Hola mi nombre es Katrina Simanca, tengo 43 años, estoy divorciada hace menos de un año, tengo un hermoso hijo de 22 años, quien está en Londres estudiando derecho, soy dueña de un salón de belleza llamado «Colágeno»
No de cualquier salón del mejor de la ciudad, siempre estamos full de clientes, atendemos a muchas personas al día, tengo alrededor de 12 estilistas, 2 masajistas y 5 manicuristas profesional, todos somos una gran familia, aquí nos llevamos muy bien.
El motivo de mi divorcio después de tantos años, me cansé si así como lo digo me cansé de ese hombre machista, que piensa que solo los hombres pueden hacer y deshacer por la vida, él piensa que las mujeres solo nos tenemos que quedar en casa alimentarlos y esperar que ellos lleguen para obedecer en todo.
¿Por qué, ahora? Bueno simple, yo conocí a José Alfredo cuando era una niña todavía, él fue mi único amor, él fue la primera persona que me beso que me tomo de las manos que me hizo sentir el placer, después de tres años de conocernos nada más cumplí 20 años decidimos casarnos por qué no podíamos vivir el uno sin el otro.
Al pasar el primer año nació mi hijo, el hombre que amo más en toda mi vida, Douglas Salazar.
Lo que más me duele de todo esto y aunque hice todo lo que pude mi hijo es igual a su papá, un machista, cosa que no me gusta, mi hijo está totalmente en contra de mi separación con su padre. Tengo una amiga lucía Castillo, somos contemporáneas a ella, la conocí hace 12 años.
Nuestros hijos estudiaban juntos en la preparatoria, ella tiene 2 hijos Rodrigo Santander de 23 años y Rodolfo Santander de 15 años, ella también es separada desde hace varios años, creo que ella me dio el valor de tomar la decisión de separarme, eso era algo que rondaba mi cabeza desde hace muchos años, pero un día termine por tomar la decisión.
José Alfredo Salazar aún no acepta que yo lo haya dejado, él dice que seguro lo deje por qué quiero andar de loca por allí, con otros hombres y no sé que cuántas cosas más.
A veces llega a la casa a media noche, para ver qué no esté con otro hombre, allí opino que está completamente loco, aunque el ahora tiene una relación con otra mujer, pero yo, yo no puedo tener la verdad, es que hasta ahora no he salido con nadie porque pienso que no ha llegado esa persona indicada.
Aquí estoy frente al espejo de mi habitación terminando de arreglarme, está noche saldré con mi amiga lucía y con Mila, todos los fines de semana nos vemos de fiesta, cosa que a José Alfredo le molesta muchísimo, y a mi hijo ni se diga, me dice que ya estoy vieja para eso que me veo ridícula.
Aunque está muy lejos, su padre siempre lo llama para mantenerlo al tanto de todo lo que yo hago.
Hoy me coloqué un vestido negro, hasta la rodilla, discreto en la parte de arriba, con el cabello en ondas en las puntas y un maquillaje, cortesía de mi amigo maquillador julio, quien trabaja para mí, a pesar de tener la edad que tengo me siento una mujer joven, y me he conservado muy bien.
Soy blanca, cabello castaño, ojos oscuros, delgada, se podría decir, en las mañanas salgo a correr, como sano y de vez en cuando voy al gym.
Me miro al espejo y siento que me veo genial, como diría Mila, a comernos el mundo, ja, ja, ja me siento una zorra diciendo esas cosas.
Mis amigas me envían un mensaje que ya están afuera esperando por mí, al salir está lucía con su chófer, y Mila está con ella.
—Te ves radiante, amiga, como siempre—Me dice Lucía.
—Gracias, amiga tú también te ves muy muy bien — le digo haciendo que gire en su eje.
—Y yo a mí no me dirán nada—dice Mila poniendo mirada de cachorrito, Cabe destacar que Mila es mucho menor que nosotras, ella apenas tiene 25 años, es una rubia muy bonita, parece modelo de revista, la conocimos un día de esos que andábamos de fiesta.
