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Mi Vida, Mi Estilo.

Capítulo 1

Como ya saben mi nombre es Brianna, soy una joven de 27 años, superenamorada de mi familia, Sofía, mi hija de 3 años es mi amor más grande, mi mundo entero. Mi esposo Damián, el mejor papá de todos, la verdad nunca podría haber elegido un mejor padre para Sofía, es atento, cariñoso, amable, trabajador, guapo, en fin, él es ese hombre que muchas quisieran tener, pero que es mío y solo mío...

-Buenos días mi pequeño amor. Sofía, ya es muy tarde, debes comer algo.

Le susurró al oído mientras le acaricio su carita.

Sofía es una niña dulce, tranquila y encantadora, le encanta dormirse tarde y también despertar tarde, pero próximamente estará en el Nido y yo en la universidad así que deberá acostumbrarse a dormir temprano y levantarse igual de temprano...

-Amor, ya estoy listo, debo irme al trabajo.

Me dice Damián desde la cocina, él es dueño de un concesionario de carros, y aunque siendo el jefe podría quedarse con su familia y disfrutar más a su hija, prefiere supervisar que todo marche bien en su empresa.

- Ya voy amor.

- Por lo visto preparaste mi comida favorita.

Me mira de reojo mientras revisa lo que estoy preparando en la cocina. Me derrito de amor cuando me mira de esa manera.

- Si, ya sabes que me gusta mucho cocinar, es lo que me distrae, siempre estoy encerrada aquí en casa.

Lo abrazo, él se da la vuelta y me abraza por mis caderas.

- Si amor, lo sé, te prometo que este fin de semana, nos iremos a nuestra cabaña en la playa, sé que estoy sumergido en la empresa y que no les dedico tanto tiempo, pero créeme que todo lo hago por ustedes, para que nunca les falte nada.

Me besa en la frente.

-Está bien cielo, te comprendo perfectamente, oye quería comentarte que quiero retomar los estudios en la universidad, la niña ya va a cumplir sus 4 años y puede entrar en el Nido, así puedo aprovechar las horas que estará allá y puedo ir a la universidad.

- Me parece bien cariño, siempre has sido una mujer que lucha por sus sueños y por eso Te Amo, tú y mi hija lo son todo para mí, bueno, ya me tengo que ir, se me hace tarde.

Me besa, agarra su desayuno que ya había servido en su lunch, y se dirige a la puerta.

-También Te Amo, espero esta vez no olvides tu promesa.

Me dirijo nuevamente a la habitación, para mi sorpresa, Sofía ya está despierta, voy hasta ella y la abrazo, la lleno de besos y ella sonríe.

- Bueno, pequeña bella durmiente, es hora de darse un baño para servirte tu desayuno.

- Si, mita.

Sofía está aprendiendo a decir ciertas palabras, y aunque tiene 3 años y debería hablar con más fluidez, hay ciertas palabras que solo mamá entiende.

Una vez duchada, vestida y peinada la siento en su silla de comer, y le sirvo su desayuno, Sofía es amante de las caricaturas de Minie, así que le cortó su pan de sanduiw con la forma de Minie y le colocó sus frutas favoritas cortadas en trozos pequeños.

Mientras ella come yo tomo mi celular y chequeo los requisitos para retomar mis estudios, a decir verdad, no son muchos, debido a que ya estaba estudiando antes y tuve que congelar mi segundo semestre para dedicarme al cuidado de Sofía, durante el embarazo.

Para mi suerte, el próximo semestre inicia el mes que viene, así que hice todo lo que debía hacer para inscribir el semestre. Vivimos en un lugar que es muy céntrico, así que tenemos varias universidades cerca, entre esas está donde estudio, desde pequeña me ha gustado ayudar a la demás personas cuando tienen problemas de salud, y me encantaba mucho más por mi padre, quien falleció a causa de una enfermedad terminal cuando tenía solo 16 años, siempre ayudaba a mi madre a sobrellevar la enfermedad de mi padre, lo cuidaba cuando ella debía trabajar, y así fue como decidí estudiar medicina.

