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Una Segunda Oportunidad

Capítulo 1

Mi nombre es Irina Wells, esposa del magnate Jared Ray, ambos herederos y co-propietarios del Imperio R&W, una importante cadena de hoteles siete estrellas en América, Europa y Asia.

Me casé con Jared Ray hace tres años, yo me casé por amor, y el por conveniencia. Si no se casaba conmigo su abuelo no le entregaría las riendas de la compañía. Así que, como todo hombre de negocios, aceptó el matrimonio quizás pensando en sacrificar un par de años de su vida para luego ser libre.

Perfecto. Mala suerte para mí, que me casé pensando que lograría conseguir el amor de Jared solo por amarlo y atenderlo, siendo una buena esposa.

Lo que me deja justo donde me encuentro ahora, de pie frente a la puerta de la mansión donde vive mi suegra, usando un hermoso vestido de gala azul marino y una sonrisa falsa, aparentando un matrimonio perfecto y una vida maravillosa.

-Querido, llegaste –su madre lo saluda con un beso y me ignora deliberadamente, estoy acostumbrada, así que no pasa nada.

- Adelante cariño –dice Jared apoyando su mano en mi espalda baja parcialmente descubierta.

Entro a la casa y doy una mirada a mi alrededor, hay varios amigos de los Ray, bastantes personas importantes y algunos de los directivos de R&W.

La madre de Jared organizó esta fiesta especial sin algún motivo conocido, no es como si le haga falta un motivo para hacerla. Ella sube un par de escalones y varios meseros nos entregan copas de champaña.

- Buenas noches, sean todos bienvenidos a esta maravillosa velada –todos levantan las copas en agradecimiento por la invitación, me limito a dar un pequeño sorbo- Esta fiesta es en honor a una maravillosa dama que ha vuelto después de pasar años en el extranjero, una amiga muy especial para nuestra familia, por favor brindemos por el regreso de Lilianne Adams.

Bueno, si tenía un motivo. Todos brindan mientras que Jared esta simplemente de pie en su sitio, no hace ningún movimiento, simplemente mira como la hermosa rubia baja la escalera usando un vestido blanco de seda que se amolda a su cuerpo de modelo, yo aún sigo sonriendo, aunque por dentro quiera echarme a llorar.

Lilianne fue la novia de Jared antes de casarnos, ella fue obligada a irse al extranjero y un año después, Jared fue empujado a casarse conmigo. Los tres compartíamos una historia bastante complicada en la que, para ella, yo era la villana, pero en la que realmente, no fui más que una víctima más de los acontecimientos.

- Estoy encantada de volver a verte, Jar –dice posando su mano sobre el pecho de Jared, tal como mi suegra, me ignora por completo y Jared no hace nada para cambiar la situación.

- Buenas noches, familia –el hermano menor de Jared llega de repente y me da un abrazo que no sabía que necesitaba, susurra en mi oído- Lo siento mucho, no tenía idea.

- Joseph, pero mira lo cambiado que estas –Lilianne tiene esa mirada inocente que engaña a todos, pero lo que el aludido simplemente le da una sonrisa cortés.

- Claro, todos por aquí hemos cambiado bastante –miro a Jared que aún no dice ni una palabra mientras observa como la mano de su hermano reposa aun en mi cintura, veo un breve ceño fruncido en su rostro antes de girarse a mí.

- Un placer verla, señorita Adams, si me permite, voy a compartir un baile con mi esposa –parpadeo un par de veces antes de ser alejada de Joseph, a pesar de que fue gentil, su agarre sobre mi es firme.

- No tenemos que hacer esto si no quieres –digo mientras coloco mis manos sobre su cuello, mis ojos pican debido a las ganas de llorar y están nublados, por lo que envío una súplica silenciosa para no caerme mientras Jared me guía entre sus brazos.

- ¿Hacer que exactamente? –le doy una mirada que le dice que sabe perfectamente de que hablo, pero se hace el inocente.

-Jugar a la pareja enamorada durante toda la noche –digo y el aprieta la mandíbula, un claro gesto de que le molesta que diga en voz alta lo que pienso- Puedo marcharme a casa alegando algún malestar, así puedes relajarte el resto de la cena y compartir con tu amiga.

- No necesito que te vayas, no necesito compartir con nadie, eres mi esposa, y si tienes algún malestar te aseguro que seré quien te saque por esa puerta y te lleve a casa, así que no digas tonterías, Irina.

