La reina Larissa gritaba de dolor, su vientre hinchado dolía mucho y su bebé le estaba pidiendo salir.
__ ¡¡El palacio está bajo ataque !!.__ Gritó un guardia, mientras todos hacían un cerco alrededor de la reina.
El rey Fabio tomó su espada y se puso al frente de sus soldados, uno de ellos trató de impedirlo.
__ Majestad, vamos al túnel, usted está enfermo y debemos protegerlo.
__ Mi reina está dando a luz a mi hijo, no la voy a dejar sola.
Al ver la firmeza del rey , los soldados no dijeron nada más. Una explosion seguida de un gran estruendo hizo caer a todos.
__ ¡¡La puerta fue derribada!!!, estamos dentro.__ Gritó el intruso.__ Su majestad el rey Félix de Valle escarlata, reclama el reino de Montebello.
El joven rey apareció detrás del humo, alto, fuerte y con una mirada aplastante.
Fue directo al rey Fabio y lo levantó del cuello, clavó su espada en el estómago del rey y sonrió de forma triunfante.
__¡¡¡ El bastardo ah caído !!!.__ Anunció, todos sus soldados comenzaron a matar , algunos saqueaban el precioso palacio y otros amarraban en grandes troncos a los prisioneros.
La reina trató en vano de correr , fue alcanzada por una flecha, aún tenía sangre escurriendo de sus piernas y el pequeño príncipe lloraba en sus brazos todavía con la placenta colgando.
__ Por piedad, dejen al bebé, lo suplico...
Dijo llorando, luchaba por qué su hijo no fuera arrancado de sus frágiles brazos.
__ Felix hijo...
El rey se dió vuelta y se acercó frente a frente a la reina .__ Para ti soy " su majestad Rey Félix de Valle escarlata.__ Le apretó tan fuerte la mandíbula que dejó un buen moretón en la cara de la reina Larissa.
Con el palacio dorado en llamas , el rey Félix detuvo a la familia real en el patio frente a todos los prisioneros,__ Aquí tienen a su rey , el maldito loco asesino de amigos.__ Dicho eso cortó la cabeza del rey Fabio dejando un hilo de sangre corriendo hasta la princesa Mirna.
La niña de apenas diez años estaba aterrada, sus ojos aceitunados estaban vidriosos e hinchados.
Uno de los soldados tiró de su cabello castaño y la levantó, luego hizo que tomara la cabeza decapitada de su padre y la mostrara a sus súbditos.
Todo eso frente a la débil reina Larissa. El niño que acababa de nacer no dejaba de llorar.
__ ¡Que alguien le corte el cuello!, vamos tenemos que partir.__ Dijo fríamente el rey Félix.
Pero antes que el soldado negro con cara de monstruo llegara al bebé, la princesa Mirna lo tomó y corrió hasta que sus piernas ardieron, podía ver las flechas pasar a sus costados y sentía que los perros de caza la estaban alcanzando.
Corrió tanto hasta que llegó a los riscos , vió la inmensidad del mar, se mareó solo con ver la altura, si caía ninguno de los dos iba a sobrevivir.
El rey Félix ordenó que ataran una piedra al cuello de la reina Larissa, luego le abrió una herida por debajo de las costillas y le dijo a su guardia que la aventaran al mar.
La princesa vió a lo lejos una pechera de metal , debió ser de algún guerrero, la tomó y para su buena fortuna tenía una túnica dentro. Envolvió a su pequeño hermano, todavía estaba pegajoso, luego lo metió dentro de la pechera, le dió un beso cálido.
__ Hermano si sobrevives , nunca vuelvas aquí...
Vió que los caballos la habían alcanzado y rápidamente arrojó a su hermano recién nacido por la pendiente. Se oía el crujido del metal y el llanto del bebé.
Los guardias la atraparon, mientras otros trataron de bajar, pero la piedra se desmoronaba .
