Nuestra historia comienza en Argentina en el año 1988, este país ya se había recuperado de la crisis de 1981 y 1982 que fue un período marcado por el apogeo de la crisis económica de la dictadura autodenominada «Proceso de Reorganización Nacional» (vigente desde el golpe de 1976) y su posterior caída con la derrota en la guerra de las Malvinas. Posteriormente el país recuperó el Estado de derecho y ahora podríamos decir que todo volvio a la normalidad o lo que se podría llamar normal. Está historia como ya dije comienza aqui aunque para ser más específicos hay que resaltar que nos encontramos en la Ciudad Felotimo; esta es una ciudad argentina ubicada en el partido de Adamastor en la provincia de Buenos Aires, perteneciente a la zona oeste del Gran Buenos Aires.
Los habitantes de Ciudad Felotimo no podían decir que estuvieran orgullosos de vivir en un lugar como este, pero no tienen otra opción por mala suerte para los que viven aquí. Comenzando con pequeños y estéticos detalles como el hecho de que la mayoría de las calles no están pavimentadas; son sucias calles de tierra cuya suciedad y polvo vuela los días de viento de tal forma que recuerda a las tormentas de arena en el desierto.
Eso no es lo peor de todo, no está ni cerca de serlo. Lo que más hace que la gente se arrepienta de vivir allí es la tasa de criminalidad y corrupción, en Felotimo eran las más altas de toda la provincia.
Solo en esta ciudad los criminales que son arrestados salían minutos después de haber sido arrestados para continuar con sus "Actividades".
Que las personas desaparecieran permanentemente o aparecieran muertos no era nada nuevo tampoco, en realidad, literalmente era algo de todos los días.
Definitivamente, la Ciudad Felotimo es un lugar donde nadie quiere estar, ¿¡Quien quisiera estar en un lugar así?!. Si sus habitantes pudieran elegir estarían en cualquier otro sitio menos ahí, ese es el principal problema que nadie pudo ni puede elegir eso e irse no es algo que muchos tengan al alcance de la mano.
Una excepción podrían ser el señor y la señora Sanders, que vivían en la calle Bob Finger al número 320 perteneciente al km 30 de la ciudad de Felotimo. Eran personas que tenían fe en la ciudad y en sus habitantes.
La fe y la esperanza era algo que la mayoría de los habitantes de Ciudad Felotimo había perdido hace mucho. Las personas ni siquiera sabían lo que significaban las palabras "fe" y "esperanza", ellos solo conocían la palabra miedo.
El señor y la señora Sanders son una pareja que lleva dos años de casados, ellos son el tipo de personas que en esta ciudad son un caso especial y casi único. Ellos tenían algo que a muchos les faltaba y no era dinero ni nada por el estilo, es más, ellos tenían un estilo de vida de clase media, no eran de clase alta ni tampoco tenían lujos.
Era una pareja normal que asistía a la iglesia cada domingo. Pero ellos no iban a la iglesia porque creyeran en esas cosas, a ellos les parecía una tontería fantasiosa.
A ellos les gustaba ir porque al rodearse de otras personas que también tenían fe aunque fuera a algo diferente los hacía sentir que no estaban solos y que todo valía la pena.
Ellos tenían fe en que las cosas mejoren y eso era lo que los hacía especiales. Lo que todos saben es que la gente que estaba con ellos en la iglesia (como todos los que van a la iglesia) pensaba solamente en la segunda venida de Jesucristo, pero el señor y la señora Sanders pensaban en la primera venida de la paz.
Daniel no celebraba su cumpleaños, ese día sentía que no tenía nada que celebrar. ¿Celebrar que?, ¿qué fui abandonado?, ¿quién iba a querer celebrar eso?.
A él le gustaba pensar que no tenía mamá o papá que simplemente había nacido en aquella canasta donde había sido dejado. Regularmente aquel niño no sabía mucho de lo que sucedía fuera de esas cuatro paredes a no ser por aquella noticia que hace poco había salido en todos los diarios y es que en una casa hogar como llamaban en los periódicos a los orfanatos. No sé porque llamarlo de otra forma, tal ves se preocuparon por encontrar una palabra que lo haga sonar menos mal. Aunque no sé si cambiarle el nombre a un lugar lo haga menos malo. Es como una forma formal de decir;
-A tus padres les importante 3 cacahuates así que te dejamos en un lugar con otros rechazados.
"Rechazado" tal vez sea una palabra que el se había cansado de pensar, no creo que haga falta explicar lo que es sentirse un rechazado entre los rechazados. Aquella noticia que había estado en todos los periódicos se trataba de un caso particular donde los cuidares de los niños ocasionalmente ejercían maltrato sobre ellos. Los niños relataban que era algo habitual que aquellas personas estuvieran de mal humor y que por eso les pagarán tan seguido.
