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Hasta El Último Respiro.

Capitulo I.

Un gusto, me presento mi nombre es Tom Evans, tengo 48 años y soy actor.

Era el típico niño bonito de Hollywood, pero esa vida por suerte hace mucho deje atrás. Una vida llena de constante persecución de los paparazzi, todo es dinero, joyas, ropa de diseñador. En una palabra, "frívolo". Así era el mundo donde vivía. Gracias a ella, ya no.

Les contaré, esta historia de amor que surgió en el lugar menos pensado, la fria habitación de un hospital.

Hace 20 años atrás...

En esos entonces yo tenía 28 años recién cumplidos, estaba en la cumbre de mi carrera como actor, acabábamos de filmar una película de superhéroes y estábamos de gira por el mundo, promocionando la película.

Un día, en Londres, nos pidieron hacer una visita al hospital, para visitar a los niños del área de oncología.

Estaba realmente agotado, pero igual fui. Ya que al ser un personaje principal, requerían mi presencia si o sí. Si no, tendría problemas con el promotor de la agencia.

Subimos a una camioneta, ya vestidos como los personajes y fuimos directo al hospital, entramos por la puerta de atrás, para no molestar a los demás pacientes y subimos al sexto piso del hospital, el área de oncología.

Mi alma se parte en mil pedazos al ver a tan pequeños guerreros, pelear esta batalla tan difícil para cualquier persona, pero ellos con su inocencia, hacen que este lugar, no sea tan malo aunque estén perdiendo.

Seco una lágrima que se me escapa y comienzo a entrar, habitación por habitación, saludando a todas las personas que está allí, centrando mi atención en ellos.

Les di algunos obsequios que mandé a traer, hice piruetas y me saqué muchas fotos con los niños y sus padres. Ame ver que por lo menos un momento, olvidaron por lo que estaban pasando.

Pasaron al rededor de tres horas y ya nos estábamos yendo, cuando escucho la voz de un Ángel, en una habitación donde yo no entré. Cuando estaba por hacerlo, una enfermera me detiene.

-Señor Tom, un momento, no ingrese a esa habitación.

-Porque no? Si a esto vinimos.

-Si lo sé, pero Julia, Julia no quiere recibir ningún tipo de visitas.

-Porque no?

-Está en proceso de aceptación de su enfermedad y en este momento debemos darle su espacio.

-Bien, okey. No entraré.

La enfermera se retira y yo tomé la planilla de su puerta, sé que se llama Julia, pero no sé porque tengo la necesidad de saber un poquito más de ella.

• Paciente: Julia Williams

•Edad: 19 años

• Patologia: Leucemia face II...

Hasta ahí leí su historia, debe ser muy reciente si ella está en ese estado de no querer ver a nadie. Solo, asome mi cabeza por la ventana de la puerta y estaba con sus audífonos puestos, cantando a los gritos y pintando un cuadro. A pesar de todo se ve tranquila.

Solo me quede con la curiosidad de ver su rostro. Por la espalda sé la ve delgada, cabello corto y rubio. Quizás antes de irme pase a ver como va su evolución.

Salimos del hospital, camino al hotel y no podía dejar de pensar en Julia y su voz de Ángel.

Una vez dentro, me bañe y acosté a dormir, mañana iríamos a un colegio en Cambridge a pasar la tarde con un grupo de niños, víctimas de bullying.

Hacemos estas campañas para concientizar a los niños/niñas y adolescente, lo que provoca el bullying.

___________________________________________

Una semana ha pasado desde que estamos en Inglaterra, yendo y viniendo de un lugar a otro, pero en ningún momento dejé de pensar en Julia. Mañana es nuestro último día aquí y voy a ir a verla, quiero conocerla, algo me dice que debo hacerlo.

Así, al otro día. Salí del hotel y pasé por una tienda a comprar, pinturas, pinceles, lienzos y otras cosas para que su estadía no sea una tortura.

Como nadie sabía que vendría, me coloqué unas gafas oscuras y una gorra para intentar no ser reconocido.

Llegando al sexto piso, trato de recordar dónde estaba la habitación de Julia, dando vueltas y vueltas encontré su habitación luego de veinte minutos.

Me cerciore de que nadie estuviera al rededor y entonces, golpee la puerta, avisando que voy a entrar.

Ella, estaba sentada en una banqueta con un trípode, pintando.

-Hola, como estas?- pregunte.

