Estamos en el pleno siglo XVII, en el reino del Norte, muy conocido por su gran poder en sentido militar y económico, el reino cuenta con piratas y corsarios. Muy aparte de contar con la naval, hay un marinero que contrajo matrimonio con una linda joven. Su rutina era vigilar las 200 millas marinas del reino y alertar de toda presencia de embarcaciones sospechosas y hasta enemigas, una mañana todo lo cambió.
-Cariño, te me cuidas mucho ahora que, pronto tendremos a nuestro bebé. En una semana regreso.
-Te amo, te estaremos esperando.
- No veo las horas de poder ver a nuestro bebé. A mis padres les encantará la noticia.
Se despide muy cariñoso. Ella parece estar muy enamorada, su sonrisa no parece demostrarlo. Es que en realidad estaba conociendo otro, cuya apariencia es mejor que la de su marido. Durante la semana, el pobre marinero hacía su guardia en alta mar cuando fueron atacados por piratas, él murió ahogado después de nadar por muchas horas, fue un esfuerzo vano.
La esposa se ve en serios aprietos económicos, la muerte de su marido es sinónimo de ruina, se guarda en secreto la muerte de su esposo para no preocupar a sus suegros. El amante la ayuda, muestra interés dada sus preocupaciones, parece quererla porque también le ayuda con el bebé. Estos dos amantes esperan a su propio bebé, de repente el niñito se enferma y el amante la dejó con el enfermo y a su propio engendro por nacer.
Lo extraño de todo es que el día que tuvo su hija, Mary Read, la disfrazaba de hombre para que los abuelos le dieran propinas, murió el hijo que tuvo con su amante. La muy astuta siguió usando a su hija como niño, así que buscó algo a sus suegros por ayuda económica, se hacía mantener de esta manera hasta el nacimiento del bebé.
Mary Read creció como Mark y a la edad de 16 se fue con los marineros, poco después se enroló con ejército para pelear en una batalla, esa vida no le gustó y volvió a la vida marítima como pirata. Mary Read fue condenada a muerte en Jamaica el 28 de abril de 1690 por llevar una vida de delincuente, su amiga Anne Bonny, una irlandesa, pero juntas eran indomables.
Volviendo a la edad de sus 16 años. Su madre aún era joven. Se conoció a un caballero de la corte del reino, Henry Dartnell, escudero del rey, pero fue enviado al reino del Norte por gran habilidad. Era alto como 1,90; tenía tez pálida, ojos claros, cabello castaño. Era un hombre irresistible a los ojos de esta mujer. Este mismo caballero vino a llevarse a la viuda alegre, porqué se lo dictó el corazón. La felicidad de Henry no duró mucho, su pareja murió al dar a luz a un niño, Marcus Dartnell; dejando al padre en la penosa tarea de buscar nodriza.
Marcus crece sano y fuerte, es casi alto como su padre para tener sólo 14 años, y de cara, ambos son como dos gotas de agua. Fue ese año que todo cambió en ese reino del Norte, hubo un nuevo nombramiento de monarca. Un monarca que tiene aire de desprecio por el pueblo, él es arrogante, prepotente y sanguinario, su cara dice mucho, se parece más a un pirata que a un hombre de buena familia. Henry Dartnell hacía todo lo posible por agradar al monarca.
El pueblo poco a poco hace cambios, la alegría se le va borrando del rostro, todo es pesar y lamentaciones, Henry tuvo un malentendido con un miembro del estado mayor de la guardia real. El juicio falló en su contra, luego fue duramente castigado. Con el cuerpo herido y debilitado fue expulsado de la escolta real. Marcus hizo lo que pudo por ayudar a su padre, todo esfuerzo fue en vano.
Quería vengar la muerte de su padre y con 17 años de edad sería imposible, pero estaba ocurriendo otro juicio, el 24 de mayo 1725, poco después de cumplir los 17 años, el tribunal penal central de Old Bailey es ahorcado el jefe de la policía (“cazador general de ladrones”), Jonathan Wild por descubrirse que utilizaba su puesto de comisario para liderar una red de crimen organizado, siendo él quien hizo todo lo posible para que el nuevo monarca sea coronado sin ser de la realeza. Eso fue un acto que se hizo en la plaza principal. Lo colgaron, pero su padre murió primero.
