Cap. 1 (Corregido)
Al otro lado de la ciudad con Julián y Rebeca.
Julián no podía quitar la mirada de aquellas marcas en el cuerpo de su mujer, ver lo lastimada que se encontraba la piel marcada de su amada, sentía que la ira lo carcomida y con cada segundo que pasaba buscaba la manera de hacer sufrir al desgraciado que se había atrevido a poner una mano sobre ella. Cuando logró apartar esto de su mente se dedicó a pensar en como le explicaría a Rebeca lo que descubrió sobre la enfermedad de su madre y lo mucho que se había agravado durante las semanas de su ausencia ¿Cómo le explicaría que su madre, su ser más amado para ella, estaba muriendo poco a poco y no había nada que pudiera hacer? ¿De qué le servía tener tanto dinero si no le podía evitar aquel dolor a la persona que tanto ama? Ahora solo le quedaba esperar, acompañarla en cada momento y hacer todo lo que tuviese en manos para que la vida de María fuera lo menos tortuosa posible, durante el tiempo que le quedará a María buscaría la forma para que ambas compartieran todo el tiempo que pudieran y lo disfrutarán al máximo, pero de igual manera sabía que llegado el momento de la partida el dolor sería inmenso. Después de haber bañado y ayudado a Rebeca para vestirse, la lleva hasta una cómoda, suave y mullida cama donde la ayuda a que se recueste, está cae profundamente dormida y él se retira a la sala para esperar, puesto que le acababan de avisar del pronto arribo de la señora Maria, ya que esta necesitaba hablar con él antes de que Rebeca supiera toda la verdad.
María
Hola Julián, ¿Cómo estás? ¿Dónde está mi hija? Por favor, Permítame verla.
Julián
Doña María, Cálmese, ella se encuentra bien en lo que cabe, fue maltratada y mal alimentada, pero ya se encuentra a nuestro cuidado, en estos momentos está descansando, durmiendo en la habitación principal, pero por favor, permítame unos minutos para hablar de algo importante.
María
Sé dé lo que quiere hablar y tiene razón, pero eso se lo diré yo, en las condiciones que me encuentro ya me es imposible ocultárselo por más tiempo, además, ambos sabemos del poco tiempo que me queda, por eso, déjeme ser yo quien le cuente todo.
Julián
Por supuesto, este es un tema que le corresponde a usted hablar con ella, ambos sabemos que le será un duro golpe enterarse del corto tiempo de vida que le queda y seguro también algo muy difícil.
María
Así es y soy muy consciente de ello, por eso se lo traté de ocultar todo el tiempo que me fue posible, y es que, aunque hace mucho me enteré de esta terrible enfermedad, este cáncer que me está consumiendo poco a poco, decidí ocultarlo para que mi niña no se preocupara, pero ya me es imposible ocultarlo por más tiempo. He aquí el porqué le quisiera pedir, que cuando ya no me encuentre en este mundo cuide de ella, la ame, la proteja de que nada así le vuelva a ocurrir y que nadie le haga daño otra vez, sé que le estoy pidiendo mucho, pero prométamelo por favor.
Julián
No se preocupe, aunque usted no me lo pidiera, yo la protegeré con mi vida y si me tocará darla por ella lo haría sin pensar, pero si me gustaría pedirle que me deje ayudarla y contratar a los mejores especialistas, también deseo proponerle matrimonio a Rebeca y casarme con ella, pero para que eso pase tiene que estar usted a su lado, así que luchemos juntos contra esa terrible enfermedad y de esa forma pueda ver a su hija llegar al altar.
María
Julián, en estos momentos esto no va de si quiero o no luchar; sino que simplemente ya no hay algo que se pueda rescatar, soy una mujer desahuciada, este cáncer ha hecho metástasis en varios de mis órganos y me es imposible cumplir con lo que usted me pide, en estos
momentos ponerme en tratamiento sería solamente torturar mi cuerpo, pasar el poco tiempo que me quedé de vida postrada en una cama a causa de los medicamentos, las quimioterapias o radioterapias, ¿Por qué mejor no le propone matrimonio de una vez a mi hija y acelera todo? Así yo podré irme tranquila de saber que la he dejado en buenas manos.
