Suena el despertador ya es hora de comenzar con la rutina de siempre, esa que toda mujer conoce y ejecuta a la perfección, la cual consiste en preparar el baño y la ropa para el esposo, el desayuno para él y los hijos, en este caso son una niña y un niño maravillosos y muy responsables, como toda madre está muy orgullosa de ellos
Su esposo trabaja como repartidor de una refresquera importante, no gana mucho pero tampoco les falta el dinero, se puede decir que sobrellevan la vida con lo justo en el día a día, Helena cansada de solo ser una más en esa casa en muchas ocasiones se ha ofrecido a trabajar y ayudar con los gastos de la misma su anhelo por una vida mejor la motiva a querer hacerlo, Román; un verdadero macho orgulloso y por demás celoso de su lugar al frente de la familia siempre tiene una postura muy renuente a eso, sus contestaciones lo demuestran y siempre son los mismos argumentos que no quiere que descuide sus obligaciones en el hogar y con los niños; ella en su afán por poder obtener sus propios ingresos aprovecha su tiempo libre y vende calzado por catálogo con todas las personas conocidas, su mamá una mujer muy inteligente le ha enseñado a tener dinero disponible para no ser de esas mujeres que sólo extienden el brazo y esperan lo que el esposo les puede dar, Helena creció convencida de que las palabras de su mamá son las más sabias
-Hija, gánate tu propio dinero, así te puedes comprar lo que a ti te dé la gana sin que tu esposo te reproche nada o te llegue a decir que eres una mantenida.
Es de conocimiento público que en tiempos no muy remotos los hombres tuvieron la idea de superioridad sobre las mujeres y más si eran ellos los que proveían de lo necesario
También le enseñó a ahorrar, que es bueno tener un respaldo económico para cualquier eventualidad. Y así lo ha hecho con lo obtenido de las ventas ha ahorrado lo suficiente, y hasta se puede dar el lujo de comprar regalos a sus hijos en navidad, su esposo no está ajeno a las actividades de ella pero en realidad no sabe cuánto gana
A la hora indicada se dispone a recoger a sus hijos en la escuela, aún están en educación primaria su hijo tiene once años y su hija nueve, regresan a la casa y les ordena que se laven las manos la hora de comer ha llegado después se meten a bañar y por último se sienta a un lado de ellos para comenzar a estudiar, dan las nueve de la noche su esposo aún no ha llegado, es extraño en él, normalmente llega a las ocho, o mejor dicho llegaba a las ocho la última semana se ha demorado más
Se conocieron cuando ella tenía diecinueve años, una amiga la invitó al cumpleaños de su primo y ahí estaba Román, un chico muy guapo y super bailador, la actividad que más le gusta es bailar y cuando le pidió que bailará con él no se pudo negar, después de un par de horas conversando y disfrutando de la música y del baile la invitó a salir, con el paso de los días se fueron conociendo hasta que se dieron cuenta de que estaban enamoramos, un día la pasión les ganó y ella experimento el placer del sexo, él fue el primer y único hombre en su vida, llegó a salir con varios chicos antes de él, pero algo faltaba en la relación que siempre terminaron distanciados, con Román fue distinto, con él siempre se sintió completa y feliz, después de un tiempo los mareos, vomito y cansancio se hicieron presentes al fin se dió cuenta de que ¡estaba embarazada!, él de inmediato le propuso que vivieran juntos, el poder formar una familia con una chica tan encantadora como ella lo hizo feliz, ella también estaba llena de ilusión no se pudo negar, nunca tomaron en cuenta el tema de legalizar su unión, nunca fue necesario, con estar juntos y su amor les basta.De eso se dieron cuenta cuando nació su primer hijo David, ya eran una familia, no pudo terminar una profesión universitaria, siempre le gustó cocinar y estaba preparándose profesionalmente para Chef, pero al nacer su hijo se dedicó a cuidarlo, Román siempre trabajo para que no les hiciera falta nada, después nació su hija Tania y con mayor motivo se quedó en casa.
Hace unos meses en el centro comunitario de su localidad hicieron una convocatoria para tomar un curso de repostería y como la mayoría de las mañanas está sola se dispuso a capacitarse, ahí también aprovechó para ofrecer los catálogos de calzado y así pudo comprar la materia prima que le solicitan sin menguar el dinero que Román le da para la comida y gastos de la casa.
Es completamente extraño que Román tarde demasiado en llegar, cansada de seguir esperando lava los platos que utilizaron sus hijos para cenar, ellos ya están en su habitación alistando lo que se van a llevar mañana a la escuela, escuchó que la puerta se abre y ve que es su esposo quien por fin llegó, pero al ver su semblante parece que no tuvo un buen día.
