“Recuerdo el sonido de su filosa hacha contra el pavimento, clavando punzantes ruidos en mis oídos asustados, su risa macabra al tanto en que contaba del uno al diez, mientras sondeaba los últimos escondites cercanos a mi encuentro y el final de su tortura por una feria de brujas”
Pasos movidos por la melodía de mis audífonos, una hermosa ciudad… pensé tranquilamente, luces adornadas de elegancia y carros finos en movimiento, ¡Por fin logré llegar!
Mis amigos no deben tardar, mas no importaría si demoran unos veinte minutos más, el aire de poder que otorga esta bella ciudad me deja con ganas de caminar aún más, después de tanto trabajo en Venecia… tantas horas sirviendo en nuestra cadena televisiva, buscando el mérito de llegar a la audiencia mundial valieron en peso la estancia futura.
No más ricos ególatras sobornando periodistas o actores narcisistas buscando un ranking que los haga resaltar, no más consejos tormentosos de belleza que produzcan en mi cólera estomacal, de solo recordarlo como un pasado de cual jamás volverá a llegar, puedo respirar y disfrutar lejos de ese lugar, una ciudad que sólo servía para esclavizar a cualquier humano que deseará prosperar.
Además, de ser una ciudad que sólo marcó mi piel en sangre y mi alma en oscuridad, dicen que ser agradecida con el amor eterno y voraz, puede ser el acto más esclavizante que un humano pueda otorgar, pero como tantas veces… Me vuelvo necia y cubro mi cabello que se ha vuelto oscuro con el tiempo, la avaricia me persigue como alimento de éxito, el mismo éxito que sólo dejó un hueco vacío en mi pecho.
—Disculpe señorita, ¿Puede decirme la hora? —Pregunta un hombre encapuchado observando mi teléfono con cierta prisa por la respuesta.
—Son las siete y media… —Balbucee algo insegura a su pesar ocultando en un bolsillo mi teléfono sin siquiera voltear a revisar.
—¿Siete y media? —Contestó contrariado, moviendo su cabeza negativamente —¡Imposible! ¿Siete y treinta minutos con exactitud? ¿O sólo se aproximó a esa hora?
—Yo… —Titubee unos segundos al pensar en los temblores de las manos angustiosas del sujeto ¿Intentaba robarme?
El gruñó y en cuestión de segundos golpeó mi hombro contra el suyo marchándose con prisa absoluta, mi teléfono sonó al instante como un presagio de esta rara conversación.
—¿Tardarás Amara? —Pregunté desconfiada.
—¡Te estoy viendo ahora! —Grita bajo el tono de una llamada finalizada, a la vez que volteo en distintas direcciones topándome con su habitual rostro sonrojado y sus brazos agitados —¡Cuánto tiempo!
Un abrazo mutuo nos mece y zarandea por nuestro entusiasta reencuentro, Amara réplica su cariño soltando otra sonrisa despojada de sus mejillas, toma mi mano con pulcra naturalidad, en tanto camina conmigo, acompañada de su corto vestido azul.
—¿Paso algo extraño?
Sus ojos voltean sorprendida para observar mis gestos —¿A qué se debe tu pregunta?
—Bueno… Supongo que aún Ryan no perdona mi ausencia.
Amara suspira cansada viendo su reloj de muñeca —Te equivocas Clío, hay bastantes cosas que cambiaron en tu ausencia… Es mejor apurarnos.
La voz baja soltada por mi amiga, se torna resonante bajo el apuro de las personas cuando suben a sus autos y cuando otros cierran con seguro las puertas de sus grandes casas.
Más preferí permanecer en silencio, pese a la prisa de la antigua ciudad y las vacaciones alternativas, un cambio de ambiente no sería difícil en comparación del ajetreo de las cámaras.
Sin embargo, De la nada, Amara agarro mi brazo en un intento de apurarme como todos los demás ciudadanos. —Me dejaste Clío… Me olvidaste como todos los que tienen miedo del lugar al cual nacieron.
—¿Amara?
—Olvídalo, sólo tienes que venir conmigo —Murmura Amara, ya apuntó de clavar sus uñas en mi brazo pálido —¿No ha pasado mucho tiempo?
