El futuro es incierto, el pasado es solamente un recuerdo, pero el presente es una pequeña muestra de amargura, odió y rencor.
Terminó de cerrar la página veintitrés, del libro más aclamado en los últimos días.
Mi nombre es Alma Miller tengo veinticuatro años, mi tono de piel es morena algo bronceada, la heredé de mi abuela que era latina, mis rasgos son finos, nariz perfilada, labios algo carnosos, mi cabello es negro y cae como una cascada hasta mis glúteos, mido 1,66 digamos que soy de una estatura promedio, tengo el cuerpo con las medidas perfectas 90,60,90.
Todos adulan mi apariencia, la bella es subjetiva, y la que llegamos a poseer una belleza atrayente, no estamos dispuestas a pagar el precio por algo que no pedimos. Tener que fingir ser perfecta e inocente, una presa fácil, no es nada fácil, pero para poder ver a mis enemigos caer a mis pies, tengo que parecer inofensiva.
Me he consagrado como la magnate número uno a nivel mundial a pesar de mi corta edad. Tengo a la empresa más grande de tecnología a nivel global, soy una excelente hacker, pero eso solo mi padre lo sabe, desde pequeña fui una niña prodigio, me gradué de la universidad a mis dieciocho años, tengo varías maestrías en diferentes ámbitos, como lo son las finanzas, marketing, derecho, ciencias tecnológicas, (para mí, la felicidad es conocimiento).
Tengo un grupo élite conformado por mis mejores amigos, (de ellos hablaré luego).
Durante muchos años he estado un tanto obsesionada con Luciano Mancini, lo que siento por él no se le puede llamar amor, sin contar que hay algo en el que no me termina de convencer, por los momentos fingiré creer en él.
Mi padre es italiano, el gran Luigi Miller un hombre honesto, amable y cariñoso aunque también es un zorro viejo para los negocios, mi madre Sandra Altamirano, toda una zorra, ella jura que no se de sus aventuras, pero pronto veré derrumbarse su teatro.
Mi día comienza desde muy temprano, para ser exactos en la madrugada, mi despertador biológico me hace despertar media hora antes que mi alarma.
— Bueno alma aquí vamos nuevamente.
Apagó mi alarma antes de que comience a sonar, y voy directo a la ducha, pongo el agua a temperatura fría, me encanta sentir el frío correr por mí cuerpo es una de las sensaciones más placenteras que he tenido a mis veinticuatro años, termino mi sesión y envuelvo mi cuerpo en una mini bata de baño, me dirijo al clóset, elijo una falda azul marino hasta las rodillas y una blusa blanca de mangas holgadas, me coloco unos tacones color naranja de aguja, y estoy lista para comenzar mi farsa.
Al recorrer con mi vista la inmensa mansión, trato de vislumbrar a mi padre, al terminar de bajar las escaleras, no puedo verlo, debe de estar en el comedor principal, al llegar lo veo tan imponente como siempre.
— ¿Cómo amaneció el hombre más guapo de este mundo?.— Con una gran sonrisa me lanzó a sus brazos como niña chiquita, amo está sensación cuando estoy a su lado, el es el único motivo del porque no me rindo.
— Mi amore bello, ¿cómo está la luz de mis ojos?.— El abrazó de mi padre es un recordatorio de su inmenso amor y protección.
— ¿Y para mamá no hay abrazo, mi pequeñita?.— Con una gran sonrisa hipócrita Sandra abre los brazos, está mujer me repugna cada día más, solo le gusta "usarme" para su beneficio.
— ¿Cómo amaneciste, madre?. — Escupo las palabras lo más natural posible, le doy un pequeño abrazo, no es como si pudiera ignorarla por completo.
La muy descarada cree que no sé qué engaña a mi padre, conmigo se puede meter todo lo que quiera, pero con los míos no.
— Princesa te quedas a tomar el desayuno.— Mi padre es un ángel, siempre interviene en el mejor momento.
— ¿Cómo me voy a negar al ver la sonrisa más bella del mundo?.
– Mi cielo, no has considerado, que ya estás en edad para casarte.— Mi ceño se frunce levemente, en momentos no puedo evitar ser tan expresiva, está mujer acaba de enloquecer, ¿en que tiempos se cree que estamos?, Si piensa que se va a deshacer de mi tan fácilmente, está loca.
