KENIA, ÁFRICA algunos milenios antes de Cristo.
En plena selva caucásica, los arboles inmensos, flora y fauna desconocida, para la otras realidades, la realidad paralela y la realidad virtual.
Un monstruo clavó sus garras y tremendos colmillos cónicos en la corteza de un árbol gigante, húmedo, en cuyas ramas más altas, otro animal intentaba trepar lo más alto posible, para salvarse de esa bestia, que iniciaba el ascenso tras su presa.
La presa siguió desesperada, sus cabellos le llegaban a la espalda, sus brazos también eran fuertes, y tenía uñas que clavaba en las partes blandas de la corteza, y pisaba los gajos que se doblaban pero no quebraban a su paso.
Consiguió subir, mientras el pesado monstruo de cola larga, terrible bocaza con la que se ayudaba, y las uñas que parecían pequeñas dagas, seguía trepando, aferrándose para no caer, o resbalarse, en la mojada piel del árbol.
Era un cocodrilo de cuatro metros y medio de largo, un Kinyang, verde, joven y estaba hambriento y avanzaba, hacia esa presa, un individuo, ascendiente humano, que le huía; subían ambos, se acortaba el espacio entre cada uno, el hombre había llegado a unas ramas gruesas y se aferraba a otra rama a su altura y caminaba por ella, tratando de equilibrarse lo mejor posible.
Casi colgado, avanzaba metro a metro, ya llegaba el cocodrilo próximo a él.
El individuo, alcanzó las partes más delgadas de la rama, que se doblaban con su peso y prometían dejarlo resbalar, y él tuvo que mantenerse, aferrado a la rama de arriba.
El cocodrilo se aferró a la palca de la cual salía el gajo que sostenía al homo sapiens, y apretó la mandíbula al tronco para no caer, abriendo la boca al máximo, sus dientes se dispusieron a quebrarla y la cerró de un impacto brutal, agarrando la rama y le dio un mordisco que hizo saltar al humano, logrando prenderse a la rama de arriba y en la que pisaba.
Lamentablemente ya estaba casi en la boca de la fiera africana.
Dándose cuenta del salto de su presa, la azotó con el hocico y la rama cayó, entonces la bestia se prendió con más fuerza del arbol.
Pasado ese instante, subió un metro y repitió la mordida impactante, quebró la rama, por lo que el humano se desplomó cual una fruta y cayó en dirección a la hembra Kinyang, que aguardaba con su hocico abierto al máximo, y lo recibió y el humano fue quebrado, reventado y engullido y la sangre salió a borbotones.
Mientras tanto el cocodrilo macho, había girado y se prendió del árbol.
Se dejó resbalar y llegó al suelo y saltó encima de lo que quedaba del humano y tragó y mordisqueó fieramente hasta engullir los restos.
Más allá, entre la arboleda densa, otros individuos humanos enloquecidos de pavor, corrían hacía un río; mientras varias hembras y sus crías aferradas a la espalda junto a algunos machos jóvenes, se abrían paso entre la tribu aterrorizada para escapar, intentando ayudar a sus congéneres por la enmarañada de palos, troncos de siglos, casi petrificados, hojarasca y ramas enormes, bejucos y lianas, espinas milenarias.
La tribu, en silencio total, intentaba mantenerse unida, y azotaban al caer y se perdían entre la maleza, y los que seguían encontrando algunos árboles más fáciles de subir, se salvaron a la ferocidad de los monstruos, como la pareja de cocodrilos que se les vino encima, adelantándose a la manada, llegó hasta sus presas y agarraban piernas, pies, brazos y cabeza en el atroz banquete.
Casi una treintena de ancestrales humanos, iban cayendo en la voracidad de los cocodrilos de la especie extinguida hacía tanto tiempo.
Los cientificos estaban pasmados ante las pantallas.