Solté un quejido pequeño y frene mis pasos torpemente, Amara estaba frente a mi, pero ya no era mi Amara, sus ojos perdieron su brillo y sus labios estaban rotos —¿Por qué lo dices?
La mirada de Amara se pierde en el cielo un momento, inconstante a sus anteriores movimientos, siento miedo por primera vez al tenerla cerca, pensé que la amistad renacida después de dos años no malgastaría nuestro lazo, quizás el resentimiento guardado por Ryan este manipulando los actos de mi amiga, además ya había pasado un año de su recuperación en el centro psiquiátrico…
—Ryan aún te ama… —Contesta Amara bajando de su mejilla izquierda una lagrima, de la cual sólo provoca que mi corazón se rompa, temía escuchar esas palabras al volver, pero el infierno sobresaliente a la voz arrastrante de Amara, solo me abate con más fuerza por dentro.
Sin decir algo más, Amara camina sola por una pequeña colinda hasta alejarse de mi, vacía menciono su nombre mientras mis pasos la siguen, extraños y altos pinos empiezan a rodear nos, dejándonos cada vez más fuera del centro de la ciudad, tengo miedo, sin embargo camino a la par de ella.
Cuando la completa oscuridad nos cubre, el repentino sonido brusco y ajeno de mi teléfono me hace saltar, ¡¿Quién podría llamarme así nada más?! Estoy temblando, tengo tantos malos presentimientos y contrario a todo, continuó acercando mi camino junto Amara.
Descuelgo y la voz firme de Ryan descarga nuestro encuentro telefónico como un golpe helado al pecho —¿Dónde estás?
—Estoy en la… —Ni siquiera puedo contestar, mi lengua se traba y un disparo retumba de la nada hacia nosotras.
Temerosa me tiro enseguida al césped y volteo hacia Amara, que permanece de pie completamente inmutada, pero al bajar mi mirada noto como su pecho ha sido desfigurado por el colapso de la bala, sangre oscura, casi negrizca salta por todo su cuerpo, un grito de dolor me traspasa al verla, mis manos amarran la tierra seca a mis uñas cuando la veo caer al suelo.
¡Amara! Como puedo me acerco a su cuerpo y sus ojos negros me acompañan como la noche fría que me costó a su amistad.
—Déjala.
—Maldito ¡¿Quién cree qué es?! —Grite al girar mi espalda y observar finalmente al hombre robusto que se otorgó un mérito de venganza.
—El cazador… El cazador de brujas.
—¡Imbécil! —Grite enervada debajo de todo el dolor que me embriagaba —¿Cómo pudo hacerlo? ¡¿Amara una bruja?! ¡Voy a matarlo!
Me lance a él sin pensarlo por mucho tiempo y lo rasguñe con fuerza, más sus brazos eran más fuertes de lo que había percibido y en cuestión de segundos me dejó de espaldas junto a su pecho, su sometimiento me provocaba aún más ira que el disparo.
Intentaba soltarme en vano, a medida que lo empujaba su cuerpo se contraía cada vez más hacia el mío, sentía la dureza de sus pectorales y la altura de su cuerpo. Su profunda respiración como su olor a pino fresco, era agradable pero estúpido… ¿En qué estaba pensando?
—¿Seguirás luchando o admitirás que yo tenía la razón?
—¡Juro que voy a demandarlo! —Exclame con rabia por la gracia de su voz al preguntar.
El suspiró cuando se percató de que mis energías por zafarme de su agarre se habían vuelto inacabadas, a pesar del cansancio y la presión de su cuerpo contra el mío, no deseaba rendirme tan fácilmente, es más, incluso con algo de suerte mi pierna apunte directo a sus partes bajas y lo calle decididamente.
Pero no lo pensé muy bien, puesto que al ver mis lentes oscuros sobre el suelo arenoso quedé aterrorizada, ¡Mis ojos! Verá mis ojos y no dudará en descuartizarme enseguida.
Cualquier minúsculo indicio le dará un oportunismo viable para acusarme de hechicera, era fácil presumir de mi nuevo color de cabello oscuro, pero un color rojo vibrante esparcido en todas mis pupilas castañas no lo hará dudar ni por un segundo.
