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Renací Para Ser La Concubina Del Emperador

Capítulo 1: “soy la guerrera renacida"

Ser bibliotecaria debe ser aburrido. Ya que para mí no lo es... Soy apasionada por la literatura y más de la época antigua. Donde el ambiente se situaba entre la era de los emperadores, las batallas y las bellas mujeres que son acompañante de dicho personaje. Ahora me atrapó un libro que de hecho, ocurrió de verdad, esta historia está basada en la vida real de hace 500 años atrás... Resumiré el relato, era de los tiempos donde la guerra era constaté por tomar el territorio, un emperador que venía de la dinastía del dragón gana mucha de esas peleas, su fuerza de combate eran asombrosas... Con cada victoria, se llevaba a una mujer del bando opuesto como trofeo. En total, se llevó a tres hermosas doncellas, la primera era Sayuri, pelo negro y largo, siempre cargaba con una gracia de princesa... Aceptó su destino como la primera concubina. La segunda se llamaba Saori, ella es la razón del porque empecé a leer, su retrato se parece exactamente a mí... Ella odiaba por completo al emperador, por obligarla a vivir como su esclava sexual. Saori era una buena luchadora, pues una vez luchó contra él en la batalla donde se conocieron. Ella perdió fácilmente, junto con su orgullo, de ahí viene su rencor... Y la última que con solo su presencia hizo que el emperador ya no quisiera más a sus dos concubina... Llamada Mizuki, comparándo su gran belleza con la luna llena, cabellera blanca y su piel como la nieve. Se dice que también perdió la pelea con él y se rindió para dejar de derramar más sangre incensaria. Siendo una princesa, también le ofreció más territorio, por el simple hecho de hacer a su país más beneficiados...

Mizuki se convirtió en emperatriz a las pocas semanas después, pues no solo su belleza opacaba a la demás. Inteligente y sabia era una de su muchas virtudes. Era de esperarse que el emperador quedará tan encantado con su presencia... ¿Que pasó con las otras concubinas?... La primera, que es Sayuri, intento matar a su competencia por puro celos, su sangre hervía tanto por ver como él emperador ya no la quería... Su víctima número uno fue contra Saori. La espada no era una opción ya que ella sabía combatir, un veneno en su té la envío directo a su muerte. El emperador ya no sentía nada por ella así que le dió igual su fallecimiento. Sin embargo, una noche, Sayuri entro a la habitación de Mizuki eh intentó apuñalala en el pecho, en eso, entra él, quién si le toma importancia ya que iba en contra de la mujer que amaba, de inmediato la atrapó y la mandó a ejecutar...

Cerré el libro, aún me faltaba páginas por leer, pero no me pareció bien la muerte de Saori. estúpidamente murió. Tenía mucha fe en ella de que pudiera cambiar su destino pero solo se quedó como una inútil por su odio contra el emperador... Subí las escaleras para colocar el libro en lugar alto dónde iba él, una vez logrado mi objetivo, bajo solo un escalón... Cuando de repente perdí el equilibrio junto con la escalera que cae al piso, tuve la oportunidad de sostenerme del estante de libros. Me relaje un poco... Pero el sonido alarmante de que el objeto se estaba inclinado para caerse me pone en pánico... ¡Ay, no!... ¡Voy a morir aplastada!... Eso fue lo que pensé hasta que en el aire veo el libro que leí hace rato abrirse por la mitad y sofocarme con una luz cegadora... ¡¿Que diablos?!

— argh... ¿Que fue lo que pasó?

— Saori... ¡Saori–sama!— pronunció alguien angustiado. Abrí mis párpados.

Me senté a medias— ¿Donde estoy?— luego escucho guerra a mi alrededor, fue cuando caí en realidad que estaba en un campo de batalla, la tierra infértil, el cielo oscuro y gritos de combates era mi nuevo ambiente. Un pulsante dolor de cabeza me ataca... Sujete con ambas manos mi cráneo—... Soy... Saori...— los recuerdos ahora era míos.

