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Mi Novio Es Un Fantasma

Rosa púrpura

Mi nombre es Angélica Di Aragón, soy la menor de tres hermanos, mi familia es poderosa descendiente de reyes duques y todas esas realezas, los eventos y las reuniones sociales hacen parte de su cotidianidad.

Siempre vestidos con lo último de moda, sus comidas son ligeras y con las calorías contadas, sus cuerpos atléticos y estilizados, cabellera lisa muy bien peinada.

Cualquiera diría que yo no pertenezco a esta familia, mi cabello tiene unos hermosos rizos que en ocasiones cobran vida, se vuelven rebeldes y nadie los puede domar. Hasta que llegue a mis siete años mi cuerpo era atlético, pero mis medidas empezaron a salirse de control y me convertí en la vergüenza de mi familia. 

Desde los doce mi padre me prohibió asistir a eventos sociales, aunque mi madre siempre buscaba tratamientos médicos que me ayudarán con mi peso, también me llevaba a parques recreativos para que me ejercitara, claro todo esto lo hacía mientras mi padre estaba en sus constantes viajes de negocios, ella hace todo esto con la esperanza de que cuando él regresará poder sorprenderlo con alguna baja de peso. 

Al llegar a los quince mis medidas ya eran extremas, mi busto y mi trasero no eran fáciles de ocultar, mi madre ya se había dado por vencida y me compraba ropa con tallas un poco más grandes para que me sintiera cómoda, odiaba salir conmigo y encontrarse a sus amigas que me criticaban y la hacían ver a ella como la responsable del problema. 

¿Cómo permitiste que tu hija se volviera así? Era la pregunta de todas las señoras de alta alcurnia. 

A los dieciséis mi padre se aburrió de verme, decía que era un contaminante para su espacio visual, así que meses después, decidió enviarme a un pueblo lejano, cerca de un viejo castillo abandonado que en alguna época perteneció a nuestros ancestros, ahí viviría con una tía o algo así, una mujer solitaria, con la mirada triste, ya se le notan los años, pero conserva su vitalidad, quizá por el ambiente tranquilo que se respiraba a su alrededor. 

...****************...

Amelia: bueno pequeña Angélica eres bienvenida, si quieres puedes decirme tía, como verás esta casa es muy grande y solo vivimos las dos, así que puedes escoger la habitación que desees, todas son iguales, la biblioteca está a tu disposición, al igual que el resto de la casa, el pueblo está un poco retirado, pero podremos ir de vez en cuando, yo bajo un par de veces a la semana a vender especias y algunas de mis costuras, siempre que quieras podrás acompañarme, el único favor que te pido no te acerques al castillo, fue hechizado hace muchos años y todo aquel que entra en él recoge un poco de ese hechizo, por eso los habitantes del pueblo hemos decidido poner esas cerca la cual fue bendecida por el sacerdote que viene a dar la misa. 

Me voy acostumbrando a vivir con Amelia, la casa es muy bonita es de dos pisos en el primero tiene una la sala es muy grande y tiene grandes ventanales con vista a un hermoso bosque, hay un bonito piano que Amelia toca en algunas ocasiones, la biblioteca es enorme y tiene libros de los que jamás había escuchado hay muchas fotos una llamo mi atención es de un joven muy guapo, diría que es de otro mundo.

Por la ventana de la amplia cocina se ve directo al viejo castillo, es muy imponente debió ser muy bonito y elegante, lástima que haya sido abandonado, aunque Amelia me ha prohibido ir hasta esos terrenos todos dicen que están malditos. 

También hay un sótano donde se guardan las reservas de comida para el invierno que suele ser muy frío y nadie quiere salir de casa, en el segundo piso hay diez habitaciones en cada una hay un baño con una bañera enorme, esta era la casa de invitados cuando se realizaban eventos en el castillo, el segundo piso tiene un balcón que rodea toda la casa, desde él se puede ver desde la entrada del pueblo, también el nacimiento del río que es por el lado oeste del castillo, se ve la copa de los árboles del bosque y las aves grandes que tienen nido en aquellos árboles. 

El bosque es atravesado por un río de aguas cristalinas, el ruido del agua llega hasta la casa y en las noches es un arrullo que da tranquilidad y me ayuda a dormir. El lugar es rústico, tiene solo electricidad, pero no hay electrodomésticos o lujos, se cocina en leña y el agua se debe traer del río en baldes o recoger de la lluvia.

