—Hola amor ¿qué tal estuvo tu día? El mío estuvo bastante agitado, tenemos una invitación a un evento la próxima semana, será la inauguración de un...
🗨️ Sin dejarla terminar, Antonio le pregunta.
—¿Ya está la cena? Solo vine a cambiarme, debo salir de nuevo.
—Si cariño, hice tu comida favorita.
– Dirás la que era mi favorita, hace años cuando nos casamos y hacías las cosas bien, ya se me quitaron las ganas de comer; volveré a salir, no me esperes.
—Pero pensé que hoy pasarías la noche conmigo, es nuestro aniversario.
—Pero nada, ni siquiera sirves para preparar una cena decente y esperas que invierta dinero en ti ¿qué te hizo suponer que saldría contigo?
—Tú lo prometiste
—No hay nada que celebrar, hace años que dejaste de gustarme, salir contigo es pasar vergüenza.
🗨️ Recogí la mesa, me puse mi pijama y me fui a dormir, hacía varios años que Antonio se comportaba como si mi presencia le fastidiara, sabía que salía con otras mujeres, sus largos viajes de trabajo eran solo una excusa para divertirse con sus amantes.
Me llamó Mónica Álvarez, Tengo treinta años, y ocho años de casada, soy administradora de empresas y me casé muy enamorada.
Nuestro noviazgo duro cinco años y siempre pensé que era el amor de mi vida, desde que me case no he tenido contacto con mi familia, mi esposo me ha prohibido hablar con ellos.
Mido 1,70 cm, tengo un cuerpo bien proporcionado, deje de cuidarme hace años, para que hacerlo si solo salgo a hacer las compras.
Mi cabello es castaño, mis ojos son color miel mi piel es blanca y necesito un poco de sol parezco un vaso de leche.
Cuando me case era más delgada, mi piel era dorada por el sol, iba a la playa cada fin de semana y baila como un trompo. Todo eso quedó en el olvido.
Es de madrugada y Antonio acaba de llegar, se tropieza con varias cosas por lo que me imagino viene borracho; finjo dormir, me hago al borde de la cama para no sentir su olor a alcohol.
Entra al cuarto se desnuda entra en la cama se acerca a mí, pone un poco de saliva en su miembro y entra en mí, después de varias embestidas lo saca y termina sobre mí, se baja de la cama y va al baño.
Mientras yo me levanto voy al otro cuarto entro al baño y retiro el preservativo femenino de mi interior, me limpio muy bien, busco otra cobija y vuelvo a mi cuarto.
Cuando recién me case soñaba con ser madre, pero después de recibir su primer golpe decidí evitarlo, intente con muchas cosas, pero él me descubría así que después de averiguar métodos ese me pareció el más eficaz.
¿Por qué no lo dejas me pregunto a diario? La última vez que lo intente sus hombres me buscaron y me golpeó de tal manera que me tuvo ocho días en coma, por eso debo buscar el momento apropiado.
La familia de Antonio es dueña de una empresa de exportación, que usan como fachada para traficar drogas, su negocio la coca y otras drogas, con eso han hecho una gran fortuna, por eso yo debo desaparecer, y les ayudaré en su caída.
Hace dos días que Antonio no viene a dormir, debe estar con alguna de sus queridas, ojalá se quedara por allá y me diera el divorcio que tanto deseo.
Prendo el televisor y justamente está en las noticias
La noticia del día
El señor Antonio Reyes, fue dado de baja cuando se enfrentó a la policía en un intento por detenerlo por tráfico de drogas. La mujer que se encontraba con él era su esposa desde hacía tres años.
En ese momento la caravana de hombres que custodiaban la casa se marchaban, sabía que yo debería hacer lo mismo.
Tome las maletas que hacía mucho tiempo tenía hechas y guardadas en un auto en un parqueadero cerca a casa y todo el dinero que encontré en el despacho de Antonio.
En un cajón encontré varias llaves enumeradas y decidí tomarlas, tome las carpetas de documentos que había en el escritorio, salí por la puerta de atrás y me sentí en libertad.
Tire las llaves del escritorio en un basurero cercano, el sistema del gas quedó abierto en toda la casa.
Como los sospeche, lo mejor era huir, no pasaron muchos minutos después de mi salida, cuando entraron por la puerta principal los hermanos de Antonio y su padre, venían a buscarme y a terminar de limpiar rastros.
