Ángela es una chica universitaria extrovertida con sueños como cualquier otro joven, pero esos sueños cambiaran por el simple hecho de gustarle a alguien, será alejada de sus seres queridos para adentrarse a un mundo totalmente diferente al de ella, el amor, la esperanza, el desprecio, la amistad, la tristeza y otras emociones formaran parte de esta historia que involucrara a dos hombres en su vida, uno pude ser el destino y el otro…una simple casualidad.
...Capítulo 1...
*Ángela*
Me llamo Ángela Vieyra Sánchez, tengo 21 años mis dos primeros años de Universidad fueron demasiado rápido, me encantan los idiomas y decidí estudiar la Licenciatura en Idiomas, espero algún día convertirme en una buena interprete, dar a conocer más sobre la gran cultura que tiene mi bello México en varios idiomas, me… emociona muchísimo, sé que debo aprender a relacionarme más con las personas y si no es muy ambicioso de mi parte quisiera ser embajadora de la cultura mexicana en algún país no me importa cuál sea, me adapto demasiado bien en cualquier lugar.
He solicitado becas para ir a estudiar al extranjero mi primera opción es Vancouver, Canadá y después Tokio, Japón después quería ir a Francia, Sin embargo, un solo momento, una sola palabra, una simple orden, una pequeña observación cambio mi vida y mi futuro, aquel día mi vida dio un giro de 360° la paz que pensé que viviría en el futuro se convirtió en adrenalina, riegos y miedo.
Hoy cuide a Alex un niño de tres años, su padre lo abandono igual que a mí, la única diferencia es que él, aún tiene a su mamá, antes de venir a la ciudad, vivía con mis tíos, mis primos y mi abuelo, para mi fortuna me consideran como una integrante más, no había distinciones de preferencia, nos trataban por igual, pero sabía que tenía una deuda muy grande con ellos, después de que falleció mi madre amablemente me recibieron como su propia hija y la única forma que encontré: fue terminar una carrera universitaria.
Continuando con Alex su mamá había ido a visitar a su abuela al hospital hace casi 3 horas y aún no llega.
—Talvez habrá tráfico —pensé —hoy tengo una cita con Yatzil mi mejor amiga.
—Al parecer tu mami tardara un poco más de lo previsto, solo espero que no tarde mucho, porque si no Yatzil me mata. —dije al aire, porque Alex me ignoraba con su peluche de oso.
—Ven vamos al parque a jugar —le dijo a Alex mientras tomó la pelota que estaba dentro de una caja, lo cojo de la mano y bajamos de las escaleras.
—Entre semana los parques están casi vacíos —dijo
*Daniel*
Soy Daniel Miller Brown tengo 25 años, solo falta un año, para que termine la universidad, después me especializare en Neurocirugía como mi ídolo Benjamín Solomon en la misma universidad que él estudio, la Universidad de Michigan en EE.UU.
Durante mis días de escuela, era el peor de la clase hasta que un día mientras recorría los pasillos de una librería en Londres en busca de un libro sobre animales invertebrados para mi clase de ciencias, me encontré con su libro “Gifted hands” (Manos Milagrosas), la historia que hay detrás de su exitosa carrera, es… realmente inspiradora e interesante, me tomo solo dos días terminar las 224 páginas de este gran libro, de ahí tome el gusto por la lectura y la pasión por la medicina, pase de ser un chico estúpido al mejor de mi clase.
Todos los días voy a la universidad junto con Dante, hoy llegamos más temprano de lo normal porque debemos terminar un proyecto, pero hay demasiado tráfico lo que hace que nos estemos atrasando.
—Necesito que te apresures Dante si no llegaremos tarde, y sabes que no tolero la impuntualidad, que dirán de que el gran “Daniel Miller Brown”, un estudiante modelo llega tarde, afectara mi reputación —dije
—No solo llegaras tarde tú, yo también, solo nos falta la última parte del proyecto no te estreses Dani —me dice Dante de reojo mientras conduce.
—Además no te dirán nada, eres el típico nerd que no debe faltar en un salón de clases, tímido, amargado y antisocial que ya tiene listo el trabajo —Vuelve a mirarme, pero esta vez voltea su cara hacía mí.
—¡No sé!, si me halagaste o me insultaste, pero… ¿hay algo más que quieras agregar a tu comentario? —le contesto mientras volteó hacia la ventana del auto.