Hace unos días, tuvimos una fuerte tormenta, con vientos muy fuertes varios árboles del bosque se cayeron y el río a causa de las intensas lluvias se desbordó causando inundación en algunos pueblos cercanos, uno de los árboles derribó la reja del castillo, todo el pueblo se unió para reparar el daño, debían evitar que según ellos los fantasmas salieran a recorrer el pueblo. 

Esa noche me fui a dormir temprano, me sentía cansada, habíamos estado en el pueblo vecino ayudando a recoger los escombros que había dejado la inundación, a la madrugada sentí que alguien caminaba por el cuarto y rato después se sentó en el sillón frente a mi cama, no sentía miedo, nunca había creído en cosas sobrenaturales así que me senté mire a mi alrededor y solo vi la ventana entre abierta, pensé que quizá mi tía había pasado a ver si dormía y la abrió por el calor que hacía.  

Al día siguiente mi tía despertó un poco tarde y no quise parecer una niña tonta asustada por algún ruido, al caer la tarde estaba en la cocina haciendo la merienda cuando sentí que alguien pasó junto a mí, yo estaba de espaldas, camine hacia la sala y mi tía estaba concentrada limpiando el piano, así que decidí regresar a la cocina, quizá únicamente fue el viento que entraba por la ventana. 

Esa noche puse mucha ropa en el sillón y lo puse contra la puerta, dejé la luz prendida, pero a la madrugada nuevamente sentí como caminaban por la habitación y la ropa cayó al suelo, decidí prender la lámpara, pero no había nadie ahí, el sillón seguía en su lugar y la ropa continua donde la había dejado. 

No puede ser, tras de gorda, me estoy volviendo loca, definitivamente no creo que vuelva con mi familia, cada día estoy de mal en peor, volví a apagar la luz y entonces sentí que se acercó a la cama, en ese momento si sentí pánico, pero aun así prendí nuevamente la lámpara y así amaneció hasta que desperté en la mañana. 

En la mesa de noche encontré una nota con una escritura muy extraña.

No temas, no quiero hacerte daño

Por un momento pensé que era alguien del pueblo que me estaba jugando una broma, pero como decirle a mi tía, ella no creería en mí, es más yo no creo que sea verdad. 

Así siguió pasando por muchas noches, llegaba y se sentaba en el sillón o simplemente se paraba al lado de la cama, tenía un vestido antiguo como de la realeza, era un hombre joven, como el de la foto, pero se veía cansado, se quedaba un rato y luego se iba, ya no podía suponer que mi mente estuviera mal, así que decidí decirle a mi tía. 

Angélica: Tía alguna vez has visto o oído algo extraño en esta casa. 

Amelia: No, nunca, por que lo preguntas. 

Angélica: desde hace unos días un joven entra a mi cuerpo a la madrugada y se sienta en el sillón o se para al lado de la cama. 

Amelia: Hija no será imaginaciones tuyas, eso es imposible. 

Lo dicho Amelia no me creyó y es que hasta mí se me hace difícil de creer. 

Las visitas continuaron todo era igual hasta esta mañana, al despertar encontré una rosa púrpura al lado de mi almohada, salí corriendo de la alcoba a buscar a Amelia, quería agradecerle por tan hermoso detalle desde el balcón pude ver que estaba en el bosque recogiendo algunas especies para condimentar las comidas.

Baje corriendo y fui hasta ella, con la flor en la mano, Amelia se sorprendió al verme 

Amelia: veo que despertaste de muy buen ánimo. 

Angélica: quería darte las gracias por la rosa, esta muy bonita y huele delicioso. 

Amelia: Hija me preocupas, de que rosa hablas. 

Angélica: de esta la encontré al lado de mi almohada ¿tú la dejaste? 

🗨️ Amelia palideció al ver la rosa en mis manos.

No estoy loca

Amelia: ¿De donde sacaste esa rosa?

Angélica: ya te dije tía, la encontré al lado de mi almohada cuando desperté. 

Amelia se quedó pensando, tomó la cesta de las especias y se dirigió a la casa, entró a la cocina y después se dirigió a mí cuarto, reviso y miro por todos lados. 