Julián
Ambos sabemos que ella no va a aceptar, cuando se entere de su enfermedad va a querer estar todo el tiempo con usted y no se va a querer apartar de su lado, además de todo Rebeca es menor de edad.
María
Usted encárguese de la propuesta, de hacer todo lo más romántico posible para proponerle
matrimonio y acelerar la boda, que ella sea menor de edad no es un inconveniente, yo como su madre legal puedo autorizar su unión.
Julián
¿Está segura? Nada perdemos con buscar otro especialista, por favor.
María
Estoy segura, ahora, sí me permites, tengo que hablar con mi hija.
Después de terminar aquella conversación Julián acompaña a María para que llegue a la habitación donde se encuentra descansando Rebeca, la madre de la mencionada, al ingresar, ve a su niña acostada, teniendo una vista tan frágil e indefensa de ella que sin darse cuenta por su rostro comienzan a correr lágrimas incontrolables, con mucho cuidado se acerca a la cama y se acuesta a su lado, tratando de no lastimarlo o despertarla, Julián al ver esta conmovedora escena decide salir y darles su espacio para que ambas pueden hablar, al retirarse pasan algunos minutos hasta que Rebeca comienza a reaccionar y siente a alguien acostado a su lado, con cuidado de no lastimarse se voltea poco a poco y al ver a su madre acostada a su lado comienza a llorar, la abraza fuertemente sin importar el dolor desgarrador que siente, para ella ese dolor en aquel momento era lo menos importante, al fin estaba al lado de su madre, la persona que más amaba y qué también la podía amar a ella como hija, de una forma completamente incondicional y pura, un amor que solo una madre puede brindar, sin embargo, cuando logra verla perfectamente se da cuenta de que se encuentra más delgada, su cara se encuentra un poco demacrada y sus ojos no son los mismos que ella vio antes de ser secuestrada, en ellos se podía ver tristeza, desilusión y dolor, era algo que Rebeca no podía explicar, pero sentía que algo muy malo estaba ocurriendo
**Cap. 2 (corregido
María
Hija ¿Cómo estás? No sabes cómo te extrañé y la falta que me hiciste, Julián y yo te buscamos sin descanso durante día y noche para que estuvieras nuevamente aquí a nuestro lado.
Rebeca
Madre, madrecita, me lo imagino, jamás quise hacerte sufrir tanto, perdóname por ser tan imprudente y hacerte padecer, mira nada más como te encuentras, estás más delgada y no quiero ni imaginarme lo que has pasado por mi culpa.
María
Esto no es culpa tuya hija, pero si hay algo de lo que debemos hablar, primero descansa, necesitas recuperar energías.
Rebeca
Ya he descansado lo suficiente madre, dime ¿Qué es eso de lo que tenemos que hablar? ¿Qué está pasando? ¿Por qué te ves así? ¿Ocurre algo malo?
María
Siéntate hijita, te pido que me escuches y comprendas, perdóname por el dolor que quizá te pueda causar.
Rebeca**
¿Qué ocurre? Por favor mamá, no me asustes y dime qué ocurre
narrador
María, cuando ve que ya no puede ocultar más las cosas, decide hablar con Rebeca, ambas se sientan y estando una a lado de la otra, la madre comienza a contarle todo a su hija, desde el momento en que descubrió su enfermedad hasta el momento en que empezó a empeorar, le pide perdón a la menor por no haberle contado desde un principio, pero también es consciente de que lo hizo por su bien, no quería que cuando ella se enterara de su enfermedad quisiera dejar el estudio por ayudarle económicamente. María sabía que mientras Rebeca estudiara podría salir adelante y ser una excelente profesional, era consiente de las decisiones que tomaría la menor al enterarse de su enfermedad, si le contaba de esta, todos los sueños que tenía los truncaría por el simple hecho de querer conseguir dinero para ayudarla, y para María era más importante el futuro de su hija, por eso ella tomó la decisión de ocultar aquello el mayor tiempo que le fuera posible.