Su padre fumaba habanos y este era el momento perfecto para hacerlo, mientras salía del centro comercial donde pague por un buen tiempo el parqueadero de mi carro me cruce con las ambulancias y los bomberos.
Inicialmente, tomé una habitación en un hotel, necesitaba pensar que haría, debía revisar las carpetas que Antonio tanto cuidaba, el televisor estaba prendido cuando la dieron una noticia.
La familia de Antonio Reyes, murió en la explosión de una casa a nombre del señor Antonio, donde vivió con su antigua familia la que murió hace unos años en un accidente de tránsito.
En la casa se encontraron rastros de dinamita, por lo que cree que al momento de la explotación estaban fabricando bombas para un ataque terroristas.
—¿O sea qué ya estoy muerta?—me pregunté
🗨️ Entre los documentos que había en las carpetas encontré mi certificado de defunción, los papeles de nuestro divorcio, su nueva acta de matrimonio y nuevos documentos con una nueva identificación para él, no se para qué, nunca supe que planes tenía Antonio, pero me hizo un gran favor.
También encontré un listado de cuentas en diferentes bancos con la información suficiente para ponerlas a mi disposición, frente a cada número, estaba la clave y número de tarjeta.
Junto a todo esto estaba una carta firmada por mí, donde confesaba que debido a mi depresión tomaba la decisión de quitarme la vida, deseando que Antonio llegue a ser feliz.
Leí atentamente el documento del divorcio y me dejaba una gran fortuna, pero yo no lo había firmado.
Tenía todo listo para desaparecerme sin levantar sospechas
🗨️ Decidí que lo mejor era pasar por el registro y confirmar si mi nombre aún me pertenece y para mi suerte aún estoy viva.
Compre una laptop y un nuevo celular.
Ya de vuelta en el hotel, revise una última carpeta y resulte quedándome con un gran número de propiedades que Antonio tenía en diferentes países.
Como su esposa oficial con vida, los heredaba legalmente, según me explicó un abogado al que le pague por una asesoría, verifique las cuentas y traslade parte de ese dinero a una cuenta a mi nombre.
Decidí comprar un tiquete, me iré a otro país, estoy viva y quiero vivir.
Llegó a un enorme aeropuerto, la gente es amable y cálida, me ayudan con las maletas y me guían hasta la parada de taxis, le doy la dirección hacia donde me dirijo al chofer y me distraigo viendo el paisaje.
Hay grandes edificios, sectores elegantes, llegamos a un sector donde las casas tienen fachadas similares, el taxi se detuvo a mitad de cuadra.
Según el número de registro está era la propiedad número siete, espero que la llave sea la correcta, gire la manija y bingo la puerta se abrió.
La casa es grande, con una decoración modesta, para mí es hermosa es un nuevo comienzo, según el orden que le di a los documentos en esta ciudad hay dos propiedades más, otra casa y una cafetería, genial tengo vivienda y trabajo eso es suficiente por el momento.
La casa es más grande de lo que se ve por fuera, en el segundo nivel hay tres habitaciones, la más grande es muy amplia y entra mucha luz, tiene un balcón que da a la parte trasera de la casa, se alcanza a ver un gran terreno por si deseo ampliar.
Recorro la casa hasta el último rincón, y voy sacando cosas que no sirven. Mi estómago gruñe, me he olvidado de comer, tomo mi celular y busco opciones para pedir algo rápido, ya luego haré mercado.
Me doy un baño y me pongo algo cómodo, aún no organizo mi ropa, el timbre suena, tomó el dinero y bajó corriendo a abrir la puerta, el mensajero me mira de arriba abajo, no disimula cuando mira mi pecho y claro no me puse sostén.
Recibo la bolsa del pedido, le pago, quédese con el cambio y cierro la puerta después de comer voy a la cama, no dormí muy bien, la cama no es muy cómoda.
Es fin de semana así que aprovecho para organizar la casa, la cama será mi próximo cambio la que hay no me agrada, debe tener acumulación de sexo, me imagino que Antonio traía sus amores aquí, cuando viajaba por negocios.
abro las cortinas y precisamente iba llegando una chica.
—Hola, mi nombre es julia navarra y vivo al lado.
—Hola, soy Mónica Álvarez, mucho gusto.
—Bienvenida, espero que te quedes un buen tiempo, las chicas que han vivido aquí solo se queda unas semanas, se van después de discutir con Antonio.