-Amor que bueno que llegas, has de venir muy cansado, siéntate, te sirvo de cenar
Siempre con su actitud cariñosa y delicada
-Sí, tuve un pésimo día y además estoy hambriento.
Le pone la comida sobre la mesa, él al probarlo hace lo que jamás hizo y jamás se imaginó que hiciera
-¿Que porquería es está?
Lo grita al mismo tiempo que avienta el plato al piso.
-¿Que no te doy lo suficiente para que hagas algo decente de comer?
Ella atónita ante tal situación se pregunta ¿dónde está el hombre amoroso de su esposo?, Él jamás se había atrevido a tanto
-Pero si es tu comida favorita, nunca te has quejado, siempre me has dicho que te encanta mi forma de cocinar
Su voz se escucha entrecortada, las ganas de llorar por lo que acaba de suceder son muy fuertes
-¡No!, que me lo como por obligación es distinto, pero no me gusta como cocinas, pensé que después de tantos años aprenderías a hacerlo pero ya veo que no
Él es de lo más hiriente, sabe muy bien que esas palabras lastiman a Helena
Sale de la cocina gritando, ella está petrificada, en todos estos años de unión han tenido diferencias pero nunca habían alcanzado estos niveles, sus hijos salen de su habitación a ver qué sucede, quieren hablar con él pero los ignora, su mamá está limpiando el desastre que dejó.
-Mamá ¿Qué pasó?
Su hijo le pregunta, nunca ha escuchado a su papá gritar de ese modo, su hija está con la mirada perdida, solo está llorando
-Nada mi vida, tu papá tiene problemas y no sabe qué hacer
Busca rápidamente una excusa para tal situación, no quiere que sus hijos se preocupen de más.
-¿Y tenía que hacer esto?
Ellos también se han puesto a la tarea de limpiar junto a ella, están recogiendo los platos quebrados.
-Fue su forma de sacar un poco su frustración, pero ya se le va a pasar, no se preocupen.
No sabe qué decir, le ha tocado inventar algo
Después de ese incidente todo volvió a la normalidad con su esposo, bueno entre comillas, ya que en realidad todo comenzó a empeorar, cada vez llegaba más tarde o en ocasiones no llegaba, ya no discutían, nunca le ha gustado hacer escenas de celos o pelear por cosas sin sentido, más bien es de las que toma todo con calma y si hay algo que le afecte primero busca la base del problema y así le da solución. En este caso no ha podido hacer mucho ya que su querido esposo no ha dado pie para siquiera hablar y para no terminar discutiendo y que les afecte a sus hijos ha decidido mantenerse callada, solo en la soledad de su habitación busca cómo enfrentar todo lo que está pasando
Sigue con su rutina, ha aprendido a hacer pastes, son como empanadas rellenas de papá con carne, de frijol o pollo en distintas presentaciones, los ingleses lo trajeron a la ciudad en el tiempo de la colonización, era lo que les ponían de alimento a los mineros y después lo adoptaron como algo típico del lugar, bueno las clases culinarias y de historia para después, les decía ha decidido empezar a vender pastes, es su forma de obtener otro ingreso, se quiere comprar un auto y con eso se va a ayudar.
Es sábado por la noche y está con sus hijos viendo una película de terror, antes lo hacían los cuatro, pero desde hace unos meses Román ya casi no pasa los fines de semana con ellos,
-Mamá ¿Porque mi papá ya no ve películas con nosotros?
Pregunta la pequeña niña.
-Tiene muchas cosas que hacer
Helena también desconoce los motivos por lo cuales su esposo pasa menos tiempo con ellos
Es lunes por la noche, solo espera que ese día pueda hablar con él.
-¡Papi!, Te extrañe, ¿Por qué no viste películas con nosotros el sábado?
La pequeña niña le dice a su papá dándole besos, el solo la carga y la sienta en su regazo
-He estado muy ocupado en el trabajo
No dice más, pareciera que su cuerpo está ahí, pero su mente está en otro lado
Terminan de cenar y sus hijos se van a dormir, es el momento indicado para que Helena le haga saber su sentir con esta situación
-Te noto distante, ¿Hay algo en lo que te pueda ayudar?
Helena se acerca a él, trata de mostrar su apoyo dándole un abrazo pero el la rechaza
-¿Tú?, ¿Ayudarme?, Jajaja no me hagas reír.
Mientras se aparta de su mujer
-No es para que te burles de mis intenciones, lo digo porque ya no pasas tiempo con nosotros y no sé qué es lo que te está pasando.
Su excusa es que su mamá ha estado un poco enferma y esos días se los dedica a ella, siempre ha sido un buen hijo, Helena no puede hacer nada ya que a pesar de llevar varios años con Román, la familia de él sigue sin aceptar su relación.