-Quien eres tú?

-Soy Tom Evans, mucho gusto.

-Tom Evans, el actor?

-Asi es!- respondi con una sonrisa.

-Y que necesitaba, Sr Evans?

-Nada. Solo vine a verte, vinimos aquí hace una semana y como no tuve la oportunidad de conocerte, me tomé un momento para hacerlo hoy.

-Okey, ta lo hizo así que puede retirarse.

-Dibujas muy bien.- dije, intentando tener una conversación con ella.

Pero solo me dijo "gracias" y siguió en lo suyo.

No sabía que hacer, así que me senté en una silla a observarla, es tan hermosa. Ahora sé que tiene la carita redondita, labios carnosos, nariz pequeña y ojos verdes. Realmente un Ángel.

Pintaba un paisaje, en una pradera, una gran casa con un granero atrás, yo saqué mi teléfono y tomé una foto.

Saque los obsequios que le compre y se los mostré, miro y una hermosa sonrisa apareció en su rostro.

-Es todo para mí?

-Asi es. Todo tuyo. Escucha, Julia. Debo irme, pero te dejo mi tarjeta, me gustaría mucho ayudarte así que, si necesitas algo, solo llámame o envíame un mensaje.

-No será necesario, señor Tom, pero muchas gracias.

Salí de esa habitación, con la ilusión de que algún día llamara, vendría corriendo de ser necesario. Espero que lo hagas.

Capítulo II.

Pasaron algunas semanas donde solo anhelaba que me llegara un mensaje, una llamada, pero nada. Realmente, no iba a escribirme.

Estaba en Los Ángeles en el estreno de la película, el avant premiere, la alfombra roja, etc. Era mi trabajo y debía hacerlo, estaba ahí, pero mis pensamientos estaban en ese hospital en Londres, donde ese hermoso Ángel estaba recibiendo su tratamiento.

Estaba en la mitad de la película cuando suena mi teléfono, una notificación de mensaje de un número desconocido. Rápidamente, lo abrí y una sonrisa sincera apareció en mi. Era ella.

📨 Espero que tu película tenga mucho éxito. Julia.

Mi corazón se aceleró a mil por hora y mis manos temblaban, rápidamente le respondí.

📩Me hubiera encantado que este aquí. Tom.

Se lo envié, quizás fue estupido, ella está en tratamiento y yo diciéndole estas cosas, quise arrepentirme, pedirle disculpas, pero comienza a sonar nuevamente, una video llamada, respondo y automáticamente su rostro estaba en la pantalla, no estaba en el hospital, parecía ser su casa.

Salude con mi mano y gire la cámara para que viera el resto de la película, mientras yo, la miraba todo el tiempo a ella.

Me enternecía sus gestos, sus sorpresas, sus ceños fruncidos y su risa, que agradable risa.

Al finalizar la película, le pedí por favor que espere, que no me corte y me fui al vestíbulo para poder hablar con ella.

-Como has estado, Juli?

-Bien, mejor. Ya no estoy en el hospital así que por ese lado feliz, aunque la enfermedad sigue estando. Pero no hablemos de cosas tristes, como les fue en el estreno?

- Me fue muy bien, gracias. Espere tu llamada en muchos días.

-Yo creo que no debí llamarte, no quiero molestarte, hasta luego.

¿Me corto, porque ese cambio tan repentino? Me desconcertó por completo, así que volví a llamar y no respondía. Esperaré algunos días y si no me llama o escribe, volveré a llamar.

_____________________________________________

Los días seguían pasando y me costaba cada vez más darle su espacio. El cielo me envió una señal de que debía buscarla, mi próxima gira, Inglaterra.

Como loco, busqué la ayuda de un investigador privado, con su número de teléfono, quizás, encuentre su casa.

Así, mientras organizamos mi viaje, con mi mánager y asistentes; El itinerario del viaje y todo lo que debíamos hacer, el investigador consiguió su dirección.

No conozco Londres, así que busqué en el GPS y parece ser una zona humilde de Londres, este me hace pensar, ¿y si en algún momento no puede pagar el tratamiento? ¿Tendrá su casa las comodidades para una persona así de enferma? ¿Sus padres tendrán trabajo? Muchas preguntas que, hasta no verlo con mis ojos, no dejarán de atormentarme. ¿Si algo le pasa y no quiere pedirme ayuda? Tengo que volar ya a Londres.

