NovelToon NovelToon

Amarantha: Un Nuevo Final.

Prólogo.

Prólogo.

 

^^^Londres, Westminster 2021^^^

 

Olivia miraba pensativa a través de la ventana de su impresionante auto negro. Apretó el puño sobre su elegante vestido blanco hasta las rodillas. Al pasar podía ver a las personas caminar apresuradas en las aceras de la calle principal Oxford Street, se dirigía al aeropuerto para tomar su Jet privado e ir directamente a la ciudad de los ángeles a arreglar el desastre que dejo su hermano. No podía creer que no se halla dado cuenta de su desfalco hasta ahora, aunque teniendo en cuenta que con la nueva sucursal que estaba abriendo en Francia, no podía pensar en otra cosa, pues sí que lo creía. Aflojo la mano al darse cuenta de que se estaba haciendo daño con las uñas por la presión que ejercía, es que sentía que no podía de la rabia, sentía que en cualquier momento explotaría, necesitaba con urgencia descargar toda la ira, frustración y estrés que tenía encima y eso solo lo lograba poniéndose sus guantes y pegando al saco de boxeo y si tenía suerte al alguien.

Luego de que entrara a la universidad era mucho el estrés que acumulaba y un día cuando salió a caminar para intentar aliviar el estrés se encontró con un gimnasio y no supo que la impulso a entrar, pero no podía estar más agradecida desde que descubrió que pegando a alguien o algo podía desestresarse y ya no se detuvo.

Y en esos momentos no podía sentir más estrés sobre ella. Suspiro mirando dentro del auto, su chófer Harry tenía el estéreo encendido en la emisora de noticias, aunque quiso decirle que la apagara que le dolía la cabeza horrores, simplemente lo dejo, junto a ella en los asientos traseros estaba, Leticia Brown su asistente, amiga, confidente y hermana. Sus ojos cubiertos por unos lentes de lectura y su cabello castaño atado en una coleta alta, como siempre iba pulcramente vestida con una falda de tubo negra y camisa formal blanca, medias negras y zapatos de tacón negro, cada día desde que empezó a trabajar con Olivia vestía el mismo atuendo, muchos en la empresa lo tomaron como uniforme y algunos la imitaban vistiendo de blanco y negro. En sus manos estaba el nuevo libro que estaba leyendo, desde que se conocieron Olivia supo que Leticia tenía un especial amor por las novelas de época, de príncipes y duques y todo lo relacionado con la nobleza.

 

–¿Cómo se llama la nueva adquisición?– Pregunto Olivia tratando de pensar en otra cosa y relajarse un poco.

–Se llama “La Santa”– Contestó aún concentrada en la lectura.– Aunque he de admitir que me decepcionó, me esperaba otra cosa.– Dijo levantando la mirada y posándola en Olivia.

–¿Por qué no te gusta?– Preguntó extrañada Olivia, le pareció raro que la siguiera leyendo si no le gustaba.– ¿Y por qué la sigues leyendo? – Cuestionó nuevamente.

–Es que los protagonistas son unos infieles y la supuesta “Villana” es en realidad la más perjudicada de todo.– suspiro pesadamente.– En fin lo sigo leyendo porque quiero ver como terminan el villano masculino y su mano derecha, en realidad creo que la sigo leyendo porque ellos dos me recuerdan a nosotras.– Respondió dejando de lado el libro para centrar toda su atención en Olivia, que la veía fijamente.

–Bueno no importa, me cuentas el final del villano ese que dices.– Contestó sonriendo de medio lado Olivia.

 

Leticia simplemente asintió y se dio por terminada la pequeña conversación, cuando el auto se detuvo en la pista de aterrizaje, ambas bajaron del auto con la gracia y elegancia de las demás más nobles de la realeza, ambas con esa máscara de frialdad en sus rostros, algo que las caracterizaba era el que nunca mostrarán emoción en sus rostros.

Frente a ellas estaba un gran Jet con las iniciales de Olivia Harrison, ambas subieron al avión e inmediatamente tomaron asiento. Una frente a la otra en grandes sillones tapizados de un color blanco perla que resaltaba con las paredes de color beige. 

