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Fantasy World EXODO

La niña de ojos blancos

Hace mucho tiempo, más allá del que sea posible recordar, aún más antiguo que las letras de este libro, existía la vida, pero no como la conocemos. La unión entre reinos de diferentes especies era posible, unificados por un gran amor.

En una aldea muy pequeña dentro de un hermoso bosque se relata nuestra historia. Al igual que los ríos siguen su camino hacia el mar y las partículas de tierra esperan el llamado, la vida fluía con intensidad.

Érase una vez una niña de ojos claros como la nieve que no podía crecer, vivía en su hermoso y pequeño reino dentro del bosque de Aemir, su tamaño era perfecto, solo que ella no lo sabía.

A causa de su desamor causaba que las personas de alrededor se burlasen de ella, solo sus padres le sabían recordar lo especial que era.

Un día soleado como cualquier otro llegaron mercaderes de la raza élfica al pequeño pero acogedor reino y como cualquier otro viajero, fueros recibidos como reyes. Los mercaderes tras un largo viaje por el río de Sara, decidieron quedarse un tiempo como solían hacerlo siempre en cada reino que visitaban, era la oportunidad de establecerse y conocer a las personas, quizás podrían obtener algo valioso para comerciar en la próxima aldea.

Los días pasaron y el pueblo se involucraba más con los dulces mercaderes, en especial con uno muy inteligente y alegre llamado Tomás, el elfo más alto, quien dirigía la expedición mercante. Tomás era un elfo brillante y observador, tan observador que un día se fijó en nuestra niña de ojos blancos. Podía sentir algo especial en ella y cada día solía mirarla por la ventana cómo pasaba horas y horas sentada en un troco viejo que estaba en el suelo.

Así que decidió conocer más a esa dulce niña que parecía tan especial y desvelar el misterio que escondía.

-     Niña que te aflige, hasta mi casa llegan tus lágrimas. Dijo Tomás.

La niña con su rostro hacia abajo no contesto. El elfo se arrodilló y le dijo.

-    ¿Quizás pueda ayudarte si me cuentas?.

Tomás tomo a la niña por la perilla, levanto su rostro y justo en ese momento pudo ver, la niña tenía los ojos blancos como la nieve. Algo en ella era realmente especial, por más reinos que hubiera visitado jamás vio algo como eso. Tomás sorprendido le secó las lágrimas con un pañuelo de seda que había sacado de su bolsillo. Se levantó, puso su mano derecha sobre la cabeza de la niña, sonrió y se marchó. El elfo pasó días encerrado, pensado e investigando, en tiempos pasados había escuchado una leyenda de los niños de ojos blancos, no eran seres de este mundo, así que decidió buscar en los más antiguos libros de su raza.

Sita extraída de los libros elficos.

// Los poderosos seres del cielo cuidan las estrellas, por el día la sostiene con gran fuerza y determinación, pero cada tanto cuando el sol empieza a bajar y deslumbra sus ojos, dejan caer una estrella y aterrizan por las noches azules// se encontraba escrito en un libro viejo y polvoriento.

Tomás no lo podía creer, estaba cerca de una estrella del cielo, en ese momento un poco de oscuridad invadió su corazón y pensó cruelmente que era el objeto valioso, era lo que él buscaba vender en su próximo viaje y mientras sus pensamientos de codicias empezaron a crecer, ideaba un plan para llevarse a la niña.

El elfo esperó a la noche más oscura para escabullirse y tomar a la niña por sorpresa de su casa, sin que sus padres se enterasen, la llevo sigilosamente hasta su hogar, la amordazo y sujetó a una silla. Una pizca de luz aún quedaba en el corazón de Tomás, pero su codicia era más fuerte.

A la mañana siguiente cuando la niña pudo ver que Tomás ya no estaba, intento escapar pero sin resultado alguno. Podía escuchar cómo la gente de la aldea la buscaba gritando su nombre, pero ella no podía responder por la mordaza en su boca. Tras horas forcejeando con la cuerda pudo desatarse, al querer salir por la puerta vió parado a Tomás, pero él no pudo ver a la niña, ya que estaba de espaldas.

Muy asustada, busco otra forma de salir, hasta que encontró una ventana trasera que daba hacia bosque. La niña trepó por la ventana y corrió hasta perderse, una vez relajada detrás de un árbol, tomó aire y se dio cuenta de que no sabía dónde estaba, su paz era corta y para empeorar las cosas escuchaba que alguien se acercaba desde atrás.

