Siempre fuimos pobres, mi padre evitaba gastar para el cada moneda valía oro, así que gastar por gastar nunca estuvo en sus planes, vivimos en una casa humilde, comemos lo más sencillo que se pueda, hemos llegado a comprar ropa en los bazares de las iglesias y mis zapatos debían durar hasta que ya no tenían como cubrir la planta de mis pies, mi padre no era tacaño, él era miserable.

En lo único que nunca se midió fue en mi educación, me pagaba una de las mejores escuelas, aunque yo hubiese preferido asistir a una escuela del barrio donde vivíamos, eso me hubiera evitado humillaciones y el tener que pasar malos ratos, siempre fui el asmereir, estudiar entre ricos cuando no tienes ni un centavo no es una buena idea.

Mi padre nunca nos contó de su trabajo y mi madre, mi madre murió cuando yo aún necesitaba tanto de ella, era aún muy pequeña, pero aun recuerdo cuando doctor del servicio médico comunitario, un joven aprendiz que no podía formular, ni dar órdenes de exámenes, sólo brindaba la atención primaria, le recomendó a mi padre llevarla a un hospital, ella necesitaba atención médica, mi padre fue y preguntó el precio de la consulta le pareció muy caro, un gasto innecesario, días después mamá murió de una infección que pudo ser controlada con la debida atención.

Mi madre fue sepultada gracias a la caridad de los vecinos, mi padre se negó a pagar por un sepelio decente, por fortuna mi madre siempre que pudo hizo caridad y buenas obras y todos la que querían, todos aportaron algo para darle cristiana sepultura.

Los años pasaron, yo crecí, terminé mi bachillerato y empecé a trabajar ls vecinos me ayudaban con recomendaciones para que me recibieran en negocios de los alrededores, mi objetivo poder ingresar a la universidad, mi padre se negaba a apoyarme, quería estudiar arquitectura y se salía de su presupuesto.

Conozco a papá hace veinte años y nunca lo he visto comprar ropa o zapatos, siempre a dicho que su ropa la recicla entre sus conocidos, la comída más fina que se ha preparado en casa es arroz con pollo y eso porque una vecina realizó las compras y puso parte del dinero necesario, para celebrar mis quince años.

No tengo idea en qué trabaja, ese tema no está permitido en mi casa, nadie pregunta, nadie discute, el manda y tiene la última palabra.

Rosita mi querida Rosita, es mi vecina, ella siempre está pendiente de que no me falte nada, me compra desde toallas higiénicas hasta uno que otro dulce fino cuando va ha hacer el mercado de la casa de familia donde lleva años trabajando, siempre me espera en la parada del autobus cuando salgo del trabajo, es como mi madre, ellas eran muy buenas amigas.

Acabo de cumplir veintiún años y he conseguido trabajo en una fábrica de calzado, debo empacar los zapatos en las cajas y dejarlos listos para que sean despachados a los almacenes, acabo de conocer al dueño de la fábrica, es uno de los mal nacidos que me hicieron la vida imposible en secundaria, hasta donde escuché su padre lo ha castigado haciendo que trabaje en esa fábrica, al parecer su vida se ha limitado a lujos mujeres y alcohol y le colmo la paciencia a su padre.

Por desgracia me reconoció y ahora soy la encargada de la limpieza, para él es el cargo que debe desempeñar una andrajosa como yo, me da igual mientras reciba mi cheque a fin de mes, lo que me pongan a hacer lo haré sin protestar, mas ahora que mi padre, que siempre ha sido un roble esta enfermo, logre llevarlo al doctor, claro yo debo pagar la consulta, le han mandado unos análisis y el diagnostico es cáncer, deben hacerle un par de análisis más para saber si aun hay tiempo de iniciar un tratamiento.

Salgo temprano rumbo a mi trabajo, no sin antes pasar por la casa de Rosita,esta de vacaciones mientras sus jefes están de viaje, ella me ayuda a cuidar a mi padre, es mi ángel de la guarda, sin ella mi vida seria un caos.

Usar el teléfono en horas de trabajo esta prohibido, pero ga sonado tanto que el ogro de mi jefe me manda a llamar para que lo atienda, voy a el cuarto de aseo y lo saco de mi morral, es Rosita y tengo más de diez llamadas perdidas, estoy sin saldo así que no tengo opción debo esperar a mi hora de salida.

Regreso a casa muy tarde en castigo por el sonido del teléfono me toco limpiar la bodega y es bastante grande, estoy rendida, solo deseo caer en mi cama y dormir aprovechando que será sábado y no tendré que descansar. Rosita no me espera en la parada del autobus, esta su hijo, es un chico de doce años pero aparenta mucho más, lo saludo y nos dirigimos a casa, no ha querido darme ninguna información de su madre y me empiezo a preocupar.

