NovelToon NovelToon

Susurros ¿Del Más Allá?

CAPÍTULO I

Ellen y Aldo tenían todo para ser la pareja perfecta, pues se tenían el uno al otro, y si se tenían a ellos mismos, tenían el mundo entero a sus pies. Ellen poseía al alcance de sus manos todo lo que se podría pedir en esta vida para ser feliz, un esposo en extremo cariñoso, atento, cálido, empático, respetuoso, pero sobre todo una singular belleza que destacaba entre todas aquellas personas que le rodearan. 

Aldo, a su vez, contaba con todo lo que él pudiera desear, una esposa amorosa, fuerte, perspicaz, audaz, con una calidez que denotaba por donde quiera que ella fuera, al igual que una belleza incomparable, de esas que deja perplejo a toda persona que si quiera le voltee a ver. 

Ambos se amaban más que a sí mismos, pues su relación iba más allá de su matrimonio el cual llevaba consolidado hacía más de 5 años. El veía en ella una persona en la cual poder confiar y contar en todo momento que se necesitara, pues sabía que Ellen siempre estaría para él sin importar qué. Del mismo modo, Ellen veía en Aldo a su mejor amigo, su confidente, su amante pues siempre estuvo en todo momento que ella necesitó un consejo, un abrazo e inclusive una pequeña enseñanza cuando ella erraba. 

Realmente se amaban el uno al otro y se lo demostraban día con día al realizar todas sus actividades juntos, a excepción de su trabajo, pues eso era algo personal para cada uno de ellos, pero fuera de su trabajo era un matrimonio soñado, tardes de malteadas con paseos en bici por el parque, amaneceres fríos acurrucados el uno con el otro, atardeceres lluviosos acompañados de una taza de té. La vida soñada que muchos desean, pero pocos pueden tener, y por desgracia, Ellen era una de esas personas que no podría tener ese tipo de relación. 

Era viernes por la tarde, una tarde fría de invierno, la nieve caía de por sus hombros y se acumulaba en el suelo para posteriormente ser pisada por sus botines. Ambos se dirigían a su hogar luego de una tarde de bebidas calientes con sus mejores amigos, Elle caminaba tomada de la mano de Aldo, con dirección hacia su carro el cual se encontraba a escasos 100 metros de distancia. El frío era intenso, el pavimento se encontraba cubierto de una ligera capa de hielo pues hacía horas que nevaba. 

Este no era un problema para Aldo pues él conducía de la mejor forma posible ya que en su juventud su padre ... le había enseñado a él y a su hermano a conducir para que ambos pudieran competir en carreras profesionales. 

La casa de ..., su mejor amigo, se encontraba a hora y media de la suya, pero con la nieve el traslado se tornaba un poco más tardío ya que había que ser precavidos. 

Llevaban cerca de una hora conduciendo hacia su hogar, iban a poco más de la mitad del recorrido, el sol se había ocultado y la oscuridad de la noche cada vez más devoraba la carretera junto con el carro de la pareja. 

Jamás se hubieran esperado lo que pasaría pues al terminar una curva un sonido ensordecedor marcaría el fin de su historia de amor.

CAPÍTULO II

La causa de muerte: impacto directo de la cabeza de Aldo con el volante de su automóvil, la fuerza del impacto rompió sus costillas al igual que su cuello, causando una muerte inmediata. 

Tras 4 meses en coma Ellen despertó, aturdida, desorientada, su mamá se encontraba ahí, con una mirada llena de tristeza y recuerdos. 

- ¡Doctor\, doctor! Por favor venga\, Ellen ha despertado por fin.

- Do- donde estoy? ¿Qué fue lo qué pasó? ¿Dónde está Aldo? 

- (Solloza) Lo lamento tanto\, hija\, se cuánto lo amabas y todo lo que él era y significaba para ti

Fue en ese momento en el que Ellen comprendió lo que estaba sucediendo a su alrededor y por qué nadie le podría dar razón de Aldo. Un llanto desgarrador la invadió instantáneamente, pues al igual que el dolor de perder a la persona que más amaba en el mundo llegaron todos aquellos hermosos recuerdos a su lado, la primera vez que se vieron, fue un flechazo inmediato hacia ambos, pues en ese momento ambos estaban estudiando en la universidad. Su primera cita, su graduación, su pedida de mano, su boda e incluso su primera discusión. Todos estos recuerdos parecían alejarse cada vez más de su mente, pues el dolor que Ellen sentía es aquel que te desgarra el alma desde lo más profundo de tu ser, aquel que no te permite avanzar más y te deja naufragando en un mar lleno de penas y sufrimientos.

Pasaron los días, uno cada vez más duro que el anterior y la tristeza cada vez se apoderaba más y más de su mente y su corazón pues mientras el tiempo transcurría más se hacía notar la ausencia de Aldo. 

