El comienzo de una
nueva era
La
leyenda cuenta sobre un reino oculto en la parte menos esperada de la tierra,
una gran Pangea que está detrás de los siete continentes conocidos por el
hombre. Este reino estaba al servicio de los dioses olímpicos. Un día los
dioses del olimpo se cansaron de la rebeldía y deseos de libertad de los
dragones, deseos ocasionados por su rey; por ello los olímpicos decidieron
exterminarlos de la tierra y hacer de su reino una nueva civilización especial
para sus adoradores.
El último rey de los dragones Ilidan,
fue asesinado por el mismísimo Hades cuando Ilidan logró acertar un golpe que
provocó una herida en el rostro del dios; al momento de su muerte, Ilidan
escogió como heredero de su trono y poder a un recién nacido.
El legado de Ilidan continúa. El nuevo
rey vive en el mundo humano y su leyenda apenas comienza.
El líder del senado, el anciano dragón
Ezequiel, llama a Herio, hermano menor de Ilidan, para encomendarle la misión
de ir en busca del sucesor del poder de Ilidan.
Ezequiel:
Herio se te encomienda ir por el nuevo sucesor de tu hermano. Es un muchacho de
trece años que vive en el terreno humano; su nombre se desconoce pero tú lo localizarás
fácilmente ya que se parece demasiado a tu hermano.
Herio:
¡¿Qué dices?! ¡¿Ilidan ha escogido a un humano como su sucesor en lugar de a mí?!
¡¿Cómo es eso posible?!
Ezequiel:
Herio tu sabes la razón por la que el rey debe de ser un humano. Además tú no
puedes ser el rey, debido a que tu humanidad es inexistente. En fin, como sabes
ese muchacho nació en el momento en que tu hermano murió, Ilidan lo escogió por
razones que aún desconozco pero esa fue su voluntad.
Herio:
Está bien, iré por él, si así lo quiso mi hermano, está bien.
Ezequiel:
Una cosa más, cuando vayas en su búsqueda no debes permitir que ningún otro
humano te vea; debemos mantener nuestro reino en secreto para ellos o también
querrán apoderarse de él.
Herio al salir de la sala se encontró
con Berphomet.
Herio:
¿Lo sabes verdad?
Berphomet:
Que el nuevo rey será humano al igual que nosotros cuando llegamos aquí hace
cuatrocientos ochenta y cinco años.
Herio:
Así es. ¿Tú crees que la razón por la que Ilidan y este nuevo rey vengan del
mundo humano signifique algo?
Berphomet:
No lo sé, es solo que… puede que sea por el asunto de los dioses.
Herio:
Tal vez, o por alguna otra razón referente al último rey que nació siendo un
dragón.
Berphomet:
Quizás sea por eso, pero recuerda que al anciano Ezequiel no le gusta que
mencionen a ese rey.
Herio:
Lo sé, aunque no sabemos cuál es la razón. Por cierto Berphomet ¿cómo está tu
hija? No la he visto desde que entró nuevamente al castillo la semana pasada.
Berphomet:
Helena está bien, parece que su último castigo no fue tan severo ya se ha
recuperado. Solo espero que este nuevo rey sea benevolente y acabe con las
amenazas de los dioses olímpicos.
Herio:
Yo también lo quisiera, pero solo nos queda jugar a la suerte y esperar lo
mejor. Me despido, tengo una misión importante que hacer.
Herio partió al mundo humano en busca
del nuevo rey, el sucesor de su hermano el cual vive en el país México lejos de
los olímpicos, a pesar de esto esté joven estaba muy interesado por la
mitología griega por lo que tenía un extenso conocimiento del mismo.
Mientras tanto en el mundo humano, el
sucesor de Ilidan, llamado Dastan, se encontraba en la escuela secundaria.
Herio al percatarse que había bastantes humanos alrededor supo que no podría
acercarse a él, por lo que decidió solamente quedarse en uno de los árboles
cercanos, asegurándose de que no se notara su presencia, esperando a que Dastan
saliera de la escuela para poder ir a por él.
Amigo
de Dastan: ¡Oye! ¿Hiciste los deberes?
Dastan:
Claro, ¿por qué?
Amigo
de Dastan: ¿Me la podrías prestar?
Dastan:
¿Qué? claro que no, tú te debes hacerte responsable de tus cosas. Yo no tengo por
qué hacerme cargo de tus obligaciones.
Amigo
de Dastan: Por favor, la necesito.