Mi casa está llena de gente, es casi media noche y hay una carpa que cubre la calle, Rosita corre a mi encuentro y me da un fuerte abrazo.

Tu padre a muerto mí niña, traté de avisarte pero recordé que en tu trabajo no te dejan usar el teléfono, ya todo esta preparado lo traen un par de horas.

Mi nombre es Lucía Sanders, tengo veintiún años me acaban de aceptar para estudiar arquitectura en la universidad pública, gane una beca por el alto puntaje logrado en las pruebas de ingreso, no puedo sentirme feliz por mi logro, ya que en unas horas será el sepelio de mi padre, quizá soy una mala hija, pero no siento ninguna emoción, la necesidad de llorar no está en mi corazón.

Ha pasado una semana desde la muerte de mi padre, no lo reporte en mi trabajo, cada día que falte será descontado y necesito cubrir algunos gastos pendientes de la atención que le brindaron a mi padre antes de morir.

Llegó a mi casa y Rosita me cuenta que un abogado me ha estado buscando, solo suplico que no sean deudas, mi padre no dejo nada que logrará servir de garantía.

Mi niña es mejor que vayas hasta su oficina, quizá no sea algo tan grave y puedas negociar.

Con que Rosita, a no ser que venda la casa, no tengo nada más de donde echar mano.

No te preocupes mi niña mi casa es tu casa, algo haremos, no estás sola.

A la mañana siguiente Rosita me acompaña a la dirección que dejo el abogado, es un gran edificio en una zona céntrica de la ciudad, al entrar el lujo es notable, nos anunciamos y la joven que nos atiende nos entrega una tarjeta dirigiéndonos hasta un ascensor.

Cuando lleguen al piso veintisiete y salgan de ascensor con esta tarjeta abrirán la zona de oficinas, mano izquierda número 2703.

Le agradecemos y el ascensor se cierra.

Por fin salimos de ese cajón.

Hija no me digas que nunca te habías subido a uno.

Rosita esta sería mi segunda vez y nunca a un piso tan alto.

Hija te falta tanto por vivir.

Llegamos a la oficina y un señor nos da la bienvenida de forma muy cordial.

Señorita Sanders es un placer conocerla, su padre hablaba mucho de usted, mi nombre es Pedro Ramírez.

Está seguro que hablamos de la misma persona.

Si el señor Raúl Sanders, se sentía muy orgulloso de su hija, cuando entren a su oficina se darán cuenta de lo que les digo.

Señor me puede decir si la deuda que dejo mi padre es muy grande, la verdad no tengo mucho ahorrado para mi universidad, pero puede servir como abono.

¿Deuda? No señorita yo fui el abogado de su padre desde hace más de treinta años y hoy haremos la lectura de su testamento.

Y para qué necesito mi padre un abogado si nunca tuvo nada y que me va a heredar la casa, su colección de libros, para eso no necesitaba un testamento.

Iniciaré con la lectura del testamento del señor Raúl Sanders, ya que más beneficiarios están presente procederé al reparto de los bienes.

A mi hija le dejo toda mi fortuna, el listado de bienes y propiedades le será entregado solo con la condición de que se comprometa a cuidar siempre de Rosa López, no podrá dejarla desamparada o su fortuna pasará a fondos de fundaciones alrededor del mundo.

No siendo más solo espero que en algún momento pueda alcanzar el perdón de mi hija Lucía.

El abogado empezó a leer una larga lista de propiedades en diferentes lugares del mundo al igual que acciones de diferentes empresas y acaba de decir que soy la socia mayoritaria de empresas Sanders, una empresa dedicada a inyectar capital a medianas y pequeñas empresas.

No puede ser mi padre era multimillonario y aun así dejo que mi madre muriera y que yo pasara necesidades y fuera humillada durante toda mi vida,

El señor Raúl era un hombre extraño, nunca logré entender sus métodos, pero ahora usted es la dueña de todo, espero que sepa aprovecharlo y si necesita mis servicios, será un placer servirle.

Muchas gracias señor Ramírez, necesitaré que me ayude a tomar posesión de todo lo que nos heredó mi padre.

Después de cancelar las deudas pendientes me mudé con Rosita y su familia a una de las propiedades que dejo mi padre, era una casa, que digo una casa, era una mansión, con acabados de lujo, la sala estaba elegantemente decorada, la cocina contaba con utensilios de última tecnología, un despacho con una hermosa y completa biblioteca, un jardín con sembrado de rosas de distintos colores, girasoles y otras flores, tenía una hermosa piscina con kioscos y un sitio para hacer comida a la parrilla.

