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La Villana Quiere Vivir

Capítulo 1 ¿Reencarne?

«No, aún no»

Podía sentir el sonido de la sirena a lo lejos, mi vista empañada de sangre, el como la fuerza abandonaba mi cuerpo.

«Todavía no. No puedo morir, no así»

El frío se apoderó de mí cuerpo, y lo último que sentí antes de cerrar los ojos, fue la soledad.

— Traición — Soledad — Engaño —

— Traición — Soledad — Engaño —

— Traición — Soledad — Engaño —

Esas palabras resonaban en mi mente como un tambor. La causa de aquel accidente, la razón por la que ahora vaga mi alma en un mundo oscuro y desconocido. Mi corazón se ahogaba hasta el último momento, y solo deseaba, con todas mis fuerzas, una segunda oportunidad

«Rosalie»

-¿Quién?. ¿Quién está ahí?

«Pobre niña. Traicionada por todos, engañada por quien confiabas, muriendo sola, sin nadie a tu lado»

-Entonces es cierto, yo, ¿Yo estoy muerta?

«Tu alma está viva aún, y eso es suficiente»

El espacio ante mis ojos se torna blanco, a mi alrededor todo es una enorme nada. Frente a mis pies cae un libro, grueso y de tapa roja, tenía dibujada la silueta de una chica en color dorado, con una especie de animal a su lado.

-Esto se parece a una novela que leí cuando era muy joven. "Señorita Letty". ¿Qué es esto?

«Una oportunidad»

-¿Una oportunidad?. ¿De qué?

Las páginas del libro comenzaron a rodar al sostenerlo en mis manos, envuelta en una luz blanca mi cuerpo y mi alma se separaron completamente, pude ver mi cuerpo carente de vida tendido en una lejana carretera cubierto de sangre, la imágen cada vez se volvía más pequeña hasta desaparecer y mi alma se vio absorbida por la historia de aquel libro de tapa dura.

«Para caminar por tus propios pies, para formar tu destino, para cambiar lo que debe ser cambiado»

La luz se volvió tan intensa hasta cegar mis ojos, y la próxima vez en abrirlos, dieron con el techo de una habitación.

-Ugh, mi cabeza va a explotar.

Rodé los ojos por la habitación extraña, oscura y con olor a humedad. Tenía un espejo en una de las esquinas, y las cortinas rotas cubrían malamente la luz que entraba por la ventana.

-No conozco este lugar, esto es... ¿Estoy dentro del libro?

Me incorporé en la cama para caer en la cruda realidad. ¿Este es mi escenario de renacimiento?. ¿Donde está la habitación antigua y bonita?. ¿Los vestidos lujosos?. ¿Las sirvientas que se mueren de preocupación?. ¿¡Donde esta mi maldito cliché de renacida!?.

Camine rápidamente hasta el espejo, mi antigua apariencia que reflejaba mis 20 años ya no estaba. En su lugar había el reflejo de una chica, ¿16?. ¿17 años?. Cabello rojo brillante, ojos azules, piel pálida y labios rosados. Si estoy en "Señorita Letty" el libro que leí cuando joven y está es mi apariencia, entonces reencarne en... "Cristal Lawnig", la villana de la historia.

-No, ¿Por qué?, ¿Por qué de todas las personas Cristal?. ¿¡Por qué ella!?

«De acuerdo, vamos a calmarnos, primero salgamos de aquí»

Intenté abrir la puerta de la habitación, aunque más que habitación se veía como un ático, sótano, o como quiera que se pueda llamar está pocilga, pero seguía siendo como una fosa, un agujero escondido. La puerta de la habitación estaba cerrada, había una rejilla más arriba de esta, por lo cual me incline para mirar por esta, el pasillo estaba completamente desolado. Por lo que puedo ver a mi alrededor, ¿Esta es la habitación de castigo?. Si es así, entonces estoy en un buen lío.

«Mierda, tengo que salir de aquí, si estoy en lo correcto, y reencarne en el cuerpo de Cristal Lawnig, estoy en un grave problema»

-Piensa Rosalie, piensa, piensa, ¿Cómo salgo de aquí?