Dastan:
No, tienes que entender que debes hacerte cargo tú mismo de tus cosas, además
ya va comenzar la clase, me lo pediste muy tarde.
Herio:
Hum vaya no puedo ir por él ahora, dijo el anciano que no dejara que nadie más
me viera, así que debo ser cauteloso y esperar aquí hasta que salga.
Pasaron 7 horas y Dastan salió de la
escuela, así que Herio lo sigue, siendo cuidadoso de que nadie más lo viera. Dastan
acompañaba a su amigo, el cual vivía en una parte de la ciudad en la que no
abundaba la gente; cuando su amigo llegó a su casa, Dastan volvía a la suya por
aquel camino vacío, lo que Herio aprovechó para llamar su atención.
Herio:
Oye tú, espera.
Dastan:
¿Qué? ¿Quién me llama?
Herio:
Necesito que me acompañes.
Dastan:
¿Para qué?
Herio:
Ya lo sabrás.
Dastan:
Me niego.
Herio:
Pareces un poco sorprendido ¿a qué se debe?
Dastan:
Me está siguiendo una cosa de cinco metros con vestido, ¿por qué no voy a
sorprenderme?
Herio:
No exageres solo mido tres metros y treinta centímetros, y no estoy usando
vestido.
Dastan:
Aun así, no pareces normal, no iré contigo.
Herio:
No importa, te llevaré por la fuerza.
Dastan comenzó a correr y a pedir ayuda
a los alrededores, pero nadie respondía; por lo que apresuró el paso alejándose
de Herio, el cual aún lo seguía. Después de un rato corriendo Dastan logró
perder de vista a Herio.
Dastan:
Tengo que llegar pronto a mi casa, tal vez ahí estaré seguro.
Después de un rato logró llegar a su
hogar; abrió la puerta y subió a la azotea para verificar si aún lo estaban
siguiendo. Ahí estaba Herio, esperándolo. Cuando se encontraron Herio tomó a
Dastan de la boca.
Herio:
Tu vendrás conmigo y no me importa cómo te llames o quien seas, lo único que me
importa en este momento es cumplir la misión que me fue impuesta desde el día
en que naciste.
Dastan apenas pudo hablar.
Dastan:
Por favor déjame, no puedo respirar. Puedo
usar sus puntos de presión a mi favor, tal vez que así me libere.
Dastan
estira su mano y presiona un punto en el brazo de Herio para reducir su fuerza,
logra zafarse y rápidamente intenta derribarlo tomándolo de la pierna.
Herio: ¿Quieres pelear? Me parece bien,
pero te llevaré de una forma u otra.
Dastan: ¿Qué quieres de mí?
Herio: Mi deber no es contártelo aquí,
debo llevarte conmigo para que cumplas con tu destino.
Dastan
trata de derribarlo varias veces, pero no es capaz ni de moverlo; así que saca
de su mochila un arma paralizante y un bastón de metal con los que ataca a
Herio electrocutándolo.
Herio: No funcionará que trates de
electrocutarme.
Herio se
inclina hacia Dastan y él lo golpea en el cuello con el bastón, pero este se
dobla como si fuera de plástico, entonces el joven coloca el arma paralizante
en el pecho de la gigante criatura para intentar electrocutarlo nuevamente.
Dastan: ¡¿Cómo es posible?! Mi bastón es
demasiado duro como para que haya sufrido tal daño.
Herio: Te dije que eso no funcionará.
Herio extiende
sus grandes alas, las cuales cubrían todo su cuerpo, y sujeta a Dastan con su
cola.
Dastan: ¿Qué eres?
Herio: Ya te lo dije, no puedo decirte
nada aquí, tienes que venir conmigo para saberlo todo.
Herio pone
su dedo índice en la frente del muchacho el cual recibe un golpe de una pesada
corriente eléctrica y se desmaya por la intensidad del choque.
Herio: Creí que sería más interesante. De
saber que no aguantarías no te hubiera soltado y te habría llevado de una vez, igual
no me tomo mucho tiempo; que decepción, si hubieras sido más fuerte habría
disfrutado un buen combate, pero eres solo un humano y muy difícilmente un ser
tan débil podría emparejar su fuerza conmigo. Qué más da, por lo menos ya me
puedo alejar de este mundo.
Herio:
Ha cambiado mucho desde la última vez que estuve aquí, no pensé que seguirían
avanzando.
Y así Herio se llevó Dastan al reino, aquel
joven perdió a su familia y amigos, ya que se ha marchado y no los volvería a
ver jamás.