—Te ves hermosa Mila, eso no debes ni preguntarlo, eres joven y hermosa.
—Sí, pero solo me veo bella por qué soy joven, miren ustedes, están un poquito grandes y se ven mejores que yo—Se ríe a carcajadas por qué sabe que ha hecho molestar a Lucía con el comentario que hizo.
—¿Nos estás diciendo viejas?— Lucía se cruza de brazos negando.
Yo suelto una carcajada y le digo que se calme, que la chiquilla intrépida esa, solo lo hizo por qué sabe que la hará molestar Mila se lanza a los brazos de Lucia y la llena de besos.
—Ya, ya, Lucía, no te molestes, sabes que eres la abuelita que más quiero.
Yo quiero morir de la risa, pero me contengo para no hacerla enojar más.
—¡Ya basta! Vamos por qué se nos hace tarde cuando lleguemos ya no tendremos lugares.
Hoy iremos a una discoteca nueva que van a inaugurar, nosotras estamos invitadas por qué el dueño del sitio es amigo de Lucía, bueno, creo que se gustan, pero ninguno de los dos se atreve a decirse nada.
Lucia no trabaja, vive de la mensualidad que su exmarido le da, que no es cualquier cosa, su exmarido Arturo Santander es dueño de una empresa de transporte, la mejor de esta ciudad, ellos se divorcian por qué ella lo descubre en una relación con una muchacha más joven que él, su secretaria para ser exactos.
Ella sufrió mucho, yo fui testigo de eso, ella le había entregado todo y él la cambio por una más joven. Llegamos al sitio donde vamos como es la inauguración, solo tienes que estar invitado para entrar, llegamos y la entrada está abarrotada, de gente que quiere ser privilegiada de entrar al lugar.
Pasamos como podemos entre tantas personas, las chicas allí esperando para entrar, Lucía dice su nombre y enseguida quitan el cordón de seguridad haciendo paso para que entremos, las personas afuera comienzan a decir cosas, del porqué entramos tan rápido, (somos invitadas nenas digo para mí) Ya dentro del sitio Mila entra bailando al ritmo de la música que está sonando, enseguida nos llevan hasta un sitio, que por lo que se puede apreciar está apartado, el chico nos dice que es nuestro Lucía y Mila gritan de emoción, dando saltitos como chiquillas.
—Después dices que Gustavo Villarreal, no está interesado en ti— Ella solo me mira y se ríe con picardía, Lucía también es una mujer muy bien conservada, no porque tenga 44 años, quiere decir que no tenga todo en su sitio, es una morena muy bella.
Estamos en una zona que está sobre la pista de baile, es como tipo balcón, pero dentro del lugar de verdad que es uno de los mejores lugares, desde aquí se puede observar todo dentro, la pista de baile, la entrada, la barra todo, somos privilegiadas.
En la mesa hay una botella de champán enfriando, con una nota que dice: lucía la lee y se le dibuja una sonrisa en los labios.
Mila y yo comenzamos a decirle cosas, ella solo se sonroja, el chico que aún está allí parado nos sirve una copa a cada una.
—Salud — Chocamos nuestras copas.
Las personas bailan, toman, se divierten y nosotras no somos la excepción, también bailamos, claro no nos involucramos con la multitud, no nos gusta que nos estén apabullando, al cabo de un rato cuando casi nos hemos terminado la botella aparece el hombre más guapo, es el hombre de mi amiga lucía, aunque ella no lo quiera aceptar los dos se mueren por estar juntos, eso se les nota a kilómetros.
—Buenas noches, ¿cómo la están pasando?, espero que bien—nos saluda a todas.
—Muchas gracias por la invitación señor Gustavo—Le digo con cortesía.
—Solo Gustavo Katrina, me gusta más así—él mira la Lucía que está más roja que un tomate.