También se había mencionado que muchos de ellos habrían intentado escapar aunque tal vez más para mentener en secreto aquel mal trato que por el bienestar de los niños no se los permitian. De hecho, aquella notcia se dió a conocer cuando uno de los niños víctima de aquellos abusos logro esperar en lanochey llegar a la estación de policía para contar todo aquello. Es por eso que aunque no puede decir que vivir en esta casa llamada orfanato lo que si agradece es que era un lugar más o menos decente y manejado por gente de buen corazón.
Pero ese día todo cambió con la llegada del señor y la señora Sanders.
-Hola pequeño, ¿cómo estás?.
Daniel escucha que dice una voz que provenía detrás de él. Aunque él permaneció sentado, su corazón dio un brinco de emoción al escuchar esa voz hablarle y ¡hablarle a él! (Él era el único niño que ese día estaba adentro, ya que ningún otro niño quería perderse ni siquiera un día de juegos).
¿Le estaban hablando a él?, ¿Sería posible eso? Pero entonces pensó que tal vez entró alguno de los niños que jugaba afuera sin que él lo notara, de ser así era a ese niño al que le hablaban y no a él, si eso tenía que ser.
El niño se encogió de hombros bajando la mirada con resignación ¿a sus 10 años quien lo adoptaría?. Era algo impensable, ya que normalmente los niños que más eran adoptados eran los más pequeños, niños de 5 o 6 más o menos y había dos o tres niños de esa edad en el orfanato.
Dudo un instante en darse la vuelta, pero al final lo hizo lentamente. Cuando por fin se volteó a ver sobre su hombro asombro fue inmenso al ver que efectivamente la alegre y sonriente pareja lo observaba a él.
Ambos estaban usando ropa típica de los 80; el hombre usaba una camisa con corbata que usaba junto con tirantes, mientras que la mujer usaba un traje con grandes hombreras.
Él se levanta y se queda de pie junto a aquella silla sobre la cual estaba sentado. Estaba perplejo solamente mirando hacia la feliz pareja. El señor y la señora Sanders se acercan hasta quedar frente a él, es entonces cuando el señor Sanders se arrodilla frente a Daniel y con una sonrisa extiende su mano hacia él en tono amistoso.
-Hola amiguito, mi nombre es Tobías, ella es mi esposa Graciela. -Le dice el señor Sanders a Daniel mientras tiene su mano extendida frente a él.
Daniel se da cuenta de que tiene su boca abierta, en realidad la había tenido abierta desde que se levantó de la silla así que la cerró.
-Ho-Hola!.. -Respondió Daniel con una mezcla de emoción y timidez.
-Ella se llama Graciela. -Responde Tobías Sanders mientras señalaba a la señora Sanders.
-Hola, encantada de conocerte. -Le dice Graciela a Daniel con una gran sonrisa.
-Hola. -Le dice Daniel a Graciela.
Este era un momento fantástico, tanto que cuando Daniel bajó la mirada se dio cuenta de que todavía estaba estrechando la mano de Tobías quien le sonríe cálidamente. Al darse cuenta Daniel soltó la mano de Tobías, era tal la emoción del niño que no se daba cuenta de que le seguía sujetando la mano.
-¿Vos cómo te llamas?. -Le pregunta Tobías a Daniel mientras vuelve a ponerse de pie.
-Me llamo Daniel.-Responde Daniel a Tobías.
Graciela se acerca a Tobías y tomando su mano con cariño le susurra algo al oído. Luego de lo que Graciela le susurra Tobías le sonríe y asiente con su cabeza para luego volver a ver a Daniel.
-Bien amiguito, mi esposa Graciela y yo estamos buscando completar nuestra familia y nos preguntamos ¿qué te parecería formar parte? -Le pregunta Tobías a Daniel no pronuncia palabra alguna, tenía tantas cosas que quería decir que se le mezclaban todas las palabras en su cabeza; por un lado, quería agradecer, pero también quería decir que si, también quería preguntar por qué lo eligieron a él.
Intenté responder, pero como fue todo junto y al mismo tiempo así que cuando hablo solo se le escuchó susurrar algo que sonó parecido a yogamoso o algo así.
Tobias rio entre dientes.
Se le hizo evidente el nerviosismo del pequeño Daniel.
-Es un sí? -Le preguntó Tobías en tono amable.
-Si! -Respondió Daniel con emoción.
Daniel abrazó a Tobías apoyando la cabeza en su cintura. Tobías sonrió observando a Daniel y luego levantó su mirada en dirección a Graciela quien le respondió con una cálida sonrisa.
