“¿Vas a morir?...Que aburrido…
Cada vez que las cosas se tornan un poco difíciles los humanos toman un camino tan simple para escapar de sus problemas, como el suicidio, es una manera cobarde de solucionarlo. ”
GATO DE LA MUERTE:
Mi aliento se mezclaba con el intenso aire frío, en este momento me encontraba caminando sin rumbo alguno, ni destino al cual llegar. La calle se sentía tan vacía y solitaria.
Me aproximaba a una gran iglesia, la cual sus paredes estaban compuestas de ladrillos expuestos. En ella había un reloj antiguo que la decoraba, con números romanos, sus agujas un poco oxidadas, con cada movimiento hacían un pequeño ruido.
¡tack, tack!
Los sonidos que realizaban mis pasos al avanzar lo acompañaban. ¡tack, tack!
La escarcha que reposaba en las plantas cambiaba de su estado sólido a líquido, llegando a caer hacia el suelo.
¡tack! ¡tack! ...
Me aproximé hacia una esquina, tuve que detener mi marcha para cruzar la calle, a mi frente se encontraba una plaza muy grande, llena de árboles, los cuales estaban quedando desnudos.
Las hojas reposaban en el amplio suelo, cubriendo así mismo todas las baldosas que lo componían, aquellas hojas tenía una variación de colores, amarillo, rojizo y marrones, el viento las levantaba y las hacía planear, entre ellas un gato negro se hizo notar, con unos grandes y profundos ojos amarillos penetrantes enfocados en mi presencia. Movía su cola sigilosamente, portaba un collar rojo con una placa dorada muy llamativa, la cual tenía el número cero tres gravado.
Sarcásticamente, le pregunté al felino, si me daría más mala suerte de la que ya tengo, aunque es un poco imposible.
Está nublado y la fría briza no cesa, me refugio tras mi bufanda roja. La proximidad del invierno se hace notoria, es una estación un poco deprimente, a los árboles y a las flores que destacaban en su máximo esplendor, el frío los deja sin vida. Yo estoy sin vida,
pero por dentro...
En aquel tiempo, en el cual aún era un niño, era muy torpe y muy débil, por lo tanto, me convertía en objetivo fácil de los más fuerte. En mi escuela fui intimidado y golpeado a diario, al llegar a mi casa mi padre ebrio me daba más golpes, decía que eso me haría más fuerte. No tenía una madre que me protegiera, ella desapareció de un día a otro sin pleno aviso.
Creo que ella no soportó los malos hábitos de mi padre...
El tiempo pasó...
Pasé de ser el saco de boxeo a ser el boxeador y me defendí de los abusivo, a una corta edad, abandoné mi hogar, escogí en convertirme en un militar muy notorio.
De un bajo grado ascendí a uno muy alto con todos mis esfuerzos, pero la felicidad no llegó a mí, por alguna razón, quisiera huir de todo esto. Mis manos están sucias de sangre pertenecientes a personas inocente, no me sentía bien conmigo mismo, sabía que era parte de mi trabajo, pero no podía hacer la vista gorda a la oscura sombra que me seguía todo el tiempo. Mi pasado insistía en mi mente, me preguntaba si las cosas podrían haber sido mejor, Traté de redimirme al cambiar un poco mi presente y futuro, al hacer las cosas bien, pero esto no funciona aun, no puedo perdonarme a mí mismo en este momento.
Ahora por lesiones en servicio estoy retirado a una edad joven.
Ahora no soy más que un perro inservible, al cual abandonaron por no poder continuar.
La única manera de escapar de este dolor es a través de la muerte, vivo es imposible de escapar, me metí en una vida tan difícil y lamentable. Estoy tan sumergido en mis angustias que no se salir y me estoy ahogando solo en la profunda oscuridad, es difícil ver la luz.
En este momento la única luz que puedo ver, es la de aquel semáforo, en rojo que se retarda de cambiar el color, la espera para cruzar la calle se prolongaba.