—¿Tan rápido te has convertido en estatua? —Farfulla el cazador, sin embargo no sé qué contestarle, mis ánimos de pelear caen en picada a medida que acrecientan mis posibilidades para huir.
Cierro los ojos y tomó sus brazos que aún me sostienen —Voy tarde, déjeme ir y olvidaré su crimen.
—Matar a una trabajadora del diablo no es un crimen —Soltó el hombre a la vez en que me dejó ir, yo caí al suelo demasiado teatral para mí gusto y sujete los lentes oscuros con recelo.
Al levantarme como si nada y barrer con la palma de mi mano partes de la arena blanca, escuche la voz de Ryan —¡Clío!
—¡Viniste! —Reafirmé con una sonrisa al verlo, más mi felicidad desvaneció inmaculadamente frente a la aparición de sus ojos grises que rastreaban a un metro de distancia en mi sin ningún tipo de consentimiento, eran tan estúpidamente alejado que no encontré más remedio que señalarle el cuerpo de Amara —Nuestra amiga…
El solo se limitó a sujetarme del brazo y apartarme con fuerza del lugar, así como del cazador que lo escrutaba sin ninguna clase de respeto —No vuelvas a acercarte en esta tierra pantanosa nunca más, si te clasificarán como bruja yo jamás podría perdonármelo.
Murmuró intranquilo, apretando mi brazo para llevarme a la prisa de sus pasos —¿Qué está pasando aquí Ryan?
—Bienvenida a la dictadura de los “Nuevos Burgueses”
—¿Burgueses? —Pregunté pero Ryan bufo cansado y algo fastidiado, no conocía nada de lo que ahora era mi ciudad, el trabajo me consumió hasta el punto de nunca llamar o conectarme con los míos.
Rose y Carl están igual, pero diría que son más codiciosos al respecto, no toman vacaciones hace mucho y reprocharon mi idea de regresar a mí país. Tantas grandiosas noticias del nuevo mundo que grabe con orgullo, sin al menos por un segundo voltear a ver de donde vine.
No culpo a Ryan de su resentimiento, lo conocí siete años después de perder a Nour y al igual que el día de hoy, ningún hombre podrá comparársele a ese magnífico demonio y su huella marcada en mi corazón.
Había buscado brujas, hechiceros, nigromantes y hasta santeros con tal de establecer con Nour una mínima conexión —¡Duele! —Exclame al sentir mi brazo ardiendo por la fuerza de Ryan presionando en el.
—¡Apúrate entonces!
—¡Suéltame! No pasó nada, el no se dio cuenta de mis ojos.
Ryan paro y dirigió una mirada furiosa a mi rostro, retiro los lentes oscuros mientras sus pupilas apuntaban a la mías —Esto no es Hollywood Clío, esos iris se te han puesto más rojos que de costumbre, si un citadino te llega a ver será tu fin.
—¿Y qué pretendes qué haga? —Escupí en desesperación mis palabras a la vez que votaba de mi bolsillo otro recipiente inservible de lentes de contacto color avellana —¡No importa el color que me ponga encima! ¡Mis ojos no obedecen a nada! Desde que lo perdí, siento que se llevo una parte de mi…
Caí al suelo enfadada de mi presagio, pues desde que Nour partió al infierno, cambios nuevos vinieron, mi cabello castaño empezó a oscurecerse con el correr del tiempo, mi cuerpo se volvió inmunológicamente más fuerte, hasta al punto de que ahora no hay enfermedad que menoscabé mis huesos, mi energía funcional se multiplicó y así como mi vista mejoró hasta volverse impecable, su color se torno carmesí.
No entiendo porque todo esto me empezó suceder, sólo acepte porque en el fondo quería creer que era Nour quien arreglaba mi cuerpo para hacerlo más eficiente al momento de vernos en el mundo de los muertos…
—Levántate… No intentes hacerte la víctima otra vez —Contestó Ryan sin molestarse en creerme, ¿Realmente piensa que me gusta llamar la atención.
—Eres un idiota.
—¿Qué dijiste? —Cuestionó para después tumbarme sobre el pasto, mirándome desde encima como siempre lo hacía cuando se sentía acorralado —¿Me llamas idiota por amarte?
