***Por décadas he tenido el mismo sueño. Cada noche sueño un pequeño fragmento que parece ser parte de un rompecabezas que no puedo completar, aquellas partes están incompletas y me dejan muy confundido. Sin embargo, no le daría tanta importancia si no fuera porque en esos sueños se encuentra un ser bastante particular, aún no logré distinguir su raza por lo que me cuesta mucho saber de quien se trata, pero algo dentro de mí me dice que realmente me siento atraído por él.
Por momentos imagino que puede ser parte de algo que podría pasar, de hecho, he tenido sueños predictivos. Pero me pregunto cuando podré conocerlo...
Mi familia es de un linaje peculiar, por eso es muy respetada. Se supone que yo soy el futuro heredero a un trono, por lo que muchos me quieren muerto... Por si no lo dije antes, soy un vampiro de clase pura, por esa razón es que muchos creen que soy una amenaza y prefieren acabar con mi vida en lugar de darme una oportunidad.
De momentos nadie lo sabe, pero siento mucha presión. Mi padre no me deja si quiera tomar un respiro o salir a conocer lo que se encuentra más allá del castillo, él cree que con estudiar un par de libros y memorizar sus puntos débiles podré acabar con cualquier ser que se cruce en mi camino. Los vampiros de todas las clases esperan mucho de mi... y con mucho me refiero a la muerte para así poder usurpar mi lugar. Debo estar al pendiente de estudiar hasta el más mínimo ser que pueda existir para saber manejarlo por si algún día me encuentro en apuros y mis sirvientes terminan traicionándome.
Por momentos desearía no ser el futuro heredero.
Nunca me importó eso de heredar el trono, lo único que causaba en mi era tristeza... Siempre de pequeño tenía que temer por mi vida y es que por ser un vampiro puro no significa que no pueda morir.
En los tiempos que estamos todos piensan que los vampiros poseen una piel sensible a la luz del sol, pero lo que no sabían es que es una mentira, como el usar una cruz para dañarnos. Existen vampiros que son creyentes y nos causa mucha risa que nos vean de esa manera. Aquellos vampiros de más bajo perfil, se sienten intimidados por los de clases más altas y se camuflan con los humanos para conseguir comida fácil.
Pero bueno me fui por las ramas.
Luego de tantos años por fin llegó el gran día, fue la primera vez que tomé la decisión más grande de mi vida. Iba a escapar. Me sentía mal por desobedecer a mi padre, pero en el fondo de mí sentía algo que me llamaba. Ya que nunca logré salir del castillo quería saber si era tan aterrador y peligroso como se describía en los libros de los que tanto estudié por siglos.
No dudé en escabullirme por el jardín, solo esperé que todos se encontraran cenando. En casa se cenaba a las cuatro y media Am. A esa hora me entregaban mi copa de sangre diaria antes de dormir, luego de servirme los sirvientes se iban a cenar ellos por lo que tenía un pequeño momento libre de vigilancia.
Corrí por los pasillos y bajé escaleras intentando hacer el menor ruido posible, no quería llamar la atención de nadie. Mi madre y mi padre casi nunca se acercaban a mi habitación, y allí es donde me encontraba casi todo el tiempo, por lo que no me preocupaba que me fueran a buscar. Comer solo tampoco me gustaba mucho, pero tomé esa ventaja para salirme con la mía.
Mi habilidad con el vuelo nunca la puse en práctica, después de todo pensaba que nunca lograría salir del castillo. Pero el destino golpeó en el rostro. Lo poco que estudié intenté ponerlo en práctica y debo admitir que no me salió a la primera jaja. Pero a la quinta logré elevarme lo suficiente como para pasar los muros del castillo.
Mi felicidad no duró mucho porque apenas logré cruzar unos centímetros más allá del muro mi cuerpo cedió y terminé besando el suelo.
-A-Auch...- Por primera vez sentí dolor y aunque era leve debo admitir que me encantó sentirlo, era mejor que sentirme muerto en vida. En cuanto levanté la mirada pude contemplar un hermoso bosque lleno de árboles que en conjunto con las piedras y algunos pequeños animales creaban un hermoso paisaje. Aquellos colores vivos que se iban intensificando a medida que el sol iba apareciendo me hacían sentir realmente bien.
Pero aquel sentimiento de armonía y tranquilidad desapareció en cuanto sentí una presencia detrás de mí.
En cuanto intenté girar para descubrir de quien se trataba una mano cubrió mis ojos mientras alguien me sujetaba desde atrás. Escuché vagamente sus voces, pero no lograba entender nada de lo que decían.