El resto de la tarde transcurrió entre risas y cuentos al lado de mi princesa Sofía, estando en la sala con ella, escuchó que tocan el timbre, son las cuatro de la tarde y no espero visitas de nadie, y Damián no acostumbra a llegar a esta hora, para mi sorpresa al abrir la puerta...

- ¡Sorpresa!

Me dice Damián al otro lado de la puerta con un ramo de rosas rojas en las manos que me encantan.

- ¡Apito!

Dice Sofía al ver a su papá en la puerta, ella corre hacia sus brazos, él me entrega las flores y carga a su pequeña en su regazo.

- Que sorpresa la de hoy cariño.

- Si, decidi pasar el resto de la tarde al lado de mis dos amores. Pedí pizza para ver películas, no tardan en llegar. Hace mucho tiempo que no tenemos una tarde en familia.

- Tienes razón, deberías hacerlo más seguido, Sofía y yo te extrañamos mucho, ella casi no te ve, y cuando lo hace no quiere despegarse de ti.

-Te prometo que todo será diferente, las amo con mi vida.

-Y nosotras a ti, cielo.

Suena el timbre, debe ser la pizza que Damián pidió. Voy hasta la puerta y efectivamente es la pizza, la tomo en mis manos y la llevo a la cocina, vuelvo a la puerta y despido al chico del delivery quien se portó muy amable.

Volví a la habitación con la pizza y algo de tomar, al entrar estaban Damián y Sofía, acostados cómodamente esperando me para ver la película, elegida por Sofía, o sea que eran animadas, así transcurrió la tarde hasta llegar la noche, Sofía ya está dormida, cansada de tanto comer pizza, Damián se fue a duchar y yo estoy ordenando algunas cosas en la habitación.

Me pongo mi pijama y espero a Damián en la cama, él sale del baño y me da una mirada pícara. Llega a la cama, me besa con pasión, apartó su toalla que envuelve su torso, para dejarlo al desnudo, se separa de mi boca, me acaricia con su mano mi pierna, subiendo hasta mi entrepierna, aparta mi ropa interior, coloca su miembro en mi entrada y sin pensarlo me penetra una y otra vez...

- Hacía mucho que no teníamos una noche como esta.

Le digo mientras lo abrazo, y coloco mi cara en su pecho.

- Si, disculpa todas las veces que las he dejado solas.

-No te preocupes, se que todo estará bien.

Capítulo 2

La semana transcurrió como todas las demás, despido a Damián todas las mañana al irse al trabajo, espero ansiosa que llegue mi primer día de universidad nuevamente, tener algo que hacer por y para mí.

Llega el fin de semana, viernes para ser exactos, mientras preparo el desayuno siento las manos de Damián abrazando me por mi espalda, me da un beso en el cuello que me eriza la piel.

- ¿Sabes que día es hoy?

Me susurra al oído.

-Me parece que es viernes.

Le respondo desanimada, solo para hacerle creer que no recuerdo lo prometido.

-También me parece que es viernes de hacer las maletas para irnos a la cabaña... No creas que olvide lo que te prometí a ti y a Sofía hace unos días.

Me volteo y lo miro a los ojos.

-¿En serio nos vamos?

- Si, lo prometido es deuda. Ahora ve a despertar a Sofía y a arreglar las cosas mientras yo termino el desayuno, no te preocupes que no se me va a quemar nada.

Me dice recordando que la última vez casi incendia la casa al freír un huevo... Si, Damián no es tan bueno en la cocina, quizá si en otras cosas.

Voy a la habitación, preparo las maletas antes de despertar a Sofía, pues si lo hago antes no me dejará hacer nada, y perderé tiempo al recoger todo el desastre que hará al "Ayudarme".

