Capitulo 1

Anna se encontraba en el despacho de la gran mansión terminando de leer el acuerdo de divorcio que le haría llegar a su esposo , firmo el papel y llamo a Eddie, el mayordomo .

_ ¿ Está usted segura de esto señora ? __pregunto tras leer el papel

_ Absolutamente segura Eddi , hágale llegar eso a mi esposo y me avisa lo más pronto posible su respuesta__dijo Anna poniéndose de pies y perdiendo su mirada en el horizonte

_ Pero señorita ¿ no debe de pensar bien las cosas ?__pregunto el

_Ya he dejado todo claro__fue la simple respuesta de ella

_Señorita pero creo que es injusto para usted renunciar a todo lo que por derecho le corresponde __ dijo el mayordomo con mucha sinceridad

_No importa Eddi , al fin de cuentas nada de esto a salido de mi trabajo, así que el único dueño de todo es el

__De acuerdo señorita Anna .

Eddi se retiró y Anna se quedó sola pensando en los últimos tres años de su vida , los mismo tres años que llevaba casada. Para Anna habían sido los más largos y solos que había vivido , se había casado a los dieciocho años por un acuerdo que sus padres hicieron justo antes de morir, la joven no tenía familia y su única familia en los últimos tiempos habían sido Eddi y algunos amigo de la universidad que conocía desde hace un tiempo ya que ni siquiera a su esposo , Axel Al Jaramane .

Era increíble que aunque llevarán tres años casados no se habían visto ni una sola vez , pues su matrimonio solo existe sobre un papel y todo fue por medio de su asistente .

...Anna Hilton y su esposo no se habían visto ni una sola vez desde su matrimonio, él se encontraba trabajando al otro lado de la ciudad y Anna se había mudado a la villa que había comprado Axel después del matrimonio...

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__Señor tiene una llamada en la línea uno __informo la secretaria a Axel.

__ ¡¿que quieres Eddi ?!_pregunto con voz grave

__ Quería infórmale que su esposa a solicitado el divorcio señor, me ha pedido que le envié el acuerdo y espera su pronta respuesta

__¿Como que el divorcio? ¿ cuánto dinero pide ?__pregunto este soltando un gruñido

__Nada señor, accede a renunciar a todo__respondio Eddi lo que dejo al hombre confundido

__¿ Que diablos ganará con ello? pregunto impaciente

__No lo se señor, pero si no quiere enfrentarse a los medios cuando se conozca la noticia de que su esposa ha abandonado su hogar antes de incluso hacer publico su matrimonio venga cuanto antes y hablé con ella ___Fu todo lo que dijo el hombre.

Axel tranco la llamada sin decir nada. Tenía un carácter del demonio, no era para menos, llevaba sobre sus hombros el legado de su familia la gran empresa petrolera de los Al Jaramane , era el más joven de los tres hermanos pero el más listo no por nada había heredado la empresa en su totalidad .

__¡Cómo si no tuviera ya suficiente con las inmadureces de mis hermanos, tengo que lidiar ahora con la que es mi esposa!__ exclamó Axel pasando sus manos por su cabello marrón.

......

__ Tatiana cancela todas mis citas por los próximos dos días __ ordenó Axel a su secretaria al salir de su oficina.

Cuando salió de la empresa ya estaba un auto esperándolo en el que se encontraba Jhon, su asistente .

__Ya el helicóptero está esperando por usted señor, a más tardar mañana por la mañana estaremos en su casa __ informo el joven

__ De acuerdo

Anna estába acabando de llegar a la universidad cuando su amiga Lauren corrió a saludarla, Anna había pasado días sin asistir, pues se había enfermado .

__Hola nena , ¿cómo has estado? __pregunto Lauren

__bien ¿y tú?

__Estoy muy enfadada Anna__solto la chica__el sábado es la fiesta en casa de los Troya y mi padre no me ha dejado ir ___los Troya eran unos hermanos muy populares en la universidad, pertenecían a una de las familias más importes de la ciudad .

__ Ya veo, ¿cuándo es la fiesta? _ pregunto Anna

__ El próximo sábado ¿te apetece ir ?

__no sé si sea buena idea, sabes que no me caen muy bien esos hermanos.

__Lo sé, son pesados, pero hacen muy buenas fiestas.__ ambas se rieron y se fueron a clases

Era la hora de la comida cuando Anna volvió a su casa , era muy puntual aunque solo comieran ella y Eddi en el gran comedor, Anna se sentía como una aguja en un pajar en esa casa. Después de comer Anna se fue a su dormitorio a descansar un poco .

