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Renací En La Sirvienta Del Emperador

capitulo 1: de chef a sirvienta "

De noche era cuando terminaba de leer un nuevo libro que compre en una feria de literatura, estaba en descuento de 80%, era un oferto pues en la portada prometía mucho pero me pareció injusto como término el villano. Si no me entienden le daré una breve explicación.

Se trataba de un emperador llamado Isao, que estaba maldito desde nacimiento, impidiendo que sintiera algún sentimiento positivo. Desde pequeño era amargado y todo le caía mal, está maldición lo iba consumiendo poco a poco. Las personas se alejaban de él debido a que era muy odioso y no le gustaba la presencia de la gente. Isao no le tomó importancia haberse quedado solo, así que quiso enfocarse estudiando para como gobernar en el futuro sin importarle la maldición. Cuando paso al trono era alguien sin emocion alguna, mirada fría y lengua filosa y fue asemejado como el villano de la historia. Al tiempo de coronarse dirigió el reino como se debía, sin embargo, las personas no vieron eso sí no el mal carácter de él. Tiempo después, su corazón sucumbió en un mortal dolor, la maldición lo consumió por completo llevándolo a la muerte a temprana edad, y sin haberle podido salvar ya que nadie lo quería ayudar a como romper ese mal pues el mismo alejaba a las personas.

Sería excelente que alguien lo salvará... Lastima que nadie tenía el carácter para haberlo ayudado, sabiendo que era un buen emperador le dieron la espalda solo por ser frívolo por culpa de la maldición...

No seguí contando al ver la hora, era tarde y mañana tengo que trabajar. El tiempo y él lector siempre serán enemigos. Jamás ves la hora cuando lees...

Al día siguiente en mi área de trabajo.

El fuego en la cocina cuando los sartenes son alzando con gran balance, los cuchillos picar los alimentos, los platos sonar al ser colocado en la mesa para servir los grandes platillos y ser llevados a los comensales.

Sí, soy chef profesional de un gran restaurante y mi nombre es Helena. Desde pequeña me ha gustado la cocina y con humildad fuí subiendo los escalones,el destino le fascinaba ponermela difícil, pero seguí sin importar qué, llegando a un lugar donde reconocieran mis esfuerzos.

Aunque tenga la apariencia de mala, es solo el exterior por dentro soy alguien dulce y con un carácter fuerte...

— ¡La codorniz cocida ya está lista!... ¡Llévenla a su mesa!... ¡El pabellón criollo listo!

dirigía yo la cocina. Encargada del lugar. Cocinar y probar cómo va la comida es un poco agotador, pero es lo que amo. Todo los de aquí me conocen y saben que no puedo probar el maní. Pues soy alérgica a morir ante esa fruta seca.

— ¡Jefa, por aquí!

Me acerqué a su llamado, veo el área de postres a un jóven preparando un dulce tradicional, las reinitas. Estas galletas de vainilla clásicas, tienen forma de flor y están rellenas en el centro de una mermelada o gelatina de fresa.

El chico me dice que prueben una para comprobar el sabor y la calidad de la misma. Mientras le daba el bocado, un sabor peculiar cruza mi paladar...

— tiene un sabor algo diferente...

— ah, debe de ser por la mermelada que es de frambuesa...

Dejé caer la galleta después de sentir como la garganta se me inflama haciendo que pierda la respiración. Me desplome al suelo, sin saber el porque... los demás cocinero se agrupan por ver qué me había ido al suelo. El muchacho dice asustado.

— ¡Helena!

— ¡¿Que le pasó a la jefa?!

— ¡No lo sé!...¡Le di de probar el postre y...— uno de los cocineros toma la galleta y la prueba.

— ¡La masa de la galleta tiene maní molido!... ¡Ella no puede comer eso, rápido, llamen a los paramédicos!... ¡Mocoso, ¿Acaso no sabías que la jefa no puede comer eso?!

Apenado dice— lo... Lo siento, apenas llevó unos días aquí y no me informaron de eso.

