Jamás pensé que una mujer quisiera vivir vendiendo su cuerpo. Los comentarios sarcásticos de mi abuela siempre parece que dicen: las prostitutas son zorras que venden placer a hombres pecadores. Claro que ella es una mujer religiosa y muy tradicional, no le gusta pensar que muchas chicas están en esa situación por problemas reales. Pero luego están las acompañantes o “prostitutas elegantes” según mi madre. Estas sí muestran una vida tentadora, son la pareja de un rico, pagan la cena, los viajes y los regalos sin la obligación de terminar en la cama. Los límites son bien planteados por las chicas desde antes aunque claro entre más sumisas más ganancia. De hecho cuando tenía 13 años realmente lo consideraba como un buen trabajo. Claro que mi familia seguía considerándolo un trabajo vulgar de zorras elegantes. Nunca pense que terminaria inbolcrada ene ste mundo pero claro mi vida tene que ser tan rara como su dueña.
Estaba recostada sobre mi escritorio con los audífonos esperando al maestro que siempre llega tarde.
Delia, 25 años, guapa de cabello rubio, clase en común; Francés avanzado.
-Hay niña ¿porque esa cara de cabriada?
-Un dia de mierda
Respondí ocultando mi cara entre mis brazos. Ella me quitó un audífono y se lo puso.
-¿Qué tal si vamos de compras para animarte?
Pregunto ingenuamente, no era la primera vez. Yo la vuelvo a ver con una mirada fulminante.
-Es verdad tienes que trabajar
La intérprete desilusionada no era mala persona pero su trabajo le daba tanto dinero para hacer compras cada semana. Siempre que la veía traía ropa nueva y un maquillaje casi profesional y su cabello hermoso y brillante.
-No es eso, me despidieron
-¿Despedida? ¿Por qué?
-Un idiota se quejo y me despidieron. No tengo idea de como sacar este mes
Dije desesperada y molesta. Un estupido de traje llegó a mi trabajo molestando a mis compañeros e intentó tocarme yo me aparté de inmediato. Pero cuando mi jefe se enteró yo fui la culpable.
-¿Así que necesitas un dinero y un trabajo rápido?
Pregunto en un tono extraño mientras se miraba en su espejo
-¿En qué estás pensando?
-Un chico me invitó esta noche a una cita pero mi jefa también me solicitó. Que tan si me sustituyes si te aprueba la jefa te pueden dar un trabajo
-No suena mal pero ¿en qué trabajas?
Ella solo sonrió pero antes de hacer preguntas la clase comenzó. Mi madre no podía mandarme más de $400 al mes los trabajos en fábricas nunca pagan bien. Mi padre es ingeniero, gana muy bien pero es tan tacaño que tendría que rogar por dinero. Sin trabajo no tenía muchas opciones, debía pagar renta, comida, transporte, los libros de la escuela, etc. Después de la escuela Dalia me regaló un cambio de look y me llevó a su trabajo. Un edificio en mal estado bien escondido entre calles poco concurridas por su fama de hoteles baratos.
La jefa: Melissa 45 años, le gusta el dinero y odia a las buscapleitos, siempre quiso casarse con un millonario pero cometió un error.
-¿Y quien está?
-Es una amiga mía que se llama Rue tiene 22 años estudia en facultad de bellas artes y es hermosa, necesita trabajo y ya que llegó un pedido de último momento ¿que tal si la pones a prueba?
-¿Sabes lo importante que es este cliente? ¿Crees que voy a mandar una novata?
-Soy la única acompañante que habla francés y fue una de sus exigencias pero yo reserve esta noche y mi amiga esta disponible y adivina
-¿Habla francés?
-Exactamente
-Esta bien
Dijo la jefa de mala gana mirándome con desprecio pero mientras me explicaba donde encontraría al cliente por mi cabeza solo sonaba “acompañante” acaso había aceptado ser una prostituta elegante.