-¡¡Ayuda!! ¡Alguien, por favor! - Intenté gritar con fuerza para alarmar a los guardias, pero cubrieron mi boca y me ataron de pies y de brazos, me vendaron los ojos y al parecer olvidaron conseguir una mordaza porque quien me cargaba aún tapaba mi boca mientras me transportaba. Lo mordí tan fuerte como pude para que me soltara. Pero fue inútil porque tan pronto lo mordí me dio un golpe que me dejó inconsciente.
Desperté con un terrible dolor de cabeza y en medio del bosque, me encontraba libre y desatado, pero no entendía lo que sucedió. Mis dudas se desvanecieron en cuanto caminé hasta un pequeño lago que se encontraba frente a mí, era bellísimo, su color tan cristalino me dejó en paz por un momento, caminé hacia él con la ilusión de ver aquellos peces tan llenos de energía que saltaban como si dieran un show.
Lo contemplé por un momento hasta que pude notarlo. Frente a aquel lago y sentado bajo un árbol se encontraba él, el ser que siempre aparecía en mis sueños.
Me quedé atónito, no podía creer que fuera real. Se encontraba dormido, pero con tan solo verlo podía sentir un hormigueo en mi estómago.
-O-Oye***...-
-***O-Oye... Despierta...- Me pareció extraño sentirme así, después de todo luego de tantas décadas encerrado en esa prisión llamada castillo, jamás llegué a sentir nada, ni siquiera por vampiros de un linaje similar al mío.
Pero ahí estaba yo, como idiota intentando despertar al ser de mis sueños. ¿No suena extraño? En mi cabeza se cruzaban miles de ideas. ¿Y si él los mandó a buscarme? O tal vez... ¿Si él también quería darme caza? En el fondo me sentía un poco asustado, por el miedo a lo desconocido, pero su rostro se veía tan sereno... Tan tranquilo y relajante como el lago junto a nosotros.
Pero lo pensé dos veces, por lógica si él quisiera darme caza seguramente hubiera tomado la oportunidad cuando me encontraba inconsciente, sin embargo, cuando desperté me encontraba ileso, desatado y fuera de peligro...
- ¿Acaso él me ayudó? -
Me acerqué a su rostro y lo observé detenidamente por un momento, se veía tan delicado como el de una dama, su larga cabellera rubia me dejaba deseoso por acariciarla.
Pero me sentía algo cansado, me recosté a su lado por un momento sobre el suelo y me quedé observando cada pequeño detalle de su rostro.
No tardé mucho en quedarme dormido junto a él, su aura era tan cálida que cualquier ser se sentiría a gusto solo con estar a su lado. En cuanto desperté lo primero que pude ver fue a aquel ser sentado frente a mí junto al lago lanzando piedras al agua. Admito que incluso de espaldas se veía muy bien.
-Hola...- Dije algo tímido mientras me levantaba del suelo y sacudía el polvo de mi ropa.
-Hola ¿Cómo te encuentras bello durmiente? - Respondió el ser de raza desconocida en tono de broma mientras se volteaba dirigiendo su mirada hacia mí.
- ¿B-Bello durmiente? - Mi rostro se ruborizó por primera vez en cuanto lo vi, sus ojos eran de un color gris tan intenso que podía sentir como desnudaba mi alma. Su mirada era algo fría, pero al mismo tiempo cálida. No sabría expresar con palabras la cantidad de emociones que sentí en tan solo ese momento.
-Sí, te he dicho bello durmiente. ¿Acaso no me recuerdas? - Se creó un silencio incomodo en lo que esperaba por una respuesta, pero yo aún no comprendía lo que decía.
Me hablaba en un tono tan familiar como si me conociera desde hace tiempo, pero honestamente nunca había salido del castillo y aunque si lo he visto en sueños, me sentía muy confundido.
-Disculpa, pero no estoy seguro de lo que dices. No recuerdo haberte visto por el castillo. -
Por un momento su rostro se mostró algo descontento como si algo le molestara, pero luego de unos segundos volvió a ser el mismo ser tan animado y bromista que conocí al despertar.
-Me gustaría que me acompañaras a un lugar. - Dijo tomando mis manos, mientras su mirada se fijaba en la mía haciendo imposible el negarme ante tal petición.
El silencio se apoderó de mí. ¿Realmente quería seguir viviendo excluido del mundo encerrado en mi habitación o decidiría salir al mundo y encontrar nuevas emociones por mi cuenta? La idea de sentir algo nuevo me tentaba mucho, pero si yo me fuera así sin más, lo más probable sería que buscaran al culpable, aunque la decisión fuera mía, lo más probable sería que lo sentenciaran a él.
Solté un suspiro algo leve. - Lo siento, aunque me gustaría mucho. Este no es el momento adecuado para huir.
