...AÑO 1821....
Yulexi es una bruja mitad vampira. Vive en un pequeña aldea de brujos junto a sus padres. Su madre al igual que ella es una bruja, por lo que le enseña a usar magia y su padre es un vampiro qué le enseña a pelear. Tiene dos amigos. Aristeo y Guillermo.
En esa época la clase menospreciada es la de los brujos, por ello son obligados a vivir en aldeas. Mientras los vampiros y lobos viven cómodamente en la ciudad.
A Yulexi no le gusta la forma en que ellos viven. Le gustaría que las cosas fueran diferentes pero por ser mitad bruja no puede hacer nada.
En algunas ocasiones también a sido víctima de discriminación, pero al saber quién es su padre esas burlas se terminan. Ya que el es o fue alguien importante en el consejo de los vampiros. Pero renunció a todo eso por vivir una vida tranquila junto a su amada brujita. O mejor dicho sus amadas brujitas.
Hoy fue un día de largo y duró entrenamiento. Por lo que Yulexi está acostada en la cama. Ella a pesar de ser mitad vampira tiene la costumbre de dormir los siete días de la semana.
— Estoy muy cansada. No puedo ni siquiera ponerme la sabanas encima. — Dice Yulexi haciéndose la víctima con sus padres.
— Pobre de mi brujita, creó que iré a consentirla un rato. — Su amable padre le sigue la corriente. En el entrenamiento es una persona dura y fría, pero saliendo del campo se convierte en un padre muy cariñoso y consentidor.
— ¿Ya estás cómoda.? — Pregunta su padre poniendo la sábana sobre el cuerpo de su hija.
— Si. Sólo me falta algo.
— ¿Qué cosa.? — Ambos sienten los pasos de Morgana, la madre de Yulexi. Ella entra a la habitación unos minutos después.
— Mamá cuéntame una leyenda.
— ¿Cómo sabes...? — No termina la pregunta. Sabe muy bien que su hija tiene el buen oído de su esposo. Sólo que a veces lo olvida. Sobre todo en las noches. (Saben de lo que habló).
— ¿Qué leyenda te gustaría escuchar.?
— La del Alfa y su luna vampira. Es mi leyenda favorita. — Pide emocionada Yulexi.
— Está bien. — Su madre se sienta en el borde de la cama. — Hace muchos siglos un Alfa se enamoró perdidamente de una princesa vampiro. Las uniones de estás especies eran prohibidas. Pero eso no fue impedimento para que ellos estuvieran juntos. El era un Alfa muy poderoso y ella una princesa así que se enfrentaron al mundo con tal de proteger su amor.
WOW. Yo también quiero un Alfa en mi vida. Piensa Yulexi.
— Después de muchas décadas se convirtieron en padres.
— ¿Porqué esperaron tanto tiempo.? — Pregunta Yulexi, sabe de memoria esa historia pero siempre hace las mismas preguntas. Y su madre siempre le da las mismas respuestas.
— Los vampiros no son tan fértiles cómo otras especies, es por eso que no lograron tener hijos pronto. De hecho hay algunos vampiro que nunca tienen hijos.
— ¿Entonces yo nunca podré.? — Esa es la pregunta que siempre ronda su cabeza.
— No lo sé amor, pero no es momento para preocuparse de esas cosas. Eres muy pequeña.
— Tienes razón, mejor sígueme contando la historia.
— El hijo de ellos era mitad vampiro mitad lobo. Según la leyenda el día que encuentre a su mate se desatará una guerra.
— ¿Una guerra.? ¿Porqué una guerra.?
— El tendrá dos lunas. Una de ellas será más importante que la otra. Eso le hará las cosas difíciles a la segunda.
— Esperó que mi mate sea un alfa pero que solo tenga ojos para mí.
— ¿Y que pasa si no es un Alfa.? ¿Qué tal si es un brujo?
— Supongo que lo aceptaré, pero me gustaría un Alfa. Si no lo es quiero que sea igual de celoso que papá.