Un gran sonido inquietante llamó mi atención hacia una esquina. De un momento a otro noto la presencia repentina de un camión el cual se aproximaba a alta velocidad, cambio mi mirada y observó hacia el frente, noto que el gato negro seguía sentado en medio de la calle. El camión no aminoraba la marcha y cada vez estaba más cerca, lo único que se interponía en su camino era aquel felino.
No lo sé por qué, pero mi cuerpo reaccionó bruscamente haciéndome saltar hacia donde estaba el felino, poniéndome en peligro a mí mismo. Mientras me impulsaba hacia delante coloqué al gato entre mis brazos, abrazándolo fuertemente, seguí avanzando rápidamente para despejar la calle. Noto que el camión estaba muy cerca, el conductor venía inconsciente con su cabeza sobre el volante.
Las cosas pasaban tan rápidas ante mis ojos, pero en mi mente pasaba tan lentas. Muchas preguntas surgieron, como, ¿Por qué venía tan de prisa ese camión?
Dicen que cuando mueres pasa toda tu vida antes tus ojos, pero... ¿porque yo no veo nada?...
¿al menos el gato se habrá salvado?... Una pequeña risa sarcástica escapó de mi mente. ¿porque pienso en algo tan absurdo antes de morir?
Mi cuerpo estaba en el frio piso, el silencio era interrumpido por un silbido agudo el cual la producía una rueda floja del camión que se encontraba en un estado muy deteriorado, a metros de mí.
Entre en mis últimos momentos, vi mi bufanda, estiré mi brazo temblante para poder tomarla, pero no alcancé, estaba tan cerca, pero a la ves estaba tan lejos.
Un charco rojo que se extendía debajo de mí, coloreo el oscuro asfalto y llegó hasta esa bufanda, las faltas de vitalidad hicieron
mis parpados pesados hasta cerrarse.
… ¿Ir al cielo?... No… no podría entrar ahí con todos mis pecados.
Un rayo de luz hizo abrir mis ojos, no sabía en donde estaba, no comprendí bien la situación. La luz que me llegó a despertar provenía de una ventana a mi lado, con largas cortinas blancas que se mecían por un instante. La cálida luz del sol pasaba sigilosamente, a través de ellas llegando hasta mi cara a la altura de mis ojos. Levanté mi mano para poder atajarla, noto que estaba en una cama con suaves sábanas blancas. Surge mi primer pensamiento.
¿No he muerto? ...
Lo primero que siento es el olor a algún producto antiséptico, por deducción me doy cuenta de que estoy en una sala de recuperación de algún hospital. Mis manos están muy delgadas más de lo normal.
me pregunto, ¿cuánto? tiempo he estado en cama?
Observo hacia el frente y veo un gran gato sobre mí, el sol hacia brillar su hermoso pelaje, el cual era más oscuro que el cielo nocturno cuando olvida traer la compañía de la luna.
Una coincidencia casi muero por salvar a un gato y ahora hay uno aquí, ¿Qué hará adentro de un hospital?, ¿Se habrá metido por la
Ventana? , no creo que sea un animal que utilicen para terapias. Sin dudar lo empujé hacia el piso, no odio los gatos, pero soy alérgicos a ellos, además suelta muchos pelos, los cuales se expanden inevitablemente por el extenso aire.
Me parece extraño, que mi alergia no ha reaccionado a su presencia aún.
Hice el intento de mover mis pies un poco, para verificar si estaba ileso, respondieron bien, tras un suspiro tranquilizante mis palabras surgieron.
- Por suerte puedo mover mi cuerpo. -
Mi voz estaba un poco más extraña de lo normal, ya casi no la reconocía.
- Ese cuerpo no es tuyo. -
Escuché claramente esa voz que salió de alguna parte, sin darme cuenta. Me exalto, chequeé con la mirada el lugar, pero no vi a nadie en la habitación. No obstante tal vez que fue una jugada de mi imaginación, pero pregunto para rectificar.
- ¿Quién habló? –
De nuevo la voz misteriosa susurra cerca de mí, pero no veo a nadie.