— Puedo presentarte un buen partido, alguien que no te vaya a hacer daño, o que quiera estar contigo solo por el prestigio de la familia.— Así que no quieres alguien de tu misma calaña, que hipocresía tan grande.
— Cómo quisiera cumplir tu deseo madre, pero ninguno es digno, no busco a alguien por dinero si no por amor.— Eso ni yo misma me lo creo. Hago un pequeño puchero, viéndome lamentable, que siga soñando que me casare con alguno de sus amantes, que asco me da.
— Sandra deja a la niña, además vamos a desayunar que se nos hace tarde, el tiempo es corto y no espera.— Otra vez fui salvada por la campana.
1 En la empresa Mancini se estaba desarrollando una conversación bastante peculiar, dicha que marcaría el destino de los presentes.
— No dudo de tus capacidades, siempre has sido el mejor ¡todo un ganador, mi orgullo!
El hombre hablaba inflando el pecho con aparente orgullo, seguro de sus palabras.
— Te confieso que la idea de casarme me desagrada.
Expreso al hombre con desagrado.
— Pero lamentablemente necesitamos a esa mojigata pará nuestros planes a futuro. Puedo asegurar qué caerá tendida a mis pies, y si no, pondremos en marcha el plan B.
Dijo con molestia Luciano Mancini, a él, le repugnaba el matrimonio y más si era con alguien que no deseaba.
— Así será hijo, ya verás que la suerte está de nuestro lado, Aunque tienes qué reconocer qué tu futura esposa está hermosa, aparté de ser la CEO número uno en el mundo de los dispositivos tecnológicos para personas con discapacidades.
Respondió Francesco Mancini con tranquilidad, este era un hombre bastante ambicioso capaz de todo por poder.
— No lo niego... Tiene un cuerpo precioso pará ser natural, pero sabes que me desagrada su color de piel, de solo pensar en tocarla me da asco, prefiero las mujeres de piel blanca, no una negra como esa.
Espeta con asco y rabia Luciano, el era bastante clasista y racista, y de solo pensar que tenía que besarla, le daban grandes arcadas. Él era un manipulador nato, un narcisista en potencia, tenía el don para hacer cambiar de parecer hasta los demonios.
— Debes de tener paciencia, hijo solo será hasta qué tengamos en nuestro poder su empresa, aunque si tanto te desagrada me la puedes prestar a mí, yo con todo gusto le hago el favor jajaja.
Expreso Francesco relamiéndose los labios, soltando una risa burlesca.
— Qué asqueroso eres, pero si la quieres te la puedo servir en bandeja de plata esta noche, hasta debe de ser virgen.
Luciano nunca la vio como mujer, si bien en el pasado era sólo una amiga, ahora su padre quería que el contrajera matrimonio con ella.
— Sería un verdadero placer. Arregla todo para qué está noche sea mía, luego le hacemos pensar que fuiste tú quién la tomó.
Francesco estaba fascinado con la idea de tener a alma entre sus sábanas, la mujer era hermosa, su hijo era un idiota por dejar pasar esta oportunidad, pero él no sería tan imbécil y dejarla pasar.
— Cómo gustes, padre.
Respondió Luciano casi en automático y sin una pizca de emoción
Luciano sale de la empresa a poner en marcha su plan, por otro lado en la empresa A&M propiedad de Alma, Luigi se dirige a la oficina del CEO
— Buen día, Licenciada donde se encuentra la CEO.
Luigi pregunto con calma.
La secretaria quedó atónita con la presencia y belleza del hombre, era tan imponente que quedó sin habla, se metió tanto en sus pensamientos que no se percató que no había contestado la pregunta.
— Señorita le estoy haciendo una pregunta, ¿por qué no me responde?.
Definitivamente Luigi ya estaba perdiendo la poca paciencia, le atribuyó su falta de tolerancia a la edad.
Sin que Luigi lo notara, una mujer de unos treinta años, rubia de ojos grises, cuerpo curvilíneo y estatura promedio se acerca a ellos con fuertes pisadas haciendo retumbar sus tacones de forma elegante y firme, con voz firme intervino ante la situación.
— Buenos días.
Posando su mirada de manera dominante hacia la secretaría dijo: Licenciada Vanessa, me puede explicar qué es lo que está pasando aquí y ¿quién es el caballero?.
La secretaría atónita por la mirada penetrante de la mujer se quedó congelada, sabía muy bien quién era, y no debía meterse con ella.
