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Dulce Adicción ( Me Perteneces)

Capítulo # 1

Alana.

31 de diciembre 2013

Que aburrida estoy, no se porque mamá me tienen que traer a estás fiestas, son muy aburridas, además las personas nos miran mal, no entiendo porqué.

- Mamá, ¿Cuando nos vamos? - cuestionó. - Estoy aburrida, en este lugar solo hay adultos. - comento rodando los ojos.

- No hagas eso, y nos vamos después de despedir el año. - dijo y arrugue mi entrecejo. Mama miraba de un lado a otro como si estuviera buscando a alguien, después se levantó de dónde estaba sentada. - Ahora vengo cariño, voy a buscar a Fabricio.

- Pero no te demores. - digo y ella asiente.

- Si cariño, pero tú no te muevas de aquí, ¿entendido? - dijo y asentí, segundos después ella se marchó y desapareció entre la gente que estaba de pie, deje salir un suspiro y saque mi celular y comencé a jugar candy crush.

- Hola. - escuché que me hablan y levanto la mirada.

- Hola. - saludo a un niño de cabello rubio y ojos café.

- ¿ Y tus papás? - me cuestiona. - ¿Estás sola en la fiesta? - pregunta.

- No, estoy con mi mamá y padrastro. - respondo.

- ¿Te gustaría jugar conmigo? es que estoy muy aburrido. - dice y sonríe y me pareció que al hacer eso se veía muy lindo.

- Mamá me dijo que no me moviera de aquí. - dije.

- No te preocupes. - dijo aún sonriendo y metió la mano en su bolsillo, luego saco un fajo de cartas. - ¿Has jugado uno? - cuestiona y asiento.

- Bien empezemos. - el niño sonrió feliz y se sentó a mi lado, yo guarde mi celular y comencé a jugar.

- ¿Y como te llamas? - cuestionó.

- Alana. - respondí. - ¿ Y tú?

- Me llamo Jhon - respondió. - Eres muy bonita Alana. - dijo y sentí mis mejillas arder.

- G... gracias. - dije apenada.

Estuvimos jugando por varios minutos divirtiéndonos hasta que llegó mi mamá y me tomo por el brazo.

- Nos vamos Alana. - dijo y la mire sorprendida, estaba molesta, me levanté de la silla y ella ni siquiera me dió tiempo de despedirme de mi nuevo amigo, pues me jalo bruscamente hacia la multitud empujando a todos.

- Mami, ¿ Qué pasa? - cuestionó caminando apresuradamente y tratando de no golpearme contra las personas que nos miraba molestos.

- Nada, calla y camina. - me respondió.

Salimos del salón y caminamos por el pasillo hacia la salida del lugar, cuando estábamos justo en la puerta se escuchó la voz de fabricio.

- Lorena detente. - ordenó, mamá se detuvo y lo miro con rabia.

- ¿Qué haces aquí? Anda vente a seguir revolcándose con la zorra esa . - grito mamá.

- Cállate. - dijo fabricio enojado. - No te atrevas a hacer un escándalo porque te vas a arrepentir. - amenazó

- No te tengo miedo maldito imbécil, poco hombre, desgraciado. - le gritó mamá, fabricio apretó los puños y tomo a mamá del brazo isquierdo y la halo hacia auto.

- Suéltame maldito, déjame en paz. - gritaba mamá mientras el la llevaba hacia el coche, yo lo seguía callada, no era la primera ve que esto sucedía, ellos siempre discutían.

Fabricio obligo a mamá a meterse al auto y me miró enojado, sin decir nada me metí en la parte trasera del auto y me coloque el cinturón.

-¡ Es increíble tu descaro! - exclamó mamá.- Nos llevas a esa fiesta donde va estar tu amante, no tines vergüenza.

- Deja de decir estupideces Lorena, te e dicho mil y una vez que entre Sandra y yo no hay nada. - grito fabricio.

- Sí, claro, ¿Entonces qué hacia con ella en ese salón a solas?

- Habalabamos de negocio, no queremos que nadie se entere de nuestras planes, por eso lo hacíamos en privado. - explico fabricio

- No te creo, yo los ví, estaban a punto de besarse. - exclamó mamá.