No digo nada, simplemente asiento a regañadientes.

- Prometí cuidarte cuando nos casamos, te prometí respeto y fidelidad –dice y asiento.

Me prometió todo, menos amor, y ha cumplido con todas y cada una de sus promesas.

Nuestro matrimonio no ha sido por completo una fachada, simplemente ha sido un matrimonio por conveniencia, pero un matrimonio, al fin y al cabo, el cumple con protegerme y darme todo lo que necesito, ambos trabajamos, salimos a eventos sociales y llevamos una vida común fuera y dentro de casa, si bien nunca ha existido amor de su parte, tampoco hay mayor conflicto y el sexo, el sexo entre nosotros siempre ha sido espectacular.

A fin de cuentas, fue el sexo lo que nos unió en nuestro primer encuentro.

Conocí a Jared cuando comencé a trabajar con mi padre como pasante para R&W, de eso han pasado seis años, si no, es más.

Yo tenía veinte años, él tenía veinticuatro, por lo que ya se había titulado en la universidad y acababa de entrar en la compañía, aún no sabía cómo dirigir una empresa tan grande con sucursales en toda américa, su abuelo se encargaba personalmente de enseñarle todo, su padre había muerto cuando él era niño, así que el futuro de la familia Ray dependía de él.

Me asignaron como su asistente en asuntos de finanzas, pasábamos mucho tiempo juntos y surgió una bonita amistad, una que dio paso a que yo me enamorara de él, pero claro, él no iba a fijarse en mi para más que sexo, nos gustábamos, pero para él, no era más que eso, así que acepté sus condiciones y nos zambullimos en una aventura puramente sexual durante un tiempo, mis sentimientos crecieron, así que di por terminada nuestra relación por el bien de nuestra amistad y nuestra relación laboral.

Finalicé mis dos años de prácticas y entré de lleno en la compañía, esta vez usando mi primer apellido, se enteraron que era también heredera de R&W, todos se preguntaban cómo había pasado desapercibida los dos años de mis prácticas, simple, ni mi padre ni yo queríamos que consiguiera algo solo por mi apellido, me gané el respeto de todos con esfuerzo y a punta de trabajo, no le debía nada a nadie.

Entonces el abuelo de Jared enfermó, y puso como única condición para entregar la herencia, que Jared Ray tenía que casarse, pero no con cualquier mujer, si no expresamente con Irina Wells, la hija de su socio y heredera de la mitad de las acciones de la compañía, la misma mujer con la que había tenido esa aventura de oficina tiempo atrás.

Jared estaba con Lilianne, habían comenzado a salir cuando dejamos de vernos, recuerdo claramente que no habían pasado ni tres meses de eso, así que yo desde ese entonces tenía el corazón roto.

Cuando el abuelo de Jared expuso sus condiciones, Jared quiso negarse, pero en ese momento Lilianne fue enviada por su padre a titularse fuera del país, no tenía fecha de regreso. Jared la espero durante todo un año y finalmente cuando su abuelo empeoró, aceptó casarse conmigo.

Lilianne fue una sombra cubriéndome los primeros meses de mi matrimonio, no fue sino hasta el primer año de casada que ella comenzó a desaparecer.

Jared y yo vencimos el silencio y la incomodidad inicial en nuestras vidas, para caer en lo que ahora tenemos, una cómoda convivencia, trabajamos juntos y hacemos un buen trabajo, si bien tenemos personal para encargarse de todo en nuestra casa, de vez en cuando le cocino algo mientras fantaseo con el amándome.

- Tu mamá claramente no me quiere aquí –digo mordiendo mi labio inferior mientras veo como mi suegra y Lilianne me lanzan dagas desde el corredor.

- ¿Y eso cuando te ha detenido, señora Ray? –le doy un golpecito en el cuello mientras el me aprieta contra su pecho- Eres la señora Ray porque ambos decidimos que así fuera.

- No tuviste muchas opciones.

Pudo ser peor –vuelvo a golpearlo y suelta una risa- Vamos, piensa, al menos tu y yo nos conocíamos muy bien de antes –suelta su aliento sobre mi cuello haciendo que mi piel se caliente y se erice- Al menos somos buenos compañeros, buenos amigos y perfectos amantes.

- Para ser amantes, debe haber amor…

Pues imagínate si lo hubiera –dice haciendo que las mariposas en mi estómago se extingan de un solo golpe, me levanta la barbilla y sabe que estoy a punto de llorar- No pongas esa mirada en tu rostro... Si pudiera elegir en esto, te amaría tanto como me fuera permitido.

