Alaia:
Me abrumaba el saber que ya no podía cambiar mi historia, saber que viera por donde viera.. No había salida para mi.
Una vez mas, frente al espejo me encontraba limpiando las heridas abiertas y tratando de ocultar los moretones que al parecer.. No pensaban borrarse esta vez.
Estaba cansada, ¿Pero que mas podría hacer? Mi madre ya había partido de este mundo y solo me quedaba obedecer a mi padrastro en todo lo que dijera solo para tratar que sus golpes sean mas leves, mas aceptables.
Nueve meses después de el fallecimiento de mi madre cumplí mis 20 años, los cuales pensaba disfrutar lejos de este infierno al que muchas veces llegue a llamar hogar pero.. Lo cierto de todo esto es que él no pensaba igual.
Robert Wiscond era el responsable de todas las heridas en mi cuerpo, de todas las cicatrices que quedaron y de todo el daño sentimental que tengo guardado durante bastante tiempo, si bien, cuando mi madre aun vivía era ella quien cargaba con esto.. Luego de su muerte fui la sucesora para vivir este infierno, tenía que ser la carga de un hombre que ni siquiera era mi padre y.. Por un lugar donde estar y por la ayuda monetaria para poder terminar mis estudios.. Simplemente tenía que aguantar sus malos tratos, su forma tan hosca y aberrante con la cual se dirigía hacia mi.
Jamás comprendí a que se debía tanto odio y creo que moriré sin saberlo pero.. Vale la pena si quiera conservar una mínima esperanza de que quizás.. En algún momento pueda partir junto a mi madre o pueda mandar a ese demonio nuevamente al infierno.
*Suspiro*
Ya ni lágrimas me quedaban para llorar, cada vez que Robert arremetía contra mi.. Me quedaba en silencio, aceptando el castigo injusto que él ha decidido implicar contra mi persona.
- ¿¡Has terminado ya de llorar!?- Lo oí gritar Desde el otro lado de la puerta.- ¡Tienes solo 10 minutos para terminar de alistarte! - finalizando eso, no lo oí mas, agradeciendo el poco tiempo que me había otorgado.
Nuevamente tomo una bocanada de aire y decido colocarme el fastidioso vestido que ha comprado para que lo acompañase a una de las tantas fiestas que los empresarios tenían, en esta ocasión se celebraría el noveno aniversario de la empresa que fundo Robert junto a un amigo de hace años, uno del cual jamás supe nada mas que su insoportable interés por desposarme.
Siempre creí que como era su socio y amigo de la infancia.. Robert me obligaría a contraer nupcias con ese sujeto pero no, por lo visto él no era el pez gordo al cual quería entregarme.
La cuestion en todo esto es que debía de presentarme a dicha celebración debido a que muchos otros grandes empresarios formarían parte de esta y.. Como única familia de este miserable hombre, debería de hacer el honor con mi grata presencia.
Solo espero que en algún momento me de via libre para respirar.
El vestido que escogió para mi, claramente apuntaba a que esta noche conocería a su próxima conquista, a aquel sujeto con el cual venia prometiendo casarme, del cual tampoco se absolutamente nada pero según Robert, sería quien me diera la posibilidad de hacer mi pasantía como diseñadora en su tan grande empresa y lo único que debería hacer.. Era complacer a ese sujeto con lo que me pidiera.
Bueno, siempre y cuando me pueda ayudar a salir de aquí y vivir una vida lejos de los abusos constantes de Robert, estaba dispuesta hasta de besar sus pies si me lo pidiera.
- ¿Porque has tardado tanto? - Preguntó Robert con bastante molestia mientras caminaba a mi alrededor.
- Lamento haberme demorado, Padre, pero este vestido me hace sentir un poco incomoda. - respondí mientras frotaba mi brazo y sentía como mi cabello era tomado con fuerza.
- No tendrías porque sentirte incomoda, pues así de perra lucia tu madre cuando me sedujo y creo que también será demasiado útil para que la atención de Sahun quede completamente sobre ti. - Soltó mi cabello y limpio sus manos con una servilleta como si hubiera tocado una cantidad impresionante de mierda. - Debo de admitir que la diferencia es bastante grande pero.. - me ve con una aterradora sonrisa.- Cabe aclarar que entre todas aquellas mujeres y tu, destacas mas en lo que es belleza y talento, algo de lo cual no puedo agradecerle a tu madre ya que fui yo quien te dio una buena vida y por ello.. - toma fuertemente mis manos. - Espero que esta noche seas lo suficientemente inteligente para atribuir todo el maldito esfuerzo que he invertido en ti.
- Prometo no defraudarlo, padre.- respondí bajando mi mirada.* ¡ Desearía mandarte al infierno maldito patán miserable!*
- Claro que no lo harás bastarda, porque si lo haces.. Deberás de asumir las consecuencias.- añadió para luego arrastrarme fuera de la casa donde su chofer, Lion ya esperaba por nosotros.