No podía hablar por el hecho de que me estaba ahogando, no me había dando cuenta que era mani pues tenía tantos años que no comía ese fruto por eso se me hizo raro. A este paso la ambulancia me hallará muerta. Pero tengo posibilidad de salvarme. Buscaba mi inyección de emergencia en mi bolsillo, pero no la encontraba, ahí sí me asusté pues estaba segura de que siempre la cargaba conmigo. Dios... Sé que me iré al infierno por ver tanto Yaoi, pero no me arrepiento de nada...

Los ojos de Helena van perdiendo la luz ya que su vida se iba en una agonía al quedarse sin aire en los pulmones.

Todo era oscuridad para la conciencia de Helena, un eco profundo y con la ligera sensación de estar flotando boca arriba en una helada agua. Si era un sueño ella no deseaba despertar, pues se encontraba en plena tranquilidad. Sin embargo, esa paz es perturbada por la voz de un hombre gritando en todo el eco.

“¡Despierta, esclava!"

Helena al sentir que le echaron agua al rostro en un segundo abre sus ojos, vuelve a tomar aliento como si hubiera aguantando la respiración. Respiraba agitada para luego toser seguidamente. Sentada en el suelo con grilletes en los tobillos y muñecas. Ella observa su alrededor confundida, pues este lugar se asemejaba a un calabozo.

— ¡¿Donde estoy?!... ¡¿Por qué estoy esposada?!... ¡Y-...— su voz se corta al escucharla de diferente tono. A una más delicada y suave.

— ¡Cállate!... Tienes suertes que no te vas a pudrir en este lugar. El emperador Isao necesita empleados.

Helena no sabía en dónde estaba, ni porque su voz es otras. Ella se mira las manos esposadas y la veía más pequeña de lo que era, un vestido desgastado y sucio. Si hubiera un espejo, ella no dudaría en verse. Tomada a la fuerza para salir del calabozo, los guardias la toman de los brazos para que caminara más rápido.

No lo entiendo, no hace mucho me estaba muriendo por mi terrible alergia. Y ahora me encuentro en un sitio desconocido, aparte que me tratan como si no valiera nada. Ahora que lo recuerdo, el guardia dijo emperador Isao... Ese nombre. ¡No puede ser!

Los guardias al sacarla de ese lugar lúgubre y frío la lleva a uno mucho mejor asemejado a un palacio al estilo asiático, en unos de los pasillos aguardaba una mujer de aspecto mayor, ella habla.

— ¿Como planean que yo la bañe si tiene esas esposas hasta en los pies?... Quítele eso ahora.

Lo hacen con una declaración.

— es una mujer rebelde. Fue difícil ponerle los grilletes cuando la trajimos, no le recomiendo soltar a una bestia como ella.

Helena no sabían de que hablaban pues solo recuerda estar nada más en el calabozo. Pero no tolerará que hablen así de una mujer así que ella pisa fuertemente con su talón en los dedos del pie del guardia.

— ¡Auch!... ¡Maldita!— a punto de golpearla, la mano de un hombre toma la muñeca del guardia.

— ¿Que creen que hacen con este alboroto?

— s-su majestad... ¡Ella-...

— silencio. Saben que me molesta que alcen la voz en mi palacio — como éste no le había soltado aún la muñeca del guardia fue subiendo de fuerza para romperla.

— ¡Por favor, suelteme.... Argh!

— ¿Acaso me estás dando órdenes?...— el sonido de un hueso quebrarse suena claramente.

— ¡AAAH!

El guardia se inclina por el dolor causado por la fractura. Helena veía la fracciones de este hombre. Cabello largo y negro como la noche sin estrellas, piel blanca cual delicada se veía, y unos ojos tan profundo llenos de frialdad y oscuridad.

Ambos cruzaron la mirada, pero él solo le dedica ignorancia y ordena a la señora.

— llévela a un baño y dale un trabajo.

— si, mi señor.