La niña con todas sus fuerzas se apoyó asustada contra el árbol temiendo que sea el elfo, giro lentamente su rostro hacia la derecha y vio a un enorme oso.

Aunque a nosotros nos parezca algo terrible, la niña se sintió tranquila y corrió rápido hacia el oso llorando, el oso gruñó varias veces para ahuyentar a la niña, pero ella parecía muy determinada en abrazarlo, por más gestos que el temible oso hiciera nada asustaba a la niña. Las leyendas cuenta que las criaturas del bosque nacieron el mismo día que las estrellas.

-    ¿Acaso no me temes niña?. Dijo el oso.

-     No, por favor ayúdame un hombre malo me ha robado. Contesto la niña.

Justo en ese instante la niña levanto sus ojos y miro al oso, la bestia quedo sorprendida, no podía creer el color de sus hermosos ojos, pero comprendía por qué podía entender su idioma, no era una simple niña.

-     Ven niña, sígueme. Le dijo el oso.

El oso llevó a la niña con su manada y con el oso más viejo, quien llamaba a la pequeña con el apodo de niña estrella. Sentados todos en el regazo de la noche, el oso más viejo contó a detalle la leyenda de las estrellas caídas.

-     Mira niña hacia arriba, ellos son tus hermanos cuidándote desde lo más alto, créeme, no estás sola, nunca lo has estado, tu tamaño no es un problema, es una cualidad hermosa de las estrellas del cielo, dijo el oso más anciano.

Esa misma noche la niña durmió entre los osos mirando el radiante cielo de estrellas, sonrió como nunca, ahora entendía que tenía miles de hermanos que la cuidaban desde el cielo.

Al despertar, muy temprano por la mañana, los osos y la niña fueron a la aldea, las enormes criaturas estaban decididos a cuidar de ella. Al llegar al pueblo se reencontró con su familia, los osos no podían hablar con los seres humanos, pero sus padres de alguna manera sabían que habían cuidado de ella, la niña les contó a detalle todo lo que había pasado.

Sus padres enfurecidos juntaron a todo el pueblo y fueron a por Tomás. Con antorchas y armas rodearon su casa, cuando salió simplemente lo asesinaron sin piedad alguna. Los demás elfos fueron expulsados y se los obligo a dejar sus pertenecías y mercadería en la aldea para resarcir lo que había hecho su líder, lo cual estaban en desacuerdo y esto desatando la ira de los elfos.

Comenzó una combate entre elfos y humanos frente a la casa de Tomás, que se extendió hasta la noche. Lo que había empezado con palabras, luego con insultos, termino como una pesadilla.

Cuando la niña salió de su escondite, vió el cuerpo de sus padres junto a ella, con sus pequeños brazos sacudió a su madre para intentar despertarla. Se dió cuenta de que sus padres habían muerto tras la batalla y mientras veía a los demás peleando comenzó a llorar y patalear gritando una y otra vez.

-     SEÑOR OSO, SEÑOR OSO.

Y cuando un corazón lleno de amor pide ayuda, es siempre escuchado. Pero en esta ocasión no fueron los osos, el cielo nocturno se aclareció y un ser de los cielos apareció frente a la niña, todos dejaron de pelear en ese instante y observaron la escena.

-     Perdóname pequeño ángel, hace unos años te envié a esta tierra para saber si existía el amor, pero me he equivocado trayéndote pena y tristeza, te ruego que me perdones, dijo el ser del cielo.

Tomo la mano de la niña y volvió a decir.

-     Es hora de que vuelvas con tus hermanos.

// El cielo nos sorprende con regalos, hermosos seres que recorren la tierra trayendo luz y amor, el error es que pensamos en adueñarnos de lo que no es nuestro, a causa de eso traemos pena y desgracias, no entendemos el perfecto orden hasta que los ángeles y las estrellas ya se marcharon //

La torre de babel

Frente al mar más grande del mundo yacía una torre que reposaba en la costa más alta. La torre era inmensa como un gigante. Tenía tres colores, primero cercano a la tierra estaba el color marrón, en el medio entre la tierra y el cielo, el color azul y justo arriba acariciando las nubes, el color blanco.