Olivia paseó la mirada por todo el lugar, hasta fijarla en la acompañante frente a ella que ahora nuevamente estaba concentrada en el libro.

Entonces ella procedió a sacar su portátil del el portafolio que no había soltado desde que salieron de la oficina. Y se concentró en leer todos los informes y cuentas que corroboraron que su hermano, sangre de su sangre le había estado robando a ella y a la empresa que con tanto esfuerzo ella había sacado adelante después de que su abuelo Simón Harrison le cediera la presidencia, sabía que su hermano no acepto a la decisión del abuelo, pero no pensó que fuera tan estúpido como para robarle.

Escucho como se encendían los motores del avión y apago la computadora un momento mientras se elevaban. Una vez en el aire prosiguió a terminar de mirar todo en la computadora, de vez en cuando le echaba una mirada a su compañera de viaje, pero estaba muy concentrada en la lectura y cada nada fruncía el ceño, al parecer no le estaba gustando como iba la historia y por lo que veía faltaba poco para terminarla. Olivia volvió a centrarse en los documentos y pensando en una solución para evitar el escándalo que se le vendría encima una vez su hermano fuera encarcelado, porque ella no pensaba pasarle él que le estuviera robando, es que de solo recordarlo le daban ganas de golpear algo hasta sentir el ardor reconfortante en sus nudillos.

Luego de lo que fueron horas, escucho el gran suspiro de Leticia.

Levanto la mirada y la encontró con el ceño fruncido y los ojos llenos de ira. Lo sabía por los largos años juntas, pero si fuera otra persona no podría distinguir ninguna emoción en su rostro.

–No te gusto el final– Afirmo con una sonrisa de medio lado Olivia. Poniendo toda su atención en su amiga.

–Por supuesto que no me gusto, el Villano masculino muere y también muere su amigo, no puedo creerlo.– Contestó con tono exasperado, pasándose las manos por el pelo y desordenado la coleta de paso, era una manía que tenía, siempre lo hacía cuando no estaba conforme con algo o estaba estresada.

–Bueno, ¿Y qué fue eso tan malo que hicieron para que murieran?– Preguntó medio divertida Olivia, observando a su amiga.

–¡Eso es lo que más me molesta!– Expresó casi gritando.– Que ellos mueren solo por intentar vengar la muerte injusta de la hermana del Villano. Por lo menos él pudo matar a su madrastra y vengar a su hermana, pero no me gusto que murieran, en serio me gustaban ellos.– Dijo con un deje de pesar en la voz.

–Bueno, míralo por el lado bueno se reunió con su hermana.– Intento consolarla Olivia. Aún divertida por la reacción de su amiga ante la muerte de personajes ficticios.

Cuando Leticia estaba por contestar, se escuchó una explosión en una de las alas del avión y ambas vieron por la ventana como el motor de la nave estaba en llamas, ambas asustadas y con el corazón latiendo tan fuerte que dolía se miraron, Olivia cambio de asiento y se sentó junto a Leticia, tomando su mano mientras veían como el otro motor se incendiaba de igual manera que el primero, ambas se miraron nuevamente y lo supieron, ese era su fin, no iban a salir vivas de ahí, a Leticia Le empezaron brotar lágrimas de la desesperación que sus acciones no demostraba, pero que Olivia podía leer claramente en sus ojos, ambas se abrazaron tan fuerte que sentían que se estaban fundiendo con la otra, pero no les importaba solo podían pensar en los momentos que pasaron juntas, en como estuvieron la una para la otra como si fueran hermanas de sangre y, en que sabían que si hubiera otra vida nada les gustaría más que estar juntas otra vez.

Y así entre todo el movimiento, explosiones y fuego. Fue como terminó la vida de Olivia Harrison y Leticia Brown, dos mujeres que estuvieron justas desde su adolescencia hasta la muerte como hermanas de corazón.