-Nos dijeron que hoy es tu cumpleaños y que no estás acostumbrado a celebrarlo. -Le dice Tobías a Daniel quien levanta la mirada para observar a Tobías. -Pero si te parece bien podemos celebrarlo hoy.
-Eso claro solo si lo quieres. -Añadió Graciela.
La cara de Daniel se iluminó con una gran sonrisa y asiente con su cabeza. Esa sonrisa marcó un cambio definitivo para esa fecha en aquel momento. Ese ya no era un día triste para él, al contrario, era un día que valía la pena recordar y ahora si tenía algo que celebrar.
De repente se oye un sonido bajo, al principio es muy bajo para distinguirlo, pero se va haciendo cada vez más fuerte.
Ese sonido era música, aunque no cualquier música, era una que le resultaba extrañamente familiar, pero a Daniel le tomó unos segundos recordar qué sonido es.
Sus ojos se abren estando en su cama, Daniel acababa de ser despertado por el sonido del alarma de su teléfono celular.
Hoy en la actualidad es lunes del año 2022 y Daniel de 44 años se acaba de despertar de un sueño maravilloso del día en que conoció a sus padres adoptivos, aunque Daniel no los llamaba padres adoptivos, para Daniel tanto Graciela como Tobías eran sus verdaderos padres.
Daniel no tenía el más mínimo interés en conocer a sus "progenitores" como él los llamaba, ya que para él esas personas no son sus padres y es que ¿Se le podía llamar padre a unas personas así? Daniel no creía eso.
Mayor parte de su infancia se sintió mal porque sus padres no regresaron a buscarlo, pero él mismo estaba y aún está agradecido por eso.
Daniel prefería no ver no cruzarse nunca con las personas que lo abandonaron ¿qué le dirían?, ¿qué no tenían dinero?, o tal vez dirían que no querían ser padres. Tal vez eran jóvenes cuando él nació, ¿¡Y Que?! Pensaba Daniel; habiendo tantos métodos anticonceptivos, habiendo la posibilidad incluso de esterilizarse ambos resulta que Daniel terminó abandonado como un perro porque sus padres eran unos inútiles irresponsables que seguramente culpan a la sociedad de que ellos no tuvieron las neuronas suficientes para cuidarse o aguantar la calentura.
Algo de lo que Daniel pensaba de niño en el orfanato eran las excusas que sus padres les pondría y los insultos con los que él les respondería, él odiaba el hecho de que haya padres que regresan a buscar a sus hijos y se los quitan a la gente que los adopta ¡Que poca vergüenza!.
Tiran a los niños como si fueran cachorros que dejan en una caja frente a la puerta del veterinario sin importarles nada y después creen que tienen algún derecho de decir que son padres.
Daniel ahora es un hombre que tiene un bigote chevron, cabello rapado estilo militar, pero algo largo en la parte de arriba que peina hacia atrás.
El se llenaba de enojo cada vez que recordaba eso y en las noches del día de su cumpleaños pensaba las cosas que le diría a sus padres si alguna vez iban a buscarlo;
-Desnaturalizados, desobligados, irresponsables era lo mas suave que se le ocurria a su mente, de una escala del 1 al 10 donde 1 es lo mas suave que le diria esas 3 palabras estarian a penas en el lugar numero 1.
Daniel Sanders se encontraba acostado en su cama con el alarma de su celular aún sonando por lo que algo somnoliento estiró su mano para sacar su celular de la mesita de luz para apagar la alarma. Cuando lee el nombre que le habia puesto al alarma no puede evitar abrir de par en par sus ojos y sonreír porque recordo que había puesto la alarma por una razón muy especial. Aquella razón se le vino a la mente al ver el nombre que le puso la alarma, en ella se podía leer claramente que decía "Día de las madres".
Observa la hora sonríe, hoy es el día de las madres y Daniel tiene pensado una sorpresa para su madre Graciela.
Se acomodó sentándose en la cama para ponerse sus zapatillas.
Su madre Graciela está durmiendo en la habitación que está de camino a las escaleras así que intenta no hacer ruido mientras se dirige al baño.
Si ella despertaba la sorpresa quedaría arruinada. Daniel hizo su meada mañanera eso es lo primero al despertar.
Despertó feliz de un bello recuerdo soñado hace que tenga una amplia sonrisa en su cara que disfruta ver cuando se ve al espejo para cepillarse los dientes.
En la sala un Tobías de 62 años estaba terminando de envolver unos regalos del día de la madre.
Con su edad Tobías aún mantenía su forma esbelta y su 1,90 de altura característico.