Me mantuve caminando de un lado a otro en la habitación, podría jurar que una grieta se abriría bajo mis pies, dónde sea que posará la mirada habían rejas, al darme cuenta de que en verdad la única salida sería aquella gran puerta me senté en la cama con los pies recogidos.

-Bien, ya que no puedo salir, no hay remedio, pongámonos a recordar, ¿Qué sucede en esta novela?. ¿Y como puedo cambiar la historia?

Señorita Letty, es una novela romántica que leí en mi juventud, según lo que recuerdo, la trama de la historia se trata de la protagonista femenina, Leticia Marlow, hija de un barón. Su apariencia y comportamiento era tan frágil como el de una fina rosa de cristal. Ella conoce al protagonista masculino, el segundo príncipe del reino de Castillan, osea, este reino, su nombre es Ekiar de Castillan. Ambos se enamoran perdidamente el uno del otro, y comienzan un lindo romance que los lleva a un "Felices por siempre". La historia perfecta, ¿Cierto?. ¡¡Si no fuera la villana!!.

Cristal Lawnig, es la villana de esta historia, así como "la princesa y la bruja", Leticia era la princesa, y Cristal era la bruja. Esta se enamoró del protagonista masculino desde su niñez, cuando la defendió de un grupo de vándalos, y desde entonces ha estado obsesionada por el protagonista masculino. Su obsesión la llevó a enloquecer, haciendo mayores daños y desprecio en su relación con su familia, la sociedad, y la lleva a atentar contra la vida de la protagonista femenina. "Si ella no existiera, solo me amarías a mi". Su locura la llevo a la muerte, y su dolor fue incurable, muriendo sola entre las rejas, hasta el día en que decidieron degollarla.

-Y así es, más menos, lo que puedo recordar de la historia en este momento, pero eso es suficiente para saber, ¡Que tengo que cambiar mi destino!

Capitulo 2: Salida

Había pasado casi una semana desde que estaba encerrada aquí, el aire se hacía pesado, y la única compañía que tenía era el sonido de las ratas. De vez en cuando bajaba alguien para recordar el motivo por el cual estaba encerrada aquí y golpearme, el simple hecho de haber nacido había sido un error para esa mujer que se empeñaba en acabar con mi nueva vida antes de que pudiera iniciarla, pero por alguna razón sentía que dejarme encerrada, maltratada, y sin comer de manera adecuada no le era suficiente a esa odiosa mujer.

«Escucho la puerta, ¿Será que ya vienen a golpearme?»

—Oye tú, levántate, la señora ha decidido dejarte salir

«¿Salir?. Después de casi una semana y de manera voluntaria. ¿Qué estará pasando?.»

—¿Acaso no me escuchas bruja?. Que te levantes

El hombre me agarró por el brazo y me arrastro hacia afuera de la pequeña habitación, sin esperar a que mis pies entumecidos pudieran mantener el equilibrio, comenzó a llevarme casi a rastras por los pasillos subterráneos hacia arriba, a la mansión. Me centraba en colocar un pie frente al otro intentando mantener medianamente el equilibrio para no seguir golpeándome contra el suelo, pero al final fui arrojada a los pies de alguien.

—Aqui estás, sucia bruja

La apariencia de aquella mujer, desde los pies a la cabeza extravagante, con un cabello negro y ojos rasgados color café, los típicos rasgos de la línea de esta mujer. Nada más y nada menos que la esposa de mi nuevo padre, mi madrastra, la actual duquesa Lawnig.

—Escúchame bien, vas a ir a tu habitación, te arreglarás, y te pondrás un vestido de cuello y mangas largas que cubra todos tus moretones

Cruce la mirada con su odiosa vista de víbora, si, a eso me recordaba está mujer, a una víbora, aunque esa acción me llevo a recibir una bofetada. Pasaron unos segundos de su tedioso silencio, hasta que me vi obligada a escupir sangre y limpiar mi boca con el reverso de mi mano.