Me mandaron a un elegante hotel, tenía que esperar al cliente en el restaurante pero estaba muy nerviosa ¿porque había aceptado este trabajo? ¿Era muy tarde para escapar? ¿Qué tal si un mesero pregunta que quiero? ¿debía pedir algo? no ¿cómo lo pagaría? ¿o lo pagaría el cliente? ¿tendria que tener sexo con el? La idea de tener sexo con un extraño me aterraba nada me garatisaba mi seguridad y comenze a notar todas las señales de alerta. Delia jamás me había contado de su trabajo, solo que era nocturno ha tenido clientes, estúpidamente pensé que era mesera de algún bar. Su agencia estaba en una zona peligrosa donde se encontraban prostitutas. Esa mañana había empezado tan normal como cambio tanto.
Me desperté temprano, salí junto a mi compañera corriendo al trabajo, limpiamos y abrimos. Asi fue ese idiota, un hombre de traje que nadie perdia de vista. Alto, bonita cara y músculos marcados a través del saco. Pero comenzó a coquetear con mis compañeras y empujo a un amigo. Cuando llego a mi caja y tomo mi mano molesta.
-Disculpe señor ¿quiere una bolsa?
Le dije con una mirada disgustada y cobrando la caja de chicles. Él sonrió y tomó mi rostro acercándo el suyo.
-¿Qué pasa? ¿No deberías atender a los clientes?
Chasquee mis dientes, me aparté bruscamente.
-Yo soy cajera señor no me confunda, no soy ninguna ramera
El tipo se echó a reír mientras todos lo miraban, puso el dinero de su producto. Cuando estaba por irme a la escuela mi jefe me llamó, uno de los inversionistas más importantes se quejó de mí lo cual resultó en mi despido.
Estaba pensando en ese idiota hechandole la culpa de mi situacion actual cuando esche una voz.
-¿Tu eres la acompañante que mandaron?
Dijo una voz masculina,puse una mano en mi pecho y suspiré, fue mi mejor sonrisa, volteando a verlo.
-Si señor me llamo Rue
Me presente cuando me quede muda al igual que el hombre de sorprendido
-La ramera
Dijo el hombre riendo. Apenas lo escuche apretando su mano con toda la fuerza que tenía.
-Usted
Tenía tantas ganas de insultar pero no podía. Dalia era manipuladora pero me había recomendado y no quería quedar mal.
-Así que me recuerdas, dime querida lo hacemos después de la cita
Se me acercó tanto que sentía su respiración con su sonrisa burlona.
-Disculpe señor vine aquí como su acompañante, si quiere otro servicio debe solicitarlo desde la agencia. No estoy aquí para hacerlo con usted
Conteste lo más profesional posible, al menos mis clases de actuación debían servirme para algo.
-Pero qué profesional, bueno solicite a alguien que hablara francés ¿puedes cumplir con eso?
-Puede contar conmigo señor
Conteste orgullosa de haber tomado esas clases que según mis padres eran inútiles. El idiota se llamaba Noah dueño de una empresa de juguestes ademas de ser invesinista en varias compañias mexicanas. Yo solo debía ir como su novia del momento, sonreír a sus colegas y seguirles la plática.
-Ponte esto no puedes llevar joyas baratas siendo mi pareja
Me dio una caja pequeña donde había un collar hermoso que seguro era de diamantes. Me quite mi collar “barato” y me puse su collar, tomamos el elevador hasta una suite donde había una fiesta. La mayoría hablaban francés por lo que entendí las exigencias, la mayoría no me ponía mucha atención más allá de decirme hermosa. Mi francés era muy malo pero pude mantener conversación decentes con los sujetos hasta que comenzaron con los negocios aburriéndome. Había algunos músicos en vivo tocando, los meseros ofrecen bocadillos y copas de vino. Los hombres de trajes elegantes y las mujeres con vestidos hermosos.
- Avez-vous\, mademoiselle\, un talent en plus d'être belle? (Usted señorita ¿tiene algún talento además de ser hermosa? claro)
-Ne t'inquiète pas pour elle, je l'ai rencontrée lors d'un de mes voyages, n'est-ce pas? (No se preocupe por ella, la conocí en uno de mis viajes ¿verdad?)
