos siento que mi corazón deja de latir con normalidad, es una mezcla de miedo e intriga tan desesperante e incomoda.
Así pasan los días en donde entran y salen con el señor Antón, algo pasaba en las empresas, ya que había días que se notaban más irritables y groseros, por otro lado yo seguía armándome de paciencia, ya que cuando no es arrogante y grosero me dedica sus insistentes y descarada mirada que trato de evadir, se me hace muy difícil ignorar su actitud tan obseciva.
Por la noche cuando por fin terminaron de conversar de diversos negocios se levantaron y cada uno se marchó a su habitación, ya era lo suficiente tarde me encontraba agotada pero aun la demandante rutina no termina, el señor Arman Filatova se marcha junto a mi amiga y compañera Fedora quien lo atendería desde hoy; Me siento muy aliviada y agradecida con ella así solo me tocaba soportar a un arrogante Filatova aunque el señor Arman no es tan molestos como su hermano eso pude notarlo en tan corto tiempo.
Al llegar a la gran habitación el señor Benedikt se sienta en un cómodo haciendo que había en la pequeña sala de la amplia habitación, como el siempre ordena le serví un vaso de whisky, parece no poder consiliar el sueño si no bebe antes de acostrase, por último fui al baño verifique que la tina estuviera llena y a buena temperatura.
Salgo del baño voy al sillón donde él se encontraba fumando, bebiendo y con la mirada perdida hacia la nada, se notaba cansado muy pensativo, me agacho tomo su pie levanto mi cabeza lo observo, él asiente con su cabeza dándome la respuesta que esperaba y me dispongo a quitarle sus zapatos uno a la vez, le coloque las pantuflas para dejarlo cómodo.
Como siempre era una extraña rutina que hacía cada noche; Gracias a mi madre supe desde un principio como atenderlos, cada persona en esta casa tiene sus propias costumbres, mi madre se dedicó a especificar lo que debía y no debía hacer con cada uno, como dice la señora Deniska mi madre es una de las más eficientes empleadas, es desepcionante pensar que ahora lo seré yo aunque para nada soñé con una vida como esta, pero supongo que mis sueños en este punto muerto de mi vida ya han dejado de importar.
Me levanto comensando a caminar me detengo en la puerta lo miro - El señor¿desea algo más?
-Si, te deseo a ti – dice con voz gruesa y calmada, su mirada de la nada se vuelve oscura y de nuevo mi corazón se acelera por esas palabras que sin duda me tomaron por sorpresa.
Trague saliva ante esa respuesta y en cuanto lo veo aproximarse el miedo se apodera de mis rodillas, dedicandome una mirada fría e hipnotizante camina con lentitud.
Cuando estuvo lo suficiente cerca por instinto tuve que poner mi mano de por medio, la misma choca con su pecho para asi evitar que se pegara más a mi cuerpo, pero con la misma rapidez que actue quita mi mano y se acerca por completo, no dejando nada de espacio entre nuestros cuerpos nuestro aliento te mezcla.
-Lo siento señor Filatova, no se confunda aunque mi deber es servirlo, no puedo complacer esa petición- respondo firmemente con la respiración entre cortada el poco valor que me quedaba.
-Quizás no hoy pero lo harás, he decidido que serás mía y yo obtengo todo lo que quiero - susurrando a mi oído lo que me causó un escalofrío cuando su aliento choca con mi cuello, su olor de tabaco y whisky es desagradable para cualquier mujer, de nuevo pongo mi mano en su pecho para alejarlo y me detengo cuando siento los fuertes latidos que provienen de su corazón, sin dejar de mirarlo con miedo doy dos pasos atrás.
Mientras su mirar me envuelve abro la puerta-Que tenga buena noche, señor Filatova - es lo último que digo logrando salir de su habitación, con cada paso que doy mis rodillas no paran de temblar.
Esa noche tuve pesadilla se me hizo difícil consiliar el sueño, había dormido asta con seguros en la puerta y una silla pegada a ella para al menos sentirme más segura, temía por lo que ese hombre quería hacerme y no es para menos, ya había dejado claro sus intenciones así que no le iba a darle oportunidad alguna.
Al siguiente día por la tarde en cuanto tuve oportunidad de escapar de su vista fui a la oficina de la señora Deniska, mi intención era conseguir un refugui y sentirme segura, luego de contarle todo lo ocurrido su respuesta me causo mucha mas anguntia.
-Zoe el señor Filatova está en su derecho de pedir lo que desee, tú sabrás si te conviene rechazarlo – mi boca se abre por el asombro que me da sus palabras, su expresión era fresca y relajada mientras que yo estaba que lloraba por su simple y despreocupada respuesta.
-Pero señora no quiero estar con el- Negué con mi cabeza y con mis ojos aguados, reprimiendo unas lágrimas que amenazan por salir, ¿como era posible que ella como mujer no intentará entenderme o ayudarme?
-Oh pequeña Zoe, si no quieres aslo saber, pero te advierto son hombres muy poderosos estoy totalmente segura que él obtiene todo lo que quiera en este mundo, tú te has vuelto su capricho pude deducirlo cuando en la mañana mostró interés preguntando por tu vida personal y en específico por tu madre, entiende no puedo interferir en sus planes todo se escapa de mis manos no puedo hacer nada por ti, querida tu vida personal no es algo que me compete- dice haciendo un gesto con su mano para que me marchara, desviando su mirada nuevamente a los papeles que tenía en sus manos.
Se me hace un nudo en la garganta ante la respuesta de la señora Deniska, estaba claro que estoy sola, ella no hará nada para ayudarme. De que sirvió las falsas promesas que le hicieron a mi madre, ella prometió cuidar de mí y a la mínima oportunidad se retira sin más.
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