... Caí de rodillas mientras me agarraba la cabeza pues no soportaba el dolor, las lágrimas resbalaban por mis mejillas cayendo al frío piso de madera. En el momento en que el dolor se fue lo comprendí, soy la extra que nunca apareció, de la novela que escribí cuando tenía 9 años.

< Veamos la novela trata de lo siguiente: Amanda una chica de origen plebeyo, la cual ha sufrido mucho desde que nació, se propone vengarse de todos los que la dañaron, para ello tiene que obtener mucho poder, eso no es difícil para ella, ya que además de bella es inteligente y capaz, por lo tanto, se dedica a estafar hombres para ganar dinero, (no todo tipo de hombres sino aquellos que eran una basura), con el tiempo se hace de una fortuna y del título de duquesa; obligó a un duque que la reconociera como hija y la dejara como heredera, así conoce al príncipe heredero del reino Safir, ambos se enamoran, pero las víboras envidiosas descubren el pasado de Amanda, causando que los nobles de la corte rechacen el matrimonio, en eso el imperio Smarald se levantó en armas atacando a Safir, ya que la primera princesa de este imperio murió en la frontera de ambos reinos y todo apuntaba a que fue un ataque de Safir, pero Amanda mandó a sus múltiples espías al imperio como también dirigió a sus soldados para apoyar al reino de Safir (bueno como duquesa contaba con un gran poder militar, pues contrato a muchas personas de los barrios bajos, pero no solo eso ella tenia una magia muy poderosa, ya que en este mundo existe la magia) asta que descubrió que la hermana del emperador de Smarald murió por culpa de los sirvientes y concubinas de este, después de presentar las pruebas el emperador retiró sus tropas y firmó un tratado de paz que se respetaría siempre y cuando Amanda fuera emperatriz de Safir, pues como premio por haberlo ayudado a descubrir los secretos de la muerte de la primera princesa, el emperador de Smarald nombró a Amanda como la embajadora de la paz, claro esto no dejó muy contentos a los nobles de este reino, pero aceptaron, luego Amanda y el príncipe tuvieron más problemas que supieron enfrentar para así llegar a su final feliz. Lo importante aquí es que yo soy esa princesa que murió y por la cual el emperador inicio una guerra.

< Según los recuerdos de este cuerpo Eleonor Smarald (o sea la nueva yo) fue desterrada, no recuerdo la razón, lo único que recuerdo es la decepción y dolor que sintió Eleonor al escuchar de la boca de su hermano cuál sería su castigo, un mes después de que llegó cayó gravemente enferma con una fiebre muy alta e infección, pues al haber nacido con grandes lujos ella no sabía hacer nada, lo que causo su muerte.>

Salí de mis pensamientos cuando mi estómago volvió a rugir acompañado de una punzada, me dirigí a la lacena y pude ver que había algunos alimentos como también carne seca la cual se estaba comenzando a perder, tomé un trozo y le quite con mucho asco y miedo los pequeños gusanos (bueno seré una ex-asesina, pero mi mayor miedo son los gusanos y las serpientes) prendí un poco de fuego y ase la carne, el olor a comida hacia mi estómago rugir más fuerte como también doler, devore cada centímetro de la carne y preparé más asta que me sentí satisfecha.

- Estúpido emperador, cómo pensaba que iba a sobrevivir la princesa si no sabía hacer nada, ¡¡IDIOTA!! _ Gritaba mientras daba mordiscos a la carne.

Después de comer decidí conocer el lugar, pues me encuentro en un bosque, sí adivinaron en la frontera de los reinos el lugar donde al parecer moriré, camino un rato para regresar a la habitación y me acuesto a dormir, ya que mi cuerpo está tan débil que si doy tres pasos es como si corriera un maratón.

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Ya pasaron 3 años y 5 meses desde que estoy en este mundo, conozco el bosque como a mi mano, también un día descubrí que tengo magia pueden creerlo, mi magia es de oscuridad y naturaleza (básicamente todos los seres vivos hacen lo que les ordeno, bueno no sé si con los humanos funcione igual) también la soledad ya hizo sus estragos en mí pues ahora hablo sola.

-loca _ habló Cuco un ave del paraíso que adopte, (en realidad su madre me lo dejó ase 2 años en mis manos) en fin como me la paso hablando él entiende todo lo que le digo.

- ¡¡CUCO!! No estoy loca _ le digo mientras le pellizco una pluma _ mejor ve a ver que no haya nada peligroso.

- loca _ volvió a decir para salir volando mientras reía.

< Yo sigo caminando, ya que salimos a buscar plantas medicinales así como leña y frutos para comer, mi cuerpo ya es más fuerte lo he ejercitado bien podría decir que tengo mi antigua condición física, mi cabaña es más hogareña, en fin a pesar de todo vivo cómodamente. >

Salgo de mis pensamientos al ver que Cuco regresó, extiendo mi mano para que él se pare en ella.

- humano, hay humano un muerto _ dice Cuco en cuanto se posa en mi mano en un tono agitado.

- llévame _ digo para echarlo a volar mientras corro a una velocidad impresionante tras él.

llegue de inmediato, pero quedé paralizada al ver quien era el humano del que Cuco hablaba.