.......

__¿Quién demonios será?__se pregunto Anna al despertarse por el timbre de su móvil

__¡Hola ! ¿Anna?__pregunto su amiga al otro lado de la línea

__¿que quieres? __pregunto Anna con voz soñolienta

__¡pero nena!, mañana es tu cumpleaños número veintiuno, ¡tenemos que celebrar!

__no lo se__ añade Anna poniéndose de pies y mirando la hora en el reloj de la mesilla, eran las nueve menos veinte.

__Animate , pasa por mi y nos vamos al club de siempre __ le dijo la joven con entusiasmo

__¡vale vale!, paso por ti en una hora.

Anna escogió un vestido rojo de encaje que hacía un contraste espectacular con su tono de piel clara, el vestido tenía un escoté en la espalda y le llegaba justo por debajo de los muslos se pegaba a su esbelta y bien formada figura, se recogió su gran melena negra en lo alto de la cabeza y cuando se miró en el espejo completo de la habitación quedó fascinada, se veía radiante y elegante, pero a la vez atrevida, tomo su bolsa y salió.

___¿Va a salir señorita?preguntó Eddi desde el pie se las escaleras.

__si, saldré con Laura regreso tarde, que tenga buena noche__dijo mientras caminaba a la puerta.

___Tenga cuidado ___fue lo unico que dijo él.

Anna Hilton y Axel Al jaramane

Desde que Axel había adquirido la imponente villa, aquella era la primera ocasión en que la visitaba en persona. A pesar de que su llegada había sido planeada para la mañana siguiente, logró adelantar todo meticulosamente y estar allí esa misma noche, bajo el manto tenue de la oscuridad.

El auto lujoso, reluciente bajo la luz de la luna, se detuvo frente a la majestuosa entrada de la propiedad. El mayordomo ya esperaba en la puerta, impecablemente vestido, cuando le notificaron que el señor iba a presentarse esa noche.

—Buenas noches, señor.

Es un honor tenerlo aquí —dijo con voz respetuosa.

Axel, con una expresión seria y los ojos marrones que reflejaban la determinación, respondió con un simple pero contundente:

—Gracias.

Mientras ajustaba la solapa de su traje oscuro, el gran salón de techo alto se abrió ante él, dándole una bienvenida silenciosa y espectacular.

—¿Dónde está? —dirigiéndose a Eddi, quien permanecía junto a él.

El mayordomo, un hombre de mirada tranquila, respondió con cautela:

—Ha salido, señor.

Axel arqueó una ceja y preguntó:

—¿Es lo que hace siempre?

Sin perder la compostura, Eddi contestó:

—Realmente no, señor, sale muy poco de aquí.

Axel asintió y añadió autoritariamente:

—Estaré en el despacho. Quiero que me avise en cuanto llegue.

Por un momento, Axel se sentó y leyó el acuerdo que una joven había redactado. Para su sorpresa, no pedía un divorcio sino la anulación del matrimonio. Tenía sentido: jamás se consumó el vínculo y ni siquiera se conocían en persona. Axel solo sabía que la chica tenía dieciocho años cuando se casaron, estudiaba economía en la universidad y ya no tenía parientes cercanos.

Horas antes, en el vibrante interior de un club iluminado con luces de neón titilantes, la atmósfera estaba llena de júbilo y movimiento al compás de la música. En la pista, la mayoría disfrutaba y bailaba con entusiasmo.

—¡La estamos pasando bien, Anna! —exclamó una chica mientras sus caderas se mecían al ritmo contagioso—. ¡Qué bueno que hemos venido

La pelinegra, de ojos profundos y brillantes, sonrió y replicó animada:

—¡Me alegro de que me hayas convencido!

Lauren, tomando a Anna del brazo, propuso:

—Vamos por algo de tomar.

—Dos copas de champán, por favor.

Mientras tanto, Lauren, distraída revisando su teléfono, de repente se detuvo y exclamó con pesar:

—¡Oh Dios! No puede ser, qué lástima.

Curiosa, Anna preguntó mientras llevaba la copa a sus labios:

—¿Qué sucede?__preguntó Anna llevándose la copa a la boca.

—Darán una fiesta en la mansión de los Al Jaramane, mejor dicho, una gala —dijo la joven con pesar.

—¿Y eso qué tiene de malo para ti?

—Pues que allí solo van personas de la alta sociedad y mi familia no entra allí —dijo la joven.

—¿Y qué tiene de malo que no vayas? No se va a acabar el mundo por ello —trató de calmarla Anna.

