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MAXIMILIANO

LA TRAICIÓN.

Sé que a más de uno le ha pasado, que planean su vida al lado de la persona que aman, y con la que creen que pasaran el resto de su vida. Hay unos que cuentas con suerte y lo logran.

Y otros como yo, que se enteran de manera trágica que esa persona no es lo que siempre creyeron.

Yo Maximiliano cortés sé muy bien de lo que les hablo, desde la secundaria empecé a planear lo que sería mi vida al lado Jennifer Martínez mi novia, y única mujer que había amado, crecimos junto, nos graduamos y fuimos a la universidad, aunque en diferentes carreras, provengo de una familia que por generaciones ha vivido de la panadería, así que mis padres planeaban que yo hiciera lo mismo, pero yo quise ir un poco más allá y estudie gastronomía en unas de las mejores escuelas de cocina de Bogotá, mientras que Jennifer estudio contaduría pública, nos amábamos o eso creía yo, eran 10 años de noviazgo, así que le propuse matrimonio, era normal que lo hiciera ella tenía 25 años y yo 27, Contábamos con la edad y estabilidad para hacer.

 

UN DÍA ANTES DE LA BODA.

 

Maximiliano se encontraba nervioso y feliz, mañana sería el gran día, el día en que uniría su vida a la de la mujer con la que había vivido 10 años de amor, con la que había planeado toda una vida.

 

MAXIMILIANO.

Me levanté con los nervios de punta, llevábamos 1 año planeando nuestra boda, veía tan lejano el día, pero ya es mañana.

Lo normal sería que estuviera con mis amigos celebrando mi despedida de soltero, pero me negué, no quería levantarme con resaca el día de mi boda, así que me quedé en casa con mis padres disfrutando nuestro último día viviendo juntos.

Jennifer pasaría la noche con unas amigas, en el apartamento que arrendamos juntos para vivir después de la boda. Así que quise darle una sorpresa, A eso de las 8 de la noche, salí de casa de mis padres, rumbo a nuestro apartamento, en el camino compré un gran ramo de rosas rojas, esas son sus favoritas.

Maximiliano condujo hasta el que sería su hogar el día de mañana, parqueo el viejo coche de su padre, en la cera, al frente del pequeño edificio de 6 piso, desde la ventana del coche pudo ver qué las luces estaban apagadas, así que dudo en subir, pero ya estaba ahí así que decidió subir.

Maximiliano salió del coche y entro al edificio con el ramo de flores en la mano, el portero en cargado de la seguridad del edificio, se sorprendió al verlo, pero no dijo nada, Maximiliano si pudo ver nerviosismo en el hombre, pero le resto importancia. Cómo el edificio solo contaba con 6 piso, no tenía ascensor, así que subió hasta el piso tres en donde quedaba ubicado el apartamento.

Eran casi las 9 de la noche, pero no se podía escuchar ningún ruido, no fue hasta estar cerca de la puerta, que Maximiliano pudo escuchar ruidos extraños que salían del apartamento, que era se preguntó. Aún sabiendo de qué se trataba.

Sin más abrió la puerta, quedando estático con lo que veía, Jennifer, la mujer con la que había planeado su vida, estaba completamente desnuda teniendo sexo, con él, según Maximiliano, era su jefe.

 

_ Max.- dijo ella aún con la respiración agitada, Jennifer trato de cubrirse, pero no había nada cerca con que hacerlo, mientras Gustavo solo sonreía con malicia, como si le complaciera ver el sufrimiento en el rostro de Maximiliano.

Con su mirada fija y sin pronunciar palabra, Maximiliano recorrió la imagen.

 

MAXIMILIANO.

Como era posible, que me estuviera pasando esto, Jennifer, la mujer a la que he amado por 10 años, me estaba engañando, con el hombre que una vez me presento como su jefe, y peor aún, en el apartamento en el que habíamos planeado vivir.

Muchas cosas pasaban por mi cabeza, y una de ellas era matarlos a los dos, pero mi reacción fue girarme y salir de ese lugar como el perdedor más grande del mundo.

Podía sentir como mi corazón se estrujaba, dolía, dolía como un demonio, pero no lloraría no en frente de ellos. Baje y entre al coche, ahora que debía hacer, todo lo que había planeado ya no serviría de nada, me sentía en un maldito agujero sin salida.

Les seré sincero, pensé que ella correría tras mío, pero no fue así, ni él y mucho menos ellas salieron, estuve hasta el amanecer observando la entrada del edificio y no fue hasta las 7 de la mañana que lo vi salir y subir a su lujoso coche.

Después de, eso hice algo de lo que me arrepentirá el resto de mi vida.