—¡Sí!, y aguafiestas —dice
—Lo único bueno de este equipo es que estés aquí, nunca me ha gustado el trabajo en equipo, todo el trabajo se lo dejan a uno —dijo entre dientes
—¿No conoces otra ruta para llegar rápido? —le pregunto —nunca me ha gustado ver tanta multitud junta —pienso
—¡Sí!, aunque es un poco más larga…—Dice Dante mientras va bajando el vidrio de su ventana para reposar su brazo y en el su cabeza y con la otra mano sostiene el volante.
—¡Andando!, ahí no abra tanto tráfico, como aquí —exclame, mientras me acomodaba en mi asiento.
—¡Ok! —contesto
En el transcurso del camino noto que Dante esta algo ansioso
—¿Qué te sucede?, ¿Te sientes mal? —le pregunté
—No, pero si no voy al baño creo que moriré. —Me responde con una mini sonrisa en su rostro
—¡Y! ¿Qué esperas! para estacionarte e irte, esperas que lo haga por ti o que.
—Que pasara si tu futura esposa me reclama de que no podrás darle hijos si tu amigote mure —vacilo
—Jajaja ¡Regreso en un momento! —balbuceo saliendo del auto elegantemente mientras se acomodaba la chamara de cuero que trae.
Yo también salí del auto, ver tantos vehículos juntos me estresa y un poco de aire me vendría bien.
—Nunca había pasado por aquí, el parque de enfrente está muy bien cuidado —pensé, al observar un rato los alrededores decidí regresar al auto, pero justo en ese momento cuando abría la puerta de auto, del parque salió volando una pelota que se quedó en la esquina.
—A lo lejos escuche una dulce voz, una chica llamaba a un tal Alex para que fueran a recoger aquella pelota, mis ojos se iluminaron con una pequeña joven que venía en dirección a la pelota, según mis cálculos podría medir 1.50 m, su tez es muy bonita, morena clara, sus cabellos son castaño oscuro corto, su cuerpo no es nada extravagante, pero sin duda es hermosa, esa sonrisa tierna que le regalo al niño, me hace envidiarlo como desearía estar en su lugar y tener su atención, pero se ve bastante joven para mí —pensé con un suspiro al final, mientras miraba hacia el piso con decepción.
—Dante está tardando mucho y me molesta mucho que la gente se tarde, pero solo hoy puede tomarse el tiempo que quiera, si quiere que nos quedemos a acampar aquí por mi estaría bien, en el parque llego una señora muy apurada a recoger al niño, no pude escuchar la conversación, pero supongo que se está disculpando con ella por llegar tarde, si fuera ella ya la hubiera mandado a volar, uno tiene cosas que hacer como para tener tiempo de andar esperando a gente tan irresponsable.
Cuando se despidieron la chica camino hacia la calle para tomar un taxi, sentí un impulsó tan grande de seguirla, que sin pensarlo dos veces entre al auto y justo cuando estaba a punto de arrancar apareció Dante.
—¡Oye! ¿Qué te pasa?, pensabas irte y dejarme abandonado, ¡solo como a un perro!, te dijo que no te estreses solo nos falta poco, podemos terminarlo en 15m y con los ojos cerrados —-Fue lo único que logre entender que Dante me decía mientras va entrando al auto
—¡Oye! me estas escuchando, detente vas ocasionar un accidente —Exclamo agresivamente, como si no se hubiera dado cuenta que se tardó mucho.
—¡Silencio rana! que no me dejas concentrar —Le dije de forma brusca
—Como hoy terminaremos el proyecto que te parece si vamos de fiesta, conocí una chica muy guapa en Facebook y dijo que quería llevaría a una amiga. —dice emocionado, si no lo conociera creería que al fin alguien lo enamoró, pero lo conozco perfectamente y a mí no me engaña.
—¡No quiero! —Es lo que suelo contestarle cada vez que quiere llevarme a citas o fiestas
—¡Es serio Daniel!, vamos hazlo por este hombre sin dueña. —Me reprocha su dolor amoroso
—¿Quién? —pregunto volteándole mis ojos
—¡Yo! —ratifica haciéndose la víctima —Este no es el camino para la Universidad, a donde vamos —se queja, mientras observa los alrededores a través de su ventana, pero no le respondo, porque estaba enfocado observando el taxi que al parecer se detuvo en una heladería, así que también lo hice no muy lejos para no ser descubierto.
