Mi nombre es Samara, pero a algunos le permito llamarme Sam, va más que a nada a él. El amor de mi vida. Quien le roba el suspiro a más de una pero sólo yo obtengo el mérito de estar a su lado, sólo yo caliento sus sábanas y permanezco en sus sueños.

Obvio no fue fácil conquistarlo. Era un hueso duro de roer, pero debo admitir que con mis artimañas, figura y belleza, todo es posible.

Lo vi todo color de rosas, pero algo o alguien se te puede meter en el camino y hecharte todo por la borda.

Sam en la actualidad

Nací como quien dice en cuna de oro. Mis padres, ambos grandes empresarios, nunca estaban en casa, por lo cuál fui criada por no una, sino varias niñeras. Cada una tenía su carácter y forma de ser, por lo que, de cada una aprendí algo. Sólo mi nana Magui, sigue a mi lado, todavía me sigue soportando y malcriando como me gusta y merezco.

La ausencia de mis padres afectó mucho mi carácter, me llenaban de cosas y también me mandaban a distintos institutos de enseñanza para mantenerme ocupada.

Lo único que me alegraba era mi nana y gran amigo Ryan. Nos conocimos desde pequeños, él también de familia acaudalada, pero nada que ver conmigo a la hora de pensar y de expresarse. Él es dulce, yo, sólo con él, es solidario, yo, ni conmigo misma, respeta a sus semejantes, yo? olvídenlo, y dejo aquí porque creo me terminarán odiando.

Estamos juntos desde jardín de infantes, siempre me defendía, al chocar y pelear con otros niños, querían golpearme y él saltaba como todo un héroe. Ni hablar en primaria.

Ya en secundaria comencé a producirme más. Lo hacía para gustarle a Ryan, aunque a él mucho no le interesaba, pero eso despertó que llamara la atención en otros chicos, envidia y seguimiento de otras niñas. Desde entonces tenía mi grupo de seguidores o lame botas dirían otros, había un par de chicas que más que amigas serían una especie de sirvientes, empuja a aquella, dile esto, quitala de mi camino, comprame esto y aquello y así sucesivamente. En mi mundo todo tiene que ser perfecto.

Con Ryan teníamos cruces, pero siempre terminaba perdonándome. Es un amor. Mí amor.

Comenzó la semana de clases...

- Hola Sam y esa cara?- me dice Ryan como sabiendo la respuesta.

- Mis padres quedaron en venir por mi cumpleaños y adivina que...

-Mmm, lo de siempre? otro cheque- su semblante cambió al ver mi rostro - Sam ven, no te pongas así.

- Así como? Hay se me corrió el delineador. De qué hablábamos?

- Eres increíble Sam. Ups llegó el profe, nos vemos en el recreo.

Y así siempre con él. No nos sentábamos juntos porque se juntaba con otros chicos, y era nuestra manera de darnos nuestros espacios. Igual estábamos juntos en recreos, almuerzo, volviendo a casa...

En la hora del almuerzo una idiota se tropezó y llenó de comida mis zapatos. Con lo que odio eso.

- Que no me vez maldita infeliz!- le grito como desquiciada, provocando que casi se haga encima. - fíjate por donde vas! Busca algo y límpialos!

- Yo... lo... lo siento... soy nueva... soy Anna y...

- Que?

- Que soy Anna- sonríe la imbécil

- Que quién carajos te preguntó?!!- volvió a saltar de su lugar por mi grito y haciendo reír a los demás.

Y ahí viene mi héroe - Sam!!

- Oh Ryan mira. Ésta tartamuda me ensució. Pero ya lo solucioné quédate tranquilo.

- Hay Sam! - dice enojado y se da vuelta - disculpa, soy Ryan, te encuentras bien?- la ayuda con sus cosas y le da un pañuelo.

- Soy Anna. Gusto en conocerte Ryan.

- Gusto mis calzones!! Que haces Ryan! Ella...

- Basta! basta Sam!- su cara de enojo me dejó estupefacta - Debes dejar de tratar así a la gente, quien te crees que eres para ir así por la vida, pisoteando a cualquiera que se interponga!

- Yo... yo... Ryan... Me gritaste...- se me hizo un nudo, y cuando quisieron asomar las lágrimas salí corriendo del lugar.

- Sam!! Sam!! Demonios!