- ¡Estás malditamente loca viendo cosas donde no las hay! - grito muy enojado fabricio.

- Si claro loca yo, así son todos los hombres, estoy harta de ti, de tu infedilidades. -dijo mi mamá llorando, yo me mantenía en silencio ya estaba acostrabada a estas escenas, mamá todo el tiempo celaba a fabricio, yo no sé si era verdad que él le engañaba o solo eran delirios de mi madre.

- Sí estás loca y ya me tienes arto, no aguanto más esto. - seguío gritando fabricio.

- ! Claro ahora te haces el ofendido! pues sabes que perfecto esto se acaba no quiero saber nada más de ti, frena el auto mi hija y yo nos bajamos aqui. - dijo mi madre y yo abrí los ojos y mire hacia la carretera, todo estaba solo, era una autopista, los carros pasaban por nuestro lado a toda velocidad.

- ¿Está demente? No voy a dejarlas aquí. - exclamó él.

Mama se quitó el cinturón de seguridad y se inclino hacia el, colocó las manos en el volante tratando de desviar el auto hacia la orilla, fabricio quiso detenerla pero no pudo, en cuestión de segundos sentí un golpe en la parte trasera del auto, vi como mamá salía disparada del auto.

- ¡ma... - grite pero mi cabeza agolpeo con el asiento delante y sentí un fuerte golpe en mi espalda, sentí como el auto daba vuelta y ya no veía más nada, todo era confuso.

Abrí los ojos lentamente, sentía mucho dolor en la espalda, era horrible, mire a mi alrededor y entonces me di cuenta que estaba cabeza abajo, el auto se había volteado, mire hacia delante y i a fabricio, de su frente dalia micha sangre, comencé a llorar, busque a mamá pero no estaba por ningún lado, sentí un líquido rodando por mi rostro y un olor metálico llegó a mi nariz, sabía que era sangre, además de eso el olor a combustible también se sentía, mi corazón martillaba en mi pecho, estaba asustada.

- M... mama. susurré. - Mamá. - volvi a llamar, lleve mis manos al cinturón de seguridad y opromi el botón de este pero estaba trabado. - Mamá - volví a llamar.

Se escuchó un ruido afuera del auto y mire hacia mi derecha, vi una persona, estaba junto a la puerta a mi lado.

- Ayúdame. - dije. - La puerta fue arrancada del auto y abrí los ojos sorprendida, un hombre asomo su cabeza y gemi asustada al ver unos ojos rojos, sentí un inmenso terror y mi lengua se trabo. el hombre se metió en el auto en cuclillas llevo sus manos al cinturón y lo reventó liberandome de este, él me sostuvo evitando que cayera, me sorprendió lo rápido que fue, me saco del auto cargandome, yo estaba lánguida en su brazos, miraba su ojos rojos sorprendida, él aspiro y sus labios se separaron mostrando uno colmillos, comencé a retorcerme tratando de salir de sus brazos, mi corazón comenzó a latir más rápido.

- Tranquila niña, no te haré nada. - hablo con una voz imponente, me quedé quieta y lo mire nuevamente a su extraños ojos rojos.

- Ma... mama - susurré. - él no dijo nada, miro hacia adelante sin decir nada, yo sentía que mis ojos pensaba y se cerraban solos. - por favor salva a mamá. - fue lo último que dije antes de cerrar los ojos.

Capítulo # 2

Está en un lugar oscuro, no veía nada, ni siquiera podía distinguir mi mano en frente de mí, ¿Dónde estaba? ¿Dónde estaba mamá?

- Mamá. - llame. - Mamá. - volví a llamarla, no quería moverme de dónde estaba, todo estaba tan oscuro, era aterrador. - Mamá. - grite ya desesperada, de pronto en la oscuridad algo resaltó, unos ojos rojos me miraban, un escalofrío recorrió mi cuerpo, el terror fue suficiente para hacerme mover, corri quién sabe hacia donde, pero pocos segundos después me tropecé con algo y caí encima de eso, comencé a hiperventilar al tocar y sentir un cuerpo, algo húmedo empapó mis dedos y olfateo para saber que es, un olor metálico llegó a mi y supe que era, entonces, todo se volvió claro y pude ver mis deseos empapados de sangre, mire hacia el cuerpo, era mi madre.