Le pedí a mi asistente, adelantar tres días mi viaje, necesito saber que ella estará bien. Trato de no dejar que esto me afecte tanto. Pero ahora estoy seguro de algo, me enamoré a primera vista.

Llego al aeropuerto internacional de Londres, mi seguridad carga mi equipaje y lo lleva al hotel mientras yo voy directamente a su casa en Bromley.

Según investigue, es una zona de trabajadores al sur del centro de Londres. Ahora se que vive con su abuela, sus padres murieron en un atentado, en la Torre de Londres. Ellos eran maestros, que paseaban por el puente de Londres un fin de semana y fueron atropellados por los terroristas. Desde ese entonces quedó amparada por la mamá de su papá.

Conduzco por las calles mientras pienso que decirle. Creo que no debería ir y golpear su puerta directamente, así que decidí llamarla.

El teléfono suena, una, dos, tres, al cuarto tono me responde y estalló en felicidad.

📲 Hola, pequeña. Como estas?

-Tom? Eres tu?

-Si, soy yo. No me tienes registrado?

-No, es que mi teléfono se rompió y me costó conseguir otro.

/Por eso no me respondia/

-Hummm, okey. ¿Oye, quieres ir a dar un paseo?

- Jajaja, si claro. A donde me llevarás?

-Donde tu quieras.

-Jaja, okey. Vamos al cartel de Hollywood.

-Mmm, hoy no va a poder ser, pero podemos ir al palacio de Buckingham.

- Al palacio de Buckingham? Pero si tú estás en Los Ángeles.

-Mira por la ventana.

/ Escucho que se levanta de la cama y su bello rostro asoma por la ventana /

-De verdad estás aquí...

-Si, vine a verte.

Colgamos la llamada y sale por la puerta corriendo, es una imagen muy graciosa, ella corre como niña y su abuela por detrás reclamándole.

Bajo de mi auto para no ser descortés y me presento con la señora...

-Un placer, Tom Evans.

-Elizabeth Collins de Williams

-Abuela él es el actor que me regaló los lienzos.

-Se lo agradezco mucho, señor Evans, pero a que debemos su visita?

-Volví para ver la evolución de Julia, me contó que ya no estaba en el hospital, así que la invité y ahora a usted a ir de paso. Me gustaría conocer Londres, con gente de Londres

/La señora me mira y se que quizás desconfíe. Mira a su nieta y ella le hace ojitos de cachorritos, es tan tierna/

-Esta bien, vayan usted, yo no puedo. Pueden ir a tomar el té al palacio de Kensington.

-Sabes cómo llegar?

/Ella asiente con su cabeza y besa a su abuela en la frente para subir al auto/

No parecía nerviosa, cosa que agradezco porque yo si lo estaba, y mucho.

Pusimos música y conduje nuevamente por Londres, aproximadamente unos cuarenta minutos pasaron y estábamos en la entrada del palacio.

Capítulo III.

Llegamos al palacio de Kensington y dimos un recorrido, mirando los cuadros y esculturas expuestos, había un salón de te precioso, donde las personas que iban de visita, podían tomar el té como lo hacen los monarcas.

Estábamos charlando de los cuadros y la arquitectura del edificio, estábamos muy entretenidos, pero había que preguntar, lo de su enfermedad y como vivían ella y su abuela.

-Quiero que me cuentes sobre ti.- inicié.

-La versión larga o corta?

-La larga, tengo todo el tiempo del mundo, si no te molesta, claro.

-Bien, yo soy Julia Williams. Mis padres eran George Williams y mamá Greta Smith, ellos eran maestros de secundaria y éramos muy felices, hasta que ese fatídico día llegó, ellos habían salido a dar un paseo por London Tower. Cuando los terroristas arrasaron por el lugar, llevándose por delante a los peatones. Ellos, cuando los encontraron estaban tomados de la mano. Los padres de mi madre no querían saber nada de mí, ya que ellos no estaban de acuerdo con su relación. Por eso mi abuela paterna, respondió por mí.

-Ella, a que se dedica?

-Es pastelera. Tiene su propia tienda en el centro. Aunque es la dueña y es algo mayor, solo se dedica a hacer los pasteles de boda, ya que dice que le traen suerte. El resto lo hacen sus empleados.

— Eso es muy bueno.

— Si, no somos ricos pero al menos no nos falta nada.

— Estudias?