— No tienes idea de lo que dices. — Morgana observa a su esposo.
— Claro que sí. Papá siempre te proteje. Yo quiero a una persona que también me proteja.
— A veces la protección de tú padre es demasiado.
— Eso no es verdad. — Samuel va con su esposa y rodea su cintura con sus brazos. — Yo sólo cuidó lo que es mío.
— Y exageras.
— Son mis instintos. — Le da un beso y Yulexi se tapa los ojos.
— No hagan eso aquí.
...**...
Con el paso de los años Yulexi debe participar en las peleas. Los que dominan ahí son los hombres y mujeres lobo. Los vampiros tampoco se quedan atrás. De hecho el padre de Yulexi fue de los mejores, logró derrotar a varios lobos. Y el espera que su hija sea igual o mejor.
Yulexi va a su primera pelea con apenas 10 años. Su primera rival es una mujer lobo de nombré Evelin. Ella logra herirla pero no ganarle.
Su padre la regañan mucho.
— La tenías y la dejaste ir. Estoy decepcionado. — Le dice con dureza.
— Lo siento.
— No quiero disculpas. Vas a entrenar más duro de lo habitual.
— Si papá. Cómo tú digas. — Samuel se siente mal por ser tan duró con ella. Pero sabe que no logrará llegar a ningún lado siendo una mitad vampira débil.
Los dos años siguientes no la manda. Se dedica a entrenarla noche y día. Quiere que ella sea la mejor.
A los 12 años va de nuevo, logra vencer a varias mujeres lobo, todos están muy sorprendidos, una bruja venciendo a una loba es una completa locura. Desafortunadamente en el último enfrentamiento Evelyn la derrota.
A los trece años va de nuevo. Al igual que el año pasado derrota a muchas mujeres lobo y vampiras. Pero en el último enfrentamiento pierde contra Evelin. Y es que ella es de las lobas más fuertes.
Año tras año Evelin la derrota. Cuando cumple los 17 años Yulexi llega a su límite, entrena muy duro y logra ganarle sin mucho esfuerzo. Se ha vuelto muy poderosa. Y eso sin usar su magia. Ya que en los torneos éso está prohibido.
Esa loba que jamás ha perdido se siente humillada. Por otra parte los brujos están muy felices. Saben que después de esa victoria dejarán de ser menospreciados.
El alfa y la reina de los vampiros declaran que ahora los brujos también pueden vivir y visitar la ciudad.
Los amigos de Yulexi se emocionan mucho.
— Al fin podré visitar la ciudad. — Dice con alegría Aristeo.
— Todo gracias a la mejor de las brujas. — Hablá Guillermo.
— Gracias chicos es un honor. — Sonríe Yulexi. No se da cuenta de las mirada de odió que alguien tiene sobre ella.
— ¿Vendrás a conocer la ciudad con nosotros.? — Pregunta Aristeo.
Yulexi por ser mitad vampiro ya la conoce, ha ido unas cuantas veces con su padre.
— Claro. — Los tres hacen planes.
Al día siguiente se ponen sus mejores ropas y van a visitar la ciudad. Yulexi se acerca a un puesto de collares, ahí se acuerda de la ocasión en que visitó la ciudad con su padre y le preguntó cómo se conoció el y su madre.
...Flashback....
— Papi, ¿cómo conociste a mamá.? — Pregunta muy curiosa.
Su padre suspira. Luego empieza a contar.
— Me hirieron en una pelea y llegué a la aldea. Nadie quería ayudarme. Ya sabes, por ser vampiro. Sentí un olor delicioso y caminé hacia el. Tu madre estaba recogiendo agua en el río. Supe de inmediato que había encontrado a mi pareja. Me le acerque y le pedí ayuda. Se notaba que me tenía miedo pero igual me ayudó. Usó su magia y mis heridas sanaron en pocos minutos.
— Mamá era una linda.