Lo siguiente que ocurrió en el camino fueron una y otra amenaza por mi comportamiento en la fiesta. Como debía actuar y que debería de decir, siempre utilizando la educación que él me ha implantado durante todos estos años.
* Si pudiera, te humillaría delante de todas aquellas personas para que sepan la clase de basura podrida que eres.*
Pude oír como alababa al tal Sahun a través de una llamada con su socio, este decía que mas de una soltera estaba allí esperando por su llegada y que por ello le parecía injusto que quisiera ofrecerme a mi como su prometida siendo él un hombre totalmente calificado para ello.
Robert río ante las palabras de su amigo y respondió " si tuvieras si quiera la mitad de cuentas bancarias que el señor Wesley posee, solo lo consideraría.*
*Cerdo asqueroso, solo tratas de venderme al mejor postor.*
Una vez el carro se detuvo, voltee mi mirada a la multitud que esperaba fuera por él joven amo que aun no llegaba, por aquel al que todas las solteras querían ver y ofrecerceles.
*Que patético.*
Camine sin tomar importancia a ello y me adentre a el salón notando que la mayoría de personas que habían allí dentro no eran mas que una docena de empresarios, los cuales creo eran padres de las muchachas enloquecidas que estaban fuera esperando por quien claramente seria el invitado de honor.
- ¡Alaia! - El grito de Robert causo que mis pasos se detuvieran.- ¿Que demonios crees que haces? - Preguntó una vez estaba junto a mi y sujetando mi brazo con brusquedad.- se supone que también debes de estar fuera esperando por el anfitrión.
- Padre, usted dijo que debo de actuar como una mujer dispuesta a acaparar la atención de el señor Wesley y creo que haciendo o imitando lo mismo que las señoritas de las familias sería parecerme a ellas o demostrar mis intenciones sin importar cuanta educación usted me dio.- respondí viendo la duda en sus ojos. * Ya quisieras tu, lo que mas deseo es sentarme porque estos zapatos estaban apretandome bastante.*
- ¿Es este uno de tus trucos Alaia?
- ¿Que conseguiría con ello? - pregunté y él volvió a quedar en silencio mientras aflojaba el agarre de mi brazo.- Si mi plan de llamar su atención por ser diferente a las demás no funciona, prometo que me acercaré a el señor Wesley y me disculparé por mi desinterés para luego tratar de seducirlo y conseguir que se fije en mi.
- Espero que estés diciendo la verdad Alaia, este es un hombre muy importante y muy poderoso y lo que menos queremos es ofenderle, ¿Oiste?
- Si padre, prometo que no me pasaré de la raya.
- Así me gusta.- sonrió como nunca antes lo había hecho, como si fuera una hermosa joya que estaba apunto de escupir dinero en sus manos.
- Pero que hermosa vista es la que tengo frente a mi.- escuché decir a la misma desagradable voz de la llamada y giré encontrando a un hombre bastante mayor y pasado de peso, de abundante peso.- Si bien sabia por las fotografías que la hermosa mujer que te acompaña es tu hija, puedo decir que esas fotos no son nada comparado con la realidad, tu hija es sumamente preciosa Robert.- comentó el sujeto mientras me veía de pies a cabeza.* lamento no poder decir lo mismo señor.." me comí a la familia cerdito."
- Sus palabras no hacen mas que alagarme señor.. - lo vi sin agregar mas, pues la verdad es que ni su nombre me sabía.
- Eddie.. Para servirte preciosa.- respondió él mientras tomaba mi mano y dejaba un beso en ella, rápidamente voltee mi mirada a mi padrastro quien sonríe para luego alejar a su fracasado amigo de mi y palmear su espalda.
- Ya deja a mi hija tranquila Eddie, por la cara que puso puedo asegurar que no eres de su satisfacción.
- Tus palabras son crueles amigo, pero creo que lo físico no importa mucho cuando lo sentimental se involucra. - respondió este viéndome.* pinche viejo verde, ni en tus sueños mas perversos pienso aparecer.*
Me disculpe con ambos diciendo que iría a dejar mi abrigo y gracias a Dios mi padrastro accedió a dejarme marchar.
Una vez fuera de su campo de visión, me permití suspirar y tomar asiento liberando por un momento la presión de mis pies al usar tacones altos.
*Ayudame mamá, ¿que tengo que hacer? *
...
Dos largas horas pasaron y aún el festejo del noveno aniversario de la empresa de mi padrastro no había comenzado, pues su honorable invitado no se a designado en aparecer aún.
Los murmullos entre los invitados no hacían más que molestar a Robert quien me veía de forma amenazante a mi.
