...Isabella Rivera...
Es una joven de 25 años, delgada con 1.70 de estatura, piel clara como la más fina porcelana, labios carnosos, ojos color miel y cabello negro azabache. Cuida mucho de su figura, dietas y ejercicio. Jamás se hizo una cirugía y está orgullosa de lo que ha logrado con una gran disciplina. Hija de Juliana y Carlos quienes son dueños de una importante cadena de supermercados.
El matrimonio Rivera tiene más dinero del que puede gastar pero su valor más grande es la familia que consta de dos hijos Patrick de 28 años quien actualmente trabaja en la administración de su negocio familiar y ya tiene planes de casarse cuando su novia de a luz a su primer hijo. Él es el orgullo de sus padres.
Isabella por su parte es una joven que creció rodeada de lujos y comodidades. De pequeña fue muy enfermiza y debido a esto su madre se encargó de sobreprotegerla, algo que años más tarde sería un gran problema.
Los hijos del matrimonio Rivera estudiaron en las mejores escuelas. Patrick era sociable y tenía amigos de diferentes clases sociales mientras que su hermana no quería ni siquiera ser vista con alguien considerado inferior a ella.
Juliana se encargó de hacerla sentir merecedora de tener el mundo a sus pies y a medida que Isabella fue creciendo e interesandose en el sexo opuesto se encargó de decirle que debía entregarse al hombre de su vida así como ella hizo con su esposo. Debía casarse por amor con alguien adecuado, de buena familia, alguien que pudiera darle todo lo que ella merecía.
Isabella se sentía atraída por chicos que jamás serían aprobados y que ella misma no aprobaría, chicos rudos, salvajes que no podían proveerle absolutamente nada. Siempre fue racional y jamás cayó en la tentación de alguien que no la mereciera.
Toda su vida cambió cuando conoció a un buen abogado que supo enamorarla, Matías Blanco. El proviene de una familia de clase media alta quienes solo aparentan más de lo que tienen. Matías tiene una relación con Rebeca Sánchez pero ella no puede brindarle el poder que desea desesperadamente hasta que conoce a Isabella Rivera, una chica inexperta y vanidosa quien le da obsequios caros porque lo cree el amor de su vida.
Matías es probablemente su primer acto de rebeldía porque sabe que el no es tan poderoso como aparenta pero ella a fin de cuentas lo ama y en el corazón nadie manda. Ella está decidida a establecerse con él y finalmente vivir su felices por siempre.
Matías ha sabido respetarla aunque ponerle las manos encima sería algo que disfrutaría. Los besos subidos de tono con alguna manito traviesa es lo más a lo que han llegado en los pocos meses que llevan de relación.
Él supo jugar bien sus cartas, ella lo presentó a su familia quien no lo aprobó. Quieren que su hija sea feliz pero se dieron cuenta de los errores que cometieron al criarla. No les importa que tenga ahora un esposo adinerado sino uno que realmente sepa amarla y le muestre los mejores colores de la vida. Matías por alguna razón no les parece bueno, sospechan que detrás de la fachada perfecta se esconden cosas no muy buenas.
Lamentablemente para ellos, Isabella lo adora y está segura de amarlo para toda la vida.
¿Quién no cometió una locura por amor? En ésta historia encontrarán bastantes. Espero que ésta historia sea de su agrado 😘
...Isabella Rivera...
Recuerdo cuando estaba estudiando y veía los chicos de mí edad o mayores que yo por pocos años. Muchas chicas con 17 años, algunas con más y otras con menos ya habían experimentado sus primeras relaciones sexuales pero yo ni el primer beso.
No habían muchos posibles candidatos a ser mí pareja por nuestro estatus social.
Tuve algunos amores platónicos porque eran prohibidos pero mientras la mayoría de las adolescentes sucumbian a la tentación yo mantenía mis hormonas a raya, totalmente ajena a los placeres de la vida, tentaciones y todo lo que pudiera de algún modo arruinar mi futuro.
Notas perfectas, buena atleta, capitana del equipo de porristas. Todo en mi vida gritaba perfección y era el orgullo de profesores pero más aún de mis padres.
Mi gran amiga Rosalía, a quien llamamos Rose para que suene más chic era quien estaba conmigo siempre y quién me defendía de posibles ataques de chicas envidiosas me decía que debería salir a fiestas o tal vez hacer algo más que estudiar e ir a prácticas o gimnasio pero no se me era permitido.
Siempre estábamos en la institución por clases sociales. Los mal altos ubicadas al centro de la cafetería donde más de uno quería pertenecer y los demás a los lados. A la izquierda los de clase media alta y a la derecha los de clase media junto a los becados.
El grupo de la derecha era el más propenso a meterse en problemas ya que eran los únicos en arreglar los problemas con sus propias manos mientras que los de clase alta son más temibles con su teléfono en la mano porque en una sola llamada a los padres para que todos tiemblen pero quienes no tienen poder no tienen nada que perder.