Metamorfosis,
renace la llama del imperio
Ezequiel:
Dastan despierta, Dastan despierta tienes algo importante que hacer.
Dastan:
¿Dónde estoy?
Dastan
despertó y se dio cuenta de que su apariencia había cambiado, su piel fue
sustituida por escamas, sus pupilas de ser marrones cambiaron a un rojo vivo,
un par de colmillos le crecen al igual que unas garras filosas que podrían
desgarrar cualquier cosa; su cabello cambio de un color oscuro a un naranja
rojizo, de él emanaba fuego y, un par de alas y cola le crecieron.
Herio:
Aquí está tu corona, rey de los dragones.
Herio, su captor, le pone una corona
carmesí a Dastan.
Herio: Nos veremos luego Dastan.
Dastan:
¿Qué es esto? ¿Qué hago aquí? ¿Por qué no puedo recordar nada?, lo último que
recuerdo es que estaba acostado en una cama ceremonial y o algo así.
Ezequiel: Puede que usted este confundido
y no sabe porque está aquí; la respuesta es muy simple, usted está aquí para
liderarnos y salvar nuestro imperio, por ahora se ve que está muy confundido,
Herio se lo explicara más tarde.
Después de eso pasa un mes en lo que
Dastan se acostumbra a su nuevo cuerpo y fuerza. Listo para comenzar su
entrenamiento con Herio, ambos están en una parte trasera del castillo donde se
entrena a los reyes, al consejero y a los soldados de elite, pero en esta
ocasión solo se encontraban Dastan y Herio.
Herio:
¿Ya estás listo para comenzar? Empiezo a aburrirme.
Dastan:
Eso creo, no lo sé.
Herio:
Será mejor que no me colmes la paciencia, toma una espada y atácame, veamos qué
tan patético eres.
Dastan:
No se usar estas armas.
Herio:
No me importa, toma una espada y ataca como si de eso dependiera tu vida, o
¡¿acaso quieres perder otra?!
Dastan:
¿Otra? ¿A qué te refieres con otra?
Herio:
Eso aún no te incube.
El joven rey obedece a Herio, toma una
espada y el gran dragón dorado le enseña
a usarla. En medio de su entrenamiento Herio ve el rostro de Dastan, el cual le
recuerda a su hermano, lo que le trae malos recuerdos. Herio no pudo soportar
el hecho de ver a su hermano muerto en el rostro de su discípulo, le hace una herida
con forma de equis en la cara, la cual lo marcaría de por vida.
Dastan:
¿Por qué hiciste eso?
Herio:
¡Porque no tienes la fuerza ni el poder suficiente como para poder evitar algo
así! ¡Eres débil! ¡Los perderás a todos si no te haces fuerte! Y porque te
pareces mucho a mi hermano, prefiero diferenciarte a él.
Herio estaba recordando las palabras
que le dijo Ezequiel cuando lo estaba entrenado, el dragón dorado estaba
atormentado por el hecho de no haber sido capaz de salvar a su hermano de su
destino. Herio se tranquiliza y ayuda a Dastan a reincorporarse ya que lo había
derribado con su ataque.
Herio:
Hay que seguir entrenando.
Ambos siguieron entrenaron hasta que
anocheció. Dastan ya ni siquiera podía mantenerse en pie.
Herio:
Muy bien es todo por hoy, cuando puedas levantarte entra al castillo para que
comas un poco y duermas, ya que mañana el día será igual.
El joven rey estaba tirado en el suelo
paralizado por el dolor y el cansancio, Dastan miro hacia su izquierda y se
percató de que entró un joven dragón hembra que lo mira fijamente por un buen
rato y después le pregunta:
¿?:
¿Tú eres el nuevo rey de todos nosotros los dragones verdad?
Dastan:
Eso creo, y tu ¿Quién eres?
¿?:
Mi nombre es Helena, y soy la única hija del soldado imperial Berphomet.
Dastan:
Mi nombre es Dastan, eso creo, no recuerdo nada antes de haber llegado aquí.
Helena:
Pues aparentemente se le ordenó a Herio ir al mundo humano en tu búsqueda.
Dastan:
¿El mundo humano, que hacia yo en el mundo humano?
Helena:
No lo sé, tú deberías saberlo. Bueno ya es algo tarde debo irme.
Dastan:
Claro, yo también debo irme.
Helena se va hacia su casa y Dastan
entra de nuevo al castillo donde se encuentra con Herio.
Herio:
Comenzaba a pensar que ya no podías moverte y tendría que cargarte hacia
adentro.
Dastan:
Solo estoy muy cansado, como si ya no
tuviera fuerzas.