-Yo... aquí abajo, acabas de ser grosero y empujarme.
¿Acaso ves a alguien más aquí? No preguntes lo obvio, eso es molesto. -
Me inclino y observo hacia abajo de donde surgió la voz, solo veo al gato negro en el piso. Pensándolo bien, solo recuerdo haberlo empujado a él.
- ¿Esto es un tipo de mala broma?–
Calmadamente trato de deducir lo que sucede, pero vi claramente al gato volverme hablar.
- ¿Qué rayos balbuceas? -
-Solo puede haber una explicación lógica para esta circunstancia, los medicamentos son muy fuertes y me causaron alucinaciones. -
- Que humano tan molesto, alucinaciones mi trasero, soy cien por ciento real. -
Pero sigo viendo este fenómeno hablarme, talvez, a causa del accidente me golpee fuerte la cabeza y tengo efectos secundarios, como la confusión. El gato negro que está en el piso vuelve a saltar hacia arriba de mi cama quedando muy cerca de mí, él exclama presuntuosamente.
- Yo no quiero estar cerca de ti, pero las circunstancias lo ameritan, de esta forma me queda mejor hablar contigo. -
Se me hace extraño ver a un gato parlante. Me acomodo verticalmente para poder contemplar mejor lo que pasa. Tengo un ligero dolor de cabeza, observo mi cuerpo y está un poco extraño, hay algo que no concuerda con todo esto
- ¡No puede ser! ... ¡Tengo senos y no tengo mi cosita, no sé lo que está pasando!, ¿¡porque mi cuerpo esta así!?. ¿Los doctores se confundieron de paciente y me convirtieron en transexual? -
Me paro rápido de la cama y veo que estoy más bajo, ya que observo bien todo el cuerpo es diferente. El gato enojadamente exclama: - ¡No seas pervertido, no toque a la ligera un cuerpo que no te pertenece!. -
¿Que no me pertenece?... Que alivio que no soy un transexual, no estaba en mis planes en convertirme en uno. Miro al felino y empiezo a aceptar el hecho de que él puede hablar.
- Pero si este cuerpo no me pertenece, ¿mi cerebro fue trasplantado o algo? -
El felino perdía la paciencia, me contesta muy frustrado – Nadie trasplantó tu cerebro minúsculo, yo fui quien te hizo esto. -
Me empecé a poner nervioso, me le acerqué aún más, no me contuve y le grité en la cara.
- ¿¡Que tú que!? si eso es verdad devuélveme a mi cuerpo, ¿dónde está mi cuerpo? -
-Tranquilízate... es imposible, ¿crees que con un camión que te pasó por arriba iba a quedar bien ese cuerpo que tanto me reclamas?, te aseguro que no sirve ni para repuesto. -
Enseguida noté su llamativo collar rojo, con el número 03 en la placa, me doy cuenta de que este gato es el mismo gato del día del accidente. De la desesperación, pasé al odio y al rencor por un momento.
- ¡Maldito gato! ¡Esto no hubiera pasado si no fuese por ti!, ¿Por qué rayos te salvé? -
- Hubieses muerto de todo modo, ya estaba predestinado que en ese día morirías, buscaba escapar tan cobardemente a través del suicidio, solo tratas de poner una excusa a todo esto, tienes las manos manchadas de sangre, llevas muchas culpas cargadas sobre tus hombros -
Me acerqué hacia un espejo que había en el dormitorio, empecé a procesar lentamente la figura que se reflejaba en él. Una chica de pelo largo, rubio, piel delicada y blanca, ojos claros, complexión
delgada, y una estatura promedio... De repente es un sueño, eso explicaría muchas cosas, está todo sin sentido, los sueños se supone que siempre suelen ser ridículos.
- ¿Oye que haces?, deja de golpearte. -
Sin ninguna razón empecé a golpear mi cabeza contra la pared para ver si despertaba.