Abrí mis ojos sorprendida de su pregunta, ¿Seguía amándome? Sin dilaciones presionó su cuerpo contra el mío, sentí su deseo cuando sus manos se apropiaron de mí cintura y su cabello apuntaba a mi frente entre incertidumbres, sus brazos me encerraban a sus sentidos dormidos.
—Clío, olvídalo… Tienes tanto por ver aún, por probar aún…
Mis piernas temblaban y mi boca se tornaba seca hasta la garganta, un inquietante presentimiento me embalaba el pecho, no era amor, yo estaba muerta de miedo.
Pretendiendo inocentemente ocultarlo, Ryan beso mi cuello con prisa y sus abdominales se movían por más acercamiento.
—Ryan… No lo hagas, no puedo aceptar esto.
—Sólo unos minutos más Clío.
Gemí incapaz de callar todo el frenesí de su tumultuoso corazón, escuchaba los latidos de su pecho al igual que el mío, sus nervios despertaban calor en mi, hasta sentir su miembro cada vez más duro, mis senos permitían el paso de sus manos que rastreaban la cremallera de mi blusa.
—¿Te gusta? —Insinuó de la nada la voz de Ryan, pero… Se escuchaba distinta, una profundidad envolvente y burlona.
—¿Ryan? —Pregunté y soltó una risa burlona, aquella que sólo le pertenece a un ser en todo el mundo del cual comprobé por un nuevo desprendimiento de olor, un aroma embriagante llenaba su aura —¿Nour?
Como una mecha encendida y un fuego crepitante, las palmas de sus manos me quemaron la piel a cada toque, su lujuria encarnecida era un rasgo profundo y seguro de quien estaba conmigo en un cuerpo que no le pertenecía.
Sin pensarlo mucho tiempo, me lleve a su ritmo y nos desprendimos con apuro de nuestras ropas, tocaba sus músculos fascinada por como mi demonio favorito las usaba, beso mi pecho hasta mi cintura controlando cada paso de nuestro letal baile, enredada entre sus piernas, se introdujo en mi con descaro, al mismo tiempo en que pronuncia mi nombre con placer divino, yo gemí aún más por sus movimientos caóticos y distorsionados a cualquier realidad lasciva que fuera cubierta por ambos.
Era estremecedor y completamente salvaje cada punta accesible de su acto excéntrico, las pupilas grises de Ryan brillaban por ausencia frente al color verde con destellos dorados de Nour que se embarcaba en su nueva mirada, no paraba y sentía que perdía cada respeto de mi cuerpo al dejarme llevar… paseaba mis manos a su espalda anhelando abrazarlo y juntarlo con más fuerza en mi.
Incluso estaba exhausta, más seguía por la sensación irresistible que provocaba, el cuerpo humano que había poseído no era ni una pequeña parte compatible para la viabilidad de sus intenciones, después de terminar se tiro a un lado mi, cayendo nuestras cabezas a la vista de las estrellas…
Un poco avergonzada y jadeante, giré mi vista en su dirección, incrédula al notarlo abrí mis ojos deslumbrada, estaba con él, ¡Era Nour en el cuerpo de Ryan!
No logré mantener mucho tiempo la compostura y me tiré en sus brazos encantada —Tanto tiempo mi amor…
El sonrió y sentí sus dedos peinando mi cabello —No podía esperar más… fue engañoso de mi parte creer que podía soportar verte tan lejos de mí.
—Entonces… ¡¿Por qué no venías a verme nunca?! —Molesta golpee su pecho, después de todos estos años no tuvimos contacto —¿Sabes cuántas veces intente suicidarme?
—Tonta… —Murmuró dulcemente enfadado y se levanta para darme un golpecito en la frente —¿De qué te serviría morir por mí? Impedí cada uno de tus estúpidos suicidios, una cuerda sobre el árbol en tú jardín, un cuchillo sobre tus venas y el cuello, un veneno de la bruja horrenda que no se cansa de ser tan entrometida. ¿Qué se cree qué somos? ¿Romeo y Julieta?
—¡Oye! Esa es mi decisión, Liria sólo trataba de ayudarme.