Marcus pasó tres años de investigaciones, espionaje y buscando apoyo de los pobladores, pero necesita un consejo, el de un monarca que no tenga vínculos con el nuevo rey Wilson Bøhj. Pero todos tenían conexión cercana por motivos militares y comerciales. A excepción de un reino, el reino de Sete, un reino del que muchos lo quieren dominar, es un reino sumamente rico en minerales y piedras preciosas.
Post data: los datos de Mary Read son reales, lo mismo del tribunal penal de Old Bailey y Jonathan Wild, inclusive las fechas son exactas. El personaje de Henry Dartnell es ficción, el apellido no, puesto que un aviador llamado Jorge Chávez Dartnell es muy recordado en la historia, y fue personaje que estaba representado en los billetes de 10 nuevos soles (moneda peruana), pero es a raíz de esos acontecimientos históricos que arme la historia, estos acontecimientos casualmente coinciden. Puede ser confuso al inicio, pero estoy iniciando así mi historia, más adelante vendrán más acontecimientos históricos, puede haber variaciones, pero lo que es histórico queda tal cual.
Marcus se hace a la mar con una embarcación ballenera. Necesita encontrarse con el rey Artur Grenière, es el único quien podría ayudarlo. Casi nadie habla de ese reino sino como territorio que conquistar.
Tras días de navegación en alta mar, ubica unos barcos pescadores, esperó la noche y se tiró al agua y va en busca de ayuda. Los pescadores lo ayudan a subir a su pequeña embarcación y cuidan de él pensando que es alguien que escapa de una persecución.
Por fin pudo llegar al puerto del reino de Sete, los pobladores son bien portados, nadie mira con indiferencia al joven Marcus. Le saludan y siguen con su labor. Él puede ver la gran cantidad de riquezas, cantidades de piedras preciosas listas para ser encajonadas y comercializarlas. Por el otro lado, llegan los carromatos al puerto con los lingotes de plata, oro y oro blanco. También son mercancías listas para encajonar y comercializar.
Camina por los alrededores y las casas de los pescadores eran bonitas, decoradas, con jardín, tienen un aspecto alegre, pequeñas pero muy coloridas. Nada que ver con los de su país, quienes vivían en la miseria. El vestir lo dice todo, son vestidos con mucha modestia, pero haciendo un confronte con los citadinos del reino del Norte, eran ricos los pobladores de Sete.
Ahora entiende por qué tantos reinos quieren ser dueños de estas tierras, hay demasiadas riquezas. Distraído por el lugar, un hombre, un guardia de la realeza le bloquea el pase.
- Joven, identifíquese. - Su voz es ronca y seria.
- Señor, buenas tardes. Mi nombre es Marcus Dartnell, soy natural del reino del Norte.
- ¿Espía? – Lo apunta con su larga espada.
- Señor vengo en son de paz, he abandonado mi país. El rey Wilson Bøhj mató a mi padre injustamente.
El guardia hace un gesto con la mano y otros dos guardias vienen por detrás y arrestan al joven.
- Soy inocente y vengo en son de paz - Grita una y otra vez.
- Cálmate. Te puede ir peor.
- Pero yo si soy inocente. Por favor, no me repatrien.
- Irás a prisión y te haremos sufrir.
- No soy lo que ustedes piensan, por favor, créanme.
- Eres nórdico, y ustedes no merecen vivir.
- No todos somos iguales, tenemos hambre, hay mucha miseria.
- Por eso estas aquí, eres espía.
- No lo soy, yo he venido a declarar cosas malas que Bøhj quiere hacer en este reino.
El rey Artur y su hijo Walter Grenière salen de una tienda, tenían paquetes envueltos como regalos, se están preparando para una fiesta.
- ¿Se puede saber a qué se debe este escándalo? – El monarca reacciona irritado, nunca hubo un escándalo de ese modo.
- Su majestad – saludan con reverencia los guardias – este insolente viene del reino del Norte, dice venir en son de paz y que abandonó su país.
- Dios salve al rey – se expresa Marcus - Su majestad, he venido a usted por ayuda. Soy Marcus Dartnell. Ayúdeme y seré su corsario si gusta.
- ¿Para qué quiero corsario? Aquí no son necesarios los de mal vivir.
