En las brumas de una era olvidada, existió Erick, un hechicero de poderío legendario. Su linaje, celoso y mezquino, lo observaba con envidia, pues Erick no solo dominaba las artes ancestrales de su sangre, sino que había desentrañado secretos de otros linajes, acumulando una fuerza e intelecto que eclipsaba a todos sus pares.

La envidia que despertaba Erick no se limitaba a sus habilidades mágicas. Su belleza era un espectáculo en sí misma, una armonía de rasgos que dejaba sin aliento. Su piel brillaba con una luz propia, sus ojos reflejaban la profundidad de los cielos y su porte irradiaba una elegancia que ningún otro hombre podía igualar

Erick, un brujo de estatura imponente, poseía una presencia que cautivaba. Su cabello, negro como la medianoche, enmarcaba un rostro de facciones perfectas, donde destacaban unos ojos azules, profundos como el océano. Su cuerpo, esculpido con músculos definidos, se movía con una gracia felina, y su voz, siempre elegante, era un deleite para los oídos.

Las jóvenes de su linaje, solteras y casadas por igual, lo deseaban con una intensidad que rozaba la obsesión. Las solteras, desesperadas por asegurar su futuro, competían ferozmente por su atención. Las casadas, a pesar de sus compromisos, no podían resistirse al encanto de aquel hombre de 1.91 metros, cuyos ojos azules prometían un paraíso prohibido.

A pesar de la admiración que despertaba, Erick mantenía su corazón cerrado, reservado para aquella mujer que los dioses le habían prometido. Con una esperanza inquebrantable, esperaría su llegada, sin importar cuánto tiempo tardará, pues sabía que su alma gemela lo aguardaba en algún lugar del mundo.

Los años transcurrieron, y Erick, buscando refugio lejos de la toxicidad de su linaje, emprendió un viaje por el mundo. Fue en ese viaje, en el momento más inesperado, cuando el destino le sonrió. Encontró a su otra mitad, el complemento perfecto, el alma gemela destinada a acompañarlo por toda la eternidad.

La mayor sorpresa de Erick fue descubrir que su alma gemela no era una bruja, sino una mujer lobo. Sin embargo, el linaje carecía de importancia ante la fuerza de su amor. Desde el primer instante, quedó prendado de aquella joven de belleza sobrenatural: cabello blanco como la nieve, ojos negros como el abismo, una figura que desafiaba la perfección, y labios rojos como la sangre. Su presencia dominaba a cualquier hombre, pero su corazón solo latía por su pareja destinada.

El linaje no fue un obstáculo para ella, pues el amor que sentía por Erick era un eco del destino. Se amaron desde el primer instante, sellando su unión con un juramento eterno. Desafiaron así las leyes ancestrales, los linajes rivales y el Consejo Sobrenatural, cuyas prohibiciones condenaban a muerte a quienes se unieran fuera de su linaje. Su amor, una llama ardiente, desafiaba las sombras del castigo eterno.

Erick, poseedor del poder secreto de ver el futuro, vislumbró un futuro sombrío: la muerte de su amada, de su hijo y la suya propia. Ante la inminente tragedia, trazó un plan meticuloso. Si su hijo sobrevivía, su linaje se fortalecería generación tras generación, heredando poderes, fuerza, agilidad, velocidad e inteligencia crecientes, hasta la llegada del descendiente elegido, aquel que cumpliría su destino.

De su linaje surgiría una elegida, una joven de belleza y poder incomparables. Su fuerza, velocidad, inteligencia y poderes mágicos la convertirían en un ser invencible, capaz de unificar los reinos sobrenaturales y humanos. Ella sería la portadora de la paz, la llave para la verdadera unión entre todos los linajes.

Su destino la convertiría en una híbrida, y su alma gemela, un ser de linaje ajeno. Solo al unirse en cuerpo y alma, sellando su amor con una marca mágica, el poder latente de su compañero se manifestaría. Juntos, serían invencibles, un testimonio de que el amor trasciende linajes, razas y especies, eligiendo a quienes se aman sin restricciones.

Su pareja destinada será su roca, un ser de fortaleza inquebrantable, su equilibrio perfecto, su refugio de paz. Será el apoyo esencial que necesitara para triunfar en la guerra que se avecina, su complemento en la batalla por la paz. Con la sombra de la profecía sobre sus hombros, el brujo preparó a su amada, Caley, la loba de pelaje níveo. Juntos, disfrutaron de un año fugaz junto a su hijo, sabiendo que el destino les reclamaría pronto. El momento de ser descubiertos, el instante fatídico de su muerte, se acercaba sin poder evitarlo.