— Sí, es una manada de Kinyang – Aseguró uno de los científicos, alejando táctilmente en el aire, la pantalla inmensa como una pared flotante, hasta hacerla desaparecer —ahora estamos en el futuro actual — concluyó... ¿O quieren más?
— Santo cielo… – expresó una mujer uniformada de nombre Marcia Kit Piollo de Brasil — y qué más... El kiosco de dulces... con coca cola, tengo apetito nervioso, cuidado, ¡sabes qué más! ¡Unos Donuts con chocolate!
El profesor Héctor aseveró:
—Eran terribles.
— Por Dios, que no haya nunca más — Dijo Sandra la Poetisa.
— No te preocupes nunca más, nosotros no podríamos fabricarlos ni siquiera clonando las células madres de las especies más parecidas de la actualidad.
—En qué año estaríamos, allí, en ese tiempo que vemos en pantalla… — interrogó Alex Caussin, un joven rubio de ojos azules tipo vikingo.
El profesor del Museo Interestelar le contestó: — Hay que analizar, viendo un rescate audiovisual, estimamos que ni las productoras más modernas de cine, podrían representarlos como hemos alcanzado con la súper consecución de estos mecanismos que ha producido nuestro amigo Arlon D., haciendo una inmersión perfecta en el pasado, al punto de llegar, a una realidad paralela.
—Apaguen el equipamiento por favor – pidió uno de los presentes. Cabalmente viene el señor Arlon, no podemos revisar nuevamente hasta que sea ordenado por el concilio y él.
— Está bien… fue impactante, estoy conmovida, estoy… miren ustedes hasta el momento, mis pelos como están — aseguró Karina de Holanda una simpática pelirroja.
—Silencio… El director está con el señor Arlon ya en la sala…— avisó Videlina, una rubia de origen suizo.
— Buenos días – saludó Arlon.
— Buenos días, señoras y señores –, saludó a su vez el Director: –Aquí está el señor Arlon D. que trabajará con ustedes al analizar el esquema de inmersión a…
— Por favor, está muy difícil entrar en ese tiempo, es terrible, no hay momentos de sosiego en esa selva. Con esas fieras que son decenas, en cada manada.
— Sí… — Expresa el director. —Eran muchas, más de lo que hay ganado vacuno en el planeta hoy en día. Es muy, muy terrible… pero hay ciertos lados del territorio, muy aptos para la vida de la especie sapiens y los caucásicos, y en esos espacios de tiempo, puede entrar la comitiva de exploradores.
—Qué dice usted estimado Arlon D.
— Bien, digo, que no conviene, por ahora, por lo menos. Pero, podemos aproximarnos un buen tanto de miles de años, para llegar próximo a la humanidad tal como la conocemos ahora.
— Qué bien, qué bien – dijo el director.
— Pero lamentablemente, son apenas dos o tres pares de docenas de esas fieras de la especie, que llegaron casi puras a ese tiempo.
— ¿Tan pocos? No daría para estudiar mucho a esos antepasados… ¿de qué tiempo estamos hablando, señor Arlon? – interroga el director.
— En plena Edad Media…mejor dicho, casi cerca del Renacimiento…
— Qué belleza. Eso es muy próximo…
— ¿Qué año aproximadamente?
— 1359.
— Uy, pero eso es ayer – Rió la joven y guapa mujer que hay allí de nombre Marcia Kit Piojo.
— Disculpe, ¿cómo debo llamarle a los demás, a usted? –le pregunta el director, mientras Arlon, recién ponís la vista en aquella científica que parece la más joven.
— Marcia Kit, yo.
— Yo Sandra Balajay.
— Yo Alex Caussin.
— Yo Fausto Glaccio
— Me llamo Marcelo Komadina.
— ¿Y usted?
— Vilminia Toger, soy española-suiza, disculpen la intromisión. Soy en realidad, recién formada en esta profesión de VIM o Video Intro Inmersión. Fuí enviada por…
— No se moleste, ya tenemos sus datos.