Helena veía irse al emperador, ya con esto comprende que estaba en la novela que leyó sobre el destino injusto de Isao. Sin embargo, sabe que está en el libro, también sabe que será una sirvienta. pero lo que no sabe que cuerpo ocupa ahora...

hola espero que le agrade la nueva novela. estuve ausente por el bloqueo de escritor y espero tener más inspiración a la hora de seguir en la historia. muchas gracias por leer este nuevo relato... espero su lindo apoyo ☺️

capitulo 2: “ soy el personaje extra"

Dios, ¿Como pude haber acabado aquí?

— sígueme— dijo la señora que me agarraba de la muñeca.

Al pasar por un pasillo con el campo libre, observé que era de noche. Hermosa la luna de este mundo. La mujer me lleva a un cuarto donde había una bañera de madera me pide que me quite la ropa y entre en el agua. Hago lo que pide, aún no puedo pensar en un plan, no sin saber quién soy.

Mientras en el agua era aseada Helena. Ella veía su reflejo borroso en el líquido. Podía detallar un poco que tenía la cara más pequeña y al mirar sus ojos en el agua es cuando su mente queda en blanco.

¿Que?... ¿Que son estos recuerdos?

A Helena se le están reflejados los recuerdos que no le pertenece.

Puedo ver claramente a una mujer, sus lágrimas desbordarse al mirarme me causan tristeza. Alzaba mis manos pero éstas eran de bebé.

“perdóname... Pero no puedo cuidarte"

Siento un dolor en mi pecho, como si eso sentimientos se mezclarán con los míos, comprendía la situación, ella era mi madre y me estába abandonando.

Los recuerdos me siguen mostrando ya cuando era una niña, dejada en un pueblo de campesinos de la región de Nagan, un lugar donde los más pobres viven o mejor dicho sobreviven con la cosecha del sitio.

Veo que para esta chica fue difícil haber vivido esa época donde todos era miseria. Como no tenía nombre los campesinos la llamaron Midori, todo sus recuerdos me mostraba abandono, pobreza y entre muchas cosas más negativas. Al pasar de los años ella se convirtió en una joven hermosa, queriendo lo mejor tuvo que irse de ahí. Sin embargo, El gran imperio era más difícil todavía, siendo criada por el campo no sabía nada de este nuevo estilo de vida. Como en el palacio se necesitaba nuevos empleados, a los que no estaban trabajando eran llevados hasta allá para servir. A Midori la tomaron como una y ésta al ver que iba ser llevada a la fuerza no se dejó dandole peleas a los guardias, uno de ellos le dió un golpe fuerte en la cabeza haciendo que ella quedará inconsciente...

El resto es historia, ya que fue cuando yo desperté en este cuerpo. Midori ahora en mi nombre. No tengo a donde ir, soy una sirvienta, si escapo me atraparán y ejecutarán, pero no por eso dejaré que este destino me trague, renací en un personaje que jamás salió en la historia o quizá sí pero no fue notada por ser una simple sirvienta.

— ya es hora de que te salgas del baño. Cielo, fue difícil desenredar tu melena tan larga, además que estabas bien sucia... ¿Cuanto tiempo tenías que no te bañaste?... ¿Unos días, una semana?

— creo que un mes.

La señora se me quedaba viendo con incredulidad. Luego dice.

— ya veo, vienes de un campo, los guardias te confundieron... Si hubiese sido de este imperio no estarías tan sucia.

La mujer toma una toalla y al sacarme del agua la coloca al mi alrededor. Me sujeta de los hombros y lleva a otra habitación para vestirme, pero primero me muestra mi reflejos en un espejo. Cabellos negros hasta mi cintura, ojos grandes de color castaño con el rostro perfilado y la piel tan blanca como la nieve.

— ¿En qué eres buena?... Dime para darte un area de trabajo. Si no sabes nada te tocara la limpieza.

— se cocinar.

— aunque ya hay un cocinero creo que podría trabajar allá. Déjame vestirte y llevarte hasta allá.

Luego de vestirme con el uniforme, la mujer me guía hasta la cocina de este palacio. Un hombre con aspecto amargado y más de 50 años preparaba lo que parecía la comida, me exprese así pues dirigía todo mal. El lugar era amplió y veo como los empleados chocan por seguir varias órdenes que este hombre da sin sentido alguno.