Por su parte, Luigi quedó hipnotizado por la belleza de la mujer, hace años no se sentía tan atraído por una, hasta, estaba comenzando a dudar de su sexualidad.
POV Luigi
Tiene unos ojos hermosos, hace treinta años no veo unos ojos así de impresionantes, pero es imposible que sé la misma persona, no puedo negar qué es una dama hermosa, tan refinada, sensual, autoritaria, sin duda es una belleza, dichoso el hombre que esté a su lado, pero que gilipolleces estás pensando Luigi, podría ser tu hija además recuerda que eres un hombre casado.
Se regañaba Luigi por los pensamientos impuros que tenía hacia la joven.
— Carraspeó un poco mi garganta al ver la situación tan incómoda, poso mi vista en la hermosa desconocida, y decido romper el incómodo silencio.— Buenos días... Permítame presentarme, soy Luigi Miller y vine a ver a la CEO, pero la licenciada, aquí presente.
Dijo dándole una mirada fulminante a la secretaria.
— No ha dicho ni una sola palabra, y lo que menos me gusta es perder tiempo.
Sería ante la situación, la mujer contesto.
— Es un honor conocerlo en persona, lamentó su pérdida de tiempo y le aseguró qué no volverá a pasar tal incómodo inconveniente, si gusta puede acompañarme por favor, lo guiaré hasta la oficina de la CEO. Señorita Vanessa, para la próxima, el caballero pasa directo a la oficina de la CEO, entendido.
Tartamudeando con voz temblorosa respondió la secretaria qué sintió alivió cuándo la rubia se marchó.
— S..si Directora Raquel, entendido discúlpeme
— En la oficina Alma estaba sentada sumergida en una torre de papeles analizando cada una de las propuestas para la creación de nuevos dispositivos, un sonido detrás de la puerta la saca de su concentración.
— Adelanté
— Mí princesa, necesitamos hablar de un tema muy importante.
— Padre no sabía que vendrías, toma asiento, Raquel hazme un favor, cancela todas mis citas y que nadie se acerca a mi oficina.
— Enseguida, señorita me retiro.
— Verás hija es un asunto muy delicado y necesitamos total privacidad.
— Acompáñame padre.
Se dirige a un estante repleto de libros y al retirar un libro del estante del medio, se abre una puerta.
— Soy el programa de protección Iris, iniciando el sistema de reconocimiento celular en tres, dos, uno._ Alma tenía a un IA (Holograma de inteligencia artificial), resguardando su seguridad
Iris comenzó a escáner completamente el lugar, dejando sin palabras al gran Luigi Miller.
AUTORA: Una duda que quería aclarar, la empresa de Alma es de tecnología y crea diferentes prototipos médicos para personas discapacitadas, la de Luigi es una red de cadenas hoteleras por todo el mundo.
— Sistema de reconocimiento finalizado, bienvenida magnate, desea ingresar sola o en compañía de su padre.
—Hola, Iris, deseo ingresar con mi padre, ¿alguna novedad?.
— Intentaron hackear las cuentas bancarias, los expulsé arrojando un virus que colapsó sus dispositivos, la ubicación satelital era c************.
— Excelente trabajo iris, de eso hablaremos después, dame acceso al laboratorio.
— la gran pared de acero con titanio comenzó a abrirse, dejando a la vista un hermoso pasadizo qué la conectaba directo a un elevador, una vez dentro del elevado llegaron hasta la plata baja y sin ser visto.
Ya qué iris tiene acceso a toda la empresa, entraron a una oficina vacía en la cual Iris abrió una especie de túnel subterráneo que se fue alumbrando ante la presencia humana, dejando a la vista unas hermosas escaleras de madera en forma caracol.
A medida que ambos visitantes Iván avanzando se podía visualizar un laboratorio de alta gama, nunca antes visto, todo el equipo que se encontraba en aquel espacio tipo búnker fue diseñado por Alma y construido por viejos amigos de ella, Karim (el ruso ), Malec ( el árabe ), y kang tae mo ( el chino) juntos eran las cuatro fuerzas.
— Hija, nunca imaginé que podrías construir un lugar así de fascinante, te felicitó
Luigi se regocijaba por los logros de su hija.
— De este lugar solo saben quiénes me ayudaron a construirlo, tú, y una persona más qué aún no puedo revelar su identidad, espero qué me entiendas papá, y no estés molestó conmigo.
Alma se sentía la peor hija del mundo por tener que guardarle secretos a su padre, pero era algo muy necesario .