Amelia: ¿es la primera vez que encuentras algo así en la mañana?

Angélica: no antes había encontrado una nota. 

Amelia: niña y por qué no me dijiste nada. 

Angélica: yo te pregunte, si habías visto o escuchado algo extraño y me dijiste que no, me dio miedo seguir insistiendo en lo mismo. 

Amelia: presta veo la nota. 

🗨️ Angélica sacó la nota de uno de sus cajones, la caligrafía era hermosa. 

En cuanto Amelia la tuvo en sus manos las palabras desaparecieron del papel, por lo que tuvo que sostenerla para que ella pudiera leer. 

Amelia: Santo Dios, pero que locura es esta, que clase de magia hay en ti muchacha, tendré que llamar al cura para que te haga unos rezos y pida por tu alma. 

🗨️ Amelia se fue y una hora después llegó con el sacerdote, quien más que preocupado, se veía muy intrigado por Angélica . 

Cura: y dime niña cual es tu nombre. 

Angélica: me llamo Angélica DiAragon. 

Cura: o sea que tu eres descendiente de los herederos de la monarquía Di Aragon, servidores de Dios y que dieron su último aliento convatiendo la maldad, claro que eso fue hace muchos años, los dueños de ese apellido ahora sólo piensan en fiesta y celebración, no saben mucho de sus legados. 

¿Y tú por qué estas aquí? 

Amelia: sus padres la mandaron por rebelde y calentóna, aunque hasta ahora no he visto rastro de eso en su diario vivir. 

Angélica: eso no es cierto, ellos me mandaron aquí por gorda y porque mis cabellos son indomables, se averguenzan de mi y les da pena que me vean con ellos en público. 

Cura: pero como puede alguien avergonzarse de su propia sangre, tú sólo está un poco trastornada por los maltratos de tu familia, cada noche antes de dormir rezaras el rosario y ya veras como dejas de ver esas cosas y amelia asegúrate de cerrar todo muy bien estoy seguro que esto es obra de algún bribon del pueblo que les quiere hacer una mala jugada. 

🗨️ El cura y Amelia salieron de la casa y hablaron largo rato en las sillas del jardín, Angélica entendio que no me habían creído y que si seguía con el tema la tildarian de loca, así que decidió seguir los consejos del cura, haría el rosario antes de dormir pero solo para comprobar que ella no estaba loca, y que lo que entra en mi habitación no era resultado de su imaginación.

Durante nueve días, muy juiciosa Angélica rezó el rosario, algunas noches Amelia la acompañó, aunque ella no era de mucho rezar, aún así Angélica siguió recibiendo la visita de su inusual visitante a la misma hora de siempre.

Amelia se asegura cada día de cerrar muy bien todas las ventanas por lo que en la noche se sentía un calor insoportable, para aminorar un poco el calor, deja una jarra de agua fresca para que angélica no tuviera que salir de su cuarto.

Angélica noto que la jarra amanecía casi vacía todos los días.

Amelia: es bueno que tomes bastante agua en estos días de calor.

Angélica: si señora, ya no entra ni el aire con las ventanas cerradas.

Amelia: y así seguirán, para tu tranquilidad y la mía. 

Angélica continuó con sus quehaceres y en la noche volvió a subir la jarra con agua. 

🗨️En los días siguientes Angélica trata de pasar su dia ocupada para acostarse cansada, así la jarra siguió amaneciendo casi vacía y Angélica ya no se despierta a la madrugada. 

Después de varios días encontró una nueva nota. 

"Gracias por el agua" 

🗨️ Angélica la guardo en el cajón junto a la primera nota y la rosa. Después de darse un baño salió con rumbo al bosque le ayudaría a amelia con la recolección de especias y madera, el invierno se acerca. 

Camino hasta adentrarse a una zona que ella no conocía, en ese lugar los rayos del sol se filtran muy poco por entre las ramas de los enormes y tupidos árboles, sin darse cuenta se encontró frente a un oso hambriento, sintió que llegaba su final al ver al oso dirigirse hacía ella, cerró los ojos y cubrió su cara con sus manos, cuando una sombra se puso frente a ella y el oso retrocedió para luego salir corriendo, la sombra desapareció y ella solo pudo dar unas gracias que se desvanecieron en el aire al igual que la sombra. 

