Clhóe Dumont a la edad de 12 años, se vio obligada a huir de su casa, de su familia, de su país, pues aunque fuese una niña, su padre la había ofrecido al hombre que le diera mayor apoyó para poder subir al trono, pues su padre era el tercer príncipe del país de Dakshin pero como el rey no había decidido por un sucesor, quien tuviera mayor poder entre los nobles, sería el que subiera al trono, por la ambición, al tercer príncipe se le hizo fácil entregar a su hija al mejor postor y por supuesto, Clhóe fue la elegida debido a que su madre solo fue una concubina, por supuesto el tercer príncipe no iba a entregar a su hija legítima, aunque hacer eso, le costo muy caro, habiendo prometido a su hija a un poderoso Duque, al momento de saber que Clhóe había huido, dicho Duque retiro todo su apoyo político al tercer príncipe.
Clhóe por su parte, llego a Darkness, era un sitio alejado de su país, además de que muy pocos extranjeros se atrevían a poner un pié en dicho Ducado, el gran Duque era temido por todos ¿como sabía eso una pequeña niña? Pues fue su propia madre quien la envió a dicho lugar con ayuda de su fiel doncella, su madre había fallecido así que la doncella solo cumplió la última voluntad de su señora, dejando a la niña en manos de Marius, la madre de Clhóe fue muy amiga de la difunta esposa de Marius, así que él no se negó a darle asilo a la niña y protegerla de su ambicioso padre, Clhóe al estar ahí vio a un pequeño Raizel practicando con la espada, ambos eran de la misma edad, así que Marius le dijo a Clhóe que si ella también deseaba entrenar le pondría un buen maestro, la niña de inmediato acepto, además de que se hizo buena amiga de Raizel, el joven chico era como un hermano para ella, pues aunque en dakshin los tuviese, ninguno fue bueno con ella.
Con el tiempo ella unió a los caballeros de los Ivanov, durante las batallas aporto mucho, demostrando ser una guerrera imparable, incluso obtuvo un arma consagrada en el templo, un arma muy poderosa y que muy pocos poseen.
Después de las guerras contra quienes querían invadir Darkness, ella comenzó a hacer trabajos de investigación, se iba por mucho tiempo del castillo Ivanov, pero era muy buena consiguiendo información, incluso gracias a ella, lograron descubrir al ambicioso tío de Raizel, después de eso, ella salió del castillo con la intención de tomar unas vacaciones, pero en su viaje se cruza con un grupo de mercenarios, un día los escucho hablar, de como habían capturado un valioso sujeto, por el cual les pagarían muy bien, este al parecer era el segundo príncipe del Norte, cuando Clhóe escucho el nombre de dicho sujeto, se sorprendió, aunque quiso hacer caso omiso, su buen corazón no le permitió abandonarlo a su suerte.
Además de que, quizás aquel hombre pueda ayudarla en una venganza pendiente. Entro a la guarida de dichos mercenarios y fue hasta la celda donde tenían atado a aquel tipo, apenas escucho pasos, el chico levanto su vista aunque esta, era borrosa.
- te haré emperador, pero a cambio, me ayudaras con mi venganza. Si aceptas, te sacaré de aquí.
Por supuesto Clhóe tenía que obtener algo a cambio, para que valiera la pena el haberse arriesgado a entrar a ese lugar para salvar al rubio.
- lo haré...ayúdame...
El chico tenía la visión borrosa, pero la voz le era conocida y si podía ayudarlo, es lo único que importaba en ese momento.
Rompió las ataduras del chico y lo detiene cuando esta por caer, parece que esos mercenarios lo habían lastimado demasiado, cruza un brazo del rubio sobre su hombro para ayudarlo a caminar, es bueno haberse entrenado o no podría con su peso ya que era alto y fornido, le lleva con mucho cuidado para no toparse con aquellos delincuentes, Jasha camina con algo de dificultad debido a sus heridas así que Clhóe decide ir por un camino diferente a donde entro, ya que era una especie de cuevas donde estaban, por lo tanto debe de haber otra salida en cualquiera de los caminos y tenían que darse prisa antes de que se dieran cuenta que Jasha ya no estaba en su celda, afortunadamente después de caminar unos minutos Clhóe vio una salida, esta daba al bosque que estaba tras la montaña, era perfecto, porque así tardarían en llegar hacía ellos si en los siguientes minutos se dan cuenta que se ha escapado.
Deja a Jasha a un lado y coloca un poco de pólvora en la entrada, al encenderla, esta causa una pequeña explosión que hace caer las rocas tapando esa salida.
- eso nos dará tiempo, vamos...
Vuelve a ayudarlo para seguir caminando. Más tarde esa noche, estaban en la habitación de una posada, Clhóe le ayuda a limpiar las heridas a Jasha, aunque este se había negado repetidas veces cuando la chica le pidió quitarse la ropa, estaba algo avergonzado por ella, pero cuando lo hizo, la chica actuó muy normal, ya que solo se concentro en limpiar y desinfectar las heridas.