— ¡Ahí viene el emperador Ryuken!....— gritó uno de mis compañeros... ¡¿Ryuken?!... Ya veo con toda claridad. Renací en Saori y es ahora donde conoceré al emperador. Sí la vieja Saori no aprovechó esto, yo sí. Demostraré que este personaje vale por mil. Me levanté del suelo, y saqué mi espada...

— ¡Saori–sama!... ¡No podrá contra él!... ¡Se escuchó que el es un gran guerrero que no ah perdido ni una batalla...!

— rumores son rumores, señores... Y yo lucharé contra él— por suerte, los recuerdos vienen con habilidades de combate. Caminé ignorando la batalla al mi alrededor. Veo que está montado en su caballo, tenía puesto su casco impidiéndome verle el rostro, dicen que el muy apuesto, pero no caeré en su encantos... Preparé mi arma. Cada vez estába más cerca, ¡Aquí voy!... Se quita el casco... En ese momento quedé impactada. Sentí como cupido lanza una flecha directo a mi corazón. Su sonrisa es tan angelical, sostenía su lanza a un lado... Lo hace ver tan gloriosos.

Nuestras miradas chocan... Seguido de un grito de mis compañeros.

— ¡Saori–sama, atrás de usted!...— me giré completamente para detener el arma de un enemigo. Las espadas vibran con el impacto. Parecía confiado, ya que me ve con una risa, en eso, utilizo una técnica para quitarle su arma de la mano y lanzarla lejos en el aire... Acorralado él estába, más yo le hacía retroceder con cada paso que daba, alcé mi espada para no mostrale piedad...

— ¡Detene!...— grito aquel hombre tan agraciado... Se baja del caballo y se acerca a mí — no tienes porqué seguir luchando, tu bando ya ah perdido. Ríndete ahora.

— aún sigo yo de pie...— fruncí el ceño y adopté una posición de combate.

— no por mucho...— me embiste con su lanza desde una distancia para yo no atacar contra él... Desvíe su alabarda a un lado y corrí a su frente, el se protege de mi espada con su lanza... Podía sentir la fuerza de presión. ¡Tiene una resistencia impresionante!... El ve una apertura en mí y patea mi estómago. Rodé por el campo de tierra, detuve ese movimiento con mis pies y manos. Me levanté de inmediato tomando mi espada y volviendo a la lucha. Con cada estocada de ataque que le ofrecía el la detenía por completo. No le muestro nervios por ir perdiendo, si lo hago, le daría una clara ventaja... El declara lo siguiente....— creó que ya te di mucho provecho. Es hora de terminar con esta absurda batalla.

— ¿A que te refieres?

— ah ésto...— voltea rápidamente su lanza al otro extremo que no tiene nada filoso y golpea fuertemente mi mano con que sostengo la espada, la suelto de inmediato al sentir la corriente y el dolor agudo... Me temblaba y no podía tomar nuevamente la espada... Sin embargo, aún me mantengo parada— ya ríndete...

— no lo haré. Que clase de guerrera se rinde cuando se lo piden, aunque me caiga cien veces, me levantaré otra vez...— el guerrero se acerca más hacia mi, tan cerca que hace que yo suba la mirada para no perder contra su vista tan seria y vigorosa.

— ¿Cuál es tu nombre, guerrera?

— Saori.

— bien, Saori. Tu valentía al luchar en esta corta batalla ah sido reconocido por el emperador que ahora quiere que tú seas su concubina. Sí lo haces, perdonaré la vida de tus compañeros restantes.

Nota : para lo que no entiendan lo que significa el sufijo de “sama"... se utiliza en situaciones muy específicas hacia personas que tienen un estatus elevado o con sumo respeto.

Gracias por leer 😁 una historia original de Afrodita 💓

capítulo 2: “ en la boca del lobo"

— aceptó— dije yo con determinación — pero solo si el emperador me concede combatir otra vez con él. Como expresé, yo no me rendiré hasta que le gane en una pelea.

— de acuerdo. Me gusta la mujeres de gran valor — hice un esfuerzo por no sonrojarme en su comentario —... Pero hoy no será. Gané este territorio como podrás ver. Y tengo intenciones de celebrarlo. Sígueme — me ofrece su mano para guiarme a su caballo. La tomé... Me sube a su corcel para después el hacer lo mismo... Grita con su lanza en el aire— ¡Soldados!... ¡Con ésto suma dos batallas ganadas!... ¡Volvamos a nuestra tierras a festejar!— los gritos de gloria resuenan en el campo. Como el prometió, dejo a los pocos compañeros que quedaban.