¿Que culpa tenía yo de que su invitado de honor no llegara? ¿Porque debería de pagar el precio solo porque los demás lo creyeron un patán mentiroso?
Frunciendo su ceño, caminó en mi dirección a grandes zancadas y cuando casi estaba a unos pasos de mi, una voz lo detuvo y llamo mi atención.
- Creí que por ser un invitado de honor notaría mi presencia desde un principio pero no, al parecer no eran mas que patrañas las que decía.- voltee mi mirada a esa imponente voz encontrando a un apuesto hombre de unos 30 y algo diría pero que sabía cuidar muy bien de su aspecto ya que.. Era bastante guapo. Sus hombros anchos, su perfecto cuerpo al cual puedo decir que mantenía bastante bien, esa camisa apretada no dejaba mucho lugar a la imaginacion, era como tener a un Dios Griego frente a mis ojos, su perfecta aura dominante y sus oscurecidos ojos hacían saber a cualquiera de que era un importante ejecutivo con un poder mucho más grande que cualquiera de aquí dentro. Podría decir que ni siquiera juntándolos a todos ellos.. Podrían superar a este elegante y atractivo hombre que en este momento me veía con seriedad.
- Señor Wesley.- Dijo Robert mientras lo veía con una apenada sonrisa.- disculpe por favor mi falta de atención, creí que aún no había llegado y..
- Dos horas hace que estoy aquí esperando pero.. Por lo visto ni siquiera mi presencia importa.- giró para marcharse y mi padrastro me vió indicándome a que hiciera algo, por lo que rápidamente me puse de pie y lo llamé.
- Señor Wesley.- Dije notando como se detenía en el lugar.- Disculpe por favor nuestra falta de interés, le ruego que se quede con nosotros a disfrutar de esta fiesta y.. Cuente conmigo para acompañarlo esta noche, si gusta. - añadí y lo veo girarse y verme con esa fría mirada que podría jurar.. Me estaba helando hasta los huesos.
- ¿Y tú quien eres? - preguntó viéndome de pies a cabeza.
- Alaia Wiscond Montero, hija de el señor Robert Wiscond.- respondí con el sumo respeto mientras extendía mi mano, la cual al parecer quedaría allí, sin ser tomada en cuenta.
Él me observó por un largo rato, hasta juré que iba a ignorarme y marcharse pero.. Para mi sorpresa, el estrechó mi mano con la suya.
- Acepto entonces que sea mi compañera esta noche, señorita Alaia, Aunque debe de saber que no soy un hombre fácil de complacer.
- Daré lo mejor de mi, Señor Wesley.
- Sólo llámame Sahun.- respondió y asentí para luego voltear mi mirada a Robert, quien sonrió satisfecho y le pidió a Sahun que lo siguiera para luego otorgarle el mejor lugar, al cual este imponente hombre me pidió que lo acompañara.
Señor Sahun, es usted un hombre interesante.
Shaun:
No tenía intenciones ni la necesidad de asistir a dicha fiesta, pero debido a la insistencia de él señor Robert Wiscond, quien prácticamente me torturó todo un mes para asistir.. No me quedo más remedio que decir que sí y como soy un hombre de palabra, estaba dispuesto a cumplir con ella.
Llegué antes de la hora pactada, pues sabía de ante mano que las hijas de cada empresario que se presentaba esta noche estarían esperando mi llegada y la verdad.. No tengo ánimos para lidiar con un grupo de alocadas jovencitas con las hormonas aceleradas y proposiciones indecorosas.
Me acomodé cómodamente en la última mesa viendo como poco a poco entraban aquellos empresarios y se juntaban en grupos de tres hablando sobre la gran llegada del famosísimo Sahun Wesley.
Cada uno de ellos comentaban sobre la ocurrencia del señor Wiscond al nombrarme como uno de sus invitados, agregando también a que estaban allí para presenciar el fracaso de dicho hombre.
No tengo nada contra sus comentarios, aunque a decir verdad.. Creo que es de muy mala educación que murmuren a espaldas de una persona que tuvo el placer de invitarlos, eso es algo intolerante para mí.
Otro grupo de funcionarios añadió el hecho de que todas las jovencitas de estas familias estaban fuera esperando por mi llegada, algo que agradecí anticipar y por lo cual ahora podría sentirme más relajado.
Lo que más llamó mi atención fué aquel socio de Wiscond, quien en sus palabras solo decía lo mucho que deseaba que esa "Señorita" sea rechazada por mí para poder aprovechar la ocasión y ser quien se casara con ella, algo que tampoco me importó, pues fuese quien fuese.. Lo que menos me interesaba era salir con alguna mujer en estos momentos, ni eso, ni casarme.