- Su majestad, Wilson Bøhj quiere conspirar contra su reino, lo mismo que otros reinos, quieren poseer sus tierras y también quiero vengarme de la muerte de mi padre. Por favor ayúdame, solo tengo 20 años, mi madre murió el día que nací y mi padre, hace tres años en manos de Wilson Bøhj.
El joven Marcus no tiene ni un poco de respeto hacia el rey de su país. El monarca le dirige la palabra al muchacho.
- Escuche bien muchacho, usted es menor de edad, debería reflexionar un poco más. Volverás a tu país.
- No por favor, seré su sirviente, pero no me regrese, se lo suplico su majestad. Haré lo que usted diga, pero déjeme estar aquí. - se deja caer de rodillas.
- Papá – Walter interrumpe- ¿y si lo tenemos prisionero hasta que cumpa la mayoría de edad? Durante su encierro, mandamos guardias para que lo vigilen y nos hagan reporte diario, así estaremos convencidos de sus intenciones. Ha revelado que el rey de Norte quiere nuestras tierras y no sería el único enemigo que tendríamos.
- Eso puede ser peligroso. Un menor de edad que haga semejante revelación es descabellado. Solo daré la orden de arresto. Tenemos actividades oficiales, después de ellas pensaremos que hacer con él.
- Su majestad, ¿Lo arrestamos solamente?
- Si, arréstenlo y vigílenlo bien hasta un nuevo cambio. Denle una comida al día. Luego le susurra – así como a la media noche, terminada la fiesta de cumpleaños de mi esposa. Lo llevas a mí despacho, tengo que interrogarlo.
- Como su majestad lo ordene.
Marcus es tomado prisionero y es llevado al calabozo del castillo, es fuertemente custodiado por ser de origen nórdico, los setenos tienen malas referencias sobre ellos. Para nuestro joven prisionero es mejor pasar un año de cárcel, que ser repatriado y ejecutado por traidor a temprana edad. Solo espera la clemencia de parte del monarca seteno y ganarse su favor y más adelante vengar la muerte de su padre.
El monarca y el príncipe, un joven adulto, festejaron el cumpleaños de la reina por todo lo alto, ya tarde por la noche, va a su despacho y pide que le traigan al joven prisionero, para dialogar.
- Su majestad, el prisionero está aquí, tal como lo ordenó. – era el guardia principal.
- Que pase.
El joven se le ve sereno.
- Toma asiento – le señala la silla - ¿Le han dado de comer?
- Buenas tardes su majestad. - inclinando la cabeza hacía adelante - Gracias. - se sienta - sí, el guardia me ofreció un plato de comida.
- Bien. Seré directo por qué es tarde ¿Qué fue lo que mencionaste de Wilson Bøhj? - Está muy relajado y despreocupado del tema, pero desconfiado del joven prisionero.
- Él es un hombre muy ambicioso, quiere declarar la guerra a su Majestad para quedarse con su reino por sus riquezas.
- Escúchame bien, muchacho. Yo jamás tuve pleito con nadie, más vale que seas cuidadoso con lo que dices. - Su seriedad y la ira se están mezclando. Ese comentario no le gusto en absoluto.
- Su majestad, Wilson Bøhj ha pagado a Jonathan Wild para que en el consejo de ministros lo nombren rey del Reino del Norte. Fue pirata y de los más descarados, ha visto y seguido las rutas comerciales que usted maneja. Ahora como rey, quiere tener su reino para sí.
- ¿Cómo te enteraste de todo esto? – está ansioso por saber todo y tomar medidas al respecto para salvar su reino.
- Mi padre fue guardia del cuerpo real hasta que, por un malentendido, eso parece ser, fue mandado a tortura por el mismo Wilson Bøhj, por qué eso fue lo que descubrió. A los pocos días de la tortura murió. Por mi parte, por tres años estuve estudiando cada movimiento, espiando cada cosa que podía, buscando ayuda del pueblo, más me dieron la espalda.
- ¿Para qué querías ayuda del pueblo?
- Quería vengarme la muerte de mi padre, desde que Wilson Bøhj lo mandó a torturar hasta provocar su muerte, solo invierte el dinero en ejército y fiestas. El pueblo tiene hambre, pero se dejan manipular por miedo a torturas y a morir de la peor manera. Jamás acepta un no, o un pero como respuesta.