Cómo sabía que nadie le creería sus historias decidió empezar a escribirlas, cada noche escribiría lo que sintiera en el día por mínimo que fuera. Esa noche se fue a dormir y sin darse cuenta dijo " hasta mañana" a la mañana siguiente encontró una nota junto a su almohada. 

" no puedes ir a la zona apartada del bosque, puede llegar a ser peligroso. 

Dulces sueños" 

Angélica dio las gracias nuevamente se puso en pie, se dio un baño y bajó a buscar a amelia que estaba en la cocina. 

Amelia: Hija ayer trajiste azafrán, donde lo has conseguido, ya es difícil hallarlo. 

Angélica: estuve en la zona sur del bosque, por la orilla del río, es muy bonito aunque me encontré con un oso muy gruñón. 

Amelia: ¡un oso gruñón! Y solo dirás eso, te ha hecho algo, te ha atacado, esos osos no son nada amigables, espero que no vuelvas por allá o por lo menos no sola. 

Angélica: pero si yo no estaba sola. 

Amelia: a no, entonces con quien estabas, no me digas que ha vuelto tu fantasmita y ahora te acompaña a todos lados. 

Angélica: no tía, cómo se te ocurre, andaba con Dios y la Virgen, no es lo que siempre dicen ustedes. 

Amelia: es cierto hija, tienes toda la razón, pero por favor no vuelvas por esos lados, no quiero que corras riesgos. 

🗨️ Angélica seguía con sus actividades, no le gusta estar sin hacer nada, hoy quiere limpiar un poco la biblioteca y se sorprendió al descubrir que unas cortinas negras que cubría todas las ventanas, por un momento pensó que estaban así por el tiempo que llevan puestas, pero no, en realidad son de color negro, un tono poco adecuado para un sitio de lectura, con curiosidad fue a buscar a Amelia para preguntarle. 

Angélica: ¿sabías que la biblioteca tiene cortinas negras? Me dejarías cambiarlas, creo que un poco de luz no caería mal. 

Amelia: Claro que puedes cambiarlas, un poco de vida no le vendría mal, pero entonces debes tener cuidado al quitarlas, esas cortinas están muy en lo alto deberás usar una escalera. 

Angélica: tranquila tía, tendré cuidado ¿me puedes decir donde encuentro cortinas limpias?

🗨️ La verdad es que Amelia se preocupa por su sobrina y aunque nunca a tenido alguien a quien cuidar, Angélica le parece un ser indefenso y falto de amor.

Amelia: en el tercer cuarto a la izquierda, allí en el baúl podrás encontrar todo lo que buscas, no te esfuerces tanto, pareces una hormiguita corriendo por toda la casa. 

Por cierto en dos días cumples años que te gustaría para celebrarlos. 

Angélica: no sé, hace muchos años que no celebró mi cumpleaños, llegué a pensar que hacerlo era algo malo. 

Amelia: pues yo te los celebrare. 

🗨️ Angélica se fue corriendo al lugar donde encontraría las cortinas, eran bastante pesadas y a pesar de llevar años guardadas olían muy bien. 

Llegó a la biblioteca y tenía sus manos ocupadas para abrir la puerta, pensó poner las cortinas en el suelo, pero se podían ensuciar, trato de buscar formas para abrir hasta que hmm... De la nada se abrió la puerta. 

Muchas gracias dijo Angélica y sonrió por lograr la ayuda que necesitaba. 

Sacó la escalera y nuevamente la puerta fue abierta, Angélica pensaba que de verdad estaba perdiendo la cabeza. 

Hasta que su tía fue a revisar que hacía y se sorprendió al ver que la biblioteca tiene vida nuevamente. 

Amelia: hacia años que la luz no entraba aquí, desde la tragedia del príncipe. 

Angélica: ¿príncipe? Entonces es cierto que somo descendientes de reyes y príncipes y todo eso.

Amelia: Sí, el príncipe Fausto, de la primera generación de tu familia, mira es él de la foto. 

Angélica: era muy guapo. Y esta pareja de acá quienes son, no puedo evitar notar que la niña de parece a mi. 