— Gracias... Mi nombre es Héctor Moraes.
— El profesor Héctor, que les ha debido mostrar las imágenes, irá con nosotros— Dijo Arlon D.
El profesor Héctor, muy locuaz como siempre, prosiguió:
— Bien decía yo, que, en ese año de 1257, se registran en documentos medievales, la existencia de algunos individuos muy apegados con la especie Kinyang.
— ¿Y seguramente, el área de vida de esas bestias, era en plena Kenia, el lugar de la supuesta aparición de la especie? – interroga un joven científico, entre las siete personas que hay en la sala de Ciencia Ficción Operativa.
— No, nada aproximado, por esos siglos muy contemporáneos para la especie, todos los cocodrilos del planeta, eran aún los más próximos parientes tanto de estos gigantes como de los actuales.
— Entonces… ¿quiere decir que esas raras parejas, estaban en otros continentes más alejados o perdidos del planeta?
— Nada de eso, en la misma Europa.
— Por Santa María madre de Dios… —exclamó la joven española-suiza.
— ¿Qué parte de Europa, en qué país, habrían selvas así por el siglo XIV (Catorce), para que hayan sobrevivido, siendo una especie tan frágil, para el modus vivendi animal de los últimos siglos después de la desaparición de los dinosaurios? — cuestionó Marcelo Komadina.
— No te olvides que nuestros cocodrilos son saurios — Recordó Alex Caussin.
— Sí claro, pero ellos…
— Por favor, dejen acabar lo que les estaba enseñando, haciendo conocer.
— Disculpe señor profesor Hector.
— Bien… No hay selvas ni qué nada… esas parejas no vivían en lagos ni montes húmedos, estaban en Europa si, quizá en lo que hoy es Suiza o Alemania o Rusia.
— ¿Entonces, dónde? usted nos tiene intrigados, cada vez más.
— Habitaban, en unos pantanos.
— Ah solamente podía ser, pantanos…
— Pero sucede, que no eran pantanos extraviados.
— Estaban en un lugar que solamente podremos encontrar en una inmersión. Todo lo que hemos obtenido son estas imágenes del proceso geológico de esa región muy parecida a la original de la especie Kinyang... estás son las imágenes:
— Luego esta:
— Después esta otra:
— Y está...
— A seguir esta:
— Y está:
En esa secuencia, concluyendo con esta, estaría más cerca a la Edad Media:
— ¿Entonces? Esos, serían unos pantanos en Asia, África o en Europa?
— Eran unos pantanos y ciénagas, efectivamente… Creemos que sea en Europa... pero, van a ver las imágenes – Arlon entonces, accionó la gran pantalla aérea… Apareció un fondo negro y a seguir la imagen del sol naciente se elevó y aproximó el paisaje rojizo, y abajo, se veían las aguas vibrantes de la gran laguna y ciénagas que se alejaban hasta una pradera.
— ¡Oh un puente, entonces ese lugar se pobló de humanos! — cuestionó Sandra Balajay.
— Sí... Por supuesto.
— Ellos fueron llegando...
... ¿Y?
— El ser humano, igual, no le teme al peligro en su afán de dominio...
— ¿Pero allí ya estaban los Kinyang? — Interrogó Karina de Holanda.
— Claro que sí... En la búsqueda del dominio de la tierra, los humanos se encontrarían a los genuinos descendientes de los Kinyang.
... Y los convertirían en sus aliados, para poseer las montañas y ciénegas más especiales del planeta y levantar palacios y castillos en esos lugares... cómo nos demuestran estos diseños e ilustraciones antiguas medievales... ¿Quieren de verdad ir a buscar esa ciénega en este viaje inmersivo a la Edad Media?
...***...