— Si. Mucho. Ella apenas tenía 11 años. Pero con esa corta edad pudo capturar mi corazón.
— ¿Cuántos años tenias tu.?
— 127.
— Cuéntame más papá.
— Tú madre terminó de curarme y me dijo que me fuera. yo la detuve y le pregunté su nombre, era necia, no quiso decírmelo. Pero yo soy más necio que ella. La seguí hasta donde vivía. Luego la espiaba en el río cuando iba por agua, la ayudaba a cargar, ella se negaba pero siempre le ganaba. Cuándo cumplió 17 habían muchos brujos tras ella, pero yo jamás permitiría que me la robarán. Sabes que los vampiros somos posesivos con nuestras parejas.
— Si, lo sé, eso me han dicho tu y mamá. — Y siempre lo veo en casa. Piensa Yulexi mientras oculta una sonrisa.
— Tú madre no me aceptaba, decía que no sentía nada por mí, yo estaba muy triste. El dolor más grande para un vampiro y hombre lobo es que tú pareja te rechacé. Pensé en irme de la aldea, pero luego ví a tu madre con otro brujo. Me volví loco de celos y me la llevé a la cuidad. — Hizo una pausa en esa parte.
— ¿Qué pasó después?
— Eres muy joven para entender. Tal vez más adelante tú madre o yo te lo contemos.
...fin del Flashback....
— ¿En qué piensas.? — Pregunta Guillermo al ver a su amiga en otro mundo.
— ¿No es bonito esté collar.? — Finge estar pensando en eso.
— ¿Lo quieres.? Yo te lo compró.
— Gracias. Pero no quiero que Sofía se ponga celosa.
— Sabe que somos mejores amigos.
— Igual no me quiero arriesgar. — Deja el collar y siguen paseando por la ciudad.
...3 años después....
...Yulexi....
Todo sigue bien por aquí. Pero mis padres aún no me cuentan esa parte de la historia para la que según ellos no tenía edad.
Llegué de la ciudad juntó a mis padres y le pregunté a mamá sobre eso. Ella miró a mi padre muy enojada.
— No sé porque tú padre es tan indiscreto.
— No tiene nada de malo. Yo quiero saber toda la historia.
— Sólo promete que esto no cambiará tu forma de vernos.
Parecía algo muy serio.
— Lo prometo.
— ¿En serio querés saberlo.
— Si.
Ella parecía no querer decírmelo. Pero yo soy muy curiosa.
— Tú padre me llevó a la ciudad y... ¿cómo te lo digo?, me hizo algo que no debió hacer.
— ¿Qué cosa?
— Me forzó a estar con el.
Miré a mi padre muy enojada.
— ¿Cómo pudiste.? — Apreté las manos.
— Las dejo solas.— Salio a toda velocidad. Lo hubiera podido alcanzar pero el chisme era más importante. Quería saber los detalles. No esos detalles. Si no el porque mi madre lo ama tanto si le hizo algo tan malo.
— ¿Porqué estás con el?, si yo fuera tú, lo odiaría.
— Esa es una parte desagradable en nuestra historia, pero yo siempre lo amé.
— ¿De verdad?
— Si.
— ¿Y porque no lo aceptaste rápido.?
— Por miedo.
— ¿Miedo de que.?
— De lo que pasaba en ese tiempo con las parejas de vampiros y brujas.
— Necesitó tú versión de la historia.
— Cuándo ví a tu padre por primera vez, nació un sentimiento muy especial dentro de mí, pero el es un vampiro así que lo ví cómo un imposible. Siempre me gustó cómo era conmigo pero tenía miedo de que en cualquier momento se fuera. Los vampiros que tenían cómo maté a una bruja siempre jugaban con ellas y luego las abandonaban, yo no quería que eso me pasará, me negaba a reconocer que también lo amaba. Tu abuela sabía que el me perseguia y me prohibió verlo o hablar con el. Por eso lo rechacé tanto. El día que me llevó a la ciudad tenía mucho miedo, el estaba cómo loco. No podía reconocerlo.
