Siempre creí que después de la tormenta viene la calma. Pensé que después de tanto sufrimiento por lo menos tendría la felicidad con la persona que amo.

Hola me presento soy Marie Baxton, tengo 20 años estudiante de derecho en la Universidad de Stanford. Creo firmemente que las mujeres merecemos educarnos y luchar por nuestros derechos en todos los ámbitos donde se nos menosprecie.

Muchos piensan que soy una idealista, feminista, pero la realidad es otra, he sido víctima de maltrato por ser mujer. Soy Hija de Antony Baxton un importante ingeniero y Freya una ex modelo, que es su segunda esposa y según el su verdadero amor. El amor obsesivo de mi padre hacia mi madre lo ha llevado hasta tenerla encerrada alejada de todo el mundo incluyendo de mis abuelos maternos. Dentro de su mundo no existe nadie más que él, mi hermano menor y yo.

Desde que nací he sido una decepción para Antony, ya que él deseaba que su primogénito séa un varón, para su mala suerte salí yo una hermosa niña parecida a mi madre pero con sus ojos verdes. Me ha tocado ser fuerte, puesto que él siempre me desprecio por mi género, en mi inocencia como niña siempre traté de complacerlo, ganar su favor. En mis primeros años me brindo un poco de cariño, pero cuando nació mi hermano Arthur fui invisible a sus ojos. Él es tan cruel que no me ha permitido disfrutar del amor de mi hermano, puesto que le ha enseñado a ser machista, egoísta, altanero y orgulloso. Existe un dicho todo lo que se siembra se cosecha.

A pesar de esta realidad, siempre disfrute del amor incondicional de mi madre, una mujer tierna, amable, gentil siempre dispuesta a ayudar a los otros. Polos opuestos con la personalidad de mi padre, ella siempre justificaba sus maltratos y celos irracionales, nos decía que él lo hacía porque la amaba. Ante tales afirmaciones, desde muy pequeña supe que no quería un hombre así en mi vida. Así que no me comportaba como una niña como las demás, practicaba fútbol, básquet y karate. Me defendía si alguien trataba de hacerme daño, pero de mi padre no lo hacía, porque sino la que pagaba las consecuencias era mi madre, por no saber educar a la mocosa como él me decía. Así que ante él aparentaba ser frágil y torpe. Esperando crecer y huir con mi madre de ese infierno.

Pero todo cambio en mi, cuando a mi vida entro Adrien Leyer, hijo de unos de los magnates de la industria textil. Era amable, atento y comprensible era mi todo, hasta que descubrí que me engañaba y la venda que cubría mis ojos se cayó y me enfrente a la realidad que no existía un príncipe azul, que la única capaz de sacarme del infierno de mi hogar era nadie más que yo.

Así que al saber de su engaño fui incapaz de perdonarlo, porque sabía perfectamente si lo hizo una vez lo volvería a hacer.

Desde pequeña fui autosuficiencia, mi madre en lo secreto me daba para los gastos de la escuela. Pero al ingresar a la secundaria mis necesidades iban creciendo libros, fotocopias, dinero para los viajes escolares así que empecé a trabajar medio tiempo en un restaurante de comida rápida. Antony creía que con alimentarme, darme ropa usada de mi hermano cumplía con su rol de padre y que no había necesidad de que yo estudiara, ya que para el rol de una mujer era estar en la casa cocinando y limpiando tal como mi madre lo hacía.

Cuan equivocado estaba y no veía que las mujeres podemos hacer diferentes trabajos iguales o mejores que los hombres. Deje de llamarlo padre cuando me golpeó, porque mi hermano se cayó de su bicicleta y se fracturó la muñeca. Él dijo que fui negligente con mi único deber, que era de cuidar del heredero de su imperio. Mi corazón se partió en mil pedazos y me juré a mi misma que no dejaría que ningún hombre me menospreciara.

Ante la sociedad Antony era una persona respetable, filial e integra. Pero al cruzar la puerta de su hogar era cruel, tirano y con egolatría. Cuando cumplí los 17 años ya estaba terminando la escuela secundaria y me preparaba para el ingreso de la universidad. El día de mi graduación hizo una gran fiesta e invito personas influyentes de la sociedad, quienes venían con sus hijos. También mando hacerme un hermoso vestido color verde esmeralda que resaltaba mi figura, hacía juego con mis ojos verdes y mi cabello rojizo. Mi madre era pelirroja, ojos grises y Antony era castaño oscuro con ojos verdes, yo era una mezcla de sus rasgos más fuertes.

Aquella fiesta que había organizado en mi honor, no era más que una farsa para demostrar lo buen padre que era y cuanto me amaba. Pero yo sabía el motivo oculto de dicha celebración, era para mostrar mi adultez, belleza y así venderme al mejor postor o mejor dicho futuro socio. Había representantes de diferentes industrias, todos adinerados y ambiciosos de fusionarse con los negocios de mi padre, ya que un día sin que él me viera entre a su despacho, descubrí documentos relacionados con lavado de dinero, sobornos de la contratación de obras públicas y otros negocios donde están incluidos personas del ámbito político.