La torre no tenía ni entradas ni salidas, tampoco ventanas u orificios, nadie sabía por qué estaba ahí, ni que abría dentro.

Mucho tiempo después de la torre empezaron a llegar los hombres, los cuales con el tiempo construyeron grandes estructuras, ciudades y reinos. Algunos frente al mar, otros a los pies de las montañas también los había dentro de enormes bosques o yermos y algunos frente a la torre.

Con el tiempo también nacieron las preguntas, ¿quiénes somos?. ¿Por qué estamos aquí?. ¿Existen los dioses? A todas estas preguntas parecían tener relación con un tiempo anterior al de la humanidad, así que buscaron respuestas y esa torre parecía tenerlas.

Nadie sabía cuantos años, siglos o eones había estado ahí, soportando tormentas, enormes temperaturas, crueles inviernos o quien sabe que, pero por más tiempo que estuviera ahí, no tenía ni una sola marca del paso del tiempo.

Los más sabios de la región se acercaron a ver. Para muchos era la primera vez que conocían semejante monumento, su material no se asemejaba en nada a lo conocido. Con las primeras pruebas se dieron cuenta de que su estructura era lisa, a excepción de un sector que daba de cara frente al mar, un símbolo que señalaba al cielo y la tierra con una flecha.

Esto les emociono porque creían que dentro de esa torre podría estar el conocimiento de los dioses o aún mejor una escalera a su reino, para ir y venir a su antojo.

A pesar de muchos meses de investigación jamás encontraron la forma de entrar y empezaron las dudas. ¿Acaso no somos dignos?.

Los más sabios pedían tiempo, el necesario para descubrir sus secretos, pero el tiempo no es un lujo que los seres mortales se puedan dar. Decidieron ser más drásticos, e intentar hacer una brecha en la torre para poder entrar, probaron con herramientas, luego con fuerza bruta y finalizaron probando con los primeros intentos de la pólvora, nada, absolutamente nada daba efecto, la torre ni siquiera tenía un rasguño.

Entonces y como última opción, nació la idea de construir una enorme torre de madera hecha por el hombre que se sujetaría a la otra torre frente al mar e iría hasta el cielo, todos parecían estar de acuerdo y se empezó la construcción. Pasaron los días y la emoción más el trabajo duro, lograron hacer una torre casi tan alta como la que estaba a su lado, pero al mirar hacia arriba desde la torre de madera no veían nada, había algo que estaba mal y se preguntaban a sí mismos.

// ¿Quizás ni los dioses pudieron hacer una torre tan alta hasta su hogar?//

En este momento empezaron a tomar conclusiones de que el hombre iba a hacer lo que los dioses no pudieron, tocar el cielo. Hicieron la torre más y más alta, tan, pero tan alta que pasaba las nubes y justo ahí en ese momento, los que estaban más arriba lo vieron. Los ríos eran casi transparentes, tanto que se podían ver los peces nadar, los árboles eran tan altos, que si hubiera otro cielo tocarían sus nubes. De las montañas caían piedras preciosas, que hacía agua la boca de los hombres que por fin habían llegado, era un mundo perfecto, pero algo llamaba la atención de los valientes, este mundo era muy similar al de ellos, o por lo menos lo era antes. Los codiciosos humanos corrieron hacia los pies de las montañas y tomaron tantas joyas como pudieron cargar, solo los detuvo un ruido proveniente desde detrás de los árboles. Algo los asechaba y el miedo fue quien los hizo bajar por la misma torre que habían subido, pero llevándose una gran cantidad de riquezas de este reino.

-     LO HEMOS VISTO, LO HEMOS VISTO. Gritaron al bajar

-     ¿Y qué vieron?. Le contestaron los ingenieros que estaban al pie de la torre.

-     Un mundo igual a este, pero antes que empezáramos a construir esta maldita torre.

Si miras hacia alrededor, los árboles talados para la estructura de la torre, los diques creados para reabastecernos, los animales muertos porque hemos exterminado sus hogares, las montañas de tierra secas, la extracción de minerales para crear los sujetadores de la torre. Nuestro mundo ya no es igual.

Pero no todos compartían este sentimiento de compasión, pues al ver a los otros hombres cargados de joyas enormes como el puño de su mano, muchos enloquecieron, tal era la desesperación y la codicia, que poco pareció importarles las amenazas que había allí arriba.