Lo que sí era diferente es que ahora además de tener algunas arrugas también tenía una calva bastante notoria. En Realidad, solo le quedaba cabello cano en la parte de atrás y a los lados de su cabeza.
Daniel baja por las escaleras intentando no hacer ruido y se acerca a su padre para saludarlo con un susurro.
-Buenos días, papá.
-Buenos días..., hijo, creí que te habías quedado dormido -Le responde Tobías a Daniel también con un susurro.
-Casi, puse la alarma en bajo volumen para que no hiciera mucho ruido, por suerte eso no impidió que la escuchara.
Daniel se acerca a ver el regalo para su madre, lo hizo en conjunto con su padre. Normalmente, hacen dos regalos el que es de parte de Daniel siempre estaba envuelto en papel azul (El color favorito de Daniel), los que son de parte de Tobías estaba envuelto en color amarillo (El color favorito de Roberto).
Es una costumbre de ellos cuando hacen un regalo envolverlo en un papel de regalo que tenga su color favorito, es una forma de personalizar el regalo poniendo una parte de ellos en el regalo.
Esta vez como es un regalo hecho por los dos tiene mitad azul y mitad amarillo.
-Quedaron bien. -Le dice Daniel a Tobías.
-Si, solo falta ponerle un listón y escribir nuestros nombres. -Le responde Tobías a Daniel.
-Mientras voy a preparar el desayuno.
Graciela normalmente despierta a las 8:00 am así que no quedaba mucho tiempo.
Todos los domingos antes de ir a la iglesia tenían la costumbre de desayunar deliciosos waffles dulces con almíbar preparados por su madre Graciela. Los deliciosos waffles dulces de su madre estaban siempre acompañados de un vaso de leche con chocolate.
A Daniel le encantaba empezar el día con esos dulces waffles hechos con todo el cariño de una madre. Él esperaba toda la semana con impaciencia únicamente para comerlos algo en lo que pensaba mientras estaba en la cocina preparando waffles para que su madre comenzará el día de las madres del mismo modo tan dulce que él y Tobías empezaban cada domingo gracias a ella.
Claro que no importaba cuanto se esforzará, el nunca lograría que sean como los de ella. La verdad es que no eran tan buenos como los de su madre, pero no faltó el amor y eso era lo más importante.
Tobías terminó de preparar el regalo dejándolo sobre la mesa de la sala.
En la cocina Daniel preparaba la mesa con 3 platos en los que fue sirviendo los waffles.
Tobías entra a la cocina para ayudar a Daniel.
-Quemaste algo? -Le pregunta Tobías a Daniel en tono bromista.
Daniel lanza una risa bajita que es casi como un susurro, tuvo que contener la risa para evitar despertar a Graciela aunque estaba durmiendo arriba existía la posibilidad que se despertara si escuchaba algo, más porque ella tiene el sueño ligero.
-Gracias a dios no. -Le responde Daniel a Tobías mientras continúa sirviendo.
-Que falta? -Le pregunta Tobías a Daniel en un susurro.
-Los vasos de leche con chocolate es lo único que falta. -Responde Daniel también con un susurro.
Tobías va al refrigerador para buscar la leche mientras Daniel termina de servir los tres platos y les pone el almíbar encima.
Ya habiendo preparado todo Daniel y Tobías hacen la señal de shaka con la mano en señal de victoria.
Tobías deja los vasos de leche chocolatada sobre la mesa y va a la sala a buscar los regalos. Daniel pone uno de los platos con Waffles dulces y uno de los vasos de leche chocolatada sobre una bandeja para llevárselo a su madre.
Daniel lleva la bandeja hacia la escalera donde lo espera Tobías cargando el regalo.
-¿Quieres que lleve la bandeja? -Le susurra Tobías a Daniel.
-No, yo puedo, no te preocupes. -Le responde Daniel a Tobías.
-¿Estás seguro? -Le pregunta Tobías a Daniel haciendo un gesto.
-Si, yo puedo. -Vuelve a decirle Daniel a Tobías.
La pregunta se debe a que el año anterior Daniel quiso llevar la bandeja para el día de la madre y se le cayó cuando iba subiendo la escalera.
Aunque Daniel subió la escalera bastante nerviosa y con temor a volver a tirar la bandeja esta vez por suerte la historia no se repite. Pudieron subir la escalera sin problemas lo que hizo que Daniel se sintiera aliviado.
Tobías contó en silencio con sus dedos del 3 para abajo, al llegar al cero Tobías abrió la puerta.
Daniel entró primero a la habitación seguido por su padre. Al entrar Tobías deja en el suelo la caja de regalo y va a encender la luz.
Daniel carga con cuidado la bandeja con Waffles dulces con almíbar y sonríe al ver a su madre durmiendo.
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