Herio:
¿Por qué aun no te has limpiado esa sangre?
Dastan:
Mi cuerpo me pesa demasiado apenas puedo moverme, no estoy concentrado en el
pequeño detalle de que estoy sangrando.
Herio:
Como sea, como veo que no conoces nada del castillo o del reino creo que tendré
que mostrarte todas las zonas, primero vayamos a tus aposentos, después a los
baños y al final al comedor.
Dastan:
Y ahora ¿Por qué eres tan amable conmigo? Creí que me odiabas.
Herio:
Es solo porque seré tu concejero, y también por que espero que mejore nuestra
relación y al final puedas agradarme.
Dastan:
Ya veo.
Herio:
Ya que eres principiante deberás saber muchas más cosas sobre cómo hacer tu
trabajo. Te explicaré en el camino así que será mejor que prestes atención, no
me gusta repetir.
Dastan:
Estoy atento.
Herio:
Cómo eres el rey tienes derecho a cualquier cosa, pero está en tus manos tu
reputación con el pueblo; así que tú decides si ser un rey benevolente y
ganarte el pueblo o ser un rey cruel y hacer que todo el reino te tema, aunque
yo no te aconsejo eso, defraudarías a esa muchachita y a su padre, y tal vez
todo el reino tratara de asesinarte.
Dastan:
¿Conoces a Helena? ¿Cómo supiste que hable con ella?
Herio:
Si, la conozco a ella y también a su padre Berphomet, y me di cuenta de que nos
estaba observando hace algunas horas, sería una gran opción para tu reina.
Dastan:
¿Por qué?
Herio:
Porque ella es débil, igual que tú, pero veo un gran potencial en ustedes dos;
aprende rápido lo cual es importante, la desventaja es que ella aun no descubre
su elemento.
Dastan:
¿Elemento? ¿A qué te refieres?
Herio:
Nosotros los dragones dominamos un elemento, por ejemplo: yo controlo el rayo y
la electricidad Berphomet controla la tierra, y tú controlas el fuego.
Dastan:
¿Cómo sabes eso?
Herio:
Por tu apariencia y porque el rey siempre controla el fuego, aun no sientes el
poder para controlarlo pero ese poder saldrá cuando más lo necesites. Llegamos,
estos son tus aposentos.
Herio abre una puerta y se muestra una
habitación enorme, Dastan se sorprende de lo grande que es.
Dastan:
Creí que dormiría es el trono como lo he estado haciendo todo este mes.
Herio:
Eso era porque tú aun no te acostumbrabas a tu cuerpo y no podrías moverte de
la manera adecuada, además olvidarías todo lo que diga, efecto de tu mala
memoria.
Dastan:
Esto es muy grande para uno solo.
Herio:
Eso es porque no es para un solo individuo, es para dos; aparte de que te da la
comodidad para volverte en un dragón bestial cuando tu quisieras, ya te lo
explicaré después. Por ahora te diré que aquí tienes la mayor libertad para
hacer lo que quieras sin que nadie te juzgue, allá esta tu armario donde se
encuentran todas las vestiduras que usarás, así que escoge uno.
Dastan:
Todos se ven muy grandes, no creo que me quede ninguno.
Herio:
Tu ropa se adaptará a tu tamaño, no te preocupes. Por allá esta tu armería
personal donde se encuentra la armadura que usarás y toda la expansión de armas
de la que podrás disponer. Al igual que tu ropa o armadura la habitación
también se adecuará a sus usuarios, dado a que también cuenta con armario
y armería para una reina, pero aparecerá
cuando consigas una.
Dastan tomó de su armario el traje que
consideró más cómodo.
Herio:
Excelente elección, ese era el traje que usaba comúnmente mi hermano, pero aún
no te lo pongas, tráelo, primero debes bajar a darte un baño.
Ambos salen de la habitación y se
dirigen a los baños.
Herio:
Ahora debes saber que mañana conocerás a tu corte, incluyendo al nuevo general.
Debes mantener la compostura y verte imponente, por lo que te aconsejo que
lleves ese traje.
Dastan:
Pero que acaso no dijiste que mañana seguiríamos entrenando.
Herio:
Sí, seguiremos entrenando. Ese evento solo te tomará unas horas por la mañana,
de hecho, por eso en todo el día no te deje entrar a castillo y menos al gran
salón. Lo que si nos llevará más tiempo será la ceremonia de nueva coronación,
pero eso se celebrará cuando domines tu elemento.