—Sí, pero sabes lo que es poder pasar un rato entre los hermanos Al Jaramane. Es un sueño poder verlos desde cerca —la chica parecía realmente ilusionada con la idea.

—¿Cómo así? No entiendo —dijo Anna fingiendo interés.

—¡Son guapísimos, Anna! —exclamó ella, más el menor de ellos, el alfa por así decirlo.

—No tengo el gusto de saber quién se trata —dijo la otra

.

—Qué lástima, nena, y el que lo tengas es algo que parece imposible.

—¿Cómo así? —inquirió Anna.

—A Axel Al Jaramane no le gusta aparecer en público —aseguró la joven.

Cuando Anna escuchó el nombre, escupió el champán.

—¡¿Axel?! —soltó la chica.

—Sí, así se llama el alfa de los hermanos, el sueño de toda mujer, pero aún no ha nacido mujer que logre casarlo —dijo la joven con lamento.

—Si tú lo dices —Anna prefirió no seguir con el tema; lo último que deseaba era entrar en un asunto del que ya quería salir—. Pero dejemos de hablar de ellos y sigamos bailando, que ya se hace tarde y debo regresar.

Ambas chicas regresaron a la pista mientras, en la villa, Axel aún esperaba en el despacho la llegada de su esposa. Volvió a mirar el reloj en su muñeca, los minutos avanzaban lentamente.

Se había quitado el saco; su cabello algo despeinado y la sombra de barba que delineaba sus facciones lo hacían aún más atractivo, con un aire de misterio.

En ese momento, Eddi entró nuevamente.

—¿Se le ofrece algo más, señor? —preguntó con respeto.

Axel negó con la cabeza.

—No, ya puede retirarse.

Sin embargo, Eddi insistió un poco.

—Esperaré a la señorita Anna, señor. No debe tardar mucho.

Él lo miró y con voz firme soltó:

—He dicho que puedes retirarte ya

El mayordomo, intimidado por el temperamento de Axel, obedeció y salió apresuradamente.

Cerca de las doce y diez, Axel escuchó la puerta principal abrirse y el resonar de tacones sobre el suelo de madera. Supo inmediatamente que su esposa había llegado. No salió a recibirla, sino que permaneció en el despacho, aguardando.

Con voz firme y autoritaria, preguntó:

—¿Se puede saber qué demonios intentas hacer?

La joven, sobresaltada, se giró rápidamente.

—¿Quién eres tú?

Axel, con un gesto solemne y los brazos abiertos, contestó:

—El señor de esta casa.

Anna quedó perpleja, mirando al hombre que tenía delante, a quien jamás había visto ni siquiera en una fotografía.

___¿ Disculpe ?__pregunto Anna acercándose más, aquel hombre altero sus sentidos .

__Que soy el señor de esta casa, o sea tu esposo__respondió el con calma mientras se acercaba hacia ella.

__¡hasta que por fin estamos frente a frente! __fue todo lo que Anna dijo

__No puedo creer que te hayas aparecido solo para darme tu respuesta, que he de esperar sean gratas para mi__soltó la chica bastante segura.

___he venido para dejarte en claro que no llegarás a nada con ese acuerdo estúpido__espetó él

__ ¿a qué te refieres?__preguntó Anna apartándose un mechón de cabello de la cara.

__que no pienso firmar nada y que te olvides del estúpidodo divorcio__Alex tenía una voz bastante gruesa y cuando quería demandar autoridad, era más notoria.

__¿Qué te impide a ti firmar?__Anna también había aumentado su tono de voz, en sus planes no estaba dejarse minimizar por él__si no habrá diferencia en nuestras vidas.

__ ¡He dicho que no!__sentenció el hombre __ y ya puedes acostumbrarte a decir que tienes esposo, pues a partir de ahora deberás de comportarte como una señora. La señora Al jaramane , para ser más claro__sentenció con una voz un tono más autoritario.

__¡¡Qué estupidez más grande he escuchado!!, ¿cómo quieres que me comporte como una esposa contigo si ni siquiera nos conocemos?.__soltó Anna dando vueltas de un lado a otro

__acostúmbrate yo haré lo mismo.__dijo y sin más dio media vuelta y se volvió a meter en el despacho dejando a Anna muy molesta y confundida a la vez por aquel repentino cambio.

Axel se había quedado hipnotizado cuando la mujer se había girado hacia él, había estado en contacto con muchas mujeres a decir verdad, pero ninguna de ellas había demandado tanta belleza hacia él , como lo había hecho ella. Unos ojos azules grisáceos, una melena negra ondulada y larga y una piel que parecía porcelana.

