En la caótica ciudad de Nueva York la vida nunca se detiene, el ruido de los carros, el tráfico en la ciudad y el centenar de personas con su paso apurado cautivan a cualquier expectador, aunque hay una en particular que quisiera por un momento poner en pausa todo lo que sucede a su alrededor.
Daphne es una joven irlandesa de 23 años, hija mayor de su madre, se fue de casa a los 18 con la esperanza de lograr su sueño en la Gran manzana, había que darle crédito, después de 5 años, a pesar de la derrota seguía con el mismo ímpetu que cuando comenzó, la chica era la belleza personificada, su piel era blanca cuál porcelana, con el cabello cobrizo, sus ojos eran más bien amarillos, algo que cautivaba a quien la mirará, solía llamar la atención de cualquier persona que se cruzará, eso de cierta forma la ayudaba, algunas veces, ella diría que en mayor parte era más maldición que bendición, siempre debía esforzarse aún más que todos a su alrededor, pese a lo que todos pensaban, su amiga Susej siempre le decía:
"Si yo tuviera esa cara, no atendería mesas"
Pero ella no veía lo importante, muchos de los que se acercaban a ella la veían solo como un trofeo, algo que querían poseer, nadie deseaba escucharla, la delegaban como una estatua inerte, solo hecha para verse bien y cautivar la vista de otros, su belleza le estorbaba para la grandeza que deseaba lograr, estaba condicionada a las burlas y preguntas constantes de sus compañeros, pero aún más a la sospecha de no merecer lo que tenía, siempre usaban las palabras:
"Suerte, belleza y Favores"
Cómo la respuesta ante la pregunta de moda ¿Cómo lo lograste?, Nunca esperaban la respuesta completa, solían contestarse a si mismos, dejando una estela de envidia en su tono, después de soportarlo innumerables veces, dejó de intentar convencerlos, se decía a si misma que un día habría de lograrlo y que nadie volvería a dudar de su talento.
Muchas veces solía preguntarse ¿Que favor me ha hecho la belleza? Los hombres no me respetan como su igual y las mujeres suelen resentirse conmigo por algo que no puedo cambiar.
Sus sentimientos cambiaron cuando conoció a Isaac, quien siempre busco escucharla y 'apoyarla' en sus metas, aunque el hombre era un ególatra manipulador, ella se convenció que era lo mejor a lo que podía aspirar, llevaba ya un tiempo en el mercado de la soltería y los prospectos no mejoran, solían ser un desfile de imbéciles que solo buscaban sentirse mejor consigo al tenerla a su lado.
Este día en particular, Daphne había tenido una fuerte discusión con Isaac, habían estado juntos por más de 3 años, pero hoy el hombre había tomado la decisión de dejarla, no solo eso, sino de crear una escena completamente miserable de su vida y todo lo malo que a su juicio la chica le había hecho, todo esto, solo por qué ella había decidido pasar las vacaciones navideñas con su familia en Irlanda, viaje que por cierto ya había Sido pospuesto en varias oportunidades por evitar la misma estúpida pelea; en un inicio, Isaac se había ofrecido a acompañarla, pero el plan se fue posponiendo por su trabajo, siempre que había oportunidad de hacerlo aparecía algo diferente: Viaje de negocios, trabajo extra, etc, por eso está vez ella no lo incluyo, extrañaba a su familia y no daría su brazo a torcer solo por una rabieta de niño pequeño.
"Has pensado en lo solo que estaré si te vas a ese viaje" le dijo Isaac furioso "En este momento te necesito y lo sabes"
Daphne arreglaba su maleta cuando escucho la frase del chico, una punzada entro en su corazón, por un momento el miedo la invadió, pero está vez no funcionaría, no levantó la cabeza, tampoco contestó, solo siguió en lo suyo.
"¿Me has escuchado?" Grito él "Por supuesto que no, ¿Cómo podrías escuchar? Eres una egoísta, solo piensas en ti misma, esto pudimos haberlo planificado con tiempo, lo hiciste con la intención de irte y dejarme, tu búscaste esto desde hace mucho, solo quieres huir de todo, de nuestra relación, pero no sabes cómo hacerlo" bufo.
" Tranquila te haré más sencillo todo, terminamos"
Daphne giro y miro los ojos manipuladores del hombre que amaba, ella lo sabía, estaba usando esto como un pretexto para hacerla ceder ante su chantaje ¿No podía entender su situación? Se preguntó, llevaba mucho tiempo expresando su deseó de ver a su familia, él lo sabía ¿Por qué se comportaba así?.
"Si eso es lo que realmente quieres Isaac, respetaré tu decisión" dijo ella por fin
el hombre quedó atónito y se fue del departamento azotando la puerta, a pesar de que no hay pruebas científicas de que suceda, ella estaba segura de que su corazón se había roto, sentía el dolor aturdiendola, sin pausa alguna, se cuestionaba a si misma si la decisión que había tomado era la correcta, las dudas seguían llegando, pero ya no había marcha atrás.
Se sentó en el ventanal de su apartamento y por un momento sintió detenerse todo a su alrededor, el ruido, el tráfico, las personas, pero solo había Sido una ilusión, en la ciudad que nunca duerme no hay tiempo para esperar, aunque el dolor no te deje continuar.
Daphne amaneció con el rostro demacrado de tanto llorar la noche anterior, se sentó en la cama y miro su teléfono, no había ninguna llamada ni mensaje de Isaac, suspiro y se levantó, hoy en la tarde salía su vuelo, debía terminar de alistarse y dejar todo listo en el apartamento.