__ Dejarlo ahí , no sobrevivirá, los lobos se comerán su cuerpo.__ Dijo el rey , después el llanto del bebé dejó de oírse.__ Lo ven , ni siquiera sobrevivió a la caída.
Con su largo dedo dió la señal para volver, les esperaba un largo camino hasta Valle escarlata de al menos ocho días. El rey le puso gruesas cadenas en los pies de la pequeña princesa, la sujetó a su caballo y se marcharon. Ella lloraba sin comprender del todo lo que estaba pasando, apenas ayer estaba brincando en el palacio con su padre , estaba contenta por qué al fin los reyes le darían un hermano.
Desde las profundidades del mar tormentoso, la reina Larissa luchaba con sus últimas fuerzas para liberar su cuello de la pesada piedra, después de muchos intentos, lo logró pero sus pulmones ya no tenían aire , su cuerpo comenzó a flotar y las salvajes olas golpeaban su cuerpo arrojandolo a la orilla.
El llanto de un bebé la hizo despertar, era de noche y el rugido del mar tormentoso asustaban al niño. Se arrastró hasta que llegó al metal , apenas y podía respirar, vió a su hijo y sintió un dolor inmenso, no podía con tanto.
Vió que el niño agarraba con fuerza una cadenita con un dije de luna , era el collar de la princesa Mirna. Tragó saliva, su garganta ardía y la herida en su costado la estaba desangrando.
Tomó al bebé y se arrastró hasta una cueva, lo amamantó y se desmayó enseguida.
En camino a Valle escarlata, se detuvieron para que él rey pudiera descansar.
Tenía un pequeño retrato de su padre con él.
[ Padre , al fin he vengado tu muerte, ahora puedes descansar en paz mi Rey.] pensó para si mismo.
Dos años antes.
El rey Federico estaba jugando una partida de naipes con su amigo Fabio, había ido a visitar su palacio como cada invierno, sus mujeres estaban bordando en el gran salón.
Un sanador le dió al rey Fabio una medicina y luego salió de la biblioteca, justo cuando estaban por irse a dormir, el rey Fabio entró en una crisis y no hubo nadie que lo pudiera ayudar.
Comenzó a desnudarse y corrió por los pasillos del palacio, los guardias y la reina Larissa intentaban atraparlo pero no podían.
El rey Federico salió de su habitación, se topó de frente con su amigo, solo que estaba como diferente, su mirada desorbitada y su cuerpo desnudo lo hizo retroceder en vez de atraparlo.
Luego de unos segundos un grito llenó las paredes del palacio.
El rey Fabio había enterrado una daga en el pecho de su mejor amigo y tenía a la reina Leonor de espalda a la pared apuntándole con una cabeza de alce , los cuernos del animal los tenía justo en el cuello de la reina.
El rey Federico murió . Dejando a su único hijo de quince años solo y con el peso de ser el heredero al trono siendo apenas un niño.
La relación con Montebello murió igual que el rey , la reina Leonor estaba tan desconcertada y aterrada que decidió volver de inmediato a Valle escarlata, lo hizo en barco pues así se ahorraba cinco dias de camino.
Todo el reino estaba de luto por la repentina muerte del rey , todos excepto una persona...el príncipe Javier. Pensó que su medio hermano le daría el trono, después de todo su hijo era todavía muy joven .
Pero no, en cuanto los preceptos y el libro se leyes se abrió, la ley era clara e irrevocable, "los legítimos herederos al trono , solo serán primogénitos del rey gobernante." Lo que hacía a un joven príncipe Félix, el único que podía subir al trono de su fallecido padre .
Después de la décima noche , al fin pudieron llegar al palacio de Valle escarlata, el rey Félix fue recibido con júbilo, la gente salía a su encuentro desde la plaza de los esclavos, intentando poder comprar a algunos de los prisioneros que llevaba.
La reina Leonor observaba su entrada desde la torre central, sabía gracias a Águeda, su leal espía , que su hijo el rey fue en busca de venganza al reino de Montebello, el hermoso halcón peregrino de nombre Orión,trajo la noticia mucho antes de que el rey llegara.