— ¡Pero Qué cosas dices, nunca podría molestarme contigo mi niña!
— Me tranquiliza saber eso, padre ven y toma asiento, dime qué es que te tiene preocupado.
Los dos se sentaron en un hermoso sofá de cuero negro.
— Sólo quiero que me escuches en total silencio y después podrás hacerme todas las preguntas que quieras.
— Está bien padre, soy todo oídos.— porqué será que presiento que todo lo que me dirá, cambiará mi vida.
— Te contaré una historia un poco larga. Cuándo tenía quince años, tomé uno de mis autos y salí rumbo a la casa de mi mejor amigo, eran alrededor de las 7:00 pm, estaba tan concentrado qué no me percaté de qué me venían siguiendo.
— Cuándo me di cuenta era porque unos autos estaban de frente impidiendo mi pasó, unos maldito chinos comenzaron a golpear alrededor del vehículo obligándome a salir.
— Me golpearon hasta que me arrojaron a una cajuela, pero los muy idiotas se distrajeron con una llamada y todos se fueron dejándome allí atado de mis muñecas y mis pies, no sabía cuál era su verdadera intención, pero no contaron que una niña de tan solo Cinco añitos qué deambulaba en las frías calles de Italia, toda sucia y hambrienta, me brindara su ayuda.
— Ella vio todo lo que estaba pasando, en el descuido de los muy malditos, aprovechó para escabullirse en la cajuela y soltar mis cuerdas con una navaja, cuándo estábamos por salir los muy mal nacidos la golpearon con el arma dejándola inconsciente yo corrí y la cargué, los malditos le apuntaron en su cabeza y me arrastraron con ella en mis brazos hasta la camioneta, nunca pensé que ese era él comienzo de un infierno para los dos.
— Esa noche nos encerraron en un galpón abandonado, sucio, húmedo y con un pedazo de colchón todo roto, la pequeña temblaba en mis brazos del frío y por la fiebre, me quite la camisa la abrigue con mi cuerpo y con la camisa trataba de cubrir lo más que podía su piel.
— Ellos querían lavar dinero en la empresa de mi padre, él se negó y por ende yo estaba pagando las consecuencias.
— Pasamos una semana entera así, me daban solo una comida al día la cual prefería darle la mayor parte posible a la pequeña de hermosos ojos grises que me acompañaba.
— Esa semana fue un infierno, me golpeaban, me apuñalaron más de una vez, destrozaron mi cara a golpes, sólo venía el doctor a curar mis heridas para no terminar muerto, me querían vivo eso era seguro, cuándo intentaba escapar con mi pequeña, me terminaron atrapando, me sentaron en una silla y me ataron con cintas metálicas, arrojaron un balde de agua con hielo me pusieron cables y comenzaron a darme fuertes descargas eléctricas.
— Esa noche quedé agotado, mi pequeña se arrulló en mis brazos tratando de consolarme, ella me daba paz en medio de ese infierno.
Una sonrisa melancólica se formó en los labios de Luigi.
— Uno de los hombres entró al galpón drogado, me dio un golpe en la cabeza con el arma y me arrebato a la pequeña de los brazos yo estaba muy débil.
Explica sollozando
— Ella gritaba desesperada pidiendo mi ayuda mientras el mal nacido le desgarraba sus ropitas viejas.
Hizo una pausa mientras trataba de contener las lágrimas.
— Cuándo ese hijo de puta se estaba desvistiendo para abusar de ella, en un intento desesperado por salvarla me abalancé sobre el hombre que tenía a mi pequeña desnuda.
— Logré alejarlo de ella, me golpeó tantas veces, pero el amor que le tenía a mi pequeña era tan grande qué no me permitía quedar inconsciente, golpe tras otro, yo sólo escuchaba la dulce voz de esos hipnotizantes ojitos grises.
— En uno de esos tantos golpes volteé a ver a la pequeña que corrió hacia mí intentando socorrerme, el bastardo la golpeó provocando que ella callera inconsciente, me partió el alma verla así, no sé dé dónde saqué fuerzas y le arrebate el arma, le di un disparo directo al corazón... Fue la primera vez que mate a alguien.
Por las palabras de su padre, Alma entendió que no había sido la última vez, en que le había arrebatado la vida a un ser humano.