Recojo sólo lo necesario, serán sólo tres días así que no tendré que llevar tantas cosas, al revisar el closet de Sofía noto que sus trajes de baños son de cuando estaba más pequeña, los niños crecen muy rápido, no importa cuanta ropa le compres, la pierden rápido cuando tienen esta edad, aparte de que casi no le compro porque no salimos tanto a la playa. Bueno, le recojo su ropita fresca, y ya en la vía le podré comprar uno.

Al terminar de guardar todo lo que necesitamos para el viaje, voy a despertar a Sofía, le acaricio su carita y le hablo con cariño, ella se estira y da mil vueltas para por fin despertar. Sofía ha ido solo algunas veces a la playa, solo en ovaciones especiales hemos visitado la cabaña, la misma queda un poco alejadas de la ciudad, es lo que más me encanta de ella, todo es tranquilo, silencioso, solo escuchas las olas del mar, y la vista a la playa es increíble.

-Ya está todo listo, cielo.

Le digo a Damián desde la habitación para que me ayude a bajar las cosas del viaje.

-Ok, vamos a desayunar antes de irnos, recuerda que el viaje es largo y con muy pocas tiendas para comprar comida.

Me dice cuando llega a la habitación, él baja las cosas y mientras yo voy con Sofia, nos sentamos en la mesa, y Sofía en su silla para comer. Terminamos y procedemos a salir del apartamento.

Subimos todo al coche, me aseguró de que la silla especial para paseos de Sofía este bien asegurado al asiento, la acomodo bien y abrocho su cinturón.

- Ahora si estás lista para el viaje mi pequeño amor.

- Quizá querrás decir estamos, cielo. Ven sube.

- Si amor, ya estamos listo.

Damián me abre la puerta del coche, siempre siendo amable. Procedo a subirme, al igual que él lo hace después de cerrar la puerta de mi lado.

- El viaje es largo, ojalá Sofía no se aburra.

- No lo creo, me asegure de recoger muchos juguetes para que se distraiga.

- Bueno, haremos una parada en una de las tiendas que está en la vía, para comprarle algunos dulces.

- Está bien cielo, oye y ¿a quién dejaste a cargo de la empresa?

- Deje a cargo a Erick, ya sabes que no confío en nadie más, él siempre hace su trabajo perfectamente.

- Pensé que dejarías al administrador.

- No, en él no confío para nada, en lo que regrese debo revisar muy bien su trabajo, creo que está desviando algunos fondos en facturas falsas.

- ¿En serio? Realmente me sorprende, pensé que siempre verificaba todo minuciosamente.

-De hecho lo hago, por tal razón me estoy dando cuenta de ese pequeño gran detalle. Ya no hablemos de ese tema, cuéntame como vas con el trámite de la universidad.

- Bien, ya hice la inscripción para el próximo semestre, comienza en un mes.

- ¿Y Sofí y el Nido?

- En cuanto regresemos iré al Nido para inscribirla, ojalá su edad no sea impedimento, ya que aún faltan cuatro meses para su cumpleaños número cuatro.

- Estoy seguro de que no cariño, sé que todo te va a salir bien y serás la mejor doctora del mundo.

- Que exagerado eres.

- Quizá sea porque te amo enormemente.

- Yo también, cariño.

Llevo mi mirada hacia donde está Sofía, se ha quedado dormida, ella no acostumbra a dar siestas en casa, pero siempre que salimos en el coche se duerme casi que en seguida. Miro hacia el frente, la carretera se ve larga al frente, y todo es muy colorido, árboles grandes y frondosos, bajo las ventanillas del coche y el aire que se respira es tan puro, algunos me dirán loca, pero estoy segura de que cada lugar tiene un tipo de aire distinto, y este me encanta, cierro los ojos...

- Amor, cielo... Llegamos a la tienda.

Escucho a lo lejos a Damián, me he quedado dormida, me estiró un poco como puedo en el carro, volteó a ver a Sofía y está más rendida que yo aún.

- ¿Dormí mucho rato?