- ¡Nooo! - abrí mis ojos de inmediato, respiraba con dificultad y estaba empapada en sudor, fue una pesadilla, solo eso. Vi a mi alrededor y entonces me percate de algo, no estaba en mi habitación, de echo jamás había visto aquel lugar. Era un extraño lugar, lucía algo antiguo, cómo en las películas que mostraban la época antigua, los vidrios de las ventanas eran negro o estaban pintadas de negro, no estaba segura, estaba acostada en una cama enorme.

¿Dónde estaba? ¿Cómo llegue a ese lugar? Lo último que recordaba era haber estado en la fiesta de fin de año con mamá y fabricio luego ella se fue a buscarlo y un niño se acercó a mi, jugamos y... ¿Y luego que paso? no me acordaba y me dolía la cabeza al intentar hacerlo.

- Que bien que hayas despertado. - se escuchó una voz de repente y mire a mi isquierda, había un hombre sentado en una butaca, pero, ¿Cómo era eso posible? Hasta hace unos segundos el no estaba ahí, sentí mucho miedo y me aleje hacia un rincón de la cama.

- ¿Quién es usted? - cuestione nerviosa. - ¿Dónde estoy? ¿Dónde está mi mamá?

El se mantenía tranquilo, mirándome sin ninguna expresión en su rostro.

- Mi nombre es Dimitri y soy quien te salvo la vida. - hablo con vos fría y gruesa.

- ¿Me salvó? - susurré. - ¿De qué? - cuestione, él no dijo nada, solo se mantuvo en silencio, lo mire esperando su respuesta, pero no salió una palabra de su boca, entonces ví como sus ojos negros cambiaron a un rojo carmesí, un gemido salió de mi boca pero entonces los recuerdos llegaron a mí.

Iba en el coche con mamá y fabricio, ellos discutían mientras yo estaba en el asiento trasero preocupada, De pronto mamá se quita el cinturon y se abalanza contra el volante, ellos dos comenzaron a forcejear y somos embestidos por algún vehículo, el auto comienza a dar vuelta y veo como mamá sale disparada del auto. Todo lo que sucedió se repite en mi mente, como si estuviera en un trance, luego vuelvo a la realidad.

- Mamá. - susurre derramando lágrimas, miro al hombre sentado en la butaca suplicante. - ¿También salvó a mamá? - cuestinon esperanzada.

- No, tu madre y el hombre que iba al volante murieron instantáneamente. - dijo y no pude evitar gritar de dolor, al saber que la única persona que tenía se había ido.

- ¡Mamá no puede estar muerta, ella no me pudo dejar! . - exclamé envuelta en llanto.

- Calla. - hablo el hombre con voz firme y me detuve. - Los humanos son frágiles, de ninguna manera iba a sobrevivir a ese choque, tu estás viva porque yo te salve. - dijo levantándose.

- ¿C.. Cómo me salvó? - cuestione al caer en cuenta de aquello.

El me miró y sus ojos nuevamente se tornaron rojos.

- Dándote a beber mi sangre. - dijo y abrí los ojos al escuchar aquello.

- ¿Su... su sangre? - cuestionó sin poder creerlo.

- Así es. - respondió.

Guarde silencio por varios minutos analizando que estaba pasando, y entonces supe quién era este hombre, o más bien que era. Sus ojos rojos, sus colmillos, el que haya aparecido en la habitación sin haber entrado por la puerta, me curo con su sangre.

- ¿ U.. usted es.. usted es un vampiro ? - pregunté, el por primera vez sonrió y asíntio.

- Así es, estás en mi casa, mi aquelarre, todos los que vivimos aquí somos vampiros. - dijo y aquello me aterro, los vampiros toman sangre humana, y yo era humana. - No te preocupes nadie te hará daño, yo soy el líder de este lugar, se hace lo que yo diga y ya di órdenes de que nadie se atreviera a lastimarte. - explico y asentí. - Yo salve tu vida y por ende me perteneces. - dijo y salió de la habitación tan rápido que solo deslumbre un borrón en el aire.