Su hijo estaba siendo muy mal influenciado, si tío el príncipe Javier, estaba tras las tierras invadidas de Montebello, estaba muy seguro de que su sobrino le dejaría reinar ahí.
La reina bajó y se encerró en su habitación, estaba arrepentida de haber salido corriendo el fatídico día en que su esposo murió a manos de el rey Fabio, ella ni siquiera había hablado con su hijo para explicarle lo que realmente había pasado, su príncipe tomó la venganza como estandarte y juró destruir el reino próspero de Montebello.
Se arrepintió tanto, después de los funerales del rey , se dió cuenta que su amiga la reina Larissa estaba sufriendo mucho. El mensajero que había enviado le trajo las peores noticias, en Montebello las cosas fueron empeorando, el rey Fabio estaba muy enfermo, solo tenía unos cuantos días de lucidez , todos los demás era preso de la locura. La reina tenía que asumir la regencia, mostrando fortaleza, pues su corte jamás aprobaría que su primogénita subiera al trono.
Casi cuatro meses después, salió a escondidas de su hijo , dispuesta a hablar con la reina Larissa. Al llegar a Montebello comprobó que el rey Fabio estaba en un punto crítico, completamente sumido en su propio mundo, con la barba crecida, el cabello trasquilado por el mismo, su cuerpo arañado, sus ojos perdidos. Lo peor era que en Valle escarlata, la corte del rey había aprobado la invasión con carácter de muerte a toda la familia real.
Ella no podía hacer nada, pues el rey Félix se negaba a escuchar, incluso la acusó de traidora por estar de lado de el asesino de su padre.
Al día siguente de la llegada del rey , la reina Leonor salió a desayunar, pidió hacerlo en el jardín trasero, no quería ver a nadie.
Luego de tomar sus sagrados alimentos, dió vuelta para ir a las mazmorras, cada cierto tiempo solía escoger a alguna esclava para servir al rey.
Cuando pasaba por los corredores vió que Guzuk, el leal asesino que trabajaba a órdenes del rey, golpeaba a una pequeña niña , completamente desnuda.
La espalda de la niña sangraba abundantemente y sus piernas tenían llagas al igual que sus pies, encima la tenía atada de las manos arriba.
__ ¡¡¡Detente ahoraaa!!!.__ Ordenó con la voz más autoritaria que pudo .
__ Majestad, el rey ordenó que fuese castigada.__ El hombre negro y con una inmensa cicatriz que atravesaba su rostro, le contestó a la reina.
__ Yo soy la reina madre y no tengo esta corona de adorno.
Apartó al hombre con un ligero toque de su abanico. Le dió la orden a Águeda de levantar a la niña y cubrirla con su velo.
La llevó al pabellón de las criadas, puso a dos esclavas para que la cuidaran y dió instrucciones para que una sanadora curara sus horribles heridas.
__ Asegúrate de que no queden cicatrices en su piel, es tu responsabilidad ahora Balia.
Con un golpe fuerte , el rey empujó la gran puerta del dormitorio de la reina madre.
__ ¿Quién crees que eres, para desafíar mis órdenes? , no se te olvide que estás aquí por cortesía y por qué eres mi madre.
El rey Félix estaba furioso. La princesa esclava, lo había pateado eso fue visto como un insulto, no podía verse débil con los esclavos, entonces le ordenó a Guzuk darle latigazos y dejarla sin comer.
__ No te atrevas a levantarme la voz nunca más Félix, allá afuera tengo que inclinarme ante ti por eres el rey , pero dentro de mi habitación soy tu madre.__ Le plantó una bofetada que dejó una perfecta mano roja en el rostro del rey.