Dastan y Herio llegaron a la entrada de
los baños, la cual se veía muy extravagante con los dos dragones enmarcados de
color dorado que la adornaban. Aquel gran espacio estaba dividido en varias
albercas, las cuales estaban siendo llenadas por cascadas conectadas al mar que
se encontraba al exterior del reino y eran vaciadas por una conexión que llega
hacia los muros; el techo estaba adornado con estalactitas doradas que
funcionan como pilares, en ellos se habían gravado varios dibujos de dragones
de distintos tamaños, que mostraban quizás a los antiguos predecesores que
vieron nacer el reino; Y el piso blanquecino de mármol lucía de un estilo
barroco con pequeños detalles de romboides color hueso. En todo su conjunto,
los baños lucían como si estuvieran en otro mundo[S1] .Dastan:
Vaya, ¡que espectacular!
Dastan y Herio caminan por los baños
dirigiéndose a unas aguas termales, cuando llegan Herio pone su ropa en un
lugar cercano y entra de inmediato.
Herio:
Dastan, pon tu traje por ahí, quítate esas prendas dañadas y entra que todavía
tengo cosas que explicarte.
Dastan:
Sí.
Herio:
Como ya sabes tú eres el nuevo rey, pero ¿podrás cargar con ese peso?, ¿sabes por
qué estás aquí?
Dastan:
No sé, ni recuerdo nada. Apenas sé que tengo un mes aquí, aparentemente soy el
rey de un pueblo y solamente conozco una pequeña parte del castillo.
Herio:
Eso está claro debido a que ni siquiera te he mostrado todo el castillo, todo
por partes.
Dastan:
¿Sabes de dónde vengo?
Herio:
Vienes del mundo humano. Aparentemente cuando mataron a mi hermano, tú naciste
y fuiste escogido por él como su sucesor.
Dastan:
Si yo era un humano ¿por qué fui elegido?
Herio:
Me gustaría saberlo, dese hace siglos que nuestros reyes eran dragones de
nacimiento.
Dastan:
¿Ósea que el rey de los dragones no es un dragón completamente?
Herio:
Somos dragones de pies a cabeza, fuimos humanos pero aceptamos nuestro destino
y renunciamos a nuestra humanidad convirtiéndonos completamente en dragones, y
tú también debes renunciar a tu humanidad.
Dastan:
Renunciar a mi humanidad, es como rechazar mi propia existencia, no puedo renunciar
a ella.
Herio:
Si no renuncias no podrás liberar todo tu poder; además a la larga tu propia
humanidad te consumirá y te marchitarás muy joven, tendrás apenas seiscientos
años y parecerás de mil quinientos.
Dastan:
Cuando llegue ese momento abandonaré mi humanidad si no tengo otra opción, pero
me mantendré así por ahora.
Herio:
En ese caso busca un sucesor, no durarás nada en la guerra contra los
olímpicos, te matarán apenas entres en combate.
Dastan:
Pero ¿por qué los dioses olímpicos nos detestan tanto?
Herio:
Porque no nos sometimos a sus deseos, no somos ni seremos sus esclavos; porque
levantamos nuestro puño en su contra y ellos como forma de castigo matan a nuestros
reyes. Pero cuando Ilidan logró herir a Hades nos dio una esperanza, una señal
de que podíamos ganar esta guerra, ellos podían sangrar y morir. Así que a pesar
de tus decisiones estúpidas debo depositar mi confianza en ti, tú debes
guiarnos a la victoria.
Dastan:
Así lo haré y cuando enfrente a hades volveré a abrir es herida haciéndole
recordar el dolor de no ser perfecto, y cuando lo haga te lo dejaré para que tú
acabes con su miserable existencia, es una promesa.
Herio:
Parece que ya nos estamos entendiendo, comienzas a agradarme Dastan, espero
poder confiar en ti como todos los demás aquí lo han hecho.
Dastan:
No habrá nada de qué preocuparse podrás confiar en mí, y sabrás que lo que haga
será lo mejor para nosotros y para el reino.
Herio:
Eso espero.
Cuando salieron de los baños se
dirigieron al comedor para que Dastan pudiera comer algo antes de descansar
para el siguiente día.
Herio:
Me preocupan sus decisiones, debe estar preparado para la guerra que se
avecina, tengo la sensación de que Dastan será nuestro último rey. Ilidan aún
no puedo entender el porqué de tu decisión pero no volveré a dudar de ti.
Un invasor
inoportuno
Dastan
despierta y se dirige de nuevo al comedor donde pensó que se encontraría con
Herio, y así fue, él lo estaba esperando afuera del comedor.