...........

Narradora.

El vampiro entro a su habitación directo a una botella que contenía un líquido rojo, sirvió un poco en una copa y se la llevó a sus labios, sus ojos se tornaron rojos una vez que probó el líquido, término el contenido de la copa y miro a su derecha.

- ¿Qué quieres? - pregunto.

Una mujer de cabello negro y ojos azules sonrió y tomo otra copa, sirvió un poco del líquido rojo y de igual manera tomo, sus ojos cambiaron su tonalidad al igual que los del hombre.

- ¿ Por qué traiste a esa niña humana a este lugar? Todos en el aquelarre están muy alterados y a la expectativa, debido a tu advertencia. - comento la mujer tomando asiento en una de las butacas de la gran habitación.

- No tengo que dar explicaciones, ni a ti, ni a nadie. - respondió el vampiro.

- Vamos hermanito, no querrás que tus súbditos piensen. que has agarrado las malas mañas de los hombres humanos y ahora te gustan las niñas. - se burlo la mujer.

- Dina. - advirtió el hombre llamando a la mujer por su nombre.

- No me mires así eso es lo que se rumora. - comentó la chica mirándose las uñas. - Así Qué cuéntame hermanito, ¿ Por qué trajiste a esa niña a este lugar? De echo, ¿ Por qué salvaste su vida? - cuestionó la mujer intrigada.

Dimitri se sirvió otra copa y tomo de líquido, luego tomo asiento y miro a su hermana a los ojos.

- Su sangre. - respondió, Dina lo miro extrañado. - su sangre es especial no la he probado, pero su aroma es distinto, jamás lo había sentido antes en ningún humano.

Fina se quedó un pensando unos segundos en silencio para después sonreír. - ¿No será que esa niña es la indicada? - cuestionó la mujer.

Dmitri la miro como si le hubiera salido otra cabeza. - Eso es absurdo, es humana. - dijo.

- Yo no le veo el problema. - refutó Dina.

- Jams se haya visto que una humana o humano sea el indicado de un vampiro. - explico Dimitri.

- Siempre hay una primera vez para todo hermano. - Dimitri no dijo nada y volvió a llevarse la copa a los labios. - Entonces la trajiste aquí para tenerla como un banco de sangre personal. - sentenció su hermano, no recibió respuesta de su hermano, así que segúndos después salió de la habitación. Las palabras de su hermana quedaron rondando en la cabeza del vampiro, ¿ será posible que esa niña fuera? No De ninguna manera.

capítulo # 3

Febrero 2019

Alana

Camino por los pasillos de la escuela rumbo hacia la salida con la. mirada baja, escuchando el ruido que hacen los demás alumnos, de pronto me tropiezo con alguien y levanto la mirada.

- Lo siento. - me disculpo con la chica, ella frunce el ceño y se aleja de mi.

- Mira por dónde vas rara. - dice para luego reírse justo con sus amigas, ruedo los ojos y miro hacia ambos lados al escuchar los murmullos de los otros chicos, todos cotilleando sobre mí, bajo la mirada ignorandolos, después de todo ese es el pan de cada día, no me afecta y me preguntó, ¿Por qué no se cansan de hablar siempre de lo mismo? ¡Por favor ya superenlo! Si, vivo en la mansión oscura y tenebrosa junto a personas también tenebrosas, pero, ¿Y eso qué? Ya es historia antigua, desde que el señor Dimitri me deja asistir a esta escuela es lo mismo, todos hablan de mi por vivir en la mansión Romanov, me tienen miedo y por ende nunca he podido hacer amigo, confieso que eso es muy triste, pero no puedo hacer nada para cambiarlo, lo único bueno de esto es que no se acercan a mi para molestarme pues todos les temen a los habitantes de la mansión Romanov, y como no si toda ellos despiden un aura de peligro, y no están equivocados, si se atreven a meterse con uno de ellos o conmigo no llegarán al siguiente día para contarlo.