Su hijo fue entregado al cuidado de un hechicero de confianza, un amigo cuyo vínculo permanecía oculto a todos. Este amigo, junto a su esposa, registraron al niño como propio, criándolo y preparándolo para la eventualidad de ser descubierto. Al alcanzar la mayoría de edad, le revelaron la verdad: su linaje, el sacrificio de sus padres y la profecía ancestral, la cuál debe transmitir a través de las generaciones.

El brujo, con astucia, se limitó a detallar las capacidades de su descendiente y elegida, omitiendo cualquier rasgo físico distintivo. Esta precaución estratégica buscaba protegerlos, permitiéndoles revelar su existencia solo cuando estuvieran preparados para enfrentar las batallas que les aguardaban y reclamar su victoria en la guerra. Cada detalle había sido meticulosamente planeado por el brujo. Cuando llegó el momento de su captura y ejecución, su hijo ya estaba a salvo, resguardado en un refugio impenetrable. Así, el sacrificio del brujo y su amada sellaría el destino, asegurando que la profecía se cumpliera en el momento preciso.

Al llegar el momento de su muerte, los sometieron a una tortura atroz, impulsados por la convicción de que habían cometido una blasfemia. En su desesperación, creían que al silenciar sus voces, detendrían el curso de la historia, sin saber que solo aceleraban el cumplimiento de su destino.

En su último aliento, el brujo se burló de sus captores, revelándoles la profecía y el inevitable fin de sus creencias. La revelación, lejos de traerles paz, los sumió en la paranoia. Conscientes de que su muerte no sería el fin, transcribieron la profecía, lanzando una búsqueda obsesiva por el hijo de Erick y Caley. Aunque no encontraron rastro alguno, preservaron la profecía, transmitiéndola a sus descendientes con la orden de evitar su cumplimiento, de preservar sus leyes y costumbres a cualquier costo.

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Nota de la autora:

Gracias por el apoyo 🤗💖🤗, este capítulo ya está editado, espero que lo disfruten, los quiero🥰🥰🥰.

Mucho gusto, me presento: Lía Delko. Tengo 21 años de edad, mi estatura es de 1.71 metros, soy de piel y ojos claros. Mi cabello es blanco como la nieve y es así de nacimiento; supongo que es por mi herencia genética. Mi cuerpo no es voluminoso, soy delgada, pero todo está donde debería estar. Estoy contenta con mi cuerpo. Me gusta vestir siempre de negro o, por lo menos, llevar algo negro, en especial de cuero. Pero cuando hay que ser elegante, lo soy sin olvidar mi estilo; me gusta ser original.

Soy huérfana de padre. Mi madre me cuenta que murió por protegerme. Aparte de mi madre, no tengo más familia; solo somos nosotras dos. Mi madre me dijo que tuvo un hermano, el cual se casó y tuvo dos hijos, pero los asesinaron en mi búsqueda. Es decir, pensaron que ellos eran los padres de la elegida de la profecía, pero se equivocaron, y por esa razón murieron personas inocentes.

Desde ese terrible suceso, mi madre huyó y ahora vivimos en el mundo de los humanos, donde ocultó mi esencia para que piensen que soy humana, porque así no van a descubrir cuál es mi verdadera identidad. La verdad es que soy una híbrida: mitad bruja, mitad loba, y si llegasen a descubrir quién soy realmente antes de tiempo, sería una tragedia.

Tengo todos los poderes que se puedan imaginar, y aún lo que están fuera de la imaginación. Tengo velocidad como los vampiros, fuerza y agilidad como los hombres lobo, y dominio de la naturaleza como las ninfas. Puedo leer mentes y teletransportarme, pero eso solo es el inicio de lo que pierdo hacer, ya que puedo volver fertol lo infértil, pero también quitar la fertilidad si así lo quiero. Así que desde niña he sido sometida a un arduo entrenamiento para controlar mis poderes y no caer en manos de quien quiere destruirme sin darme la oportunidad de conocerme y solo por miedo a mis poderes, los cuales no se limitan a un solo linaje.