-Trato de despertar, pero no despierto, y aún peor, ¿por qué me duele tanto?, los sueños se supone que no se siente dolor. -
¿Quién no tuvo un sueño realista es su vida?, para ser sincero esto es demasiado real. Sería la primera vez que tendría un sueño tan realista como este.
Al gato imaginario le parecía un poco divertida mi circunstancia, a mí solo me frustra. Estoy sacando mis propias conclusiones a la ligera, debería escuchar al estúpido gato inexistente parlante.
- Déjame despejar tu duda y sacarte de tu confusión, no soy producto de tu imaginación como piensas, a lo que a mí respecta soy un recolector de almas, por lo tanto, se cuando alguien va a morir, ya que mi trabajo es estar ahí cuando eso suceda, para llevar sus almas. ¡No soy un gato común parlante por sino lo entiendes! -
-Hubieras empezado por ahí primero, ¿eres algo así como la muerte?... -
- ¿La muerte. ? -
-Si, tú ya sabes... "la muerte" la que tiene una capa negra, y una hoz larga, es un ser bastante espeluznante. -
- Es una manera muy graciosa de las personas representar a la muerte. Los recolectores de almas, tenemos la misma forma a la de un gato negro.-
-¿Estás diciendo que la muerte es un gato negro.?-
-Hay una razón lógica porque la gente le teme cruzarse con los gatos negros domésticos, son confundidos por nosotros, dicen que damos mala suerte, pero no es el caso, solo sabemos los acontecimientos que va a pasar y en qué lugar, además, tenemos ciertas reglas que cumplir no podemos interferir con la vida o el destino de las personas, para aclarar las cosas, ellos piensan que les damos mala suerte, pero solo sabemos los acontecimientos cercanos, no atraemos ninguna mala suerte. Tú solo eres una lamentable excepción ya que me viste, eso fue raro, solo nos podría ver alguna especie de espiritista de lo más sensible a lo paranormal. -
-¡nunca he visto nada paranormal, me cagaría del miedo!, lo único anormal que he visto es un gato parlante en este momento... Espera, ¿De quién es este cuerpo? -
- La dueña de ese cuerpo murió, lamentablemente, ella había tenido una inoportuna caída por un puente. La corriente de agua estaba fuerte y ella se ahogó, fue el primer cuerpo que tuve a disposición para usarlo como recipiente para tu alma. -
Un poco de confusión llega a mí, ¿he muerto?, y ¿ahora soy una chica?
- Sé que es una situación difícil de ingerir, pero mira el lado bueno, tendrás una vida nueva y tranquila ¿no era eso lo que tú querías? –
- ¿Por qué me darías este cuerpo? ¿Por qué confiaría en ti? -
-Digamos que me viste accidentalmente, eso no debería suceder. Tu muerte fue por salvarme a mí, no por tu destino o elección. Solo toca mi frete con tu dedo índice para aceptar este cuerpo, de esa manera tomarás mis disculpas.-
-Supongo que si me niego de todo modo la chica no volverá a la vida, no quiero quitarle la vida a nadie más. -
- Tú solo querías escapar y dejar todo atrás, no creas que soy inconsciente de todo esto, sabes... No hay manera de escapar de tu sufrimiento, en el más allá, no podrás estar tranquilo como tú piensas, te recomiendo que aproveches ahora a pagar tus pecados. Más vale ahora que puedes hacerlo.
...Yo estaba cerca de ti por un motivo, no ignores ese hecho, creo que eres lo suficientemente listo para deducir el porqué. –
Me sentí un poco intimidado.
Al acercarme al gato negro un poco más, puse mi dedo índice sobre su frente y él empezó a desvanecerse por completo. A mí me tomó por sorpresa.
-Espera, aún no te vayas, hay muchas cosas más que quiero discutir! -
-Nos vemos luego, te estaré observando. -
De repente una enfermera abre la puerta, sorpresivamente mira hacia donde estoy, ella sale corriendo muy exaltada.
A los pocos minutos transcurridos había llegados dos personas, una mujer muy preocupada la cual corre hacia mí y me abrasa sin pleno aviso, y un chico alto de pelo castaño que se demostraba desinteresado, esa gente parece ser parientes de la chica.