-     No podemos seguir con esta locura. Dijo uno de los primeros en ver el cielo

Quizás ese fue el momento más importante y por primera vez dividió a los hombres, entre aquellos que quería preservar su mundo y otros que solo querían más.

Cuando el segundo grupo de hombres empezó a subir con enormes bolsos para llenarlos de piedras preciosas y armas para defenderse, la torre empezaba a tambalear, los ingenieros decían que no era seguro que tantos hombres suban al mismo tiempo, pero no parecía importarles mucho, todo quería un trozo de cielo. La torre se tambaleaba más y más, mientras corrían por llegar primero. Pero justo ahí a centímetros de tocar el cielo, un ser azul sentado cómodamente en el piso de su reino tocaba uno de los pilares de la torre y por cada vez que apoyaba su dedo sobre la ella, un terrible temblor la sacudía. Al ver a todos esos hombres intentando subir, el ser azul solo empujo la torre  y cayó al piso derrumbándose por completo, los miles de hombres que estaban subiendo golpearon su cabeza contra el suelo. Por sorpresa nadie había muerto, pero habían perdido la memoria y comenzaron a hablar en idiomas desconocidos, ni ellos mismo se podían entender. Cualquier método de comunicación era inútil y aunque había intenciones de volver a construir la torre, jamás pudo volver a hacerse, por qué aquellos que sabían cómo hacerlo lo habían olvidado y ni siquiera podían contar lo poco que recordaban, entonces el hombre quiso olvidar, por lo menos durante un tiempo aquella torre.

Solo unos pocos pueden ver la verdad y saben cuál es su lugar en este mundo, mientras que muchos otros piensan sobrepasar límites que están custodiados por seres que no comprendemos y en ese camino tan largo creamos destrucción.

La tierra hueca

Existen los rumores, quizás más que rumores, que el centro de la tierra es hueca y que justo debajo de nosotros se extiende un enorme continente algo diferente al nuestro. Nadie ha encontrado la entrada al mundo subterráneo, pero hace mucho, mucho tiempo no era así, más allá de las montañas del norte y los mares congelados, existía un continente llamado Rafteflon, en honor al magnífico rey que exterminó a los orcos de la región después de la guerra de razas iniciada por los elfos en el bosque de Aemir.

Con la curiosidad de querer ver más allá de los mares, decidieron buscar debajo de sus pies, lo que las leyendas describían como el centro de la tierra.

La universidad de Temopler (nombre en honor al ingeniero que participó en la gran construcción de la humanidad, cuyos libros y textos se escribían en idiomas que mucho tiempo después se pudo descifrar). Se dedicaba a la ardua investigación de sistemas que no eran creados por las razas en la tierra. Los más grandes profesores de la universidad, los alumnos más destacados y un amplio grupo de soldados del reino comenzaron la investigación de como llegar a lo profundo de la tierra,  aunque sabían la ubicación exacta de la entrada y podían tocarla con sus manos, una enorme puerta los separaba de llegar al centro de la tierra.

La puerta era enorme, del tamaño de tres hombres adultos, color marrón desgastado lo que hacía suposición que estaba ahí desde hace mucho tiempo y que su material se deterioraba. Tras arduos experimentos pacíficos por abrir la puerta, que no dieron resultados, los altos mandos del reino, que financiaban no solo la expedición, sino también la universidad, dieron la orden de abrir esa puerta utilizando los métodos más drásticos, explosivos de alto grado, la pólvora de Nexton.

Quizás el primer intento con una pequeña carga no fue tan positivo, pero tras la segunda expolición la puerta estaba abierta, lamentablemente todos los grabando y símbolos antiguos de la puerta se habían perdido.

Qué misterios revelaría este mundo subterráneo, pues por la entrada parecía ser tan solo una cueva normal cubierta de tierra y rocas. Solo poco después de seguir avanzando por este enorme y oscuro terreno jamás explorado, empezaban a encontrar lo que esperaban. Los insectos no solo eran diferente, sino también más grandes, si es que se los podía llamar insectos, llegaban hasta la altura de las rodillas de un hombre adulto, su piel era incolora, jamás había tenido contacto con la luz solar, eran criaturas aterradoras de las profundidades de la cueva, pero le temían al fuego, el calor y la luz intensa los ahuyentaba.