María llorando
Hija, perdóname, sé que para ti es muy difícil entenderme y comprender que todo lo hice por tu bien, pero te juro que lo único que quería es no ser una carga para ti.
Rebeca llorando
¿Cómo puedes decir eso? ¿Cómo puedes pensar que serías una carga para mí? Yo lo fui para ti, debí haberte cuidado y no permitir que tú trabajarás, yo debí haber estado a tu lado y obligarte a seguir un tratamiento, así podrías estar más tiempo conmigo ¿Por qué me haces esto? ¿Por qué me quieres dejar sola?
María llorando
Compréndeme, lo hice porque creo que es lo mejor para ti, si no lo hubiera hecho habrías renunciado a terminar tus estudios y buscar el ingreso una buena universidad, sé que eres capaz de privarte de tener sueños, metas y esperanzas como las que aspiras a tener, y no digas que te dejaré sola en este momento porque no es así, cuentas con un buen hombre a tu lado que te apoyara a cumplir tus metas, alcanzar tus sueños y mucho más, por eso te pido que si en algún momento él te pide matrimonio lo aceptes, hazlo por mí, no importa si estoy viva o estoy muerta prométeme que lo aceptarás y te casarás con el cuánto antes.
Rebeca llorando
Perdóname mamá, pero estás loca ¿Cómo pretendes que yo piense ahora mismo en casarme? Cuando en lo que realmente tengo que enfocarme es en trabajar más duro para buscar un médico que te ayude a curarte y salir adelante, por favor no me pidas eso.
María
No seas terca, él es un buen hombre que te ama, respeta y va a cuidar siempre de ti, te lo pido hija, acéptalo por favor.
Rebeca voz acongojada
¿Me estás pidiendo? Más bien me estás exigiendo que acepte una propuesta de matrimonio que en primera no me han hecho y en segunda no puedes evitar que me preocupe por ti, sabes que eres la persona más importante en mi vida, no solo eres mi madre, sino también mi amiga y mi todo ¿Cómo puedes pretender que yo tomé una decisión tan importante? Si tú no vas a estar allí para compartir conmigo la felicidad.
María
Prométeme que lo vas a aceptar sin importar que, por favor, hija, promételo.
Rebeca
Está bien mamá, lo prometo con dos condiciones, la primera es que busquemos un médico y una solución para tu enfermedad, y la segunda es que seas tú la que me lleve al altar, me acompañe y entregue en los brazos del hombre que vaya a ser mi esposo.
María
Está bien, te lo prometo.
Ambas mujeres se abrazaron y lloraron durante un buen rato hasta quedar completamente agotadas del llanto, habían hablado y desahogado tanto que no pudieron evitar caer exhaustas, sus mejillas llenas de lágrimas eran suavemente consoladas por la presencia de la contraria, pues ya la nube más grande había pasado y con ella la calma llegaba, haciendo que el tiempo las envolviera hasta caer profundamente dormidas. Habían pasado algunos minutos u horas, cuando la puerta de aquella habitación fue abierta, de allí salió una muchacha joven que pese a sus múltiples heridas y tambaleos salió hacia el solitario pasillo junto a su madre, quien la ayudaba para caminar y sostenerse de su hombro, la chica agradeció dicho gesto y comenzó a caminar lentamente a su lado, quizás habrían llegado más lejos de no ser por cierta silueta familiar masculina que se acercó a ambas mujeres con preocupación.
Julián
mor ¿Por qué no me mandaste a llamar? Sabes que no debes caminar, estás muy lastimada y honestamente estaba esperando que me hablaras para mandar subir la comida y que así los tres cenáramos en la habitación.
Rebeca
No te preocupes amor, me siento mucho mejor, ya puedo apoyarme un poco, además mi mamá me ayudó, quería salir de la habitación porque estuve mucho tiempo encerrada y no quiero estar tiempo entre cuatro paredes.