- dijiste que me harías emperador...entonces sabes quien soy.
- Jasha Romanov...tu madre fue la emperatriz del Norte, pero como tu padre nunca la quiso y ya había tenido un hijo con su amante, lo nombro a él heredero.
- eso todo mundo lo sabe, solo basta con escuchar mi nombre...pero ¿que te dice que quiero ser emperador?
- solo mírate, es obvio que tu hermano hizo esto porque aún teme que quieras luchar por el trono.
- aún así no tengo interés en el trono.
- dejarás que todo quede impune, cuando suba al trono, tendrá mayor autoridad para matarte.
- cuando tenga el trono ya no será necesario.
- no lo comprendes...aun con el trono, sigues siendo una amenaza para él.
Jasha se quedo en silencio, Clhóe tenía mucha razón, con o sin trono, su hermano siempre lo verá como una amenaza.
- ¿entonces me ayudaras a ser emperador? ¿Como? Hasta donde se solo eres una guardia del gran Duque.
- las influencias son las que importan y por supuesto un gran ejército.
- tengo caballeros, pero no los suficientes para comenzar una guerra.
- no es la cantidad, si no, la calidad. Pero dejemos eso para después, descansa por ahora.
Clhóe le termina de colocar la última venda en su brazo y guarda todo, después de eso se quita los zapatos para subirse a la otra cama que había en la habitación, sorprendiendo a Jasha.
- e-espera...¿te quedarás aquí?
- si, no pagaré por dos habitación.
Se mete bajo las sábanas apagando la lámpara que había encendida de su lado, mientras que Jasha solo estaba algo nervioso, aún así se acostó, quedando dormido en cuestión de segundos debido a su cansancio, llevaba ya tres días encerrado en esa celda donde solo se desmayaba debido al dolor.
Esa noche Jasha tuvo un sueño o más bien recuerdo, cuando era niño, siempre vio a su padre dándole afecto a su hermano y la madre de este, mientras que cuando él lo buscaba, el emperador solo le decía estar muy ocupado, también muchas veces le vio gritándole a su madre, la regañaba porque según, humillaba a su amada, cuando en realidad la emperatriz nunca hizo algo así, siempre se mantenía al margen, cumpliendo con su deber, mientras que la amante, solo gozaba de las riquezas del emperador; un día, Jasha estaba bajando las escaleras, cuando de repente, su hermano paso corriendo y debido a eso tropezó, rodando por las escaleras, debido a que nadie más vio el accidente, la amante culpo a Jasha de querer matar a su hijo, debido a los celos, ante ello, el emperador ordeno castigarlo con 100 latigazos en la espalda, era solo un niño de 10 años, algo así sin duda lo mataría, la emperatriz en cuanto escucho todo, se ofreció a tomar el castigo de su hijo y ahí estaba Jasha, siendo sostenido por las doncellas mientras veía a su madre con la espalda desnuda recibiendo cada uno de esos azotes, fue ahí donde comenzó el peor sufrimiento de la emperatriz, porque las heridas de los golpes no estaban sanando como debían y le había dado una fuerte fiebre debido a las infecciones de dichas heridas, estuvo luchando por vida durante largos días, pero finalmente la infección gano la batalla y la emperatriz falleció, Jasha quedo destrozado por eso.
- es injusto ¿por qué mi madre tenía que morir así? Nunca hicimos daño...
- lamentamos su pérdida alteza.
Las doncellas abrazaron al pobre pequeño que había perdido a su madre a tan temprana edad, durante el funeral, nisiquiera el emperador pudo un pié en la ceremonia, era un hombre en verdad cruel, con una mujer que no tenía la culpa de nada, pues al igual que él, la emperatriz había sido obligada a casarse. La amante estaba feliz, finalmente ella ascendería a emperatriz ya que su hijo había sido nombrado heredero, pero la corte y los nobles, no lo permitieron, debido a que su estatus era muy bajo, enojada por eso, siempre le hizo la vida imposible a Jasha, tratándolo mal y el emperador nunca se molesto en defenderlo, Jasha poco a poco se fue haciendo fuerte, ganando buena reputación cuando se unió al ejército del palacio, así que por petición de la corte, a Jasha se le entregó el título de Duque del norte y precisamente era eso, lo que a su hermano le molestaba, porque pese a ser el heredero, tenía poco apoyo político.
Jasha abrió los ojos en medio de la noche, la habitación no estaba tan a oscuras por la luz de la luna que entraba por la ventana, miro hacía el otro lado, notando que Clhóe ya no estaba, tampoco parecía estar en el baño así que acecha por el pasillo, pero no había nadie, hasta que escucha un pequeño ruido, acechando por la ventana que da al patio de posada, ve a Clhóe hablando con alguien cubierto con una capucha, ella le da un fajo de billetes y regresa dentro, Jasha se regresa a la cama y se cubre con la sábana para fingir que sigue dormido, solo escucha entrar a Clhóe y acostarse de nuevo.
