Es de madrugada y me encuentro sentada en la cama, sin poder conciliar el sueño, apoyo la cabeza sobre mis rodillas, siento el correr de una infinita cantidad de lágrimas por mi rostro y sobre mi espalda es cada vez más doloroso el peso de los recuerdos. He pasado por esto cada noche, desde el día que llegué aquí, ya han pasado más de cinco años y cada noche continúa siendo como la primera.
Cada mañana inicio un nuevo día, hago todo lo que debo hacer y aún más, trato de ocupar mi mente, intento no pensar; cuando el día acaba vuelvo a mi habitación para descansar, logro dormirme pero con el paso de las horas los recuerdos invaden mis sueños y se transforman en terribles pesadillas. Paso largas horas esperando que un nuevo día asome.
Me llamo Irina Volcova, tengo ojos azules oscuros y cabello castaño claro, me encuentro en el colegio Maine Central Institute, donde fui enviada como pupila hace casi seis años, desde aquel momento perdí contacto con todas las personas a las que frecuentaba, según mi padre esto era necesario, por mi bien, por mi seguridad, para salvar mi vida.
He esperado este momento por mucho tiempo, durante los últimos cinco años, en pocos días cumpliré dieciocho años y gracias a esto podré regresar a mi lugar, mi país, mi hogar, regresaré a Rusia; nací en la ciudad de Kazán, en una pequeña familia, cuando tenía aproximadamente seis años por motivos laborales mis padres se vieron obligados a dejar nuestra ciudad, nos mudamos a Moscú, ahora espero con ansias volver a mi tierra y reencontrarme con mi padre.
A veces recibo cartas y fotos de parte de él, siempre me pide perdón por todo lo que le ha ocurrido a nuestra familia, la que él juró amar y proteger, no lo culpo por los hechos, solo espero el momento de estar frente a él, poder sentir el calor de sus abrazos, su corazón palpitar cerca de mi oído, deseo sentirme segura entre sus brazos.
En Rusia asistía a un buen colegio, tenía muchas amistades, una buena vida y futuro por delante, mis padres Ivanov Volcov y mi madre Mila Popova trabajaban para la familia Maslov, mi madre era una de las químicas más importantes en el laboratorio de esa familia, siempre creando cremas, medicamentos, probando distintas combinaciones, distintas utilidades, amaba lo que hacía y lo demostraba en la calidad de sus creaciones.
Mi padre comenzó trabajando como seguridad en el laboratorio, poco después se convirtió en un guarda espaldas y con el tiempo fue nombrado jefe de seguridad de la familia Maslov, él siempre está al pendiente de cada detalle.
Muchas veces detrás de las puertas escuchaba a mi padre y mi madre hablar de aquella familia, hace casi seis años, al volver del colegio mi madre me pidió que me apresurará a ponerme la ropa que dejó preparada a los pies de mi cama, aquel día asistí junto a ellos a un velorio, del hijo mayor del matrimonio Maslov, Alek tenía veinte años, según los comentarios murió por una sobredosis.
El señor Maslov se encontraba en el mundo del narcotráfico, incluso desde antes de nacer, manejaba el negocio junto a su hermano, Alek seguía el camino de su padre y pronto sería su sucesor.
El señor Maslov estaba devastado aquel día, lo primero que hizo al recibir la noticia de su hijo, fue hablar con su hermano y dejar el negocio en sus manos, aquel día dio por finalizados todos los acuerdos que involucraran sustancias ilegales, muchas de las cuales incluso eran producidas en sus laboratorios; recuerdo escuchar detrás de una puerta a mi padre cuando le mencionó que las represalias no se harían esperar.
Quizás por esto mi padre decidió que el primer coche en el cortejo fúnebre sería el de los señores Maslov, pero por su seguridad ellos no irían dentro del mismo, está fue la decisión que cambió a mi familia para siempre, junto a mi madre acompañé a mi padre en aquel coche, completamente negro con vidrios polarizados de tal manera que no se podía ver el interior del mismo.
Mi madre se encontraba en el asiento del acompañante, recuerdo que luego de colocarse el cinturón volteó a verme y me sonrió, justo en ese momento escuche ruidos muy fuertes que golpeaban el vehículo y la marcha se detuvo, aún escucho los gritos de mi padre:
_ Quédate abajo Iris, no te levantes_
Me encontraba entre los asientos sin saber qué hacer, al alzar la vista vi a mi madre cubierta en sangre, no había tenido tiempo de reaccionar ante el ataque, el tiempo parecía haberse detenido, quienes se encontraban en los otros coches pudieron socorrernos.
