Recién comenzaba a amanecer cuando Susan Cooper se levantó a preparar el desayuno era sábado, esa noche festejarían su aniversario de casada número 25.
Veinticinco años casada con un hombre maravilloso, porque David Cooper era maravilloso, atento, cariñoso, un buen padre.
Susan miraba por la ventana y vio los primeros rayos de sol posarse sobre sus flores era la mujer más afortunada del mundo.
_ Buenos días, cariño dijo David Cooper sacando a su esposa de sus pensamientos.
_ Buenos días, pensé que dormirías un poco más te serviré el café dijo ella.
_ Tengo que revisar unos contratos en la empresa, pero estaré de regreso en tres horas. ¿A qué hora vendrán a colocar el mobiliario en el jardín?.
—Como a las once dijo Susan mientras le servía el desayuno a su esposo.
_ ¿A qué hora llegarán las chicas?, pregunto David.
—A la tarde recuerda Ava vendra con su novio Mark y traerían a Amélie.
_ Supongo que le dijiste que ese muchacho dormirá en otra habitación.
_ Por supuesto cariño hable con Ava y ya organicé lo del traslado de tus padres y organicé una habitación para que se queden y mañana después del almuerzo los llevare a la casa de reposo respondió Susan.
_ Esta bien, no te olvides de llevar mis trajes a la tintorería.
_ Ya lo hice ayer, en un rato iré por ellos.
David sonrió, Susan era una buena esposa, compañera y obediente, la vida con ella era fácil y predecible.
Llevaban veinticinco años casados tenían dos hijas maravillosas Ava de 23 años quien se encontraba trabajando para una empresa internacional que realizaba contenido de entretenimiento en Los Ángeles y Amelie de 19 años quien se encontraba en la universidad de California Berkeley.
Tras tantos años de matrimonio David Cooper se consideraba afortunado, se llevaban bien y Susan a sus 45 años seguía siendo una mujer hermosa, él a sus 52 años también seguía siendo un hombre apuesto, capaz de despertar grandes pasiones, esa noche festejarían su aniversario con una gran fiesta, más de cincuenta invitados.
— Te veré más tarde dijo él besando a su esposa en la mejilla.
David Cooper subió a su auto un deportivo del año y salió rumbo a la oficina.
Susan terminó su desayuno reviso la lista de pendientes que tenía la cual era bastante extensa era mejor ponerse en movimiento pronto o no estaría de regreso para las once cuando llegará el servicio de catering lo cual pondría furioso a David.
Subió a su dormitorio y eligió unos cómodos zapatos un pantalón de lino con blusa a juego.
Veinte minutos después se encontraba detrás del volante conduciendo, primero pasó por la tintorería a buscar los trajes de David, luego fue por su vestido el cual había comprado específicamente para la ocasión.
Decidida a hacer un cambio entró en la peluquería tenía el cabello rubio largo por la cintura solía usarlo recogido, pero esta vez quería un cambio y decidió cortarlo arriba de su hombro.
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Mientras tanto David Cooper se encontraba en su oficina, leía atentamente el documento que había hecho redactar.
_ Pensé que hoy no trabajarías, no tienes un aniversario que festejar dijo Steve amigo y socio de David.
— Técnicamente, no estoy trabajando, solo vine por un documento que Marcus preparó para mí.
— ¿Está todo en orden?, te ves algo preocupado comentó Steve.
— Pensaba solamente dijo él y le entrego la carpeta a Steve para que leyera.
Steve se quedó sorprendido no lograba entender la decisión que David había tomado.
_ ¿Estás seguro?, pensé que habías desistido y que terminarías con todo ese asunto. ¿Porque has dejado que siguiera adelante con todo?
—Lo iba a dejar y de hecho lo hice, incluso la mandé a otro lado, pero la tengo aquí clavada, simplemente no puedo, así que esta semana me decidí incluso ya conseguí un lugar. No me mires así hice mi mayor esfuerzo pensé que tú me comprenderías respondió David.
_ No te estoy juzgando, eres mi amigo y cuentas con mi apoyo, pero le tengo cariño la conozco hace 27 años entiende le tengo cariño y es una gran mujer. Si ya habías tomado una decisión debiste suspender la fiesta ¿cuándo hablarás con ella?, pregunto Steve.
— Esperare a que las chicas se vayan. Supongo que mañana por la noche. Por favor revisa que todo esté en orden debo regresar a la casa.
David regresó a su casa eran las diez y media de la mañana al entrar al garaje vio que el auto de Susan no estaba bajo del coche y se dirigió a la cocina.
_ ¿Dónde está la señora?, pregunto él.
_ Iba a hasta la tintorería y a buscar el vino señor todavía no regreso respondió Doris la mucama.
David Cooper suspiro no podía creer que Susan se hubiera olvidado que debía supervisar todo se dirigió hacia la sala estaba marcando su número cuando vio el auto aparecer en la entrada dejo el teléfono, un minuto después Susan entraba en la cocina.