Subimos a conocer los cuartos las escaleras dividen el segundo nivel en dos alas que llevan a dos largos pasillos se pueden contar unas veinte puertas, diez a cada lado, cada cuarto era del tamaño de la casa donde me críe juntándola con la de Rosita, equipada con una cama de lujo de gran tamaño, las mesitas de noche correspondientes, además de un sofá de cuatro puestos donde cómodamente se podía dormir si te cansas de esa gran cama, del balcón se podía divisar la inmensidad del terreno donde está ubicada la casa, tenía un gran vestier y ni que decir del baño, ese era otro cuento, con acabados finamente seleccionados, ducha y bañera, toallas suaves al tacto y lleno de productos con las mejores fragancias, no entiendo como mi padre pudo ser tan cruel y negarnos una vida cómoda teniendo la capacidad de hacerlo.

Llegamos por fin a la alcoba principal, la puerta era doble y tenía el doble del tamaño de las demás habitaciones, tenía nevera con todo lo necesario para quedarse sin salir del cuarto por algunos días y una isla bar con un gran surtido de licores finos todo muy bien decorado con muchas fotos de mamá y mías, por primera vez vi fotos del matrimonio de mis padres y fotos de mis primeros días de nacida, algunas de las decoraciones eran dibujos que yo había hecho en el jardín y que pensé que habían terminado en la basura.

Por último bajamos al garaje y había unos siete u ocho carros de alta gama, marcas costosas que jamás pensé llegar a tener.

El abogado había reunido al personal de servicio, María es el ama de llaves, me mira con gran ternura, lleva un par de décadas trabajando en esta casa, Emma era la encargada de la cocina, luisa y Paola de la limpieza, Ramón era el jardinero y Román el chófer y encargado de seguridad que aún no entendía por qué tenía que utilizarla.

Todos eran muy amables y prometí contratar más gente para mantener al día una casa tan grande.

Por primera vez dormí en una cama con un colchón suave y unas delicadas almohadas, fue difícil conciliar el sueño, pero lo más difícil fue levantarme, aunque un olor a comida deliciosa me recordó que llevaba días comiendo de prisa ese fue el mejor aliciente para salir de esa deliciosa cama.

La mesa estaba lista y de verdad nunca había visto tanta comida junta, todo se veía delicioso, parecía las fotos de banquetes que tenía mi madre guardada en una caja vieja y que mi padre boto por culpa de una gotera que las lleno de humedad.

Con la barriga llena, ahora venía lo mejor, debía hacerse cargo de un negocio enorme, donde se manejarían grandes sumas de dinero, por lo que no podía andar en jeans, camisetas y tenis, era hora de cambiar

Debíamos ir de compras y eso era algo totalmente nuevo para mí, debí contratar un asesor que se encargará de mi imagen, después de tener los armarios llenos, era necesario un cambio de look, el indicado para reflejar que soy capaz de enfrentar el duro mundo de los negocios sin dejar atrás mi espíritu juvenil, después de estar casi todo un día entre compras y estilistas puedo decir que estoy lista para enfrentar mi nueva vida.

Las lamentaciones quedaron atrás, hace un par de semanas estoy empapándome de la información necesaria para hacerme cargo de lo que me pertenece, Rosita es como mi madre y nunca le faltara nada, le he encomendado que junto al señor Ramírez se hagan cargo de mejorar las condiciones de vida de quienes fueron nuestros vecinos, se llevarían a cabo la construcción de un colegio, un hospital de calidad, reformar las casas más viejas, un centro recreativo para los más pequeños y un comedor comunitario donde puedan comer aquellas personas que no pueden hacerlo en sus casas, si todos trabajan todos podrán mejorar.

Debo aceptar que mi padre no deja de sorprenderme, su oficina está ubicada en el piso treinta y cinco del lujoso edificio donde fue la lectura del testamento, Sanders y compañía, las oficinas son bastante amplias con un buen nivel de seguridad, el ascensor que debo tomar para llegar a mi nueva oficina es privado y la tarjeta debo usar para ingresar en él es personalizada.

Llegó al piso de presidencia de la empresa de la que ahora soy casi la dueña y no puedo creer lo que ven mis ojos, yo que hasta hace unos días estaba destinada a lavar los pisos en una fábrica de zapatos, que en su casa debía sentarse con cuidado por si las polillas ya habían consumido el último pedazo resistente de la madera de los asientos, dormir en mi cama era una odisea las almohadas estaban duras, el colchón tenía tantos años que tuve que utilizar cartones para que las tablas no me tallaran al dormir y no que decir de la comida, en muchas ocasiones compartíamos un huevo entre mi padre y yo y con eso debíamos quedar satisfechos.