Hasta el día de hoy no puedo quitar de mí mente aquella imagen de mi madre cubierta por una sábana, a mi padre herido y a pocos metros aquella familia a la cual estaba dirigido el ataque, a aquella familia solo le quedaba un hijo, el joven Dmitry Maslov, de dieciocho años, quien abrazaba en aquel momento a su novia, recuerdo sentir odio al pensar que él debía estar en este lugar, no yo; su familia, su madre y no la mía.
Mi padre fue internado de urgencia y el primero en estar a su lado fue el señor Maslov, quien ahora estaba en deuda con mi padre, por eso él le pidió qué me protegiera y el señor Maslov le dio su palabra de que así sería, al día siguiente dejamos a mi madre en el cementerio, y me llevaron al centro de salud donde se encontraba mi padre, recuerdo que me pidió perdón por no haber protegido a mi madre y se despidió de mí, por más que luché por permanecer a su lado fue en vano, entre lágrimas y gritos juré a mi padre qué regresaría y horas después me encontraba en un avión rumbo a Estados Unidos.
Desde entonces no lo he vuelto a ver, estoy a muy pocos días de poder cumplir mi promesa y regresar junto a mí padre, a mi país, al lugar del que nunca debí salir.
Escucho el despertador, extiendo mi mano para apagarlo, con dificultad abro los ojos, los rayos de sol iluminan la habitación, miro a mi alrededor y tapo mis ojos con el antebrazo, un nuevo día, otra mañana, otro despertar, nuevamente la habitación vacía, suspiro al pensar que otro día de rutinas me espera al cruzar la puerta.
Desde que falleció mi hermano Alek, hace casi seis años, mi padre se ha encargado de dar por finalizado muchos acuerdos ilegales que tenía, ha intentado que el trabajo que se realiza en nuestros laboratorios sea completamente legal y transparente.
Desde ese momento la familia ha sufrido múltiples amenazas e incluso algunos atentados, mi madre desde aquel suceso no ha vuelto a ser la misma, cada día se hunde aún más en su depresión, mi padre ha decidido acompañarla todo el tiempo que sea posible, aunque él no lo diga sé que se siente culpable de lo que ocurrió con Alek.
Por esto hace poco más de dos años asumí la dirección de los laboratorios, desde aquel momento he recibido muchas propuestas de negocios sucios, las cuales resultan seductoras, pero en memoria de mi hermano las he rechazado y mantengo el negocio lo más limpio posible.
Me llamo Dmitry Maslov soy alto, fuerte, ojos grises y con un carácter muy duro, necesario en el mundo de los negocios; el único hijo vivo en la familia, además del apoyo de mis padres cuento con Ivanov, quien además de ser mi jefe de seguridad también es mi mano derecha, ha estado presente en mi vida desde hace muchos años, estas son las personas que forman parte de mi círculo íntimo.
Suelo recordar a Alek, era joven tenía tantos sueños, sus proyectos eran muchos y sus deseos de arrasar con todo cuanto estuviera enfrente, no había obstáculo que fuera lo suficientemente grande como para detenerlo.
Aún así de un día a otro la vida se escapó de sus manos, durante una madrugada las autoridades llegaron a la mansión preguntando por mi padre, él se alejo un poco de la mansión junto a ellos y al escuchar sus gritos acudimos a él, fue cuando recibimos la noticia de que Alek fue hallado sin vida, mi madre se desmoronó en ese preciso momento y desde entonces no ha vuelto a ser la misma; todo apuntaba a una sobredosis; este hecho marcó mucho mi vida y mi forma de ver las cosas.
Ya no recuerdo la última vez que sonreí, mucho menos la última vez que fui feliz, a los dieciocho años comencé a salir con Kira, comenzamos juntos la universidad y luego de unos meses la presente a mi familia, recuerdo la manera en que Alek la miraba y siempre hacía bromas de que si no la cuidaba pronto alguien me la ganaría, no me sentía enamorado de ella pero sabía que provocaba la envidia de muchos, es una mujer muy atractiva y con muchos atributos.