—mmm ¡Ya te caché puerco! —dijo —ya veo, al parecer al fin una chica logro captar la atención de nuestro gran maestro “Daniel Miller”, pero…. no crees que es una niña, es ilegal, vas a ir preso antes de enamorarla, sin embargo, puedes esperarla hasta que cumpla la mayoría de edad y vas con todo —Dante vuelve hablar, no sé en qué momento se volvió tan castroso, si no hubiéramos ido juntos en el mismo salón, apostaría que era la morra castrosa del salón que no debe faltar en ninguna escuela, pero versión hombre.
—¡De que hablas! Solo quiero comprar un helado ¿Qué no puedo? Además… como nos dirigimos a la escuela, quiero comprarles unos a nuestros compañeros, como forma de gratitud —contradije su comentario
—¡Ok! —dijo y después agrego —¡Si tú lo dices! –como un susurro, mientras se tocaba la nariz volteando hacia otro lado para que no lo escuchara
Observe que ella entro a la heladería así que decidí seguirla le dije a Dante que se quedara que no era necesario seguirme, pero es igual de necio que yo.
—Voy contigo somos 6 personas, no podrás con tantos helados —Alardeo
Entramos, busqué a mi pequeña cuando por fin la encontré me dirigí a la mesa que estaba al lado de su mesa, lo único que me separa de ella es una pequeña pared que divide las dos mesas y nos sentamos.
—De casualidad no tenías prisa para ir a la universidad —dice Dante
—Un proyecto te espera. —de nuevo volvió abrir la boca
No le di importancia, vinieron a pedirnos la orden.
—El helado se disfruta mejor en la heladería, cuando terminemos nos vamos –dije, después me metí la cuchara del helado a la boca y al otro lado dio inicio una conversación, no es que sea chismoso ¿Verdad? es solo que la conversación llegó a mi sin preámbulos y ni modo que la rechace.
—Y ese milagro que llegas temprano. —Le dice mi pequeña a una mujer supongo que es su amiga.
—jajaja, me ofendes Angelín. —ella le respondió al fin supe su sobrenombre y eso alegro mi corazón, pero no creo que se llame así, incline mi cabeza a un lado como si tratara de encontrar respuesta, levante mi mirada y observé a dante, aún no había probado el helado que pidió, me miraba con una ceja alzada y una cara sería, pero no le tomé importancia por fin había dejado de hablar y volví a concentrarme en la conversación.
—No llegue tarde… es solo que esta preciosura necesita tiempo para arreglarse así que acaba de sentarme cuando llegaste. —dijo la amiga a mi pequeña reina y agrego —Pero creí que ya habías llegado.
—Pensé que era a la única a la se le había dormido el gallo. —La voz de mi pequeña se hizo presente de nuevo
—jajaja Ay, mira quien lo dice la que madruga.
—Que acaso no has escuchado el dicho que dice “Al que madruga dios le da más dinero" (ambas rieron). —Ese comentario me hizo gracia y solté una sonrisa
—Nunca te había visto sonreír así, es más es muy raro que tú sonrías en cierto punto dudaba que eras humano —dijo Dante, pero no le di importancia de nuevo.
—¿Adivina qué? —La amiga le pregunto muy misteriosa a mi pequeña.
—Regresaste con tu ex.
—¡Que te pasa!, porque me deseas el mal.
—No, algo mucho mejor. —Le contesto su amiga
—Tu mamá dejo de insistirte con que te operaras las bubis. —Antes esto Dante se ahogó al parecer no era el único que estaba atento a la conversación.
—¡No! —fue la repuesta de la amiga. —Al parecer la mamá de la chica es superficial, como si el cuerpo de una mujer valiera por las proporciones que tenga, este mundo está cada vez más peor
—¿Entonces? —La curiosidad de mi reina salió con esa palabra
—Mi crush me invito a salir. —Valla esa chica sí que está muy enamora de ese chico, no como al que tengo enfrente, su emoción parece más falsa que la dentadura de mi profesor.