Varios pretendientes tuve pero rechacé uno por uno porque nadie era lo suficientemente bueno para estar conmigo. Los que menos interés demostraron en mi fueron los más pobres porque evidentemente yo era inalcanzable, aunque hubo alguna que otra excepción como por ejemplo Rubén López quien hizo de todo para invitarme a salir pero lo rechacé de todas las maneras posibles. También alguien que me invitó a salir fue Sebastián Benítez, un pelinegro que parecía un tanto agresivo, pero lo rechacé con poca delicadeza delante de todos en la cafetería.
Sebastián se fue con la frente en alto no sin antes decirme "No eres más que una niña malcriada que algún día tendrá que tragarse sus putas palabras y créeme que allí estaré yo en primera fila para verte fracasar y humillarte delante de alguien pobre porque no eres más que una muchachita que no vale nada, quitándote tu ropa de diseñador, joyas y carro no tienes nada más que una cara bonita".
"No todos saben lidiar bien con el rechazo aunque ninguno me hizo semejante discurso" dije restándole importancia causando que todos rieran y que él me mirara furioso mientras se iba.
Desde allí nadie más quiso ligar conmigo, tal vez porque sabían que no tenían oportunidad o bien porque no querían que los rechazara de ese modo dejándolos en ridículo.
...Isabella Rivera...
-Hija ¿Cuando nos presentarás a alguien? Ya es momento de encontrar tu felicidad, yo era menor que tú cuando conocí a tu padre
Nuevamente el mismo intento de mi madre por sacar conversación sobre mi futuro pero jamás encontré a quien me hiciera sentir como espero. Ni siquiera he estado cómoda con algunos de mis pretendientes.
-Mamá escuché su historia tantas veces que me la sé de memoria pero ¿Tu no dijiste mil veces que lo bueno se hace esperar?- utilicé su frase en su contra, quizás funcionaba y eso me diera más tiempo hasta que volviera a mencionar el tema... otra vez
-Si hija lo bueno tarda en llegar pero si descartas a todo hombre que aparezca en tu camino sin darle la mínima oportunidad me temo que sólo conseguirás quedarte sola
-¿Y que más da? Hay muchas mujeres que tienen más edad que yo y no tienen pareja. Tu hermana no se casó hasta los cuarenta y dos años- era verdad, la tía Maritza se casó siendo bastante mayor
-Si, y enviudó un mes después de casarse- contraatacó
-Si me caso a esa edad no será sin antes hacerle un chequeo médico a mi esposo así al menos me dura más tiempo- bromeé
-No es gracioso hija, de verdad queremos tu padre y yo verte con alguien. Incluso pensamos en buscarte esposo pero no lo aceptas y no vemos que hagas ningún esfuerzo por hacer tu vida
Escuché un rato más lo que mi madre decía y finalmente se fue cansada de que por más que me hablara yo no encontrara solución a lo que para ella es un problema.
Cuando era pequeña me gustaba dibujar joyas y así fue que estudié esa interesante carrera que jamás ejercí.
Toda mi vida cambió cuando conocí a Matías Blanco, alguien apuesto, elegante y refinado que me enamoró a primera vista. Su perfume era embriagador y sólo deseaba estar a su lado.
Él con pequeños detalles me fue enamorando. Nunca jamás faltó el mensaje de buenos días ni tampoco el de buenas noches. Tuvimos algunas citas a diferentes sitios hasta que mis padres lo conocieron y allí cuando creí que lo amarían ocurrió todo lo contrario.
Matías se retiró de nuestro hogar despidiéndose como todo un caballero. Yo suspiré encantada por todo mientras que ellos solo se miraron e hicieron una mueca que inmediatamente me hizo poner en alerta.
-¿Que les pareció Matías? ¿No es un encanto?- pregunté soñadora y esperanzada
-No es para ti- dijo mi padre fríamente
-Lo que queremos decir es que como amigo tuyo sería ideal pero como pareja lo dudamos- expresó mi madre intentando calmar la situación tensa e incómoda
-Yo lo quiero, jamás nadie me hizo sentir como él así que tendrán que aceptarlo
Pasó un mes dónde seguía viendo a Matías y no pasábamos de ardientes besos y unos cuantos toqueteos de su parte que despertaban mi cuerpo y me daban ganas de llegar al final. Llegué a considerar que después de todo era el hombre de mi vida, ¿Para que esperar?
Jamás con nadie había llegado así de lejos y en verdad Matías me encendía, sus palabras dulces, sus piropos y la manera de tocarme con suavidad y decisión a la vez me volvían loca. Sentía que me derretía cada vez que sus hermosas manos navegaban por mi cuerpo aunque solo fueran sobre la ropa.
Con el correr de los días nuestras citas fueron más seguidas y las sesiones de los dos más excitantes. Cada vez más ganas de llegar al final me daban si después de todo no le veía nada malo en hacerlo con quién era el hombre de mi vida pero aún seguía esperando que mis padres lo acepten porque con el visualizaba un futuro, una vida completa.
Download MangaToon APP on App Store and Google Play