—Ya estoy aquí, Doris baja todo del coche ordenó ella. Lo siento David no fue mi intención retrasarme en la peluquería.
— Te has cortado el cabello dijo él sorprendido, te queda muy bien.
Ella le sonrió —Gracias, me ocuparé del armado del jardín.
Desde la ventana de su habitación David Cooper observa a su esposa organizar todo el jardín, la pista de baile, las mesas, el escenario para la banda todo escogido minuciosamente.
Tomó su teléfono y leyó el mensaje que le habían enviado no pudo evitar sonreír.
* Me hubiera encantado estrenarla contigo *
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Eran las tres de la tarde cuando finalmente llegaron las chicas acompañadas por Mark.
Susan corrió a la puerta a recibir a sus hijas.
_ Hola mamá, él es Mark mi novio.
_ Mucho gusto Señora Cooper, me alegra por fin conocerlos dijo Mark.
—Bienvenido querido, estás en tu casa y llámame Susan.
—Hola mami estas muy mona con ese corte te ves genial le dijo Amélie estrechando a su madre en sus brazos . A diferencia de Ava, Amélie era más apegada a su madre. Mientras Ava lo era de su padre.
_ Papi te presento a Mark dijo Ava abrazando a su padre.
_ Hola cariño , bienvenidos dijo David observando al muchacho que acompañaba a su hija.
Era de noche todo estaba listo para empezar a recibir a los invitados. Susan se había estado ocupando de cada detalle. Los mozos comenzaron a trabajar los invitados iban llegando, la banda tocaba música clásica.
Steve llegó acompañado de su esposa Margaret.
_ David querido felicidades ¿Dónde está Susan?, pregunto Margaret Steve estrecho la mano de su socio.
_ Terminando de arreglarse, ya sabes a estado ocupándose de todo hasta último momento.
_ ¡Cómo siempre!, por eso es una gran anfitriona.
_ Pero pasen pónganse cómodos enseguida los alcanzo dijo David Cooper que seguía recibiendo a los invitados miraba el reloj cuando escucho unas voces detrás de él miró para atrás y vio a Susan estaba deslumbrante esa noche llevaba un vestido color Champagña largo ceñido en la cintura mangas de encaje, ella le sonrió mientras caminaba hacia donde estaba él aún a su edad Susan conservaba una buena figura.
_ Lo siento me retrasé un poco dijo ella tratando de suavizar la situación.
_ Te ves muy linda le dijo él
_ Gracias tú te ves muy elegante le dijo ella y siguieron recibiendo a los invitados.
Susan recibió e instalo a sus suegros que iban acompañados de su enfermera, los padres de David Cooper tenía unos 80 años, más de cincuenta años casados, adoraban a Susan, ella siempre se ocupaba de estar pendiente de ellos.
David le dedico unas palabras a sus invitados y a su esposa.
La fiesta estaba en su mejor momento, los mozos distribuían la comida la música de fondo todos disfrutaban en la fiesta. David Cooper sujeto la mano de su esposa y la guio al centro de la pista.
Bailaban su canción favorita Unchained Melody.
_ ¡Míralos no crees que son lindos!, dijo Amélie mirando a sus padres bailar.
_ La verdad que si respondió Ava
Cuando la canción terminó ellos posaron para una foto, Susan le hizo seña a sus hijas quería una foto de los cuatro juntos.
Los cuatro posaron para la foto como la feliz familia que eran.
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Chloe Morrison caminaba por su nuevo departamento un lujoso Penthouse en Seattle a sus 20 años había dejado atrás esa vida de privaciones, pronto se convertiría en la flamante señora Cooper.
Él se lo había prometido luego de dejarla y trasladarla a otra sucursal, lo cual le sirvió a ella para darse cuenta de que en verdad le importaba, si bien al principio se había fijado en él solo por conveniencia el logro enamorarla y como no hacerlo si pese a tener más de 50 años David Cooper era un hombre muy guapo, seguro de sí mismo capaz de despertar en ella las más bajas pasiones.
Sabía que en las próximas horas él estaría ahí con ella, se lo había prometido cuando regresaron y esa era la condición ella únicamente regresaría con él si dejaba a su esposa.
Y como prueba de que él cumpliría su palabra había comprado ese lujoso departamento para ellos.
Sabía que los próximos días serían difíciles y que tal vez David podía llegar a dudar en cumplir su palabra, ya que aún tenía un gran concepto de Susan y con esa idea esa tarde había salido de compras, había comprado la lencería más sexy que había encontrado, se miró en el espejo se soltó su larga cabellera castaña poso delante del espejo y tomo unas imágenes con su teléfono luego se las envió a David
Tal vez ella no contará con veinte años de matrimonio ni hijos, ni era una esposa abnegada, pero tenía con que darle batalla.
La fiesta había terminado, los padres de David se habían quedado en la casa al igual que sus hijas y su yerno Mark.
Se encontraban en la habitación.