- No, solo unos minutos, Sofía esta dormida, iré yo a comprar algunas cosas, para no dejarla sola.

- Está bien amor, porfa elige un traje de baño para Sofía, talla 4.

- Ay amor, ¿Es en serio?

- Sí, sé que vas a elegir uno muy hermoso. Los que tiene ya no le quedan.

- Ya regreso, iré lo más rápido posible.

Veo como Damián se aleja del auto, trato de despertar a Sofía, para que pueda comer algo cuando regrese Damián. Ella se remueve y estira, y después de un unos minutos, por fin se despierta. La paso conmigo y la siento en mi regazo. Después de aproximadamente treinta minutos veo a Damián regresar con algunas bolsas en sus manos.

- Regrese, ¿Todo bien?

Me dice mirando a Sofía que está junto a mí.

- Sí, desperté a Sofía para que comiera algo.

- Bien, le traje algunas galletas, y cereal.

- Ok, ¿Y sus trajes de baño?

- Que tarea más difícil, pero le compre dos.

Los saca de la bolsa, pero veo tres, el primero es un traje de baño entero color rosa, el segundo es de dos piezas, la parte de arriba es estilo camisa, para proteger los hombros del sol, y el tercero...

- ¿Este es de niño?

Un traje de baño de niño color azul.

- Si, me gustó para cuando tengamos un niño.

Toma mi mano y la besa.

- ¿Verdad Sofí que quieres un hermanito?

- Shi apito.

- Mejor sigamos la ruta.

Damián hace carita de puchero y seguimos el camino a la hacienda.

Capítulo 3

Después de cinco largas horas de viaje, por fin llegamos a la cabaña, a decir verdad el viaje me estropeó, doy gracias al cielo porque Sofía paso todo el viaje de lo más tranquila, la tomo en mi regazo y me dirijo a la orilla de la playa mientras Damián baja las cosas del carro. Hace mucho tiempo que no veníamos a esta cabaña, tanto tiempo que casi olvido el olor de la playa y esa sensación tan espectacular de sentir la arena en mis pies.

- Mira Sofía, que hermosa está la playa.

Le señaló con mi mano mientas que con la otra caminamos juntas por la arena húmeda de la playa.

-Paya, paya mamita.

La última vez que estuvimos en este lugar, Sofía tenía casi los dos años, y aunque estaba pequeña no le temía a bañarse en lo absoluto.

-Si mi amor, ahora te cambio para venir a disfrutar un buen baño en el mar.

-¿Apito?

-Vamos a buscarlo y a cambiarnos para venir a la playa mi princesa.

Tomo de la mano a Sofía y nos dirigimos hacia la cabaña. Damián ya había bajado todo y ordenado algunas cosas en la cocina.

-Las maletas ya están en la habitación, cariño.

-Apito paya paya.

-Viste la playa mi amor

Le dice mientras la levanta y le da vueltas.

-Shiiii

-Crees que sea posible ir a la playa.

-Claro que si, para eso venimos aquí mi amor. Yo voy a preparar algo para merendar mientras ustedes princesas se van a cambiar.

- Esta bien, cariño.

Parece que está preparando unos panqueques, él sabe que son mi merienda favorita, yo voy con Sofía a la habitación, ordenó la ropa que está en la maleta, no es mucha, pues solo son tres días, visto a Sofía con el traje de baño elegido por su papá, le queda muy bien, ella siendo blanquita, el color Morado le resalta muy bien, le colocó protector solar en su carita y brazos y piernas, yo hago lo mismo, me coloque también un traje de baño color Morado de dos piezas, y un sombrero de playa que me encanta color blanco, y un vestido suelto color blanco también, tomo a Sofía de la mano y nos vamos a la cocina.

- Ya estamos listas, cariño.

Me mira con asombro.

- El color blanco te asienta muy bien cariño.

Me sonrojo un poco, a pesar de que tenemos casi 7 años de relación, él siempre es muy atento y siempre me hace ese tipo de cumplidos.