Paso la mayor parte de la mañana limpiando, al no ser un lugar tan grande no demoró en terminar, tomo una ducha y se arregló, reviso una vez más sus pertenencias, pasaporte y ticket de vuelo, todo estaba listo, aunque gracias a su estúpido ex novio no podía disfrutar del todo la experiencia, salió del apartamento cerró la puerta con seguro y llamo a su amiga Susej.
"Daph hola ¿Ya te vas?" Pregunto la chica
"Hola Su, en este momento voy saliendo al restaurante, te dejo las llaves y de alli al aeropuerto"
"Está bien aquí te espero"
Daphne colgó la llamada y tomo un taxi, gracias a los trancones demoró una hora en llegar al sitio, agradeció al cielo haber salido temprano, cuando llegó al restaurante, sintió las miradas posándose en ella, no podía evitarlo, aún con la simplicidad del atuendo siempre destacaba, camino con premura al mostrador y vio el rostro alegre de su amiga.
Susej la veía con una sonrisa amplia, la joven tenía la piel canela con un toque caribeño, sus facciones eran finas, el cabello era marrón con destellos dorados, sus ojos color cafés eran un factor llamativo en ella, gracias a sus cejas tupidas y definidas, eso sin contar la sonrisa deslumbrante que siempre tenía en el rostro, a pesar de ello, cuando iban juntas, Susej solía pasar desapercibida, aunque no parecía molestarle, siempre la apoyaba y nunca había dado ningún indicio de rivalidad o celos estúpidos, como si le había pasado anteriormente.
"Daph querida" la llamo
"Su" dijo daphne devolviéndole la sonrisa " Gracias por cuidar el departamento"
Susej hizo un ademan en la mano restándole importancia al hecho.
"Bah, no es nada" luego se acercó y pregunto "¿Cómo lo tomo Isaac?"
La sonrisa desapareció del rostro de daphne de forma inmediata al escuchar la pregunta.
"¿Tan mal te fue?" Insistio susej
"Me terminó" contestó ella con resignación
"¿En serio? ¿Te dejo por un viaje?" Bufo " por favor daph que tipo tan imbécil, tu ve y disfruta esta semana, te lo mereces, no te permitas pensar en él y que dañe tus vacaciones"
Daphne sonrió sutilmente
"Te lo prometo" río por lo bajo "Ya debo irme te veo en una semana"
La joven salió del restaurante y tomo un taxi hasta el aeropuerto, una sensación involuntaria de apoderaba de ella, sentía mariposas revoloteando en su estómago, las ganas de reencontrarse con su familia eran enormes, hizo el checking y espero el tiempo para abordar, allí justo antes de apagar su teléfono recibió un mensaje de Isaac:
"Te extraño, llámame apenas llegues" decía
¿Que demonios? Pensó ella, ni en broma le escribiría, el había dado por terminada su relación, así que ahora debería asumir las consecuencias de la decisión que había tomado, después de todo, el solo había determinado la acción a tomar, pero no lo permitiría, no dejaría que arruinara su viaje, incluso si quisiera volver a Escribirle, lo haría cuando volviera no antes, asintió con la cabeza, era suficiente, con furia apagó el teléfono y escucho por el parlante que llamaban su vuelo, abordo el avión y se sentó en su puesto, tomo los audífonos y comenzó a dejarse llevar por la música.
Estaba a punto de dormirse cuando sintió que a su lado se sentó alguien, abrió los ojos de golpe quedando impresionada con el hombre que estaba a su lado, ¡Dios mío era un Adonis! , pensó, era un hombre delgado pero no flacucho, su cabello era color chocolatee, pero su rostro, ¡Vaya! sin duda los dioses lo habían favorecido, lo recorrió con la vista, sin darse cuenta de lo imprudente que estaba siendo, el hombre estaba recostado con los ojos cerrados, ajeno de toda la situación, cuando una chica llamo a su hombro y le dijo una frase en irlandés mientras la veía a ella de reojo haciéndola retirar la mirada de inmediato, el hombre se levantó y cambio de asiento dejando a la mujer al lado de daphne con un gesto furico, la chica confundida y un tanto incomoda volvió a cerrar sus ojos, concentrándose en la música y durmió lo que quedaba de vuelo.
Cuando despertó ya el avión hacia el descenso, así que se retiró los audífonos y saco de su bolso de mano maquillaje, comenzó a retocar su rostro para quitarle la apariencia de recién levantada, mientras hacía esto la mirada de su vecina de asiento no era precisamente agradable, trato de no prestarle atención hasta que escucho que la mujer la había insultado en su lengua natal.
"Perra" dijo la extraña dejándola atónita
Instintivamente Daphne contestó con elocuencia en el mismo idioma
"¿Disculpe?" Dijo de forma fría
La mujer al ver que entendía a la perfección lo que había dicho, giro la cabeza con soberbia y desde ese momento evitó el contacto visual, daphne no sabía con exactitud de qué manera la había ofendido, pero entendía que algo tenía que ver con el hombre, ya que cada tanto mirada con disimulo en su dirección, no le dió mayor importancia y termino de retocar su rostro, se colocó unos lentes de sol y espero el aterrizaje.