Suspire al comprender que ninguno de estos grandes empresarios se dieron cuenta de mi presencia y la verdad es que tampoco me apetecía ser el centro de atención, entonces solo me relajé y voltee mi mirada a Fran, mi asistente.
- Dime por favor que esta fiesta comenzará pronto porque ya tengo el gran deseo de volver a casa. - comenté y el sonrió para luego negar.
- Sahun, acabamos de llegar y ya quieres irte. - contestó y bufé molesto.
- No acabamos de llegar, hace más de una hora que estoy aquí y estos incompetentes que dicen ser mis más grandes admiradores ni siquiera se dieron cuenta de mi presencia.
- ¡Por favor! ¿ahora vas a decir que te causa repulsión el que ninguno de estos ineptos sepan que estás aquí? - preguntó entre risas y negué.
- Bien sabes que entre más lejos los tenga, mejor es para mí.
- ¿Entonces?
- Estoy fastidiado, no he podido descansar bien en la noche debido a las incesantes llamadas de mi abuelo insistiendo en el matrimonio con Linda Key y para completar eso.. Mis padres consienten totalmente a la absurda idea de mi abuelo, sin ir más lejos.. Ni siquiera pude tener un desayuno uh almuerzo decente por el acumulo de trabajo y ahora.. Tengo que aguardar a que un fastidioso hombre que me torturó para asistir a esta ridícula fiesta no piense aparecer a horario, ¿Crees aún que no tengo motivos para estar molesto? - finalicé y él levanta sus hombros con indiferencia.
- Sabes que es tu decisión la de quedarte o marcharte, tu ya has hecho presencia.- sentenció para luego llevar el vaso con whisky a sus labios y beber.
- Bien, entonces marchemosnos ya, no tengo ganas de seguir aquí. - respondí, poniéndome de pie siendo imitado por Fran.
Decidido a dar el primer paso, pude notar cómo una hermosa mujer atravesaba la puerta, creo que es la primera joven a la que veo con total desinterés por estar aquí y la verdad.. Debo de admitir que es hermosa, sus ojos, su pelo y su figura llaman mucho mi atención.
Espero por un instante para ver lo que sucedía y note rápidamente la presencia de Robert Wiscond, quien se dirigió a paso acelerado a la muchacha para luego tomarla con brusquedad de su brazo.
Fruncí mi ceño con molestia, pues esa clase de comportamientos hacia una mujer eran bastante inapropiados y más aún a la vista de todos.
No pasó mucho tiempo para que él la soltara y ver a el socio de Wiscond acercarse y tomar la mano de la mujer mientras hablaba con ella. *Estaba claro la repulsión que el sujeto le daba, pues el gesto en su rostro lo dijo todo* trás unos cruces de palabras con Wiscond, la joven se aleja de ellos y decidí seguirla con la mirada notando luego un gesto de dolor mientras se inclinaba y acariciaba sus piernas, las cuales de seguro han de dolerles debido a los tacones altos que trae consigo.
- ¿Nos vamos entonces? - Preguntó Fran y voltee a verlo para luego indicarle que se sentara mientras seguía observando a la mujer, quien veía con seriedad en dirección a Wiscond.
- ¿Quien es esa muchacha? - pregunté con curiosidad viendo a Fran.
- Quiero creer que es la joven señorita Wiscond, la hermosa heredera por la cual los hombres se vuelven locos. - respondió mientras veía en esa dirección.- Desde la muerte de su madre fué quien acompañó a el señor Wiscond en cada reunión u evento, según comentarios.. El socio de su padre la pretende desde que esta tenía 17 años, pero por alguna extraña razón el hombre a rechazado dicha propuesta desde el inicio.- voltea su mirada a mí.- Sahun, creo que las intenciones de su padre con respecto a ella son bastantes claras.
- ¿A qué te refieres?
- Él insistió con tu presencia en esta fachada de evento y la verdad.. Creo que desea que tú y su hija terminen envueltos en un amorío que prontamente los lleve al matrimonio.- Respondió y volví mi mirada a la mujer.* Ella no parece interesada en ello y creo que eso la volvería un salvavidas para mí, pues casándome con esa mujer y poniendo en claro algunos puntos.. No tendría necesidad de obedecer los caprichos de mi abuelo.*- Sería una buena alternativa aunque no creo que tu abuelo esté de acuerdo a que rechaces el matrimonio con Linda Key.
- ¿Que sabes tú lo que yo estaba pensando?
- Años de conocimiento personal.- respondió con una sonrisa.
- De igual manera lo que menos importa es lo que mi abuelo piense, esta señorita viene de una buena familia y pese a lo que pueda argumentar luego mi abuelo.. Ya estaremos casados para entonces y para él, el matrimonio es algo inquebrantable.