Ella me acompañaba el día del funeral de Alek, se encontraba muy afectada, para completar el cortejo fúnebre recibió un ataque que impactó a la familia de Ivanov, él mismo estaba dirigido a nuestra familia, aquel día perdió a su esposa y tomó la decisión de poner a su hija a salvo, aunque eso significaba no volverla a ver, desde entonces no ha vuelto a ser el mismo, no es un hombre feliz, vive encerrado en su búsqueda de pruebas que lo lleven a la justicia, como el dice.
Desde entonces Kira no volvió a ser la misma, cada día su semblante empeoraba, no dormía, no comía y su salud se deterioraba, pocos meses después sus padres la enviaron con una tía para que reciba tratamiento, a veces recibía sus llamadas o cartas y con el paso de los meses regresó.
Kira ya no era aquella joven que despedí hacía casi un año, era toda una mujer, firme y completamente diferente, como si algo hubiera ocurrido con ella, desde entonces avanzamos en nuestra relación, su madurez me ayudó a tomar muchas decisiones y con su apoyo tomé las riendas de los negocios de la familia, me sentía orgulloso de ella, de mí y de lo que construíamos.
Hace dos años mi padre sufrió un atentado, Ivanov sospecha que fue obra de mi tío, quien no pudo aceptar qué la familia se retirará del negocio, en aquel momento desaparecieron del laboratorio dos patentes muy importantes y poco después Kira terminó nuestra relación, desde entonces mis días son rutinarios, con el pasó del tiempo la he visto con mi primo Nikolay, al principio evitaba tener contacto conmigo, solo me aleje y desde entonces mi vida se ha vuelto fría, sin sentido.
Me dirijo al laboratorio al igual que cada mañana, Ivanov conduce el coche, debo firmar unos papeles, de repente siento como la velocidad va en aumento y al mirar hacia atrás puedo ver que un coche nos sigue de cerca.
_¿Qué ocurre Ivanov?_ mientras mira por el espejo retrovisor me responde.
_ Ese coche nos sigue desde que salimos de su apartamento _ vuelvo a mirar aquel coche.
_¿Tienes idea de quiénes son?_
_ Creo haber visto a uno de los hombres con su primo Nikolay _
En este momento llamo a mi padre por teléfono, le comento lo que está sucediendo y me indica hacia donde dirigirnos, una vez en el lugar debo volver a llamarlo.
_ Ivanov, ve hacia el depósito Este _
Él cambia el recorrido previsto y se dirige hacia uno de los depósitos de la firma Maslov, el lugar ya no es utilizado por nuestros laboratorios, antes estaba destinado a las reuniones que mi padre y mi tío llevaban adelante con sus socios, cuando mi padre decidió dejar el negocio este sitio quedó en desuso, pero como bien suelen decir, de este negocio no se sale.
El recorrido se me hace eterno, no temo por mi vida, después de todo a veces ni siquiera me siento vivo. Ivanov tiene la vista en el frente pero está preparado para lo qué pueda ocurrir, desearía poder alejarme de todo esto, poder dejar el pasado atrás y no tener qué cargar con las decisiones y errores de mis antepasados.
Noto su nerviosismo, él conduce el coche sin dar ni un tipo de posibilidad a que nos alcancen, sabe que nuestra vida depende de esto, me observa por el espejo retrovisor puedo ver que está preocupado pero me mantengo tranquilo.
_ Joven, tomé el arma que hay debajo del asiento _ Abrí los ojos sorprendido, viene a mi mente el recuerdo de aquel día frente a la tumba de mi hermano, cuando juré que está no sería mi vida, al enterrarlo a él también deje atrás aquella vida a la que estábamos destinados por el simple hecho de haber nacido en esta familia.
_ Ivanov tú sabes bien que no voy a usar eso, no quiero hacerlo _ me observa por el espejo retrovisor, en su rostro veo preocupación, él no cree que salgamos de esta.
_ Usted está más preparado que nadie para utilizar eso, hágalo porque de lo contrario quizás no salga con vida esta vez _ respiré profundo, asentí con la cabeza y busqué el arma que se encontraba en el asiento, controlé que todo estuviera en orden, deseo tanto no tener que hacer uso de ella.
Desde los diez años mi padre me ha llevado a los campos de tiro, he pasado largas horas en el polígono, apuntando y descargando el arma, sé que soy uno de los mejores tiradores, pero no está en mi naturaleza atentar contra la vida de alguien, o al menos esa naturaleza no se ha despertado en mí.