Maximiliano salió del coche y volvió a subir al apartamento, Jennifer recogía sus cosas del que sería su habitación matrimonial.

_ que haces aquí Max.- le dijo ella sin ningún interés.

_ solo eso tienes por decirme.- le dijo él tratando de contener el llanto.

_ pues, con lo que vistes es más que suficiente para mí.

_ porque Jennifer, porque ahora que estábamos por casarnos.

_ porque así se dieron las cosas Maximiliano, agradece que fue ahora y no después de la boda.- Jennifer en ningún momento le dio la cara, solo se limitó a empacar sus cosas.

_ agradecerte, debe ser un chiste, en donde queda los 10 años que estuvimos juntos, tan poco te importa.- Maximiliano se acercó y la tomo por los hombros para que lo mirara.

_ suéltame Maximiliano, ten un poco de dignidad, date cuenta, ya no siento nada por ti, amo a Gustavo.

Con esas últimas palabras, Jennifer logro derribar a Maximiliano. Quien se arrodilló y soltó el llanto.

_ no me hagas esto Jennifer, yo te amo. Había planeado una vida a tu lado.- con sus brazos se aferró a las piernas de Jennifer que lo miraba con fastidio.

_ una vida metida en una maldita panadería, tú no tienes para darme la vida que yo merezco y quiero.

Era eso lo que realmente le importaba a ella, el dinero, algo que él no le podía dar, no en ese momento.

CONDENA.

Maximiliano estaba arrodillado rogando amor, a quien un día le juro amarlo hasta el final.

_ suéltame Max.- le dijo ella tratando de que este soltara sus piernas.

_ no puedo dejarte ir, te amo Jennifer.

Jennifer se agachó un poco y le hablo al oído.

_ Eres patético.- con sus manos agarro las de él con fuerzas hasta que logro soltarse de su agarre._ sigue con tu vida.

Jennifer salió del apartamento sin mirar atrás.

...

MAXIMILIANO.

No podía crecer que se tratara de la misma mujer con la que había pasado 10 largos años, en ese momento no podía asimilar las cosas, para mí el único culpable era Gustavo, así que fui por él, un gran error. Fui tan estúpido, no sé que me pasaba por la cabeza al creer, que si lo enfrentaba todo volvería a ser como antes, que Jennifer volvería a mí.

Maximiliano salió del apartamento decidido a recuperar lo que según él era suyo.

Solo 10 minutos le tomo llegar a la empresa propiedad de Gustavo Hernández. En la entrada no tuvo problema, ya que la mayoría lo conocía como el prometido de Jennifer, una vez dentro empezó a gritar como loco, todos estaban atónicos por el acto.

_ ven Gustavo, y enfrentarme.- desde el lugar en donde Maximiliano se encontraba gritando, todos los empleados que estaban en los otros pisos, podían verlo y escucharlo.

_ se puede saber, porque el escándalo.- Gustavo salió, del ascensor con una sonrisa llena de victoria.

_ Eres un maldito.- Maximiliano se lanzó sobre él, dándole un fuerte golpe en la mejilla._ te mataré, pagarás por haber tocado a mi mujer.

Gustavo cayó al piso, cosa que aprovecho Maximiliano para subirse sobre él, y propinarles varios golpes.

MAXIMILIANO.

Tenía la mente nublada, no podía ver con claridad lo que estaba haciendo, estaba cometiendo una estupidez, mi golpe de realidad llegó cuando Jennifer se lanzó sobre para defender al hombre que ella dice amar, sus palabras llenas de rencor reclamándome por lo que había, fueron como puñales. Se sintió humillado, y avergonzado. Dos oficiales de policía me sacaron esposados ante la mirada curiosa de todos los que habían presenciado mi bochornoso incidente. Ahora estoy aquí en una celda, condenado a 6 meses de prisión por agresión física.

Seis meses de prisión fueron la lección que Maximiliano recibido, por haberse dejado llevar por sus emociones, y de nada sirvió, puesto que la mujer por la que hizo tal tontería se casó, mientras él cumplía esa condena.

Seis meses después, hombre totalmente diferente salía a libertad, todo en lo que creía había quedado atrás, solo una cosa en mente tenía, y era nunca más volverse a enamorar.

MAXIMILIANO.

Seis malditos meses me tomó salir de ese lugar, seis meses en los que aprendí a ver la vida de una manera muy distinta, a defenderme como se debe de basuras que se creen que por tener unos pesos de más pueden pisotear a los demás.

Me arrepiento de haberme humillado de tal manera, de haber hecho sufrir a mis padres, cuando prometí hacer las cosas diferentes a mi hermano, pero de algo me sirvió, ahora soy más fuerte y decidido. Ahora a organizar mi vida.