...Flashback....
...Narra Morgana....
Era un día tranquilo y hermoso. El sol está muy fuerte, yo fuí a pasear por el río. Uriel el brujo que había pedido mi mano vino para hacerme compañía.
— Hola Morgana.
— ¿Qué haces aquí.?
— Vine a buscarte. Tú madre dijo que estarías aquí.
Esa señora siempre tan indiscreta.
— ¿Te molesta mi companía.?
— No. — Uriel era un brujo muy agradable. Hacía hechizos muy lindos para mí. Yo había llegado a quererlo pero no lo amaba cómo a Samuel.
— ¿Cuándo quieres que sea nuestra boda.?— A decir verdad no quería que ese día llegará.
— No se. Tú elige la fecha.
— Vamos, no me dejes sólo con algo así de importante.
— ¿CÓMO QUE TE CASAS.? — La voz de Samuel casi me deja sorda.
— Ya déjala en paz. Morgana no te quiere. ¿Porqué no lo entiendes.? — Las palabras de Uriel sólo hicieron que Samuel se enojará más. Lo tomó del cuello y casi lo asfixia.
— Déjalo por favor. Samuel ya dejalo. — Dejó inconsciente a Uriel y me subió a su hombro.— ¿Qué estás haciendo.? Samuel bájame. — El no me hacía caso en lo absoluto. Iba tan rápido que el viento me estaba ahogando. No me di cuenta en qué momento llegamos a la ciudad. En el momento que desperté estaba sobre algo muy cómodo que jamás había visto o tenido en mi habitación.
— ¿Estás lista.? — Samuel se quitó la camisa y pude ver su perfecto y bien formado cuerpo.
— ¿Lista para qué.? — Pregunté un poco asustada. Su cuerpo era lo de menos en ese momento.
— Para la mejor noche de tu vida. — Se acercó a dónde estaba acostada y me acarició el rostro.
— Samuel déjame. — Suplique.
— Shhh. Eres mi mate. Yo te amo. Me haré responsable de ti.
— No quiero que te hagas responsable. Quiero que me dejes en paz. Ya te lo he pedido muchas veces.— Y aunque no es lo que quiero es lo mejor para los dos.
— No puedo. Lo intenté pero es algo que yo no puedo controlar. — Puso sus labios sobre los míos, era una sensación nueva y algo agradable. Pero yo no quería que el supiera que también lo amaba. Y corresponderle sería igual a aceptar que hiciera conmigo lo que quisiera.
— Llevó años deseando probarlos. Pero tú nunca me has dejado. Siempre que lo intentó me evades. — Está vez su voz no sonaba tranquila. — Es por ese maldito brujo ¿verdad.? Por el no me quieres a mi. — Su rostro se volvió sombrío.
— Samuel todavía estamos a tiempo de parar. Por favor llevame con mi madre.
— Ella no quiere que estés cerca de mi. Ella quiere que ese brujo sea tu esposo.
— ¡Porqué es lo mejor para mí.! — Grité con desesperación. — El es mejor que tú. — Hablaba de que con el iba a tener una vida tranquila. Con Samuel mi futuro era incierto.
— ¿Así que mejor que yo.? — Se enojó todavía más. — Te demostraré quién es mejor. — Me besó de nuevo, pero está vez de una manera agresiva.
— Samuel déjame. — Empecé a llorar. Yo no quería que ésto pasará así. — Samuel por favor.
— Cállate. ¿No decías que el es mejor que yo.? Sólo te voy a demostrar que estás equivocada. — Volvió a besarme de forma agresiva y me arrancó la ropa.
— Samuel. — lo empujé pero no logré nada. Pensé en usar un hechizo pero en ese momento mi mente estaba nublada. Y cuándo al fin pensé en uno ya era demasiado tarde. Me había marcado. Ya le pertenecía y el lo sabía mejor que nadie.