*Ángela*
Yatzil se enamora demasiado rápido, pero no es ingenua cuando se trata del amor, me hizo una pregunta muy común ¿Adivina qué?, le solté unas respuestas, pero ninguna fue la correcta al final me dijo que se vería con su crush, pero tiene muchos que no sé exactamente cuál.
—¿Cuál de todos? —pregunte.
—¡Como que todos!, nada más tengo… ocho. —Me contestó mientras se metía a la boca la cuchara con el helado de nuez mirando hacía un lado.
—¡Si tú lo dices! —le dije con una sonrisa, me miró sonriente y me dijo —El guapo de arquitectura
—¿Enserio? —pregunte asombrado, aunque no lo he tratado, he escuchado cosas muy buenas de él, aparte de que es inteligente, es muy guapo, pero Yatz ya tiene el ojo puesto en él.
—mmmjjjj, Terminemos nuestro helado y nos vamos. —dijo
—¿A dónde? —pregunte —¡Como que a dónde? –repitió indignada y agrego —vamos de shopping. —Necesito ropa nueva para ver a Ricky, quiero que me ayudes a elegir algo bonito.
Terminamos, pedimos la cuenta y en la salida estaba Aldo el chofer de Yatz le pidió que nos llevara a la tienda departamental “VINS"
*Daniel*
Las chicas se fueron, aunque fue corto el tiempo que pude contemplar su presencia fue suficiente para alegrarme el día, ahora era momento de regresar a la realidad, talvez nunca la vuelva a ver.
—¿A qué hora son? —le pregunté a Dante —¡No tienes teléfono! —respondió y le lancé una mirada asesina
—¡Calma potro! —dijo, mientras sacaba su teléfono de su pantalón —las 12:00 pm —respondió
—Porque no me habías avisado que ya era muy tarde —dije enojado —Si te dije, pero me ignoraste, así que no me eches la culpa —me reprocho.
Pedimos la cuenta, cuando salíamos Dante detuvo su pasó, me miro a los ojos y después a mis manos.
—¿Qué me ves? —pregunte
—¡No ibas a comprar más helados! —dijo —¡Ya no hay tiempo! —dije y agregué —Además no se van a enterar de que llegamos tarde por ir a comer un postre. —¿O sí? —pregunte
—Realmente eres un tacaño —dijo —Solo soy tacaño con las personas que no me caen bien y eso implica a cualquier sujeto que se considere humano —dije
—Esperar cuatros ordenes de helado es una pérdida de tiempo y si le sumamos el tiempo que tardaste —dije.
—¡Ok! ¡yo solo decía!, además no me tarde, porque quisiera, sino porque todos los baños estaban ocupados —fue su excusa, entramos al auto y nos diríamos a la universidad, llegamos saludamos a los chicos.
—¡Hola guapo! —le dice Violeta una de nuestras compañeras a Dante —bien ¿y tú? —pregunto Dante —feliz, porque estuve pensando en ti —respondió
—y no te preocupes, acabamos de llegar ¿Verdad? —dijo, mientras le pegaba un codazo a su amiga —Así es —respondió
—Pero ¿Por qué llegaste tarde? —pregunto Violeta —fuimos víctimas del tráfico —dijo Dante
Yo por mi parte me dirigí con el resto del equipo y les dije que solo nos falta la conclusión a la que llegamos y dividirnos la parte que cada quien va a presentar
—Los errores no son aceptados, debemos aprovechar al máximo cada minuto de esta única hora que no tenemos clase —dijo Dante, sumándose a mi conversación.
Violeta camino hacia la mesa tomó unos papeles al parecer mientras no estábamos se organizaron un poco.
—Ya nos falta poco, porque no mejor se los dejamos a los nerds que se encarguen de eso, y nosotros como las caras bonitas que somos, vamos a pasear —decía mientras me daba los papeles
—No voy a negar que aparte de bonita también es muy inteligente, si no fuera por Dante y por mí, ella sin duda sería la mejor de la clase, pero a veces es muy engreída —además no debemos estresarnos, nuestros hermosos rostros se llenaran de arrugas. —-dijo, tomo a Dante del brazo
—¡No!, Esto es un trabajo en equipo, si no quieres estar, aquí puedes irte —dijo, mientras se zafaba de la mano de Violeta —¡Ash! está bien, guapo —fue su respuesta.
