La familia Andrade tiene una empresa dedicada a la producción de fármacos, cuyos administradores están malversando los fondos.

-Señor Andrade, la empresa está registrando cada vez menos ventas. Cada vez son más los gastos. Nos tenemos que declarar en banca rota. - comenta el administrador.

- Con tanto esfuerzo la he levantado; no daré marcha atrás. Ustedes son profesionales, ¿Que está pasando? ¿Por qué no pueden revertir esos resultados? ¿Por qué no me han avisado para hacer un nuevo estudio de mercado? – Julio Andrade reclama. – Estoy leyendo los informes y algo no me cuadra.

El administrador empieza a sudar frío, teme que Julio Andrade se haya dado cuenta del negocio dentro del negocio.

- Señor, mire bien las estadísticas, estamos en bancarrota. Las ventas son malas, pese a que se han firmado tantos contratos y que no resulte.

- Eso es lo extraño. Debo analizar con más calma estos balances. Nos vemos mañana, debo encontrar la forma de levantar la empresa ya que ustedes no son capaces.

- Hasta mañana señor Andrade.

Una vez que el dueño salió de la oficina. El administrador sonríe, ha robado millones a la farmacéutica Andrade & Sosa.

El señor Andrade está en casa analizando los papeles, tratando de encontrar la raíz del problema. Chantal, su hija, una famosa youtuber, regresa de una grabación, está cargada con sus equipos de grabaciones, ella hace sola sus videos.

- ¡Hola, papá!

- ¡Hola, cariño! ¿Cómo te fue hoy?

- Muy bien, este vídeo se verá genial.

- ¿De qué trata tu vídeo el día de hoy?

- Sobre la historia, fui a la fortaleza Real Felipe, hice unas fotos, la grabación fue fuera del recinto, ya que está prohibido para mí por no ser periodista, menos historiadora.

- Siempre ayudando a los chicos con los quehaceres del colegio. ¿Por qué no me ayudas con lo del negocio? Grabas vídeos, inviertes dinero y tiempo por nada. - papá reniega.

- Papá, hago vídeos desde hace cinco años y YouTube me paga por los vídeos. Desde mi primer pago que vivo de mi trabajo.

- Hija. ¿No te interesa ni un poco la empresa de tu padre?

- Papá, sé que tu empresa es de gran beneficio a la humanidad, te dedicas a fabricar medicina…

- Hija, estamos en bancarrota.

- Imposible, ¿Sabes cuánta gente compra tus productos?

- Mira los informes, están en la baja. Estamos en bancarrota.

- ¿Con todo lo que vende tu laboratorio? No habrá mala versación de fondos. Investiga a los administradores de la empresa.

- ¿Será eso hija?

- ¿Por qué no pides ayuda a un empresario exitoso que te ayude con un investigador, espía, auditoria o agente disfrazado o que te de consejos? Así tendrás toda la información secreta.

- ¡Estás hablando mal de mis empleados!

- Papá, tu laboratorio vende a todo el país, inclusive a otros países, generas tantos miles de dólares por mes. Para que venga tu contador y diga que estás en bancarrota, ¡Investiga ese tipo! Papá, te está robando todo.

- Pero si no tienes noción de gestión empresarial, ¿de dónde sacas eso?

- Increíble que mi padre me tome por tonta.

- Quizás tengas razón. Llamaré a Carlo Bonetti. Sus empleados son de élite; quizás me ayude a conseguir a alguien.

- Pues bien ¿Qué esperas papá?

- Te haré caso. Porque de verdad necesito ayuda.

Al día siguiente en el diario Gestión, hay un artículo relacionado con la empresa Andrade & Sosa que está en su mejor momento, está registrando un récord de ventas de medicinas. Alaban a la empresa por su gran desempeño, estrategia, calidad y con precio razonable; lo mismo para la empresa Grupo Bonetti, sus productos de belleza, tratamiento capilar y tratamiento dermatólogo está compitiendo con otras marcas líderes, su calidad de los productos son nada comparables, con un ingreso de millones de dólares mensuales. Ambas empresas están generando muchas divisas e incrementos a la bolsa de valores, dando buena sustentación pese a los marcos de circunstancias.

Julio Andrade lee el periódico y no lo entiende.

- Esto es ilógico, como mi empresa puede estar en el mejor momento, si los informes están en rojo. ¿Qué es lo que está pasando?

- Papá, pide ayuda si no puedes entender el problema. - pierde la paciencia.

Levanta el teléfono y llama por teléfono al grupo Bonetti.

- Grupo Bonetti. Buenos días ¿Qué se le puede ofrecer?