Duramos más de una hora por el camino, para así llegar a su territorio. Cayó la noche eh íbamos por un sendero en la montaña, desde ahí podía ver el gran castillo que se supone que a partir de ahora será mi nuevo hogar.

Sin darme cuenta, apretaba la ropa del emperador Ryuken...

— ¿Que?... ¿Nerviosa?

— no lo llamaría así. Emocionada diría yo.

— si estás tan cautivada por eso, espera a conocer a tu compañera de labor...— ya sabía de quién se trataba, Sayuri. Al principio, ella no le toma importancia a Saori, pues odiaba al emperador y siempre se mantenía lejos de él. Pero ahora, no creo que sea posible separarme de Ryuken. Sé cuáles son sus intenciones y podré protegerme ante ella... Abrazaba a este hombre como si fuéramos pareja, pege mi oído a su espalda, su voz fría me da escalofríos— no te apegues mucho a mí. Como fácil te conseguí, fácil te puedo desechar... Y es mejor para ti no sentir nada en el momento de que ya no te necesite...

Para mí, sus amenaza son vacías. Estoy dispuesta a que el sienta algo muy fuerte por mí, que cuando venga Mizuki, el solo tenga ojos para esta concubina. Aún tengo meses para ese suceso... Llegamos a la entrada del gran castillo imperial. El me baja y le pide a una de las criadas que me lleve a cambiar de ropa después de duchar mi cuerpo lleno de humo y tierra de la batalla. Caminé junto con ella y miré encima de mi hombro como el se quedaba hablando con uno de sus soldados. La criada quita las capas de ropa sucias y negra... La quema en la chimenea. Colocándome una bata de seda blanca para llevarme al baño. Después del todo el proceso de limpieza. Me lleva a otra habitación donde dos chicas más ayudan en ponerme la vestimenta tan fina, combinándolos con los adornos sencillo que ponían en mi cabello.

Quedé lista. Me mire al espejo y quedé anonadada por el asombroso parecido que tengo con el personaje de Saori. A lo mejor, ella era mi antepasado y por eso puedo estar en este cuerpo...

— señorita... Por favor sígame, la celebración ya ah empezado y el emperador requiere de su presencia.

— iré de inmediato.

Seguía a la criada en el amplio corredizo que desde esta distancia podía escuchar la personas hablar con gran gozo... Mi guía empuja la gran puerta... No sabía que mi presencia podía dejar el salón completo silencio. Veía al emperador Ryuken sentado en su gran trono al final de dicha sala, también detallaba que había gente de la alta sociedad y de rango superiores solo con verle los trajes tan elegante y sofisticado... Ryuken se levanta...

— Saori... Ven conmigo.

Mientas que iba director a su trono, podía escuchar los susurros de los invitados presentes...

— ¿Una nueva concubina?... ¿Como lo tomará Sayuri?

— como si ella fuera la emperatriz para opinar lo que el emperador haga. Además, está nueva concubina es una excelente guerrera por lo que escuché de su majestad.

— y no solo eso. Su belleza se refleja a la inocencia misma. Algo que cualquier hombre quisiera tener, pero no todo la pueden poseer... Excepto su majestad, el emperador Ryuken.

Pensé que serían críticas, sin embargo, no lo son. Algo que me da ventaja si empezaré a vivir en este palacio como una de las acompañante del emperador. Mi visión se desvía a una dama que se parece a una princesa por su ropa, sin duda alguna, era Sayuri. Ambas miradas se cruzan y me dedica una mueca de odio torciendome los ojos.

Al parecer no le gusto que toda la atención se fuera a mí... No me preocupó por ella, tengo un plan perfecto reservado. El emperador baja las escaleras de su gran trono, yo le esperé al pié del primer escalón, cuando me toma de la cintura y me presenta a sus colegas..