— Estás imágenes, aunque son exageradas en la fantasía del robot, es lo último conseguido hasta hoy. Una gran ilusión ha provocado está teoría de la cuestión científica "Kinyang", pero se hizo tradición y leyenda, sabemos que muchos castillos medievales eran protegidos por fieras sanguinarias y aves carnívoras, y eso trascendió en el tiempo, especialmente en Europa, dónde se construyeron muchos castillos medievales y supuestamente, si la especie Kinyang, se movió del África, vino a Europa con toda seguridad, y aunque esas fieras no son ya de tal tamaño, se asegura que el lugar existió y aún puede existir.
— ¿Hay alguna idea del posible lugar?– cuestionó Marcelo Komadina.
—Desconocemos el lugar exacto. La imaginación del ser humano es tan igual que su ambición por dominar el medio ambiente — Concluyó Arlon D.
De pronto, en la pantalla, las bocas de unas terribles fieras se abrieron y azotaron el agua muy próxima a los drones virtuales.
— ¡Oh! – gritaron las mujeres especialmente ante el impacto del sonido realista del equipamiento virtual que presentaba las imágenes.
Los individuos que hemos citado, estaban boquiabiertos, trémulos, con los pelos de punta, viendo al cocodrilo de la supuesta ciénega nadar para acostarse en el fondo a la espera de alguna presa que entrara o cayera al río.
Hasta que el astro fue iluminando completamente las siluetas que se perfilaron independientemente, y la cámara elevó y entonces, el sol iluminó quedamente y en ascenso, los bordes y detalles de la silueta completa de un castillo muy rústico prendido a la pedregosidad en las faldas de la montaña.
— Por Dios, no puedo creer lo que ven mis ojos – Expresó Vilminia.
— Sí señores, es un área de castillos de la edad media, y la enorme ciénaga, es su entorno de protección – concluyó Arlon.
La escena se aproximó cada vez más hasta un monte de malezas altas.
De pronto, las bocas de dos terribles fieras se abrieron y azotaron el agua muy próxima al drone virtual... Sí, eran un par de cocodrilos enormes que azotaban las colas y luego, las hundían, en cuanto sus mandíbulas se golpeaban a sí mismas, desparramando agua por doquier, y cuando caían, aparecía el turbio fondo, y entre las sombras, los animales se sumergían y nadaban a flor de agua, haciendo sinuosos movimientos que resultaban tenebrosos, a la poca luz que venía con el amanecer.
Hasta que el astro fue iluminando completamente las siluetas que se perfilaron independientemente, y la cámara elevó y entonces, el sol iluminó quedamente y en ascenso, los bordes y detalles de la silueta completa de un castillo muy rústico prendido a la pedregosas faldas de la montaña cónica.
— Por Dios, no puedo creer lo que ven mis ojos – Expresó Vilminia.
— Sí señores, es un área de castillos de la edad media, y la enorme ciénaga, es su entorno de protección – concluyó Arlon.
Los jóvenes científicos se miraron atónitos, habían pasado quince minutos y estaban mudos, erizados, e incrédulos, al ver ese terrible comienzo, y peor, el impresionante final de la escena, que ha impactado, la sensación de incredulidad, de ver esa magnitud de la brutalidad.
Marcus Blind, científico jefe, junto a Geon Gillin jefe segundo, de la próxima inmersión les habló con mucha paciencia ante el terror experimentado por esos candidatos a voluntarios para la inmersión a la Edad Media.
—Estimados alumnos y participantes especiales de este proyecto. Sí, evidentemente, ustedes han visto una escena real, que sucedió tal como se la ve, en un acontecimiento rescatado del tiempo, bajo los estudios de elementos que no podemos aún, dar nombres ni enunciar técnicas. Esto que han visto es real, más allá de lo que pueden mostrar, los filmes terribles y emocionantes, manejados desde varias décadas pasadas, por el diseño de juegos de audio y video, sin contenido del mensaje humano.