Salgo de la escuela y monto mi bicicleta, después de pedalear varios metros por 15 minutos la mansión Romanov se vislumbra a pocos metros. El lugar es enorme, una casa de aspecto Victoriano, con doscientos cincuenta y tantos años de antigüedad, y se mantenía en un excelente estado, alberga 65 vampiros, algunos pura sangre otros convertidos, el lugar es un nido de vampiros más conocido como aquelarre, su líder es el señor Dimitri Romanov y el segundo al mando, o más bien la segunda al mando es Dina hermana gemela de Dimitri. El aquelarre llegó a este lugar hace 25 años, me contó Dina, que Dimitri desafío a su padre y se marchó del nido donde habían crecido ya que el vampiro era un bárbaro despiadado, con Dimitri se marcharon Dina y la mitad de los vampiros que vivían en el lugar, los demás fueron llegando con el pasar de los años.

Por fin llegó a la mansión y la reja se abre de inmediato, entro al jardín, dejo la bicicleta en su lugar y coro hacia dentro de la casa, camino por los pasillos solitarios, lo cual es muy común. Tardo varios minutos para llegar a mi habitación, porque como lo dije antes, el lugar es enorme, miro la hora en el reloj de la pared y corro hacia el baño, me desnudo y me doy una ducha, luego salgo de este, me visto rápidamente, luego salgo de mi habitación y coro hacia el estudio del señor Dimitri.

Cuando estoy frente a la puerta levanto mi puño para tocar pero antes de que lo haga su voz imponente se escucha.

- Pasa. - me ordena y tomo el pomo de la puerta, la abro y me adentro lal despacho, el se encuentra sentado destras de un escritorio, sus ojos ahora azules me miran impaciente.

- Permiso señor. - digo educadamente.

- Ven, has tardado - dice molesto.

- Sí, lo siento, me distraje en el camino, no volverá a pasar. - digo acercándome a él.

- No es la.primera vez que escucho eso. - dice mientras abre un cajón del escritorio y saca una daga, yo estiró mi mano y el la sostiene.

Flashback

6 de enero de 2013.

Una semana ha pasado desde que estoy en este lugar, una semana desde que lo perdí todo y me convertí en sirviente de ese hombre, aunque lo raro es que no lo he visto desde aquel día. No se exactamente para que estoy en este lugar, él me dijo que por haber salvado mi vida le pertenecía y que era su sirviente, pero hasta ahora no he hecho nada, solo he estado encerrada en esta habitación, y solo he visto la mujer que trae comida y agua, la cual se queda mirandome de manera escalofriante de vez en cuando, no hay que ser un genio para adivinar porque lo hace. Abro un poco mi ventana y miro a las afueras, aspiro el aire fresco que proviene del bosque y sonrió. El lugar es hermoso y quisiera salir a caminar, pero el señor Dimitri prohibió que saliera, según me dijo Candy, la mujer que me trae de comer, es muy peligroso salir ya que podría ser atacada por vampiros de otros nidos o incluso por hombres lobos, aún asimiló el echo de que ellos también existan

- Disculpa. - hablan y doy un brinco en mi lugar asustada, llevo la mano a mi pecho y miro enojada a Candy, no me acostumbro a que aparezca de la nada en mi habitación, ni siquiera noto cuando abrn la puerta, es demaciado rápida y silenciosa.

- ¿Que pasa? - le cuestino extrañada de verla, aún no es hora de la cena.

- El señor Dimitri exige tu presencia en su despacho. - dice y automáticamente mi corazón comienza a latir más rápido, ella lo nota y sus ojos se tornan rojos.

- Cálmate niña, tu sangre puede ocasionar un caos en este lugar. - dice y asíntio, respiro profundo y trato de calmarme para que mi corazón vuelva a su ritmo normal, pero es algo casi imposible de lograr, pensar en ver a ese señor nuevamente me pone muy asustada. - Sígueme. - me ordena y da la vuelta comenzando a caminar a mi velocidad, corro hacia ella y llegó a su lado.

Minutos después llegamos al lugar, Candy toca la puerta y se escucha un adelante, Candy abre la puerta y se hace aún lado y me hace una seña para que entre, obedezco y doy dos pasos hacia dentro, diviso al señor Dimitri sentado detrás de un escritorio color caoba, él me mira y luego a Candy.

- Déjanos solo - dice y ella asiente, se marcha haciendo un ademán y cierra la puerta. - Acércate niña. - me dice.