__ Si sigues desobedeciendo, voy a enviarte al palacio del olvido, desterrada y sin corona .
__ Quiero ver eso , gloria a tu padre que se encargó de escribir las leyes, este palacio es mío, tú mandas pero yo ordeno, dile a la ramera que tienes como concubina, que deje de actuar como reina , el palacio entero sabe que ella jamás va a cargar con la corona, así que al menos muestrale cuales son sus límites, una cosa más Félix, tienes dieciocho años , todavía faltan cinco para que puedas tener todo el poder y si realmente quieres llegar a ser como tú padre empieza por llevar la paz conmigo.
Lo miró desafiante, tenía unas ganas inmensas de abrazarlo , su niño ya era hombre y uno muy cruel , ese maldito príncipe Javier lo había cambiado al punto de no reconocerlo.
__ Voy a cambiar las leyes madre , ese día vas a recordar por qué debiste estar conmigo en lugar de con los traidores asesinos de mi padre.
Salió dando grandes zancadas.
En la cena , la reina madre preparó ollas de guiso de carnero y papas , sus criadas repartían entre los esclavos las porciones de comida, a pesar de los terribles tratos y a las inhumanas jornadas de trabajo a las que eran sometidos , los esclavos y esclavas adoraban a la noble reina Leonor, ella era como una madre para ellos.
De regreso a su había se encontró con la altanera mujer que gozaba del favor del rey.
__ No sé cómo eh podido vivir bajo el mismo techo que esa.__ Torció sus ojos color verde.
Lira, pasó de largo con la espalda recta , sin voltear a ver a la reina.
Un dolor punzante y ardiente la hizo retroceder y gritar__ Ahhhggg, sueltame soy la esposa del rey.__ Trató de quitar la mano de Águeda de su cabello.
__ La reina madre está junto a ti , muestra respeto y presenta reverencia.
Águeda le hizo saber a Lira.
__ Le diré a su majestad lo que haces , te castigará en mi nombre.
__ Mira mujerzuela, no eres más que la amante en turno del rey, yo soy su madre, aunque te pese nunca pasarás de ser la bastarda hija del príncipe cojo, si fueras importante ya tu parásito padre te habría dado el título de princesa, trata de no estar en el mismo lugar que yo, este es mi palacio y si me da la gana te enviaré a las mazmorras con las esclavas .
Caminó sin mirar detrás suyo. La reina no soportaba a esa mujer.
Lira rechinó los dientes hasta que le dolieron , la reina dijo algo que era muy cierto, su padre se negó rotundamente a reconocerla como hija , era la única persona que llevaba su sangre y aún así el príncipe Javier no la quería, solo la usaba para conseguir mangonear a su majestad para al fin poder tener la oportunidad de quitarle el trono.
Si ella conseguía que el rey Félix le diera el reino de Montebello al príncipe Javier, este la reconocería y sería nombrada princesa Lira de Valle escarlata. Y con suerte el rey Félix en cinco años cambiaría las leyes para ella , así podría llegar a ser la Reina consorte. Todo iba de acuerdo al plan, lograron que el loco rey Fabio matara al rey Federico, lograron que el rey Félix invadiera y matara a toda la familia real de Montebello, bueno a excepción de la princesa Mirna, ella no era un problema pues ya había sido marcada como esclava y por último habían logrado que la relación madre hijo se rompiera.
El rey Félix estaba solo, en medio de buitres y una víbora ponzoñosa, sin alguien que pudiera salvarlo de su propio odio y rencor , el rey estaba completamente ciego.
Llegó el día de conmemorar el cumpleaños del rey Federico de Valle Escarlata.
__ Quiero que la tumba esté llena de narcisos y claveles rojos, también busquen rosas blancas y pongan unas pocas ramas de olivo.
La reina madre llenó de flores la tumba de su rey, el más amoroso hombre que ella pudo elegir para compartir vida.
Los festejos se hicieron a lo grande, ese día fue libre para los esclavos, igual que para los guardias, el rey Félix ordenó repartir monedas de oro y plata entre las criadas del palacio.
La reina Leonor volvió al pabellón de las criadas para ver la evolución de la joven princesa.