- Buenos días, soy el presidente del Laboratorio Andrade & Sosa, necesito hablar con el presidente del Grupo Bonetti. Pero en caso de que esté ocupado ¿Me podría agendar una cita?

- El presidente podrá atenderlo en un momento. Espere por favor, gracias.

Un momento de espera y fue atendido por el presidente Carlo Bonetti.

- Buenos días, ¿presidente Andrade?

- Buenos días, presidente Bonetti. No sé si será apropiado por teléfono, el tema es delicado.

- ¿Yo que tengo que ver con su asunto? Mi empresa y la suya son rubros muy diferentes.

- Necesito ayuda profesional para hacer averiguaciones dentro de mi empresa. ¿Me puede ayudar a conseguir un buen abogado o un contador para una auditoria? Le pido a usted por qué su personal es de élite y necesito conseguir uno.

- ¿Ha visto el diario hoy? El diario dice que su empresa está en su mejor momento, no tiene sentido buscar un buen abogado o un contador.

- Para mí tampoco, pero los informes que recibí ayer están en rojo.

- ¡Eso no es posible! - no lo cree.

- Ayúdeme a conseguir un abogado para que haga investigación al personal administrativo de mi laboratorio y un contador para una auditoria.

- Creo entender la situación de su empresa. ¿Qué le parece una cita? Déjeme ver mi agenda… ¿Le parece bien hoy a las cinco? En el restaurante Gian y Marco.

- Si, me parece bien.

En la hora de la cita, Carlo llega al restaurante con su abogado y un contador. Julio llega por detrás. Son ubicados en una zona privada para poder negociar con tranquilidad.

- Muy bien señor Andrade, yo soy Carlo Bonetti y quienes me acompañan son mi abogado y mi contador, Elías Hernández y Sandro Rojas.

- Mucho gusto en conocerlos. Mi nombre es Julio Andrade.

- A lo que venimos. Si su empresa está en su mejor momento ¿Por qué solicita un abogado de categoría y una auditoria?

-Traigo conmigo los informes de los últimos meses. Todos los resultados son negativos.

El abogado revisa con cuidado las cifras e informes, el contador también leyó los informes, pero lo que dice el artículo periodístico es totalmente el contrario. Tras minutos de revisión, da a conocer su punto de vista.

- Aquí hay mano negra. - comento el contador - Si tanto tiene éxito su laboratorio, el informe no tiene por qué ser negativo, y los últimos son los peores.

- Hay que interrogar al personal administrativo de la empresa. - recomienda el abogado.

- ¿Será que hay desviación de fondos? - cuestiona el administrador.

-Sí, es una posibilidad, la otra puede ser peor. - concreta el abogado.

- ¿Peor? ¿En qué podría ser peor? - Julio está asustado.

- Que hayan hecho papeles falsos y usted no ya no sea dueño del laboratorio o son las estadísticas de otra empresa dentro de su empresa. - intuye el abogado - A usted le hace falta y con urgencia un abogado ajeno a su entorno para que todo sea transparente y revisar todo y la auditoria tiene que empezar hoy.

Los cuatro hombres ordenan algo de comer, al ser servidos hacen conversación de temas triviales. Después de comer vuelven al asunto.

- Si, gusta le puedo ayudar a investigar. - Se ofrece Elías.

- De ser así, estaría muy agradecido.

- El trabajo de la auditoria debe empezar hoy. - aconseja el contador.

- Las investigaciones tendrán que ser cuánto antes. - Carlo está mostrando interés.

- Lo sé, ahora debo pedir un préstamo al banco. Tuve que invertir con mis ahorros para pagar cuentas.

- ¿Cómo? ¿Pagar cuentas con su cuenta de ahorros? - Carlo quiere hacer un movimiento.

- Puede que las cosas estén peores de lo que me imagino.

- ¿Cree que podrá con un préstamo al banco? – preguntó a Julio.

- Tengo que hacerlo. Para vivir, me las puedo arreglar con mi hija.

- ¿Vivir a costillas de la hija?

- Ella debe ayudarme, soy su padre.

- Una mujer no tiene por qué mantener a un hombre.

- Es mi hija, somos familia, debemos apoyarnos.

- Si ella quiere ayudar es una cosa, pero hacerla sentir obligada a ayudar, no me parece. Hablando de préstamos, el banco cobra intereses y altos ¿Estará en condiciones de pagar?

- Tengo que poder.

- ¿Qué le parece si hacemos un trato? - Carlo intenta lanzar el anzuelo.

- Escucho su oferta, pero no le daré respuesta de inmediato, tengo que pensarlo.