Un insecto con la forma de una mantis llamaba la atención de los más jóvenes, eran monstruosos y sus garras parecían muy afiladas, los estudiantes estaban muy emocionados por documentar todo a su paso.

Cuando llegaron a lo más profundo, donde hasta la luz de las antorchas dejaba de iluminar, al girar hacia la derecha los ojos de los aventureros no podían creer lo que veían, era un mundo dentro de otro mundo. La flora y la fauna era distinta a cualquier cosa antes vista, estaban frente al descubrimiento más importante del hombre.

Tras un rato contemplado la majestuosidad de este mundo, decidieron dividirse en dos grandes grupos, uno se encargaría de volver por la cueva justo a sus espaldas y notificar del gran descubrimiento para traer a los especialistas, y el otro avanzaría con extrema cautela.

Cuando el grupo que se quedaría allí abajo empezó avanzar a tan solo unos metros, encontraron un campamento. Sus banderas y su emblema jamás ondearon el reino de Rafteflon, y su campamento estaba brutalmente destruido, parecía que algo había desgarrado las tiendas y la carne de los soldados, por lo que se observaba esto llevaba un tiempo así. La conmoción apareció, y mientras que los estudiantes buscaban volver por donde habían entrado, los soldados se preparaban en armas, se escuchó un enorme y brutal gruñido a lo lejos, justo del otro lado de un pequeño arroyo.

Cuando la paz volvió, buscaron entre los cuerpos y se encontraron entre sus pertenecía algunas notas, las cual se escribían por sorpresa en el mismo idioma que los libros de Temopler.

Nota 1, de los cuerpos del campamento.

// Lleva tres noches persiguiéndonos, no es un animal común, ya se ha llevado a tres de los nuestros, Quimi dice que le pareció ver más de uno, es terrible, la composición de su cuerpo no es nada conocido, se mueven demasiado rápido, estamos muy lejos de nuestro pueblo //.

Nota 2, de los cuerpos del campamento.

// Marcen, nuestro capitán, no para de escribir, pero creo que es lo mejor, es la única forma que nuestras familias nos recuerden.Yo también tengo miedo como el resto, estoy seguro de que son más de uno, nos están casando como animales, jamás debimos mover esa piedra, yo les advertí que ese santuario estaba oculto por algo, aquello que se convertiría en el descubrimiento más grande para Tomopler sería nuestro fin//.

Nota 3, de los cuerpos del campamento.

// A quien encuentre esta nota, mi nombre es Rafael soy cazador, por más animales y bestias salvajes que he cazado a lo largo de mi vida, jamás me sentí tan cerca de la muerte como esta vez. Esa cosa no parece tener puntos débiles, es enorme y se mueve demasiado rápido//

Nota 4, de los cuerpos del campamento.

// Cazador Asmir, a lo largo de mi vida me he dedicado a cazar los dragones de Astarot y las bestias de Caneb, pero jamás he visto un ser así, se llevaron a tres de los nuestros, sus gritos se escucharon durante horas, pero nadie se atreve a ir, no solo es su apariencia, en sus ojos se nota que esas bestias no son de este mundo //.

-     Sea lo que sea, no podemos quedarnos aquí, dijo uno de los profesores de la universidad, volvamos sobre nuestros pasos.

-     Espera, no podemos dejar esto así podemos avanzar solo un poco más, contesto uno de sus colegas con ansias de conocimiento.

-     Solo saldremos, buscaremos a más hombre y volveremos, taparemos la salida para que esta cosa no lleguen a nuestro mundo, contesto el primer profesor.

-     No les parece extraordinario, exclamo el encargado de la expedición. Estamos literalmente en otro mundo, tiene su propia fuente de iluminación, parece ser como un sol, pero está mucho más cerca y no nos quema, la humedad es perfecta, las plantas por más que estemos debajo del suelo son enormes y parece haber nubes como las de allí arriba, solo que desde aquí abajo veo la tierra que pisamos. Sigamos un poco más, solo un poco más, los guardias cuidarán de nosotros.

Al seguir caminando y para sorpresa de todos descubrieron que existía un ciclo de día y noche, por algún motivo ese extraño sol se oscurecía y automáticamente empezaba a llover, no podían por lo menos aún explicar este fenómeno meteorológico.

Apenas se podía ver y la lluvia era muy intensa, el lodo era profundo y los alumnos sin experiencia de campo perdían sus botas al avanzar, la lluvia era exageradamente fría, cuando aquel núcleo de luz que iluminaba esta tierra se apagaba, era casi imposible para cualquier hombre seguir avanzando.