Una vez en tierra, se apresuro a llegar a la sala de espera, apenas llego notó el cartel que artesanalmente había hecho su madre, la mujer era idéntica a ella solo que un poco más baja de estatura, sus hermanas estaban a su lado, Sasha y Cleo, apenas la vieron comenzaron a llamarla por su nombre, ella se apresuro y las abrazo con fuerza, en ese gesto se resumió los 5 años de distancia que las habían separado, las cuatro salieron del lugar riendo en un andar que para el expectador simulaba una tenue danza, subieron al auto de la familia y empezaron la ruta hacia su hogar.
La residencia de la familia Bell estaba ubicada al norte de la ciudad, el lugar era una reliquia familiar, siendo heredada por generaciones hasta la actualidad, nunca le habían hecho reformas estéticas, solo uno que otro trabajo para mantenerla en pie, muchas veces las chicas trataron de convencer a sus padres de hacerle reformas, pero, fue imposible hacerlos cambiar de opinión, ellos sentían que la casa guardaba su orgullo irlandés, y después de la partida del padre de daphne, su madre se volvió más renuente con el tema, así que ellas solo decidieron apoyarla y mirar con otros ojos la belleza colonial de la casa.
Después de unos minutos en la casa, se hizo la pregunta que daphne tonto tenía.
"¿Por qué tú novio no vino contigo hija?" Pregunto Aurora la madre de daphne
"El está muy ocupado con el trabajo madre, no te preocupes por ello, disfrutemos de nuestras vacaciones juntas, he querido venir desde hace mucho"
Aurora no era tonta y notó el semblante de su hija quebrarse ante su pregunta, así que, decidió no indagar más en la situación que la incomodaba y tomó por sentada su palabra, disfrutaría cada momento junto a su ella ¿Quien sabe cuánto tiempo volvería a pasar para verse de nuevo? Suspiro.
Los siguientes días de la visita de daphne pasaron volando aunque sin duda había disfrutado de todo aquello que deseaba, se había reunido con su familia, había comido las exquisiteces de su madre, y había olvidado el tema de Isaac, quien por cierto cada día le enviaba un mensaje a la chica, que inteligentemente había apagado su teléfono luego de avisarle a Susej que se encontraba a salvó con su familia.
Para cuando llegó el día de la despedida, el corazón de todas estaba arrugado y nostálgico, aunque quisiera no podía quedarse, había tomado una pausa en su trabajo para venir pero no podía prolongar su estadía más de una semana, así que aún con tristeza tomo su maleta y se fue hasta el aeropuerto, subió al vuelo y se obligó a dormir nuevamente, aunque se prometió que al menos una vez al año debía venir a vistar a su familia, aún con la tristeza que sentía al irse, su cuerpo se había recargado con mucha energía positiva durante su estadía, cuando despertó nuevamente ya era hora de bajar del avión, definitivamente una semana no había Sido suficiente pero por el momento debía conformarse, respiro profundo y bajo del avión, entro al taxi y fue a su apartamento, antes de volver había escrito un mensaje a su amiga para que se vieran allí y ella le había confirmado, así que la estaba esperando.
Incapaz de posponerlo mayor tiempo abrió la casilla de mensajes de su ex novio, mirando con atención y cierta angustia los 103 mensajes que el hombre le había enviado, era una exageración, solo paso una semana, se dijo, deslizó la pantalla y los leyó uno por uno, cuando llegó al último estaba en estado de shock, definitivamente, estuvo ciega durante demasiado tiempo, había ignorado demasiados detalles preocupantes de la personalidad del tipo, lo que más le molestaba era que él mismo había Sido quien decidió romper su relación y según el tono de los mensajes, ella era la única culpable de su arrebato, pero no solo eso, sino que estaba de alguna forma en deuda con él.
"Espero que estés disfrutando de tu viaje, ese por el cual dejaste al único hombre que siempre te ha comprendido, ha estado contigo y jamás te ha juzgado, seguramente ya me reemplazaste con un modelo más novedoso, pero te aseguro que ninguno de ellos podrá darte todo lo que yo te di, pensé que al menos está relación te importaría un poco y serías capaz de responder alguno de mis llamados pero ya veo que no"
Iba caminando por el pasillo mirando el teléfono mientras sacudía su cabeza cuando chocó con alguien, se disculpo rápidamente mientras levantaba la mirada, cuando notó el rostro angelical del hombre frente a ella, Espera un momento, se dijo, su cara le resultaba familiar, demasiado de hecho, no cayó en cuenta de quién era el chico, hasta que la misma mujer intensa la saco del aturdimiento.
"¿Cariño que te paso" dijo en irlandés
"Nada en especial" dijo el hombre en el mismo dialecto " he chocado con la vecina"
La mujer se acercó a ellos y fulminó a Daphne con la mirada una vez más
"¿Tu otra vez?" Dijo la mujer con voz furiosa ante la mirada incomoda del hombre.
Por un acto divino Susej salió del departamento y la llamo con alegría saliendo a su encuentro.
"Daph cariño" decía con alegría " te he extrañado tanto"
De reojo miro con curiosidad a la pareja del pasillo pero no formulo pregunta alguna, Daphne por su parte los ignoro y se concentro en su amiga.
"Solo paso una semana su" reía con alegría mientras la abrazaba "Yo también te extrañe a ti"
Ambas entraron en el apartamento dejando a la pareja atrás, era una inmensa casualidad haberse encontrado en dos oportunidades con estas personas pensó, pero no quiso darle mayor importancia al asunto, sepultandolo por completo en su memoria.