Amelia: ellos son los primeros reyes, datan de la era de los turcos, el señor ganó muchas batallas, pero perdió a su esposa y a su hija por una peste que atacó al pueblo. 

🗨️ Angélica que leía mucho, relacionaba esa historia con varios siglos atrás, pero estaba muy interesada en saber más. 

Angélica: Y todos ellos hacen parte de mi familia. 

Amelia: bueno si lo vemos desde el punto de genético, no dudo que tengas una milésima de los genes de los reyes o el príncipe. Pero han pasado tanto años que ya no te podría decir en qué nivel de consanguinidad estarías relacionada con ellos. 

🗨️ Para cuando Angélica terminó de cambiar las cortinas se acercaba el medio día. 

Amelia: señorita vamos a almorzar, ya debes tener hambre, ve, aseate y te espero en el comedor. 

🗨️ Angélica subió corriendo la gradas como era su costumbre, entro a su cuarto y busco algo cómodo para ponerse, se dirigió al baño y tuvo una inquietud

Angélica: ¿Será que me observan cuando me baño? 

Por primera vez se aseguró de cerrar la cortina del baño y se dio un baño rápido. 

Salón de baile

🗨️ Días después, después del almuerzo a Amelia le pareció buena idea tomar una siesta, Angélica no estaba de acuerdo, pero estaba acostumbrada a obedecer sin protestar.

Cuando llegó a su cuarto decidido organizar de nuevo la ropa en el armario, pero antes limpio un poco los cajones encontrando algunas fotos antiguas, pero muy antiguas, en donde se podían apreciar partes, del que ella creía sería el interior del castillo, eran de algo así como una celebración, una fiesta. La dejó sobre la cama, se las mostraría a Amelia en cuanto ella despertará.

Al terminar de organizar la ropa aún el sol estaba resplandeciente por lo que pensó que sería bueno ir al río a refrescarse, tomó una toalla, unas sandalias, le aviso a Amelia quien ya había despertado, ahora se encuentra trabajando en su vieja máquina de coser.

Amelia: mucho cuidado con irte muy lejos, no corras riesgos innecesarios y por favor regresa antes del anochecer.

Angélica: si señora, así lo haré.

Y salió con dirección al bosque, al llegar al río el agua esta cristalina, se sentó en una piedra enorme que en la parte inferior tiene una parte plana como una cueva, el lugar perfecto para sentarse y quedar casi sumergida en el agua. Estuvo un buen rato en el agua hasta que una nube oscura cubrió el cielo, era mejor volver a casa 

Al llegar a casa es hora de preparar la cena, después de cambiarme la ropa mojada baja a la cocina para ayudarle a Amelia. 

Amelia: Hija me ayudas a poner la mesa. 

Angélica: si claro ya mismo. 

🗨️ Minutos después Amelia servía la cena, de verdad estaba hambrienta y Amelia cocina delicioso, además le guardaba una sorpresa un delicado pastel con una bonita decoración.

Angélica: y esto, muchas gracias tía, no recordaba que hoy fuera mi cumpleaños.

Amelia: me encargaré de que célebres cada uno de esos días tan importantes para ti, aún eres una niña hoy cumples tus 17.

🗨️ Pero de pronto el silencio de la casa se interrumpió por el toque de una melodía de piano, Amelia palideció y Angélica fue hasta la sala, no había nadie solo sintió una brisa pasar por su lado dirigiéndose a la escalera. 

Amelia se acercó. 

Amelia: me puedes decir ¿qué fue eso? 

Angélica: no sé, quizá fue el viento o nuestra imaginación, esta casa es tan antigua que debe sonar hasta cuando el viento sopla. 

🗨️ Cada una se dirige a su habitación, de la que no vuelven a salir en toda la noche. 

Al día siguiente Angélica despierta un poco tarde y encuentra una nota un poco más extensa al lado de su almohada. 

Gracias por darle vida a la biblioteca.

Puedes bañarte t****ranquila nunca entraré al baño contigo, a no ser que me invites. 

Disculpa por lo del piano no quise asustar a Amelia,  pero hace tanto tiempo no lo tocaba que no pude resistir la tentación, felicidades por tu cumpleaños, quisiera darte un regalo especial, muy pronto lo tendrás.

🗨️ Guardo las notas con las otras y justo en ese momento tocaron a su puerta. 