El saber que esas personas me observaban como un pedazo de carne para devorar, revolvía mis entrañas. Deseaba armar tal alboroto para que se fueran, pero sabía que mi sueño de ingresar a la universidad se vería frustrado, así que no me quedaba otra alternativa que fingir sumisión. Estaba perdida en mis pensamientos que no note la cercanía de un joven apuesto, musculoso, tez trigueño y ojos ámbar.

Al mirarlo sabía perfectamente quién era pues en el colegio no había niña que no tuviera foto de él. Era Adrien Leyer, hijo del dueño de las textileras más importantes de California y con más de 15 shoppins. Al mirarlo era todo un adonis, pero su reputación con las mujeres era extensa y era sabido que solamente usaba a las mujeres para la cama, así que me aleje de él lo más pronto posible, ya que no deseaba ser su próxima víctima. Esa noche muchos muchachos me dejaron sus números y le pidieron a mi padre que tuviera citas a ciegas con ellos. A lo cual mi padre acepto, pero en su mente solo había 3 candidatos dignos para emparentar o que casualidad Adrien estaba entre ellos.

Al fin la noche horrible había culminado me retire de la fiesta lo más disimulada, pero no escape a la vista de alguien, que susurro a mi oído, ya te vas preciosa, mi cuerpo se estremeció del susto. Al voltear con una hermosa sonrisa estaba el Adrien Leyer, sentí una gran furia,lo empuje y le dije apártate de mi estúpido. Quedo pensativo pues se preguntaba que había echo mal, pues ninguna mujer lo había tratado así, más al contrario todas se le ofrecían. El rechazo de Marie Baxton creo dentro de él una gran intriga de cómo era ella y si caería a sus encantos.

Había ido a esa fiesta por obligación de su padre, ya que lo había amenazado con cortar el crédito de sus tarjetas si no asistía y ese sería el fin de su vida de libertinaje y excesos. Pero tal impacto fue ver a la joven bajar las escaleras con su vestido verde que marcaba sus caderas y sus firmes bustos medianos perfectos para complacer sus manos, la deseo y la desnudo con su mirada. Trato de acercarse a ella, pero esta lo esquivo, el se preguntó si lo conocía, ella lo ignoro y se puso a charlar y acepto los números de otros jóvenes pero en ningún momento volteó a mirarlo a el, eso le generó una mezcla de sentimientos ira, celos e inseguridad algo nuevo ya que nunca los habia experimentado. Al ver que ella se escabullia se acercó por detrás y le susurro al oído muy mala idea ya que se asusto y le dijo estúpido,lo cual lo impresionó. Dentro de él nacía un nuevo desafío conquistarla, doblegarla y que obedeciera a sus antojos porque muy en el fondo era un hombre vanidoso y no aceptaba un desprecio y un no como respuesta.

Lo que él no sabía que Marie Baxton era una mujer guerrera, segura de sí misma y con sueños nada egoístas, solo libertad para ella, su madre y cualquier mujer oprimida por sus circunstancias.

Aquella noche Adrien Leyer, no durmió pensando e imaginando mil ideas para conquistar a la joven Marie Baxton. Pues al cerrar sus ojos en su mente redundaba la palabra estúpido una y otra vez. Se preguntó para el mismo será que me habré vuelto tan idiota como para no sacar a esa mujer de mi mente. Cansado de dar vueltas se levantó y se cambió y partió rumbo a su bar favorito el Taurus.

Donde Kattya Carter lo estaba esperando en una sala vip junto a los amigos de siempre, ella se acercó lo beso apasionadamente y le entregó un Martini. Luego le dijo al oído que la acompañará a la parte más privada y más oscura de aquella habitación donde había una estrecha cama. Adrien junto a esa mujer sacó sus deseos reprimidos y tuvo relaciones con ella pero en la mente imaginaba que lo hacía con Marie Baxton. Que el cuerpo, labios eran de ella a tal grado que sin querer le dijo a Kattya: como te deseo Marie. Esta en vez de ofenderse hizo oídos sordos, pues sabia que no era lo única mujer en la vida de Adrien. Así que se conformaba con el poco cariño que él le daba, pues ella lo amaba con locura y de manera obseciva que le era imposible dejarlo a un sabiendo que no era un hombre bueno.

Luego de aquel acto él se marchó, dejándola pensativa ¿quién era Marie?.

El invierno ya había empezado y se acercaba la navidad y el año nuevo, cuan emocionada estaba porque pronto enviarían las respuestas de las universidades a las cual había aplicado. Con mi buen rendimiento académico tenía oportunidad de irme a otra ciudad o incluso apuntarme a una universidad extranjera, pero dejar a mi madre sola con mi padre y hermano me aflijia, ya que estos cada vez que podían la humillaban y la trataban de inculta e ignorante.

Después de aquella fiesta no supe nada de Adrien Leyer, pero si de los otros candidatos con los cuales mi padre me concretó citas. Luego de reunirme con ellos, se dieron cuenta que no era gentil, que carecía de modales en la mesa es más se escandalizaron al enterarse que posiblemente no les podría dar hijos por problemas en mi útero. Obviamente todo eso fue inventado y actuado por mi para no volver a verlos.