Al mirar hacia arriba vieron una enorme casa de árbol, no tardaron en subir y refugiarse de las lluvias, pero a pensar de la distancia del suelo, algo terrible había estado ahí, dejando todo tal cual como en el campamento, destrozado.

Nota de la casa del árbol

// Solo quedamos seis, esa cosa parece no rendirse, nos matará uno por uno, hace dos días que estamos encerrados en este refugio vació, el ambiente está tenso, demasiado tenso, nos preguntamos quien será el siguiente, hasta quien saldrá a distraerlo para que los otros escapen //.

-     No puede ser la misma bestia, también estuvo aquí, exclamo uno de los guardias.

-     Te dije que no era buena idea quedarse en este mundo, no conocemos nada, contesto el profesor que defendía la idea de irse.

-     Mira, otro nota .

// Por la noche ha entrado y se llevó a mi hermano, lo vi mientras lo descuartizaba, era una especie de pájaro enorme que camina en dos patas, de color oscuro y sus ojos rojos, me miraba mientras devoraba a mi único hermano, parecía que disfrutaba verme sufrir, tardo horas hasta que murió //.

// No podemos seguir encerrados en este armario, solo quedamos Tom y yo, Tom dice que la criatura está dentro de la casa, no me deja salir del armario para ver, pero es el tercer día que llevamos aquí encerrados y no tenemos nada para comer, me avergüenza, somos dos distinguidos soldados atemorizados por quien sabe que, .......... la he escuchado está aquí dentro, el techo se mueve, cuando se duerma vamos a escapar //.

-     Miren sobre nosotros, y no hagas ruido, dijo el capitán de la expedición, a los demás.

Uno de los alumnos no pudo aguantar y gritó tan fuerte que se escuchó en todos los mundos descubiertos y por descubrir.

La criatura que estaba colgando de cabeza, enganchada con sus enormes patas al techo y cubriendo su cuerpo con sus alas, al escuchar el ruido despertó, extendió su cuerpo y salto sobre aquel alumno. Los guardias atacaron a la criatura con sus espadas y lanzas, pero su piel era tan dura que no podían ni siquiera arañarlo.

-     CORRAN, dijo uno de los soldados mientras se abalanzaba sobre aquella bestia, para darle a los demás el tiempo para escapar.

Todos empezaron a correr hacia diferentes sitios confundidos por la oscuridad y la lluvia, solo unos pocos corrieron hacia la salida de ese infierno, y tan pronto empezaron a subir por la cueva, encontraron un brutal rastro de sangre y mientras lo seguían vieron a los hombres que habían bajado con ellos descuartizados uno tras otro, soldados, alumnos y profesores asesinados sin distinción alguna, pero no parecían querer detenerse a comprobar que había pasado. Corrieron sin parar por donde habían entrado, cuando las antorchas se apagaron empezó el problema. Tras el ruido de las pisadas de los hombres se escuchaban garras, garras que se acercaban cada vez más, aquella cosa los seguía, los gritos de los alumnos empezaron a escucharse desde el fondo. La bestia los estaba cazando en la cueva, no podían ver a causa de la oscuridad, solo podían palpar las paredes mientras aquella cosa los devoraba uno por uno.

Solo unos pocos llegaron por fin al final del túnel, pero lo que veían era aún peor, los que estaba afuera custodiando la puerta fueron al igual que los demás asesinados por la misma cosa que los seguía, uno de esos demonios había escapado.

El muy atento y determinado capitán de la expedición, antes que llegaran más de esas cosas, ordenó a los pocos soldados que quedaban poner explosivos en la entrada y hacerlos explotar tan pronto fueran colocados, para sellar la puerta hacia ese infierno.

La puerta fue sellada por rocas inmensas a causa del derrumbe, prohibiendo el paso a todos los seres que habitaban allí debajo.

Tan pronto como la noticia llego al reino, de que una bestia nunca antes vista estaba suelta en el continente, el rey ordenó a los mejores cazadores ir a buscarla, con una muy jugosa recompensa de por medio. Los meses pasaban y aquella bestia no aparecía. Algunos dudaban de la palabra de los sobrevivientes, pues aquella criatura no dejaba ni siquiera un rastro que seguir.

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