Herio:
Saludos mi rey, sígame lo llevaré al gran salón del trono donde lo espera su
corte y su ejército.
Ambos se dirigieron hacia el salón del
trono pero esta vez Herio no pronunciaba ninguna palabra; cuando Dastan estuvo
a punto de preguntarle por qué no hablaba recordó lo que le dijo la noche
anterior: que mantuviera la compostura y que se viera muy imponente incluso con
él. Por lo que Dastan tampoco pronuncio ninguna palabra. Al momento en que llegaron
y vieron el salón adornado de una manera majestuosa. El trono estaba forrado de
una tela carmesí, enmarcado con oro y con figuras de pequeños dragones; a los
lados caían unas grandes cortinas carmesí con dibujos de color tinto, y una
gran alfombra roja adornaba el camino de la entrada al trono; el techo estaba
pintado con piedras preciosas, y a la bandera del reino y de los pilares se les
había colocado pequeños dragones del color de cada elemento. Dastan se
sorprendió dado a que tal decoración del salón principal solo se llevó una tarde[S1] .Dastan: Si esta decoración es para un
pequeño evento aislado, me pregunto qué será de una fiesta para todo el reino.
Dastan se
sentó en su trono, y así se iban presentando los altos mandos ante su nuevo
rey, Dastan seguía lo que le había dicho Herio pero un soldado en especial hizo
que el dijera más de lo que debía.
Berphomet: Me presento ante su majestad
mi nombre es Berphomet el nuevo general de su ejército, mi elemento es la
tierra. Juro servirle de la mejor manera hasta que mi vida se extinga.
Dastan: Berphomet así que tú eres el
padre de Helena.
Todos los
presentes lo miraron fijamente, Berphomet sintió un gran escalofrió que recorrió
todo su cuerpo mientras comenzaba a sentir un terror inmenso; temblorosamente
preguntó:
Berphomet: ¿Cómo conoce a mi hija su
majestad? Acaso ella volvió a entrar a su castillo sin permiso.
Dastan: Si pero…
Berphomet: ¡¡¡Por favor mi señor no le
haga daño, yo me encargare de su castigo personalmente, es lo único que me
queda no la lastimen de nuevo!!!
Le dijo de una manera muy desesperada y con lagrimas en los ojos.
Dastan: Tranquilo Berphomet, ella solo
vino a conversar conmigo, no fue ninguna molestia de hecho fue muy agradable
conmigo. Me gustaría volver a conversar con ella.
Berphomet: Si mi señor, yo personalmente
me aseguraré de que ella lo visite cuando usted lo desee.
Después
de haber dicho eso, Berphomet se levantó y se puso del lado izquierdo del trono.
Entonces Dastan miró a Herio y le preguntó.
Dastan: Oye ¿tú sabes por qué Berphomet
se alteró así?
Herio: Eso le paso porque Helena suele
entrar mucho al castillo sin permiso de nadie y cuando la descubrían los
ancianos la castigaban de una manera muy cruel; yo al ver como se pone cada vez
que le hablan sobre algo malo de su hija me siento terrible por eso, ella es lo
único que le queda, su esposa murió en la última guerra contra los dioses. Nunca
la he descubierto con los ancianos incluso cuando entra me he llegado a culpar.
Cuando
estaba a punto de dar fin a tal evento alguien abrió las puertas, era un hombre extraño cubierto con una capucha
obscura.
¿?: Yo soy Xion heraldo de los dioses y
traigo un mensaje para el nuevo rey.
Herio: Lárgate de aquí no eres
bienvenido.
Berphomet: Xion vete si no quieres que
te asesine.
Xion: Guarden silencio perros falderos,
vengo a dar un mensaje a su dueño.
Dastan: Di tu mensaje.
Xion: Ríndanse y entreguen su lealtad a
los dioses o paguen las consecuencias, volveremos a matar a su rey y a muchos
más de ustedes justo como lo hicimos con Ilidan y Anabantha. Les daremos tres
años para que lo piensen, en ese momento su rey ya será capaz de tomar
decisiones astutas.
Herio y Berphomet: ¡Maldito bastardo!
Antes de
que Herio o Berphomet hicieran algo Dastan golpea a Xion en el pecho y lo
estrella por encima de la entrada. Todos
estaban sorprendidos por el ataque y por las quemaduras que le había causado a Xion.
Dastan: Esa es mi respuesta.
Xion: Maldito seas, si quieres pelear
está bien, te matare aquí mismo.