Maximiliano volvió a casa de sus padres, quienes lo esperaban felices, pasaron la tarde hablando de cualquier cosa, evitando tocar el tema de Jennifer.

Los días siguientes llegaron, pero las cosas se pondrían aún más difícil para Max, puesto que para esta sociedad, una persona ex convicta no tiene derecho a segundas oportunidades, sin importar el motivo real por el que tuvo que estar encerrado. Los vecinos y clientes de la panadería de los padres de Max, se negaban a tener algo que ver con ellos. Las ventas bajaban de manera notoria.

_ Es por mi verdad.- le dijo Maximiliano a su padre, quien amasaba la harina para los panes.

_ De que hablas.- dijo marcos cortés, padre de Maximiliano, sin mostrar interés por la pregunta que había hecho su hijo.

_ sabes perfectamente de que hablo, sé que todos están molestos e incómodos con mi regreso.

_ deja de pensar en eso, solamente es temporada baja, eso es todo.

_ papá, he vivido toda mi vida aquí, y sé que no es eso, lo puedo ver en sus miradas.- la conversación de padre e hijos, fue interrumpida por el ruido ocasionado por un vidrio al romperse.

Un vidrio tras otro fueron rotos, por los enfurecidos vecinos, quienes no estaban a gusto con la llegada de Maximiliano. El padre de Max salió a ver que ocurría, seguido por su hijo.

_ se puede saber que ocurre con ustedes.- grito el hombre al ver, lo que ocurría.

_ Marcos, queremos que tu hijo se vaya, tenemos miedo de lo que pueda ocurrir si permitimos que se quede.

_ Están locos todos ustedes, conocen a Maximiliano, lo vieron crecer, él sería incapaz de dañar a alguien.- Marcos, era un hombre alto y de porte imponente, su hijo parado detrás de él escuchando cada palabra.

_ es un delincuente, quien sabe que cosas abra aprendido en ese lugar.- grito una mujer.

Maximiliano había permanecido en silencio, cada palabra le dolía, todas esas personas que hoy lo atacaban algún día en el pasado, fueron cariñosos con él.

_ Pues lo lamento por ustedes, pero mi hijo no se irá, esta es su casa y aquí se queda.- los vecinos no se sintieron nada contentos con la respuesta recibida, que sin importar que pudieran lastimar a alguien, siguieron lanzando piedras, hasta destruir toda la fachada de la panadería, ante la mirada llena de importancia de Maximiliano y su padre.

Las piedras empezaron a llegar hasta donde ellos se encontraba, Maximiliano con su cuerpo cubrió al de su padre, recibiendo todos los golpes, era lo menos que podía hacer después de todos lo que había ocasionado, pensó el mientras perdía lentamente el conocimiento, Producto de los golpes.

En ese momento no había otro sentimiento en Maximiliano, más que odio, odio por la mujer que lo había llevado a caer tan bajo, odio hacia si mismo, por haber confiado en ella, por haber creído que el estar con ella era la felicidad.

DEBO IRME.

Los vecinos, al percatarse de lo que habían hecho, se fueron dejando a Marcos con su hijo inconsciente sin saber que hacer, dora madre de Maximiliano llegó del mercado encontrando todo destrozado y a su esposo tratando de llevar a su hijo a un lugar cómodo para revisarlo.

 

MAXIMILIANO.

Odio ver todo lo que he causado, no puedo crecer que el amor hacia una persona equivocada dañará tantas cosas, cuando desperté estaba en mi habitación, con mi madre llorando de angustia y mi padre abatido.

Siempre fui el más centrado y responsable, la angustia no era un sentimiento que mis padres conocieran por mí, era mi hermano quién siempre los tenían con sin poder dormir, así que verlos así fue un golpe para mí. Debía solucionar todo y la única forma rápida era irme.

Maximiliano se Levantó de la cama, un poco mareado, su madre trato de detenerlo, pero no lo consiguió. Él empezó a empacar sus cosas en una pequeña mochila.

_ Que crea que haces vuelve a la cama.- dora le arrebató la mochila.

_ debo irme mamá, no puedo seguir aquí.- contesto él, mientras le jalaba la mochila de las manos a su madre.

_ estás loco Maximiliano.- la mujer con lágrimas en los ojos, le suplicaba a su hijo._ tú no te puedes ir.

_ lo siento madre, siento mucho causarles problema.- Maximiliano se dejó caer de rodillas al piso. Su madre se agachó y lo abrazo.

_ Nada de esto es tu culpa hijo, así que vuelve a la cama y descansa, cuando estemos más tranquilos, buscaremos una solución.