__ Princesa, ¿te han tratado bien? , hoy vendrás a mi pabellón como mi acompañante, ¿te parece ?.
La niña la veía confundida, ella era la reina Leonor, la mejor amiga amiga de su madre, pero también era la madre del monstruo que le quitó la vida a sus padres y la obligó a dejar caer a su hermano recién nacido por un risco.
__ Vamos Águeda, que la coloquen en las habitaciones de las damas .
La reina salió rápido, un nudo en el estómago se le formó luego de ver a la princesa en tan deplorables condiciones. El arrepentimiento y la culpa eran como espinas en sus zapatos, culpa por no hablar a tiempo y así poder evitarlo y arrepentimiento por no ser lo suficientemente fuerte para enfrentar a toda la parvada de dinosaurios que conformaban el consejo real.
Las criadas vistieron a la princesa esclava , con ropas sencillas y de colores neutros , la peinaron con algunas trenzas por su cabello largo y castaño, colocaron solo una diadema , sin ninguna joya , la niña no parecía una princesa, de hecho ya no lo era.
__ Madre, esa esclava debe ir a los campos a trabajar como todos los demás.
El rey Félix vino a ver a la reina madre, luego de que Lira le informó que la princesa había pasado a las habitaciones de las damas .
__ Ella , te guste o no , no te pertenece, ayer la tomé como mi acompañante, ya no puedes entrometerte, es una princesa, sangre real y no voy a dejar que tú odio ciego la siga lastimando.
__¡ Madre!, no pongas a prueba mi benevolencia, irá a los campos como todos y es una órden.
__ Es mi dama ahora , lo siento majestad, pero las damas no van a los campos.
__ Así será reina , bien ...¡¡¡Guzuk !!!, escolta a su majestad hasta el palacio del olvido, sin sirvientas ni esclavos, sin provisiones y sin ropas , la reina madre también va a dejar su preciada corona.
La reina divisó al otro lado del palacio a Lira, con una sonrisa retorcida y sostenía su mirada como si la estuviera retando y disfrutaba de lo que estaba sucediendo.
__ Este es mi palacio Félix, mi casa , me sacarás de aquí en un ataúd, voy a pedir una junta con el consejo para que te recuerden que aquí, mi corona pesa mucho más que tú maldita espada...
Le dirigió una mirada aplastante y asesina a la concubina de su hijo y luego lo miró a el , de arriba a abajo.
__ Nunca podré olvidar todo esto, llegará el día que te veré rogando piedad y yo no podré hacer nada por su majestad, por que le estás dando todo el poder a las personas equivocadas.
Y se marchó dejando a su hijo parado enmedio del pasillo, completamente mudo.
Si la reina pedía una seción en la corte con el consejo real, los ancianos y nobles le iban a dar la razón a ella , pues en efecto, su padre el rey Federico, dejó las leyes muy claras, la reina madre era la figura con mas jerarquía dentro del palacio, en la iglesia y estaba al mando de los esclavos. El rey se había encargado de no dejarla desprotegida, tardaría cinco años antes de poder cambiar las leyes y preceptos del libro de la justicia.
Pero alguien malicioso vió toda la discusión entre la reina y el rey.
El duque , Hilario Cedeño, el más rico noble de las tierras altas de Valle Escarlata, ese hombre era el líder de la corte y un gran enemigo de la reina madre, el motivo, ella no aceptó su propuesta de matrimonio, el duque Hilario dijo que él la tomaría como esposa luego de la muerte del rey, como si le estuviera haciendo un favor, le enojó tanto su desprecio que desde entonces solo se ha dedicado a boicotear sus acciones con el pueblo y a poner todavía mas en contra suya al voluble Rey Félix.
Una sonrisa malévola cruzó por su rostro.
La reina madre también lo vió, tuvo que tomar una muy difícil y dolorosa decisión.