—No pienso ir a ningún lado, Antonio falleció, era mi esposo.
—Lo siento, no quise ser imprudente.
—No te preocupes.
🗨️. Hablamos toda la tarde mientras me ayudo a poner todo en orden, ella trabaja en una de las más importantes universidades del país, casualmente la cafetería donde trabajaré queda al frente, se ofreció a llevarme y en cuanto tengamos tiempo me dará un recorrido por la ciudad.
—Julia tiene mi edad, le ha huido siempre al matrimonio, es una rubia hermosa, con un cuerpo de ataque.
🗨️ Hoy visitaré la cafetería, tengo las cuentas llenas, pero quiero iniciar una nueva etapa y sentirme útil, ya no tengo quien me diga que no sirvo para nada.
Estoy lista, mi nuevo yo me encanta, Julia me llevo donde su estilista personal y dio un nuevo tono en mi cabello, reviví unos diez años.
Me pongo un jean, una blusa negra que me encanta y que Antonio nunca me dejó poner, me la puse una vez y debí cambiarme, intento botarla, pero me enamore de ella desde que entre al almacén, desde ese día él compraba la ropa que debía usar.
Pero hoy soy libre y me pondré lo que me plazca, mi look lo complemento con unos tacones negros, un poco de labial, maquillaje natural y estoy lista, tomó mi bolsa y ahí esta Julia pegada al timbre.
–Pero mujer tú eres divina, el fin de semana en esas fachas no se podía apreciar bien la belleza que te mandas, dejaras de ataque a todo hombre que se cruce por tu camino.
🗨️. En el camino Julia me dio algunas indicaciones para la hora de regreso, me dio una tarjeta de un señor que la transportaba cuando por alguna razón estaba sin carro.
Por fin llegamos, Julia tiene aún tiempo y me acompaña a la cafetería, es amiga de la administradora, que a mí me mira con cara de pocas amigas.
—Hola julia ya te atiendo.
🗨️ La señora se acerca, no debe tener más años que yo, pero su mala cara la hace ver de más edad.
—Hola Nancy, puedes por favor traerme dos cafés y quisiera pedirte un favor.
-—Claro julia, para ti lo que pidas.
—Mi amiga se llama Mónica es nueva en la ciudad y está buscando trabajo, podrías ayudarle con algo.
—No creo que sirva para mucho, dijo mirándome de arriba abajo
—Nancy, no seas así mira que es alguien muy especial acaba de quedar viuda y su esposo no la dejaba hacer mucho.
—Lo haré por ti, porque somos amigas y ojalá no te haga quedar mal.
Con ese recibiendo, quise salir corriendo y quedarme en casa, dinero no me faltaba, pero no deseaba dedicarme a vivir de la renta.
🗨️ La mirada de Nancy no era para nada amable, por un momento pensé que me diría que no sin darme ni siquiera la oportunidad de presentarme.
—Julia ya porque te estimo, le haré algunas pruebas a la chica, pero el gerente es quien decide que se hará con ella.
🗨️Me imaginé que algo así sucedería, y estaba preparada, llevaba en mi bolsa una blusa y unos tenis, me despido de julia dándole las gracias y me fui a poner cómoda.
En mi camino hacia el baño, pude notar que a la infraestructura le hace falta una buena inversión de dinero, las paredes están con la pintura descascarada y los baños están en mal estado.
—Pensé que trabajaría en tacones
—No señora no es la primera vez que tengo que trabajar, antes de casarme trabajaba en un restaurante como mesera los fines de semana.
—Ya te ves más normal, pensé que eras una de esas universitarias que quieren trabajar, pero quieren recibir el sueldo sin hacer nada.
—No tranquila, ya mi época de universitaria pasó, soy viuda y busco un nuevo comienzo.
—Siendo así bienvenida, creo que nos llevaremos mejor de lo que pensaba.
🗨️Me recogí el cabello y empecé a seguir a Nancy mientras ella me daba instrucciones.
El día se me fue volando, me sentí bien, me gusta sentirme útil.
—Lo que mejor se te da, es ser mesera así que ese será tu nuevo puesto.
🗨️. Todos estuvieron de acuerdo menos Cindy, una chica de unos veinte años, también es mesera y le va muy bien con las propinas, usa la falda más corta de lo debido, su blusa con un par de botones abiertos y se maquilla bastante, los clientes hombres piden ser atendidos exclusivamente por ella.