Julián
Lo sé mi vida, simplemente no quiero que te lastimes más.
María tono burlón
Bueno par de tórtolos, dejen esa meloseria para después y vamos a comer, esta señorita tiene que alimentarse muy bien para poder recuperar sus fuerzas.
Julián
Así es señora María, aunque usted también tiene que alimentarse muy bien para que pueda estar mucho tiempo con nosotros, además después de comer le quisiera pedir de favor si puede ayudar a cambiar de ropa a Rebeca, en el armario encontrará lo necesario para que la pueda apoyar en vestirse, puesto que en dos horas iremos a otro sitio que nos será de residencia temporal.
María
Está bien, pero ¿Es seguro?
Julián
No se preocupe por eso, es un lugar seguro donde nadie podrá hacernos daño de nuevo.
María
Gracias, de verdad muchas gracias, para mí nada es más importante que la seguridad y protección de mi hija, realmente espero que no vuelva a correr ningún peligro, aunque si hay algo que me gustaría saber es ¿Quién, y Porque le hizo esto a mi niña?
Cap. 3 (corregido)
Julián
Esto es un tema complicado y a su vez no, pero qué le parece si mientras no sirven el almuerzo nos sentamos en el comedor y le voy contando quién fue el desgraciado malnacido que le hizo daño a mi princesa.
María
Está bien, vamos.
Rebeca
¿Tú sabes quién me secuestro? ¿Cómo lo supiste? ¿Por qué lo supiste?
Julián
Sentémonos mi amor y hablemos con calma.
Rebeca
Okay, vamos y nos comienzas a contar.
Julián
Bueno, cuando tú desapareciste mi princesa comencé a mover cielo, mar y tierra para saber qué día ocurrió, cuando tu mamá se desmayó pude ver los mensajes de texto que le habían llegado a su celular y al verlos deduje que era por lo ocurrido hace un año y medio, comencé a sospechar que el único capaz de tomar venganza era algún familiar de aquel sinvergüenza que trato de hacerte daño. En ese momento comencé investigar y todas mis búsquedas me llevaron a un mismo nombre, Samuel Rivera, un narcotraficante que comenzó con poca mota y lentamente se fue haciendo del dinero, plazas, rutas y demás menesteres para llegar a dónde se encuentra hoy en día. Yo nunca me había metido con el puesto que trabaja otro tipo de drogas.
Rebeca
¿Cómo así? No entiendo, ahora sí me perdí, mientras estuve encerrada y este hombre me estuvo torturando menciono ser el hermano mayor de Camilo, aquel muchacho que intentó violarme, recuerdo que él era novio de Daniela y que después de esa noche cuando tú me llevaste a casa ya no supe nada más de él, ese hombre dijo que tú lo asesinaste, me culpo por su muerte y que ahora yo debía pagar por eso, me hablo de las mismas estupideces que dijo su hermano menor cuando intento violarme, que yo se lo dije, lo busqué y que traté de hacerlo caer en mis redes cuando nada de eso pasó.
María
Me pueden explicar ¿Qué está ocurriendo? ¿Quiénes son Samuel y Camilo? ¿Y de qué están hablando? Hija, tú me contaste que aquella noche en la fiesta de tu amiga intentaron abusar de ti, me contaste muchas cosas y entre ellas cuando conociste a Julián, recuerdo que acabaste tu relato, pero ¿Cómo es que ese hombre pudo encontrar a mi hija tan fácilmente? ¿Y quién le dijo que había sido usted el que acabó con la vida de su hermano? ¿Por qué él está tan seguro de que ustedes son los culpables de la muerte de aquel chico?
Julián
Déjeme contarle que ocurrió ese día desde mi punto de vista y el momento qué interviene.
María
Está bien.