- Me pones muy difícil dejar de amarte –digo dándole una sonrisa triste- Desearía poder odiarte.

- Yo en cambio, daría lo que tengo a cambio de amarte como te mereces.

Capítulo 2

Me separo de él, no puedo resistir otro segundo escuchándolo, así que le indico que voy al tocador, él no me cree, en cambio, viene tras de mí, Lilianne lo detiene sujetándolo del brazo, yo sigo mi camino y entro al baño detrás de las escaleras, es el baño de servicio, pero es el sitio más cercano para desahogarme, estoy a punto de poner el seguro cuando la puerta se abre y Jared entra como un torbellino.

- ¿Qué haces aquí? –pregunto y el cubre mis labios con los suyos mientras cierra la puerta con seguro y me recuesta en ella.

- Te deseo –dice y no puedo evitar la reacción de mi cuerpo, me caliento de inmediato entre sus brazos.

Me mira con esos ojos del color del cielo y una vez más me sorprende lo hermoso que es este hombre, con unos labios llenos, un rastro casi imperceptible de barba, el cabello rubio un poco desordenado haciéndolo ver rudo, esa maldita sonrisa de demonio y un cuerpo igual de pecaminoso. Soy pequeña entre sus brazos en comparación con su metro noventa de altura y sus hombros anchos, aun teniendo demasiadas curvas para ser considerada delgada y apenas llegándole al mentón así lleve tacones.

No tarda en tomarme de las caderas y levantarme, envuelvo mis piernas en su cintura quedando nuestras bocas al mismo nivel, nos besamos frenéticos y el mete su mano por la abertura lateral de mi vestido hasta apretar mi trasero apenas cubierto por una discreta y pequeña tanga.

- Te ves muy bien esta noche, Irina.

- También usted, señor Ray –lo jalo de la corbata y muerdo sus labios mientras el levanta mi vestido hasta arremolinarlo en mi cintura.

Me arranca las bragas de un tirón, tan salvaje como siempre ha sido entre nosotros, de inmediato abre su bragueta y entra en mi con un solo movimiento.

- Ah –no puedo evitar el chillido que sale de mi boca y de inmediato me sonrojo ante la idea de que alguien pueda escucharnos y saber lo que estamos haciendo, Jared me da esa sonrisa diabólica mientras con su dedo hace la seña de cubrir sus labios y se mece- Ahh.

- Shh –se lo está pasando bomba, trato de no hacer ruido- Si alguien se da cuenta será tu responsabilidad.

- Ah, Jared, por favor –digo sin reconocer mi propia voz, soy una gelatina en sus brazos, sabe que puede hacer conmigo lo que quiera, me besa el cuello y siento como me da un mordisquito- Oh por Dios.

- Shh, no hagas ruido –suelta una risita aun con sus labios puestos en mi cuello lo que hace que termine en un remolino increíble de sensaciones, el sigue sus movimientos volviéndome loca hasta que lo siento temblar dentro de mi cuerpo- Te tengo, déjate ir.

- Tocan la puerta y me quiero morir.

- ¿Jared? –es su hermano, estoy segura de que mi rostro arde de vergüenza, lo entierro en el cuello de Jared quien aún sigue disfrutando de su orgasmo.

- Jared, maldita sea, sé que eres tú.

- Está ocupado –dice como si nada mientras muerde uno de mis pezones por encima de la tela brillante del vestido.

- Sal del maldito baño ahora –Jared sabe que su hermano no se dará por vencido, así que sale de mi cuidadosamente y se asea con rapidez antes de plantarme un último beso y salir cuidando de que nadie pueda verme, de inmediato pongo el seguro, puedo escuchar su conversación.

- ¿Qué crees que haces? –dice Joseph sin inmutarse- Si Irina se entera de esto va a destruirla ¿cómo te atreves a hacerle esto?

- Joseph, no te metas en mi vida –ladra Jared, no le dice que soy yo, respiro aliviada- Deja a Irina fuera de esto, no te metas en lo que no te importa.

- Irina me importa, ella es la mujer más bondadosa, brillante y hermosa que conocerás en la vida –dice Joseph y quedo paralizada al escuchar lo que piensa de mi- Me dijiste hace mucho, que no la amas, pero si te atreves a lastimarla, yo mismo hare que te arrepientas.

- Vaya, parece que te importa demasiado, más de lo que es apropiado… ¿Acaso te gusta mi esposa?