Ryan en la actualidad

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Hola mis lectores. Nueva novela, y vista desde otro punto de vista. Romanticemos un poco a la mala de la misma. Espero les guste y me dejen sus comentarios y sugerencias. Por fa si pueden ayudarme con me gusta y votar para que siga llegando a más les agradecería. 💋💋

Caminaba sin sentido, era ilógico para mí, Ryan, mí Ryan me gritó. Hasta me hizo andar con la cabeza gacha. Siempre caminé erguida, haciendo frente a todo, pero esto... me descolocó.

- Como se atreve? Y todo por una mosquita muerta!- hablando sola. Me hacía hervir la sangre, quería eliminarla de la faz de la tierra - No, Ryan no pudo ser así conmigo, seguro se equivocó y...

- Sam!!! Sam!!!- volteo y era él, corría hacia mí, seguro rogará por mi perdón, me haré la difícil. - uff aquí estabas, creí que no te alcanzaría... uff... déjame que recobre el aliento. Sam...- Lo interrumpo.

- Ryan, necesito estar sola, trataré de entender que te equivocaste, cuando se me pase el enojo te llamaré - miro de reojo y me observa como anonadado.

- De qué hablas? Sam no vengo a disculparme por como te traté, como amigo que soy desde hace años, vine a decirte que tienes que cambiar tu manera de ser y tratar a las personas. Anna no lo hizo a propósito y te pidió disculpas y...

- Que? me hablas en serio Ryan? Esa tal Anna - le digo haciendo comillas - es de tu círculo o ya la conocías para que saltes en su defensa y me ataques de esa manera? Ella ensució...

- Por Dios Sam, hablas de algo material!! - vuelve a subir el tono y me enerva, porque me duele sólo porque venga de él- Las personas no son objetos para que las uses o trates como se te venga en gana, si sigues así ya no habrá nadie que te tolere o te quiera! - un bloqueo se me hizo por un instante al escuchar esas palabras y lágrimas comenzaron a salir, agacho la cabeza con impotencia porque no me gusta que me vea llorar, intento ser fuerte pero sólo él me puede doblegar, es más fuerte que yo, noto que hace un paso y retrocedo.

- Entonces... ya no me toleras ni me quieres?- mi tono va cambiando a más sarcástico y levanto la mirada con enojo.

-No Sam... Lo que quiero decir es...- se adelanta unos pasos más e intenta tocar mi rostro.

- Ya no me importa lo que quieras decir, así que vete y ve a consolar a tu nueva amiga y protegida! - al final, ganó mi orgullo- No serás el único que me abandona - Lo fulmino con la mirada y al terminar de decirle eso, me giro para irme.

- Sam por favor no seas exagerada...- sigue llamándome y su vos se va perdiendo a la distancia cuando me alejo; no intentó detenerme y no pienso darme vuelta para confirmar si sigue allí.

Llegué a casa y me recibe el ama de llaves, que, por más que hace años trabaje aquí, nunca recuerdo su nombre, claro, seguro es porque no me interesa.

- Buenos días srta. Samara, llegó antes hoy?- lo dice con una sonrisa que da asco.

- Qué tienen de buenos!! y sí llego antes hay algún problema?!!- quien se cree para indagarme en lo que hago?

- No... Yo sólo...p...p- uff otra tartamuda y se viene el llanto.

- Hazme el favor y retírate, me enferma verte así, quieres dar lástima?!- en eso escucho que carraspean y me giro en dirección a la cocina, es mi dulce nana y corro hacia ella. Me extiende los brazos, con sólo verme me entiende.

- Por favor Lili, continúa con tus quehaceres, primero si quieres toma algo y cuando te recompongas vuelve a las actividades, yo me encargaré de Sam. Gracias - No entiendo como mi nana puede derrochar tanto amor y buen trato, eso sólo debería ser para mí.

- Si Sra Magui- No la dejo terminar de irse...

- Es Margaret para ti!- exclamo y mi nana me silencia. La miro con mirada de cachorro, ella es la única que me puede callar o a la que se lo acepto, porque se me antoja claro.

- Mi niña, no tengo problemas que me llamen así, ve Lili tranquila - vuelve a decir - y tú jovencita me contarás qué te pasó, luego de darte un rico almuerzo - miro para todos lados, asegurándome que no alla nadie, para hablar.

- Mi nana, mí dulce nana, sólo tú me comprendes- y lloro desconsoladamente. Acaricia mis cabellos como tanto me gusta, mientras me sigue sujetando con la otra mano y guiándome a la cocina.