- Será más sencillo de lo que piensa.

- Suena interesante. Le escucho.

- Yo le prestaré la suma de dinero. Cero intereses bajo una sola garantía.

- ¿Una garantía? ¿Cuál podría ser?

- Yo le presto el dinero sin intereses, usted me devolverá el dinero a partir del décimo segundo mes, a partir de allí me pagará las letras, cómo garantía, me tendría que dejar algo de valor, cosa que pueda recuperar cuando termine de pagar.

- Cosas valiosas – está pensando en que cosas.

- Nos permiten unos minutos, por favor. – interrumpe el abogado – el señor Bonetti y yo tenemos que conversar de algo.

Una vez fuera de la mesa, Sandro planifica con Julio su auditoria, Elías y Carlo dialogan en el lugar apartado.

- ¿Qué cosa valiosa quieres como garantía? - el abogado quiere ayudar en la negociación para que sea lo más razonable.

- De seguro me dará su carro, una propiedad, … - Carlo ama los bienes materiales.

- Su hija. Pide a su hija, para un padre es lo más valioso; mira, un carro, una propiedad no le va a doler, compra otra y ya, pero ¿Una hija?

- ¿Su hija? Pero ¡Elías! Estás loco - Carlo no quiere pedir eso de garantía, esta asombrado con la petición de su abogado.

- No olvides, piensa bien en lo que te acabo de decir, para un padre no hay nada más valioso que una hija. Solo así podemos confiar en que por ella cumplirá con los pagos puntualmente.

- Pues sí, un padre no creo que deje en abandono a su hija. No sería mala idea.

- Además usted no tiene compañera, así que no habrá pleito entre mujeres. Sólo sería su madre.

- Los matrimonios arreglados son un fiasco. - Carlo hace un gesto desagradable.

- Pero que mejor garantía que usar a su hija, para que pague el préstamo. No hace falta un matrimonio formal.

- Viéndolo de esta manera, quizás la pueda soportar.

- No te relaciones con ella, solo ignórala. Total, es esposa de papel. En las cláusulas se pondrá en claro que al final del contrato ella no tiene derecho si quiera de recibir un solo beneficio, esa es solo una garantía.

- ¿Y si me hace la vida a cuadros? Tendré que divorciarme, eso traería problemas.

- Piénsalo tú, tú eres el dueño de las propiedades no yo.

- Lo voy a pensar. Entonces arreglamos el matrimonio con su hija.

- Bien, iré por él, usted exponga sus planes y condiciones. Hará que el acepte.

- Luego, tendré que conocer a mi futura esposa de papel.

- No olvides, matrimonio de negocios. Tú ignórala.

- Espera... ahora que recuerdo, cuando hay eventos, yo suelo alquilar mujeres para que me acompañen. Si me caso, me ahorro el precio del alquiler. Espero que ella gane bien. No pienso darle un centavo para mantenerla.

- Tendrás que hablarlo con ella. Ella tiene derecho a saber estos detalles y ponlo por escrito por si acaso.

- Vale. Ve por el documento.

Ahora los cuatro hombres están negociando y Carlo va directo al grano.

- Como garantía, dame a tu hija. Pero dámela en matrimonio, para que pueda ser bien cuidada.

- No, mi hija no. - Julio se negó rotundamente.

- Que mejor garantía para mí, que tener a tu hija. Eres un extraño, somos extraños, no somos amigos comerciales, por lo que quiero una garantía que de verdad obligue a usted a cumplir con el préstamo que le haré. Solo así, mi abogado le ayudará en su trabajo.

- No, mi única hija no. Es demasiado para mí. Ella es mi motivo para seguir vivo desde que enviudé.

- ¿Necesitas ayuda sí o no?

- Si.

-Te voy a dar el dinero. Esa es mi condición. Tu hija pasará a ser mi esposa de papel. Hasta que termines de pagar el préstamo. 48 letras desde el décimo segundo mes, seguro tienes mucho que investigar —el tono de voz se está volviendo sarcástico— y eso toma tiempo.

- Es verdad, pero en cuanto a la garantía debo hablarlo con mi hija, no quisiera que hacerlo sorpresivamente termine hablando mal de mí.

Por ser hija y mujer, hay que conversar cosas. Ellas tienen esa complejidad, todo les molesta.

Julio Andrade se despide cordialmente y va a su casa. Esperando las 8 de la noche para hablar con su hija.

- ¡Mi niña! ¿Cómo fue tu día?

- ¡Papito! A mí me fue bien, hubo mucha venta de fármacos en la mañana, estuve full en la cocina, después fui a hacer compras y como ves, recién llego. ¿Y a ti?