Amelia : ¿Angélica estas despierta? 

Angélica: si tía, pasa. 

Amelia: ¿si pudiste dormir? 

Angélica: como una roca ¿y tú? 

Amelia: la verdad no, sentí un poco de miedo y si lo que tu dices que ves, se quiere manifestar. 

Angélica: no te asuste trata de estar tranquila, no creo que vuelva a suceder. 

🗨️ En los siguientes días la tranquilidad reino en la casa, aunque en la habitación de Angélica, empezaron aparecer rosas color púrpura, cada día encontraba una al lado de su almohada, decidió llevar un jarrón a su cuarto y ponerlas en él. 

Angélica empieza a pasar mucho tiempo en la biblioteca, quiere saber todo acerca de su familia, ha encontrado álbumes y escritos de diferentes épocas, hoy encontró un documento con el mismo estilo de letra de las notas que encuentra en su habitación, data de 1825, casi doscientos años atrás. 

Amelia pasa a llamarla, es hora de cenar

Amelia: Hija no crees que ya son demasiadas horas de encierro, no has vuelto a ir al bosque, pasa algo de lo que deba preocuparme. 

Angélica: no tía, solo quería saber un poco de mi familia y mira encontré esto, la letra es similar a la de la nota que encontré en mi habitación. 

Amelia: no me digas que sigues guardando esa nota, hay muchas personas que escriben de similar manera, mejor vamos a comer ya casi es hora de irnos a la cama. 

🗨️ En la cena Amelia le informo a Angélica que iría al pueblo. 

Amelia: ¿quieres ir conmigo mañana al pueblo? 

Angélica: pero si estuvimos en el pueblo hace un par de días.

Amelia: si pero debo comprar algunas cosas, además tengo una sorpresa para ti.

Angélica: pero si ya me diste mi regalo de cumpleaños, qué más me vas a dar.

Amelia: mejor quedate en casa, así no tendrás que levantarte temprano.

🗨️ A Angélica le pareció bien no tener que ir al pueblo, su tía hace muchas visitas y aunque todos son muy amigables el recorrido es agotador. 

Después de dejar todo limpio fueron a sus respectivas habitaciones, como ya era costumbre con una jarra de agua debido al calor. 

Muy temprano al amanecer Amelia paso al cuarto de Angélica y la vio dormir profundamente, salió camino al pueblo después de dejarle el desayuno listo. 

Casi media mañana Angélica despertó, encontró una nota al lado de su almohada. 

Buenos días, quisieras escucharme tocar el piano. 

Angélica: Sí, si. 

🗨️ Angélica estaba muy emocionada, Amelia hace un tiempo no quiere tocar más después del susto de días pasados.

Cuando el piano empezó a sonar la casa dio un cambio total, las paredes se llenaron de luz y Angélica podia ver el salón lleno de parejas que bailan al compás de la música, entre ella una mujer muy parecida a Amelia.

Angélica se acercó hacia ella un poco asustada.

Angélica: Tía has regresado pronto del pueblo. 

🗨️ La mujer solo le sonreía, hasta que un caballero se acercó y ella fue a bailar con él, vestían grandes trajes, hermosos, elegantes, de bellos colores, en la casa habían muchos empleados que caminan entre los danzantes ofreciendo copas de vinos y delicados pasabocas, en un esquina de la sala, una mesa decorada elegantemente con tonos similares a las cortinas, tenía varios platos exquisitos a la vista, también habían postres y otros entremeses. 

El piano detuvo su música y todo volvió a la normalidad, desaparecieron los danzantes y la casa volvió al color tenue de siempre, en ese momento llegó Amelia, eran casi las cinco de la tarde, el desayuno estaba en la cocina y Angélica seguía con la ropa de dormir. 

Amelia: veo que has tenido un día de holgazaneria hija, me preocupa que estuvieras metida en la biblioteca todo el día 

Angélica: me levante bastante tarde y estuve acostada en el sillón y se me paso el tiempo. 

Amelia: no tienes que dar excusas hija, sabes que aquí puedes tomar el tiempo que desees para divertirte, bastante has hecho estos días, le has cambiado la imagen a esta casa, pero ahora te tengo una sorpresa, ve y date un baño y alistate para cenar, debes tener hambre no has comido nada en todo el día. 

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