- ¿"Estarán casados"? - preguntó viéndome con una sonrisa.- ¿Osea que piensas conseguir de cualquier forma que la señorita de la familia Wiscond sea tu esposa?
- Por supuesto que si, su padre lo quiere y pese a que no sea una opción para ella.. Creo que no tendría más alternativa que aceptar. - suspiro.- Aunque el problema está en si se niega a aceptar los terminos que pondré en el contrato.
- Bueno, quizás consiguiendo un momento a solas con la señorita.. Puedes averiguar lo que te preocupa.
- Veamos primero si está interesada en acercarse.- añadí para luego caminar en su dirección, viendo como él señor Wiscond se acercaba con notoria molestia a ella.
...
Bien, mis sospechas estaban confirmadas y acaparar la atención de todos ante mi presencia y la compañía de esta señorita, lo ponía aún mejor.
- Señor Wesley, es un placer tener su presencia en dicha ceremonia de aniversario, aunque debo de admitir que no lo esperábamos en absoluto.- comentó uno de los tantos empresarios quien venía acompañado por su esposa y una joven, quien debo de suponer es su hija.
- Pude escuchar eso claramente mientras lo comentaba con algunos de sus colegas.- respondí con indiferencia, para luego cruzar mis brazos y voltear mi mirada a la mujer que me acompañaba. - ¿Como puede tu padre hacerse de compañía tan falsa como esta?
- La verdad es que no tengo una respuesta para esa pregunta, señor Wesley y lamento si esto lo a ofendido de alguna forma.- respondió con dulzura la mujer y fruncí mi ceño.
- Creo haberte dejado claro que me llamaras Sahun, no señor Wesley. - respondí con molestia y ella bajó su mirada con cierta vergüenza.
- Lo lamento señor.. Digo, Sahun, no fueron mis intenciones el molestarlo.- se disculpó una vez más y me frustré, no puedo creer que existiera una persona que cada dos palabras pida disculpas.
- ¡Señor Sahun! Quiero decirle que soy una gran admiradora suya y me gustaría mucho invitarlo a cenar en algún momento, solo si lo desea. - interrumpió la joven que acompañaba a el hombre, mientras buscaba algo en su pequeño bolso de mano.- Esta es mi tarjeta, puede llamar cuando guste.- bajé mi mirada a su mano extendida con dicha tarjeta y volví mi mirada al rostro de la mujer.* Pese a su belleza prácticamente artificial, no me gustaba para nada que se dirigiera de esa manera a mi persona.*
- Creo que en ningún momento le dí hincapié para que me tuteara, señorita y por si no lo ha notado, tengo una buena companía ahora y nada me interesa más. - volví mi mirada a la mujer que tenía a mi lado notando, el sonrojo en sus mejillas y sonreí para mis adentros. *No seas tonta por favor, no te hagas ilusiones por unas cuantas palabritas halagadoras. * - Digame algo, señorita Alaia.- Hablé ignorando a la pareja, algo que por lo visto notaron ya que se retiraron sin la necesidad de que se los pida, vuelvo mi mirada a la joven y la veo asentir.- ¿Es usted consiente de el porque su padre me invitó a esta absurda fiesta?
- Creo que su solo nombre ya es mucho para todas estas familias, su competencia ante el mundo de los negocios lo hace ser interesante para cualquier empresario y..
- Sabe que no hablo de ello.- añadí girandome de lleno a ella mientras fruncía mi ceño. - Quiero que me diga la razón real del porque deseaba que asistiera a esta celebración.
- Disculpen las molestias.- *Tiene que ser nombrado para aparecer.* Giré mi mirada molesta a él hombre del cual estaba hablando y lo veo verme con temor.- Señor Wesley, espero que mi adorada hija no este dándole problemas, si es así.. Por favor hagamelo saber.
- ¿Y que harás al respecto si fuera el caso? - pregunté , viendo por el rabillo del ojo como la mujer se exaltaba con temor. - ¿Acaso le dará una tunda enfrente de mí para corregirla?
- Si eso satisface al señor, eso haré.- respondió viendo el piso y fruncí aún más mi ceño.
- ¿ Sería usted capaz de lastimar a su hija solo porque yo se lo pidiera? - volví a preguntar y el elevó su mirada a mi rostro y quedó en silencio. * Sabía que este era un maldito abusivo con la mujer que tengo a mi lado.* Suspire para luego volver mi mirada a la joven.- No está dándome problemas y si así fuera.. Creo que es bastante grande para saber como remediar su error. - añadí y él asintió lanzando luego una mirada amenazante a la joven, quien lo vió por un momento y bajó su cabeza una vez más.- Luego hablaré con usted, por el momento solo deseo conversar a solas con su hija.
- Entiendo.