Geon Gillin, el jefe segundo, continuó con la explicación:
—Las escenas sucedieron en la prehistoria, y los animales vistos, llegaron, a reproducirse hasta muy próximo de nuestro tiempo, ya arribando al final de la edad media, cuando cabalmente comienza la destrucción de las especies, por la mano del hombre, bajo propósitos de subsistencia, utilizando espectaculares maquinarias, pero tremendas, por las condiciones de la ambición humana, ya que los enemigos del individuo, ya no son las fieras, sino el humano, de los demás animales. Y el escenario lo demuestra, como el castillo medieval, en que esos últimos especímenes de cocodrilos Kinyang, estaban vivos y protegían... cuidaban el castillo, es decir, protegían al hombre de sus propios enemigos, como hoy nos cuidan los perros; eso es lo conmovedor.
—Y… y… Uy… ¿Es allí donde será la inmersión? –Interrogaron a varias voces, al joven científico Arlon D, que esperaba la orden de inicio de la expedición, de parte de esos directores en Jefe, para que responda a los recién formados científicos:
— Sí… es allí donde será la inmersión.
— Esperamos que no sea en la propia ciénaga del castillo aquel… – Murmuró nerviosamente uno de los estudiantes.
— Posiblemente… por allí debemos entrar en la historia y el tiempo… Y quizá, mucha gente haya muerto en las bocas de aquellos cocodrilos.
— Ay… — Gritó Videlinia.
— Si usted cree conveniente, puede renunciar antes que comience la fase inmersiva; pues, debo advertirles, que aquí no habrá fin de semana, más bien, serán, semanas enteras, pues entrando allí, es difícil salir, quizá haya que esperar un mes, dos o tres o más meses. Bien, ahora, a prepararse, correr mucho, entrenar carreras largas, en calor y frío; harta energía de sustentación del aire y el miedo, ejercicios de fe, de positivismo… – ah… – resuella -, hay un puente voladizo, que une al castillo, y allí, a algunos metros de la entrada –Ahí debajo, duerme plácidamente una pareja de cocodrilos, y sus pequeñines hijos.
El Director en jefe, Marcus Blind, científico jefe, junto a Geon Gillin miraron a Arlon y asienten.
Arlon prosiguió:
—Vayan a descansar un poco, a pensar y soslayar con la realidad actual. Es mucho menos peligrosa que en ese tiempo, pues además de cocodrilos, tendrán que enfrentar la realidad de ellos, al conocer sus mundos, completo y diferentísimo, en el que, los hombres y mujeres medievales, son completamente diferentes de nosotros.
—Permiso – Arlon, levantó el equipo móvil que llevaba en un maletín, y anticipó: –, en los próximos días, nos encontramos para la inmersión correspondiente a la plataforma número uno. Allí estaremos tres días, luego pasamos a la inmersión dos, que es la época, y la tercera a los cuatro días, directamente al área del castillo, una vez que comprendamos la historia y veamos a los personajes reales de aquel tiempo y de ese lugar específico.
— Ay… —expresó nuevamente Videlinia y llevó su mano al pecho.
Arlon dió los últimos detalles: — Entonces en quince días, y así cada quince días iremos avanzando… relajen, vean y lean otras cosas; nada, nada será igual a esto que van a ver y vivir por un gran tiempo.
Los expedicionarios quedaron completamente absortos en los equipamientos y dialogando lo que habían visto; lo cual, provocó en el grupo, una serie de inquietudes, inclusive el temor de una posibilidad falseada en eso de la realidad duplicada y sus efectos reales.
Los participantes, comprendieron que habrá necesidad, de entregarse con pasión y valentía, a la conquista de la elevación del espíritu y a la relación metafísica, cuántica y de total adaptación, muy rápida, a un mundo que no tenían idea de las diferencias; pues, si bien, leyeron desde sus infancia, la cuestión de estar por conocer de alguna manera casi real, lo que han leído sobre la edad media, es de por sí, una impresionante y posible estupidez, así lo dicen los medios cibernéticos.
«Es una locura tonta, criticó un periódico digital, mexicano. Y los países más científicos se mostraron incrédulos de un posible retorno.