— Ya no puedes hacer nada para alejarme. — Sonrió muy satisfecho. — Ahora eres mía y nadie te querrá. — Sus palabras me dolieron en el corazón. ¿Qué hará conmigo ahora.? Ya tuvo lo que quería. ¿Me va dejar.? ¿me va mandar con mi madre.? Todo era incierto para mí. — No estés triste brujita. — Se acercó con la intención de besarme. Pero lo evadi.
— ¿Me llevaras a algún lugar.? — Tal vez mi madre me acepté a pensar de estar marcada.
— No brujita. Tú te quedarás conmigo.
— ¿Para que me quieres aquí.? — Pregunté con lágrimas en los ojos. — ¿Me vas a seguir haciendo lo que me acabas de hacer.?
El no respondió. Salió de la habitación.
Al día siguiente desperté con un dolor muy fuerte en el brazo. Era la marca. El día anterior no me dolía tanto. Samuel entró a la habitación y al ver mi brazo se acercó a mí.
— ¿Te duele mucho.?
— Suéltame. Todo esto es tu culpa. — Intenté que se alejará.
— Sólo quiero ver. — Lo revisó y luego salió. Unos minutos después trajo yerbas y me curó. — Lo siento.
— Yo más. Yo perdí más que tú. Ahora nadie me va querer cómo pareja.
— Lo sé. Por eso te marqué.
— Te odió. — Su mano se detuvo y me volteó a ver.
— ¿De verdad.? — Empezó a apretar mi brazo. .
— Auuu. — Me quejé por el dolor. — Estás lastimando mi herida.
— Los siento. — Se disculpó de nuevo y me dejó sola. — Lamentó que pasará así. Pero era la única manera de tenerte a mi lado. — Todo el mes se la pasó pidiendo perdón. Y decidí perdonarlo pero un día andes de hacerlo llegó una vampira a su casa.
— Era verdad. ¿Volviste a la ciudad.? — Lo abrazó y besó. Supe que era su pareja y me sentí muy enojada. — ¿De quién es ese olor.? — Preguntó ella.
— De mi maté. Ella está aquí.
— ¿Tú maté.? ¿Encontraste a tu maté.?
— Si.
— ¿Es una bruja.?
— Si.
— Dejaré que te diviertas con ella.
¿Divertiste conmigo.? Mi corazón dolió más que el día que me marcó. No seguí escuchando y me encerré. Samuel tocó mi puerta unos minutos después.
— Abre. — No le hice caso y el la tiró.
— Si ya terminaste deberías...
— ¿Terminar que.?
— De divertirte.
— ¿No entiendes que yo te amo.?
— Eres un mentiroso. Tienes una novia aquí. Yo sólo soy tu juguete.
— No es cierto. Yo te amo. Ya le dije a ella que eres mi maté y no pienso dejarte.
— Llévame a la aldea. Ya nadie me querrá. No tienes de que preocuparte.
— Te llevó con una condición.
— ¿Cuál.?
— Cásate conmigo.
¿Qué.? Esperaba cualquier cosa menos eso.
— Sólo así te llevaré. Si tú te casas conmigo.
^^^Fin del flashback.^^^
...Yulexi....
Era una historia que no esperaba. Mis padres de ven muy felices juntos.
— Mi papá estaba completamente loco, ¿cómo se atrevió a pedirte eso después de lo que hizo?, ¿Qué hiciste?, ya se, seguro lo rechazaste. — Al menos en ese momento seguro si lo hizo.
— Lo acepte de inmediato.
— ¿Estás loca mamá?
— Estaba loca de amor, pero era muy necia para reconocerlo, después de que me pidió matrimonio le dije que también lo amaba y le expliqué el porque no lo aceptaba. Tu padre se puso muy contento, organizó una fiesta hermosa y mandó a traer a mi madre para presenciar la boda. Tu abuela no estaba nada contenta, pero cuando vió mi marca en el brazo supo de inmediato que ya no podría estar con nadie.
— ¿Cómo es eso.?