Ellen quedó con un trauma en la cadera el cual le imposibilitaba caminar por lo que tuvo que recurrir a la rehabilitación física en el mismo hospital en el que despertó luego del fatídico accidente. 3 meses habían transcurrido desde que Ellen despertó del coma en el cual se encontraba, 3 meses en los cuales jamás había querido saber cómo es que ocurrió el accidente, pero conforme transcurrían los días este pensamiento la carcomía por dentro, pues ella comenzaba a saber qué era lo que había sucedido. 

Su mamá era quien estaba a su cuidado mientras ella avanzaba con la rehabilitación pues le era imposible caminar y necesitaba ayuda para realizar prácticamente cualquier actividad que necesitara movimientos mayúsculos. Un día al regresar de su terapia ella cuestionó a su mamá sobre qué era lo que había ocurrido durante el accidente. 

Ellen-. Mamá… Sé que nunca había preguntado sobre esto, porque tenía miedo de continuar reviviendo aquel momento en el que todo se apagó para mí pues lo último que recuerdo es que nos dirigíamos hacia aquí después de estar con nuestros amigos, estaba nevando y ya era de noche, entre la oscuridad y la nieve se dificultaba poder ver más allá del parabrisas, y al terminar una curva se escuchó el sonido de otro carro, se notaba por el sonido que había perdido el control por la nieve, y, seguido se escuchó aquel golpe el cual aún resuena en mi cabeza, el sonido del chocar de ambos carros, después de eso todo se oscureció. 

Mamá-. Pero, hija, no necesitas saber nada de eso, no necesitas revivir ese fatídico momento, debes de continuar adelante, aunque Aldo ya no esté con nos...

-. ¡POR FAVOR PARA! ¡NECESITO SABER QUÉ FUE LO QUE PASÓ, SABER CÓMO ES QUE EL PARTIÓ DE MI LADO! ¡¡NO ME NIEGUES ESTO, NO A MÍ, NO AHORA, POR FAVOR, ¡¡TE LO SUPLICO!!

-. (Suspira) De acuerdo, todo porque puedas estar mejor. Ese día estaba preparando la cena cuando el teléfono comenzó a sonar, atendí la llamada, era del hospital, me informaron que había ocurrido un accidente en la carretera que conecta ambas ciudades, dijeron que estabas en estado de gravedad y que se requería de una operación de emergencia ya que por el impacto saliste por el parabrisas y te habías roto una costilla la cual perforó uno de tus pulmones. Al oír esto no lo podía creer, solo pude tomar un abrigo y las llaves del carro para salir de inmediato al hospital. Al llegar corrí a buscarte, me detuvieron en la recepción pues te encontrabas en operación, afortunadamente pudieron salvar tu vida, pero no la de Aldo, pues al parecer su muerte fue instantánea debido al choque. Me indicaron donde se encontraba la Morgue y fui de inmediato a ver por mis propios ojos que lo que me dijeran fuera cierto, jamás podré sacar de mi mente ese recuerdo, pues su rostro se encontraba casi totalmente desfigurado, pero pude reconocerlo por la cicatriz que tenía del día en que se cayó por las escaleras intentando cargarte cuando estabas enferma. Al parecer el conductor del vehículo contrario se encontraba en estado de ebriedad, de igual forma murió por el accidente. Él nos fue arrebatado por una imprudencia ajena a ustedes y no sabes cuanto me duele el hecho de que se haya marchado, sé todo lo que él significaba para ti. 

Ellen rompió en llanto que, después de un par de horas se convirtió en sollozos. A pesar de no haber visto el cuerpo de Aldo no podía dejar de imaginar aquello que le había narrado su madre, la imagen de su amado recostado en aquella camilla, cubierto por un par de sábanas, sin aquello que lo caracterizó durante toda su vida, pues su cuerpo yacía inerte, frío y pálido dentro de aquel hospital. 

Su madre preparó la cena y le propuso acudir al cementerio al día siguiente para visitar la tumba de Aldo, pues desde que había despertado no había ido ni una sola vez a visitarlo por el miedo de lo que pudiera sentir al estar allí. A Ellen le pareció una buena idea pues creía que acudiendo a su lugar de descanso podría ella por fin encontrar un poco de alivio al intentar despedirse de él.

A la mañana siguiente acudieron al cementerio, el camino fue eterno para Ellen pues tenía miedo de tan solo pensar en la idea. Al llegar se encontraron con su mejor amiga Laura, quien estimaba demasiado a ambos y cada viernes acudía a llevar flores a la tumba de Aldo.

CAPÍTULO III

Laura al darse cuenta de que llegaba Ellen junto con su madre, secó rápido las lágrimas de sus ojos con un pañuelo de seda que cargaba en el bolsillo de su abrigo. Una vez secó todas las lágrimas de sus ojos, emocionada, salió corriendo hacia la dirección en la que se encontraba Ellen, y con un gran abrazo la saludó, pidiendo perdón por no haber ido a visitarla durante el tiempo en el que ha estado en rehabilitación pues el trabajo le imposibilitaba poder acudir de vez en cuando. 