El tiempo pasa muy rápido y hoy es su aniversario, aunque no están casados legalmente ella siempre ha hecho una pequeña celebración muy íntima, va a hacer una cena para que puedan compartir los cuatro. Ya pasan las nueve de la noche y no llega, sus hijos ya se están quedando dormidos, no quiere hacerlos esperar más así que decide llamar a su esposo por teléfono
-¿Qué quieres?
contesta Román al recibir la llamada, a ella le extraña, siempre que le llamaba su forma de contestar era cariñosa.
-Amor te estamos esperando para cenar, ¿vas a tardar?
La timidez en su voz es notoria
-¿Y por qué me esperan?, ¿No esperaras que te vaya a dar de comer en la boca?, O ¿Si?
Ella se aguanta las ganas de llorar, le duele su comentario además de que evidentemente olvidó lo importante de ese día
-Quisimos celebrar nuestro aniversario, por eso te esperábamos
Lo dice apenas en un susurro
-No tengo tiempo para esas cursilerías, aún me voy a tardar, ya se pueden dormir
-Esta bien, cuidate, recuerda que te amamos
-Sí, adiós.
Colgó sin más, sus lágrimas amenazan con salir pero las contiene al ver las caritas tristes de sus bebés, como les dice de cariño
-¿No va a venir?
Le pregunta su hija, ella es una niña muy receptiva
-No mi amor, tiene mucho trabajo, vamos a cenar y a dormir.
Trata de hablar lo más tranquila posible, pero le es difícil con el nudo que tiene en la garganta
-Ya no tengo hambre
Dice su hijo, se pone de pie y se va a su habitación.
Y justo pasó lo que no quería, afectar a sus hijos
En cuestión de segundos está sola, y no puede evitar llorar, ¿será que ya no me quiere?, ¿ya no le gusto?, o lo peor ¿ya tiene a otra mujer en su vida?, son las interrogantes que pasan por su cabeza, no eso no lo creo, él no es así, debe ser porque la situación en su trabajo ha estado muy complicada, hay amenaza de huelga y eso les afecta a todos los empleados, eso es, de inmediato trata de borrar esos pensamientos no tiene porque pensar mal y atormentarse sin razón, decide hablar con él el siguiente día, sólo espera poder ayudarle y que sus preocupaciones sean menores, no quiere que se enfermé. Con estos últimos pensamientos se va a dormir.
Otro fin de semana y la situación sigue igual, ya no puede esperar, ahora sí va a hablar con su pareja. Sus dudas incrementaron al estar lavando la ropa, encontró una de sus camisas con manchas de labial, está muy molesta y él también está muy irritado, si comienza una discusión ahora pueden decir o hacer algo de lo que después se van a arrepentir, trata de tranquilizarse y esperar el momento adecuado, igual y si hermana lo saludó de beso y sin querer le manchó la camisa, no hay motivo para dudar de su esposo
-¿Vas a estar presente en la fiesta de David?
Le pregunta, cada vez es menos el tiempo que pasa con ellos.
-Es mi hijo ¿porque no estaría?
Por su forma de contestar se da cuenta de que está irritado
-Por que cada día te vemos menos
-No empieces con estupideces, mejor dime qué no quieres que esté y me largo y punto.
-Jajaja, ahora resulta que vas a hacer lo que yo te diga, por favor no seas ridículo
-No me hables así, ya me amargaste el día, será mejor que no esté hoy presente, no quiero pelear
-¿Seguro es eso o ya no quieres estar con nosotros?
-No quiero tener problemas contigo y menos este día, que es el cumpleaños de mi hijo al que amo
-Y si lo amas, ¿no crees que sería bueno que estuvieras más tiempo con él?
-Es lo que quiero, pero contigo presente no me dan ganas
Eso le dolió, sus palabras cada vez son más hirientes, no puede ni contestar por el nudo que se le ha formado en la garganta, trata de no seguir con todo esto si lo hace la discusión va a crecer y le va a arruinar el día a su hijo, se da media vuelta y se adentra en la cocina, necesita terminar de preparar los bocadillos, y eso le va a ayudar a olvidar un poco el dolor que se le ha incrustado en el pecho.
Poco a poco han comenzado a llegar los invitados, no son muchas las personas que los acompañan, solo son los padrinos de sus hijos y la mamá de Helena. Su esposo ha sido muy amable con todos, pero a ella la ha ignorado, para ella es mejor, después de lo que le dijo no quiere hablar con él, sus hijos se están divirtiendo mucho con sus amiguitos y eso es lo que importa. Por fin la fiesta ha terminado, sus pequeños le quieren ayudar a recoger todo, pero los ve muy cansados, así que los mandó a qué duerman, Román se fue tan pronto sus hijos se durmieron.
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