De un momento a otro paso de estar en aquella habitación, a estar sentado en la oficina de un doctor, donde soy interrogado.
- Señorita Luna, ¿usted no puede recordar nada?, si puedes recordar algo solo dígamelo. -
- Es como usted insinuó doctor, no puedo recordar absolutamente nada. Ni acerca de mí, ni de mi pasado.-
"Es la única mentira que puedo decir para no descubrirme a mí mismo, además si tratara de explicarle la situación que pasé, al decirles quien soy, que este no es mi cuerpo, que un gato psicópata parlante me metió en estas circunstancias, me meterían en un manicomio con muchos medicamentos, de solo pensarlo me da escalofríos."
Las palabras que le mencioné al doctor incomodó a la señora que estaba a mi lado, ella mostraba mucha preocupación, yo únicamente demostré ignorancia en la situación. Ella habla exaltadamente con lágrimas en los ojos.
- ¡Apenas se recupera de la caída por ese puente y tenemos que afrontar esto también!, ¡es demasiado cruel para nosotros, doctor, por favor, deme esperanza de que podrá recuperar sus memorias! -
- Lo lamento, esto es lo que puedo hacer por el momento, podría que recuperara su recuerdo mañana o talvez nunca depende de ella, no la presionen mucho, ahora pasa por mucha confusión, deje que se vaya adaptando de a poco. Le daremos el alta hoy, por lo tanto, podrá retirarse a casa, estando en su hogar con su familia le será de ayuda para recordar algo. -
La señora, que al parecer es mi madre ahora, se me acerca y trata de consolarme con lágrimas en los ojos.
- No te preocupes, estoy segura de que todo mejorará pronto. -
Estoy bastante incómodo, la madre de esta chica está pasando por un mal momento y lo entiendo, lo único que puedo hacer es actuar como su verdadera hija.
Me fui con esas personas en un costoso y elegante auto negro con vidrios ahumados, tenía un olor a perfume muy fuerte y dulce, el cual junto con los movimientos del vehículo causaba náuseas. El chico frío desinteresado de su entorno fue manejando todo el viaje sin decir ni una palabra, no conozco su voz… La señora prosigue a realizarme un comentario.
-Entiendo que nosotros para ti somos extraños, pero somos tu familia, él es tu hermano Han, lamentablemente tu padre está ausente en un viaje de negocios en el extranjero, él volverá pronto. Si en algún momento necesitas algo, solo házmelo saber.–
-Está bien, gracias.-
Recosté mi cabeza sobre la fría ventana, las casas pasaban rápidamente una tras otras, también se veía en algunas partes el profundo mar azul, las nubes grises se estaban aproximando cada vez más. La radio que estaba encendida anunciando posible lluvia.
Al llegar al destino bajé del coche, levanté mi mirada, lo primero que noté fue la casa, era sumamente grande, paredes anchas de piedras.
Seguí a la señora que hora es mi madre hasta la entrada donde había un portón bajo de metal, tras de él estaba ubicado un hermoso jardín lleno de flores con un camino de piedras que lo atraviesa. Al proseguir hacia adentro había una pérgola, debajo de ella algunas macetas grandes y chicas con rosas de varios colores. La señora abre la puerta cuidadosamente y me da lugar, soy el primero en entrar.
Una chica se me abalanza de la nada y me abraza, me pregunto ¿quién será? Tenía un comportamiento alegre, buen vestir, pelo negro, liso y largo, estatura baja por lo menos medía 1 .52, complexión delgada, también tenía buen perfume, ella carismáticamente me da la bienvenida.
- Qué bueno que as regresado, estoy muy feliz de tenerte de nuevo en casa.-
- Luna no tiene sus recuerdos, está en una etapa de confusión, por lo tanto, no la atormentes mucho Helen.-
- Si, lo lamento Luna, te agarré desprevenida, soy tu cuñada Helen, ¿logras recordarme? -
- No, lo lamento. –
-No le des importancia alguna, supongo que en algún momento lo harás, y en caso de que no puedas hacerlo te dejaré conocerme nuevamente. -
La entrada era amplia, pisos de baldosas negros con destellos blancos, tres grandes sillones rodeaban una baja, pero gran mesa ratonera de madera maciza con un gran adorno muy llamativo en el medio. La casa tenía ventanas amplias y cortinas extensas de color bordó.