Puedo escuchar la vos cortante y la rabia en el tono de Jared, así que termino de asearme y me acomodo el vestido rápidamente antes de que se arme un escándalo entre esos dos, tomo mis bragas rasgadas y las aprieto fuertemente mientras cruzo la puerta, Jared esta de espaldas a mí, así que finjo abrazarlo mientras meto mis bragas en su bolsillo.

- Joseph, lo siento, no quisimos causar ningún problema –digo con el rostro ardiendo en vergüenza.

- Irina… -Joseph está realmente sorprendido de ver que era yo quien estaba en el baño con su hermano, se sonroja salvajemente mientras que Jared lo fulmina con la mirada, lo tomo del brazo.

- Vamos Jared –digo y él se resiste por un momento, como si quisiera decir algo más- Jared, vamos, esto no tiene sentido, es todo un malentendido –sujeto su rostro para mirarlo a los ojos- Vamos.

- Irina –Jared me sostiene de la barbilla suavemente y veo el momento en el que se rinde- Vamos entonces.

- Aquí están –la voz de Lilianne llega desde el corredor y sus pasos se detienen al ver a Jared aun sujetándome la barbilla, me envía una mirada desdeñosa y toca su espalda, el me suelta, yo me tenso- Estaba buscándote, quisiera que bailemos.

- Lo siento, estoy por retirarme –dice tomando mi mano- Adiós, señorita Adams.

- Jar… -ella pone una mirada triste en su rostro- Hace mucho que no hablamos, por favor no te vayas así, solo hablemos un momento.

Él duda y no se lo complico más, suelto su mano y retrocedo un paso haciéndole ver que puede irse a hablar con ella. Él me mira lanzándome una mirada de disculpa y yo asiento.

- Vuelvo enseguida, solo será un momento –dice antes de acompañarla a una mesa retirada del bullicio.

Joseph me mira con una mezcla entre vergüenza y lastima.

- No te metas en problemas con tu hermano, menos por mí.

- Él no te valora lo suficiente.

- No es un secreto para ti, que él no me ama -me giro para que no vea mi expresión- Pero me trata bien, más que bien.

- Tampoco es un secreto para mí que tú a él si lo amas y que esto te lastima.

- Cada quien decide la cruz que va a cargar.

- ¿Vale la pena pasar la vida atada a un amor no correspondido? –pregunta guiándome al salón, donde no puedo ver a la antigua pareja conversando- ¿Acaso no quieres una familia? ¿Hijos? Los hijos de matrimonios arreglados difícilmente son felices.

- Jared no quiere hijos, lo hemos hablado antes.

- No se trata de lo que él quiera, bonita… ¡Si no de lo que los dos últimos quieren!

- Yo lo quiero a él.

Joseph asiente y se marcha un poco molesto, entonces me siento más sola que nunca, salgo de la casa y busco a Trevor, nuestro chofer, me ve y rápidamente acude a mí.

- Trevor, por favor llévame a casa.

- Por supuesto señora Ray ¿esperamos al señor? –pregunta y niego.

- El señor está ocupado, puede volver por él mas tarde, me siento un poco indispuesta.

Llego a casa y lo que antes fue una mentira se convierte en realidad, me comienzo a sentir indispuesta, así que me desvisto, me doy una ducha rápida y me envuelvo en una camiseta y un cachetero antes de recostarme y caer en un sueño profundo, donde los esposos aman a sus esposas y no hay ex novias volviendo a romper ninguna relación.

Capítulo 3

No he dormido mucho, miro el reloj, solo han pasado treinta minutos desde que me dormí, hace frio, estamos en invierno, me envuelvo aún más entre las sabanas y siento mi cuerpo siendo arrastrado a una fuente de calor, abro los ojos y veo a Jared acostado junto a mí, por el olor a loción y su cabello húmedo, sé que se ha bañado, esta sin camisa y aun así esta increíblemente cálido.

- Estas tiritando –dice envolviendo mi cintura con su brazo- ¿Por qué volviste sin mí? Te dije que solo sería un momento, cuando volví a buscarte, te habías ido, salí y vi el auto arrancar.

- Lo siento, me sentía un poco incomoda –digo despertando por completo- No me gusta estar donde no me quieren, ya suficiente tengo con estar aquí contigo.

- Yo te quiero, Irina, te quiero y te respeto –dice levantándose de la cama y perdiéndose por un momento dentro del vestidor- Quizás no es suficiente para ti, pero cada día intento ser un mejor esposo.