- El señor Carlo Bonetti nos ayudará, pero hay condiciones. Siéntate aquí, conversemos sobre eso.

- Los ricos siempre ponen condiciones estúpidas. Eso es poco pero seguro.

- Hija mía, él necesita una garantía. No es fácil aceptar, pero yo quiero salvar mi empresa.

- Ok, esa garantía debe ser algo del que no quieres desprenderte.

- Así es mi niña. Él quiere que tú seas la garantía. Serás su esposa de papel.

Chantal está en shock, eso sí que no se lo esperaba.

- ¿Qué dijiste? Casarme, yo, con un estúpido millonario, el 30 de febrero papá.

- Por favor, hija. No va a haber vida marital, solo eres una garantía.

- Por más garantía que fuese, no me caso.

Él vendrá a conversar en estos días y poner sus cláusulas matrimoniales. Ahora dime una cosa ¿Por qué no muestras interés en la empresa?

- Quiero una vida normal, no me gusta el lujo. Me incomoda.

- ¿No te gusta esta casa? Aquí naciste, siempre te he dado lo mejor.

- Lo sé, gracias, pero desde que tengo uso de la razón, siempre me he sentido incómoda. - ella bufa.

- Chantal, yo sé que esto será un sacrificio para ti, pero no será eterno. Solo te pido que seas buena niña, pronto vendrá a verte tu futuro esposo, ponte bonita.

- ¡Nunca! - su voz era fuerte, firme y clara.

- Hija mía. Él no te va a tratar como esposa, él se mantendrá al margen. Habrá respeto mutuo.

- No me voy a casar, si por desgracia termino firmando ese contrato le haré la vida a cuadritos para que me dé el divorcio lo más rápido posible. Pero tú si vas a cumplir con el pago de tu deuda. Palabra dada, palabra bebida.

Chantal está haciendo un tutorial para YouTube, era de maquillaje, estaba explicando cómo hicieron a los personajes de la película de Avatar y el personaje escogido es Ikran Clan Leader. Casi culminado el vídeo, llega el “prometido” de Chantal.

- Señor Andrade, buenas tardes.

- Señor Bonetti, buenas tardes, pase por favor.

- Gracias. Bonita casa. - se queda observando algunos detalles con detenimiento – estos detalles me gustan, son diseños muy elegantes.

- Eran los gustos de mi esposa. Lástima que a mí hija no le gusta su propia casa.

- ¿Cómo es eso posible? Si ella nació aquí, debería gustarle y estar acostumbrada a vivir bien.

Mientras conversan pasan a la sala, Julio le ofrece algo a Carlo, pero éste se niega. Continúan con su conversación.

- Cómo le decía; a ella, estas cosas no le gustan. Sufre aquí en casa.

- Entonces, ella tampoco mostrará interés en la empresa. - deduce Carlo.

- Ella prefiere trabajar en YouTube. Hace lindos vídeos, siempre me hace ver sus vídeos cuando están editados.

- ¿Su hija está en el trabajo para YouTube? ¿Para en la calle?

- No, si está en casa, haciendo un tutorial.

- Veo que trabaja en hacer videos desde casa ¿Qué tipos de videos hace?

- Bueno, ella hace clases de…

- Buenas tardes. - Chantal saluda con su maquillaje en la cara. —El Señor me tendrá que disculpar por mi presencia. Acabo de hacer un tutorial, solo bajé por agua.

- Ya veo, da clases de maquillaje.

- No, también hago otros tipos de videos. Veo que está ocupado con mi padre. Los dejo conversar.

- He venido a dialogar con usted. Pero su maquillaje me impresiona bastante.

- Quitar el maquillaje me tomará tiempo, por lo tanto, no creo que tenga mucho tiempo. Yo tengo muchas cosas que hacer, el video tengo que editarlo y eso tarda mucho. - ella da a entender que se vaya.

- Entiendo. No importa señorita. Me presento, soy Carlo Bonetti y la razón de mi visita es porque estoy ayudando a su padre a recuperar su empresa. Por tratarse de un negocio con sumas fuerte de dinero, usted quedó como garantía.

- Bien, señor Bonetti, probablemente mis palabras no le gustará mucho.

- La escucho.

- A los millonarios no les gusta confiar en los demás, pero los demás deben confiar en ustedes. Siempre piden garantía ¿No pueden hacer una carta notarial con las cláusulas bien especificadas?

- Dada nuestras condiciones, hay probabilidades de que se filtren las informaciones y llegué en boca de todos.