"¿Cómo fue tu viaje?" Pregunto Susej apenas ingresaron al apartamento
" Estuvo bien" alcanzo a responder daphne " pero fue muy poco tiempo, quisiera haber pasado más con ellas" se encogió de hombros.
Susej la miro con ternura, acaricio el dorso de su brazo y siguió hacia la cocina, fue incapaz de decirle algo para animarla, pero entendía bien su sentir, le sirvió un plato de espaguetis que ella recibió con felicidad, daphne tomó el tazón y comenzó a comer.
"¿Isaac volvió a escribirte?"
"Lo hizo" Daphne asintió con la cabeza pasándole su teléfono a Susej " mando más de 100 mensajes, leerlos si quieres"
Susej comenzó a ver el chat de Isaacl, sus ojos se abrieron como platos.
"Es un imbécil" dijo dejando el teléfono en el mesón de la cocina
Daphne sonrió sin alegría mientras terminaba su comida, lavo su tazón y se fue a su cuarto, cayó en la cama y el cansancio se apoderó de ella, entro en un sueño profundo, para cuando volvió en si ya eran más de las 10 de la noche, se estiró con flojera mientras se levantaba de la cama, desde la sala se escuchaba el ruido de la televisión acompañado de los ronquidos sonoros de su amiga, río por lo bajo, apagó la pantalla y salió a hurtadillas del apartamento, subió las escaleras de los 4 pisos restantes y llegó a la azotea.
Este lugar en particular le encantaba, desde ese solitario espacio podía ver la ciudad, disfrutaba del aire puro y del silencio, solía subir a pensar, aún habían muchas cosas que le daban vueltas en la cabeza, había pasado tanto tiempo con Isaac que su distancia la hacía sentir ligeramente sola, aunque lo sufría, estaba segura de que era lo mejor ¿Que pareja no querría lo mejor para ti? Pensó, estaba inmersa en sus reflexiones cuando un ruido la hizo brincar del susto, giro de inmediato encontrándose con la silueta apuesta de su vecino, el hombre al verla sonrió con complicidad.
"Hola vecina " le dijo el hombre con voz cantarína " llevamos días encontrándonos"
Daphne sonrió y miro sutilmente tras de él, la acción no paso desapercibida causando una risa sonora en el hombre, quien levantando la mano en señal de rendición dijo:
"Tranquila vengo solo, y disculpa por todo lo anterior"
Saco de su bolsillo una cajetilla de cigarros, coloco uno entre sus labios y lo encendió, aspiro el humo con alivio y suspiro.
"Mi novia odia que fume" bufó " solo puedo hacerlo aquí, en la clandestinidad" sonrió "¿Tu que haces aquí?"
"Vengo en ocasiones para pensar" contestó daphne " deberías hacerle caso a tu novia, el cigarrillo no es bueno para tu salud"
"Nada que sea realmente bueno lo es" contestó el hombre " por cierto mi nombre es Erick" agrego mientras le extendía la mano.
"Daphne" dijo ella mientras estrechaba la mano de Erick con una sonrisa tímida
"Es un hermoso nombre" sonrió Erick "¿Tu familia es de Dublín?"
"Si, todos están allá"
"¿Y por qué tú no?"
"Supongo que porque soy diferente" contestó con un suspiro " ¿Tu familia también es de allá?"
"Si, pero no de Dublín yo soy del campo, crecí en un pueblo pequeño llamado Dingle, pero dahyana si es de ciudad, gracias a ella es que vine aquí, aunque las cosas no han resultado como deberían" sonrió sin alegría mientras se llevaba nuevamente el cigarrillo a la boca.
Mientras conversaban dahyana subió a la azotea en búsqueda de Erick, grande fue su sorpresa al encontrarlo conversando con daphne, la chica parecía una ninfa ¿Cómo podría competir con ella? Se preguntó, si ella lo quisiera podría quedarse con su novio en cualquier momento, aunque no parecía quererlo, pero la inseguridad dentro de su ser la hacía dudar, siempre había sentido que su novio era demasiado hermoso para ella, incluso nunca logro entender porque la había elegido, no era precisamente alguien hermoso, si se clasificaba en una categoría sería como alguien normal, no había ningún rasgo que la hiciera distinguir, o eso al menos pensaba ella, estaba tan preocupada por eso que obvio el módico detalle de su novio fumando, algo que se supone había dejado de hacer hace más de un año.
Cuando daphne se fijó en la chica su cuerpo se puso rígido, Erick notó su cambio y siguió la línea de su mirada, al ver a dahyana su tez se volvió pálida y con un disimulo patético tiró el cigarro, luego con una sonrisa amplia dijo
"Cielo, ven únete y conoce a nuestra vecina"
Daphne se sorprendió ante las palabras resueltas de su vecino, pero no tenía ninguna intención de interactuar con la mujer así que rápidamente bajo del balcón de la azotea y se dispuso a marcharse.
"Quédense ustedes" sonrió " ya es hora de irme a la cama"
Con eso resolvió su salida sin sonar descortés, se despidió con un ademán y volvió a su apartamento, a pesar de que su vecino era increíblemente atractivo, no pensaba en él de esa forma desde que conoció su parentesco con dahyana, pero aún así, siempre que se encontraban sentía provenir de la mujer un aura asesina, dirigida únicamente hacia ella, no tenía intenciones de inmiscuirse en una relación ni mucho menos crearse más problemas de los que tenía, abrió la puerta de su casa con cautela para no despertar a Susej y se metió nuevamente a la cama, le quedaba muy poco para descansar y volver a su ajetreada vida, debía disfrutar este momento.