Tomó mi cintura sin alejar su mirada de mí y me acercó a él. -No importa si aún no es el momento, pero prométeme que te encontraré aquí mañana y podremos vernos nuevamente. - Dijo en un tono suave mientras su mirada se iba tornando en un color lila.
-El color de tus ojos...-
- ¿Hm? - Me miró confundido.
-Eh... No, nada jaja. Prometo venir mañana a la misma hora. Desde aquí puedo ver donde se encuentra el castillo así que no puedo perderme jaja. - Dije algo avergonzado, ya habrá tiempo para preguntarle sobre esas cosas luego.
-No sabes cuánto me alegra oír eso, aquí estaré. -
Me soltó de la cintura, dejándome libre antes de escoltarme nuevamente al castillo. - Si vuelven a intentar dañarte o tienes alguna ligera sospecha de alguien, no dudes en decirme. - Soltó en un tono frío y serio, sus ojos volvieron a ser grises y su actitud se volvió algo seca.
-Entonces... Quien me ayudó con esos captores... ¿Fuiste tú? -
-Jajaj Sí, espero que no te moleste, solo vi un lindo vampiro en apuros y decidí ayudarlo. - Dijo rascando su nuca algo avergonzado, cambiando su tono nuevamente al de un ser cálido.
Solté un suspiro de alivio y lo tomé por sorpresa jalando su chaqueta, lo atraje hacia mí y le di un pequeño beso en la mejilla. -Realmente te lo agradezco, no sé qué hubiera sido de mí sin tu ayuda. - Le sonreí en símbolo de gratitud y me dispuse a volver al castillo.
Subí las escaleras y corrí por los pasillos a toda velocidad y la verdad es que para mí buena suerte me encontré con un viejo amigo en los pasillos, Michael.
-Señor Bastian, es muy extraño encontrarlo fuera de su alcoba. ¿Se le ofrece algo? - Dijo el joven sirviente.
-Eh... Claro... La verdad es que me sentía algo solo y decidí salir a estirar las piernas jaja ¿Quieres acompañarme? -
-Mi señor, acabo de terminar con mi deber, nada me haría más feliz que acompañarlo. Pero el término “Salir a estirar las piernas” no le queda a un príncipe tan joven como usted. -
-Ya te lo he dicho Michael, no te dirijas a mí con tanta formalidad. No me gusta. -
-Si yo a usted lo tratara como a un igual o un simple amigo, el rey se molestaría mucho. No me gustaría sentir la furia de su padre jaja...-
-No te preocupes, mi padre no está aquí. Me gustaría que las cosas fueran como cuando era pequeño, no puedo recordar mucho por alguna razón, pero recuerdo que tú y yo jugábamos tranquilamente sin preocupación alguna... Maldigo el día en el que decidieron nombrarme futuro heredero. - Suspiré algo molesto observando a mi fiel amigo y gran confidente Michael.
-Espero que te retractes de aquellas palabras si no quieres vivir encerrado en tu cuarto el tiempo que me resta de vida. -
Soltó una voz muy fría e imponente detrás de mí***.
-***Espero que te retractes de esas palabras si no quieres terminar encerrado en tu cuarto por lo que me resta de vida.-
Mi piel se erizó al oír aquellas palabras. Era mi padre y se notaba realmente molesto, se destacaba por llevar al pie de la letra cada regla real y por gobernar ante todos los tipos de vampiros sin discriminar su poder, sangre o linaje. Por esta razón es muy respetado.
Sin embargo... Todo su tiempo lo emplea día a día en reinar como un vampiro justo y respetable, no tiene tiempo si quiera para tener una simple charla conmigo.
-Su majestad ¿Cómo se encuentra hoy? - Dijo Michael mientras hacía una reverencia en señal de respeto.
-Padre, tal vez me he excedido con lo que he dicho, simplemente fue un momento de enfado, no lo dije en serio. Me disculpo. - Dije desviando la mirada algo molesto.
-No creas que ser el futuro heredero es fácil, la vida está llena de desafíos, tendrás que enfrentarte a diario con ellos y es por esa razón que debes estudiar cada uno de los posibles peligros. Eres especial, tienes algo que muchos desean y no puedo darme el lujo de cumplir tus caprichos de niño mimado, dejando que vivas ingenuamente tu vida sabiendo que corres peligro.
-Lo entiendo. -
-Ahora que lo entiendes, regresa a tu cuarto y sigue con tus estudios. - Dijo fríamente mientras me observaba con desprecio.