Cuando entramos estaba la tonta del ama de llaves con una taza en la mano y comenzó a temblequear al verme, lo que provocó que haga un molesto ruido al chocar el utensilio. También se encontraba la cocinera que al parecer le estaba dando consuelo, como si alguien hubiese muerto, que les pasa??

Sobo mis cienes molesta y antes de hablar, mí nana sujeta más fuerte mis manos, como dándome a entender que me detenga.

- Disculpen Lili y Sra Flo, nos harían el favor de dejarnos a solas, pueden retirarse a descansar, les avisaré si necesitamos algo.

Ellas bajan la cabeza asintiendo y se retiran sin mirarme.

Me siento en un banquito alto del desayunador, mientras me sirve lo que más me gusta "papas y huevos fritos y de postre lemon pie, que puede ser reemplazo por helado, en caso de no haber".

Luego de esto me interno en mi gimnasio, no deseo estar gorda, pero tampoco me privo de lo que me gusta. Claro que delante de la chusma, menú light. Siento la mirada inquisitiva de Magui mientras devoro mi plato. Le doy vueltas para contarle porque ella es como Ryan, me sermonean si piensan que hice algo mal.

- Delicioso como siempre mi querida Magui, uff estoy llena- digo sobando mi panza -, será mejor que tome una siesta. -y empieza lo de siempre

- Samara Evangeline Jackson... No te moverás hasta que lo ordene- dice de brazos cruzados y dando golpecitos con uno de sus pies impaciente.

Le conté todo mientras ella asentía con su cabeza y rascaba su barbilla. Acomoda sus lentes delicadamente y da un suspiro antes de hablar. Me toma de ambas manos y se sienta frente a mi.

- Quiero que me escuches y presta atención en cada cosa que diga, nada de okis y después hacer oídos sordos...

- Pero Magui...- me mira acallándome.

- Sam... estás por ingresar a la Universidad y desde mi humilde posición y espero sigas mi consejo, deberías cambiar mucho tus actitudes para con los demás- ya no me va gustando nada por donde va la cosa - mi niña, soy consciente del enorme corazón que tienes y lo que ha sido tu vida hasta ahora... Pero me gustaría y creo también te favorecería, que abras tu corazón a los demás, no sólo a Ryan y a mí. ¿No sería mucho mejor y armonioso, ser más gentil, educada, aceptar a otros y sobre todo... perdonar a tus padres?- cierro mis ojos y respiro ondo antes de colapsar, se me acerca y me mira con ojos llorosos- Dime Sam,... que piensas?

- Eres igual... todos son iguales!! Tú, Ryan, mis padres y el resto del mundo se pueden ir al demonio!!- grito ofuscada y salgo corriendo a mi cuarto. Azoto la puerta con toda mi fuerza para cerrar y me tiro a llorar sobre mi cama mullida.

Nana intentó varias veces hablar conmigo, pero no le contesté, la última vez que golpeó, sólo le dije largo. Seguro habló con Ryan, porque no paró de mandarme mensajes y llamarme. Obvio que ignoré todo y me sumergí en un profundo sueño.

Pasada la media noche, comencé a sentir golpes en mi ventana. Me giro y me asomo con los ojos entreabiertos y me los refriego al dudar, si la silueta que veía era la de Ryan.

No puedo negar que al verlo, olvidé todo lo ocurrido y mi corazón comenzó a bombear enérgicamente.

Estoy segura de que esbozó una sonrisa y saludé tontamente, aunque actuaba sospechosamente y miraba para ambos lados de dónde se encontraba parado.

Lo miré dubitativa al ver que me hacía señas para que le abra la ventana. No lo dudé y asentí. Él se dispuso a subir trepando por el conducto del desagüe ya que mi habitación, se encuentra en la planta alta.

Escuchaba su respiración y quejido agitado mientras subía, entonces aproveché para arreglarme un poco. No podía permitir que me viera chorreada de baba por la comisura de mis labios, ya que suelo dormir con la boca abierta.

Salgo del baño y lo encuentro del otro lado de la ventana observándome con una sonrisa bellísima, pensé me haría pis de la emoción.

- Hola - me dice tímidamente - puedo entrar? o sigues enojada?

Le hago un gesto de me da igual, pero por dentro estoy muriendo. Noto que adelanta el brazo que tenía por detrás y en éste tenía un hermoso peluche

Está bien, te perdono- me dije internamente y me tiré sobre él y mi impulso y mis sentimientos fueron mayores, porque por inercia comencé a besarlo.