Mila y yo nos miramos con complicidad.
—Permiso vamos al baño —Dice Mila tomando mi mano y jalando para salir del lugar.
—Pero chicas—dice Lucía para que no la dejemos sola.
—Tranquila amiga, ya volvemos quedas en buenas manos —le guiño un ojo, ella solo me regala una mirada asesina.
Nosotras bajamos y nos dirigimos al baño, aunque sé que Mila muere por ir a la pista de baile y conseguir un parejo para esta noche, ella es una mujer liberal, le encanta el sexo, dice ella que es una práctica que se debe hacer, cuando se tiene la oportunidad, nos cataloga la Lucía y a mí como aburridas sexuales por qué no le abrimos las piernas al que nos lo pide, a mí en particular me da mucha risa las locuras de Mila aunque Lucía siempre termina molesta con ella por sus comentarios fuera de lugar.
Llegamos al baño, hacemos nuestras necesidades y nos quedamos un rato allí haciendo tiempo para qué Lucía y Gustavo puedan platicar a gusto, cuando ya ha pasado un rato considerable decidimos volver a nuestro lugar, de camino al encuentro de nuestra amiga, un chico invita a bailar a Mila ella no lo piensa y acepta, yo continuo sola al palco, subo las escaleras y cuando llegó ¡oh por Dios! He interrumpido una escena romántica, Lucia y Gustavo se están besando, qué vergüenza me dio.
—Disculpen yo... Vuelvo en un rato—Me giro para regresar.
—Tranquila katrina estaba esperando que llegaran para marcharme, —dice levantándose del sofá— nos vemos al rato —Le dice a mi amiga dejando un pequeño beso en sus labios.
Cuando ya se ha marchado, Lucía se deja caer en el cómodo Sofá que está en el lugar.
—Amiga, cuéntame todo, que fue eso que vi —Llego hasta ella en dos pasos lanzándome en el sofá al lado de ella
—Amiga es tan bello, y besa mejor todavía —Ella suspira con la mirada pícara.
—Me alegra mucho que por fin se hayan dejado de tonterías y decidieran darse la oportunidad —le doy un sonoro beso en la mejilla.
—No exageres, no somos nada—Dice con las mejillas sonrojadas —¿Y Mila? —Pregunta cuando se da cuenta de que no está.
Ya sabes cómo es, seguro está noche, regresamos solas a nuestra casa, reímos de las locuras de Mila.
—Vamos a verla, está en la pista, desde aquí se ve todo —le digo levantándome del sofá más atrás lo hace ella, Cuando nos asomamos a la pista, está ella contoneando sus caderas sensualmente sobre la parte baja de un hombre muy guapo, ambas nos echamos a reír
Pronto llega otra botella de champán con otra nota.
—Ay, amiga de verdad que no me imaginé que Gustavo fuera tan romántico.
—Lo se Kat, pero te confieso que me da un poco de miedo, todo esto él es un hombre soltero, nunca se ha casado, es dueño de estos lugares, no sé, además es un poco más joven.
—Ya, ya no pienses en eso, sí...
—Está bien, no voy a arruinar la noche, mejor vamos a disfrutar, el chico nuevamente descorcha la botella y nos sirve una copa.
Ese día tomamos y bailamos aunque Gustavo no se acercó más a dónde estábamos, solo hasta que ya nos íbamos a ir, Mila ya había tenido un encuentro en el baño de caballeros.
Lucia y Gustavo se despidieron mientras nosotras estábamos esperando en el auto, el chófer paso y me dejó en mi casa después de despedirnos con mil besos, entre a mi casa riendo de lo bien que la había pasado me doy una ducha rápida y me lanzó a la cama donde Morfeo me atrapa de inmediato.
Despierto con el sonido de mi teléfono celular, ruedo los ojos al mirar el identificador de llamadas, así que decido no contestar, me doy la vuelta para continuar durmiendo, pero nuevamente suena el bendito teléfono, así que contestó para mandarlo a la chingada, por fastidioso.
