Una fría tarde de otoño, caminando por las calles desiertas de Sunville. El viento frío golpeaba el rostro de una bella dama, su cabello largo y a la vista delicado se alzaba en dirección donde soplaba el aire. Esa belleza física te engatusaba a tal punto de no permitirte ver su verdadero ser, los ojos considerados como el espejo del alma, en esa mujer solo te permitía ver lo que ella quería que vieras. Una dama fría, calculadora y considerada una de las mejores agentes del país.
Agente condecorada a su corta edad por haber formado parte de misiones peligrosas, probatorias, retadoras, duraderas y haber salido airosa de todas ellas, logrando desfalcar todo tipo de negocios ilícitos desde tráfico de armas en el mercado negro hasta a las diferentes mafias arraigadas en diferentes países.
Conforme iba avanzando su rostro se mostraba mucho más amigable, la mirada misteriosa y pensativa había desaparecido, ahora tenías a una persona completamente diferente. Se detuvo unas cuadras antes de llegar a la avenida Frank B., frente a ella se encontraba una casa marrón de 2 pisos, pequeña y acogedora, donde su abuela se había mudado con ella ya muchos años atrás, esa casa albergaba los recuerdos más felices y tristes que le habían permitido formar la persona que era ahora.
Con las llaves en la mano, dio un pequeño suspiro alejando todos aquellos pensamientos que la atormentaban para dar paso a enfocar su atención en lo que debía hacer a continuación.
Al ingresar a aquella casa, se encontró con un pequeño recibidor don dejo sus llaves, percibió un delicioso aroma que pudo reconocer como su plato favorito que su abuela estaba preparando para darle la bienvenida.
Ingresó a la cocina donde pudo ver a aquella mujer, que la había cuidado y protegido tanto. “Abuela, me extrañaste?".
La frágil mujer volteo, al verla sus ojos se pusieron brillosos dando una leve señal de que empezaría a llorar, corrió a abrazarla, había pasado 6 meses desde que se había ido a una misión donde debían infiltrarse en un grupo que se encargaba de traficar armas, otra de las tantas que ponía su vida en riesgo.
“Querida niña, te extrañé mucho, temía por tu vida, deberías dejar ya ese trabajo, no paro de preocuparme por ti”, dijo su abuela.
“Abu sabes que ese es mi trabajo, mejor cuéntame como has estado, Juli vino a verte?”
“Oh, sí. Esa niña se la ha pasado la mayor parte del tiempo viviendo acá, hasta se ha habilitado un cuarto solo para ella”. Así era su mejor amiga, se tomaba muy en serio lo que le pedías como favor. “También te ha extrañado, en pocas horas llegará".
“Me alegro mucho abu, las he extrañado también, vine de frente acá, no pude pasar por la agencia para saludarla, muero por comer lo que has preparado”. Dicho eso su abuela, empezó a servir la comida, y se pusieron al día de todas las cosas que pasaron desde que se fue, y ella le contó algunos eventos generales que ocurrieron durante su misión, sin hablar de detalles que podría comprometerla o ponerla en riesgo.
Terminando de comer, pasaron a la sala, mientras que le explicaba que se iba a tomar un tiempo. Su descanso correspondiente, después del trabajo realizado con el equipo, cuyo éxito rotundo se debió a que lograron atrapar al distribuidor y obtuvieron aquella agenda de clientes, donde detallaba los países a los que pertenecían. La agencia se encargaría de darle seguimiento y atraparlos.
En un apartamento de una de las villas más lujosas y elegantes de la ciudad, se encontraba un hombre sentado con una copa en la mano, observando como el líquido se agitaba acorde al movimiento de su mano, este hombre tenía una apariencia enigmática, sus ojos tenían tantos tonos entre verde y marrón, guapo y elegante. Ocultaba muchos secretos, los eventos trágicos ocurridos en su vida le había arrebatado la calidez de aquel joven jovial de antaño, ahora solo quedaban las cicatrices que le recordaban lo que no debía volver a ser y por supuesto, fallar no estaba permitido.
Acorde a ello, fueron fundadas las bases de su empresa, empresa que en pocos años logró ser reconocida tanto a nivel internacional como nacional. Logró de no tener nada a tener el mundo a sus pies, como él lo decía. Lamentablemente, lo que le permitió formar aquello que tanto hace alarde no fue del todo limpio, sus decisiones causaron sufrimiento a otras personas, las consecuencias de sus actos las llevaría consigo hasta el día de su muerte.
“Jeff, vendrás conmigo de fiesta?, hoy celebraremos haber ganado y firmado aquel contrato que permite afianzar nuestra posición en el mercado” mencionó Hugo, mi amigo desde hace unos pocos años.
No me sorprendió que se fueran a festejar, ya que cada mínima cosa es una excusa para salir de fiesta. “Sabes que, aunque no se hubiese llegado a firmar ese contrato, seguiríamos siendo los mejores en la industria, no?”
“Oh vamos, no seas aguafiestas. Debemos salir a celebrar aún somos jóvenes”.
“Está bien, vamos”. Le dije, empezando a moverme por la sala hacia el walking closet que quedaba en mi habitación. Pude sentir esa sonrisa de victoria por haber aceptado salir, alzando la voz, le dije que mencionará a Frederick, mi mayordomo, que nos alistará el auto y coordinará con seguridad nuestra salida.
Minutos más tarde...
Nos dirigíamos a una de los centros más famosos de diversión con dos niveles, la zona exclusiva se encontraba en el segundo piso, con una vista del primero, pero con la privacidad suficiente y la restricción de ingresos a espacios.