Zeus: Xion detente, te ordené que solo
dieras el mensaje, es tu culpa por haberlos provocado, vuelve de inmediato al
olimpo.
Xion: Tienen tres años.
Así Xion
desaparece de la vista de Dastan y los demás presentes. Se cerró la
presentación y todos los invitados se retiraron; uno de los ancianos se acerca
a Berphomet.
Anciano: Berphomet no creas que porque
el rey no quiso castigar a tu hija no significa que ella quedará impune por sus
actos, así que su castigo será tener que venir todos los días a entrenar con el
rey y con Herio. En cuanto a ti, te quedarás en el castillo los tres años que
dieron de tiempo antes del próximo ataque quedo claro.
Berphomet: Si señor.
El
anciano se retira, Herio y Berphomet se acercan a Dastan.
Herio: ¿Cómo hiciste eso Dastan?
Berphomet: ¿Mi rey se encuentra bien?
Dastan: No sé cómo lo logré, con sus
amenazas sentí un gran enojo, no lo pensé mucho, solo quería dañarlo.
Herio: Fue impresionante, en estos tres
años lograremos enfrentar a los dioses, incluso podríamos derrotarlos.
Berphomet: Bueno mi señor, yo me retiro,
con su permiso.
Después
de tales acontecimientos Berphomet se dirigía a su hogar donde Helena lo estaba
esperando.
Helena: Papá ya has vuelto. ¿Pero qué
pasó? ¿Por qué tienes esa cara?
Berphomet: ¿Volviste a entrar al
castillo sin permiso verdad?
Helena: Sí, pero el único que me vio fue
Herio y tú sabes que él no me delata.
Berphomet: ¿Pero por qué fuiste a ver al
rey sin autorización?
Helena: Yo solo tenía curiosidad de ver
cómo era.
Berphomet: Lo sé, pero ya sabes que a
los ancianos no les gusta que entres al castillo sin permiso.
Helena: ¿Ellos quienes son para decidir
quién entra y quién no? Además se supone que ahora tú eres el general, ¿por qué
tú tampoco puedes entrar al castillo?
Berphomet: Porque ellos son la mayor
autoridad después del rey, debemos obedecerlos.
Helena: ¿Quién me delato?
Berphomet: Fue el rey pero el no tuvo la
intención, él no quiso que fueras castigada nuevamente.
Helena: Entonces no pasó nada malo, no
hay de qué preocuparnos.
Berphomet: Aun así el anciano Ezequiel
quiere volver a castigarte, pero no de la manera común, él ordena que tú
entrenes con Herio y el rey para que entres al ejército imperial.
Helena: ¿Pero qué hay de malo en eso?
Berphomet: Herio puede llegar a ser muy
cruel con sus entrenamientos y me preocupa que pase algo malo, sin mencionar que
la guerra es demasiado cruel; el ejército olímpico no se detendrá por nada del
mundo, ellos solo quieren hacernos sufrir.
Helena: Entonces me haré muy fuerte, y
me convertiré en la reina para poder acabar con los dioses olímpicos.
Berphomet: Qué más quisiera yo que mi
hija tuviera tal importancia en el reino.
Helena: Desde pequeña siempre me decían
que me hiciera fuerte para poder sobrevivir a las adversidades que se
aproximaban, pero al ver el dolor de los demás por la pérdida del rey y la
muerte de mi madre no me sentía capaz de entenderlo, ¿por qué los habían
matado y por qué nos odian tanto? Siendo
que nosotros no deseamos intervenir o tener algo que ver con ellos, en cambio,
ellos solo quieren vernos muertos. Yo aún no salía del huevo cuando ella murió,
a pesar de que jamás la conocí nunca pude entender el dolor de nadie.
Berphomet: Siempre parecía todo lo
contrario, te preocupabas cuando Herio se sentaba solo en la gran plaza como un
vagabundo sin ilusiones, tu querías animarlo incluso recuerdo que cuando tenías
tres años todos los días ibas al monte que está más allá de las murallas y
cortabas las flores que ahí crecían para dárselas a Herio y hacerlo sentir
mejor, fue en ese momento cuando…
Helena: El anciano se dio cuenta de que
iba al castillo sin permiso, ahí fue cuando comencé a sentir odio, él fue el
primer individuo que odiaba con toda mi alma.
Berphomet: Desde ese día dejaste de ir a
aquel monte por flores.
Helena: Sí, aún lo recuerdo y aun odio a
ese maldito anciano.