—Ja, lo último que espero de nosotros es volvernos un romance de tragedia —Menciona burlón acomodando mi camisa y subiendo mi pantalón.
Su camisa medianamente expuesta me permite ver el esculpido cuerpo de Ryan, salvo que no hay movimiento de vida, no respira y ahora, tampoco escucho su corazón latiendo tan rápido como el inicio —¿Es peligroso que estés dentro de un cuerpo que no te pertenece?
—Para mí no… ¿Olvidas que tienes al rey de los infiernos en estos momentos?
—Tienes razón… Antes solo venias a la tierra como una proyección, ahora tu poder es ilimitado. —Deduje imaginando las represalias de cualquier ser que pensara en derrocarlo.
—De todas formas, no me quedaría mucho en un cuerpo tan por debajo de mis estándares… ¿Y qué hay de tus nuevos atributos preciosa? ¿Estás conforme mi amor?
—¿Tu me hiciste esto? ¡No es divertido Nour! ¡Todo el mundo piensa que soy una bruja!
El sonríe y levanta una ceja para después mover mis mejillas como una adorable niña —En ese caso eres la bruja más hermosa del mundo.
—¡Hablo enserio! —Exclame mientras recogía mi cabello y buscaba mis lentes oscuros.
—Supongo que no estas tan equivocada como crees y por eso también vine a verte, debes irte de esta ciudad lo más pronto posible.
—¿Qué está pasando aquí Nour?
Nour mira al cielo como si estuviera buscando alguna estrella perdida en el firmamento que le otorgue una respuesta —Bajo mi mandato concedí al legado de mis demonios principales las tierras que les fuere dignas de controlar a su antojo, más después de haber obtenido mi aceptación su maldad se extendió descontroladamente, Azrael atrajo a los adinerados a este dominio, pero no son ricos cualquiera, son humanos con sed de sangre y odio, depravados de ira por esta ciudad tan llena de magia… ¿Te suena familiar?
Di un brinco asustada de su mención —¡Arian y mi ciudad natal son el ápice de más brujas y hechiceros del mundo!
Nour asiente mientras mira a la lejanía —Tus nuevos dotes físicos sólo servirán de carnada en este lugar que escapa de mis leyes y el pacto que mantenemos Azrael y yo para terminar con los ángeles que habitan el mundo humano.
—¿Por qué haces eso? ¡¿Por qué Azrael odia a las brujas y hechiceros?!
Nour cruza los brazos completamente inmutado ante la pregunta —Sólo es un demonio que le gusta ver el mundo arder, tampoco lo culpo.
—¡Nour! ¿Te importa mi gente siquiera?
—¿No tienes doble moral mi amor? Déjame hablarlo con claridad, los humanos de este sitio o los humanos de la otra punta del mundo me dan exactamente igual —Acerca sus pasos y toma mi rostro con la delicadeza que le caracteriza cuando le llamo la atención —Vete mañana, yo no puedo volver al mundo humano cuantas veces me venga en gana.
Al decirlo una nube extensa y oscura se repartió por todo el cuerpo de Ryan, desesperada intente abrazar su aura para retenerlo, ¡¿Cómo se atrevía a dejarme de nuevo?! Lo había buscado tanto tiempo como para perderlo tan fácil, ¡Incluso si estuviera en el cuerpo de un vagabundo seguiría amando a ese desgraciado!
—Clío, lo siento… Por favor no llores… —Contestó de vuelta la voz agotada de Ryan, preocupada observe a mi amigo mientras constataba que efectivamente su presencia estaba de vuelta.
Toda la magia y esplendor vibrantes de Nour había desaparecido por completo, toque mis mejillas al notar algunas lágrimas traicioneras que revelaban mi encanto por el.
—Ryan… ¿Qué recuerdas?
Avergonzado mi amigo cubre sus ojos contestando en tono bajo —No debí haberte besado, siento que he corrido en un campeonato.
Yo suspiro tranquila de su respuesta y tomo su brazo para irnos al refugio cuanto antes, si Nour piensa que me detendré y huiré de mi gente, se equivoca completamente, de ser necesario… Mataré Azrael y pondré fin a esta maldita cacería de brujas.
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