Pasaron tres días . La reina Leonor mandó un cargamento de provisiones y telas al palacio del olvido, igual tomó varias mujeres esclavas y ordenó que las llevaran.
El guardia leal al fallecido rey Federico, Isco, no estaba de acuerdo con que la reina abandonara el palacio, pero también sabía que si se quedaba , el duque Hilario iba a lograr que ella fuera acusada de algún delito aunque fuera infundado, con tal de deshacerse de ella.
__ Majestad, está todo listo, hay dos guardias que van escondidos entre los árboles y ellos la van a cuidar en su estadía en el palacio del olvido.__ Lo dijo con la voz cargada de tristeza.
__ Descuide Isco, voy a estar bien, mientras usted tiene esa misión, debe de hallar un rastro que nos lleve al príncipe, si sobrevivió, debemos protegerlo.
__ Como ordene su majestad.
En el palacio había mucho movimiento, las criadas preparaban un gran desayuno, pero lo depositaron en grandes cestas de mimbre, para el viaje de la reina madre.
El rey Félix estaba entrenando, cuando volvió al palacio vió el carruaje de su madre, preparado para salir.
Pero no dijo nada , creyó que iría como cada invierno a repartir comida y telas con los pobres.
La reina salió al gran patio , lista para abandonar lo que que fue su hogar desde que tenía doce años y había llegado de milagro a este palacio.
Al cruzar el gran salón se encontró con su némesis, Lira vestía un vaporoso vestido amarillo, lleno de brillo y bordado en tono dorados.
Las reglas de vestimenta prohibía a las mujeres vestir el color amarillo, pues era un color que era exclusivo de la reina. Ella estaba mandando el mensaje muy claro...tomaría su lugar.
__ Águeda, necesito un té de esos que quitan las náuseas, solo el sagrado Dios sabe que estoy a punto de echar las viceras por mi garganta.
Y pasó junto a Lira empujando violentamente su hombro.
Antes de subir al carruaje, dió una última mirada a su palacio, sintió sus ojos arder y las lágrimas comenzaron a salir.
No quiso ni avisar a su hijo sobre sus decisiones, después de todo el mismo la había echado, sonrió con nostalgia.
Levantó la vista hasta el balcón del rey, lo vió parado sin ningún tipo de expresión, pero en sus ojos veía la tristeza.
La reina se inclinó de forma exagerada haciendo la reverencia al rey y subió a su transporte, para luego perderse de vista.
El rey Félix, sintió una lágrima deslizarse sobre su rostro, quería correr y pedirle perdón, decirle que no lo dejara , que la amaba y que era la mejor madre del mundo.
Pero no podía , su madre había olvidado que el rey Fabio mató a su padre para poder quedarse con su trono, su madre lo había traicionado por esas personas y ahora se iba y se llevaba a la hija del asesino.
Limpió sus lágrimas y pensó que era mejor que la reina se fuera, así sería más fácil mandar a un verdugo para poner fin a la vida de esa horrible creatura.
Vió a Lira salir al patio, cuál dueña y señora del palacio y encima vistiendo un horrible trapo amarillo, llena de ridículos brillos...verla lo irritó, hasta las esclavas mas ignorantes sabían las reglas, nada de usar ropas de colores amarillos. Apretó los dientes y ordenó a Guzuk.
__ Has que se quite esa cosa que lleva puesta, luego rómpelo y quémalo y que alguien le enseñé una vez más las malditas leyes y normas del palacio...
Estaba furioso , ella jamás iba a ser su consorte, era una buena amante pero como mujer estaba lejos de ser su complemento.
Uno de sus mas confiables hombres le trajo noticias.
__ Su majestad, ya está todo listo, si alguien quisiera entrar va a volar en pedazos.
__ Bien, sigue con la búsqueda, hasta que traigas el cadáver del príncipe.
Tenía que hallar el cuerpo del príncipe de Montebello para así dejar de preocuparse por qué ese niño hubiera sobrevivido y amenazara su reinado si es que llegaba a crecer.
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