En ese
mismo momento Dastan y Herio seguían entrenando. Dastan ya había demostrado una
gran capacidad. Herio aumentó la tensión de su entrenamiento, incluso también
le enseñaba una técnicas muy simples que cualquier principiante podía dominar.
Herio: Me sorprendes Dastan, el último
que recuerdo que había avanzado igual de rápido fue mi hermano, pero tú tienes
un gran potencial; apenas dos días de entrenamiento y tú ya dominas en buena parte
tu elemento, incluso haz dominado el potenciador del veinte porciento, pero no
te recomiendo que lo utilices de una manera muy frecuente dado a que tal habilidad
te costará un veinte por ciento más de descanso y recuperación.
Dastan: Entiendo, solo lo usaré en una
situación de peligro extremo.
Herio: Muy bien continuemos Dastan, será
mejor que aprendas a liberar y controlar tu elemento, ¿vez ese gran bloque de
metal que esta por allá?
Dastan: Sí, de hecho me he preguntado
que hace ahí.
Herio: Dispara tu elemento hasta que lo
destruyas con tu poder, así aprenderás a liberar y controlar tu elemento a
placer.
Dastan: Muy bien aquí voy, ¡Lanzallamas!
(Lanzallamas es un ataque
frontal donde el usuario libera una gran cantidad fuego, ya sea como ataque o
para confundir al oponente).
Herio: Con ese ataque nunca podrás
destruir el bloque.
Dastan: Me está costando mucho
controlarlo.
Herio: Deshaz ese ataque.
Dastan: No puedo controlarlo.
Herio: Relaja tu cuerpo y no pierdas la
calma, después imagina como si una luz se apagase lentamente.
Dastan: Ok, creo que lo tengo.
Herio: Muy bien ahora quiero que
intentes hacer este ataque ¡Esfera
Elemental!
(Esfera Elemental, es un
ataque frontal, se acumula energía en una figura esférica. Su tamaño es
proporcional a la energía usada en la misma).
Herio
arroja la esfera elemental al bloque y logra agrietarse con un poco de su
energía.
Dastan: ¡Eso es impresionante! ¿Cómo lo
hiciste?
Herio: Este ataque te mostrará cómo controlar
tu energía de la manera adecuada. Primero concentra tu energía en tus manos,
solo la cantidad que tú consideres necesaria; luego comenzarás a liberarla
lentamente, limitando la energía en una esfera, y finalmente arrójala como si
lanzaras una roca.
Dastan: Me está costando mantenerla,
pero ya lo tengo.
Herio: Perfecto sigue así.
De la
misma manera que el día anterior, Dastan entrenó hasta que ya no pudo más.
Herio: Creo que tú ya sabes qué es lo
que tienes que hacer así que te veré mañana.
Dastan: Está bien, nos vemos.
En ese
momento Helena aparece.
Helena: Hola de nuevo Dastan.
Dastan: Hola helena ¿Qué pasa?
Helena: Nada importante, solo que ¿tu
sabías que vamos a entrenar juntos?
Dastan: No.
Helena: Como pensé fue ese maldito
anciano nuevamente.
Dastan: ¿A quién te refieres?
Helena: Me refiero a Ezequiel, nunca nos
hemos llevado bien.
Dastan: Vaya, entiendo y sé porque lo
detestas, solo que yo no he encontrado nada malo en él; solo que es muy
apartado y siempre mete su deber como excusa para no responder a ninguna de mis
dudas. Su deber es vigilar y resguardar lo que pasa en el castillo y a los que
viven en él, pero en todo el tiempo que he estado aquí no lo he visto, a
excepción de la presentación de la corte y el senado.
Helena: Yo lo he visto merodeando por
todo el reino, se detiene a verificar cuando encuentra con una zona importante.
Me temo que está tramando algo.
Dastan: Puede que sea verdad, pero no
podremos vencerlo con el nivel que tenemos.
Helena: Tienes razón, hay que
esforzarnos, por si algo malo ocurre poder derrotarlo.
Dastan: Sí, pero por el momento le
ordenaré a unos guardias que lo observen muy de cercas, así nos daremos cuenta
si está tramando algo o no.
Helena: Está bien confió en ti, te veré
mañana.
Y así fue,
Dastan hizo lo que había dicho. Dos guardias reales escoltaban al anciano
Ezequiel a donde iba por los siguientes dos años, en los que Dastan y Helena
aprendían el manejo de las armas de lucha de cuerpo a cuerpo y el dominio de su
elemento, intentando llegar a tener un gran control en la fuerza física y su
poder.
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