— ¡Queridos compañeros, hoy es una noche que hay que celebrar!... ¡Hemos expandiendo más nuestro territorio con la victoria de hoy!...¡Y como muestra de nuestro triunfo...— afinca más su mano en mi costado...— ¡Tomé mi trofeo como recompensa!...— ¡¿Trofeo?!... Tengo dignidad señores y no tolerare ésto.... Quité su mano de mi cintura y fruncí el ceño a otro lado... El ve eso y con solo un gesto de su mano hace que todos vuelvan a su rutina en la fiesta. Toma fuertemente mi mano y me lleva a un pasillo desierto... Una vez lejos de las personas me pregunta con su tono gélido—... ¿Que diablos te pasa?...

— no soy tu maldito trofeo.

— perdiste ante mí, y te reclamé como uno.

— jamás me rendí. Y si lo hice fue para que dejarás a mis camaradas en paz. Por eso, en el momento de que vuelva a luchar contigo, ganaré.

— oh, vaya. Tendré que entrenar el doble desde ahora solo para combatir con una mujer que perdió tan fácil, y que no significa nada para mi...

— el tiempo dirá eso, emperador.

— ¿Que insinúas?... ¿Que yo podría enamorarme de ti?...— me atrapa contra la pared, sube su mano acercándose a mi nuca, su rostro se pega más al mío y aunque yo viera a otro lado un poco sonrojada, podía percibir su sonrisa de malicia...— cariño... No te sientas tan importante. Pues ante mis ojos solo eres una concubina con que pasaré ratos de placer y nada más.

— solo le diré algo, emperador... Se está metiendo a la boca del lobo y no dudará en comerlo...— aproveché lo cerca que estábamos y le robé nuestro primer beso... Aún no había cerrado los ojos y pues mirada su expresión tan sorprendida...

Gracias por leer 😊 una historia original de Afrodita 💓

capítulo 3: “luna menguante"

De imprevisto los abracé tomando su cuello. Él se separa de mi y retrocede un poco. Habla seriamente.

— como te atreves...

— ¿Acaso no lo dijo usted, que solo sería su concubina de placer?

— cuando yo lo desee... Saori— con cada paso que daba el se echaba para atrás...

— ¿Por que huye de mí, su majestad?... ¿Me tiene miedo?— se detiene en seco, frunce el ceño y camina velozmente a mi frente... Me toma por la espalda pegándome a su pecho...

— no. No te tengo miedo. Te haré ver lo equivocada que estás...— el toma la iniciativa y me besa desatando el moño de mi vestido... Quita la primera capa de ropa que llevaba.

— ¡Espera!... ¡¿No es mejor que me lleves a una habitación más privada?!— el me sonríe de lado y extiende su mano para deslizar la puerta mostrándome un cuarto...

Vuelve a mi, empujándome adentro de ella. Me frenó en la entrada al ver una cama lo suficiente grande para los dos... Al parecer lo tenía ya planeado desde el principio. En el momento de yo escuchar la puerta cerrar, el viene y se desnuda quitándose poco a poco las prendas de ropa, nada más se queda con el pantalón puesto. No podía creer lo que estaba viendo, un abdomen bien definido y marcado, pechos de acero y un buen torso... Quedé en pause al ver todo eso, y sin contar lo que oculta bajon de esa última vestimenta. Da paso y se detiene cuando me tiene delante. Despoja más ropa de mi cuerpo, hasta dejarme completamente desnuda, suelta el lazo de mi cabello y lo esparce. Se apodera de mi cuerpo y lo une con el suyo. Trague saliva al sentir su calor corporal, más el tacto de su músculos... Utiliza un poco de su fuerza para acostarme directo a la cama.

Solo me da unos besos corto en la boca, para así bajar a mis senos... A uno de ellos lo lame lentamente mientras que al solitario lo masajea estrugandolo con suavidad. Yo acariciaba su cabeza y daba unos pequeños gemidos. Su lengua se queda afuera y recorre mi abdomen, descendiendo a mi zona íntima. Está vez, gemí con ganas, su lengua se desplazaba por el medio de eso labios dándome el gran placer al llegar a ese punto, no se detuvo para nada y entre todo ese deleite, mis piernas empezaron a temblar...