 

 

 

O tal vez no…

 

 

 

 

 

 

 

CAPÍTULO 1

Capítulo 1

 

Después de lo que pareció un interminable silencio para Olivia, volvía a escuchar todo a su alrededor y podía sentir nuevamente sus extremidades, sentía su cuerpo adolorido y sus párpados pesaban, Intento poner atención a todo el ruido a su alrededor para saber que pasaba, pero solo ecuchaba muchas voces y todas distorsionadas. Entonces lo recordó, los recuerdos llegaron a su mente, cuando estaba sentadas en el avión y este estaba en llamas, la manera en que estaba aferrada a su hermana de corazón temiendo lo peor, la desesperación  se sembró en ella al no saber si Leticia estaría bien. Con toda la fuerza que logro juntar en su adolorido cuerpo, abrió los ojos viendo todo borroso, hasta que deslumbró el cielo más azul que había visto en sus treinta y cuatro años de vida.

Intento girar un poco la cabeza, un gemido adolorido salió de sus labios llamando la atención de las personas que estaban a su alrededor, lo que la confundió porque hasta donde recordaba ella y Leticia estaba en su avión privado y solo iban ellas, el piloto y la sobrecargo, entonces no entendía por que había tantas personas a su alrededor.

Al fijarse con más detenimiento en su alrededor se dio cuenta que estaba tirada en el sueño y que no muy lejos de ella había lo que parecía un carruaje volcado y las personas estaban vistiendo ropas antiguas. Nuevamente giro la cabeza sin prestar mayor atención a toda la conmoción y las personas con ropas extrañas para ella, en su mente sólo estaba encontrar a su hermana. Cuando vislumbró a una chica con cabello castaño no muy lejos de ella estiro su mano intentando alcanzarla, desde donde estaba no podía ver su rostro, pero algo dentro de ella le decía que esa era su hermana, la única persona que había estado con ella en sus momentos más difíciles. Sabía que era ella.

–Hermana.– un susurro adolorido salió de su garganta intentando llamar a la mujer que estaba a algunos metros de ella tirada en el suelo inerte, la desesperación la embargo nuevamente pensando lo peor y lágrimas de dolor y frustración  empezaron a salir de sus ojos.

Intento acercarse con las pocas fuerzas que sentía que tenía pero su cuerpo parecía no querer obedecerle.

–¡Hermana!– Sollozo intentando llamar su atención, pero ella no se movía.

Sintió como alguien la tomó con cuidado poniéndola en lo que precia una camilla, intento enfocar los rostros de las personas que la ayudan, pero su vista se ponía borrosa nuevamente y escuchaba todo distorsionado.

Sentía como iba perdiéndose en la oscuridad de la inconsciencia nuevamente.

–Ayuden a mi hermana.– Suplico en lo que pareció un susurro.

–Ella estará bien.– Escucho que le respondieron antes de perderse totalmente en la inconsciencia.

 

......................

 

 

Olivia sentía su cuerpo pesado y adolorido, sentía que no podía moverse era como si hubiera caído rodando por muchas escaleras. Intento abrir los ojos pero no tuvo éxito alguno, lo intento nuevamente y pudo abrirlos pero se cerraron de manera perezosa era como si no tuviera control de su cuerpo.

Intento moverse y tampoco lo logro solo sentía un dolor horrible por todo su cuerpo, se sentía tan cansada, pero de repente recordó en la situación en la que se encontraba y se  desesperó, intento abrir los ojos nuevamente y esta vez si lo logro, cuando lo hizo la luz de la habitación donde se encontraba la segó momentáneamente haciéndola parpadear para adaptarse a la luz. Su cabeza dolía, sentía como esta palpitaba al mismo ritmo de su corazón.

Miro detenidamente donde se encontraba y se dio cuenta que estaba en una habitación de estilo antiguo pero no por eso menos hermosa, las paredes eran de un tono pastel, y había muebles lujosos y hermosos, a su derecha había una gran ventana que abarcaba casi toda la pared, ella estaba acostado en una enorme cama con dosel y sábanas de lo que parecía seda de color rojo, se sorprendió un poco por el lugar en el que se encontraba, pero poco le importo eso en ese momento ya que solo quería saber donde estaba Leticia.