Me acerqué al cuerpo del emperador Augusto Smarald, mi hermano o bueno el de Eleonor, solté un gran suspiro al darme cuenta de que no está muerto, (pues si llegase a morir aquí donde no se encuentra ningún humano a excepción de mí, ¿Quién creen que sería la principal sospechosa? Exacto) tomo su pulso y me doy cuenta de que su presión está baja, tiene una herida por arma blanca en el costado izquierdo, la herida es profunda le costará sanar por lo menos tendrá que estar en reposo por 3 semanas, el problema es que al parecer aplastó una serpiente al caer, ya que tiene una mordedura en su muñeca derecha.

- ¡Cuco ayúdame a llevarlo a la cabaña! _ digo un tanto agitada mientras transformo a cuco en persona (gracias a la magia oscura combinada con la de la naturaleza, puedo cambiar de forma tanto a mi cuerpo con al de los demás seres vivos).

- Y si mejor lo matamos, hoy aprendí como esconder correctamente un objeto grande _ me dice Cuco con una sonrisa de la cual no sé que pensar, pues cuco tiene la mentalidad y la apariencia de un niño de 10 años.

- No digas tonterías, él es el emperador de este imperio su muerte nos traería muchos problemas, así que mejor ven ayúdame o te quedas sin cena.

- Yo solo decía, tú me dijiste que todos los humanos que se acercaran a esta zona eran peligrosos, además que sea el emperador no lo hace más peligroso tú dijiste que él te mandó aquí _ dijo Cuco mientras colocaba un brazo bajo Augusto y me ayuda a levantarlo, con su ayuda lo subo en mi espalda y empezamos a caminar hacia la cabaña.

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De ahora en adelante la historia será narrada en tercera persona.

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Después de que Eleonor llevase a Augusto a la cabaña, lo colocó suavemente en la cama para después quitarle la ropa, limpió con agua la herida para posteriormente colocar un trozo de cristal de aloe para desinfectar la zona afectada, cuando este se secó lo retiro para después coserle la herida con hilo de seda una vez terminado colocó mas aloe y le colocó un vendaje de seda ( este vendaje lo saco de unos vestidos que ya no usa) también lavó con agua la herida provocada por la mordedura de la serpiente, colocó en un cuenco (así se les llama en algunos lugares a las vasijas de barro o madera) algunas hiervas y las mezclo bien asta hacer una pasta, la cuál colocó sobre la mordedura para después vendarla de manera holgada por si su mano se llegase a hinchar. ( ella tenía este conocimiento gracias a que en su anterior vida nació en un rancho alejado de la ciudad y todas sus comodidades) sabía que había perdido mucha sangre, pero en ese sitio no tenía los medios para ponerle un suero aunque fuera casero por lo que solo debía alimentarlo y rezar por que sanara.

< Si tan solo tuviese magia de luz > pensó Eleonor mientras lo veía dormir.

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Así paso una semana en la cual ella no durmió, asta que Augusto despertó, pues tenía que cuidarlo y repetir todos los dia el mismo procedimiento (excepto el de coser la herida)

- Hola, hermano _ dijo Eleonor al ver que Augusto abría lentamente los ojos.

- e, Eleonor? _ respondió él un tanto confundido, pues no recordaba donde estaba ni como había llegado ahí _ ¿do, dónde estoy?.

- no te levantes estás herido, tienes mucha suerte de haber salido con vida _ dijo Eleonor mientras lo sostenía de los hombros para que no se levantara, pues Augusto estaba confundido y trataba de levantarse para reconocer el lugar _ estás en la cabaña, donde me enviaste.

- ¿Qué, qué hago aquí? _ dijo Augusto en un suspiro.

- te encontré en el bosque, tuviste mucha suerte de que no te hayan perforado un órgano o hubieses muerto _ dijo Eleonor mientras se levantaba para buscar los medicamentos.

- ¿tú me curaste?_ dijo Augusto mientras se revisaba, pues no podía creer que su hermana, la chica más mimada y arrogante que haya conocido jamás tenga el conocimiento para curar una herida.

- Sí, lo hice yo, tu herida está mejor está cicatrizando correctamente, gracias a dios tus defensas pudieron contrarrestar el veneno de la serpiente, no sé que hubiera hecho si no fuese así, _ Eleonor se vuelve a sentar mientras le extiende una "cuchara" (la cuchara es una vara de madera tallada en una punta para que pueda retener líquidos, ella misma la hizo para poderlo alimentar mientras estaba inconsciente) hacia su boca _ bebe, es medicamento para la infección, también te dará energía.

- ¿Qué es eso?, no lo beberé, huele terrible _ dijo Augusto mientras hacía gestos de asco y se cubría la boca.

- lamento decirte que te los has estado tomando desde hace una semana y esto es lo que te tiene con vida, por lo tanto, ¡TE LO TOMAS! _ Eleonor lo tomo por sorpresa y le metió la cuchara a la boca.

Augusto terminó tomando todo, pero amenazaba con vomitarlo; sin embargo, la mirada amenazante de Eleonor se lo impedía.

- A ojho ojho a caso ojho quieres matarme _ musitaba Augusto mientras tosía exageradamente.

- claro que no, sí te quisiera muerto no te habría ayudado, ahora espera aquí te traeré comida _ Eleonor se levantó de la cama y se dirigió a su cocina.

< hay algo diferente en ella, mi hermana jamás se hubiese ensuciado las manos por mí, mmm este lugar se ve tan cómodo, quien diría que lo podría mantener así, has cambiado Leo>

Augusto salió de sus pensamientos al ver que Eleonor regresaba con la comida.

- ¿Co, como has estado? _ dijo Augusto mientras veía a Eleonor servirle.