Narra Julián
Julián comenzó a contarle todo lo que vio esa anoche a la señora María, la manera en que Camilo saco arrastras de aquella fiesta a Rebeca y la llevó a ese galpón vacío, el cómo trato de abusar de ella y el momento en que intervino al ver las intenciones del muchacho que la estaba golpeando, le platico de aquella decisión que tomo al llevarlos a su departamento donde espero que Rebeca despertara, ya que había quedado inconsciente por la cantidad de golpes recibidos, así como también le contó que aquel joven intento echarle toda la culpa su hija de lo ocurrido e intento hacerse pasar por su pareja y decir que ella lo estaba engañando para así librarse del castigo que le venía, tras ver que el chico seguía mintiendo y engañando tomó la decisión de hacerlo desaparecer.
María
Ya no quiero saber nada más y creo que entre menos sepa será mejor ¿O me equivoco?
Julián
No se equivoca, señora María, en este mundo entre menos se sepa, más se vive.
Rebeca
Julián¿Te puedo preguntar, qué piensas hacer?
Julián
Princesa, por favor no me preguntes eso, no quiero que me llegues a ver como un monstruo, sé que lo que vaya a hacer no te va a gustar, pero tiene que pagar por haberte tocado, nadie, absolutamente nadie te puede tocar, eres mi tesoro más preciado, el amor de mi vida, la dueña de mi alma, de mi ser y de mi todo; si alguien te hace daño es como si me lo hiciera a mí y preferiría mil veces que me hirieran a mí antes de ver que algo te vuelva a pasar, estoy seguro de que si dejo que esto se quede así él te volverá buscar y no puedo permitir que alguien te vuelva a poner una mano encima, tú eres una delicada flor y no mereces maltrato, por el contrario, mereces todo el cuidado del mundo.
Rebeca
Julián, por favor, ya todo pasó, deja las cosas así.
María
Absolutamente no, los que te hicieron daño tienen que pagar, sabes que nunca he sido una mujer rencorosa y jamás he querido hacerle daño a nadie, por el contrario, me gusta ayudar a la gente y gracias a mi profesión he salvado muchas vidas, pero eso no quiere decir que por ello vaya a permitir que venga alguien a hacerte daño y yo me quede como si nada, así que déjate cuidar por él y que se haga cargo de quienes te quieren hacer daño.
Rebeca
Pero mamá.
María
¿Pero mamá? Nunca te he dado órdenes ni te he exigido nada, pero esta vez es la excepción, no quiero que te metas en este asunto, Julián se hará cargo de todo.
Rebeca
Está bien mamá, pero cálmate que esto te puede hacer daño.
María
Está bien, mejor comencemos a comer, porque si seguimos hablando de esto perderemos el apetito.
Julián y Rebeca contestan al unísono
Sí señora.
Narrador
Después de terminar el almuerzo los tres se dirigen a la sala de estar, Rebeca con mucho cuidado era llevada en los brazos de Julián hasta uno de los sofás, donde la acomoda y pasan un rato conversando de cosas sin importancia, al terminar este tiempo aquel hombre la toma en brazos y camina hasta la habitación para que su madre le ayude a vestirse. Cuando estuvieron todos listos salen bajo un fuerte operativo de seguridad que los lleva directo al Penthouse que se encuentra en el edificio Epic, viajan durante una hora hasta llegar a su destino, arriban en un par de camionetas que entran al estacionamiento del edificio y es allí donde Julián baja para llevar delicadamente a Rebeca en brazos, no la deja hacer ningún esfuerzo ni que ningún empleado se le acerque, realmente se tomaba en serio el hecho de cuidarla y protegerla, así que una vez Maria, Rebeca y él se hallaban fuera de los automóviles se movieron hacia un ascensor privado que es el único acceso al Penthouse, un sitio localizado en lo más alto del edificio, este ascensor va desde el parqueadero privado hasta la oficina del presidente y de allí al Penthouse. Al llegar al departamento Rebeca se queda atónita por la belleza del lugar, era una decoración simple, pero elegante, todo se encontraba reluciente, brillante y lo que más le gusta es la hermosa vista que hay de la ciudad, Julián ingresa con ella en brazos, seguido de María quien lo sigue para subir algunas escaleras e ingresar a la primera habitación.
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