Vuelve a la cama y nos cubre con una manta calientita, me acurruco más y el me mantiene a su lado, es fácil en estos momentos olvidarme de que el solo me tiene cariño, que solo es la atracción innegable entre nosotros, así que me dejo llevar y finjo que somos solo dos personas amándose, me subo a su regazo y comienzo a besarlo, el me corresponde como siempre lo hace, con pasión y entrega, levanta mi camiseta y mis pechos se pegan a su torso desnudo enviando corrientes eléctricas a mi columna, me sujeta firmemente de la cintura mientras los muerde y los chupa, suelto un par de gemidos mientras trato de deshacerme de sus pantalones de pijama y su bóxer, él está más que listo para mí y suelta un gruñido cuando lo tomo entre mis manos, me deslizo por su cuerpo hasta poner mi boca sobre él, me da una mirada de asombro, es la primera vez que hago esto y lo tomo por sorpresa, tomo todo lo que puedo.

- Irina –me sujeta el cabello y me da un jalón fuerte haciendo que mis ojos se encuentren con los suyos- No voy a durar demasiado.

Mis movimientos comienzan lentos, juguetones, sin prisa, enloqueciéndolo, sacándole gruñidos y maldiciones, cuando veo la expresión torturada en su rostro, comienzo a acelerar, me vuelvo loca de placer al escucharlo, me da un nuevo jalón de pelo avisándome que está a punto de terminar, pero no me retiro, lo quiero todo, así que lo llevo profundo y siento como se contrae en mi boca mientras el líquido caliente se desliza por mi garganta.

- Vas a volverme loco –dice aun con mi boca en sobre él, con una última lamida me retiro y me sujeta contra la cama.

- Jared –digo excitada y él sonríe jugueteando con mi cachetero, lo desliza por mis piernas y roza mi entrada, está nuevamente listo para la faena, un par de lágrimas brotan de mis ojos- Te amo, Jared.

- Shh, no llores Irina –entra en mi suavemente- No llores.

- Ahh –comienza a moverse despacio y profundo, me rindo ante todo lo que siento por él, esto es lo que él va a darme y yo solo lo voy a recibir.

Luego de apagar la llama de la pasión ardiendo en nuestros cuerpos, nos quedamos ahí, los dos, estoy recostada sobre el pecho de Jared y puedo sentir el latido de su corazón, calmado y tranquilizante, deseo todo del hombre que yace a mi lado, sus anhelos, sus sueños, deseo su amor, su locura y su alma.

Me aparta suavemente y finjo estar dormida cuando el sale de la cama, escucho sus pasos bajando las escaleras, quiero seguirlo y preguntar qué pasa, pero no lo hago, las palabras de Joseph llegan a mi mente.

¿Vale la pena pasar la vida atada a un amor no correspondido?

Realmente espero que sí, aún estoy aferrada a la idea de que Jared me amará en algún punto de nuestra relación, él es atento y honesto siempre. Somos buenos juntos, nos atraemos sexualmente y somos amigos.

Despierto de nuevo con el sonido del despertador, marca en números rojos las nueve de la mañana, es sábado, miro al otro lado de la cama y Jared esta acostado sobre su pecho, su espalda descubierta a la vista, me desperezo y salgo de la cama sin mucho revuelo para ir al baño, me doy una ducha y me visto, día de salir a hacer el mercado, siempre los sábados son mi día de hogar, bajo las escaleras y Mildred, una de las chicas encargadas de la casa ya tiene preparada la mesa para servir el desayuno.

Estornudo un par de veces, me siento un poco resfriada, pero es común para mi resfriarme en pleno invierno.

- Buenos días, señora –me da una cálida sonrisa mientras deja sobre la mesa una edición del periódico local de mi ciudad, me encantan los crucigramas que trae y de alguna forma siempre llega a nuestra puerta.

- Buenos días Mildred, ya pueden irse a descansar, por favor solo dejen la lista del mercado en la encimera de la cocina, me encargo desde ahora.

- Ya sabe que no es necesario, señora, yo podría hacerlo.

-Y ustedes saben que comienza su fin de semana, así que por favor…

De inmediato Mildred asiente y tras servirme la comida se retira, la escucho decirle a Greta, nuestra cocinera, que es hora de irse, y las dos a regañadientes se retiran.

- Si necesita algo, no dude en llamarnos, señora.