- Que nadie nos moleste.- añadí para luego ponerme de pie, tomar la mano de la mujer y caminar en dirección a una de las oficinas de el lugar. - Espero que aquí puedas sentirte más a gusto para hablar. - comenté mientras caminaba a uno de los sofá y me sentaba en éste para luego tomar un vaso de Whisky y ofrecérselo.
- Se lo agradezco, pero nunca antes había bebido y no creo que sea el momento apropiado para hacerlo por primera vez. - contestó con pena y solo asentí para aflojar el nudo de mi corbata y verla con seriedad.
- ¿Entonces? - pregunté notando el desconcierto en sus ojos.- ¿Responderás ahora a la pregunta que te he hecho antes?
- ¿Cual especialmente? - preguntó con pena y bufé con molestia.
- ¿Cuales son las intenciones de su padre para querer que asista a esta ridícula fiesta? ¿Acaso él desea entregarla como premio trofeo para mí y aprovechar de eso un goce de beneficios para su empresa?
- ¿Como es que..?
- Su padre es bastante obvio, señorita Alaia ,pero no veo en sus ojos el deseo de cumplir con dicha petición.- respondí y ella bajó su mirada. - ¿Acaso me encuentra usted alguien desagradable? - rápidamente me vió y comenzó a negar.- ¿Entonces.. Porque razón no estaba esperándome fuera junto a las demás?
- ¿Porque tendría que ser igual a ellas? - replicó y Sonreí con satisfacción.* Tú tienes las agallas para ser mi mujer y lo serás.. Quieras o no.*
Alaia:
Debo de admitir que su sola presencia me incomodaba un poco, éste hombre poseía un aura dominante, su mirada fría provocaba que todo mi cuerpo se estremeciera luego de recibir un choque de escalofrío y a eso hay que sumarle que tenía la fácil habilidad de intimidar a las personas con solo un gesto.
¿Que quería de mí? Sí bien sé que mi padrastro pretende que este hombre se casara conmigo.. No veo en sus ojos la intención de ceder a ello.
- Quiero saber algo que me a estado dando curiosidad desde que la ví entrar.- comentó mientras revolvía su bebida. - ¿Es usted víctima de violencia por parte de su padre? - me sorprendí ante la pregunta, sintiendo cómo mi cuerpo temblaba ante ello.
- Yo.. No. - respondí bajando mi cabeza, para un momento después sentir sus dedos debajo de mi barbilla logrando que levantara mi mirada a sus ojos.
- No me mienta o pensaré que realmente tanto tú cómo tu padre tienen intenciones malas contra mi persona. - añadió y lo ví con sorpresa.
¿Que caso tenía seguir ocultando la verdad? De todos modos este hombre es muy poderoso y aunque dudo mucho de que quiera ayudarme.. Puedo notar una pizca de interés en sus ojos.
- Mi madre pasó por ello sin llorarle a nadie hasta el último suspiro de su vida, ¿Tengo que ser yo entonces quien delate a ese maldito miserable por sus constantes abusos? - pregunté con molestia, para luego voltear mi rostro en otra dirección.- ¿Sabe si quiera lo que puede pasarme si él se entera de que le e contado eso?
- No soy una persona a la cual le guste andar divulgando temas personales u conversaciones que tengo con otras personas.- respondió con molestia.- Pero por su respuesta.. Debo de afirmar que tenía toda la razón con respecto a mis sospechas. - volteo a verlo sin ánimos.
- Él va a matarme cuando sepa de que usted descubrió su verdadera identidad. - respondí y él me vió por un momento, para luego girar y volver a su lugar.
- Él desea que usted se case conmigo pero aún así.. No veo en usted el interés de hacerlo ¿o me equivoco? - preguntó viéndome con seriedad.
- No puedo tomar decisiones, no tengo derecho de hacerlo. - respondí.
- ¿Cuantos años tiene, señorita Alaia?- ¿y a que venía esa pregunta?
- En unos meses más cumpliré mis 24 años. - respondí y él asintió. - ¿Usted cuantos tiene?
- Acabo de cumplir 32, aunque creo que eso no viene al caso.- Respondió y Sonreí con falsedad. (No claro, si aquí lo único que importa es saber el valor del cabrito a sacrificar.) - Creo que ya con 24 años podría marcharse de esa casa sin tener que aguantar más a ese sujeto, ¿que es lo que la detiene allí?
- En primera, pese a que quisiera irme para no seguir aguantando los malos tratos de Robert.. Él jamás lo consentiría, no me daría ni siquiera el tiempo para pensar en marcharme y otra.. No tengo a donde ir, mi madre ya no está conmigo y jamás supe de algún parentesco que no fuera la familia de Robert y muy aparte de ello.. Se está haciendo cargo de mis gastos universitarios y no quiero renunciar cuando solo me faltan unos meses más de pruebas.