—¿Que demonios es lo que quieres? —Digo nada más, descuelgo la llamada.
—Mamá, yo también, me alegro de escuchar tu voz, —Es mi hijo quien habla.
La verdad conteste sin ver de quién se trata.
—Mi niño bello, ¿Cómo estás?— Le digo haciendo mimos con mis palabras.
—Yo estoy bien, al parecer tú también, mi papá me acaba de llamar preocupado, porque no le contestas las llamadas, como andabas jugando a la adolescente anoche.
Ruedo los ojos al escucharlo.
—Hijo de verdad, no estoy de ánimos para tus reproches, y tu papá que deje de meterse en ni vida.
—Mamá, no entiendes que solo nos preocupamos por ti, —lo escucho suspirar.
—Lo sé mi amor, ¡disculpa! —Le digo sin querer pelear, no estoy de ánimos y menos quiero volver a pelearme con mi hijo.
—Te llamo más tarde mami, te dejo dormir un poco más, te amo.
—También te amo hijo, te mando un millón de besos.
—¡Mamá!—lo escucho reír antes de colgar la llamada.
Sin más interrupciones me dispongo a seguir durmiendo la mayoría del día, cuando mi estómago me pide comida, me levanto para preparar algo de comer, ya que le di el día libre a la señora que trabaja para mí.
Mi nombre es Rodrigo Santander, soy el hijo mayor de Lucía castillo y Arturo Santander, tengo 23 años, en este momento vivo en Londres con mi mejor amigo Douglas Salazar que es hijo de la mejor amiga de mi mamá katrina Simanca, estamos terminando de estudiar por mi parte me decidí a estudiar finanzas y mi amigo Douglas derecho comercial en un par de meses volveremos a Seattle, desde que llegamos aquí no hemos ido a visitar a nuestros padres.
Les voy a contar un secreto, cuando conocimos a katrina fue a través de Douglas que estudiaba conmigo tenía 11 años me parecía que era una mujer hermosa, cuando me hice adolescente unos 15 años tenía sueños con ella, es que joder es una mujer verdaderamente hermosa, estando aquí en Londres me enteré de que se divorció, y Dios no puedo evitar imaginar que pudiera tener una oportunidad con ella, que es mayor que yo sí, pero cuáles es el problema, esa mujer me encanta, y aunque mi amigo no sabe nada sobre lo que siento por su madre, seguro me mata, es un hombre sobre protector, con ella y cuando José Alfredo el padre de Douglas lo llama para meterle chismes me da un coraje, me provoca partirle la cara
Y cuando mi amigo la llama para reclamarle y le dice que se comporte de acuerdo a la edad me hierve la sangre, acaso ella es una viejita, ella tiene todo el derecho de salir y disfrutar de la vida, lo que no pudo hacer cuando estaba con el imbécil del marido.
En cuanto a mí salgo con una chica muy hermosa, es un poco mayor que yo, tiene 27 años, tenemos más de un año juntos, pero es que no sé, a mí me gustan con más edad así como mi Kat.
En fin, volviendo al tema, ella sabe que lo nuestro es solo sexo, que no quiero compromisos, que al volver a los Estados Unidos todo sé va a acabar.
Estoy sentado en mi cama con el computador en mis piernas, estoy viendo unas fotos en el Facebook de Katrina, cuando entra mi amigo, yo cierro la laptop de una vez, para evitar que pueda ver de quién se trata.
—No me digas, estabas acosando a la mujer fantasma, esa que te trae arrastrando la cobija, desde no sé cuantos años atrás.—lo dice en tono de burla.
—¡Eres adivino!—Le digo burlándome de él.
—No sé cuando vas a dejar esa obsesión, mejor arréglate que nos vamos de rumba, Raúl está de cumple y quiere que salgamos con él, que va a llevar unas nenas.