El sonido de la puerta abriéndose capto su atención, girando la cabeza en esa dirección, era la única parte del cuerpo que parecía podía mover por lo adolorida que estaba. Una mujer vestida con un traje de mucama bastante particular y con su cabello negro atado en un moño bastante apretado, entró a la habitación.

Al darse cuenta que Olivia tenía los ojos abiertos, llevo sus manos sorprendida a su boca y lágrimas empezaron a deslizarse por sus hermosos ojos verdes, la mujer se acercó rápidamente a ella.

–Milady, no sabe lo feliz que estoy de que por fin este despierta, lleva tres días inconsciente desde el accidente, nos tenía a todos preocupados.–Dijo entre sollozos la mujer.

Olivia no entendía que estaba pasando y no sabía quién era la mujer que se dirigía a ella de forma tan familiar.

–¿Quién es usted? Y ¿Dónde estoy?– Pregunto desconcertada Olivia.

–Milady.– Musitó sorprendida.– ¿No me reconoce?– Pregunto con un toque de preocupación en su voz.

–No se quien es usted, pero dígame donde esta mi hermana ¿Ella se encuentra bien?– La desesperación que se escucho en la voz de Olivia sorprendió aún más a la mujer, quien inmediatamente se levantó.

–Iré por el medico milady, no tardaré.– Dijo saliendo rápidamente de la habitación.

Dejando aun más preocupada a Olivia quien empezó a pensar lo peor.

La mujer como prometió no tardo nada y entró minutos después con un hombre que venía vestido de traje , pero no cualquier traje, esa vestimenta en definitiva era la que se utilizaba hace cientos de años, como en el siglo diecinueve. ¡Por Dios! donde estaba metida.

El hombre parecía sacado de una película de nobles y reyes.

Este se acercó a ella con un maletín en la mano.

–Dígame milady ¿como se siente?– Pregunto tocando su frente.

Olivia intentó tranquilizarse para poder pensar con claridad que hacer a continuación.

–Me duele todo el cuerpo, es como si hubiese caído y rodado por muchos escalones.– Intento moverse e hizo una mueca de dolor.

–No se mueva, el accidente fue muy estrepitoso, me sorprende que no tenga ningún hueso roto y que solo sean hematomas los que tiene en el cuerpo, aunque el dolor muscular es algo que ya esperaba.– Respondió sacando un sobre blanco pequeño del maletín y entregandoselo a la mujer que había entrado a la habitación.– Disuelva esto en agua caliente y deselo de tomar, ayudará con el dolor.

–¿Dónde estoy? Y ¿Dónde está mi hermana?– Preguntó ya exasperada Olivia.

–Es lo que le dije doctor, ella no parece recordar nada solo a su hermana.– comentó preocupada la mujer.

–Ella sufrió un golpe fuerte en la cabeza tal vez se deba a eso, puede que valla recordando con el paso del tiempo, pero no veo nada más de lo que preocuparse.– Respondió el hombre.

–¿No van a decirme donde esta mi hermana? Entonces iré a buscarla yo misma.– Sentenció intentando ponerse de pie con todas las fuerzas que logro reunir desde que se despertó, pero su cuerpo protesto por el movimiento, enviándola a la cama de nuevo.

–Milady no se levante aún no se a recuperado y su hermana se encuentra bien, de las dos fue quien menos daño sufrió en el accidente, hoy por la mañana también despertó, pero estuvo actuando de forma extraña después de mirarse en un espejo y no dejaba de preguntar por una tal Olivia, pero no conocemos a ninguna mujer llamada así.– comentó extrañada la mujer.

Olivia se desconcertó por completo pero no dijo nada, ¿como que no conocían a ninguna Olivia? Ella era Olivia.

Algo muy extraño estaba pasando ahí.

–Quiero verla.– Ordenó.

La mujer y el hombre que la reviso se miraron, extrañamente.

–Milady usted aun no se recupera de un todo ¿Por que no espera unos días?– Intento negociar la mujer.

Olivia perdió la paciencia.

–¡Quiero verla ahora!– Grito sorprendiendo a ambos.

–Si milady.– Se apresuró a responder la mujer. Mientras salía de la habitación con el hombre detrás de ella, dejándola sola nuevamente.