Me acabo de graduar de abogada y conseguí empleo como asistente junior en el mejor bufete de abogados de San Rafael. No es mucho, pero por algo se empieza y me sirve para mantener mi disfraz de humana. Mañana será mi primer día, así que estoy nerviosa. Que pase lo que tenga que pasar. Lo que sí sé es que no me dejaré humillar por nadie, así me cueste que me despidan, porque no por ser empleada tendrán el derecho de tratarme mal. Soy una persona igual a ellos, por lo que tengo los mismos derechos. Tampoco les permitiré que me quieran hacer menos.

El título y la posición no hacen a la persona; la persona es la que hace al título y se gana su posición. He visto a muchos que, porque se llaman profesionales o tienen dinero, tratan con odio y asco a aquellos que no lo tienen. ¿De qué les vale el dinero, la posición, el título o la belleza, si como personas están podridas? Por eso siempre digo que el amor, el respeto y la humildad te llevan mucho más lejos que cualquier posición, cualquier cantidad de dinero o que sea la persona más hermosa del mundo. Es decir, se creen la última Coca-Cola del desierto.

Aparte de mi madre, tengo a mi mejor amiga Clara, la cual, ante los ojos de todos e incluso los de mi madre, es humana. Le he ocultado su esencia a todos, hasta a mi madre, porque jamás hubiera aceptado ayudarla. Ella está enfocada solo en que yo cumpla mi propósito y, a través de mí, se cumpla la profecía. Por eso le he ocultado el verdadero origen de mi mejor amiga, el cual es que ella es la heredera legítima del trono de los vampiros. Su tío, por ambición, derrocó a su hermano en conjunto con su esposa y su hijo menor, a los que tiene cautivos en donde nadie, aparte de él, sabe dónde están. Cada vez que quiere, los tortura para que le digan dónde está Clara. Clara es de piel blanca, igual que yo, tiene un cuerpo tonificado. Su cabello era rubio cuando la conocí, pero ahora es morado; se lo cambió para evitar que descubran quién es y que el sacrificio de su familia sea en vano. Clara pudo escapar con la ayuda de su familia porque saben que ella es la última esperanza.

Y mientras ella siga con vida, puede reclamar el trono que por derecho es de ella. Le prometí ayudarla cuando llegue al máximo de mis poderes, y eso solo pasará cuando llegue mi mate. Solo espero que no me dé dolores de cabeza, porque si no, que se atenga a las consecuencias.

Sí, tengo un carácter fuerte, soy decidida, sé lo que quiero, no me dejo humillar por nadie, no me gusta la hipocresía, digo lo que pienso sin tabú. Así que, mi querido mate, espero que seas muy lindo, educado y caballeroso. No quiero un arrogante ni mujeriego, porque si no, arderá Troya antes de que te acepte como mate y aprenderás una hermosa lección conmigo.

Lia Delko

Clara Quein

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Nota de la autora:

Gracias por el apoyo 🤗🤗🤗, este capítulo ya está editado, espero les guste, los quiero 🥰🙈🥰.

Soy Erick Borhat, tengo 300 años en mi edad lobuna, pero en edad humana doy una apariencia de 35 años. Soy un hombre lobo, pero no cualquier hombre lobo; yo soy el Rey Alfa de todos los Alfas a nivel mundial. A mi edad, aún no he conocido a mi Luna, pero tampoco me molesta, ya que mientras ella llegue, puedo, por así decirlo, vivir la vida loca. Ya perdí la cuenta de cuántas mujeres he tenido sexo, lo que sí recuerdo muy bien es que con cada mujer con la que he estado sexualmente ha sido solo una vez, porque no me gusta repetir el mismo plato dos veces. Por eso, solo tengo sexo con ella una vez y después me busco otra, o mejor dicho, ellas me buscan. ¿Qué puedo decir? Soy atractivo, millonario e irresistible.

Solo le pido a la Diosa Luna que la mujer que haya destinado para ser mi Luna y la Luna de todas las manadas a nivel mundial sea muy hermosa, sumisa, muy buena en la cama y que no se meta en mis asuntos. Con eso me conformo. ¿Por qué sumisa? Porque soy algo machista, lo acepto. Desde que tengo uso de razón, me enseñaron que las mujeres se quedan en la casa, cuidan a nuestros cachorros, nos atienden y complacen. Por esa razón, quiero y necesito una Luna muy bella, sumisa y complaciente.

Aparte de ser el Rey Alfa, soy dueño de una red de empresas tecnológicas, las cuales producen ganancias multimillonarias para nuestra manada, ya que de allí depende el sustento, la educación y todo lo necesario para que estemos cómodos. Me gusta el lujo y, para tenerlo, hay que trabajar duro; por eso, me he dedicado a convertir mi empresa en una de las mejores a nivel mundial.