Dice con arrogancia— rápido, su lentitud hace que la comida del emperador se retrase...

— cocinero... Le traigo otra ayudante...— dijo la señora, se hace a un lado y me presenta.

— ¿Otro estorbo?... Mira que aquí hay varios.

— usted es uno de ellos— Susurró Midori.

— ¿Que dijiste muchacha?— preguntó él molesto.

Midori mira con valor y se lo dice en su cara.

— no hables de estorbos cuando usted es el principal inútil en la cocina, solamente le das órdenes a los empleados sin hacer nada.

— como te atreves, ¿Ah?...— toma del brazo de la chica y la hace pasar más a la cocina—... Esta bien. La dejaré trabajar aquí... Te daré el triple de trabajo que lo demás para que sigas de lengua larga.

— has lo que quieras, verás que seré más rápido en la cocina que el mismo cocinero...

El cocinero apretaba más el brazo de Midori.

— te gusta desafiarme ¿No?... Entonces...

Él la lanza al suelo por el lado donde se limpia los trastes y la ollas sucias... Él cocinero dice con prepotencia.

— si eres tan rápida, deja todo impecable en menos de que salga el sol, incluyendo toda la cocina...

Los empleados veía la escena maltratadora del cocinero. El siempre tiene ese temperamento por una razón. Él emperador mayormente devuelve la comida por lo insípida que es, causando la rabia al hombre...

Llega un sirviente a la cocina con la bandeja de la comida. Tenía miedo en soltar las palabras pues ya esto había ocurrido varias veces...

— cocinero... El emperador volvió a rechazar la cena. Esta vez dijo que tenía mucho condimento y-...

Con esa declaración, el cocinero se puso aún más molesto que antes. Maldiciendo con rabia le comienza a gritar a todos los empleados y culpandolos cuando el verdadero responsable era él. Midori observaba todo cuando se levantaba del suelo.

Me sorprende que aún no lo hayan despedido. Veo la pilas interminables de platos sucios y la ollas tan inmensas, pero será solo por hoy ya que tengo un plan para sacar a este farsante de la cocina...

capitulo 3: “pasión por lo que amo"

El castigo de Midori fue limpiar la cocina a fondo y como se hallaba bien sucia, duró toda la noche en ese proceso, el amanecer estaba llegando, Midori se encontraba sola en la cocina, dejó todo limpio y más ordenado que antes.

De verdad, no entiendo de dónde salieron tantos platos para lavar. Aún así terminé y la dejé más ordenada... Es hora de comenzar con mi verdadero labor. Estoy cansada pero hacer lo que amo me da fuerza donde no la hay.

Recogiéndose más su larga cabellera, se coloca un mantel.

— manos a la obra.

Los alimentos seleccionado eran sacado de su lugar. A Midori le costaba un poco encontrar los demás ingredientes...

— ¿Donde estarás las proteínas?

— yo te lo puedo traer.

La chica se sobresalta al oír una voz masculina a su espalda. Ella se gira y veía a un joven con cabello rojizo y ojos azul cielo. Una dulce sonrisa se le dibuja al ver la reacción de Midori.

— no te asustes. No te voy a delatar. Sé quién eres, la nueva sirvienta que le dijo al cocinero inútil y estorbo... Fue increíble cómo lo desafiaste.

— alguien tenía que ponerlo en su lugar. No me parece bien como trata a sus empleados. Y su manera de dirigir es completamente irresponsable...

— me gusta tu manera de expresarte. Es como oír a una mujer con gran carácter... No muchas tienen esa virtud aquí... ¿Y bien?... ¿Que planeas hacer?

— quiero remplazar al farsante del cocinero. Por eso, cocinare el desayuno al emperador.

— ¿Y sabes cocinar?... Mira que el emperador es algo delicado y muchas veces estaba a punto de despedirnos.

— apenas nos conocemos pero voy a pedir que confíes en mí. Ya verás que haré la mejor comida...

— entonces cuenta conmigo... Por cierto, tu nombre, aún no lo sé...

— Midori... Pero pronto me llamaras jefa.

Él se ríe— Yue es mi nombre... Jefa.