Ellen entendió esta situación por lo que no le tomó importancia al hecho de que su mejor amiga nunca haya acudido a verla durante el tiempo en el que estuvo en coma y en la rehabilitación, pues lo único que le importaba era que por fin después de toda la tristeza que predominaba en su vida por fin podía encontrar un poco de paz y estabilidad al poder reunirse de nuevo con Laura.

Pasaron un par de horas desde que llegaron al cementerio, Ellen se mantenía inmóvil, con los ojos cerrados, de vez en cuando una lágrima rodaba por sus rosadas mejillas para finalmente terminar sobre su regazo. El dolor de pronto se convirtió en paz, pues por fin pudo poner en paz su mente, su alma y su cuerpo ya que después de todo aquel sufrimiento en el cual se vio inmersa desde la partida de Aldo. 

Laura se acercó a Ellen tras un rato, se sentó junto a ella y colocó su cabeza sobre su hombro, ambas dieron un gran suspiro para después quedar en calma total, sin hablar ni una sola palabra, sin tener pensamiento alguno. Ellen invitó a Laura a su casa para cenar, pues a su mamá le pareció una buena idea hacer una cena especial por la ocasión a lo que aceptó de inmediato. 

Laura se levantó de la banca y tomó la silla de ruedas de Ellen, comenzó a empujarla de una manera suave y con delicadeza hacia el carro de su madre.

Durante el camino hacia su casa se detuvieron en la tienda favorita de Aldo y Ellen, compraron un par de caramelos que les encantaba comer cuando se reunían con sus demás amigos y retomaron el camino hacia su casa. Una vez allí comenzaron con los preparativos para la cena, tomaron un par de copas de vino y comieron la pasta que su mamá había preparado, ambas se sentían felices de poder estar juntas de nuevo, recordando todos los bellos momentos que solían vivir de más jóvenes. 

Pronto comenzaron a hablar acerca de todo lo que había pasado después de despertar del coma.

Laura-. Y bien, ¿Cómo lo has estado pasando con el hecho de aún no poder caminar?

Ellen-. Ha sido una verdadera mierda, dependo casi totalmente de mi mamá, no me gusta tener que estarla molestando para todo, sé que en ocasiones puedo llegar a ser una carga y eso me hace sentir un asco. 

-. Oye, no tienes derecho de pensar así sobre ti, tuviste un accidente grave, no es para menos, agradecemos que puedas seguir con nosotros, ya verás que en un par de semanas estarás caminando nuevamente. 

-. Eso espero, la rehabilitación me ha ayudado bastante pues ahora he recuperado un porcentaje de la movilidad en los dedos de ambas piernas, mi terapeuta ha sido de mucha ayuda con todo esto. 

-. Así que, un terapeuta eh, cuéntame todo, quiero saber cómo es y qué clase de persona está acariciando las piernas de mi mejor amiga. 

-. ¿Pero qué clase de pregunta es esa? Sabes perfectamente bien que es únicamente por la terapia, yo, no creo amar de nuevo tras perder a Aldo, sabes que él lo era todo para mí. Por favor no vuelvas a hacer ese tipo de bromas.

-. ¡De acuerdo! Entonces no más chistes acerca de terapeutas. 

Tras un par de horas Laura se fue de la casa de Ellen, al igual que su madre, nuevamente se encontraba sola, algo que no ayudaba demasiado en esos días. Una vez se encontraba lista para ir a dormir recordó que no había apagado la veladora que tenía frente a una foto de Aldo en un pequeño cubículo así que decidió regresar a la sala que es en donde se encontraban estos objetos. 

Recorrer el pasillo de su casa le costaba trabajo, pero por suerte no tenía que subir escaleras pues contaban con una habitación para invitados en la planta baja de su casa, así que solamente tenía que recorrer el pasillo que conectaba la recámara con la sala. Una vez entró a su sala, Ellen vio algo que la dejó perpleja, quedó muda por la impresión sin saber qué era lo que debía sentir en ese momento, si era miedo, ansiedad o tristeza. Ella se quedó petrificada, pues parecía que lo que estaba presenciando con sus ojos era algo imposible, pues aquello que se encontraba viendo, no era más que a Aldo, sosteniendo la vela que ella colocaba, él estaba parado, con la veladora en sus manos, viéndola fijamente. 

Esta imagen paralizó todo el cuerpo de Ellen, hasta que en un abrir y cerrar de ojos escuchó la voz en su oído, aquella voz característica de Aldo al estar enojado, el cual le gritó: ¡TODO ES TU CULPA! 

Ella horrorizada por este sonido soltó un grito de verdadera desesperación, desvaneciendo la imagen de Aldo frente a ella, dejando caer la vela directa al suelo mientras esta aún se encontraba encendida. Oscuridad nuevamente.

Download MangaToon APP on App Store and Google Play

novel PDF download
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play