Me miró buscando mi confirmación pero olía tanto alcohol que me daba asco su brazo está alrededor de mi cintura mientras que me limitaba a sonreír. Vi el momento perfecto para demostrar mis talentos.
Fui hasta los músicos para pedirle al pianista acompañarlo. Toque la unica cancion secilla que conocia de memoria el “himno a la alegria” todos quedaron impresionados pero el idiota no parecia comvecido. Abrazo a una de las violinistas para pedirle el violín que comenzó a tocar. Todos incluyéndome nos quedamos mudos antes su interpretación profesional y calmada. No era un principiante y con todo mi odio tuve que aplaudir.
-Sería divertido hacer un dueto, ¿no crees?
Lo miré disgustada pero me tragó mi oído, sonreí falsamente para contestarle.
-Eso sería un evento histórico
Los demás creyeron que estaba impresionada pero él entendió el comentario haciendo que su sonrisa temblara por un momento.
-Así que esta era tu cita y yo que pensaba que evitabas el matrimonio
Dijo un rubio mas delgado pero tan alto como el idiota con sonrisa de comercial. No sabia porque pero me disgutaba mas que el idiota.
-Mi querido amigo como ves no te meti ella es mi chica. Rue el es Edgar uno de mis colegas mas cercanos
Me presento el idota levantando para saludarlo, le di mi mano pero este la beso. Aparentemente estos tipos no saben respetar el espacio personal casi lo golpeo pero mantuve la calma.
-Es un gusto conocerla
Me dijo mirándome fijo pero de una manera macabra, sus ojos se oscurecieron al igual que su tono de voz y su sonrisa desapareció.
-El gusto es mío
Conteste algo nervisa sin enteder como devia reaccionar pero cuando el idiota intervino su exprecion cambio por completo.
Edgar de 27 años , uno de los CEO de la compañía de juguetes y socio de Noah y su amigo de la infancia.
-Papi
Dijo una voz enojada y bastante joven, una pequeña niña saliendo debajo de una mesa bastante molesta.
-Hana ¿pero qué haces aquí?
Reacciono el idiota muy nervioso. Yo la mire y luego lo mire, sin contar el cabello rojizo eran idénticos.
-Yo la invite amigo
Dijo Edgar con gran orgullo pero la expresión de Noah era casi de odio casi gritaba “traidor” con los ojos.
-¿Invitaste a una niña a un evento de adultos con bebidas alcohólicas a su alcance?
Cuestioné sin pensarlo mucho y su reacción me dijo que él tampoco lo había pensado.
-Bueno ya no importa, perdón señores pero debo llevarla a casa
Contesto el idiota algo decepcionado, los hombres no parecian contestos pero no tenia como retenerlo.
-Un momento ¿quién es la zorrita que trajiste? ¿porque no me la presentaste?
¿Zorrita? Estos niños de ahora pero tenía un buen punto.
-Discutiremos esto luego vámonos
Ella comenzó a protestar pero Noah la cargo sin prestar atención en cuanto a mi los seguí porque parecía que se había olvidado de mi.
En cuanto entramos al elevador todos nos quedamos callados ella me miró, yo la mire, le sonreí y ella me saco la lengua. Noah pidió su auto y subió a la niña que no dejaba de hacer berrinche y de llamarme zorra.
-Perdón llamaré un taxi para ti y te hago la trasferencia por tu trabajo
Me explico algo cansado y disgustado. Por un momento lo vi como un padre molesto por los desastres de su bebe.
-Gracias, no fue tan desagradable, lamento que mi francés fuera tan malo mi profesora dice que parezco traductor de google y tu hija es encantadora
Le dije viendo que por la ventana la mocosa me sacaba la lengua y mostraba el dedo medio.
-Si lo note, lo que más lamento es no haber dormido contigo
Dijo acercándose a mi oreja casi susurrándome, colocando sus manos sobres mis caderas.
-Y yo espero que no vuelva a trabajar con usted
Conteste, su risa junto a mi oreja se escuchó perfectamente, tomó mi rostro y jalo mis cachetes.
-Pero que amargada
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