“Jeff, por acá vamos, la noche es larga”. Nos dirigíamos al espacio #6, aquel solo reservado para nuestros invitados. Pude ver a varios directores de áreas de varias de las compañías que tenemos, espacios reservados para ellos, como beneficios del puesto y por trabajar con nosotros.
La noche se iba desarrollando de forma lenta, Hugo ya iba un poco tomado, yo al haber tomado la misma cantidad que él aún no me afectaba el consumo de este. Cuanto más tiempo pasaba ya varias mujeres se me habían acercado, todas ellas invitadas por Hugo a acceder a esta zona. “Amigo, es hora que te diviertas. Desde acá podemos ver a todas las personas que se encuentran en el local, si es que nadie te interesa acá”.
“Ok”, le dije para evitar que siga insistiendo. Me acerqué a ver apoyada en la barandilla, pude ver a muchas personas, pegadas tratando de bailar, empujándose para tratar de llegar a otra parte del lugar, personas bebiendo mientras bailan y otras sentadas cerca a la barra.
En eso vi a una joven de cabello oscuro, o es lo poco que pude distinguir con la poca luz que había en la discoteca. Sus movimientos lo hacía de forma delicada y elegante al momento de beber, no parecía formar parte de ese grupo. Mientras la evaluaba, sentí como su mirada se dirigió hacia mi, me observó fijamente, luego me dio una sonrisa de lado y de ahí pasó a ignorarme.
Una semana antes de la fiesta
Mientras estaba en la casa de mi abuela con Juli, nos habíamos puesto al día de los eventos últimos que se habían suscitado en la agencia mientras no me encontraba, si bien ambas estábamos capacitadas para realizar el mismo trabajo, había pasado ya mucho tiempo desde que ella fue una misión encubierta, prefirió avocarse más a la parte administrativa.
Habían sido unos buenos días de descanso con ellas. Sin embargo, esa misma tarde me llamaron de la agencia para presentarme en las oficinas, así que me alisté y me puse en marcha. Las oficinas quedaban cerca de Mainstreet lo que hacia que mi tiempo de llegada demorará más de lo previsto por ser una parte de la ciudad muy concurrida.
Llegando a la agencia saludé a todos, y me dirigí a la oficina donde se encontraba el equipo, algunos de ellos ya habían sido asignados a misiones, por lo que se encontraban recogiendo la información correspondiente. Mientras que otros, hacían el papeleo para tomar su descanso correspondiente. Observo a Juli con el jefe, ambos miraban una pantalla, en ella había varias imágenes de un hombre de aspecto llamativo lleno de lujos, sus datos se encontraban al costado.
“Que bueno que hayas llegado Mad, te tengo un caso pequeño, toma asiento te explicare”. Exacto apenas había pasado una semana de lo que había terminado la misión anterior, ya me estaban asignando una nueva, esto funcionaba así. Un pequeño caso a veces solía convertirse en uno más grande y complicado, parte del trabajo.
“Cuéntame, dame detalles, estoy ansiosa por saber de ese pequeño caso”
“Eso me gusta, trabajaras con Juli, ella será tu guía, haremos tu cubierta, normalmente el tiempo de preparación para el papel que te vamos a signar es de 6 meses, pero como ya tienes completo ese curso solo nos tomara una semana ponerte al corriente, mientras creamos tu nueva identidad y vida”
Mientras me hablaba, Juli trabajaba en la tableta, gestionando todos los documentos necesarios para la misión. “Te daremos un departamento, cerca de las oficinas, el acercamiento será sutil, investigamos la conexión de un empleado que ha trabajado por años en esta empresa con la última misión que tuviste”.
“Si comprobamos que hay relación, seria un problema muy grande, no solo para la empresa, sino también podría afectar económicamente al país si esta entra en crisis”
“Estas atenta, es por eso que debemos tratar con cuidado la investigación, son pocos los involucrados, y no vamos a actuar hasta que recopilemos todo”.
“Ok, ¿algo más que se deba hacer?”
“Eso es todo, pasa mañana al entrenamiento, tus papeles serán entregados antes del culminar la semana para que los estudies”
“Adiós, chicos, Juli nos vemos en casa, no me vuelvan a llamar, mi descanso por las últimas horas que me quedan”.
Actualmente
Así es como terminé en esta fiesta, con un vestido pegado y muchas ganas de tomarme muchas copas de alcohol, que paga la compañía obviamente, para olvidar las ganas que tengo gritarles que no vuelvan a interrumpir mi descanso, el tiempo que pasare con mi abuela se ha reducido, debido a que debo moverme con cuidado y no involucrarla porque de comprobarse la información esto se puede volver muy peligroso. Estaré viviendo en un departamento bonito, pequeño y cómodo. Hoy lleve las cosas necesarias y lo acople a mis necesidades generales como de seguridad.
Sentada en la barra me encuentro moviendo mi bebida en círculos, antes de beberlo, pensando en lo que se debe realizar hoy, el primer contacto como le llaman, el objetivo llegará o ya llegó a este lugar a celebrar. Solo debo confirmar su presencia y reportarlo, muy sencillo, de ahí puedo olvidarme de la misión por esta noche y disfrutar.
El instinto como dicen muchas personas es nuestra mejor arma para evitar situaciones incómodas o incluso prevenir tragedias. Esto es lo que me ha mantenido a salvo muchas veces, eso y mi habilidad para estar alerta. Siento la mirada de alguien por mucho tiempo, cuando levanto la vista que tenía en la copa, lo veo, el objetivo se encuentra ahí mirándome fijamente desde el segundo piso del establecimiento.
Sonrío, al fin lo encontré y no tuve que tomarme la molestia de buscarlo, me está gustando esta misión. “Bien como ya te encontré, ahora puedo pasar a divertirme, mi tarea ha finalizado” pensé, agarro mi celular y reporto la presencia de individuo.
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