Mi manada es muy grande; contamos con centros comerciales, áreas recreativas y campos de entrenamiento, así como hospitales con los equipos más actualizados y los mejores médicos. Estos están preparados en todas las áreas necesarias, pero muy pocas veces los hombres lobo necesitamos ir al hospital por nuestra capacidad de sanación, la cual es muy rápida. Las veces que los lobos van al hospital es porque las heridas son muy graves y necesitan ayuda para sanar, o cuando nuestras lobas van a dar a luz a nuestros cachorros.

Soy alto, tengo una altura de 1.91 metros, cabello negro y ojos negros como la noche. Me gusta usar barba y bigote; siento que me veo más sensual y apetecible. Por eso, mi cama nunca está sola; me sobran mujeres que me ruegan para que les regale una noche de placer, porque solo sexo les doy. Ninguna es digna de compartir mi cama, porque para eso existen los hoteles. Pero para no ser tan cruel, tengo un departamento que uso solo para tener sexo. Ninguna mujer se me resiste porque soy un hombre irresistiblemente atractivo e imponente, pero sobre todo, un semental en la cama. No tengo hijos, ya que los hombres lobo podemos tener hijos solamente con nuestra manada.

Erick Borhat:

Tengo un hermano y una hermana, los cuales son mellizos. Ellos tampoco han encontrado a sus parejas destinadas. Tengo a mis padres y, por supuesto, a mi mejor amigo, que es mi beta también. Es muy sincero; siempre me llama la atención porque me la paso de mujer en mujer. Él dice que cuando llegue mi Luna, puede ser que la tenga muy difícil si se entera de todas mis aventuras. Corro el riesgo de que ella quiera rechazarme. A mí no me da miedo sus palabras porque sé que, cuando sepa que yo soy su mate, su Alfa, no podría resistirse a estar conmigo. Y, por su bien, tendrá que olvidar todas mis aventuras sexuales. Además, todas se mueren por ser la Luna de todas las Lunas; sería una desubicada si me rechaza.

Mi beta y mejor amigo se llama Andrés. Es alto, mide 1.89 metros, tiene ojos azules, cabello y piel clara; también usa barba y bigote. Es como una moda entre nosotros, ya que somos como hermanos.

Él es muy decidido, ya que siempre ha dicho que va a esperar a su mate, que su cuerpo y su alma serán solo de su mate. Yo considero que es tonto porque yo tengo 300 años y aún no ha aparecido mi Luna. Él es contemporáneo conmigo y tampoco ha aparecido su mate. Por eso le digo que es tonto y que disfrute mientras llega su pareja, pero él siempre se niega; no se imagina estando con una mujer que no sea su mate.

Mi manada es la más grande y poderosa. No soy Alfa de perdonar una traición; el que me traiciona paga su traición con la muerte y no hay retorno. Me he caracterizado siempre por ser el Alfa más letal, fuerte y el que ha hecho no solo crecer mi manada, sino todas las manadas a nivel mundial.

Tenemos tiempo sin tener enfrentamientos con otras especies; todo ha estado muy tranquilo para mi gusto. No creo que sea tan bueno y bello como aparenta. Las únicas peleas que se han escuchado son las del famoso consejo sobrenatural, que nadie sabe aún quiénes son sus integrantes. De lo único que se tiene conocimiento es que no perdonan, no aceptan que haya unión entre dos especies o linajes diferentes, así sean destinados; para ellos es una aberración.

Yo considero que es tonto, porque si los dioses eligen nuestras parejas destinadas, es por algo. Ellos no actúan por antojo; todo tiene un propósito. Solo espero que yo no vaya a tener problemas con mi Luna si resulta ser de otra especie. Le pido a la Diosa Luna que mi Luna sea loba y me evite tantos problemas, porque no sé qué haría si es de otro linaje.

Si mi mate resulta de otro linaje, espero y ruego que la profecía sea cierta, porque no me creo capaz de rechazar a mi Luna. Pero también debo pensar en mi manada y en mi reino. Si esa profecía es real, eso eliminaría muchas muertes y descansarían los que han muerto por culpa de esas leyes que están desde antaño, y llegaría una nueva era donde todos los linajes vivirían su amor con libertad, según la voluntad de los dioses.

Beta Andrés Pérez:

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Nota de la autora:

Gracias por el apoyo 🤗🤗🤗, este capítulo ya esta editado, espero les guste, los quiero 🥰🙈🥰.