—¿Cuántas veces te diré que no me mires con tu repugnante cara?. Eres asquerosa, me llenarás de gérmenes

Limpió su mano con un pañuelo del cual ordenó deshacerse de el

—El Duque Lawnig llegará hoy en la noche, ya es tarde para que des... Una buena impresión, traerá invitados, así que cubre tu cuerpo como si fueras una muerta y aléjate de los invitados. No hables, no los mires, no saludes, no levantes la mirada y ni siquiera respires, o volveras a la habitación de castigo

Le hizo una seña al hombre que me trajo a rastras y este me llevo hacia mi supuesta habitación, al menos está vez pude caminar en el proceso.

***

Luego de un tiempo escuché que llamaban a la puerta

-¿Señorita?. Señorita Cristal, ¿Está bien?.

Al notar el silencio del otro lado de la puerta la voz del otro lado de la puerta dejo de tocar

-Con permiso señorita, voy a entrar

La puerta se abrió y entró una sirvienta, casi una niña, era una chica bastante joven, cabello castaño, ojos claros, una estatura media y delgada. Tenía una expresión de preocupación, y traía con ella una bandeja de comida

-Señorita, le traje algo de comer, ¿Tiene hambre?

Le mire con algo de duda, según la historia original, todos los sirvientes, o casi todos los sirvientes aquí despreciaban a Cristal, habían muy pocos que la apoyaban en secreto, amigos de la madre de Cristal por ejemplo, lo cual los arruinó por completo, pero si esta niña es quien creo que es

-Tu... Niña, ¿Cómo te llamas?

—S-Señorita, soy Emily, pero no sé preocupe por eso señorita

Coloco la bandeja con la comida frente a la mesa pequeña en la habitación, el olor suavemente dulce de la comida fue como un néctar, y como abejas a la miel no pude evitar comenzar a comer tales delicias

—Señorita, por favor coma despacio, puede atragantarse.

A pesar de su inseguridad y voz temblorosa, al verme devorar la comida como un animal hambriento la chica sonrió

-Iré a preparar su baño

***

— Narra Emily —

Un sirviente de la duquesa mando a llamar a toda la servidumbre de baja clase y de familias no ligadas a la nobleza ese día temprano en la mañana, los rumores entre la servidumbre se esparcieron rápido, es mañana una niña de la familia Lawnig había salido del calabozo subterráneo, todos la llamaban "La bruja roja". Lo recuerdo bien, desde que era muy joven había esos rumores, de que una niña maldita salía de aquel lugar solamente cuando el señor de la casa venía de un largo viaje, y ese era el momento en que las sirvientas inventaban enfermedades repentinas para no cumplir con su labor o no acercarse a ella, todos le temían por alguna razón, y esa mañana no fue la excepción, por eso...

-Yo iré, señor

Me ofrecí para cuidar de la niña maldita a la que todos le huían. Hablaban de una historia desconcertante, una niña con apariencia de monstruo, que con un vistazo podría maldecir, pero la verdad es que nada de eso tenía sentido.

Recuerdo cuando era una niña, mi madre trabajaba junto a la difunta duquesa, en aquel momento no se me permitía asistir a los nobles de la casa, pero aún recuerdo a mi señorita. Siempre fue una niña muy dulce, cuando era pequeña amaba la tranquilidad y la naturaleza, pero también disfrutaba de bailar y cantar. Antes de la muerte de su madre, la señorita siempre estaba en el jardín o pasaba el tiempo con el duque. El ducado era más alegre, había música por todas partes, la voz de la señorita y de su madre eran la energía del ducado. Pero luego de la muerte de la señora, y al duque aproximarse al emperador, la familia se volvió la mano derecha del imperio, y a cambio de la falta de tiempo del duque, la mirada en los ojos de la señorita se apagó.

Luego de algunos años su padre se volvió a casar con una viuda, quería que la señorita tuviera una madre, alguien en quien pudiera apoyarse. Al inicio la señorita se veía feliz, pero luego de un tiempo, comenzaron a aparecer hematomas y cortadas en su cuerpo debido a la nueva duquesa. Se debía a que el duque no pudo superar su amor por la difunta, vivía preocupado y atento por la pequeña señorita Cristal, la apariencia de la madre y la señorita era tan similar, que solo el color de sus ojos cambiaba.