Olivia no sabia que estaba pasando, pero lo descubriría después, lo más importante ahora era que Leticia estuviera bien, necesitaba verla para poder estar tranquila.

Después de lo que pareció una eternidad para Olivia, la mujer entró muévete a la habitación detrás de ella venían otras dos. Una vestida como mucama que ayudaba a caminar a la otra que traía lo que parecía una bata, muy larga y blanca.

La mujer de la bata tenía un hermoso cabello castaño que caía en cascada hasta debajo de su cintura, venía caminando de espacio. Olivia con mucho esfuerzo logró al fin sentarse en la cama asiendo una mueca en el proceso.

Cuando la mujer estuvo frente a ella pudo divisar unos hermosos ojos azules, que dejarían hipnotizado a cualquiera que los mirara. Su piel era de un blanco marfil que cualquier mujer envidiaría.

La mujer parecía también estar reparandola, hasta que sus ojos se encontraron.

Ella conocía esa mirada, claro que lo hacía pero era imposible.

–¿Olivia?– Titubeo la mujer al decir su nombre.

–Si, ¿La conozco?– preguntó desconcertada.

–¡Oh por Dios!– Exclamó sorprendida la mujer frente a ella, mientras se lanzaba a abrazarla llorando sobre su hombro.

Olivia aún un poco desconcertada abrazo a la mujer, pasando su mano sobre su cabello intentando consolarla.

–Liv soy yo, Leticia.– Confesó entre sollozos la mujer, dejando congelada a Olivia.– Se que parece una locura, pero es cierto.– Dijo alejándose un poco y mirándola a los ojos para que viera su sinceridad.

–Pero… ¿Cómo?– Olivia aún no entendía que pasaba.

–Traigan un espejo.– Ordenó La chica que no debía pasar los dieciocho años, que ahora decía ser su amiga y Hermana.

La mucama que la ayudo a entrar a la habitación, se lo paso inmediatamente. Cuando la chica lo tomó en sus manos se lo entrego a Olivia, quien desconcertada lo tomó.

Pero no se pudo sorprender más cuando puso el espejo de mano frente a ella, vio en su reflejo a una persona, totalmente distinta a ella, el reflejo mostraba a una chica hermosa de piel blanca cremosa y el cabello rubio dorado más impresionante que había visto, sus ojos eran de un azul como el cielo al igual que la otra chica.

Ella simplemente no sabía cómo reaccionar.

¿Quién se supone que era la mujer del espejo? ¿Por qué no veía su cara? ¿Qué diablos estaba pasando?

Eran preguntas que su boca no podía formular, por el asombro del momento.

Preguntas de las que esperaba encontrar respuestas.

 

 

 

 

 

 

CAPÍTULO 2

Capítulo 2

 

Olivia seguía fuera de sí, no sabía cómo reaccionar.

Su cabeza empezó a idear teorías de lo que estaba pasando y la única creíble y posible era que estaba en coma y que todo eso que estaba viviendo era producto de su imaginación. Si, debía ser eso o había enloquecido.

–Todos salgan, déjennos solas.– Ordenó La chica que estaba sentada junto a ella.

Todos sin réplica alguna obedecieron.

–Esto tiene que ser un sueño, si eso debe ser o talvez estoy en coma, definitivamente esto no es real.– susurro aún absorta en sí misma.

–Liv esto no es un sueño, créeme también lo pensé pero es demasiado real. ¡Por Dios! Siento mi cuerpo adolorido como no tienes idea. – Casi Grito histérica la chica mientras pasaba la mano por su cabello desesperada y asustadas por toda la situación.

–Pero como demonios esta pasando esto. ¡Esta no es mi maldita cara!– Grito igual de histérica.– Y ese tampoco es tu rostro, maldición pareces de dieciocho, mira a tu alrededor Leticia, estás personas visten como si estuvieran grabando una película de época y la habitación no se queda atrás.– Dijo señalando todo a su alrededor.

–¿Crees que no lo sé?– Cuestionó irritada.– Pero creo que tengo una respuesta para todo esto, aunque eso parece más una locura.– Dijo mirándola seriamente.