- Con que ya conoce mis rutas de comercio. - se pone en modo pensativo y acaricia su corta barba - es ambicioso y violento. ¿Cómo es que te llamas?
- Mi nombre es Marcus Dartnell, su majestad.
- ¿Sabes algo de embarcación? ¿Navegación?
- Trabajé en mantenimiento de artillería, junto con los marineros, aprendí muchas cosas, pero no todo, sólo estuve allí tres años. Solo sé que pronto va a haber una declaración de guerra.
- Tendría que preparar una defensa. - mientras lo dice se rasca la barba con mucha ansiedad.
- Su majestad. ¿Me permite un mapa? En una isla, Wilson tiene su flota y al mismo tiempo su base. La podemos tomar por asalto. Está más o menos en el Caribe.
- ¿Tomar por asalto una isla caribeña? – está asombrado por la determinación del joven.
- El Reino del Norte, asalta los barcos comerciales del reino de España y Portugal, porque ellos sustraen riquezas de América del Sur. La isla está cerca de Jamaica.
- ¿Estás seguro de que es conveniente ir hasta allá para obtener barcos? Prefiero comprarlos.
- La flota de Bøhj tiene los mejores navíos, estos hacen rutas largas, pero al ser ligeros son muy rápidos. Si compra, hay el riesgo de que el enemigo pueda sospechar que alguien le mando a decir, o que otro reino está preparándose para arrebatar sus sueños que conquistar Sete.
- ¡Guardias! - hace uso fuerte de la voz.
- Si, su majestad. - responde de inmediato el oficial.
- ¡Llévenselo! Y para mañana a primera hora quiero ver aquí presente al almirante.
Al día siguiente, mientras de rey desayunaba con su familia, el almirante De la Croix llegó. El guardia se lo comunica.
- Su majestad, el almirante De la Croix ha llegado.
- Que suba a mí despacho, ya voy.
- Cariño, estás en una reunión de trabajo tan temprano. - comenta la reina.
- Lo siento cariño, pero hay cosas que necesitan ser resueltas ahora.
- Entiendo.
Una vez en su despacho. El almirante lo saluda con reverencia.
- Dios salve al rey.
- Que bueno que has venido ahora. Tengo en prisión a un tal Marcus Dartnell, ha venido a delatar los planes de Wilson Bøhj.
- Algo así fue lo que entendí. Debe estar loco ese hombre. Nos pone en peligro, somos marinos mercantes, no somos piratas.
- Wilson Bøhj quiere ser dueño del reino de Sete por las riquezas.
- Pero si nos atacan desde el mar, estaremos perdidos, no tenemos defensa de ningún tipo.
- Marcus dice que cerca de Jamaica, el enemigo tiene una flota, ellos atacan a los galeones españoles y portugueses que sustraen riquezas de América del Sur.
- Igual estamos en desventaja. Un viaje tan largo es para arriesgar la vida por unos barcos. Lo siento, lamento no poder ayudar a su majestad, soy marino mercante, no corsario.
- Guardia. – levantó la voz el monarca.
- ¿Su majestad mandó llamar?
- Trae a Marcus aquí.
- A la orden Su majestad.
Ahora el rey le habla a su almirante y está muy preocupado.
-Ayúdame a buscar el mapa.
Ambos empiezan a buscar el mapa, pero salen muchos los mapas del reino y siguen buscando hasta encontrar el mapamundi.
- Esperemos a que venga Marcus, escuchemos su propuesta y veremos cuál de todas nos conviene. Pero para mí, tener que hacer un viaje hasta Jamaica me parece descabellado y peligroso.
- Su majestad le recuerdo que cruzar el Atlántico es peligroso, las tormentas en ese océano son terribles. No creo que los hombres puedan soportar, pues no están acostumbrados, casi nunca hemos hecho una travesía tan larga como peligrosa.
No estoy de acuerdo en poner en peligro a mis hombres en una travesía que nunca han hecho; escuchemos mejor a Marcus qué piensa y busquemos la manera menos arriesgada para solucionar este problema.
- ¿No será mejor comprar navíos de guerra? Pero el problema es que tampoco contamos con ejército.
- ¿Si Wilson Bøhj se entera que compramos barcos de guerra? El informe de su gobierno no es bueno.
- Esperemos al joven.
Ellos se quedan pensativos hasta que el joven prisionero llegue.
Download MangaToon APP on App Store and Google Play