Mientras daphne dormía en la azotea había una acalorada discusión, Erick pensaba que su novia se molestaría por qué había vuelto a fumar, pero para su sorpresa la furia de la mujer era por la presencia de daphne en el sitio, ¡era el colmo! , aunque amaba muchísimo a dahyana nunca lograba entenderla, siempre era lo mismo, y aunque no tenía ánimos de discutir esa nunca era una opción para ella, frustrado la dejo en el sitio y volvió a su apartamento, lleno de rabia, se durmió.
A la mañana siguiente daphne despertó casi llegando al mediodía, cuando lo hizo, vio a su amiga dando brinquitos en el sofá mientras sostenía su teléfono, camino hacia la cocina pero aún así Susej no fue conciente de su presencia, eso la lleno de intriga.
"¿Por qué estás tan feliz?" Le pregunto
"Ah" dijo Susej mientras levantaba la vista "Daph hola ¿Cómo amaneciste?"
"Bien, aunque no mejor que tú al parecer" dijo mientras bebía un vaso de agua.
Susej se levantó del sofá cama y le mostró la pantalla de su teléfono la foto de un chico.
"¿No es guapísimo?" Preguntó "¡Hicimos Match!" Dijo con alegría mientras daba brinquitos.
"¿Match?" Pregunto daphne con gesto confundido
"Si, nos vimos en Tinder ¿Ves?" Dijo mostrándole la app " este es mi perfil, me muestran las parejas potenciales cerca de mi en el rango de edad que yo elijo, luego si le das corazón a alguien y este lo devuelve hacen Match" en eso le llegó un mensaje del chico:
"¿Salimos hoy?"
La sonrisa de Susej era radiante, contestó de forma afirmativa la invitación y miro a daphne
"¿Puedes prestarme algo lindo para usar en mi cita?" Pregunto Susej.
"Claro busca lo que más te guste" afirmó daphne mientras se servía un plato de cereal.
Susej fue al closet de su amiga y comenzó a buscar entre todas las prendas, se miraba en el espejo pero nada parecía cumplir sus espectativas, hasta que vio un vestido blanco, tenía un escote en la espalda con una caída floral en las piernas, al tomarlo vio que aún tenía etiqueta así que daphne no lo había utilizado, con un poco de decepción lo devolvió a su lugar, daphne que la miraba desde la cocina notó sus emociones, sonrió con simpleza y dijo:
"¿Por qué no lo usas?" Le pregunto
Susej se sobresaltó al escucharla
"No sería correcto" dijo ella " puedo usar algo más"
"Es solo ropa su, además te verás lindo con el" sonrió daphne "¿Por qué no te lo quedas?"
Susej abrió los ojos como platos de la sorpresa
"¿En serio daph?" Pregunto
Ella solo asintió con la cabeza y siguió mirándola, el color blanco hacia resaltar todos sus atributos, había Sido una elección acertada, de momento su mente la llevo al pasado, ese vestido se lo había comprado Isaac, lo hizo con la intención de que lo usará cuando visitaran juntos a su familia, ocasión que nunca llegó, por eso, después de dos años el vestido seguía sin ser usado en el clóset y la verdad, tampoco tenía intenciones de estrenarlo, quería sepultar el recuerdo de su ex novio en lo más profundo de su memoria, después de todo, era lo mejor para si misma, para todos.
"¿Cómo me veo?" Pregunto Susej con una sonrisa.
"Te ves divina" dijo daphne "¿A qué hora es la cita?"
"Gracias daph" sonrió la mujer "a las 4 de la tarde, iremos a un bar cerca, te mandaré la ubicación por si acaso"
Daphne se levantó de su silla y fue hasta su closet sacando un abrigo de color beige, lo tomó y se lo entrego a su amiga.
"El clima está frío, abrígate"
Susej asintió con la cabeza y comenzó a arreglarse para su cita, la chica tarareaba una melodía sonora, se baño, vistió y comenzó a maquillarse, algo sencillo, no quería causar una mala impresión, daphne la miraba de reojo, la alegría en ella le causaba un calor repentino en el corazón, se merecía todo lo bueno sin duda, desde que la conocía, Susej siempre había Sido un puerto para ella, nunca la había abandonado a sus suerte, jamás usaba frases crueles para resaltar sus errores y en ocasiones la defendía como una fiera delante de cualquier persona que se atreviera a criticarla, por eso estaba inmensamente agradecida, aunque estaba a Miles de kilómetros de su hogar, la vida le había regalado una hermana de vida.
Al terminar la labor, Susej se miro a si misma complacida con el resultado, de su boca brotaba la más sincera sonrisa, suspiro y miro el reloj que se encontraba sobre la cama, ya era momento de irse a su cita, tomo su bolso y se despidió de daphne con un abrazo, salió de la casa con un andar apurado, aunque daphne estaba segura de que a pesar de ello no dejaba de verse elegante.
Cuando por fin se encontró sola en el apartamento comenzó a sentir nuevamente el vacío dentro de si misma, estar aquí la hacía sentir agobiada, cada que miraba a un lugar diferente, encontraba cosas de su ex novio ¿Cómo podría superarlo de esta forma? se preguntó, debía alejar cualquier cosa que se lo recordara, no era tan fuerte para obligarse a no pensar en él, habían sido tres años juntos y aunque la separación era lo más idóneo no dejaba de ser dolorosa.