–Muy bien iluminame.–Respondió sarcástica.

Leticia se aclaro la garganta.

–Recuerdas la novela que estaba leyendo en el avión antes de que… pues ya sabes explotara.– Olivia asintió mirándola obvia.– Pues creo que estamos en esa novela.– susurro desviando la mirada.

Olivia simplemente no lo pudo contener y soltó una gran carcajada, una que murió luego de unos segundos al ver que su hermana no reía con ella.

–¿Es en serio?– Cuestionó incrédula.

Leticia asintió mirándola a los ojos y Olivia pudo ver que ella en serio le decía la verdad, que no estaba bromeando.

–Para empezar eres igual a como describieron a la “villana” y bueno según lo que pregunte desde que desperté yo soy tu hermana, de sangre.– Enfatizó esto último.

–Muy bien, suponiendo que enserio estemos en el cuerpo de esas que tu dices, entonces ¿donde están ellas? y ¿como llegamos aquí?– Cuestionó.

–Pues según se, ellas iban en un carruaje, los caballos se volvieron locos y tuvieron el accidente, ambas salieron disparadas del carruaje cuando este se volcó, y sacando conclusiones creo que ellas murieron y nosotros entramos a sus cuerpos.– Analizo Leticia.

–Bueno, haciendo memoria, cuando desperté por primera vez estaba tirada en piso y podía ver un carruaje negro enorme volcado a unos metros de nosotras mientras tu estabas inconsciente.– Contestó Olivia pensativa.

–Esto es una maldita locura, ¿Qué vamos a hacer?– Cuestionó Leticia.– Porque estoy segura de que si le decimos esto a alguien, pensaran que estamos locas y nos enviaran a un sanatorio.– Dijo preocupada.

–Bueno, primero quiero que me resumes lo que pasa en la maldita novela, porque hasta donde se muero, y no creo que me vaya a otro cuerpo si me cortan la cabeza.– Dijo intentando pensar con la  cabeza fría.

Si de algo estaba orgullosa Olivia era de que sin importar la situación siempre encontraba una solución, siempre con la cabeza fría, analítica. Eso le había servido siempre a la hora de manejar toda una franquicia y hacer negocios.

Leticia asintió y se dispuso a contarle todo lo que sabía.

–Bueno, tu te llamas Amarantha Enderberg eres la hija mayor de el Gran Duque Artemis de Enderberg, yo soy la segunda hija y solo nos llevamos un año de deferencia, no tenemos buena relación con nuestro padre, el es frío e indiferente  con ambas, nuestra madre murió cuando me dio a luz y nunca nos hemos llevado bien, todos saben eso.

–Claro, eso explica por qué actuaban extraño cuando les preguntaba por mi hermana.– Respondió rodando los ojos Olivia.– Cuéntame por qué me matan.

–Porque estás comprometida con unos de los príncipes del imperio y bueno llega una chica y él se enamora de ella, empieza a dejarte de lado y pues… te pones celosa e intentas asesinarla, ya sabes típica Villana, aunque a mi parecer la protagonista no era tan inocente como les hacía creer a todos.– Dijo con cierta molestia.– En fin, te descubren y te condenan a muerte. Fin.

–Espera, espera y mi padre y hermana ¿No hacen nada?–Cuestionó incrédula.

–No, ya te dije no se llevan bien y el que mancharas el apellido así fue una deshonra, así cortaron todo lazo contigo y te dejaron a tu suerte.– Concluyó.

–Vaya si que tuvo una vida de mierda Amarantha, bueno ya sabemos algo, debemos alejarnos del príncipe.–Dijo resuelta.

–Si, pero hay un problema, si la información que recolecte es correcta, ya está sobre la mesa un posible matrimonio con la familia real y la familia Enderberg.– advirtió preocupada.– Hasta donde sé el compromiso de las familias se hace público en la fiesta de debut que se organizan cada seis meses, la apertura se hace en el palacio y es para que todas las señoritas en edad casamentera encuentren un buen prospecto. Y eso es en un mes.– Dijo Leticia.