— Cuándo alguien te marca significa que ya no eres pura, entonces nadie te aceptará.
— ¿No pueden marcarte sin...?, ya sabes hacer eso.
— No. Primero se debe tener relaciones y durante el acto te marcan, al menos los vampiros lo hacen de esa forma, no sé cómo sea con los lobos.
— Ya veo.
— Tú padre sabía que en cuanto me marcará nadie me aceptaría, yo estaría atada a el de por vida. Aunque no quisiera.
— ¿Qué pasó después?
— Mi madre le puso de condición que viviera en la aldea y el aceptó sin poner objeción.
— ¿Qué pasó con el brujo que quería ser tú esposo.?
— Aceptó el hecho de que estaba con alguien más. Y me pidió que fuera muy feliz.
— Era un gran chico.
— Si. Además se sintió conmovido cuándo escuchó a tu padre decirle a tu abuela que lo único importante para el era estar conmigo.
— ¿Y que pasó después de la boda.?
— En nuestra noche de bodas tu padre no quería tocarme por miedo de lastimarme. Pero yo sí quería estar con él, y le dije que estaba bien con eso. Fue una experiencia muy bonita. A los pocos días mi madre supo que venías en camino. Tambien nos dijo que debíamos entrenarte al máximo. Qué un día lo necesitarías.
— ¿Porqué?
— Nunca nos contó esa parte.
— Mmm. Mi abuela era misteriosa.
— No imaginas cuánto.
— Mamá y si tú fueras humana. ¿A las humanas también las pueden marcar a la fuerza.?
— No. A ellas no .
— ¿Porqué?
— Porqué los humanos son débiles, nisiquiera un lobo o brujo se atreve a marcar a la fuerza a un humano, no resistirían, en cambio los seres de la noche si podemos.
— Ya veo.
...Año 1831...
...Días después...
Narra el príncipe Victorio.
Soy el príncipe de los vampiros y Alfa de los lobos, tengo 30 años. Pronto seré el rey de ambas especies. Mis padres son los protagonistas de esa leyenda que tanto se escuchá en las calles. Los locos enamorados que retaron al mundo.
Ellos se encontraron muy jóvenes. Yo todavía debo encontrar a mi mate, estoy ansioso por hacerlo. En mis tiempos de celo solo puedo estar con humanas, a las lobas y vampiras no las tocó, no quiero que se ilusionen conmigo.
Las humanas son hermosas pero ya ansío el momento de encontrar a esa persona que me robé el aliento. Qué me quité el sueño y que me dé hijos. Ojalá sea una loba muy fértil. Así los tendré de inmediato.
Hoy es el torneo donde se reúnen, lobos, vampiros y brujas. Probablemente hoy encuentre a mi maté. He escuchado de una mitad vampira mitad bruja que ha ganado mucho últimamente. Me llama la atención conocerla. En estos torneos está prohibida la magia pero aún así ella gana. Esperó que mi maté sea alguien fuerte cómo ella. Fértil y fuerte. Es lo único que pido.
El torneo comenzó y me llegó un olor a menta con guayaba, algo muy peculiar. Seguí el olor y encontré a una pelinegra de ojos azules. Es preciosa y perfecta. Pero parece que es vampira. Fértil no va ser. Pero no me importa. Cuándo conoces a tú maté todo deja de importar. Sólo quieres estar con ella. Y es lo que yo haré.
...Yulexi....
Estaba preparándome para el torneo cuándo sentí un olor a piña, era delicioso. Empecé a seguir el olor y choqué con un hombre hermoso. Cabello negro, ojos verdes. Alto, musculoso. No lo puedo creer, mi maté.
— Mía. — Dijo el y me abrazó.
— Tuya. — Respondí cómo toda una enamorada que soy. Se supone que a las brujas no nos afecta mucho el amor, pero yo soy mitad vampira, supongo que es por eso.
— Soy Victoriano. — Saludó el. Yo estaba atónita, nunca imaginé que mi maté sería el futuro rey. Imaginé a cualquier otro Alfa pero no a esté.