Las entidades bancarias que financiaban los proyectos de inmersión en el pasado, nuevamente se pronunciaron casi negativas, para volver a solventar tales estudios fuera de la realidad.
La misma "Reality and Virtual Investiment Company", no manifestó opinión alguna, sobre los posibles desajustes económicos que pudiera generar la expedición al pasado, por un grupo numeroso. "Es cierto, ya ha habido otros intentos y el inventor, Señor Arlon D., ha realizado inmersiones, en reserva absoluta ante la prensa mediática, aún a sabiendas del público, de que, lo realizado anteriormente, fue un éxito, pero él, habría viajado en aquella oportunidad, solo, y un androide le hubo acompañado, sin embargo, hoy es diferente». Manifestó el mayor periódico virtual del planeta.
"En esta inmersión, van numerosos estudiantes de último año de la ciencia de la realidad virtual y se sabe, que avanzando la primera parte, es decir hasta la plataforma 3 de la hiperrealidad virtual, un nuevo grupo de jóvenes científicos será enviado y la organización de la inmersión ejecutada, para sus envíos, mantiene total sigilo o detalles de sus características; aunque se ha adelantado, que podrá ser competitiva, algo así como aquellos campeonatos o concursos de los años 2022, el famoso programa Big Brothers por ejemplo, u otras aventuras del género televisivo de alto riesgo controlado de esos años.
"Hay una marcada diferencia", expresó un especialista en juegos virtuales: hoy se trata de enfrentar un tiempo fuera de lo común y con animales y etapas históricas, repletas de guerra y aventuras muy cruciales y temibles de esos tiempos medievales.
Mientras toda especulación se mueve de forma mediática, el mundo afuera sigue idéntico: las metrópolis en su desesperado crecimiento, con intentos de adaptarse a preceptos que desde los años dos mil, viene manifestándose en los campos del desarrollo de la era especial y cibernética. La emisión de gases tóxicos a la atmósfera, ha detenido grados abusivos, pero no, bajo lo estimadamente necesario.
«Esas megalópolis mantienen un nivel de polución mediano, por sectores de barrios como fuera posible mantener. Áreas urbanas de 10 a 15 kilómetros de circunferencia son cubiertas por cápsulas cóncavas, de Plusplastic Air, una invención propicia, conseguida por vuelta del 2039» cita otro periodista de un medio internáutico.
Y una estrella de la ciencia comunicacional, expresó lo siguiente: «La capa es imperceptible a ojo desnudo, desde abajo, quiere decir, desde el suelo o la capa terrestre y genera oxígeno a la vez que bloquea rayos ultravioleta e infrarrojos. Pero esos mega barrios, son preseleccionados y preparados para la manutención del equilibrio ambiental, considerando que dentro, se mueve una masa humana, que supera los 500.000 individuos, que generan una serie de circunstancias obvias a la vida y existencia humana, la cual se adapta paulatinamente con sus condiciones de crecimiento anual y ajustado al nuevo ciclo de la humanidad, que habita en la faz del planeta Tierra».
En esos análisis, ha dejado Arlon a sus alumnos y acompañantes voluntarios, saliendo de inmediato por una puerta secreta al exterior del predio, en la ciudad de Nueva York; para internarse en una red de trenes de última generación que sobrevuelan la mega metrópoli, hasta el aeropuerto John F. Kennedy, zarpando en una aeronave para atravesar el Atlántico y descender en el aeropuerto de Madrid, en el cual le reciben tres individuos y parten en un helicóptero, hacia el centro.
Es un castillo medieval recuperado, que se mantiene en arreglos, dentro, en el que, se están adaptando diferentes ambientes a un sistema coordinado con los lineamientos del proyecto de inmersión que tiene quince días para entrar en acción.
— Muy buen día Mister Arlon D., le aguardamos, vamos a bajar ahora al castillo enterrado.