Todos los presentes debemos soportar estas cosas que siempre pasan a diario, ya son casi tres años de que Violeta está detrás de los huesitos de Dante, pero este no da su brazo a torcer
—Debemos compartir nuestros puntos de vista no solo desde la perspectiva de un médico, sino, también como pacientes y familiares de ellos —les dijo a mis compañeros mientras hojeo las hojas que me dio Violeta
—El médico competente, antes de dar una medicina a su paciente, se familiariza no sólo con la enfermedad que desea curar, sino también con los hábitos y la constitución del enfermo. — cito una frase de Marco Tulio Cicerón
—Exacto, actualmente sabemos que las investigaciones y las enfermedades avanzan a un ritmo acelerado, hoy en día ya no sabemos quiénes están completamente sanos —dijo Dante
La hora había pasado demasiado rápido, pero el proyecto ya estaba concluido los resultados eran como yo los esperaba, ahora que lo pienso este es el mejor equipo que me ha tocado, todos trabajaron muy bien, sus ideas también son muy buenas.
—Aún tenemos tiempo para que empiece la siguiente clase, porque no vamos, por algo a la cafetería y después no sé… algún lugar donde estemos solos —le dice Violeta a Dante mientras toma su brazo coquetamente, de nuevo vuelve hacer un movimiento con él, pero el nada de nada. Ella me impresiona cada día, hace más cosas inesperadas para llamar la atención de él.
—No creo poder —se soltó ligeramente para no lastimar a Violeta tengo que ir a la biblioteca con Dani.
Siempre tiene que usarme de excusa, creó que Violeta ya hasta me ha de odiar, ella termino soltándose de forma inesperada y enojada
—Otra vez, parece que no puedes dejarlo solo, si se pierde, puede encontrar a una chica que le quite lo tímido y lo regrese sano y salvo a tu lado —grito enojada
—Total no es tan feo —-susurro después y en lugar de que Dante estuviera enojado porque insultaron a su mejor amigo, se le salió una risa a Dante y le contesto de forma burlona
—¡No!, porque él es mi vida, mío y nadie me lo puede quitar, y si no tienes nada más que decir nos vamos —dijo, a veces sus comentarios en lugar de darme gracia como a los demás, me da escalofríos.
Mientras nos dirigimos a la salida le susurró —Porque no le haces caso, es la más guapa de la Facultad -—Pues si te gusta a ti, adelante, es bonita no te lo voy a negar, pero no me trae ni en lo más mínimo, es demasiado empalagosa —dijo fríamente, con cara de pocos amigos que no dan ganas de hablarle
—No gracias, es muy presumida —respondo, voltea hacia atrás para preguntarme
—¿Adónde vamos? —dijiste que íbamos a la biblioteca, ¿no? —respondí con una sonrisa de lado.
—Eso fue un pretexto para librarme de Violeta —argumento
—ja, ja, ja la traes muerta —dijo dándole una palmada en su hombro y me adelanto
—Si dejaras esos lentes a un lado, y descubrieras tu frente, serias tú, él que la traería muerta. —dice
—Lo siento, mi belleza está reservada —lo contraatacó.
—¿Para quién? —pregunta
—¡Silencio rana!, vamos a la biblioteca, necesito algunos libros —Le dije, no quería seguir hablando de Violeta.
*Ángela*
Yatzil es hija de un juez muy famoso por aquí y su madre es la secretaria del gobernador. Es una chica muy despistada, pero no tonta, no tiene pelos en la lengua, no le tiene miedo a nada.
Nos conocimos en la universidad, cuando choque con un tipo que trato de intimidarme el primer día de clases, pero me prometí que nadie me iba a pisotear así que le solté un montón de sermones que escuche ese día en el taxi al parecer le cayó el saco porque pude seguir mi camino pasando a un lado de él y en las escaleras me encontré con ella, no soy buena haciendo amigos, pero ella se me acerco diciendo que siempre era así con las mujeres y nadie le ponía un alto como es guapo se cree el inalcanzable, con ella también hizo lo mismo, pero cuando se enteró de que su padre era juez la dejó de acosar, lo conocía desde la secundaria. Nunca había tenido una mejor amiga, mis compañeras solo me hablaban para pedirme la tarea o para hacer trabajo en equipo.
Salimos de la tienda departamental al parecer nada le agrado y nos dirigimos a otra tienda departamental.