- No se supone que las empresas cuentan con abogados. ¿Es que sus abogados no saben redactar un contrato?

- Su padre y yo no somos amigos, por ende, no hay mucha confianza. El contrato ya está, pero sólo falta una garantía es bastante válida para que su padre, el señor Andrade, pueda cumplir sin demora el contrato.

- Mi papá, es un hombre de palabra. No es necesario hacer esto, basta una carta notarial.

- Señorita, entiendo que usted va a apoyar a su padre, pero cuando una empresa ayuda a otra, siempre se pide una garantía, ya que la suma de dinero es considerable.

- En pocas palabras ¿Me está diciendo que la garantía es como una obligación para la otra parte respete las fechas de pago?

- Exacto, me sorprende que usted tenga buen entendimiento.

- Gracias, pero no me gustan los halagos.

- No lo sabía, no era mi intención ofender. Quiero ser breve señorita, quiero hablar con usted sobre las cláusulas matrimoniales.

- No estoy de acuerdo con este tipo de arreglos.

- Yo sólo quiero cláusulas que beneficien a ambos.

- ¿Cuál es la primera? - ella no va con rodeos.

Este matrimonio no compartirá nada. Tendrá que trabajar si quiere tener sus cosas. Ni un solo centavo mío irá para usted.

- Bien, si, me parece muy bien. Es razonable ¿Cuál es la segunda?

- No habrá vida matrimonial, usted irá a su habitación y yo en la mía. Cada quien vive de acuerdo a sus costumbres. Usted puede hacer uso del inmueble para sus actividades si gusta, pero ambas partes deben respetar los espacios privados.

- Me parece razonable, también. En eso sí estoy de acuerdo ¿Cuál es la tercera?

- Usted como esposa, me tendrá que acompañar a eventos corporativos. Va a contar con guardaespaldas, contará con el apoyo del personal de servicio. Mi cocinero también hará comida para usted, siempre que abonase para la canasta, igual que con la lavandería, tiene que abonar para los insumos.

- Entiendo. Si, me parece bien. Sus cláusulas me parecen bien. Pero no pienso casarme, no soporto mi casa ¿Debo soportar la suya? Mejor me quedo.

- No, usted debe estar en mi territorio, su padre es consciente de su propia situación, si se queda, usted y su padre pueden hacer cosas…

Chantal no deja que Carlo termine su oración.

- Escuche bien, señor empresario, si piensa tildarnos de deshonestos, mejor que no se firme nada.

- Entienda que en el mundo de los negocios hay reglas. Usted puede juramentar que son honestos pero la ley es esta, lo siento señorita. Usted como mi futura esposa, debería mudarse a mi residencia.

¿Cuánto tiempo durará la prisión?

- Hasta que su padre termine de pagar, puede que demore cinco años.

- ¿Cinco años en prisión?

- Usted no puede fijarse en un hombre, me dará fidelidad absoluta.

- ¿Qué ironía? Yo debo ser santa y usted, de seguro pasará cogiendo cada noche con la última falda que encuentre. – su frase en pronunciada con profundo sarcasmo.

- ¡Señorita! – Carlo está asombrado y disgustado con la ofensa.

- Así son los hombres, ellos si pueden hacer y deshacer, pero a la mujer todo se le prohíbe. Y no me ponga esa cara – estaba seria, casi molesta - ustedes los ricos raras veces cumplen sus palabras, solo ven sus beneficios, los ricos siempre se justifican, los ricos siempre tienen la razón. Usted apesta a machista. Pero el resto, nunca tienen derecho a un beneficio, nunca pueden justificar, nunca tienen derecho a tener la razón, el resto debe servir, callar, aguantar humillaciones, abusos, ser explotado, ser mal pagado y la lista continua señor empresario.

- Señorita, me está ofendiendo, yo vine en son de paz.

- A los ricos les gusta provocar a los demás, generar escándalo y echar la culpa al inocente, cómo tiene dinero, sobornos por todos lados, para luego hacer papel de víctimas y cobrar al inocente lo que invirtió en sobornos. - según ella está restregando los trapos sucios.

- Señorita, no toleraré semejante ofensa. Usted no me conoce.

- La típica frase, usted no me conoce, les gusta amenazar.

- No lo enfoque de esta manera. Lo que yo me refería es que nosotros dos no nos conocemos, somos dos extraños, a eso me refería.

- Ojalá, así sea.

- Téngalo por seguro.

- Mas le vale.

El dialogo prematrimonial fue muy tenso y ofensivo por parte de Chantal. Carlo piensa que es necesario educar un poco a su futura esposa.