—Gracias Nancy.
—Nada de gracias, debes hacerlo muy bien todavía falta la aprobación del gerente, ojalá te quedes así solo me ocuparé de la caja, las últimas meseras no duran ni un mes.
🗨️ Llevo dos meses trabajando, el gerente no ha venido, enviaron los contratos con un mensajero y él los devolvió firmados.
No puedo quejarme me ha ido muy bien, la llevo muy bien con todos, bueno menos con Cindy que me ha hecho una que otra gracia, pero prefiero dejarla pasar.
Julia es mi clienta fiel, pasa en la mañana y en la tarde, a veces almorzamos juntas.
El nuevo semestre inicia y con él empiezan a llegar nuevos clientes.
—Ojalá las ventas aumenten, el semestre pasado disminuyeron bastante.
—¿Y cuál crees tú que sea el motivo?
—Pues la cafetería necesita que le inviertan, el chef ha presentado nuevas recetas, pero el gerente no las acepta, de ñapa Cindy se enredó con un cliente y la esposa vino a hacer escándalo, era un profesor de la universidad.
—¿Y el dueño?
— Ese señor poco venía por aquí, siempre que lo hacía se unía con el administrador para acosar a las meseras, hasta donde sé, al señor lo asesinaron, por eso ahora el gerente se supone el dueño.
En redes sociales subió fotos en su nueva camioneta, le ruego a Dios que nos mande alguien que nos salve.
—Tranquila Nancy, los milagros suceden cuando menos lo esperas.
—Bueno vamos a trabajar hoy tenemos más movimiento que en los últimos días.
🗨️. Me dirijo a atender una mesa, pero son un grupo de jóvenes, miró a Cindy pensé que querría atenderlos y me hace señas que los atienda, el señor al que está atendiendo respira dinero.
—Buenas tardes, jóvenes.
🗨️ Les paso la carta y me dirijo a limpiar las mesas que ya están libres.
—Señorita, hamburguesas y papas fritas para todos y refrescos.
🗨️ Paso el pedido a la cocina y siento una mirada intimidante, de esas que se mete en tu piel y te hace voltear a mirar así no quieras.
—El pedido está listo, anuncia el chef, colocándolo en el mostrador.
—Señorita déjese ayudar.
🗨️ La voz es de un chico, no creo que haya cumplido la mayoría de edad aunque su barba lo hace ver un poco mayor.
—Te lo agradezco.
🗨️. Él toma la bandeja de las hamburguesas y las papas y yo la de los refrescos.
La cafetería esta llena ha sido la mejor semana, Cindy sigue atendiendo al caballero.
—Hacía rato no veía esto tan lleno ojalá continué así. Por cierto el chico de la mesa del fondo no te ha quitado la mirada de encima.
—Si es un poco incómodo, debe ser menor de edad.
—Quien te manda a verte como de veinte, tienes botando la baba a más de uno.
...ΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩ...
—Muero de hambre.
—Pues vamos a comer algo.
—Si claro, a comer algo, tú te llenas con solo ver a la mesera de la cafetería.
—Esa mujer me encanta.
—No exageres santiago, es bonita, pero es mucho más seductora la otra.
—Y eso es lo que más me gusta, su amable seriedad, siempre tiene una sonrisa y se sonroja cuando la piropean.
—Quién diría que el inalcanzable santiago de la Vega se enamoraría de una insignificante mesera.
—No puedo creer que Cesar de la Vega que toda la vida se ha quejado de los estándares pasados de moda de los abuelos este adoptando su fastidioso clasismo. Primo me decepcionas.
—mejor vamos a comer, realmente tengo hambre y aún nos quedan un par de materia en la tarde.
🗨️ El sitio está lleno, pero desde una mesa la mirada del chico de todos los días logra hacer que me incomode.
—Hay esta tu cliente estrella.
—No molestes.
—Te has puesto roja, ve y atiéndelo o le dará un infarto.
—Buenas tardes, joven ¿qué se le ofrece?
—Un sandwich, un refresco, su nombre y su número telefónico.
—Tan gracioso, ya le traigo su pedido.
🗨️ Con una sonrisa me dirigí al mostrador, tuve que disimular un poco, pero mis orejas estaban calientes y mi cara bastante roja.
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