—¡Aquí es!, ¡vamos! —dijo mientras estaba parada observando un vestido en el aparador.
—Como diga madame —ja, ja, ja reímos, mientras abraza mi cuello, es 15 cm más alta que yo.
—¿Qué te parece aquel vestido? —pregunta, mientras señalaba el vestido que vimos en la entrada
—¡Es bonito! —dije.
Yatzil le pidió que le mostrará el vestido a la mujer que nos estaba atendiendo y siguió observando, al cabo de unos minutos regreso la mujer, le dio el vestido y Yatz su brazo para dármelo
—Pruébatelo —me dijo emocionada
—¡No! —respondí
—¿Por qué no? —pregunto
—cuesta mucho, y si me lo pruebo, me voy a encariñar y no lo voy a querer soltar —dije, pero ella insistió
—¡No te preocupes por el dinero! —Per… no terminé la palabra que le iba a decir, porque me fue empujando hasta llegar al probador cuando llegamos a la entrada me dijo.
—Pero nada, tómalo como tu regalo de cumpleaños adelantado—dijo guiñándome un ojo.
—Pero, para mi cumpleaños falta un buen, apenas fue el mes pasado —contesté a mi defensiva, nunca me ha gustado recibir regalos muy costosos y este vestido lo es.
—Ja, ja, ja cierto, bueno como regalo de navidad adelantado —me dice con una mini sonrisa, medio cierra los ojos sin mostrarme sus dientes, cuando Yatzil se propone algo no hay quien la haga cambiar de opinión —Bueno ya que insistes lo tomó —dijo
Salgo al cabo de unos minutos y a mi encuentro llega Yatzil me ve y dice
—Wow, acabas de poner a prueba mi heterosexualidad.
—De casualidad, no te interesa una novia.
—¿A qué hora sales por el pan, guapa?
—Cuando te multen por exceso de belleza, yo pagare tu fianza
—basta que me chiveas —dijo tímidamente, mientras toco mis labios con mis dedos y con mi otra mano la coloco en mi vestido, como si el aire lo levantara.
Después de muchos elogios, toma mi mano y me lleva al lugar donde había conjuntos muy bonitos, me muestra unas prendas
—¿Qué opinas de este? —pregunta y me enseña un blazer con short.
—¡Es bonito!, la combinación de colores es agradable, nada provocativo, elegante, adecuada para la situación —le dije, esas frases que leí en una revista de modas.
—Me gusta tu punto de vista —dijo y en seguida entró al probador después de unos minutos salió realmente se veía hermosa
—¡Y! ¿Qué tal como se me ve? —me pregunta emocionada
—“Si ser sexy fuese un delito pasarías toda tu vida en la cárcel” —no se diga más me lo llevo —dijo, le pidió a la empleada que envolviera el conjunto y el vestido, pago y salimos.
-Por cierto, Ricky no va a ir solo, va a llevar a uno de sus amigos y quiero que vayas conmigo —dice
—¿Yo? —le pregunté señalándome —ajam —asiente con la cabeza.
—Pero nunca he ido a una cita doble —le contesté
—Ni una cita tampoco. Ja, ja, ja — me contradice —Ok morí, su comentario me hizo recordar que nunca había ido a una cita, aunque me invitaban, me negaba los chicos no me llamaban la atención y para no darles falsas esperanzas me negaba, aunque tampoco me voy a ser la santa y si hubo uno que otros que dice “oh my god”
Yatzil continuo con su relato —Me preguntó que si conocía a una chica soltera y pues… —decía mientras iba bajando su tomó de voz hasta llegar a un susurro —le dije que sí —Así que quiero que me acompañes —esa frase lo dijo con su voz normal
—¡No quiero! —conteste —Ahssss ¿Por qué no?, hazlo por mí si… —me rogó con una cara de cachorro, y estaba a punto de ceder, pero me contuve como respuesta le pregunté
—¿Y qué me das? —¡Mi amor! —se inclinó para abrazar mi brazo haciendo un puchero
—Lo pensaré — dije -Pero que sea antes del domingo ¿sí? —Al parecer se había dado cuenta de que ya había logrado su objetivo y sin más preámbulos le pregunté
—¿Cuándo es? —el domingo —dijo, te vas a ver hermosa con ese vestido
—Ok, vamos —Que apenas si nos da tiempo de llegar a clase.
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