_ Ha salido bastante bien comentó Susan que se encontraba frente al espejo quitándose las joyas. David Cooper miraba en su teléfono las fotos que le había mandado Chloe.
_ Siempre todo te sale bien, o casi recuerdas ese pavo nuestra primera acción de gracias le recordó él riéndose.
_ Jamás dejarás que lo olvide todo quemado que vergüenza respondió ella mientras se reía.
_ En ese pequeño departamento, pensé que me abandonarías comentó él. Mientras apagaba su teléfono.
_ Alguna vez lo pensé, solía hacer frío por las noches, pero creo que mi padre no me hubiera recibido respondió ella bromeando mientras se reían.
_ Gracias por creer en mí cuando más nadie lo hacía. Por estos años que compartimos juntos, siempre a mi lado.
_ Y todavía nos queda mucho más por delante, cuando esas niñas se casen nuestros nietos que espero que sean muchos dijo ella emocionada, David le sonrió.
Fue al baño y se quitó su ropa se dirigió al vestidor se puso la pijama al mirarse al espejo solo pudo sentirse peor. Ya había tomado una decisión ¿eso no cambiaría o si?.
Susan ingresó al vestidor se quitó los zapatos busco un camisón.
_ ¿Te ocurre algo?, te he notado pensativo.
_ No, simplemente estoy algo cansado respondió el.
_ Han sido días complicados, has estado trabajando más horas necesitas relajarte ¿y si nos vamos el fin de semana a la casa del lago?, puedes ir a pescar, a jugar al golf y yo me relajaré en mi cómodo sillón con un libro en la mano respondió ella.
Él no se merecía que ella se preocupara tanto por él. Se acercó a ella y la beso si tan solo pudiera volver el tiempo atrás.
La primera vez que vio a Chloe Morrison, David Cooper necesitaba momentánea a una secretaria, su secretaria había sufrido un accidente la cual la dejó incapacitada por dos meses, aún recordaba la primera vez que vio entrar a su oficina a esa despampanante castaña vestía una minifalda negra, una camisa blanca bien ceñida a su cuerpo su larga cabellera castaña, todavía recordaba como ese botón tan tirante le impedía ver un poco más de su escote bella sensual y eficiente.
Un mes después de estar trabajando juntos, un mes siendo torturado a diario con esas hermosas piernas asistieron a un evento, él la necesitaba para que tomara unas notas de una charla que tendría con unos clientes, al terminar el evento él ofreció llevarla a su casa y ahí frente a la puerta la beso por primera vez y así pasaron el siguiente mes, siempre era tan excitante, la había poseído sobre su escritorio, en el baño de su oficina, en su auto no importaba el lugar ni el horario ella siempre estaba dispuesta.
Cuando termino la convalecencia de su secretaria, ella regresó a su puesto y Chloe fue trasladada a otro puesto.
Cuatro meses después él decidió terminar con ella la traslado a una sucursal en el sector ventas, pero no pudo mantener su distancia la necesitaba para sentirse vivo intento acercarse más a Susan, salieron de viaje él la incentivo para festejar esa noche. Susan era una buena esposa, si tan solo no hubieran perdido la chispa.
Y ahí estaba él meses después, con los papeles del divorcio en su maletín, Chloe esperándolo en su nuevo departamento para iniciar su vida juntos y Susan haciendo planes para un futuro que no compartirían.
Esa noche luego de hacerle el amor y mientras la observaba dormir entre sus brazos David Cooper tomó una decisión.
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Al día siguiente luego del almuerzo, los padres de David regresaron a la casa de reposo, sus hijas y Mark emprendieron el viaje de regreso.
David Cooper con la excusa de encontrarse con unos amigos para jugar poker fue al departamento a ver a Chloe.
Las luces estaban completamente apagadas había velas en el piso dibujando un camino la música se escuchaba de fondo, él siguió el camino y entonces la vio parada al lado del jacuzzi.
Había velas y su botella de vino favorita.
_ Te estaba esperando dijo ella mientras abría su bata de seda y la dejaba caer a sus pies un diminuto juego de lencería de encaje rojo solo tapaba lo esencial.
_ Pues aquí estoy dijo él
_ Te dije que quería estrenarlo contigo, se acercó a él y comenzó a desvestirlo.
Él la beso apasionadamente y una vez desnudo se adentró al jacuzzi tomado de su mano y le hizo el amor.
Esa noche entrada la madrugada cuando regreso a su casa, Susan se encontraba dormida profundamente luego de verla él se dirigió a la cocina
Sobre la mesa de la cocina había una nota * te dejé comida en el horno enciéndelo por diez minutos*.
David se sirvió un vaso de agua y se dirigió a la habitación.
A la mañana siguiente Susan preparaba el desayuno había visto que la comida seguía en el horno, miró la hora y se sorprendió de ver que David aún no se había levantado cuando todo estuvo listo para desayunar decidió ir a la habitación a ver si algo le pasaba.
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