— n-no te detengas....— y efectivamente, no lo hizo. Ya casi llegaba a mi final con la llegada de un orgasmo. Antes de sacarlo, el se levanta de ahí... Una gran liberación sentí después de eso...

— fue un buen calentamiento.

— ¿Eh?— se saborea los labios, colocándose en rodillas baja la cremallera de su pantalón. Miré alzando un poco mi vista y me llevé un grito sin voz... No diré porque. Ya que no hará falta. Acosté nuevamente mi cabeza a la almohada y observé el techo, que luego lo veo a él, vuelve a juntar sus labios con los míos y me da unos apasionantes besos. Junta mis muñecas y la afinca más arriba de mi cabeza... Se aleja de mi boca, y se inclina en mi cuello... “aqui voy"... Fue lo que susurro en mi antes de meter su erección dentro de esa parte. El sostenía aún mis muñecas en su sola mano, mis dedos se retorcían con cada movimiento que me ofrecía con su caderas tan activas... Me dejaba sin habla, ya que sólo jadeaba deseando más y más... Los más satisfactorio de esto era que el igual gemía con gran placer cerca de mí oído... Ahora sube de velocidad mientras yo lo abrazaba con las piernas apretándolo....

Una vez más, llegué a ese punto donde liberas todo de un solo golpe junto a él... Suspiraba cansada.

— aún no hemos terminado. Será toda la noche por atreverte a muchas cosas que no tolero.

— ¡¿Como?!...— levantándose de mi, me hace voltea boca abajo y subiendo mis caderas mas abajo de su vientre... Toma ambos lado de mi cintura y retoma su miembro adentro pero en el otro agujero...

Habla a la vez que me daba sus estocadas con ganas.

— será una noche larga para ambos...

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Ya era más de la madrugada. Saori se encontraba durmiendo con gran cansancio en todo su cuerpo. Ryuken solo estaba sentado cerca de la ventana mirando las nubes tapar a la luna menguante. Cargaba una pipa en mano más su trago de licor que lo acompañaba en el suelo... Contemplaba el cielo agotado, no por la actividad física de hace rato, si no por otros deberes que tiene que atender como emperador...

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Nada más al escuchar a los pájaros cantan, lentamente abrí mis ojos. Seguido de un sufrimiento en todo mi ser... Ahora que lo recuerdo, Ryuken no tuvo piedad contra mi. Otra vez perdí, sin embargo, jamás había sentido ese gran placer... ¿Que será cuando me tome con sentimientos que no sea de lujuria ni de capricho?... subí mi cuerpo hasta adoptar la posición de sentada. Estiré mi cuerpo sacando un bostezo largo... Supongo que su majestad se fue temprano.

Tocan la puerta— Saori–sama. El emperador requiere de su presencia... Vengo para atenderla...— desliza la puerta y la cierra de nuevo, la criada traía consigo una muda de ropa para mí...— por favor, sígame a la otra habitación donde hay un baño y pueda sacarle el sudor de su cuerpo...

Limpia y fresca me encontraba. Esa ducha fría me espabilo por completo y dándome las energías suficiente para seguir. Caminaba detrás de la criada y antes de llegar al lugar donde el emperador se hallaba, una mujer sale de ahí toda furiosa con los pasos rápidos, era Sayuri con una rabia en su rostro al verme seguir mi camino hacia su majestad. Algo le diría él sobre mi que no le agradó para irse con ese rencor.

— su majestad. Le eh traído a Saori–sama.— me hace pasar y luego nos deja solo en la habitación. El me mira desde su asiento y hace un gesto con su abanico para que fuera a su lado. Antes de eso, miré la bandeja de té, no me resistí y servi un poco en una taza.

— Saori...— pronunció el con gran pesadez.

— un momento. Es que está hierba huele delicioso...— me sirvo y con el pequeño plato sosteniendo la taza voy a su lado, apena agacho mi cuerpo para tomar lugar, viene él tomándome de la cabeza para robarme un beso... Era de esperarse que por el movimiento tan repentino la taza se fuera de mi mano...

Gracias por leer 😁 una historia original de Afrodita 💓

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