Jasha estaba intrigado debido a lo que vio anoche, pero según supo, Clhóe se dedica a hacer investigaciones para el gran Duque, quizás sea un informante, aunque debido a eso no pudo dormir bien. Apenas amaneció se metió al baño para lavarse, aunque las heridas eran aún dolorosas, esos mercenarios lo torturaron a más no poder; eso la hace pensar seriamente sobre iniciar una rebelión para tomar el trono del Norte, pues nunca tuvo esa intención y su hermano se empeña en querer matarlo.
Estaba por quitarse el pantalón cuando vio por el espejo a Clhóe así que se cubre rápidamente con su camisa.
- n-no deberías entrar así...al menos toca.
- creí que te habías metido al agua, debes tener cuidado con tus heridas.
Clhóe se acerca pasando su mano sobre su pecho que es donde tenía un corte más profundo, Jasha se sonroja un poco, la chica era un poco descarada al tocarlo así sin vergüenza.
- no necesita sutura, pero ten cuidado. Te necesito vivo.
- ¿acaso soy una herramienta? Solo quieres usarme para tu venganza, la cual no tengo idea de cual sea.
- acabar con mi familia. Al igual que a ti, mi familia me causo sufrimiento, pero ahora no tengo lo suficiente para acabar con ellos.
- ¿y quieres que sea emperador para prestarte ese poder?
- exacto, nos usamos mutuamente ¿no es eso bueno? Ya te dije que puedo hacerte emperador.
- si voy a confiar en ti dime ¿quien era ese anoche?
- así que estabas despierto. Solo un informante, al parecer tu captores te están buscando, es cuestión de tiempo que lleguen aquí. Date prisa, quiero bañarme también y salir de aquí.
- de acuerdo, pero fuera, no me voy a desvestir ante tí.
- ¿la tienes chiquita y no quieres que vea?
Clhóe menciona aquello en tono de burla mientras levanta el meñique, causando que el rostro de Jasha se quede rojo por completo y cierra la puerta de golpe.
- ¡loca sin vergüenza!
Paso solo un segundo cuando se asoma por la puerta.
- y la tengo grande, para tu información.
Clhóe solo comienza a reír, a lo que Jasha cierra nuevamente la puerta avergonzado por lo que dijo. Ya con todo preparado, deciden a salir de dicha posada, por el momento no pueden enfrentarse a un grupo de mercenarios y aunque Clhóe sabe que podría ganarles, prefiere no llamar la atención por el momento; le da una capa a Jasha para que se cubra, además de que le coloco unas cuantas vendas en el rostro para que no lo reconozcan y le puso una peluca de cabello negro, Clhóe sube a su caballo, esperando que Jasha suba pero este se ve reacio a subir.
- conseguiré otro caballo cuando hayamos salido de este pueblo.
- esta bien...
Será un poco incómodo para él, ir en el mismo, así que se acomoda sin pegar mucho su cuerpo al de Clhóe, aunque debe sostenerse de su cintura para no caer, Clhóe hace que avance a paso lento, no quieren llamar la atención al parecer que huyen de algo.
- no sería mejor ir al Ducado Darkness o podrías llevarme a la capital, puedo pedirle ayuda a mi tío.
- ¿quieres involucrar al rey? Recuerda que tu padre es el hermano del rey, no sabes de que lado podría estar y el gran Duque no debe ser involucrado, tiene una esposa embarazada que cuidar.
- ¿que has dicho? ¿la señorita Noelle esta embarazada?
- si, recibí un mensaje de Rafael, con la noticia. Así que lo mejor es no involucrarlos.
Jasha bajo un poco la mirada, no es que tuviera alguna esperanza con Noelle, pero si le ha sorprendido que fuese a tener un bebé.
- cierto, no puedo hacer que se involucre. ¿A donde iremos?
- por ahora iremos a la frontera del Norte, al enemigo hay que tenerlo cerca.
- de acuerdo...pero sigo pensando que es una mala idea, no podemos ganar contra el ejército de mi padre.
- claro que se puede, te hace falta más decisión, necesitas ser firme en lo que quieres, para ganar.
- no es tan fácil como creer ¿sabes cuantas vidas se perderán?
- lo se, he estado en una batalla, perdí a muchos camaradas durante ese tiempo, pero ellos lucharon para proteger su hogar. Si tu hermano toma el trono ¿sabes lo que sufrirá el país?
- ¿como sabes que mi hermano no será un buen emperador?
- conozco un poco de todo, tu padre ha estado haciendo las cosas mal y cuando tu hermano tome el trono, todo será peor, ya verás de lo que hablo cuando lleguemos a la frontera...
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