Fue a la cocina y busco una caja, comenzó a tomar una por una todas las pertenencias de Isaac, almacenandolas allí, aún no iba por la mitad cuando notó que se estaba quedando sin espacio, busco una más y siguió con su proceso, cuando terminó, respiro profundo, había Sido más de lo que esperaba, sin duda, las llevo al rincón más apartado del apartamento y allí las dejo hasta decidir que hacer con ellas, se debatía entre el hecho de llamarlo y pedirle que las buscará o simplemente botarlas, era una disyuntiva, la parte más sensata de si misma le decía que la segunda opción era la más acertada, pero, sentía un poco de culpa con tan solo pensarlo, de igual forma, no había ningún apuro en solucionar rápidamente el asunto, así que, mientras se decidía, dejaría las cosas en ese lugar, sometiéndolas al olvido.
Desde hacía más de una semana no había revisado su correo electrónico laboral, por lo que decidió que antes de empezar nuevamente su rutina debía empaparse con los últimos acontecimientos en la empresa, Daphne trabajaba en una revista, tenía ganas de ser una gran periodista, por eso en esencia había venido, pero después de intentarlo durante un largo peroodo no había logrado ascender más allá de su puesto de asistente, aún con eso, trataba de no desmotivarse, desde el año anterior había empezado a escribir un blog anónimo acerca de diversos temas de interés, no era del todo popular pero le llenaba de ilusión hacerlo, sentía que era un escape de su vida cotidiana, tomo su teléfono y empezó a leer los correos, no eran muchos y en su mayoría tenían mensajes de felicitaciones por las fiestas navideñas, nada de importancia, lo dejo nuevamente en la cama y se quedó dormida.
La despertó una llamada de Susej, la chica comenzó a comentarle su cita, mientras ella trataba en vano de incorporarse a la realidad, su parlanchína amiga la lleno de detalles de todo el evento, desde la descripción física de su acompañante, sus atenciones con ella, así como también el lugar a donde habían ido, aunque daphne quería escuchar todo aquello, no podía evitar los bostezos y el adormecimiento mental que sentía, suspiro y después de varias respuestas a los comentarios de su amiga, está por fin tranco la llamada.
Daphne trato de volver a dormir pero no lo logro, así que se despertó con fatiga, al ver el reloj de su habitación descubrió que habían pasado más de dos horas desde que se habia tomado la siesta, estiró todo su cuerpo y se levantó de la cama, tomo un baño largo y pidió un servicio a domicilio, media hora después, coloco una película y comenzó a comer, nada especial, arroz chino de la esquina cerca a su casa, se miro a si misma y se preguntó ¿Cuando había Sido la última vez que había disfrutado de cosas tan sencillas?, mientras estaba con Isaac, este siempre insistía en que salieran a bares, restaurantes e hicieran vida nocturna con sus amigos y compañeros de trabajo, pero ella a ciencia cierta no lo disfrutaba del todo, cada que iba sentía que podría morir de aburrimiento en cualquier segundo, además aunque nadie se lo dijera, sentía que el motivo real de las salidas era porque su ex la utilizaba para atraer la atención de posibles clientes, así como desatar la envidia de sus compañeros, al principio el tema solía molestarle pero después de mucho, decidió restarle importancia, ahora que lo pensaba había Sido del todo sumisa con Isaac, por eso es que el hombre logro inmiscuirse en su vida privada, y , con pequeños movimientos alejarla de cosas que la hacían felices, nunca más seria de esa forma se prometió a si misma con un suspiro profundo, Nunca más.
Cuando la película terminó, alcanzaban las 10 de la noche, daphne ya no tenía nada más que hacer, así que, decidió subir nuevamente a la azotea, tomo un swetter y emprendió su camino, comenzó a subir las escaleras mientras danzaba sutilmente, aunque era algo de lo más sencillo, cada que subía allí, a ese tranquilo lugar, podría asegurar que sus problemas quedaban de lado, no importaba la situación, después de mirar la ciudad, todo cobraba sentido ante sus ojos, por fin llegó a la puerta que la separaba de su oasis personal, al abrirla lo vió, estaba sentado en el balcón donde ella solía sentarse, en su mano reposaba un cigarrillo a media vida, las cenizas caían en el muro de ladrillos, sus ojos estaban cerrados, con una actitud imperturbable, ella se giro de mala gana con sutileza para no molestarlo, pero en su andar, tropezó con una lata vacía en el piso, haciendo que Erick abriera los ojos de inmediato, cambiando su expresión de tranquilidad por una de sorpresa, al verla se ensanchó una sonrisa en su rostro, llevo el cigarrillo a su boca y luego de exhalar el humo dijo:
"Hola vecina"
"Hola Erick, No quería molestarte yo..." alcanzo a decir daphne antes de ser interrumpida por una ligera carcajada del hombre.
"Tu no podrías molestarme" dijo mientras apagaba el cigarro en el muro de ladrillos "Me parece que este lugar era tuyo antes de mi llegada" sonrió dejando a la chica atónita momentáneamente
"En realidad así era" dijo ella con una sonrisa "pero podemos compartirlo ¿Desde hace cuanto viven aquí?"