Olivia asintió pensativa.

–Bien tenemos un mes para hacer algo y que ese compromiso no se lleve a cabo.– Respondió resuelta.

–No es tan fácil Olivia, o debería decir Amarantha, si creo que mejor me acostumbró.– Asintió.– Como te decía, no es tan fácil, las mujeres en esta época no tenían ni voz ni voto y si nuestro “Padre” – rodó los ojos con hastío– Nos dice que tenemos que casarnos pues lo hacemos, no necesitan que digamos que si. Además es un compromiso con la familia real.– Dijo obvia.

–Leticia...

–Analise.– interrumpió.– debes decirme Analise de ahora en adelante.

–Como sea, lo que iba a decir es que no soy una mujer que se deja imponer cosas y lo sabes.–Dijo mirándola a los ojos.– Nadie nunca me ha impuesto algo y se ha salido con la suya y tampoco lo va a venir a hacer un supuesto padre que dejo morir a su hija porque era una vergüenza. Jamás.– Dijo molesta arrugado el entrecejo.

–Lo se, que no se te olvide que nadie te conoce más que yo, pero solo te ponía al tanto de la situación. Además sabes que tampoco me casaría con alguien que me impongan y ya.– Rodó los ojos.

–Bien entonces hay a que buscar una manera. Y  hacer como que perdimos las memoria por el accidente o por lo menos yo, porque no se nada de todo esto.– Dijo contrariada.

–Tienes razón, no pueden saber que no somos nosotras o pensaran que somos brujas o algo así.– Asintió pensativa.

–Si.– Asintió Amarantha.

–¡Lo tengo!, claro como no se me ocurrió.– Casi Grito Analise.– Podrías casarte, casada ya no van a tener poder sobre ti, excepto tu marido claro, pero si escogemos uno sumiso, problema resuelto.– Soltó mientras reía feliz por encontrar la solución al problema de su hermana.

–Claro como hay maridos sumisos por todos lados.‐ Respondió sarcástica Amarantha.

–Pues yo tengo un candidato.– Dijo misteriosa sin quitar la sonrisa de su  rostro.

–Bien dime.– Respondió ya cansada de todo eso, sentía que se desmayaria otra vez con toda esa nueva información.

–El segundo príncipe de este imperio Mikail Arancel de Alba, el “Villano”– Su sonrisa creció.

Amarantha la miro incrédula.

–Claro, intento quitarme a un príncipe para no morir y tu me pones otro que también va a morir, ¿Qué está mal con tu cabeza?– Cuestionó mirándola como si le hubieran salido dos cabezas.

–Oye.– Se quejo Analise.– Mi cabeza esta perfectamente y lo digo por eso mismo si te casa con el ambos estarían salvados.

–Explícate.–Pidió exasperada.

–A el villano lo asesinan por que mata a la emperatriz malvada, porque mato a su hermanita la primera princesa Samay, ella la manda a asesinar dentro del palacio, para aclarar, el segundo príncipe no vive en el palacio, porque se le dio el título de Duque de Somerset. Y tiene que hacerse cargo del ducado pero no puede llevarse a su hermana porque no tiene una esposa que cuide de ella socialmente. ¿Entiendes a donde quiero llegar?– Cuestionó emocionada.

Amarantha asintió.

–Entonces lo que quieres decir es que, al yo casarme con el, su hermana irá a vivir con nosotros y la emperatriz no la matará por lo tanto no lo mataran a el por buscar venganza y tampoco me mataran a mi por que no voy a estar cerca del el príncipe heredero.– Analise asintió.– Bueno no me parece mala idea. Pero estas segura que ¿Podré hacer lo que quiera una vez este casada?– Cuestionó entrecerrando los ojos en su dirección.

Analise desvío la mirada, aclarandose la garganta.

–Pues, estoy segura de que si lo hablan antes de estar de acuerdo en casarse, el no tendrá ningún problema. Sólo hay hacer un trato justo, el era el personaje con más honor que podrás encontrar, por eso me entristeció tanto su muerte.–Dijo segura.

–Bien y como se supone que le propondré un trato que nos beneficie, además tu también vienes en el paquete, ni creas que te quedaras aquí.– Advirtió.