- Mm supuse que por ahí venía.- respondió él y yo baje mi cabeza. (Contarle mis cosas a un completo extraño es motivo suficiente para avergonzarme.) - Entonces, Si tu padre te ofrece para que te casarás conmigo.. ¿Cual sería tu respuesta?
Lo vi con seriedad, pues la verdad de todo esto es que no pretendía ofenderlo y no saber que contestar me pone en un fuerte aprieto. ¿Tengo que ser sincera o simplemente mentir para que se sienta bien?
- Quiero que seas sincera, si hay algo que no tolerare jamás.. Son las mentiras. - Añadió como si hubiera leído mis pensamientos.
- Creo que lo que menos le importará a Robert es saber lo que pienso yo de todo eso, él hará y deshara sin siquiera preguntarmelo.
- Yo soy quien desea saber su respuesta y es lo que importa. - Agregó y suspire para luego juntar mis manos.
- Es un hombre atractivo y creo que está demás mencionarlo porque usted ya lo sabe. Es el esposo ideal para cada una de las mujeres que están aquí y me atrevo a decir que también de muchas otras. - proseguí.- pero la verdad.. No tengo intenciones de casarme aún, me considero muy joven y.. Quiero finalizar mi carrera, trabajar para obtener mis propias cosas y quizás en un futuro lejano pensar en formar una familia, por el momento no desearía estar implicada en relaciones amorosas.
- Bueno, creo que es algo que compartimos. - respondió él y asentí.- Pero de igual manera creo que si su padre no logra casarla conmigo, su amigo y socio será el siguiente en la lista.
- Así es.- respondí bajando mi mirada. ( Claramente si Robert no logra casarme con el señor Wesley me hará casar con el señor Eddy con tal de sacarme de encima.)
- Entonces ya que ambos necesitamos ayuda, creo que no estaría mal casarnos con un acuerdo de por medio, uno del cual solo usted y yo estemos al tanto. - agregó y levanté mi mirada sorprendida a él.- Por motivos personales necesito de una esposa y por obviedad usted necesita un esposo, en conclusión.. Me necesita. - añadió con arrogancia.- Entonces pienso ayudarla siempre y cuando usted también esté dispuesta a ayudarme.
- No comprendo..
- Mi familia quiere obligarme a casarme con una mujer que me a perseguido durante mucho tiempo pero como sabrá, no estoy interesado en ello y pues.. Si usted se casa conmigo me hará un favor y se hará un favor a usted misma.
- ¿Usted quiere casarse conmigo para liberarse de aquella obligación que su familia impone? - pregunté y él asintió.- Pero de igual manera estaría casado.
- Usted también, solo que con una persona que no está interesada en usted como así también tu no estás interesada en mi y eso lo vuelve aún mejor.
- No estoy comprendiendo absolutamente nada.
- Señorita Alaia, usted acepte ser mi esposa y yo me encargaré de resolver sus problemas financieros, puedo otorgarle una vida cómoda y en la cual no tenga que recibir malos tratos, continuaría con su carrera y depende de lo que sea.. Podría ayudarle para su pasantía en una de mis empresas. Él único punto aquí es que no debe ni puede enamorarse de mí, tendrá que ser una esposa sólo cuando asistamos a alguna fiesta o una cena familiar, dentro de la casa puede hacer y deshacer a su manera. - suspiró.- Y en 3 años nos divorciaremos, usted hará su vida libre y yo seguiré mi camino de igual manera.
- Pero.. No creo que la familia del señor Wesley me acepte.- dije en voz alta y rapidamente me sorprendí para volver mi mirada a él y notar la molestia en sus ojos. - Perdón, quiero decir.. La familia de Sahun.
- Nos casaremos sin el consentimiento de mi familia y solo por el civil, no será una gran boda ya que no será un verdadero matrimonio y para cuando mi familia lo sepa.. Ya no podrá hacer nada, ellos tienen una regla muy importante y esa es mantener el matrimonio para siempre, por ello es que no quiero compromisos serios ni amoríos complicados. ¿Si me entiende? - Respondió y asentí volviendo mi mirada al piso. - Solo estoy sugiriéndole una salida rápida de ese infierno, está en usted tomar o dejar la oferta.
- Yo.. Lo acepto, con tal de librarme de ese castigo constante.. Aceptaré cualquier cosa que me pida. - Dije con determinación y él sonrió por primera vez. ( Tiene una sonrisa bonita, no entiendo porque no la usa muy a menudo.)
- Muy bien, entonces ya esta todo dicho.. En este instante iremos donde su padre, le pediré que mañana se presente en mi oficina para hablar de el asunto dejándole claro que usted hoy mismo se marchará de aquí conmigo. - añadió y me sorprendí parándome apresurada.