- De hecho, estoy estudiando arte en la universidad de Cambridge.

-Me encanta, por lo que vi, pintar te gusta mucho.

-Si, aunque por la Leucemia no he podido asistir y preferimos pagar los tratamientos y dejar la universidad para más adelante.

-Si me dejas, yo puedo ayudarte con eso.

-No, gracias. De verdad, si no puedo estudiar arte, puedo seguir con la pastelería. De hambre no voy a morir, si le gano al cáncer.

-No digas eso, preciosa.- sujeté sus manos en las mías.- vas a vivir mucho tiempo y vas a ir a la universidad, yo te ayudaré.

-No puedo, simplemente tomar tu dinero, no necesitamos caridad.

-No seas necia. No es caridad, deseo hacerlo realmente, además también para darle una ayuda a tu abuela.

-Se que es difícil y tampoco ella quiere que le ayude, pero, ¿no crees que es muy extraños? Solo nos vimos dos veces y siento que me estoy aprovechando de tu buena voluntad.

-No es así, así que no lo digas ni en broma. Tu, eres especial. Deseo y quiero ayudarte.

-Vamos a dejar este tema aquí.

-Esta bien, pero voy a seguir insistiendo. Como va tu recuperación?

-No lo sé, supongo que las quimioterapias han matado algunas células, por eso me enviaron a casa a descansar. Pero debo ir una vez a la semana a hacer los chequeos de rutina.

-La próxima iré contigo, cuando deber ir?

-Mañana, de hecho.

-Perfecto, creo que te llevaré a casa, está por llover y no puedes enfermarte.

La lluvia constante de Londres, nos toma por sorpresa, nos dirijamos al auto y la llevo a su casa otra vez, antes de que baje del auto le digo muy seguro y serio.

-No sé porqué, pero nunca, oyeme, nunca te dejare sola.

/Sus ojos se cristalizan y baja su cabeza. Con mi pulgar e índice, levanto su mentón para clavar mi mirada a la suya /

-Gracias...

/susurra y lágrimas caen por esos ojos esmeraldas./

- Al contrario, gracias a ti. Por llegar a mi vida.

/bese su mejilla/

- Paso mañana por ustedes, supongo que la abuela viene con nosotros.

-Asi es, la cita es a las 8a.m.

-Aqui estaré a esa hora.

Me sonríe y baja del auto, me quedo a esperar que entre a la casa y me voy.

Llego al Hilton Hotel Londres y voy directo a mi suite, me doy una ducha, ya que me moje con la lluvia y comienzo a trabajar, quiero tener todo ordenado para aprovechar cada momento que pueda tener con ella.

Mi asistente me ayuda mucho con eso, no sé que seria de mí si no lo tuviera las 24 horas del día a mi disposición, lo considero más que mi asistente, es como un hermano, y por ese cariño decidí pedirle un consejo.

-Puedo hacerte una pregunta, Mike?

-Claro, cuál es tu duda?

-No es de trabajo, es personal.

-Wow, ok. Emm, dime.

-Me enamoré de una chica...

- Por eso vinimos antes, ella es de aquí?

-Si.

-Y bien?

-Ella es hermosa, un Ángel en la tierra, tiene unos ojos preciosos, su rostro es una caricia al alma, y su personalidad, aún no la demuestra, pero está estudiando para ser artista, así que debe de ser un poco extrovertida.

- Y cual es el problema? No le gustas?

-No lo sé, y el problema es que ella tiene 19 años y está enferma.

-Que?

-Si, tiene Leucemia.

-Donde la conociste?

-La última gira preestreno, cuando fuimos al hospital, en el piso de oncología.

-No puede ser...

Sus pensamientos lo dejan exentos de la realidad y queda en silencio un rato, es realmente desesperante no saber que hacer.

-Mike, dime algo...

-Me dejaste sin palabras, pero dime, realmente quieres estar con ella, quieres enamorarla en su situación?

-Se que será difícil, pero me enamoré, realmente lo hice

- No sé que resultara de esto, pero voy a ayudarte.

-De verdad?

-Claro que si. Somos casi hermanos, no lo crees?

- Casi no, lo somos, te considero así. Eres mi pilar, Mike. Siempre tienes los pies sobre la tierra y ordenas mis ideas, gracias.

Nos abrazamos fraternalmente y agradezco a la vida el hecho de que este ser humano maravilloso este conmigo. Lo necesito.

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