— Hola... Soy ... Yulexi.— Me puse un poco nerviosa, ese hombre impone con su presencia y su belleza.
— Eres hermosa. Me tocó la luna más linda del mundo. — Me dió un pequeño beso en la labios.— Suerte mi luna.
— Gracias. — El se marchó y yo me quedé embobada viéndolo, es de verdad hermoso, la madre luna fue muy generosa conmigo. — Gracias madre luna. — Volte al lugar dónde estaba Victoriano y el me sonrió. Yo le devolví la sonrisa y seguí pensando en lo afortunada que soy.
— Los primeros números reunirse en el campo de batalla. — Eso era el anuncio de que el torneo había comenzado. Mis amigos fueron de los primeros en pasar. Les tocó contra lobos así que perdieron.
— Suerte para la próxima.
— Odió a los lobos. — Dijo Aristeo.
— Cálmate.
— Si tal sólo nos dejarán usar nuestra magia.
Eso era algo que a mí también me molestaba.
— Mira es el turno de Guillermo.
Aristeo y yo pusimos atención. Guillermo derrotó a un vampiro. Ambos celebramos.
Le tocó contra un lobo y no pudo vencerlo. Ellos son más fuertes así que es raro que un brujo los derrote. Aristeo derrotó a uno hace dos años. Ahora que sé enfrentó a él no logró darle un solo golpe. Me parece que estos torneos son injustos, deberían dejar que usemos nuestra magia. Apenas me nombren reina hablaré con Victoriano para que deje que eso pasé.
Las peleas siguieron y por fin llegó mi turno. Para mí sorpresa Evelin era mi competencia. No lo podía creer. Desde que la derroté hace unos años su familia se marchó, era una vergüenza que una bruja derrotará a una loba de sangre noble.
— Tiempo sin verte. — Dijo ella. Parece que estaba deseosa de que llegará este momento.
— ¿Me extrañaste.? — Pregunté con una sonrisa.
— Ansiaba el momento de partirte la cara maldita.
Parece que todavía me guarda rencor.
Evelin me atacó de principio, yo estaba un poco distraída, pero logré esquivar el golpe. Siguió lanzando golpes y uno me impactó en el estómago. Saqué sangre. La infeliz es muy fuerte y rápida.
Intenté golpearla pero no logré darle un solo golpe. Evelin se transformó en loba y ya no supe más.
Acabó de despertar y parece que estoy en el hospital. Mis padres están aquí.
— Agua.
Mi madre me pasó un vaso.
— ¿Dónde estoy?
— En el hospital. — Mi madre confirmó mis sospechas.
— ¿Cuánto llevó aquí?
— Tres meses.
— ¿Qué?, ¿cómo que tres meses.? — ¿Tal fuerte me golpeó esa loba apestosa.
— Así es, Evelin te golpeó muy fuerte, además usó un veneno que si no tuvieras magia en tus venas ya estarías muerta.
— Pero eso no se vale. ¿Ya está en el calabozo.?
Mis padres se voltearon a ver con decirme nada.
— No puedo creerlo, ¿cómo se atrevió a tratar de matar a su luna.? — Va recibir el castigó que merece. Seguro que Victoriano ya se está encargando de ella.
— ¿Luna.? — Preguntaron mis padres muy sorprendidos.
— Victoriano es mi maté, ya lo encontré. ¿No están felices por mi.? — Ellos estaban muy serios. ¿Será que no me quieren dejar ir.? — Papá, mamá, ya soy una adulta es normal que haga mi vida. Alegrense por mi. Encontré a un maté muy bueno.
— Si claro. Estamos felices. — No me lo parecía.
(Los padres de Yulexi deciden llevársela antes de que sepa la verdad. Se la contarán pero más tarde. Cuándo esté más recuperada. Saben que será un dolor muy grande para ella pero es mejor sufrir ahora a qué viva en la mentira..)
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