— ¡Él es Arlon D. Bien, una imagen posible de él, pues es aún un desconocido! — presentó al joven científico la voz de la Puerta Real Virtual al Director del Museo Mayor de Madrid.
...*** ...
Arlon llegó al día siguiente por la mañana, desde los Estados Unidos, en un avión supersónico y fue al centro de Madrid, la capital española, pasando por las principales avenidas y túneles que llevaban hasta el lugar secreto al que se dirigía.
Allí, bajo un predio moderno, ingresando discretamente por un edificio de tiendas de finas ropas y objetos, pasaron a una sala secreta en el subsuelo de aquellos ambientes comerciales.
Era en la antesala a los espacios pertenecientes a una institución incentivada secretamente por una grandiosa universidad española para el estudio y trabajo en: "Acción Física Cibernética de la Ciencia" A.F.C.C", creada para las consideraciones generales sobre la Real Virtualidad, o Virtual Realidad, para inmersión al pasado o hacia el futuro, cuya sede principal radica en Madrid y sus centros operativos desde otros puntos urbanos como Nueva York, Londres, y varias metrópolis interesadas en dicha ciencia.
Allí, bajo sus pies y en el entorno del área, se encontraba aún en excavaciones: un Castillo Medieval enterrado.
Este Castillo habría quedado enterrado por cuestiones supuestas aún en pleno estudio, pues se consideraba que fue construido en aquel terreno que cedió al paso de las décadas y siglos, y acabó hundiéndose con definitivamente por su peso, posiblemente entre los años de 1250 al 1350.
— Buenos días, estimado Arlon — le saludó el director del Centro de Rescate de Predios Monumentales.
–Le esperaba, pues sé que usted, pronto deberá realizar la inmersión al pasado tras la historia que nos compete. Es este el maravilloso encuentro: una obra de arquitectura magnífica e ingeniería hidráulica sin igual y ni siquiera paralelos. Es lo más moderno de la época. Pero, lo interesante es que en realidad ya el castillo existía desde el siglo nueve, quiere decir, desde el año 800 después de Cristo. El Director explicó:
《El castillo se hundió debido a que la arcilla debajo del terreno pedregoso de tres metros de espesor, engañó de cierta forma, a los constructores, pues en las capas inferiores de la tierra, especialmente en este sector, se encuentra un yacimiento enorme de profundidad aproximada a 13 metros que recibe humedad a un 4 por ciento anual cada 30 años y esa situación aparte de una falla lógica del estudio empírico, ejecutado por sus constructores, provocó su hundimiento, que fue tan lento, y poco perceptible, que ni sus propietarios mismos o vivientes durante los posteriores siglos, se dieron cuenta... el proceso de hundimiento fue como un embrujo, y cuando se fue enterrando por entero, el castillo, apenas permitió a pocos, ver su desaparición del entorno de las colinas circundantes y al borde de una ciénega.
— Fantástico— exclamó Arlon.
— Más fantástico e increíble es, que nada se perdió... las murallas, las torres, fueron lentamente tragadas por la tierra, de tal manera que, inclusive, no quebraron ni cayeron. Todo está perfecto. La misma calidad y cualidad de la arena y arcilla, no ha sufrido en los siglos ninguna alteración de masa y forma, que, no apretujó las estructuras ni tampoco se aflojó al punto de que las murallas y paredes hayan perdido el equilibrio interno para deshacerse paulatinamente en el subsuelo.
— Eso, es digno de investigaciones arqueológicas sin igual — opinó Arlon.
— Sí, estimado Arlon, pero más todavía, la cuestión histórica sin nada parecido en la arqueología es que, los espacios internos, por algún motivo no entendible aún, están vacíos, quiere decir, no ingresó la arcilla, el barro, nada, de tal que manera que su interior se ha mantenido más de un milenio intacto. Como si haya sido conservado y estuviera en un frigorífico, en un perfecto espacio frío, sin ser demasiado gélido, pero, lo necesario para no permitir alimañas de cualquier género, dentro de los recintos, al punto de mantener los objetos e inclusive, el antiguo mobiliario, completamente sano.