— Arrastrándome en medio de un charco de mi propia sangre logré llegar a donde estaba mi linda pequeña inmóvil, cómo pude busque mi camisa se la puse tapando su pequeño cuerpecito todo maltratado por los golpes y la fuerza que ejerció el bardo en ella.
— La abrace con las pocas fuerzas que me quedaban, los muy hijos de puta no tardaron en hacerse presente, los malditos nos iban a disparar, jajaja.
Una risa amarga y casi vacía salió de los labios del hombre.
— Pero los distrajo una balacera qué se escuchaba en la parte de afuera, cómo pude me arrastre con mi pequeña en brazos para escondernos detrás de unos cajones de madera.
— Los disparos siguieron sonando por un aproximado de media hora, hasta que ceso el ruido, unos minutos después las puertas de galpón se abrieron, yo seguía abrazado a mi pequeña en cuánto una pareja de asiáticos nos tendieron la mano, esas personas nos ayudaron a salir de allí, contacté a mis padres para que vinieran por mi y mi pequeña, debido a que yo era muy joven la pareja que nos ayudó se quedó con ese hermoso ángel que me mantuvo con vida.
Un silencio reina en el laboratorio, en medio de mi llanto, corro a los brazos de mi padre para abrazarlo, no me gusta ver cómo sus lágrimas bañan su cara. — Ya todo está bien, estás aquí conmigo, padre perdón que te haga estas preguntas en un momento tan duro como este ¿qué fue de la pequeña? ¿Has vuelto a hablar con las personas que te ayudaron? Y por último ¿Por qué me cuentas esta parte tan dolorosa de tu pasado ?
Limpiándose las lágrimas Luigi respondió con tristeza.
— Hija, yo me sentía tan culpable de todo lo que le pasó a esa pequeña niña que les pedí que la cuidarán con su vida y que nunca le dijeran quién era yo; sin embargo, todos los años sin falta en su cumpleaños me enviaban una fotografía de ella, hasta que me casé con tu madre desde ese momento ya no volví a recibir fotos de ella, sin embargo, cada año en su cumpleaños le mandaba un presente diseñado exclusivamente para ella, estoy en constante comunicación con ellos.
Suelta un largo suspiro.
— Quería que supieras todas las razones por la cual te sobre protejo.
Alma Algo dudosa se atrevió a preguntar más.
— ¿Por qué siento que hay algo más, padre? ¿o me equivoco?
Luigi suelta un suspiro de resignación, su hija no era tonta y eso él lo sabía muy bien.
— Claro que hay algo más, cariño, esas personas que me salvaron hace Treinta años, tuvieron un hijo, a causa de un secuestro que le hicieron al pequeño cuándo tenía dos años, perdió el habla por completo debido al trauma que le quedó y a pesar de los años no volvió hablar, hasta que tú mi cielo, lo hiciste posible.
Mira con una gran sonrisa a su hija.
— Padre, no me gusta para nada la sonrisa del gato de Alicia en el país de las maravillas que tienes.
Espeta algo confundida. ¿por qué será que siento que trama algo?.
— Verás mi princesa, el dispositivo que desarrollaste pará personas mudas, te pedí el primer prototipo para él, a pesar de que su voz ahora es robótica le ha sido de mucha ayuda, tanto así que queremos hacer una alianza entre familias solo si tú quieres.
— Si aceptas, sería el hombre más feliz del mundo.— ave María échame una ayudita que mi hija pueda aceptar.
Dice para sí mismo Luigi, quién sabía que su hija no era tan dulce y tonta cómo todos creían, el sabía que el viejo zorro de su padre le había enseñado algunas cosas, lo que no sabía era cuánto, hasta que entró en el laboratorio.
— Suena interesante padre, a que se dedica su familia y cuál es el trato.— Me intriga saber quiénes son y sin son de mi utilidad mucho mejor, pero porque me intriga tanto saber quién es ese hombre misterioso.
Cómo carajos le digo ahora que son mafiosos, piensa rápido Luigi tu hija no es tonta.— Alma en esta vida aprendí a no juzgar a nadie, en ocasiones las personas que creemos buenas no lo son del todo, y las que creemos malas solo es una simple fachada, una vez leí que el Ángel no era tan santo como todos creían y el diablo no era tan malo y….. fue interrumpido.
— Al grano padre; dime cuál es la famosa alianza y quienes son esas personas.
Sudando frío.
— Hija verás este...
CONTINUARA...
¿CUÁL SERÁ LA DICHOSA ALIANZA?
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