- Creo que es muy rápido marcharme hoy mismo con usted, en primera.. Robert no me dejará ir así como así y en segunda.. Debemos de acordar la fecha en la cual nos casaremos.
- Nada de fechas, mañana mismo nos casaremos y en cuanto a el asunto de su padre.. No creo que pueda hacer mucho contra mí cuando tomo una decisión.
- Sahun.. - estaba avergonzada, ni siquiera sé de que manera decir esto. - Robert, él querrá sacar provecho de todo esto y.. No deseo que te utilice a cambio de ayudarme.
- Es una ayuda mutua y creeme que lo que él pueda pedirme.. Solo serán cosquillas para mí.- respondió y se puso de pie para luego extenderme su mano.- Anda, sé que nos podremos llevar bien mientras mantengamos a raya las pautas del contrato.- agregó y asentí tomando su mano siendo jalada hacia su cuerpo.- Una cosa más.
- ¿Q-Que?
- Pese a que no hay sentimientos de por medio ni nada de eso, está totalmente prohibido que tenga amantes o algo fuera del matrimonio, será por ley mi esposa y todos lo sabrán.. Por lo tanto, su mal comportamiento podría arruinar mi reputación.
- Ya se lo dije señor Wesley..- respondí con molestia mientras me soltaba de su agarre.- No tengo intenciones de involucrarme en relaciones amorosas y cuando digo algo.. Jamás rompo con mi palabra. - Él sonrió con satisfacción, para luego caminar delante de mí y salir mientras que yo lo seguía por detrás y lo veía con enojo. *¿Por quien demonios me toma? Está bien que sea una ayuda en el momento pero..eso no le da el derecho de tratarme de esa manera.
Caminamos en sumo silencio y antes de entrar nuevamente a el salón, él toma mi mano y me jala hasta quedar a su lado para luego entrar y buscar con la mirada a Robert, quien no tardó mucho en aparecer frente a nosotros y verme con seriedad, advirtiéndome de lo que podría pasarme al regresar.
- Señor Wesley..
- Hay un tema serio del cual debo hablar con usted pero.. No es este el lugar apropiado. - lo interrumpió para luego voltear a verme. - Mañana lo espero en mi oficina.
- Si señor. - respondió Robert y volteó a verme.-
- Bueno, pasaré a retirarme ya que obtuve lo que quería y no tengo más ganas de estar en este lugar. - añadió Sahun mientras daba palmaditas en mis manos.
- Gracias por asistir a nuestra fiesta y en verdad espero que haya disfrutado aunque sea un poco. - respondió Robert, para luego extenderme su mano. - Alaia, despide al señor Sahun como es debido.
- Yo..
- No es necesario eso, su hija se irá conmigo esta noche.- respondió Sahun, aferrando mi mano a su pecho sin querer soltarla, cómo si odiará que Robert quiera tocarme. ( ¿En verdad estaba dispuesto a protegerme de este hombre?)
- Pero..
- Sin peros señor Robert, lo espero mañana en mi oficina, hasta entonces.- finalizando eso, me encaminó junto con él a la puerta sin permitirme detener mi andar, por simple curiosidad volteé a ver a Robert y ví una sonrisa satisfactoria en su rostro, como si su cabrito hubiera sido sacrificado por fin.
Volví mi mirada a el señor Wesley y la verdad.. No parecía llevar consigo una carga, más bien parecía haber encontrado una solución a sus problemas.
Al llegar a un espectacular carro de último modelo, un joven abrió la puerta con una agradable sonrisa.
- Veo que has conseguido sin problemas lo que querías.- comentó sonriente mientras me veía.
- Sabes que siempre consigo lo que quiero y por favor.. No seas irrespetuoso y presentate.- habló el señor Wesley mientras subía al coche.
- A sus ordenes jefe.- Contestó este mientras sonreía y volvía su mirada a mi.- Primera señorita Wiscond, es un placer conocerla.. Mi nombre es Fran Motura y soy el asistente y mejor amigo del señor Sahun, por favor.. Sepa que para lo que necesite estaré encantado de prestar mi ayuda.
- Es un placer conocerlo señor Motura, gracias por su predisposición.. Lo tendré en cuenta.- respondí con una sonrisa, para luego sentir la mano del señor Wesley en mi muñeca jalandome dentro del carro.
Una vez acomodada junto a él, el carro se puso en marcha y mis nervios aumentaron.
Estoy en el carro de un completo desconocido y la verdad no sé si deba hablar de algo o no, pues a simple vista no parece una persona muy abierta, aunque anteriormente a hablado demasiado.
Estaba a punto de hablar, pero entonces el móvil del señor Wesley sonó rompiendo el hielo y.. Puedo decir que agradecí a quien quiera que llamaba, pues ya no tenía que buscar un tema del que hablar.
¿ Porqué me sentía mas incomoda ahora que antes?
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