- Me llamo Alana. - digo hacercandome con piernas temblorosa, me detengo cuando estoy frente a él, nos separa el escritorio.

- Muy bien Alana, dame tu mano. - dijo y lo mire extrañada.

- ¿Para qué? - cuestione.

- Obedece, creí haberte dicho que me pertenecías, por lo tanto debes obedeceeme sin Cuestionarme. - dijo mirándome con molestia, aquello me aterro así que estire mi mano la cual estaba temblorosa, él la sostiene con fuerza sin hacerme daño y abrió un cajón en su escritorio con la mano que tenía desocupada, saco una daga y abrí mis ojos asustada, intente quitar mi mano pero su agarre me lo impedia. - Mantente quieta, y no grites - dijo y rápidamente paso la daga por mi piel, solo senti el ardor al ser cortada, rápidamente el colocó una copa debajo de mi mano y la sangre comenzó a caer en ella, él no me soltaba y yo solo podía llorar por el dolor, después de varios segundos el tomo un paño de tela y limpio mi muñeca, luego presiono mi herida por varios segundos, ya había parado de llorar y lo miraba a sus ojos ahora rojos. - Manténlo presionado con fuerza y arriba. - dijo y soltó mi mano, hice lo que dijo, entonces él con la misma daga corto su muñeca y vacío un poco de su sangre en otra copa, no fue mucho pues su herida sano rápidamente. - Toma. - dijo ofreciéndome la copa donde callo su sangre, yo moví la cabeza de un lado a otro negandome a hacer aquello, yo no era como ellos, no quería tomar sangre, él me miró con fastidio. - Has lo que te digo niña, tu serás mi sirviente, tu existencia ede basará en alimentarme, por eso debes estar fuerte y eso solo sucederá si bebés de mi sangre, así que haslo.

Entonces por eso me tiene en este lugar, deje de presionar mi mano y tome la copa, me la lleve los labios y empuje el líquido espeso y carmesí en mi boca, era muy poco así que lo pude tragar en un solo buche, sentí asco, pero me aguante las ganas de devolverlo, no quería hacer enojar a ese señor.

- Muy bien, ahora sal, vuelve a tu habitación. - asentí sin decir nada y salí casi corriendo del lugar, cuando llegue a mi habitación note que mi herida ya estaba sana .

Fin flashback.

Desde ese momento todos los días a la misma hora vengo a su despacho y sucede lo mismo. El me mira a los ojos y luego su mirada aún azul recorre mi cuerpo, siento un estremecimiento al notar aquello.

- ¿ Cuántos años tines ya? - me pregunta, lo miro confundida y nerviosa por su mirada.

- 17 - respondo.

Él hace la daga hacia un lado y se levanta de su asiento, rodea la mesa y se coloca a mi lado.

- Mírame. - me ordena, doy media vuelta y quedamos frente a frente, él toma mi mentón y levanta mi rostro. - Has crecido Alana, ya no eres una niña. - dice para después hundir su rostro en mi cuello, mi corazón bombea rápidamente, escucho un gemido salir de sus labios, luego siento su respiración en mi cuello y segundos después siento un pinchazo, entonces ahora soy yo la que deja salir un gemido, un calor se forma en mi bajo vientre y mi piel se eriza, el succiona mi sangre y mi cuerpo reaccione de manera que nunca antes había echo. Mis piernas tiemblan y tengo que sostenerme de su brazo para evitar caer, él me toma por la cintura y me aferra hacia él, una capa de sudor comienza a salir de mis poros y otro gemido sale de mis labios, entonces él se detiene y se aleja de mi, lo miro confundida respirando con dificultad.

- Vete a tu habitación. - me ordena aún sin mirarme y asiento, salgo del despacho con el corazón a mil, la herida que me hizo en el cuello palpita aún de dolor, se supone que tiene que darme a beber su sangre para que me cure y recupere mis fuerzas pero supongo que eso no podrá hacerse hoy, inhaló y exhaló despacio para regular los latidos de mi corazón y camino hacia mi habitación.

Algo cambio hoy, y eso me asusta.

Alana Evans

Dimitri Romanov

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