Todo marchaba perfecto había sido aprobada para ingresar a la universidad de Stanford en la carrera de leyes, mi mayor sueño se estaba cumpliendo. Faltaba 5 días para partir al Campus de las residencias de la universidad, cuando mi padre me dijo que tenía que ir a una cita en una confitería elegante, cerca del shoppin Center, obedientemente acepte no me quedaba que días para salir de mi casa y empezar mi sueño de ser una gran abogada.

Que sorpresa cuando llegue a aquel lugar y me llevaron a la mesa donde estaba el, Adrien Leyer vestido con traje azul brillante y entallado, resaltaba su figura era innegable que era muy guapo. Salí de mi trance, ceñi mi frente con mucha molestia, le dije que vaya directo al grano y le pregunte que buscaba. Con toda naturalidad con un tono suave y misterioso me contestó te estaba buscando a ti. Si yo no lo hago, tú no estarías aquí. Bien para que me quieres aquí estoy. Luego se dio uno de los diálogos más raros de mi vida

Adrien: Quiero que seas mi mujer

Marie: Que!!! estas loco hablas puras estupideces, te golpeaste, necesitas que te lleve a un doctor.

Adrien: No estoy más cuerdo que nunca, no se que me haz hecho pero desde la fiesta no he dejado de pensar en ti. Así que tienes que ser mi novia.

Marie: No si tu necesitas ir urgente al psicólogo, yo no te hice nada y no quiero ser tu mujer, novia, amiga lo que sea. Así que si me disculpas tengo cosas que hacer.

Adrien: De este lugar no sales (con tono enojado), o te olvidas de tu sueño de ser abogada.

Lo mire con asombro y susto no me lo vi venir.

Adrien: Sorprendida mi amor, se todo de ti.

Sacó una carpeta de fotos mías, en mi casa, en mi trabajo, en las citas anteriores tenia estudios médicos y académicos. Me había investigado a fondo.

Marie: Oh mi Dios, tu estas trastornado.

Adrien: No mi cielo, cuando algo me interesa yo necesito saberlo todo para ver donde estoy parado.

Marie: Bien si pusiste tus cartas a la mesa es porque necesitas algo ¿ que es?.

Adrien no enfrentaba su realidad a que ella no era igual a las mujeres que había conquistado, mira que llegar al punto de chantajearla con lo que sabía de ella.

Adrian: Ya te lo dije baby que seas mi mujer, pero no te preocupes no te forzare porque tu sólita te entregaras a mi. Por lo pronto déjame estar a tu lado y descartar a los demás candidatos de tu padre.

Marie: Que te hace creer que aceptaré, esa carpeta no es nada para mi. No es que haiga hecho algo mal.

Adrien: Que pasaría si tu padre se entera que espantastes a tus pretendientes a propósito e inventaste una enfermedad falsa. No sólo eso pretendes llevarte lejos a tu madre.

Inmediatamente dentro de mi nació un temor, de que todos mis planes se arruinaran, ¿pero como lo sabía?.

Adrien: Te comieron la lengua los ratones (sonrió)

Marie: ¿ como sabes eso?

Adrien: Hay algo que él dinero y el poder no pueden comprar?

Marie: No sabes cuanto de odio

Adrien: Si me odias es que no te soy indiferente. ¿ Que dices mi amor aceptas ser mi novia?

Marie: Dame tiempo para procesar.

Adrien dentro de su mente pensó que mujer más difícil de convencer a pesar que esta en desventaja no esta dispuesta a rendirse.

Adrien: Te doy tiempo hasta mañana, así que toma este celular que te llamare y no compartas el número con nadie.

Aun no la tenia ya tenia celos, que hablara con alguien más que no fuera el. Solo el sabe como se contuvo para no sacarla de las otras citas que había tenido.

Marie de mala gana acepto y salio como con el alma que se lo lleva el diablo, super furiosa, aturdida ante la situación.

Jamás me imagine estar entre la espada y la pared. Elegir mi libertad u olvidarme de mi sueño y no poder ayudar a mi madre. No dormí pensando que debía hacer. Así que cuando me levante tenía una super ojeras parecía un mapache. Mi madre que intuía y me conocía me preguntó si todo está bien.

Le dije que si, solo debía tomar una decisión importante. Me sonrió y me dijo siempre hay una luz al final del túnel.

Fue en ese momento que recordé que el me dijo que no me forzaria o sea que no me va a hacer nada indebido nada que yo no quisiera. Al fin había paz en mi corazón y en mi mente. Me dije a mi misma no pasa nada pronto voy a estar en la facultad y no tendré mucho tiempo para el así que va a desistir de mi. Justo en ese momento me llamo y mi respuesta fue que si aceptaba ser su novia, pero con una condición que no interviniera en mis estudios.

De mala gana el acepto, pero ahí el me tenia en la palma de su mano, pero yo no me rendiría a sus juegos y chantajes lucharía hasta el final.