  Después de un buen rato Axel subió a las habitaciones, durante su espera ya se le había indicado cuál era la habitación que ocupaba Anna, es decir, la principal.

Axel abrió la puerta encontrándose con la mujer que estaba sentada en la cama donde reposaba el vestido que se acababa de quitar. La mujer que llevaba solo ropa interior se sobresaltó cuando la puerta se abrió y dejo ver al recién llegado.

_¡¿Por qué no tocas?! ¿ qué haces aquí?__preguntó Anna poniéndose el camisón lo más rápido posible.

__Por que es mi casa mi habitación y estoy aquí por qué quiero dormir___respondio con seriedad

.

__¡¡Por Dios!!__exclamó__ ella en la casa hay más de una docena de habitaciones, ¿no puedes tomar otra? __ pregunto Anna mientras lo observaba quitarse los zapatos como si nada.

_No voy a escoger ninguna otra por qué esta es la principal__Anna quería creer que lo que el decía era una broma, pero la seriedad en su rostro indicaba lo contrario.

__De acuerdo, entonces me voy yo __dijo Anna y comenzó a andar hacia la puerta, pero justo cuando le iba a pasar por el lado este la tomo del brazo y la hizo detenerse.

__¡¿Qué parte de que tenemos que acostumbrarnos a ser esposos no te ha quedado claro Anna?!.

__ Podemos acostumbrarnos luego, no pienso dormir hoy aquí__ sentenció en un intento de soltarse, pero Axel se impedía.

__¡¡Deja tu histeria y métete en la cama de una vez!! __ exclamó Axel con autoridad y la soltó.

 Anna lo fulmino con la mirada antes de darse la vuelta y meterse en la cama, la idea no le gustaba para nada pero el discutir a esas horas tampoco.

 La chica bajo las sabanas no pudo evitar mirar al hombre que se quitó el pantalón y la camisa dejándolas prendas sobre el sofá, Anna no pudo evitar fijarse en el espectacular físico que este poseía. Un metro noventa de estatura, con cada músculo definido, algunos tatuajes sobre la piel levemente bronceada, una espalda bastante ancha, piernas largas y ...

Ella apartó lo que se le fue a la mente cuando vio la tela de los bóxer negros que él llevaba, ajustada a su cuerpo.

Mientras Axel se metió al cuarto de baño y ella aprovechó para revisar su móvil.

Un rato después el apuesto hombre volvió, con una toalla alrededor de su cintura y otra secándose el cabello, el olor a loción masculina impregno las fosas nasales de la mujer que estaba sobre la cama, pero veía por el rabillo del ojo al hombre que se paseaba hasta el vestidor.

Unos minutos después Axel se metió a la cama y Anna se movió hasta quedar los más alejados el uno del otro, tal acto no le paso desapercibido al hombre de ojos marrones.

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La habitación estaba iluminada con la luz de la mañana que se colaba por las grandes ventanas. Mientras que en la cama Axel empezaba a despertar, cuando este intento moverse no pudo, ya que algo o mejor dicho alguien se lo impedía.

Anna estaba pegada a él, la cercanía era tanta que su melena negra y brillosa estaba esparcida como alas del mar sobre el pecho de Axel, quien la miraba cuidadosamente, los rasgos de su rostro parecían de alguien que observa una gran obra de arte.

Él se levantó como pudo intentando no despertarla, cuando lo hizo le echo una mirada a la hermosa mujer y se fue al cuarto de baño.

Cuando regreso ya ella estaba de pies frente a la ventana, sus ojos azules se posaron sobre Axel.

__Buenos días__ saludó Axel con voz gruesa.

__Buen día __respondió Anna sin más

__¿Te das cuenta de que has amanecido viva?__preguntó él con sorna.

__¿A qué te refieres?

__ que no e pasaría nada por compartir la cama___la chica puso los ojos en blanco y tal gesto llamo la atención de él.

__De igual manera es muy raro para mí.

__ ¿Y para mí que crees que es supernormal?__preguntó Axel secándose el cabello con la toalla.

__No tengo idea, y tampoco quiero tenerla.

Ella paso por su lado para ir a ducharse.

Mientras tanto Anna se puso a pensar en las palabras de él, al referirse en que ya su matrimonio sería algo real y no un simple acuerdo como había sido hasta entonces, aunque intento relajarse bajo el agua fría algo en su interior le gritaba que ya nada de su vida volvería a ser igual , no después de la llegada de Axel.

Al terminar la ducha no encontró a su esposo allí. Se vistió y bajo a desayunar como siempre.