- Descansen, disfruten el fin de semana Greta.

Estoy terminando mi café y revisando la lista de víveres cuando Jared por fin baja las escaleras, se sienta frente a mí y trata de revisar el periódico que ya he desordenado mientras se sirve el desayuno.

- Cuando estés lista avísame, iré contigo –dice y levanto la mirada.

- Hoy tienes una reunión informal con algunos socios.

- La cancelé, quise tomarme el día, si no quieres que te lleve siempre puedes ir sola.

- No, no tengo problema.

Estornudo un par de veces más y él me mira con atención.

- ¿Por qué no mejor te quedas en casa hoy? Te ves un poco resfriada ¿te sientes bien?

- Estoy bien, solo es el invierno –me levanto para llevarme los platos y meterlos al lavavajillas-

- Termina el desayuno, revisaré la lista y veré que no falte nada.

Media hora después estábamos listos para salir, Jared insistió en conducir mi auto, era más cómodo para llevar el mercado, así que estaba relajada en el asiento del copiloto siguiendo la voz de Bruno Mars.

- Cantas muy mal –dice Jared y me sonrojo al percatarme que estoy gritando junto a él.

Idiota –murmuro sacándole una sonrisa y en eso llegamos al súper.

- No hay demasiada gente, recorremos los pasillos buscando las cosas en la lista, me detengo por helado y algunas cosas extras mientras él se ve relajado empujando el carrito con las compras, de vez en cuando se queda mirándome fijamente y me hace sentir bien, tenerlo conmigo, me hace sentir bien.

- Toma dos de esos –dice señalando los paquetes de malvaviscos y sonrío mientras los meto en el carrito- También lleva chocolate para preparar, hace frio, nos hará bien.

Una vez que llevamos mas de lo planeado, por fin pagamos, hace frio afuera y mi nariz esta algo congestionada, llevo mi abrigo, pero aun así Jared se quita el suyo y me lo coloca encima, no digo nada, solo dejo que me abra la puerta y subo al auto.

- ¿Segura que no quieres ir al médico? –pregunta y niego.

Llegamos a casa y ordeno las compras, estoy por preparar el almuerzo cuando veo todo oscuro y escucho que Jared grita mi nombre antes de desplomarme en el suelo.

Mi cuerpo está ardiendo cuando logro abrir los ojos, frente a mi esta Jared junto al doctor Marco Simmons, este último se me acerca con una sonrisa amable mientras Jared permanece atrás con cara de culo, trato de sonreírle a Marco, además de ser mi médico, es un buen amigo de la infancia, solíamos jugar juntos todo el tiempo he íbamos a la misma escuela.

- Hey tú, esta es la única forma de que vengas a verme –digo con la voz un poco ronca.

- Shh, no digas tonterías, te invité a una comida hace poco más de un mes y declinaste –dice y asiento avergonzada, Jared se ve incomodo con nuestra platica así que no continuo- Dime que tengo, siento que mi cuerpo se quema.

- Tienes mucha fiebre, te he colocado algo para eso, deberá bajar en un momento, tienes una fuerte neumonía, una infección en los pulmones que ha causado su inflamación, tendrás que cuidarte mucho, te he suministrado antibióticos fuertes que será efectivos y rápidos, no debes salir de casa, mantén reposo hasta finalizar el tratamiento, vendré a verte mañana, te he dejado medicación para la fiebre también, si no baja –mira a Jared- Llámeme, señor Ray.

- Claro que sí, doctor Simmons, gracias por venir y atender a mi esposa.

- No hay que agradecer, además de mi deber como médico, mantengo una gran amistad con Rina, ella cuenta conmigo para lo que necesite, a cualquier hora.

- Claro, gracias.

- Adiós Marco Polo –digo en despedida y él sonríe antes de salir seguido por Jared.

Momentos después Jared vuelve y se sienta a mi lado.

- ¿Cómo estás?

- Caliente –digo y su mirada se oscurece, así que tomo su mano llevándola a mi frente y corrijo rápidamente- La fiebre, estoy literalmente ardiendo.

- Buscare pañitos y agua.

Vuelve al rato y se queda conmigo el resto del día, pienso que llamara a Greta para que le prepare de cenar, pero en cambio el mismo prepara sopa y me da de comer antes de comer él.

No quiero dar muchas vueltas a las cosas, pero si esto no es amor, entonces no sé lo que es.

Para mí el amor es respeto, cuidado, atención... Él tiene todo eso y más para darme.

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