—No entiendo si ya tienes a la "mujer de tu vida" —Hago énfasis en la mujer de tu vida—Por qué andas por allí buscando problemas, cuando Fer se entere te va a dejar sin bolas—me echo a reír por el comentario.
—Que es lo que dices en esa relación el que manda soy yo, yo soy el que sale, ella se queda en la casa durmiendo—Dice muy serio.
—Eso eran otros tiempos, ahora las mujeres no son igual que antes que las podías someter a voluntad.
—Aún querido amigo, solo tienes que saber manejarlas.
—Ya, ya mejor dejemos hasta ahí, mejor me voy a arreglar. —Me alejó hacia el baño—mi amigo ya me cabreo con todas esas mamadas que los hombres si y las mujeres no.
Pobre Fer.
Al cabo de dos horas, Raúl llega a nuestro encuentro y nos dirigimos a una casa, según Raúl es de una amiga que se la presto para su fiesta, seguro es una de sus conquistas.
En la fiesta de cumpleaños nos la pasamos superbién bailando y tomando una rubia muy bella, no se apartó de mi lado en toda la noche y no tuve más remedio que darle lo que quería, claro siempre uso preservativo, a Douglas también lo vi salir de una habitación con otra rubia despampanante.
Al llegar al departamento, me di un baño y me lancé a la cama, quedando dormido de una vez.
El sonido del teléfono celular de Douglas me despertó, es muy temprano aún.
Lo escuché hablar, por su tono me imaginé que hablaba de Kat, seguro es su papá acusando como si de una carajita se tratará, luego lo escuché hablar a él, ya no le di más importancia y me volví a dormir.
Por la tarde Mariana me llama para salir, pero estoy tan cansado que le digo que no, pero eso fue peor a la media hora, la tenía en el departamento, ya, la novia de Douglas estaba aquí cocinando y limpiando el desastre, la tiene como a una muchacha de servicio, esta muchacha es tan loquita por el que no se da cuenta, que solo la utiliza a su antojo.
—Mariana te dije que estaba cansado—le digo arrastrando mis pies hacia ella.
—Ya lo sé amor, pero vine para ayudarte, no sé prepararte algo de comer, hacerte un masaje, darte un cariñito—ella enrolla sus brazos en mi cuello.
—Mari tengo sueño—le doy un ligero beso en los labios.
—Ya lo se ven, vamos a Dormir —Me agarra de la mano jalándome a la habitación.
Entramos en ella y me siento a un lado mientras ella se deshace de la mayoría de su ropa quedando solo en ropa interior.
—¿Qué haces? ¡Te dije que quería dormir!
—Bueno, vamos a dormir —Dice encogiéndose de hombros, metiéndose en la cama, Bufo y me meto en la cama también, estoy cerrando mis ojos cuando siento una mano en mi miembro, me sobre salto.
—¿Mariana que haces?
—Te ayudo, es que mira como está, me da pena el pobre—dice agarrándolo con firmeza.
—Todas las mañanas está de esa manera, —le resto importancia. .
—Bueno cariño, ya que estoy aquí, no tengo problema en ayudarte —Ella lo sigue masajeando.
Que conste que no quería, lo evite todo el tiempo, pero puesto que ella insiste, me quito el bóxer que tenía y subo en ella entrando sin ningún tipo de consideración, claro antes me coloque el preservativo.
Ella solo gime, le encanta que la trate mal, beso, muerdo, muerdo sus pechos, coloco mis manos en sus glúteos para levantarla y así tener mejor acceso.
—Rodrigo eres estupendo, me encantas—Me Dice ella entre jadeos.
Por mi parte no le digo nada, no soy romántico, si le voy a decir algo serán puras palabras obscenas.
Después de un rato ya no puedo más, y termino ella también lo hace al mismo tiempo.
Me retiro el preservativo y lo coloco aún lado de la cama, ella se acomoda en mi pecho y me quedo rendido de una vez.
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