Maximiliano volvió a la cama y se acurrucó al lado de su madre como un niño pequeño y se quedó dormido.

PARIS – FRANCIA.

Agatha Richard, una chica independiente y trabajadora, luchaba para ganarse la vida, desde que huyó de su casa hace dos años, se había dedicado a bailar en un bar exclusivo de París.

AGATHA.

Han Sido dos años duros, noches sin dormir, días sin comer, hui de casa hace dos años, cuando mi padre pensaba casarme con un viejo, que podría ser mi bisabuelo.

Todos en mi vida estaba bien, pero de un momento a todo se derrumbó, cuando Leandro mi novio de toda la vida murió en un accidente, fue muy difícil acostumbrarme al hecho que no vería más, entre en depresión, y como si no fuera poco, la pequeña empresa de mis padres se fue a la ruina, mis padres estaban devastados, habíamos perdido todo, la casa, nuestras vidas acomodadas, en ese momento no me interesó nada, yo seguía sumida en mi dolor, así que mi padre aprovecho eso para organizar una boda a mis espaldas, según él era la única forma que había para salir de la ruina, me dolió dejar a mi madre y a mi hermano, Pero no podía permitir que mi padre me obligará hacer tal cosa, quizás les parezca egoísta de mi parte, Pero no estoy dispuesta a sacrificar mi vida y felicidad.

Amo bailar, mi sueño era estudiar y convertirme en una bailarina profesional, Leandro era el único que me apoyaba en eso, ya que según mis padres eso era cosas de prostitutas, quisiera ver sus caras, al ver que aunque no estudie, hago lo que amo. La paga es buena y los clientes tienen prohibido meterse con nosotras, calor que no hace falta el cliente atrevido, pero es algo con lo que debemos lidiar de vez en cuando, con lo que gano puedo darme mis gustos.

Como un día cualquiera, Agatha se vistió con una sudadera deportiva, y luego salió rumbo al bar para trabajar, su hora laboral inicia a las 10 de la noche y terminaba a las 5 de la mañana, en el lugar ya se encontraba la mayoría de sus compañeras, eran 10 en total, ya que el bar era realmente grande.

_ Hola chicas.- saludo ágata al entrar al camerino que compartía con las otras bailarinas.

_ hola Agatha.- contestaron todas.

Entre conversación y risas, las chicas ya estaban listas para iniciar con su show, Agatha llevaba puesto una corta falda en cuero y una blusa en el mismo material, una a una fueron saliendo y ocupando su lugar, el grito y ovación del público no se hizo esperar, eran mujeres hermosas, más de uno no perdía oportunidad en buscar la atención de una de ella.

Agatha era la más joven, su piel blanca, sus ojos azules y rubia cabellera volvían loco a Dimitri, uno de los clientes más fieles, todas las noches llegaba a la misma hora, se sentaba en la misma mesa y disfrutaba de los sexy movimientos de Agatha, al terminar siempre le enviaba flores a su camerino.

AGATHA.

Dimitri es el cliente que nunca falla, nadie sabe nada de él, más que se llama Dimitri, es un hombre sumamente misterioso, en más de una ocasión me ha invitado a salir, Pero sinceramente no me da nada de confianza, siento que algo oculta.

Por qué si les hablo de su físico, es perfecto, es alto, piel blanca, ojos café claro, cabello negro, y que decir de su sonrisa, esa maldita sonrisa es algo que hace a cualquier mujer mojar su ropa interior. No le voy a negar que más de una vez he soñado con él, teniendo relaciones salvaje, es que si lo vieran, entenderían de que les hablo, están perfectos que da miedo, algo oscuro debe esconder.

Agatha bailo toda la noche, todos estaban encantados con sus movimientos, cerca de las 3 de la mañana bajo del escenario a tomar un breve descanso para luego cerrar el show, Dimitri, quién siempre había mantenido una distancia respetable, se acercó de manera amenazante logrando asustar a Agatha.

_ hoy también te negarás a acompañarme.- Dimitri no saludo, sin más soltó sus palabras con un poco de enojo._ ya me estoy cansado de ser paciente.

_ lo siento señor, lo que menos quiero es incomodarlo, pero mi trabajo aquí es solo bailar, si desea otro tipo de servicio lo mejor es que busque en otro lugar.- Dimitri hizo una mueca de su boca, dibujando una media sonrisa, que lejos de gustarle a Agatha, lo que hizo fue causarle escalofríos.

_ te veo luego.- fue las palabras que salieron de Dimitri, sin dejar esa sonrisa escalofriante.

Dimitri salió del bar, acompañados de sus hombres, quienes siempre lo cuidaban a distancia.

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