— bien, Yue vamos a comenzar a cocinar.

Y una vez teniendo todo los ingredientes completo, Midori empieza con su gran habilidad en la cocina, su pasión por el fuego y el arte en preparar los alimentos son su gran fuerte. Con la ayuda de Yue, la chica se le hacía más fácil a la hora de cocinar. Él joven Yue también es ágil en la cocina, sin embargo jamás lo dejaban preparar un plato y le daban trabajos triviales, desperdiciando él gran talento que el tiene. Pero Midori veía ese gran potencial y si todo sale bien, lo hará su mano derecha...

Luego de más de media hora, solo faltaba poco para terminar con el desayuno de su majestad, y es cuando llega el cocinero para preparar la comida del emperador. Al ver que la cocina estaba en uso y sin su permiso éste se molesta a primera hora del día.

— ¡¿Quién diablos le dio permiso en usar mi cocina?!

— mira la hora que llegas, ¿Y te crees el cocinero del emperador?... Patético— dijo Midori viendo al hombre con repudio.

— ya me canse de tu actitud, mujer. Es todo, te echaré de aquí...

— ni que fueras el emperador para hacer tal cosa...

Él cocinero a punto de levantarle la mano para golpearla, Yue se pone en el medio.

— ella tiene razón. Muy pronto el emperador pedirá su desayuno ya que él se levanta temprano, y si no está listo se molestará más con usted, solo por hoy, deje que la comida de ésta sirvienta sea entregada en los aposentos de su majestad...

El hombre se queda pensando...

“es verdad, me levanté tarde por andar bebiendo unas copas de más. Y su majestad no tardará en pedir la comida..."

El suspira pesadamente.

— está bien. Pero será la última vez que te vea aquí, me encargaré de que te den un trabajo donde no haya ni un rayo de luz...— él olfatea el humo de la comida preparada por Midori y queda impresionado al oler algo tan delicioso.

“la verduras cortada a la perfección. La sopa bien preparada y sin mucho condimento. El arroz cocido al punto. Odio admitirlo pero la chica supo preparar un desayuno... Creo que ya se que hacer"

Llega una criada a pedir la bandeja del desayuno de su majestad, lista y preparada la dejó Midori pero cuando el cocinero la toma le declara a la sirvienta.

— yo mismo le enviaré su desayuno.

— tu plan no funcionará...— dijo Midori— hacer pasar mi comida por la tuya no resultará, pero igual dejaré que te caiga sólo en tu propio juego.

El cocinero solo la ignoró y se marchó. Al pisar la entrada de la recámara del emperador, él pide permiso para entrar, una vez concedido pasa con la bandeja de alimentos...

— buenos días su majestad....

— ¿Tu que haces aquí?

— eh venido personalmente a disculparme por haberle preparado una cena tan mal como la de ayer. Así que desde temprano me levanté y cocine con mis mejores técnicas culinarias... Por favor...— coloca la bandeja en la mesa de su majestad.

El cocinero esperaba a que el emperador probará la comida y le diera una opinión. Pero a cambio le da un regaño.

— ¿Que espera para irte de mi habitación?.... Largo.

— l-lo siento, ahora mismo me marcho.

Luego de que este saliera de la recámara, el emperador destapa los platos de varios tamaños. Queda algo asombrado al ver tan diferente comida.

Pero la verdad estará en el sabor. Toma los palillos y con solo dale un bocado queda con más impresión. De inmediato llama al cocinero.

El cocinero saltaba de una pata pensando que el emperador le felicitara por la comida. Pero al llegar nuevamente al lugar, su majestad se encontraba más serio que de costumbre.

— ¿Quien preparó la comida?

— yo, su majestad...

— ¿Te atreves a mentirle al emperador?

— no, su majestad...

— te lo volveré a preguntar, y si vuelvo a oír que lo hiciste tú, te ejecutare...— se levanta y camina hacia el cocinero—... ¿Quien preparó la comida?

Él entró en pánico y no tuvo más remedio que revelar a la responsable.

— l-... La nueva sirvienta.

— tráela ahora...

— C-Como ordene...

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