La nueva duquesa no pudo soportarlo, y su resentimiento acumulado solo se torno en odio y creció. La señorita nunca denunció sus maltratos con el señor, a cambio, el maltrato crecía. Era inculpada de robar las pertenencias de sus hermanos, culpada de insultar falsamente a la duquesa, acusada de cosas que no hizo, golpeada, herida física y verbalmente.

Una vez le pregunté a la señorita porque no denunciaba los crímenes de la señora, y la respuesta que obtuve fue "tengo la esperanza de que algún día cambie, y me acepte como su hija"

Recuerdo que una vez, hace ya algún tiempo, la señorita estaba junto a la ventana del salón, su cuerpo cubierto por un vestido negro de cuello y mangas largas, su cabello recogido por completo y tarareaba mientras miraba por la ventana. La duquesa, solo por recordar cuanto odiaba aquellos cantos por la antigua señora, le lanzó un jarrón de porcelana negra a la señorita, su rostro se cortó, dejando una cicatriz en su mejilla, la cual no deja que oculte recordándole así que en esta mansión, la música y ella, no son nada.

Y desde entonces la señorita ha sido incapaz de abandonar su luto, porque el día tan esperado nunca llegó.

Capitulo 3: Un cambio radical

—¿Señorita? —Sin respuesta— Señorita Cristal, ya está listo su cabello señorita

La voz de la mucama me trajo de regreso, después de aquel baño y ver frente al espejo las heridas de mi cuerpo, principalmente en mis piernas que había sido ordenada ocultar, me preguntaba porque la antigua dueña de este cuerpo no se esforzaba en rebelarse o en huir. Después de tantos maltratos, me di cuenta que este cuerpo ya estaba entrenado para recibir dolor. Las heridas que podría dejar inmóvil a una dama normal, está chica las sobrellevaba bastante bien, controlaba el temblar de sus piernas al caminar aún cuando no tenía fuerza, sin embargo, se le hacia un nudo en el estómago y su garganta se ahogaba cuando sentía miedo.

Las palabras no le hacían gran diferencia, podía sentir que su corazón se aceleraba, pero no podía percibir más emociones que la tristeza. El sufrimiento de esta mujer, Cristal Lawnig, no era menos que el de un esclavo. Levanté la mirada hacia el espejo, esta niña tenía una piel tan blanca que todo resaltaba en ella. Su cabello rojo ahora se veía igual de flameante que las llamas, sus ojos azules parecían dos orbes completamente secos, y pese a la cicatriz que tenía en su rostro, seguía siendo fino y encantador.

—Señorita, ¿Cuál de estos vestidos le gustaría usar?

La chica sostenía dos vestidos de mangas largas, falda que arrastraba el suelo y cuello alto, cubrían casi todo el cuerpo a excepción del rostro y las manos. Sus colores eran carentes de vida, pero era usualmente lo que usaba la antigua Cristal en la historia original.

-Emily, yo ¿No tengo más vestidos?

—¿E-eh?. —El rostro de la chica quedó atónito— S-Si, claro que sí señorita, su padre se encarga de traerle a la señorita vestidos hermosos y darle regalos en cada viaje —Hablo rápidamente y con una expresión decidida, como si defendiera al duque— sin embargo, l-la señora duquesa —En ese momento titubeó— suele confiscar las cosas caras de la señorita

Justo como había pensado, la apariencia sobrecargada de joyas y ropas caras de la actual duquesa tenía que salir de algún lugar, pero quien diría que sería del bolsillo de Cristal

-¿Entonces aún tengo otros vestidos en mi ropero?

—S-Si, así es señorita —esta pareció dudar por unos segundos— ¿le gustaría?...

-Si, me gustaría vestir... algo azul. ¿Puedes encontrar algo que cubra mis piernas?.