-Han, tal vez, ¿tú podrías ayudar a luna a llevar sus cosas hasta su habitación? -
-No, no lo haré, solo perdió la memoria, no es inválida. -
-¡Han!, ¿¡acaso no ves que tu hermana ha pasado por mucho!?-
-No es mi problema. -
- Suegra, yo llevaré a Luna hasta su habitación, debe estar cansada luego de un largo viaje, y no te preocupes por su equipaje, los empleados se encargarán de ello. -
-Gracias Helen, eres una santa. -
Seguí a Helen hasta las escaleras anchas de madera, subí tras ella, el escalón rechinaba un poco con cada paso, la casa era muy distinguida por su decoración rústica, un ambiente muy cálido y hogareño.
El ambiente se había tornado un poco silencioso, únicamente se escuchaban nuestros pasos, al terminar de subir los escalones, comenzaba un extenso pasillo oscuro lleno de puertas, a mi izquierda noté una gran maceta con una palmera llamativa. Helen siguió avanzando inclinándose hacia la derecha, se paró frente a una puerta al parecer era la de un dormitorio, me habló de una manera breve seca y sin simpatía.
- Aquí está tu cuarto, a que si entra. -
Su sonrisa había desaparecido totalmente, parecía otra persona, estoy seguro de que me trataba diferente hace un momento. Estoy analizando mucho la situación, no debería prestarle importancia.
Simplemente proseguí a entrar, mientras avanzaba ella se me acercó por detrás y me susurró de una manera hostil.
-Es molesto de presenCiar tu regreso, debería haberte quedado en el hospital ... –
-… ¿?...-
- ¿No me harás caso?... Te dije que entres. -
“¿A caso tienen una mala relación?, ¿me está intimidando?” ... Puso su mano sobre mi hombro y empezó a presionar fuertemente, se colocó muy cerca de mí, su mirada es desafiante… Ya veo, es una víbora disfrazada de cordero, siendo honesto, estoy acostumbrado este tipo de personas, pero no me cae bien la gente falsa. Le saqué la mano de encima, no me gusta la manera de interactuar conmigo.
- Lo lamento no recuerdo que tipo de relación tengo contigo, si te molesto tanto no deberías de actuar tan falsamente y fingir amistad conmigo. –
La chica parece que se tomó mis palabras como una simple broma, se reía exageradamente con esfuerzo, frente a mi cara. Me volvió a susurrar.
- Creo que en verdad olvidaste todo, pensé que te hacías la tonta, pero, ¿por cuánto tiempo crees que seguirás teniendo esa actitud arrogante?, Tú solo eres una piedra en el zapato.
Unos pasos se sintieron detrás de mí, la chica mala levantó su vista y cambió su rostro. Cuando volteo para observar mejor, vi a Han aparecer oportunamente por la escalera, volvió todo a la normalidad.
Ese chico pasó por mi lado y me miró de una manera que me hizo sentir desprestigiado, al parecer él tiene su habitación en frente de la que ahora es mía. La víbora de mi cuñada se coloca su máscara de cordero nuevamente, salió corriendo tras de él. Simpáticamente, o falsamente, mejor dicho. Proseguí a entrar en la habitación.
Observo la habitación, era amplia, muy rosada y femenina, no era de mi agrado. Tenía una gran cama, enseguida me recosté en ella para probar su comodidad, habían como ocho almohadas, me pregunto ¿para qué tiene tantas almohadas si solo tengo una cabeza?. Su frazada era tan suave, cómoda y relajante, cerré mis parpados por un momento extenso, para tratar de olvidar todas mis preocupaciones, el día de hoy fue algo agotador.
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