La oficina es inmensa con grandes ventanales, una especie de balcón donde hay una mesa no muy grande y varias sillas, completo perfecto de una hermosa vista, el sitio ideal para cerrar un negocio con una buena taza de café, la mueblería de la mejor calidad, tiene un escritorio hecho en vidrio muy grueso, una silla cómoda y dos sillas para atender, muy cómodas diría yo, con un sofá que provoca tirarse en él, tiene una amplia biblioteca con libros de expertos en finanzas, la bolsa y economía y como dijo el abogado, fotos mías por todos lados, bueno de mi antigua yo, la última foto es de hace un par de años, esta foto me la tome mientras salíamos del colegio, ese día recibí mi diploma ya que por obvias razones no iría a la fiesta de grado.

Los empleados de mis padres son muy amables a excepción de unas cuantas y me han ofrecido su ayuda para ponerme al día de todo lo relacionado con el negocio, por recomendación del gerente Jaime Alegría, quien le hace honor a su apellido, esta pronto a recibir su pensión, pero tiene más vitalidad que cualquier joven, he contratado un grupo de contadores, economistas y financieros que me asesoran para entender el manejo de los pagarés y los contratos existentes, los concejos del señor alegría me ayudan a entender un poco el alcance de mi cargo.

Recursos humanos me ha enviado a la que sería mi asistente, una chica podemos decir que de mi edad, con el cabello rizado, bello rostro, cuerpo bien hecho, unas hermosas piernas largas, podía ser reina de belleza o por lo menos modelo, pero su feo espíritu no la ayudara a llegar muy lejos, no sé si tengo cara de tonta, pero ha intentado hacerme cometes varios errores en algunas cifras y por alguna razón que no supo explicar una taza de café aterrizó justo sobre mi agenda y por supuesto sobre mi ropa.

Lorena.

Dígame señora.

El desdén con que me mira me lleva a tomar la decisión de no contar con ella como asistente.

Sé que no le caigo bien y para evitarle la molestia de ser asistente de presidencia, le pido el favor de que regrese a su puesto anterior, yo me encargaré de encontrar alguien a quien le guste trabajar conmigo.

Señora no es que no me agrade, solo que usted apareció de la nada diciendo que es la hija de Raulito y se adueñó de todo así porque sí.

Lorena para su tranquilidad, aquí está mi certificado de nacimiento, puede revisarlo y confirmar sus dudas y ahora si me disculpa necesito empezar a buscar mi nueva asistente, puede regresar a su antiguo puesto.

Necesito una buena asistente la secretaria no da abasto con tanto que hay por hacer, mi padre en los últimos meses había descuidado mucho la empresa, me imagino yo que su enfermedad no le permitió cumplir con sus compromisos y ahora debo poner todo en orden.

Después de varias horas de entrevista por fin encontré una chica que cumpla con mis expectativas, su nombre es Laura López, tiene unos años más que yo, vive en el barrio junto al que me crié, busca trabajo para ayudar a su familia y continuar con sus estudios, esta terminando su carrera en la misma universidad donde yo iniciaré mis estudios en un tiempo cercano.

Por fin tengo una agenda en orden, no puedo negar que Laura es muy eficiente y sus conocimientos en economía y finanzas me han ayudado mucho, tanto que creo que será la carrera que curse, además ella puede ser mi monitora y sería una ayuda mutua a ella le daría créditos extra y a mi una mano en mi proceso.

La reunión con los socios y la junta en pleno es en un par de semanas, el señor Jaime les pidió un plazo prudente para que to pueda empaparme de todo lo necesario sobre la empresa, mis nervios están en el nivel más alto desearía tener la frialdad de mi padre, para enfrentar este tipo de situaciones, por ser mi presentación a un nuevo universo debo lucir deslumbrante, Laura ya me ha programado la cita con los asesores y a buscado un par de diseñadores que organicen todo el vestuario que necesitar, no puedo ir a casa a cambiarme en caso de emergencia por ende el closet que esta en mi oficina debe mantener con lo suficiente y algo extra de ser necesario.

Estos días han sido un caos, hasta clases de maquillaje debí tomar, por fortuna Rosita me ha enseñado, protocolo y etiqueta y otras cositas necesarias que ella aprendió en la casa donde trabajaba.

Mañana sera el gran día y creo estar lista, después de cenar con Rosita y sus hijos me voy a dormir no sin antes darle la última repasada a lo que diré mañana en la junta, mi primera junta empresarial como presidente de Sanders y compañía.