-Eso haré padre. - Miré a Michael algo apenado antes de volver a mi cuarto y soltar un suspiro de alivio. A pesar de todo nadie sospechó de mi ausencia en el castillo, pero estuve cerca de ser condenado al encierro. - Debo ser más cuidadoso con mis palabras...-
Dejé caer mi cuerpo sobre mi cama, me sentía realmente cansado por todo lo que tuve que pasar, no estaba acostumbrado a hacer ejercicio y el golpe que me di intentando cruzar los muros, aún me dolía. Sin embargo, solo me quedé en silencio observando el techo mientras miles de preguntas se cruzaban en mi cabeza.
Solo aparece en mis sueños y la mayoría de mis sueños son predicciones. Estaba preparado para encontrarme con él en algún punto de mi vida, pero dice conocerme... ¿Cómo es que puede conocerme? A lo mejor me confundió con otro vampiro... Digo, ni siquiera dijo mi nombre.
Ahora que lo pienso, yo tampoco le pregunté cómo se llamaba...
- ¿No debería encontrarse dormido? - Dijo una voz familiar, cerca de mi ventana.
- ¿Hm? -
Volví a la realidad en cuanto vi a Michael tocando suavemente a mi ventana.
- ¿Qué haces aquí Michael? Deberías estar durmiendo...- Dije mientras abría la ventana, dejándolo entrar a mi habitación.
-Señor Bastian, usted se perdió la cena y todo fue mi culpa... Lo siento...- Soltó desviando la mirada con algo apenado.
-No fue tu culpa Michael, después de todo lo que dije es verdad. Tampoco es que vaya a morir por no tomar una copa de sangre jaja. Ven, siéntate. Hace frío afuera. - Le di una palmada en la espalda y lo guie a mi cama dejando un lugar para que él se sentara.
Luego me senté junto a él y lo observé algo preocupado.
-Oye ¿Cómo hiciste parar subir hasta aquí arriba? -
-Señor Bastian, soy un vampiro jaja. Subí hasta aquí volando.-
-Ya te dije que me trataras como a un igual, si no te detienes me voy a molestar. -
-Lo siento, pero su padre...-
-Bien, si el problema es mi padre, podemos mantener esto como un secreto. En cuanto mi padre no se encuentre presente, llámame como a un igual. ¿Te parece bien? -
-Claro que sí, Bastian.- Dijo con una sonrisa en su rostro.
- ¿Ahora dime, solo viniste para disculparte? -
-De hecho, le traje esto... - De su bolsillo sacó un frasco lleno de mis dulces favoritos.
Mis ojos se iluminaron, hace tiempo que no veía un dulce. - ¿Co-Cómo los conseguiste? Mi padre me prohibió probarlos de nuevo... -
-Lo sé, es por esa razón que los conseguí especialmente para ti, cuando era más pequeño no tenía si quiera para comprarme un dulce, pero el rey me puso a tus órdenes y terminé sirviéndote. No me arrepiento de nada, contigo mi tiempo era invaluable y fue por ti que probé por primera vez estos dulces que tanto te gustaban. -
Se quedó en silencio por un momento antes de decirlo. - También me gustaría volver al pasado, recuperar aquel tiempo en el que yo aún te servía, si tan solo el rey …- Michael se mordió los labios y apretó con fuerza el frasco, como si tuviera algo que decir, pero no lo dijo.
- ¿Si tan solo el rey? ...- Lo miré algo preocupado.
-No, nada. Este frasco es para ti, no dejes que nadie lo encuentre y sigue disfrutando de tus dulces favoritos. En cuanto se terminen, te traeré más. - Respondió con una sonrisa en su rostro mientras me entregaba aquel frasco, antes de despedirse.
-Gracias...-
Esa noche me quedé en silencio degustando el exquisito sabor del chocolate intenso con una pizca de sabor a sangre, me sentí como un niño de nuevo y volví recordar algunas cosas de mi niñez, pero incluso así, no tuve recuerdos de aquel ser de mis sueños.
Los días pasaron y cada volvía a encontrarme con aquel ser siempre a la misma hora, obtuve algunas respuestas como que su nombre era Vincent y que visitaba frecuentemente aquel bosque, dentro de mi cada vez que lo veía me sentía cada vez más atraído a él e intrigado por su pasado, pero nunca me atreví a preguntar. En cuanto al castillo, varias veces me crucé con Michael, pero por lo que pude ver, él no sospechaba nada y confiaba fielmente en mí.
Luego de un tiempo, por fin llegó el día en el que por primera vez me sentí realmente nervioso... Después de todo Vincent dijo que me llevaría a un lugar especial y me diría algo importante.
Me pasé todo el día sin dormir en la espera de volver a verlo... ¿Será... Que se cansó de mi***?
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