— Me tiene usted cada vez más sorprendido –expresó Arlon.
— Hay otro asunto en medio de todo este milagro de la arquitectura mundial y la ingeniería y más aún la arqueología, a las cuales se suma la historia, cuya intervención, será por demás de valiosa: es la de reconocer a la familia que vivió aquí, los propietarios que mandaron construir y quiénes estuvieron cerca del suceso final, pues se había perdido todo vestigio de la misma, pues…
—¿Desaparecieron los vestigios históricos familiares?
— No, por suerte no... Mire usted señor Arlon: le entrego este fajo de pergaminos y cartas, son casi ilegibles algunos, pero hacen parte de un legado muy particular.
《Pareciera que no dicen nada, las letras hacen suponer, haberse diseñado como claves; con signos; en otros, hay unas especies de diálogos y un relato de la llegada de algún personaje familiar: una mujer, aparentemente, y pareciera que el hombre que figura en ese diálogo, supuestamente escrito por alguien que estuvo allí en calidad de escribano o secretario de un hombre poderoso, posiblemente, haya sido un rey, ya que el diálogo es muy interesante con relación a todas las posibilidades que se están interrelacionando.
《También, hay otro aspecto muy invaluable: creemos que sea un rey visigodo, y que el documento tenga que ver con un posible heredero: un descendiente de ese rey.
《El diálogo escrito se pierde cuando hablan de otros posibles herederos, en una supuesta repartición de bienes... entre los que se menciona un predio en ruinas, abandonado, algo así... y describen un pórtico espléndido, de un palacio o un castillo, que puede ser por supuesto este precioso castillo hundido.》》》
— Me quedo cada vez más admirado con esta fantasía tan preciosa... parece desde ya un cuento maravilloso.
– Sí, es cierto, los aspectos que parece reclamar la mujer, son muy humanos y muy bellos, pero algo más fantástico aún, es que hablan de un reino enorme, tan valioso que provocaría el nacimiento de una heredad elegida como única o varios herederos en discordia, que conformaban un vasto reino, gigantesco y muy, muy afortunado, que la historia contemporánea no registró, debido a ese suceso del hundimiento tan extraño, pues... pueden haber ruinas en el mar o bajo tierra, pero no por hundimiento que permitiere haberle facilitado para que esté todo virtualmente intacto. Entonces señor Arlon, tiene usted en sus manos este legajo, que de por sí vale millones de dólares o euros o lo que pudiere uno imaginarse.
《Encontrar los hilos, será muy digno y relevante, pero, por cierto, difícil quizá, pues está enterrado aquí bajo nuestros pies, aquí mismo en Madrid, en esta circunvalación que comprende no solamente desde el siglo Cinco al siglo Trece, sino todo el tiempo de los magníficos reyes visigodos.
— ¡Amalaya!
— Señor Arlon. Que tenga el mayor éxito en tan fantástico emprendimiento. Le entrego aquí y vaya con Dios y con toda la fe y el positivismo medieval consagrado junto a la alquimia. Adiós.
— Adiós, maestro y señor director. Guardaré este legajo en un lugar muy seguro. Muchas gracias.
Arlon tomó en sus manos el rollo de documentos, que le entregó el director de la excavación y el proyecto arqueológico, envueltos en un papel especial de celofán.
Miró al legajo, con una leve sonrisa de satisfacción y agradecimiento. Era lo que esperaba, lo había ya imaginado.
Luego observó el espacioso hall de entrada al área del castillo, en el cual le habían preparado un gran estudio ultra moderno en que se encontraba una máquina más moderna aún, que aquella utilizada para ingresar en el tiempo de la Atlántida y al estudio sobre la Nao Fénix y el Barón de Platino en Potosí.
...***...
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