- Sí, hace mucho tiempo no me colocaba este vestido.

Le digo mientras me veo en el espejo.

-El traje de baño de Sofía le queda hermoso, tiene un papá con buenos gustos, aunque solo será mientras esta pequeña, cuando crezca le compraré pantalones y camisas para la playa.

La carga, y toma un tupper donde guardo la merienda, yo tomo una botella de agua del dispensador, siempre tenemos algunas cosas aquí que son necesarias, pues Don César, quien cuida la cabaña se encarga de ello.

-Nos vamos mis princesas.

- Bueno, vamos cielo.

Sofía y Damián caminan juntos adelante, mientras yo los sigo, encantada del ambiente, de lo hermosa que es la naturaleza, tan perfecta, la arena blanca y el mar con ese azul tan intenso, y ni decir de los colores que tiene el cielo a medida que el sol se esconde al final del mar.

-Le encargué a César que nos colocará una sombrilla, una mesa y sillas, aunque ya el sol ha bajado bastante, nos protegerá mientras estemos aquí en la orilla. Traje panqueques.

Dice mientras saca tres panqueques del tupper.

- Ya sabía que era lo que estabas haciendo.

-Siempre recuerdo que son tus favoritos.

-Gracias, cielo.

Sirve los panqueques para nosotros tres. El panqueques de Sofía lo picó en pequeños trozos, para que se le haga más fácil comer. Ella toma uno a uno los trozos y los come de lo más feliz, parece que están deliciosos.

-Parece que otra persona por ahí también ama los panqueques.

Me dice Damián mientras mira a Sofía comer con ojos de amor.

- Si, se parece mucho a su mamá.

-Sin dudas, eso no lo discuto.

Nos reímos y nos dedicamos a terminar de comer los panqueques mientras disfrutamos de la vista tan hermosa que nos ofrece esta playa.

-¿Y si nos metemos a la playa? El sol dentro de muy poco tiempo desaparecerá.

-Esta bien, vamos.

Damián le coloca unos flotadores que también le compro a Sofía, y caminamos a la playa.

- Esta un poco fría.

- A Sofía como que eso no le importa mucho.

Dice Damián mientras Sofía mueve sus pies una y otra vez en el agua.

- Ya sabes que a ella le encanta el mar.

- Si, y me culpó por no pasar más tiempo al lado de ustedes. Siento que pierdo muchos momentos increíbles del desarrollo de Sofía.

- No estamos aquí para reproches cariño. Se que eres un gran padre, y a Sofía aún le falta crecer y estoy segura de que estarás allí para cuidar y guiar cada paso que de.

- Si, tienes razón.

Damián juega con Sofía una y otra vez en la playa, el mar esta tranquilo, casi no hay mucha olas, por tanto no es para nada complicado para Damián tenerla cargada durante todo el tiempo que estuvimos dentro de la misma.

- Ya es tarde, debemos regresar a la cabaña para cambiar a Sofía.

Le digo a Damián, porque estoy segura que tenemos más de una hora dentro de la playa.

- Si, tienes razón. Vamos, mañana podemos regresar un rato mas.

- Si, esta bien. Si por Sofía fuera nos quedamos a dormir aquí.

- Sin duda alguna.

Le doy una toalla a Damián, el la toma y enrolla a Sofía en ella, la carga y caminamos juntos hacia la cabaña, me quedo atrás nuevamente, viendo como se pinta el cielo con los colores del atardecer.

- Hemos llegado a casa, es hora de darse un baño y descansar.

Le dice Damián a Sofía, el viaje fue largo, y el baño en la playa nos estropeó un poco mas.

- Ven Sofi con mamá.

La tomo en mis brazos y la doy un baño, le pongo sus caricaturas favoritas en el televisor mientras me doy un baño, al salir Sofía ya estaba dormida junto a Damián. Una escena muy hermosa lo que miran mis ojos. Me coloco mi pijama y me acuesto a un lado de ellos dos.

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