En poco tiempo llegamos al depósito, bajamos rápidamente del coche y nos dirigimos al interior del lugar, me detengo unos segundos a observar a quienes venían detrás y puedo ver que hay más coches detrás de nosotros, una vez adentro me vuelvo a comunicar con mi padre para informar mi ubicación, me confirma que pronto llegarán los refuerzos, solo debemos mantenernos a salvo, como quien dice continuar con vida hasta que lleguen.
Han pasado pocos minutos desde que entramos y escucho a los hombres ingresar en el sitio, al oír sus pisadas puedo saber están cada vez más cerca de nosotros, nos encontramos ubicados detrás de unas columnas, de repente y sin alcanzar a ver a alguien oigo los primeros disparos, veo que Ivanov logró dar de baja a dos de ellos, pero no podemos estar tranquilos, sabemos que aún hay más, no estamos a salvo.
Con todo el ruido que provocó esa balacera no me di cuenta que uno de ellos logró acercarse a nosotros, cuando me percate de esto ya estaba muy cerca, al alzar la vista lo veo frente a mí, no dudo ni un segundo en levantar su arma en mi dirección.
_ Saludos le envía el señor Nikolay _ En ese momento escucho el estruendo que provoca el disparo realizado por el hombre, pero no sentí que me hiriera
Fue en el momento justo cuando Ivanov se puso entre la bala y yo, fue él quien recibió aquel disparo en mi lugar y lo veo caer al piso, de forma automática levanto el arma y coloco una bala entre los ojos de aquel hombre que estaba a punto de volver a tirar del gatillo, me pongo de rodillas junto a Ivanov, presiono su herida, levanto su cabeza apoyandola sobre mí, justo en este momento escucho un vehículo atravesar el portal de entrada y siento algo de alivio, sé que los refuerzos enviados por mi padre han llegado.
_ Mantente despierto, pronto iremos al centro de salud. No te puedes morir, no me puedes dejar, debiste dejar que me diera a mi _ veo como su rostro se va apagando, se encuentra en un gran charco rojo y se esfuerza por hablar, intenta decirme algo mientras su boca se inunda de sangre.
_ Ya no joven, no voy a ningún lado, no saldré de aquí, pero usted lo hará y se encargará de ellos _ siento que pone su mano sobre la mía y puedo sentir como su voz y todo su cuerpo se debilitan.
_ Saldrás de esta Ivanov, no voy a dejarte ir a ningún lugar _ cuanto más intenta hablar, más sangre llega a su boca y comienza a ahogarse con ella.
_ Júreme que va a cuidar de mi hija, va a ver por Iris, por favor jureme que nada le faltará _ viene a mi mente lo poco que falta para poder ver a su hija, las ansias con las que la espera, siento tanta impotencia al saber que todo esto ya no será.
_ La cuidaré Ivanov, te juro que con mi vida la cuidaré, así como tú lo hiciste conmigo _ lo veo cerrar sus ojos y sé que se fue en paz al saber que su hija estará protegida, siento un dolor fuerte en el pecho y sé qué mi corazón se ha convertido en una gran roca.
Los hombres de mi padre traen a varios de los hombres que intentaban matarnos, al tenerlos frente a mí no puedo contener la ira y disparo contra tres de ellos, uno de ellos se ve joven, me recuerda a mi hermano cuando entro en este mundo que nada tenía para ofrecerle, me detengo antes de dispararle, muchas cosas pasan por mi mente en este momento.
_ ¿Quién te envió y para qué? _ el joven que esperaba un disparo que acabará con su vida, levanta la vista sorprendido y me responde, aún sabiendo que estas podrían ser sus últimas palabras.
_ El joven Nikolay puso precio a su cabeza _ su declaración no me sorprende en lo más mínimo, es la confirmación que buscaba, mi primo, mi propia sangre inicia una cacería.
_ Dile a mi primo que en este momento comienza la guerra, que no duerma tranquilo porque seré su peor pesadilla _ giro para retirarme del lugar pero no me siento satisfecho, volteo y disparo al muchacho en el hombro, creo que tendrá oportunidad de llegar a un centro médico, cosa que no pasará con Ivanov.
Doy órdenes de qué hacer con aquellos cuerpos y pedí que se ocupen de Ivanov, debe ser preparado para despedir su cuerpo y luego será llevado al cementerio junto a su esposa.
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