"¿viven?" pregunto él
"Si, tu y tu novia" agrego ella
"Dahyana no vive aquí" contestó él con una risa amarga "Este lugar jamás sería el 'indicado' para ella"
"Pero ayer ella..." dijo daphne confundida
"Ah sí, ella suele quedarse a dormir en ocasiones" dijo Erick "pero hay días dónde quiero mi espacio, hoy por ejemplo"
"Si quieres puedo venir después, yo..."
Erick río por lo bajo y nego con la cabeza.
"No dije que quería estar solo, es solo que ella a veces es tan" suspiró "irritante" sonrió con amargura "La amo demasiado contra mi buen juicio, cuando decide discutir sin motivos no permito que se quede en mi casa"
"No creo que alguien discuta sin motivos" resolvió daphne
"Ah creeme, ella sí'
"¿No todos los hombres dicen eso de sus parejas?" pregunto ella
"Tal vez eso sea cierto" dijo Erick entre risas "Tampoco es mi intención que ella quedé como una antipática, es solo que" se quedó callado unos segundos "Es tan complicada, es difícil amar a alguien que siempre duda de tus sentimientos"
"Entiendo" dijo ella asintiendo con la cabeza
"¿También tienes problemas en el amor vecina?" pregunto el hombre con toque de sarcasmo
"No de ese tipo" sonrió ella " Ni siquiera tengo pareja"
"Imagino que por decisión propia"
"¿Por qué lo dices?"
"Vamos chica, no peques de falsa modestia, seguro que en casa tienes un espejo" sonrió Erick " y en caso de que no lo tengas, sé bien que muchas personas a tu alrededor estarán encantadas de elogiar tu apariencia"
Las mejillas de daphne se sonrojaron
"Gra cias" contestó dubitativa
"¿Es lo mejor que puedes hacer?" pregunto él con una sonrisa
"Creo que sí, no me tomo muy bien los cumplidos" dijo ella
"Entonces este será el último que te haga, lo prometo" dijo él mientras colocaba su mano en el corazón en señal de promesa.
Ninguno de los dos dijo nada más, Erick encendió otro cigarrillo y al fijarse en la mirada regañona de daphne, sonrió con más fuerza mientras negaba con la cabeza, la chica se sentó en el muro de ladrillos y comenzó a mirar a lo lejos, cerró sus ojos y comenzó a escuchar con atención el ruido de la ciudad, ella creía que cada lugar tenía un idioma diferente, Nueva York sin duda lo tenía, nunca había escuchado una ciudad como está, parecía siempre tener algo para decir, nunca había un silencio prolongado, eso le gustaba, la ayudaba a calmar su mente cuando estaba saturada, abrió los ojos y volvió a mirar el paisaje frente a ella, sonrió para si misma, se sentía renovada, ahora tenía nuevamente fuerzas para volver a su rutina.
Mientras el rostro de daphne cambiaba de expresión constantemente, Erick no dejaba de mirarla, nunca había conocido ningún rostro igual, sin duda habían muchas mujeres hermosas, gracias a su profesión, bien que lo sabía, pero nunca había encontrado alguien con una simetría tan perfecta, no solo eso, sino con unos ojos tan únicos como los de ella, quería fotografiarla, pero no creyó que fuese correcto hacerlo siendo tan poco el tiempo que llevaban de conocerse, seguramente habrían más oportunidades se convenció a si mismo, daphne que llevaba un rato ensimismada notó de reojo la mirada acechante de su vecino, con un aire de curiosidad giro su cuerpo y preguntó:
"¿Ha pasado algo?"
"¿Ah?" contestó Erick mientras salía de sus pensamientos
"Estás mirándome fijamente ¿Pasa algo?" pregunto daphne nuevamente
"No, nada" dijo el negando con las manos "Veía el color de tus ojos"
"Ah" alcanzo a decir ella "Bueno ya es hora de irme a dormir, nos vemos pronto"
"Seguro vecina" se despidió Erick llevándose los dedos a la sien.
Daphne bajo del muro y comenzó a caminar hacia la puerta de la azotea para irse, no sin antes darle una última mirada al hombre, quien nuevamente, había cerrado sus ojos, se dijo para si misma que algún día le pediría consejo para alcanzar ese nivel de paz interior, comenzó a bajar las escaleras y sin darse cuenta llegó rápidamente a su apartamento, entro en el y se metió en la cama inmediatamente, mañana volvía a su trabajo, su absurdo trabajo, si no fuera por la paga, se dijo, sonó el reloj sobre su cama anunciando las 12 AM, suspiró con tristeza, oficialmente sus vacaciones habían terminado, con eso en mente se sumergió en la bruma de sus sueños.
El despertador de daphne sonó muy puntual a las 6 AM anunciando el nuevo día que había delante de ella, había buscado la canción más alegre y sonora para despertarse, pero aún cuando puso todo su esfuerzo en la labor, seguía levantándose con frustración y odió, con una fuerza innecesaria apagó el aparato y salió debajo de las sábanas, se estiró con pereza y llevo su cuerpo a la ducha, puso una lista de reproducción animada e hizo su mejor esfuerzo por cambiar de humor, salio del baño y se puso su uniforme, una falda negra de tubo corte alta, acompañada con una camisa blanca manga larga de punto, también llevaba unos tacones de 8 centímetros color negro y medias Panti color piel, su melena roja era acomodada en un moño alto y su rostro debía ser maquillado a la perfección con sencillez y pulcritud, definitivamente odiaba su uniforme, de hecho odiaba su trabajo, le parecía un gasto innecesario de energía tener que dedicar tantas horas a una rutina excesiva, era realmente agotador.