—¡Si!, Definitivamente señorita

-Ah, también busca algo simple, como un colgante ligero —al ver la emoción en el rostro de la chica sonreí levemente, pude notar como los ojos de la joven se cristalizaron por unos segundos— y dejaré mi cabello suelto hoy —mire mi reflejo en el espejo mientras acomodaba los mechones sueltos, y luego use el espejo para ver la expresión de Emily a mi espalda, se veía emocionada— Por Favor, date prisa, estoy ansiosa por ver a mi padre

—¡Si mi señorita!

***

Luego de algún tiempo

—M-Mi señorita, se ve hermosa, mi señorita es la más hermosa de todas, su cabello rojo resalta sobre su piel, y ese vestido le asienta muy bien

El vestido no tenía aro, ni volantes, ni joyas grandes o extravagantes, tampoco tenía mangas y mucho menos un cuello alto, era muy diferente a lo que usaban las mujeres nobles de esta mansión. En su lugar tenía un ligero escote adelante, un amarre con cintas suaves en la espalda, pegado al cuerpo definiendo la figura hasta la cintura, sin embargo, desde ahí la falda caía algo suelta todo en un color azul cielo combinado con unas zapatillas simples, y un colgante con un rubí. Emily le había dado algo de volumen a mi cabello, y realizó un buen trabajo escondiendo con maquillaje los restos de moretones, sin embargo, había dejado a la vista la cicatriz en mi rostro.

-Gracias Emily, hiciste un buen trabajo.

«Toc Toc Toc»

—Señorita, el duque Lawnig ha llegado, debe bajar a recibirlo, viene acompañado...

-Esta bien, saldré enseguida

—Mi señorita —Emily parecía algo ansiosa— No se preocupe por nada señorita, todo estará bien

Sonreí al escuchar sus palabras, quizás este mundo no fuera tan malo, quizás podría tener personas de mi lado, quizás... podría tener una amiga.

-Gracias, Emily

«Empecemos por cambiar este encuentro, de pequeños hechos, a grandes acciones»

***

Al bajar pude ver lo evidente, a lo lejos había un carruaje con la insignia familiar de los Lawnig, y uno sin insignia, lo cual me pareció bastante extraño. Habían algunos hombres, pocos a caballo con aspecto de caballeros y un extraño mayordomo. A lo lejos podía ver a un hombre alto, con una apariencia elegante, a pesar de su avanzada edad parecía que los años no tenían efecto sobre él. Con el cabello negro, ojos finos rasgados de color azul mar y un traje color vino, el padre de Cristal Lawnig, el Duque Samir Lawnig. Frente a el estaban parados los familiares, y más atrás una fila de sirvientes. Se encontraban por orden. En el centro estaba la Duquesa Lawnig, en su lado derecho el hijo mayor de la duquesa y de su anterior matrimonio, a quien el duque había reconocido como su hijo adoptivo y criado desde pequeño, tenía cabello rubio y ojos cafés, Eleonoro Lawnig, nada especial en su apariencia a no ser su físico, era más tonto que una mula de carga. Junto a él, mi hermano mayor Kasir Lawnig, cabello negro y ojos grises, a diferencia de Eleonoro, este era más listo. En el lado izquierdo estaba Vanessa Lawnig, ojos café y cabello negro corto y liso, una apariencia hermosa y delicada, tanto como extravagante, y entre la Duquesa y Vanessa, donde debería estar mi lugar, no había ni siquiera ese espacio.

Estaban con las presentaciones a los invitados inesperados, sus atuendos apestaban a lujos innecesarios y extravagantes, al verme llegar la mirada de la duquesa casi amenaza con convertirme en cenizas, pude ver el rostro atónito de Vanessa y Eleonoro, y la leve mirada punzante de Kasir, asi que ignorando la mirada de mi madrastra y los demás camine tranquilamente y a paso firme hasta meterme entre la fila donde debería estar mi lugar como hija mayor, pude ver los ojos azules del duque posarse en los míos, realice una leve reverencia ante los presentes.

—Saludos al señor de la casa, el Duque Lawnig y sus invitados. Esta es la hija mayor, Cristal Lawnig

Retome mi postura, podía ver en el duque algo que hacía tiempo no describían en este libro, y era un extraño sentimiento de alivio y confusión.

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