–Por supuesto que no me iba a quedar aquí, y por lo de el trato, solo hay que enviar una carta a su ducado exponiendo una propuesta y esperar que la respuesta sea positiva. Sino entonces pensaremos en otra cosa.– Respondió resuelta.

Amarantha dejo salir un suspiro, arrugando el entrecejo con molestia. Por qué tenía que pasarle todo eso a ellas, estaban metidas en un gran problema, bueno más que todo ella, y no sabía si la solución iba a empeorar aún más las cosas. Pero ella confiaba ciegamente en Leticia, aunque ahora era Analise.

Aun no podía creer que en verdad estaba en la historia de un libro que no había leído y en otro cuerpo.

Estaba exhausta,  y el dolor de cabeza parecía haber incrementado con todo lo que estaba pasando.

–Bien, entonces haz la carta, lo antes posible, propón algo así como lo que me dijiste, que si se casa conmigo podrá tener a su hermana cerca de él y a salvo, a mi me salva de un matrimonio impuesto por padre  en el que solamente voy a sufrir o algo así, pero también deja en claro que no seré una esposa sumisa que hará todo lo que a él le venga en gana,  que será un matrimonio por conveniencia si acepta.– Ordenó.

–Bien puedo poner todo menos lo último, recuerda que aquí no existe el divorcio y que los hombres necesitan un heredero y tu como su esposa deberás dárselo. Aunque no creo que sea un problema porque si es como lo describen  entonces debe estar para comérselo, hasta el momento las descripciones no me han decepcionado, por ejemplo tu estas buenísima.–Comentó con una sonrisa ladina.

–Bueno, entonces no pongas lo último pero dile que lo del heredero queda aplazado para cuando esté cómoda por lo menos.– Respondió.

–Bien, entonces tu descansa un poco más, después de que estemos totalmente recuperadas saldremos a conocer el ambiente y los alrededores, por cierto las doncellas que estaban en la habitación son de total confianza, son nuestras doncellas personales las conocemos hace muchos años.– Dijo asiendo un ademán con la mano.

–Bien, pero dejando toda esta locura de lado, no sabes lo enormemente agradecida que estoy de que estés conmigo, que estemos juntas otra vez.–Dijo tomando sus manos y mirándola a los ojos con todo el amor que le tenía.– Sabes que te amo más que a nada, no sabría que hacer sin ti Leti.– Su voz se entrecorto mientras la jalaba hacia ella y la abrazaba

–Lo sé, me amas tanto como yo a ti y sé que serías un desastre sin mí.– Dijo mientras su voz se entrecortaba y lágrimas salían de sus ojos, por el alivio de estar con su hermana.– Vamos, ya mucho sentimentalismo, nosotras nos somos así.– Acotó divertida apartándose del abrazo de su hermana.

–Lo se, pero quería decírtelo.–Respondió limpiándose las lágrimas.

Analise tomó una pequeña campana que estaba en la mesa de noche junto a la cama y la sonó. Haciendo que segundos después entraran ambas doncellas a la habitación.

–Flora ayúdame a ir a mi habitación, por favor.–Pidió a su doncella personal.–Y virginia trae algo ligera para comer a mi hermana.– Ordenó a la otra doncella, mientras se ponía de pie.

–Avísame cuando este lista, quiero verla.– Pidió Olivia mirando a su hermana. Haciendo referencia a la carta.

Esta asintió y salio de la habitación con ayuda de su mucama.

–Entonces, te llamas virginia, lamento no saberlo antes pero no tengo recuerdos.– Se disculpo Amarantha.

–No se preocupe milady, lo importante es que esta bien,después puedo contarle todo lo que quiera saber, por ahora iré a buscar algo de comer para usted.– Dijo para luego salir de la habitación.

Amarantha suspiro con cansancio.

Esto de ahora en adelante sería cansado, pero si de algo estaba segura era de que lo lograrían. Solo esperaba que ese Duque o príncipe aceptara el trato.

 

 

 

Download MangaToon APP on App Store and Google Play

novel PDF download
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play