Después de terminar de arreglarse fue a la cocina donde tomo un desayuno ligero, terminada la cuestión, salió de su casa y se encamino hacia su empleo, para poder superar sus días con éxito, Daphne colocaba el mayor empeño en convencerse a sí misma de que no era infeliz, al menos en su estadía en la empresa, era tan buena su actuación que nadie a su al rededor sospecharía de su repulsión hacia el lugar, más que al lugar hacia las personas que allí laboraban, muy pocos eran rescatables, en su mayoría era banales y por así decirlo olvidables, en los dos años que llevaba allí no había logrado entablar amistad con ninguno de ellos, solo le agradaba una chica llamada mirimah, trabajaba en contabilidad le parecía, siempre había Sido gentil, aún cuando muchas de las peticiones de su jefe le causarán problemas, nunca se había desquitado con daphne y por eso ella estába profundamente agradecida.
Entro en el edificio y de inmediato su sonrisa falsa apareció en su rostro, todos a su alrededor la saludaban y compartían pequeños actos de cortesía, lo típico, felicitaciones navideñas y esas cosas que suelen decirse para sonar agradables, llegar a su escritorio le pareció una odisea, al reincorporarse todos en la oficina había un bullicio y aglomeración en los pasillos, justo lo que su jefe más detestaba, ella sin prestar más atención a su alrededor comenzó a organizar todo los horarios de los días siguientes, en ese momento el silencio reino en el lugar, solo fue capaz de escuchar unos pasos que ella conocía bien, el hombre llegó rápidamente ante su escritorio con un gesto frío, ella se levantó de su asiento y saludo con su cabeza, para luego caminar tras de él hasta su oficina.
"Sr Retrem, buenos días" dijo ella en tono dulce
"Srta Bell" contestó el hombre "¿Que tal sus vacaciones?"
"Estupendas, Gracias" dijo ella "La primera cita es a las 9 AM con el señor Fabrizio"
"Excelente, Gracias señorita Bell" el hombre se sentó "Tráeme un café"
Daphne sonrió y asintió con la cabeza para luego retirarse del sitio, puedo haber dicho por favor pensó ella, aunque para que se molestaba, nunca lo había dicho, fue a la cocina y empezó a prepara el café, se lo llevó al señor Retrem y volvió a su escritorio, organizo rápidamente todo lo acumulado, el día paso rápidamente para su suerte, cuando cayó en cuenta ya era la hora de salida, se levantó de su escritorio y salió del edificio, estaba sumamente agotada, no quería ir directamente a su casa, por eso decidió pasarse por el restaurante donde trabajaba Susej.
Cuando llegó al lugar la chica la recibió con una sonrisa radiante.
"Daph" la llamo su amiga desde el bar "¿Quieres beber algo?"
"Hola Su" sonrió daphne de vuelta "Tequila por favor"
Susej le sirvió el trago a su amiga y está la bebió de un tiron.
"¿Daphne?" la llamo Erick desde la barra "Hola" saludo con la mano
"¿Erick? ¿Que haces aquí?"
"Trabajo aqui" contestó el hombre.
"¿Desde cuándo?" pregunto ella
"Desde hoy" dijo encogiéndose de hombros
"Es mi aprendiz daph" dijo Susej con orgullo
Daphne sonrió mientras asentía con la cabeza.
"Estoy segura de que se llevarán muy bien" agrego
Erick sonrió de vuelta y fue a atender a un cliente
"Es guapísimo ¿De dónde lo conoces?" pregunto Susej
"¿No lo recuerdas? es mi vecino" contestó ella
"¿El del incidente del pasillo?"
Daphne asintió con la cabeza.
"Ahora entiendo" agrego Susej
"¿Que cosa?"
"Si fuese mi novio yo tampoco lo querría cerca de ningúna mujer" dijo mientras se mordía los labios " es un Adonis"
Daphne se rió por lo bajo mientras negaba con la cabeza, su amiga sin duda era una admiradora de la belleza masculina.
"¿Cómo te fue en tu cita ayer?" pregunto daphne
"Excelente, ese hombre es divino, si que sabe lo que hace" contestó susej mientras se enrojecia sutilmente
"¿Vas a volver a verlo?"
"No lo sé, tal vez" contestó mientras se encogia de hombros " Por cierto las chicas saben que ya estás en la ciudad, quieren una noche de chicas"
Daphne sonrió pero no dijo nada, tomo sus cosas y salió del restaurante era suficiente por este día, se fue a su casa, se dió una ducha y entro en la cama, tomó su computador y comenzó a escribír, pero por más que lo intentaba nada lograba convencerla, con un resoplo de frustración la cerro de un golpe, lo coloco en la mesa auxiliar y se acostó en la cama, cerró sus ojos con fuerza y se obligó a dormir, a los pocos minutos cedió ante el cansancio y se durmió.
En la azotea Erick estaba sentado nuevamente con sus ojos cerrados y un cigarrillo encendido en su mano derecha, las cenizas caían en el ladrillo del muro y el teléfono en su bolsillo no dejaba de sonar, hacia ya dos días que no hablaba con dahyana, tampoco quería hacerlo, no quería escuchar lo que tenía para decirle, el hombre abrió sus ojos con lentitud buscando en la lejanía, la silueta de su visita nocturna, pero esta no llego, suspiró, tal vez eso era lo mejor, ahora no necesitaba ningún problema adicional que le añadiera leña al fuego de su novia, si, era lo mejor.
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